DOMINGO VI DE PASCUA


 


PRIMERA LECTURA  


Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 15, 1‑2. 22‑29
Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables 

            En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia. 
            Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta carta: 
"Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo. 
            Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alarmado e inquietado con sus palabras. Hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación. Haréis bien en apartaros de todo esto. Salud." 
Palabra de Dios.  

REFLEXIÓN 

“CIRCUNCIDAR EL CORAZÓN”  

Hoy nos presenta la liturgia uno de los momentos fuertes de la revisión que la iglesia primitiva  tiene que hacer de si misma para reforzar su fidelidad a Jesucristo, pues tiene el peligro de quedarse estancada en esquemas y en ideas que no responden justamente a lo que ha hecho Jesús.
            Los primeros cristianos vienen del judaísmo y no acaban de romper con los esquemas judíos de la ley de Moisés, que no se trata de despreciar, sino de dar la nueva dimensión que Cristo le ha dado en lo que importa, no es tanto la letra escrita cuanto el Espíritu que lleva y que Jesús ha iluminado con su Mandamiento del AMOR.
            Pero “cumplir” lo escrito es mucho más fácil que seguir el Espíritu que lleva dentro y aquí se debate el problema, que da lugar al primer concilio de la iglesia: tienen que ponerse de acuerdo sobre si la circuncisión en la carne es el signo de pertenencia al Nuevo pueblo de Dios o lo que hay que circuncidar es el corazón.
            Pensemos por un momento en lo que la ley judía establece como norma: a los 8 días de nacer, al niño varón se le circuncida y, al que no está circuncidado se le expulsa de la comunidad, con lo cual, queda excluido de participar en la Alianza de Dios con su pueblo (Gn. 17,9-12) Pero del rito de la circuncisión queda excluida la mujer, con lo que ésta está fuera del pueblo, o es considerada una “cosa” y no una persona. El problema parece tonto, pero las consecuencias eran muy graves, pues es anular por completo todo lo que ha hecho Jesús.
            Cristo ha establecido la igualdad entre todos y la misma dignidad tiene un hombre que una mujer, no hay distinción de raza, lengua, sexo… esta ley, por tanto, no tiene sentido y la iglesia determina borrarla o, mejor habría que decir: cambiarla de sentido: el signo de pertenencia al Nuevo Pueblo no es una circuncisión en la carne, sino circuncidar el corazón y abrirlo al AMOR de todos los hombres.
            Sin embargo, había gente que se resistía a “circuncidar” el corazón y considerar a todos hermanos e iguales y prefería quedarse en la letra: “Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alarmado e inquietado con sus palabras”.
            De la misma manera hoy, siguen muchos inquietando con sus palabras y poniendo el acento en cosas accidentales que jamás se le ocurrieron a Jesús, pero la ley ayuda a mantener situaciones de privilegio que no encuentran apoyatura alguna en el mandato de Jesús. En tiempos nuevos, deberíamos “circuncidar” el corazón para responder al Espíritu resucitado que Cristo nos dejó. En este sentido no deja de sonar y sentirse una brisa nueva de aire fresco en nuestra iglesia al oír hablar al Papa Francisco de “una iglesia pobre para los pobres…”
 

Salmo responsorial Sal 66, 2‑3. 5. 6 y 8 (R.: 4)


 R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.   

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.
R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. 

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.
R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. 

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga;
que le teman hasta los confines del orbe. R.
R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. 
 

SEGUNDA, LECTURA  


Lectura del libro del Apocalipsis 21, 10‑14.  22‑23
Me enseñó la ciudad santa, que bajaba del cielo 

            El ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. 
Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido. 
            Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. 
            A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas. 
            La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero. 
            Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el Señor Dios todopoderoso y el Cordero.
            La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero. 
Palabra de Dios.   

