DOMINGO VIII DEL T.O. -C-

PRIMERA LECTURA

Lectura del primer libro de Samuel. Eclo 27, 4-7
No elogies a nadie antes de oírlo hablar

CUANDO se agita la criba, quedan los desechos;
     así, cuando la persona habla, se descubren sus defectos.
El horno prueba las vasijas del alfarero,
     y la persona es probada en su conversación.
El fruto revela el cultivo del árbol,
     así la palabra revela el corazón de la persona.
No elogies a nadie antes de oírlo hablar,
     porque ahí es donde se prueba una persona.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
LA PALABRA, RETRATO DE LA PERSONA     
            El texto del eclesiástico que nos presenta la liturgia de este domingo, muestra la imagen del hombre vacío que su vida y sus palabras no tienen consistencia alguna y, en consecuencia, su persona se retrata en cuanto abre la boca: la palabra del hombre vacío queda dibujada con las imágenes que el autor del libro del Eclesiástico emplea: son la paja que queda en la criba después que se le ha sacado el grano. Para el autor del libro, la palabra y las obras de la persona son la expresión externa del vacío interior o de la bondad que lleva dentro, lo mismo que de la maldad que lo invade.
            Compara al hombre con el árbol: sus frutos son sus palabras y su modo de plantearse frente a la vida; lo mismo que el árbol se define por sus frutos, el hombre manifiesta su bondad o su maldad a través de sus palabras y de sus obras que son las formas por las que se define.
            Esta es una llamada muy fuerte que hoy nos hace Dios a toda la iglesia y a cada uno de nosotros en particular, pera que examinemos nuestra forma de presentarnos, sobre todo en un tiempo como el nuestro en el que se propicia la superficialidad y se desprecia la profundidad de la persona; lo importante son las formas, la imagen, el cuerpo, el dar la talla en el canon de belleza establecido y se desprecia en cambio la profundidad de la persona.

Salmo responsorial

Sal 91, 2-3. 13-14. 15-16 (R/.: cf. 2a)
R/.   Es bueno darte gracias, Señor.

        V/.   Es bueno dar gracias al Señor
                y tocar para tu nombre, oh Altísimo;
                proclamar por la mañana tu misericordia
                y de noche tu fidelidad.   R/.
R/.   Es bueno darte gracias, Señor.

        V/.   El justo crecerá como una palmera,
                se alzará como un cedro del Líbano:
                plantado en la casa del Señor,
                crecerá en los atrios de nuestro Dios.   
R/.
R/.   Es bueno darte gracias, Señor.

        V/.   En la vejez seguirá dando fruto
                y estará lozano y frondoso,
                para proclamar que el Señor es justo,
                mi Roca, en quien no existe la maldad.   
R/.
R/.   Es bueno darte gracias, Señor.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 15, 54-58
Nos da la victoria por medio de Jesucristo

HERMANOS:
Cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita:
«La muerte ha sido absorbida en la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?».
El aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del pecado, la ley.
¡Gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
De modo que, hermanos míos queridos, manteneos firmes e inconmovibles.
Entregaos siempre sin reservas a la obra del Señor, convencidos de que vuestro esfuerzo no será vano en el Señor.
Palabra de Dios. 


REFLEXIÓN 

VIVIR LA VIDA    
            S. Pablo advierte a los corintios de algo que es irreversible: hemos de morir, esto es algo de lo que no nos podemos librar, pero nosotros hemos superado en Cristo la tragedia de la muerte; nosotros estamos llamados a la resurrección, a resucitar, por tanto, si ese es nuestro destino, no tiene sentido que vivamos mezclados en la corrupción, pues nuestro final no significaría el triunfo de una vida de lucha, sino que sería la derrota y la destrucción de aquello en lo que hemos venido empleando nuestra vida, sería nuestra propia derrota.
            Por eso invita a que se mantengan firmes e inamovibles a favor de la obra de Dios, pues está seguro que cualquier esfuerzo que no esté realizado a favor del reino, quedará vacío e inútil.
            Es importante tener claro que dedicarse en la vida al placer. Al lujo, al robo, a la corrupción… no es vivir la vida y gozarla” como ocurre con frecuencia, que deseamos y aconsejamos a las personas que queremos que “vivan la vida” dedicándose a gozar del placer.

