PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de
Isaías 66, 10‑14c
Yo haré derivar hacia
ella, como un río, la paz
Festejad a Jerusalén, gozad con ella,
todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis
luto.
Mamaréis a sus pechos y os saciaréis de
sus consuelos, y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes.
—Porque así dice el Señor: «Yo haré derivar
hacia ella, como un río, la paz, como un
torrente en crecida, las riquezas de las naciones.
Llevarán en brazos a sus criaturas y
sobre las rodillas las acariciarán; como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo, y en Jerusalén seréis consolados.
Al verlo, se alegrará vuestro
corazón, y vuestros huesos florecerán como un
prado;
la mano del Señor se manifestará a sus
siervos.»
Palabra
de Dios.
REFLEXIÓN
RECUPERAR
LA CONFIANZA EN DIOS
El pasaje que nos presenta la
liturgia de hoy corresponde al tercer Isaías en donde quiere dejar al pueblo un
mensaje de alegría y esperanza, precisamente cuando las cosas están peor:
recién acaban de volver del exilio de Babilonia y está todo deshecho; Jerusalén
está destruida y los problemas son enormes; el pueblo está sufriendo las
presiones que vienen de todos lados y que hacen sentir al pueblo la tentación
de pensar que Dios lo ha abandonado.
Esta vuelta del pueblo es considerada como un segundo
éxodo, con el agravante de que el pueblo se encuentra hundido, decepcionado y
desilusionado.
Ante esta situación, Isaías quiere salir al frente reforzando
la esperanza y el ánimo del pueblo: “Como un hijo al que su madre consuela, así
os consolaré yo a vosotros… al verlo os alegraréis…el Señor mostrará a sus
siervos su poder”
Pero para que este cambio pueda darse, es necesario que
el pueblo recupere la confianza en sí mismo y, sobre todo en Dios y se deje
llevar por el camino que el Señor le marca y, por el contrario, deje la
dirección que ha tomado.
Esta situación suena con un eco especial en nuestros
días, donde la confianza se ha perdido por completo en los dirigentes y la
corrupción lo ha impregnado todo hasta el punto que todos nos preguntamos: ¿qué
hay limpio en lo que nos podamos apoyar?
Salmo responsorial Sal 65, 1‑3a. 4‑5. 16 y 20 (R.: 1)
R.
Aclamad al Señor, tierra entera.
Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre;
cantad himnos a su gloria;
decid a Dios: «¡Qué temibles son tus
obras!» R.
R.
Aclamad al Señor, tierra entera.
Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los
hombres. R.
R.
Aclamad al Señor, tierra entera.
Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna eternamente. R.
R.
Aclamad al Señor, tierra entera.
Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi
súplica,
ni me retiró su favor. R.
R.
Aclamad al Señor, tierra entera.
SEGUNDA LECTURA
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 6, 14‑18
Yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús
Hermanos:
Dios me libre de gloriarme si no es en la
cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí,
y yo para el mundo.
Pues lo que cuenta no es circuncisión o
incircuncisión, sino una criatura nueva.
La paz y la misericordia de Dios vengan
sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios.
En adelante, que nadie me venga con
molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo
esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.
Palabra
de Dios.
REFLEXIÓN
LA
RAZÓN DE VIVIR
S.
Pablo, después de un fuerte choque con la comunidad de los gálatas, viene a
hacer una especie de resumen con el que quiere acentuar todo lo que les ha
venido diciendo y que considera importante; recalca aquello que no deben
olvidar: se ha tenido que enfrentar a quienes sostienen la circuncisión como
algo fundamental y ratifica todo lo que ha dicho con esta frase: “Lo que importa no es estar circuncidado o
no, sino el ser una criatura nueva” y deja con la conciencia tranquila a los
que viven con estos principios.
De
la misma manera, a los que dudan de su autoridad y de su doctrina, les deja
remachando que para él no hay otro interés que Jesucristo y éste, crucificado,
pues él se siente crucificado con Él para el mundo y el mundo lo está también
para él.
Pablo
ha roto con todos los intereses y su vida no tiene otro sentido que Jesucristo.
Para
él, deja claro que la razón de su actuación no es la ley, sino Jesucristo y,
por eso, él se siente una criatura nueva que funciona bajo la acción del
Espíritu, que es vivir en el imperio del amor.
La
pregunta para nosotros hoy es: Y yo, ¿Bajo qué fuerza actúo? ¿Qué intereses son
los que me mueven?
Aleluya
Col 3, 15a. 16a
Que la paz de Cristo actúe de árbitro en
vuestro corazón; la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su
riqueza.
EVANGELIO
U
Lectura del santo evangelio según san Lucas
10, 1‑12. 17‑20
Descansará sobre ellos vuestra paz,
En
aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de
dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les
decía:
—«La mies es abundante y los obreros
pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos
en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis
talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el
camino.
Cuando
entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay
gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a
vosotros.
Quedaos
en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su
salario.
No
andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo
que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de
vosotros el reino de Dios."
Cuando
entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el
polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos
sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de
Dios."
Os
digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.»
Los setenta y dos volvieron muy contentos
y le dijeron:
—«Señor, hasta los demonios se nos
someten en tu nombre.»
É1 les contestó:
—«Veía a Satanás caer del cielo como un
rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo
el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno.
Sin
embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres
porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.»
Palabra
del Señor.
O
bien más breve:
U Lectura
del santo evangelio según san Lucas 10, 1‑9
En
aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de
dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les
decía:
—«La mies es abundante y los obreros
pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos
en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis
talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el
camino.
Cuando
entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay
gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a
vosotros.
Quedaos
en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su
salario.
No
andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo
que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de
vosotros el reino de Dios."
Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
COMO CORDEROS EN MEDIO DE LOBOS
Es interesante escuchar despacio y tomar en cuenta las
advertencias que hace Jesús a los que envía: “Mirad que os mando como corderos
en medio de lobos”, es decir: no van a un campo de rosas; van a una pelea que
les puede herir gravemente y han de estar muy atentos.
Cuando miramos el momento actual, te
sorprende enormemente, porque los lobos, una gran cantidad de veces no están
fuera, sino dentro y, lo peor todavía, es que andan disfrazados con la piel de
oveja y estamos en el peligro constante de dejarnos ilusionar y convencer por
las consignas y el lenguaje de los lobos que nos hace atractivos al ambiente y
somos aceptados y aplaudidos.
Entrar en esa onda es una de las
tentaciones más sutiles pues existen tantos subterfugios que pueden encubrir
una acción negativa que nos podemos perder: desde aquellos que cogen un
lenguaje socializante y al final terminan viviendo y engordándose a costillas
de los pobres, hasta los que se visten la piel de oveja basados en un
ritualismo legalista y perfeccionista completamente alejado de la vida y de las
necesidades de las personas que crean una distancia insalvable para acercarse
al amor y a la misericordia de Dios.
Por eso, recordando después la
evaluación que hacen los discípulos a la vuelta, Jesús tiene que hacerles
algunas observaciones, que son las que hoy nos tendría que hacer a nosotros.