«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Jesús lo increpó:
«¡Cállate y sal de él!»
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen».
En este domingo, Jesús se presenta como el Maestro que enseña con autoridad. La autoridad de Cristo es lo que movió a marcharse a los espíritus inmundos .
En Él se manifiestan unidos el testimonio, el hablar, y las obras. El leguaje que nos trae Cristo es un lenguaje liberador, sanador, que no esclaviza y es más, que es entendible para todos. Los espíritus inmundos lo reconocen y el pueblo que esperaba al Mesías lo mismo. Los primeros, para señalarlo "sé quién eres, el Santo de Dios" y los segundos, para quedar admirados por su persona.
Hoy Jesús también se nos acerca con autoridad para expulsar de nosotros todo aquello que no nos deja reconocerlo interiormente, y nos invita a admirarnos por todo lo nos muestra, que no es otra cosa sino el amor del Padre. Dejémonos tocar y sanar por su palabra para convertirnos en testigos suyos en medio de nuestro mundo.