Aleluya
Flp 2, 15d-16a
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Brilláis como lumbreras del mundo,
        manteniendo firme la palabra de la vida.   
R/.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 6, 39-45
De lo que rebosa el corazón habla la boca

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
    «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca».
Palabra del Señor. 

REFLEXIÓN 

NO SEÁIS COMO ELLOS    
            S. Lucas hace un retrato de aquellos que se erigen como guías del pueblo faltándoles la luz, el sentido común, los valores elementales, la dignidad y la autoridad moral elemental para merecer un mínimo de confianza en aquel que se pone en sus manos y se deja conducir.
            La imagen que denuncia S. Lucas es la de los fariseos y letrados que se presentan como referentes para el pueblo, advirtiendo a los apóstoles que no los sigan ni los cojan como modelos de vida y de actuación: ellos no son jueces de sus hermanos, sino que, en caso de tener que corregir a alguien, lo harán siempre de forma fraterna.
            Un guía ha de ser siempre alguien que conduzca a vivir de forma comunitaria y él ha de ir a la cabeza con su vida y sus hechos que han de ser la palabra más eficaz que pronuncie.
            Por eso Jesús se presenta como guía, como el pastor que va delante de sus ovejas, que las conoce a cada una y que busca lo mejor para ellas.

 

DOMINGO VII DEL T. O. –C-

PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de Samuel. 1 Sam 26, 2. 7-9. 12-13. 22-23
El Señor te ha entregado hoy en mi poder, pero yo no he querido extender la mano
EN aquellos días, Saúl emprendió la bajada al desierto de Zif, llevando tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David allí.
David y Abisay llegaron de noche junto a la tropa. Saúl dormía, acostado en el cercado, con la lanza hincada en tierra a la cabecera. Abner y la tropa dormían en torno a él.
Abisay dijo a David:
    «Dios pone hoy al enemigo en tu mano. Déjame que lo clave de un golpe con la lanza en la tierra. No tendré que repetir».
David respondió:
    «No acabes con él, pues ¿quién ha extendido su mano contra el ungido del Señor y ha quedado impune?».
David cogió la lanza y el jarro de agua de la cabecera de Saúl, y se marcharon. Nadie los vio, ni se dio cuenta, ni se despertó. Todos dormían, porque el Señor había hecho caer sobre ellos un sueño profundo.
David cruzó al otro lado y se puso en pie sobre la cima de la montaña, lejos, manteniendo una gran distancia entre ellos, y gritó:
    «Aquí está la lanza del rey. Venga por ella uno de sus servidores, y que el Señor pague a cada uno según su justicia Y su fidelidad. Él te ha entregado hoy en mi poder, pero yo no he querido extender mi mano contra el ungido del Señor».

Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

UNA HISTORIA DE HUMANOS    
        Nos encontramos con una historia de celos, de envidia y de venganza por parte de Saúl: la imagen queda perfectamente descrita en dos pasajes del libro de Samuel: (1ª Sam 24 y 26) son dos momentos en los que aparece con toda claridad los grandes valores de David que contrastan con la miseria de Saúl: David  aparece con una valentía excepcional, propia del hombre lleno de paz, de limpieza, de verdad, alguien que no guarda en su corazón rencor, sino más bien todo lo contrario: quiere el perdón, la paz y la colaboración; en cambio Saúl se ha quedado inutilizado por los celos que le impiden ver el bien que David quiere para él y da paso a la venganza, al odio y a la muerte.
            A David le aconsejan que se aproveche de las oportunidades que le ofrece la vida y se quite de en medio a Saúl, pero David se niega a asesinar a quien ha sido ungido por el Señor. David muestra su misericordia, como la otra cara de la valentía que demuestra. Pero David se pone en manos de Dios y deja que Él haga justicia: “Yahvé devolverá a cada uno según sus méritos y fidelidad, pues te había entregado en mi poder, pero no he querido levantar mi mano contra ti por ser el ungido de Yahvé” (1 Sam 26,23)
            Al final triunfa el bien y la verdad por encima de la ruindad de Saúl.

