IV DOMINGO TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

Les enseñaba con autoridad.
Del evangelio según san Marcos.
En la ciudad de Cafarnaún, el sábado entra Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar:
«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Jesús lo increpó:
«¡Cállate y sal de él!»
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen». 
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea. Palabra del Señor.       

     En este domingo, Jesús se presenta como el Maestro que enseña con autoridad. La autoridad de Cristo es lo que movió a marcharse a los espíritus inmundos .

    En Él se manifiestan unidos el testimonio, el hablar, y las obras. El leguaje que nos trae Cristo es un lenguaje liberador, sanador, que no esclaviza y es más, que es entendible para todos. Los espíritus inmundos lo reconocen y el pueblo que esperaba al Mesías lo mismo. Los primeros, para señalarlo "sé quién eres, el Santo de Dios" y los segundos, para quedar admirados por su persona.

    Hoy  Jesús también se nos acerca con autoridad para expulsar de nosotros todo aquello que no nos deja reconocerlo interiormente, y nos invita a admirarnos por todo lo nos muestra, que no es otra cosa sino el amor del Padre. Dejémonos tocar y sanar por su palabra para convertirnos en testigos suyos en medio de nuestro mundo.

    


  


III DOMINGO TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

 

Convertíos y creed en el Evangelio.

Del evangelio según san Marcos.
Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios.
Convertíos y creed en el Evangelio».
Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él. Palabra del Señor.
    El evangelio de este domingo está lleno de signos que nos pueden y de hecho nos acercan a la figura y persona de Jesús.
        A lo largo de nuestra vida, en muchas ocasiones, hacemos el propósito de cambiar nuestro rumbo por algo que nos ha llamado la atención y que merece la pena hacer. El evangelio de hoy es uno de esos momentos en que algunos pescadores de Galilea cambian el rumbo de sus vidas para seguir quizás a un desconocido que se llama Jesús.
    Hoy al igual que entonces, escuchamos el anuncio, "se ha cumplido el tiempo, convertíos y creed en el Evangelio". Este anuncio ha de llegar a nosotros en lo más hondo de nuestro corazón para que podamos acercarnos a la persona de Jesús como los primeros discípulos, y de esta forma ir configurándonos a Él.
    El camino que hemos de recorrer no es un camino solitario, esta El cerca de nosotros y de igual manera nos invita a hacerlo. Caminemos en pos de Él para que también podamos vivir como los primeros Apóstoles la alegría del encuentro con Cristo y así poder ser testigos en medio de nuestro mundo.