REFLEXIÓN 

CRISTO HA SUPERADO LAS ESTRUCTURAS

             Juan está viviendo el problema desde dentro: está viendo las tensiones entre los judíos que no acaban de dar el paso y siguen aferrados a esquemas antiguos en donde, por ejemplo: a Dios solo se le puede adorar en el templo de Jerusalén, para pertenecer al pueblo de Dios es necesario estar circuncidados, la ley de Moisés es la única palabra verdadera de Dios a su pueblo…
            Juan viene a dejar claro para la comunidad que el único “Templo” verdadero es JESUCRISTO en donde habita la divinidad y es lo último y único que se nos ha dado: “No vi ningún otro santuario, porque el Cordero es el Santuario del Señor Todo poderoso” y la “Nueva Jerusalén” no es ya la ciudad que han destruido los romanos, sino el Nuevo Pueblo que ha nacido de la sangre derramada de Jesús Crucificado, que ha nacido como una ciudad nueva que “no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero”
            Es decir: Juan tiene que hacer frente al problema de los inmovilistas que se convierten en el freno al espíritu de transformación que trae Cristo resucitado. El texto es una crítica abierta del cristianismo al judaísmo que se ha quedado obsoleto y anquilosado en los muros del templo y de la ciudad y en la letra de la ley excluyendo a todo el que no pertenece a esta estructura.
            La visión de Juan muestra una apertura total: ya no hay puros e impuros, porque Dios es todo en todos y ha roto todas las barreras y fronteras que distanciaban a los hombres.
 

Aleluya Jn 14, 23

El que me ama guardará mi palabra —dice el Señor—,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él. 
 

EVANGELIO  


Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 23‑29
El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho

             En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 
-“El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. 
            El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. 
            Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. 
            La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.” 
Palabra del Señor. 
 

REFLEXIÓN
 

“EL TESTAMENTO DE JESÚS”   

                Seguimos contemplando a Jesús en su momento cumbre después de la última cena en donde deja su testamento y quiere indicar a los apóstoles aquellos principios que son inalterables y no se pueden negociar: EL AMOR es la única clave para estar en relación con Él y el único vínculo que les dará seguridad  de estar a su lado y actuar en su nombre.
            Lo que les está diciendo no es solo palabra suya, sino que es la Palabra del Padre, a la que Él ha obedecido y esa palabra es irrefutable.
            El proyecto que Jesús les ha dejado es un proyecto de AMOR para que transforme al mundo y Él lo deja en manos de los apóstoles para que ellos continúen lo que Él ha iniciado y se conviertan en LUZ y SAL para este mundo que anda en tinieblas y lo transformen. La levadura que va a realizar esta transformación será el AMOR y lo que hará que esto se mantenga en pie será el amor que tengan a Jesús y a su proyecto del Reino con el que Él se identifica
            Jesús tiene bien claro que ya no va a poder estar mucho tiempo con ellos y también les deja claro que Él no va a evadir la carga, pues sabe que el encargo que deja no es nada fácil y por eso les hace experimentar una fuerza nueva que no es la de la carne, sino la del Espíritu; esa fuerza es la que va a hacer que el proyecto siga adelante, esa fuerza será Él mismo que vive en una dimensión distinta: “el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho”. 
            El Espíritu Santo será el alma, la fuerza, la vida del grupo por el que serán capaces de mantenerse y seguir adelante.
            Termina Jesús dejándoles su herencia: LA PAZ que es el don de Dios para el mundo y ellos van a ser los instrumentos de ella: “La paz os dejo, mi paz os doy”, la PAZ de Dios, que no es la paz del mundo, pues la PAZ de Dios es el resultado de la puesta en práctica del amor, de la justicia y de la Verdad, mientras que el mundo establece su paz con la fuerza del poder, que no hace sino establecer un orden, que coincide con el que establece el que tiene el poder en el momento.
La iglesia ha de ser testigo de "La Paz de Cristo", que fue la herencia y el mensaje que le dejó para  que la llevara hasta los confines de la tierra; pero no otra paz, ni otro mensaje que, efectivamente, se acomode no a lo propuesto por Cristo, sino por los intereses imperantes del momento

 

 

 

DOMINGO V DE PASCUA -C-



PRIMERA LECTURA  


Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 14, 21b‑27
Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos 

            En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios. 
            En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. 
            Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. 
Palabra de Dios. 
 