Salmo responsorial
Sal 102, 1-2. 3-4. 8 et 10. 12-13 (R/.: 8a)
R/.   El Señor es compasivo y misericordioso.

        V/.   Bendice, alma mía, al Señor,
                y todo mi ser a su santo nombre.
                Bendice, alma mía, al Señor,
                y no olvides sus beneficios.   R/.
R/.   El Señor es compasivo y misericordioso.

        V/.   Él perdona todas tus culpas
                y cura todas tus enfermedades;
                él rescata tu vida de la fosa,
                y te colma de gracia y de ternura.   
R/.
R/.   El Señor es compasivo y misericordioso.

        V/.   El Señor es compasivo y misericordioso,
                lento a la ira y rico en clemencia.
                No nos trata como merecen nuestros pecados
                ni nos paga según nuestras culpas.   
R/.
R/.   El Señor es compasivo y misericordioso.

        V/.   Como dista el oriente del ocaso,
                así aleja de nosotros nuestros delitos.
                Como un padre siente ternura por sus hijos,
                siente el Señor ternura por los que lo temen.   
R/.
R/.   El Señor es compasivo y misericordioso.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 15, 45-49
Lo mismo que hemos llevado la imagen del hombre terrenal, llevaremos también la imagen del celestial
HERMANOS:
El primer hombre, Adán, se convirtió en ser viviente. El último Adán, en espíritu vivificante.
Pero no fue primero lo espiritual, sino primero lo material y después lo espiritual.
El primer hombre, que proviene de la tierra, es terrenal; el segundo hombre es del cielo.
Como el hombre terrenal, así son los de la tierra; como el celestial, así son los del cielo. Y lo mismo que hemos llevado la imagen del hombre terrenal, llevaremos también la imagen del celestial.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

DESPOJARSE DEL HOMBRE VIEJO     

            S. Pablo sigue preocupado con el problema de los corintios que no acaban de aceptar que Cristo ha resucitado y que, por tanto, si Él ha resucitado, los muertos pueden resucitar también 1Cor 15,35-58
            Comienza a presentar algunos argumentos sobre el modo de la resurrección, pues los corintios no entienden otra cosa que el “revivir”, volviendo a una vida igual a la que se ha tenido.
            Entre los argumentos recoge una interpretación judía que dice que el ADÁN del primer capítulo del Génesis corresponde al hombre hecho a imagen y semejanza de Dios, el hombre espiritual, mientras el segundo Adán del cap. 2, es el creado del barro, hombre terrenal, mortal llamado a la destrucción. Pablo recoge esta interpretación y basándose en ella sostiene que Jesús es el Primer Adán espiritual del que han nacido todos los creyentes y, aunque hemos nacido como el “Adán terrenal” estamos llamados a dejar todo lo material que tenemos, para resucitar como hombres nuevos despojados de todo lo material y corruptible.

Aleluya
Jn 13, 34
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Os doy un mandamiento nuevo —dice el Señor—:
        que os améis unos a otros, como yo os he amado.   
R/.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 6, 27-38
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
    «A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.
Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.
Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».
Palabra del Señor.


 CAMINO DE MISERICORDIA    

“sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”.
            El listón que ha puesto S. Lucas es impresionante; no se trata tanto de superarlo cuanto de ponérselo como proyecto de vida y el camino puede ser el mismo que propone Jesús:
            “No juzguen y no serán juzgados”: esto no significa que renunciemos a nuestra capacidad de mirar, hacer una crítica de los hechos, opinar y dar nuestro punto de vista, todo eso es razonable y bueno, lo que no nos está permitido es el chismorreo, el “morbo” que le metemos a las cosas y que hacen que se destroce a una persona moralmente, pues sin que haya sido juzgada ya nos hemos convertido en jueces y hemos condenado a una persona. 
            “Perdonad y Dios os perdonará”: Es imposible ser misericordiosos si es que no somos capaces de perdonar y abrir a la persona a una nueva posibilidad, tal como nos hace Dios. Solo cuando esta dimensión es vivida en una comunidad, es cuando en ella florece la fraternidad. Por eso el perdón ha de ocupar un puesto fundamental dentro de la vida de la comunidad.
            “Dad y se os dará”: La misericordia cobra su credibilidad máxima el momento en que la persona está abierta hasta el punto de dar su persona, su cara… por el otro, aún después de haber sido ofendido.
            Jesús es la máxima expresión de la misericordia de Dios Padre que, después de todo lo que el hombre le hizo, fue capaz de entregar lo máximo que tiene: al Hijo.
            ¿En qué hacemos constar nosotros la misericordia? No podemos confundir misericordia con lástima, pues en la lástima estamos considerando al otro en una inferioridad de forma que lo que le hacemos creemos que está obligado a agradecérnoslo.

 

 

DOMINGO VI DEL T.O. –C-


PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro de Jeremías. Jer 17, 5-8

Maldito quien confía en el hombre; bendito quien confía en el Señor


ESTO dice el Señor:
   «Maldito quien confía en el hombre, y busca el apoyo de las criaturas, apartando su corazón del Señor. Será como cardo en la estepa, que nunca recibe la lluvia; habitará en un árido desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que alarga a la corriente sus raíces; no teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde; en año de sequía no se inquieta, ni dejará por eso de dar fruto».
Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN 

 

MI POSTURA EN LA VIDA    

            Jeremías, ante la misión que ha recibido y ante la dificultad que encuentra para realizarla, hace un análisis para ver dónde está la dificultad y cómo puede enfrentarla; no es cuestión de cerrar los ojos, o de llenarse de buenismo y quitarle hierro al problema, no, la realidad está ahí y tiene unas causas y de ellas derivan unas consecuencias: el hombre se ha colocado en el centro y hace que todo gire en torno a él; ha entendido que tan solo se puede fiar de sí mismo y no hay otro objetivo ni otro valor que él mismo… el resultado es evidente: se ha convertido en una especie de “cardo” que esteriliza el terreno, a su lado no puede crecer nada, solo la maldad y la tristeza se establecerá a su alrededor.

            Como contraposición, se detiene en el hombre justo que no tiene puesta su confianza en sí mismo, en su egoísmo, sino en Dios que es amor, paz, justicia, verdad… a su lado cambian las cosas: crece la alegría, la paz, el entusiasmo… la vida, pues su persona es como el agua fresca que va dando vida por donde pasa y a su lado nace y crece la esperanza.

            Vivimos en un mundo que es un verdadero sequedal, pero nosotros podemos ser cardos que esterilizan lo que tocan o agua fresca que va dando vida. ¿En quién y en qué confiamos? ¿Para quién o para qué trabajamos? ¿A qué aspiramos?

 

Salmo responsorial

Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R/.: Sal 39, 5a)

R/.   Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

 

        V/.   Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
                ni entra por la senda de los pecadores,
                ni se sienta en la reunión de los cínicos;
                sino que su gozo es la ley del Señor,

                y medita su ley día y noche.   R/.

R/.   Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

 

        V/.   Será como un árbol
                plantado al borde de la acequia:
                da fruto en su sazón
                y no se marchitan sus hojas;
                y cuanto emprende tiene buen fin.   
R/.

R/.   Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

 

        V/.   No así los impíos, no así;
                serán paja que arrebata el viento.
                Porque el Señor protege el camino de los justos,
                pero el camino de los impíos acaba mal.   
R/.

R/.   Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 15, 12. 16-20

Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido

HERMANOS:
Si se anuncia que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
Pues si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís estando en vuestros pecados; de modo que incluso los que murieron en Cristo han perecido.
Si hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solo en esta vida, somos los más desgraciados de toda la humanidad.
Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos y es primicia de los que han muerto.
Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN    

 

“EL HOMBRE UN LOBO PARA EL HOMBRE”     

 

            Pablo se encuentra con el eterno problema de los corintios: eso de resucitar no les acaba de entrar en la cabeza y menos aún de integrarlo en la vida, pues si no creo en la resurrección, la orientación de mi vida va por otro lado o, puede quedar a la deriva.