REFLEXIÓN



VOLVER A LOS ORIGENES    

Los primeros momentos de la predicación  del evangelio fueron de un gran fervor y entusiasmo, algo así como el primer momento de la predicación de Jesús en su tierra, pero cuando empezó a pedir compromiso, la gente se echó para atrás; aquí ocurrió igual: en un primer momento, todo  es verdadera euforia y entusiasmo, pero cuando llegó la tormenta, y las dificultades arreciaron, ahí comenzaron las deserciones, las acomodaciones, las malas interpretaciones.
            Hoy se necesita una relectura de estos textos que nos indican la fuerza del evangelio en su más original y pura imagen de su fuerza transformadora, frente a la acomodación que hoy hemos hecho. Podemos imaginar cómo nace la fuerza del evangelio que será lo que haga que se mantenga frente a las enormes dificultades: se nos dice que: “En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído…”
            Pensemos en esa iglesia llena de carismas reconocidos, para dar respuesta a los servicios que se necesitaban, frente a esta iglesia completamente clericalizada que tenemos en nuestros días, donde prácticamente no se reconoce, como servicio al mundo, proveniente de la iglesia, sino aquello que está en torno al culto, de modo que la imagen que la gran mayoría tiene de la iglesia, es aquello que está relacionado con el clero y, la verdad es que la imagen que se presenta es triste, pobre y ridícula, pues esa imagen clericalizada, pobre y sin atractivo, pues no tiene  conexión con la vida: una de las cosas por las que se la distingue, es por estar fuera de la realidad que vive el hombre de hoy.
            Hemos perdido la dimensión misionera de un modo alarmante, hasta el punto que esta iglesia del primer mundo, que fue capaz en un momento de llevar el evangelio a todos los rincones de la tierra, hoy está teniendo que ser asistida en su cansancio por aquellos que evangelizó, y no es que haya que lamentarse de eso, sino de la esclerosis que está sufriendo al haberse instalado en esquemas de muerte que la han inutilizado para  presentar la buena noticia a las generaciones jóvenes, hasta el punto que no solo ya no es capaz de salir de sus fronteras, e ir a llevar la Buena Nueva hasta el último rincón de la tierra, es que no es capaz de transmitirla ni a sus propios hijos. 
            Es necesario desinstalarnos de la situación de comodidad y seguridad en la que nos hemos asentado, es necesario barrer nuestro sistema religioso y limpiar de todo aquello que no encaja con el anuncio del reino, so pena de que nos resignemos a morir encerrados en nuestra apatía.
            Las últimas palabras del Papa Francisco vienen a ser un grito a todos los agentes de pastoral cuando pide a los sacerdotes que salgan del templo, se vayan a la plaza y no caigan en la tentación de convertirse en funcionarios.
 

Salmo responsorial Sal 144, 8‑9. 10‑11. 12‑13ab (R.: cf. 1)


 
R. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey. 

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.
R. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey. 

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
R. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey. 

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R. 
R. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey.  
 

SEGUNDA LECTURA  


Lectura del libro del Apocalipsis 21, 1‑5a
Dios enjugará las lágrimas de sus ojos 

            Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: -“Ésta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado.” Y el que estaba sentado en el trono dijo: -“Todo lo hago nuevo.” 
Palabra de Dios.  
 

REFLEXIÓN


“UNOS CIELOS NUEVOS Y UNA TIERRA NUEVA”    

La muerte de Jesús ha significado el final de un mundo viejo que se estableció en el pecado  y se estructuró a la manera del hombre viejo; Jesús vino y nos mostró el camino para la reconstrucción y su proyecto ha sido aprobado por Dios, como la única alternativa para el hombre.
         La resurrección ha sido el SÍ definitivo de Dios al proyecto de Jesús y el establecimiento  de una nueva dinámica de transformación del mundo. El proyecto antiguo establecido por el hombre, basado en el pecado, ha sido superado, eso tiene ya su fecha de caducidad, no lleva a ningún sitio más que a la muerte. Se han puesto los cimientos para un cielo nuevo y una tierra nueva, donde  el final será el establecimiento del amor, de la justicia, de la verdad y de la paz, como resultado de la puesta en práctica de todos estos valores, que son la expresión de la presencia de Dios; ese proceso ya es irreversible, es la última palabra de Dios al mundo; la próxima aparición será en el cumplimiento total y definitivo de este proyecto iniciado con Jesús.
         Lo que ocurre es que, cuando observamos el mundo en que vivimos y la dinámica en la que está metido, todo se nos oscurece, pues vemos que se dirige más bien por unos derroteros completamente diferentes: no es la verdad la que impera en los sistemas políticos actuales, de tal manera que, cuando observamos que aquella ciencia que está llamada a ser el arte de establecer unas relaciones humanas de concordia entre los hombres, se ha convertido en el arte de robar, engañando a la gente y haciéndole ver que el robo es lícito y bueno y, se deja a la deriva al pueblo sumiéndolo en la miseria… ¡Esto no conduce a unos cielos nuevos y a una tierra nueva!
         No nos queda más que la esperanza apoyada en Cristo que ha resucitado y, su resurrección es sostenida por  la Palabra de Dios, que nos dice que el camino que inició Jesús, es garantía de certeza y seguridad. Entrar por él es destino seguro, abandonarlo es destino de muerte.  