            Pablo se hace el planteamiento que los corintios se hacen y en pura lógica concluye: si Cristo no ha resucitado y tampoco lo haremos nosotros, en esta vida queda resumido todo, sin otra esperanza que lo que la vida nos ha dado o en suerte nos ha tocado… ¿qué sentido tiene trabajar por un mundo mejor? ¿Qué sentido tiene esforzarse por ser mejores o ayudar a los demás, si es que esto es un espacio donde vamos a vivir un rato y después no queda nada?

            Lo lógico es pasarlo lo mejor que podamos, gozando la vida, aprovechando al máximo y evitando todo dolor, sufrimiento o problema; la esperanza no tiene sentido y la fe es una ilusión de tontos, no hay más sentido que vivir egoístamente y aprovechar al máximo cualquier posibilidad que se me da.

            Efectivamente, esto es la proclamación del absurdo y del caos como camino para el hombre; la sociedad se convierte en una jauría en donde el hombre y la naturaleza son considerados como tus peores enemigos de los que has de ir defendiéndote constantemente.

 

Aleluya

Lc 6, 23ab

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Alegraos y saltad de gozo —dice el Señor—,
        porque vuestra recompensa será grande en el cielo.   
R/.

 

EVANGELIO

   Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 6, 17. 20-26

Bienaventurados los pobres. Ay de vosotros, los ricos


EN aquel tiempo, Jesús bajó del monte con los Doce, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía:
    «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre.
Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero, ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN   

 

VIVIR SIN RODEOS         

                Cuando hablamos de las Bienaventuranzas, casi instintivamente nos vamos a la narración que nos hace S. Mateo, pues fue, incluso, lo que nos enseñaron desde niños en la catequesis y en cambio, pasamos de lado frenta a la narración que nos hace S. Lucas en donde pone la cara y la cruz de cada bienaventuranza: declara FELICES a los pobres, a los que lloran, a los que tienen hambre, a los perseguidos…

            Pero también declara INFELICES y amonesta a quienes causan esas situaciones o viven en otra onda; incluso consideramos muy fuerte y excluyente el discurso de Jesús que enfrenta la realidad de los ricos y les dice que ya tienen todo lo que desean y, por tanto, deben despedirse de soñar en otra troca. O dice directamente a los que están hartos, porque ha de llegar el momento en que tengan hambre, o los que solo buscan pasárselo bien y gozar de la vida, porque llegará el momento que lloren y tengan que hacer duelo; o los que buscan el aplauso, los votos a toda costa, porque caerán como cayeron siempre los falsos profetas…

            Este discurso no gusta escucharlo, a nadie le gusta que le llamen la atención o que le amenacen; lo que Jesús está haciendo es una llamada muy fuerte a la conversión; no podemos instalarnos en una situación de injusticia, mientras vemos que con nuestra forma de actuar, estamos haciendo daño a los que nos rodean. Lógicamente, esto no lo quieren escuchar aquellos que se instalaron cómodamente y viven a costillas de los demás.

            Jesús nos pone frente a la realidad sangrante de este mundo en el que vivimos y en el que todos, de una manera o de otra, estamos sosteniendo y haciendo que millones de personas estén pagando las consecuencias del desequilibrio y la injusticia que hay establecida.

            Es muy posible que digamos, para quedarnos tranquilos: ¿Y qué hago yo? Pero esa pregunta tiene un eco en el otro lado: ¿Y qué culpa tengo yo?.

            Frente a las dos preguntas, el Señor nos da hoy la respuesta: rompe la situación de autoengaño en la que te has instalado. Y “Deja de quejarte y plántale cara a los que te atropellan” Pero lo que no se puede permitir por parte de los pobres, es el espectáculo que estamos contemplando de apoyar al que me da unas migajas de lo que me roba, o de salir huyendo buscando que otros me arreglen mi situación.

            El reto es para todos, porque el mundo nos lo dejó Dios a todos y no debemos permitir que unos cuantos lo acaparen y lo destrocen, mientras los demás nos quedamos con los brazos cruzados.