 
Aleluya Jn 13, 34

Os doy un mandamiento nuevo —dice el Señor—:
que os améis unos a otros, como yo os he amado.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 31‑33a. 34‑35
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros 

            Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: 
            -“Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. 
Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. 
            Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.” 
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN


“AMARNOS EN IGUALDAD”    

La comunidad cristiana tiene que retomar su identidad frente al mundo que vive y, para ello, no le queda más remedio que volver a lo que ha observado en Cristo, que Él consideraba principio irrenunciable: en el evangelio de hoy nos encontramos a Jesús en el momento final de su vida, donde está haciendo como su testamento y quiere dejar sentados los pilares de lo que ha de ser su nueva presencia en el mundo; sin esto nada tiene consistencia : “La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.” Jesús establece una comunidad de AMOR, eso los va a hacer diferentes a todos los demás grupos e instituciones.
Pero el problema se presenta a la hora de interpretar esa forma de vivir el AMOR: cuando miramos a Jesús, aparece bien claro: “Yo no os llamo siervos, pues el siervo no conoce lo que hace su señor, os llamo AMIGOS…”
En la relación entre el siervo y el Señor hay siempre una dependencia del “mayor hacia el menor”, aunque sea una dependencia marcada por el amor, como la que tiene un hijo con respecto a su padre; en cambio, en una relación de AMISTAD se establece la igualdad, marcada también por el amor, pero cambian las cosas.
La vida de la comunidad cristiana, está marcada por esa relación de AMOR-AMISTAD, en donde todos son iguales en dignidad, en responsabilidad, en misión… aunque cada uno realice el ministerio de acuerdo a su carisma.
Parece que esto se olvidó hace mucho tiempo y ha dado lugar a que se deteriore la vida de la comunidad cristiana, pues en ella han desaparecido las relaciones de igualdad: basta para ver cómo esto es un hecho, simplemente con preguntar a la gente qué entiende por “iglesia” y veremos que, para la gran mayoría, la iglesia son los curas, los obispos, el Papa… y los demás, obedecen lo que éstos mandan. Es decir: se ha establecido la relación “patrón-súbdito” = Padre-Hijo (que parece que suena menos fuerte), pero en realidad es lo mismo, pues lo que se impone es la ley por encima del amor y se cuida mucho el principio de autoridad, por encima de la responsabilidad y la igualdad… Esto ha dado como resultado el que la iglesia sea cosa de una “casta clerical”, separada por completo del mundo, al que se le considera expresión de Satán y no objeto del amor de Dios, por el que entregó a su HIJO.
Se impone, por tanto, una revisión constante de nuestras actitudes y de nuestro compromiso de personas, que participan en la resurrección de Cristo 

 

 

DOMINGO IV DE PASCUA -C-



PRIMERA LECTURA  


Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13, 14. 43—52
Sabed que nos dedicamos a los gentiles 

            En aquellos días, Pablo y Bernabé desde Perge siguieron hasta Antioquía de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. 
            Muchos judíos y prosélitos practicantes se fueron con Pablo y Bernabé, que siguieron hablando con ellos, exhortándolos a ser fieles a la gracia de Dios. 
            El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo. 
Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones:
            -"Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra."
            Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.
            La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. 
            Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo. 
Palabra de Dios.  

REFLEXIÓN 

ROMPER BARRERAS, UN SIGNO DE RESURRECCIÓN   

             Jesús  es el cumplimiento de todas las promesas y la ratificación de todo lo que han venido diciendo los profetas, lo lógico es que no se pueda prescindir de  todo lo dicho sobre Él, para  presentarlo junto con su mensaje, de ahí que, los primeros destinatarios del anuncio sean los judíos y así se hizo.
            El libro de los Hechos nos presenta a los apóstoles que comienzan su predicación dentro de la sinagoga y, cuando llegan a algún sitio, se van a la sinagoga, donde van a escuchar la palabra de Dios y, donde anuncian que se ha cumplido todo lo que habían dicho las Escrituras.
            Frente al nuevo mensaje, efectivamente, hay mucha gente que lo ve  y se alegra, dando el paso a la aceptación del evangelio, pero en cambio, por parte de la oficialidad judía, que ve cómo la sinagoga se llena de gente que se entusiasma con el nuevo mensaje, reacciona con violencia, no solo contra el mensaje, sino contra los que lo predican, que se les expulsa de la sinagoga y se les declara traidores y renegados de la fe, amenazando a todos aquellos judíos que se han unido al nuevo camino que presentan y sigan sintiéndose judíos.
            Esto hace que la oposición se enquiste dentro del judaísmo, pero al mismo tiempo, hace que  los no judíos, vean el camino abierto para abrazar la fe en Jesús que no tiene fronteras de ningún tipo.
            Precisamente éste es uno de los aspectos más hermosos de la fe en Jesucristo: ha roto todas las barreras que distancian a los hombres de Dios y de los mismos hombres: de cara a Dios somos todos hijos, sin importar la raza, la cultura, la lengua, la nación.
            Algo que está tan claro desde el mismo comienzo de la iglesia, que asumió el mandato del AMOR de Jesús sin condiciones de ningún tipo, todo se complica el momento en que la ley empieza a poner cortapisas y la norma se impone al amor y a la acogida de la persona; fue el pecado del antiguo pueblo que le llevó a cerrarse a Dios y sigue siendo el pecado de la actualidad en donde la ley se impone en muchos momentos por encima de la persona.

 

Salmo responsorial Sal 99, 2. 3. 5 (R.: 3c)


R. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño. 

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R.
R. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño. 

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
R. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño. 

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.» R.
R. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.   

SEGUNDA LECTURA  


Lectura del libro del Apocalipsis 7, 9. 14b-17
El Cordero será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas 

            Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. 
Y uno de los ancianos me dijo: 
            -“Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. 
            Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo. 
El que se sienta en el trono acampará entre ellos. 
            Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. 
            Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.” 
Palabra de Dios.  
 

REFLEXIÓN
 

LLAMADOS A PARTICIPAR DEL TRIUNFO DE CRISTO    

Cuando leemos este pasaje del libro del Apocalipsis, surge la idea de estar delante de un texto de alguien tocado de sentimientos nacionalistas excluyentes, en donde solo el pueblo judío está llamado a ocupar el puesto de preferencia, pero no es así, sino todo lo contrario: se trata más bien de presentar el nuevo rostro de Dios Padre que ha traído Jesús que ha roto, precisamente, con todos los esquemas que excluyen a cualquiera que no tenga sangre judía; Dios es Padre de todos los hombres, sin exclusión de nadie, sin que haya barreras que lo impidan, ni fronteras que cierren el acceso.
            El triunfo del Cordero es precisamente éste: ha roto todas las barreras y se ha instaurado una nueva realidad, en donde se establece la fraternidad sin fronteras y en donde serán superadas todas las miserias de este mundo.
            La única condición que se establece, es aceptar en libertad la salvación que ha conseguido Jesucristo, el Cordero que se ha inmolado por todos; esto nos hace acreedores de la salvación y de la participación en el triunfo sobre la muerte. 
Cristo se presenta como el que ha pagado con su muerte, ofreciéndose como víctima y Dios lo ha establecido como pastor y guía de todos aquellos que lo aceptaron.
Pero hoy sabemos la estrategia de Juan, que quiere inyectar la esperanza en las comunidades y les tranquiliza dejándoles seguro algo que es inamovible: La batalla está dada y el triunfo asegurado; se trata de apuntarse al carro y darse cuenta que los que no quieren aceptar, es lógico que no acepten la derrota que ya nadie nos puede quitar, pero de todas formas, si alguien sigue pensando que en la oposición tienen más esperanzas de triunfo, nadie le va a quitar la posibilidad de hacerlo; de hecho, hoy lo vemos con una claridad enorme, al mismo tiempo que vemos el caos que crean con su conducta. Y es que ya quedó todo perfectamente esclarecido: o con Dios, o contra  Dios: o a favor de la JUSTICIA, de la VERDAD, de la PAZ y del AMOR, o a favor de todo lo contrario, sabiendo que esto lleva irremediablemente a la muerte y al abismo, ya no hay camino intermedio. Cristo es el CAMINO, la VERDAD y la VIDA y a este proyecto están llamados e invitados todos. 
 