            La llamada a la iglesia es muy fuerte, pues no podemos quedarnos impasibles viendo lo que está ocurriendo y, más bien, contemporizando con la injusticia para evitarnos problemas: un cristiano no puede ser imparcial, o apuesta por la verdad, por la justicia, por la paz y la libertad, o es un farsante; Jesús no deja alternativa.

 

DOMINGO V DEL T.O. –C-


PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro de Isaías. Is 6, 1-2a. 3-8

Aquí estoy, mándame

        EL año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo.
Junto a él estaban los serafines, y se gritaban uno a otro diciendo:
    «¡Santo, santo, santo es el Señor del universo, llena está la tierra de su gloria!».
Temblaban las jambas y los umbrales al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo.
Yo dije:
    «Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de gente de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Señor del universo».
Uno de los seres de fuego voló hacia mí con un ascua en la mano, que había tomado de! altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo:
    «Al tocar esto tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado».
Entonces escuché la voz del Señor, que decía:
    «A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?».
Contesté:
    «Aquí estoy, mándame».

Palabra de Dios.

 

LA TENTACIÓN DE ESCURRIR EL BULTO               

            De nuevo aparece el tema de la Palabra que llama, interroga, envía y, ante sus propuestas, la gente no se da por enterada ni quiere enfrentarla.

            Isaías se decide a prestarle atención y le responde al Señor: “Aquí estoy, mándame” y no pone condiciones de ningún tipo, entendiendo que la llamada de Dios está por encima de cualquier otra cosa o interés.

            El Señor, a diario, está llamando y pidiendo una respuesta, pues si somos cristianos tenemos una misión y los deberes que nos puede pedir son imprevisibles; puede ser algo que no esté en consonancia con mis planes o con mis gustos y siempre tendemos a poner condiciones, pero sobre todo, porque la mayoría de las veces, lo que me pide no es lo que me gusta ni lo que yo deseaba; su petición suele ser inoportuna, incómoda, inesperada y es ahí donde nos surge la tentación de decir: “esto no es cosa de mi competencia”, “que lo haga el cura”, o la persona a la que creemos le compete …

            Y las cosas más difíciles, las más necesarias, van quedando en el olvido, pues siempre andamos dando de lado a lo difícil y desagradable, con la excusa de que no es e mi competencia

 

Salmo responsorial

Sal 137, 1bcd-2a. 2bcd-3. 4-5. 7c-8 (R/.: 1d)


R/.
   Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.

 

        V/.   Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
                porque escuchaste las palabras de mi boca;
                delante de los ángeles tañeré para ti; 

                me postraré hacia tu santuario.   R/.

R/.   Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.

 

        V/.   Daré gracias a tu nombre:
                por tu misericordia y tu lealtad,
                porque tu promesa supera tu fama.
                Cuando te invoqué, me escuchaste,
                acreciste el valor en mi alma.   
R/.

R/.   Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.

 

        V/.   Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
                al escuchar el oráculo de tu boca;
                canten los caminos del Señor,
                porque la gloria del Señor es grande.   
R/.

R/.   Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.


        V/.   Tu derecha me salva.
                El Señor completará sus favores conmigo.
                Señor, tu misericordia es eterna,
                no abandones la obra de tus manos.   
R/.
R/.   Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.

 
SEGUNDA LECTURA (forma larga)

 Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 15, 1-11

Predicamos así, y así lo creísteis vosotros

OS recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados,
y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano.
Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.
Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo como ellos predicamos así, y así lo creísteis vosotros.
Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA (forma breve)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 15, 3-8. 11

Predicamos así, y así lo creísteis vosotros

HERMANOS:
Yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.
Pues bien; tanto yo como ellos predicamos así, y así lo creísteis vosotros.
Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN  

 

DIOS LLAMA A QUIEN QUIERE     

         Pablo se encuentra con el problema de los corintios que no aceptan la verdad de la resurrección de Cristo, con lo que atacan al pilar fundamental de la fe y de la iglesia.