Aleluya Jn 10, 14 

Yo soy el buen Pastor —dice el Señor—,
conozco mis ovejas, y las mías me conocen. 
 

EVANGELIO  


Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 27‑30
Yo doy la vida eterna a mis ovejas 

            En aquel tiempo, dijo Jesús: 
            -“Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. 
            Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. 
            Yo y el Padre somos uno.” 
Palabra del Señor.
 

REFLEXIÓN
 

MIS PLANES NO SON VUESTROS PLANES  

Cuando leemos despacio el texto y nos detenemos a pensar, nos damos cuenta que son como dos mundos que funcionan en dos planos completamente distintos: uno es el mundo de Dios, sus planes, su proyecto, sus decisiones… y otro es el nuestro.
            En el evangelio de hoy vemos que Jesús habla del plano de Dios: Él conoce sus ovejas, las cuida, no va a dejar que nadie se las arebate… y Dios supera a todos, es decir: Dios no está en nuestra onda ni en nuestros esquemas, sus pensamientos, sus planes… no son los nuestros .
            ¿A que nos lleva todo esto? Pues si lo pensamos despacio, a darnos cuenta que aunque yo tenga unos planes, aunque yo ponga toda la oposición que quiera, aunque yo entre en una crisis tremenda, aunque yo desprecie a Dios y sostenga que es un cuento… eso es un problema mio, pero no de Dios; Él siempre estará ahí, ofreciendome la alternativa de felicidad y yo no voy a hacer que con mis “neuras” Él cambie su actitud; en todo caso puede ser que, si me empecino en mi estupidez, Él refuerce su acción para que me de cuenta que no vale la pena castigarme a mi mismo.
            Siguiendo con la reflexión y observando nuestra forma de actuar en la vida, podemos ver cómo: sabiendo que hemos sido “comprados o rescatados a precio de la sangre de Cristo y que, por tanto, somos propiedad de Dios, sin embargo, vivimos como  huérfanos, como seres solitarios, como si Dios no existiera y, en nuestros planes, Él no cuenta para nada, no tiene espacio en nuestros proyectos ni en nuestras vidas. Vivimos como si Dios no existiera.
            En momentos fuertes, como el que vivimos, de crisis a todos los niveles, estamos viendo que si para algo lo tenemos en cuenta es para protestarle en algún momento porque no se quita de en medio a algunos personajes, pero lo tratamos cono si todo esto no fuera con Él y no le importara, incluso su palabra no se la escucha para dar respuesta y soklución a lo que tenemos entre manos.
            Lo llamamos el “Buen Pastor” pero lo que sí es cierto que nosotros ni escuchamos su voz, ni nos interesa, ni lo sentimos que vaya por delante ni por detrás, ni nos importa si va en el camino. Nos sentimos que estamos en medio de un torbellino en donde se estableció el “salvese quien pueda y como pueda”.
            Se nos ha olvidado esto que dice Jesús: “nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre”. Aunque nosotros andemos despistados.
            Pero hay otra expresión interesante de Jesús: “Mi Padre supera a todos” Es decir: aunque estemos hechos polvo y con una crisis que nos envuelve por todas partes, Dios no está así, Dios sabe perfectamente lo que tiene que hacer y todo lo tiene ordenado y, la corrupción, la injusticia y el atropello que hemos establecido, Él ni lo tiene, ni lo quiere, ni va a permitir que se imponga, aunque aguante y espere que nos demos cuenta que ese camino no nos lleva a ningún sitio y rectifiquemos, porque, una cosa que no va a hacer, es quitarnos la libertad, pero lo que debemos tener seguro es que el hombre y su estupidez, no van a poner en crisis a Dios y van a hacer que Él deje de ser el Padre Bueno y Amoroso que está siempre abierto y dispuesto para apoyar la felicidad de sus hijos.
            Sin lugar a duda, seremos siempre nosotros los que relentizamos el ritmo e impedimos que la verdad, la justicia, la alegría y la paz se establezcan y brillen como el sol en la vida.