            Frente a esto, se afianza en la fuente; en la verdad que él recibió y que ha transmitido con toda fidelidad; éste es el núcleo de la fe y del mensaje que él ha transmitido, lo que él recibió de manos del mismo Jesús, no se trata de algo que se le ocurrió en un momento de entusiasmo.

            Como argumento trae a todos los testigos que vieron el sepulcro vacío y aquellos otros a quienes se les apareció: a Pedro, a los doce apóstoles y después a más de quinientos discípulos de los que la gran mayoría viven todavía, por tanto, no es algo que él se haya inventado, sino que, precisamente, también él ha recibido la gracia de verlo a pesar de ser el último y el más indigno, pues incluso ha sido hasta perseguidor de Jesús.

            Se considera indigno de lo que ha recibido pues los méritos que ha hecho no son para ser premiado, sino todo lo contrario: ha hecho méritos para ser despreciado de Dios; si ahora es lo que es, se debe al gran regalo que Dios le ha hecho; le ha dado la oportunidad, porque Él ha querido y no está dispuesto a perderla ni a dejarla estéril.

            Como en todos los relatos de vocación, se dan las mismas constantes:

1º) Ante la llamada de Dios descubre su inutilidad y su indignidad; siente que la misión que se le encomienda es superior a su capacidad; él se siente pecador.

2º) En medio de toda su pobreza siente que la ayuda de Dios le sobrepasa… Es la misma dinámica de todos los relatos de vocación: Isaías, Jeremías, Moisés, Pedro…

 

Aleluya

Mt 4, 19

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Venid en pos de mí —dice el Señor—,
         y os haré pescadores de hombres.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 5, 1-11

Dejándolo todo, lo siguieron

        EN aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.
            Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
            «Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».
Respondió Simón y dijo:
    «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
            Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
            «Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Y Jesús dijo a Simón:
            «No temas; desde ahora serás pescador de hombres».
Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN  

 

ACTITUD FRENTE A LA PALABRA        

            El pasaje de S. Lucas nos presenta tres momentos muy interesantes en los que la PALABRA es clave y eje del acontecimiento:

                        -Jesús anuncia la palabra desde la barca a la gente deseosa de escucharla.

                        -Jesús invita a los apóstoles a volver a echar las redes después de haber estado toda la noche y no pescar nada, pero ellos, atendiendo su palabra, vuelven a echar las redes.

                        3º- Jesús pronuncia sobre Pedro su Palabra: “Te haré pescador de hombres”

            Es interesante tener en cuenta estos tres momentos y, sobre todo, ver la fuerza que tiene esa palabra.

            También es importante que nos detengamos a pensar que esas mismas situaciones, de una forma o de otra, se van repitiendo en nuestras vidas:

            Nos vamos a detener en esa imagen de gente que sigue a Jesús porque está sedienta de escuchar su palabra. Yo me siento en medio del grupo, como ocurre con frecuencia cuando estamos esperando la respuesta de un político, de una autoridad religiosa… Me detengo a escuchar lo que dice, pero lo hago ya desde un prejuicio y, desde ahí, voy analizando todo lo que dice; es exactamente lo que se hace a todos los niveles y, por tanto, el que habla no está preocupado por ceñirse a la verdad, sino a las posibles interpretaciones que puedan hacer de lo que dice.

            Por otro lado, yo me siento poseedor de la verdad y voy poniendo en tela de juicio todo lo que escucho, si es que no está en consonancia con lo que yo sostengo; critico porque no es políticamente correcto lo que se dice y lo considero trasnochado, anacrónico, obsoleto. Lo que menos importa es si se ajusta a la verdad. Y si es que se trata de un tema religioso, considero que es la misma cantinela de siempre, fuera de lugar, que todo lo niega, lo prohíbe y solo busca aguar la fiesta.

            Con esa actitud indispuesta contra la palabra de Dios, vamos anulando la acción de Dios que, en un momento puede dirigirse a mí pero yo tengo cerrados todos los canales de escucha, me cierro a todas las posibilidades que Dios tiene guardadas para mí, pues parto del hecho de que esa palabra no sirve para nada, está movida por intereses concretos, no se ajusta a la verdad.