DOMINGO XXVI DEL T.O. –C-


PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Amós. Am 6, 1a. 4-7
Ahora se acabará la orgía de los disolutos

ESTO dice el Señor omnipotente:
«¡Ay de aquellos que se sienten seguros en Sion,
confiados en la montaña de Samaría!
Se acuestan en lechos de marfil,
se arrellanan en sus divanes,
comen corderos del rebaño y terneros del establo;
tartamudean como insensatos
e inventan como David instrumentos musicales;
beben el vino en elegantes copas,
se ungen con el mejor de los aceites
pero no se conmueven para nada por la ruina de la casa de José.
Por eso irán al destierro,
a la cabeza de los deportados,
y se acabará la orgía de los disolutos».
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“EL ÍDOLO DE LA RIQUEZA”    

            El profeta Amós viene haciendo una denuncia del sistema que se ha implantado en el reino del norte, basado en la injusticia y en la explotación de los pobres a quienes se les escatima y retiene el salario, se les roba en el comercio aumentándoles el precio y robándole en las balanzas y e les atropella sus derechos, mientras los explotadores están instalados muy seguros en la estructura que han montado acomodando la ley a sus intereses, viviendo lujosamente y derrochando en comilonas, bebidas y fiestas.
            El profeta, desde el más elemental sentido común, pronostica cuál va a ser el final de semejante desvarío: todos estos irán a parar al destierro a la cabeza de los deportados.
            El profeta denuncia también la situación que está observando en el pueblo, pues lo mismo que ve que hay montado en Samaría, observa que están queriendo hacer en Judá y que se expresa en la competencia que han montado entre los dos montes: Sión en Jerusalén y Garizin en Samaría que andan disputándose la primacía.
            Ocho siglos más tarde seguirá la misma competencia, podemos recordar la expresión de la samaritana junto al pozo cuando se encuentra con Jesús (Jn. 4,20).
            Amós siente que esta situación escandalosa ha de estallar en el momento menos pensado y no habrá nada que los salve de la ruina a los disolutos.
            La denuncia de Amós tiene hoy un eco impresionante en nuestra sociedad y en nuestra iglesia; se impone el que escuchemos con atención todo lo que se dice y está ocurriendo

Salmo responsorial
Sal 145, 6c-7. 8-9a. 9bc-10 (R/.: 1b)
R/.   Alaba, alma mía, al Señor.

O bien:
R/.   Aleluya.

        V/.   El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
                hace justicia a los oprimidos,
                da pan a los hambrientos.
                El Señor liberta a los cautivos.   
R/.
R/.   Alaba, alma mía, al Señor.

        V/.   El Señor abre los ojos al ciego,
                Señor endereza a los que ya se doblan,
                el Señor ama a los justos.
                El Señor guarda a los peregrinos.   R/.
R/.   Alaba, alma mía, al Señor.

        V/.   Sustenta al huérfano y a la viuda
                y trastorna el camino de los malvados.
                El Señor reina eternamente,
                tu Dios, Sión, de edad en edad   
R/.
R/.   Alaba, alma mía, al Señor.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo.
Tim 6, 11-16 
Guarda el mandamiento hasta la manifestación del Señor

HOMBRE de Dios, busca la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna, a la que fuiste llamado y que tú profesaste noblemente delante de muchos testigos.
Delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que proclamó tan noble profesión de fe ante Poncio Pilato, te ordeno que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que, en el tiempo apropiado, mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad, que habita una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
A él honor y poder eterno. Amén.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LA PELEA CONTRA LA PRESIÓN    
            Timoteo ha tomado el compromiso delante de mucha gente de asumir la misión de dirigir la comunidad; Pablo sabe que tiene el peligro de entrar en la onda del poder y dejarse tentar por la fuerza del mal que lo corrompe todo y, entonces le pide encarecidamente que no ceda a la presión, ni se deje convencer, sino que se mantenga firme “en el noble combate de la fe”
            Pablo entiende que la lucha por mantenerse firme sin ceder, es algo tan fuerte que necesitará de la ayuda de Dios.
            En los momentos que vivimos, estas palabras de Pablo a Timoteo podemos poner nuestro propio nombre, sintiendo que van dirigidas a cada uno de nosotros, pues cada uno recibimos el bautismo y con él se nos dio la misión de ser testigos del Espíritu Santo que nos mueve y nos mantiene viva la fe.
            Cada uno ha de desarrollar su lucha allí donde está y en las circunstancias en las que se encuentra: familia, trabajo, sociedad…y cada uno necesitamos mantenernos firmes sin decaer ante las presiones que nos acosan.

Aleluya
Co 8, 9
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre,
        para enriqueceros con su pobreza.   
R/.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 16, 19-31
Recibiste bienes, y Lázaro males: ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado 

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.
Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.
Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo:
“Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”.
Pero Abrahán le dijo:
«Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.
Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros”.
Él dijo:
“Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento”.
Abrahán le dice:
“Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. Pero él le dijo:
“No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán”.
Abrahán le dijo:
«Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

EL INFIERNO ES REAL  

            Alguien se sintió decepcionado al oírme decir que el infierno es otra opción que podemos tomar con nuestra libertad. Ante su decepción de que a estas alturas yo creyera en esas cosas, tuve que contestarle que se leyera el evangelio y me respondió que en el siglo que vivimos no podemos seguir manteniendo ciertos conceptos.
            Y lo triste es que esta persona es de las que se sienten cristiana de primera fila, pero ella ha superado ciertos conceptos “arcaicos”, empleados por la religión para amedrentar a la persona y tenerla sujeta. Lógicamente, no hay batalla más fácil de perder que aquella en la que al enemigo no se le siente como tal, es más, ni se considera que exista, sino que se convive con él y se le aceptan con agrado sus planteamientos.
            Pienso, por ejemplo, que para los que optaron por el placer como sustitutivo de la felicidad, y lo pusieron como base del amor y la libertad, es decir: soy feliz cuando todos mis sentidos tienen plena satisfacción y solo amo aquello que me produce placer y lo demás no me interesa… aceptar este principio de vida excluye cualquier esfuerzo por convertirme y, cuando se plantea una exigencia, la forma de no enfrentarse a ella es negándola, de esa manera, el “camino estrecho” y duro del que habla el evangelio es una falacia inventada por la religión, pues el hombre tiene derecho a gozar la vida y nada se lo puede impedir. El “vivir amando”, el enfrentarse a la vida con responsabilidad, que es la exigencia de la libertad… son exigencias obsoletas que no se pueden mantener, pues están completamente desfasadas.
            El “Todo vale”, si es que te gusta, embrutece y degrada a niveles por debajo, incluso, de los animales, pero esa es la norma que se establece de LIBERTAD; lo estamos viendo a diario, y el estar dispuesto “solo para la foto”, es cosa que se ha establecido como norma y podemos caer en la trampa de pensar que también Dios entró en el juego que hemos establecido, dejando a unos ir por la vida atropellando  y haciéndose el loco frente a los atropellados y no queremos aceptar que la imagen y la realidad de que Dios es Justicia y, a la hora de la verdad, cada cosa ha de ponerse en su sitio; la vida no se queda con nada de nadie. El “Todo vale” es la autopista del infierno.



DOMINGO XXV DEL T. O.


PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Amós. Am 8, 4-7
Contra los que “compran al indigente por plata”
ESCUCHAD esto, los que pisoteáis, al pobre
y elimináis a los humildes del país,
diciendo: «Cuándo pasará la luna nueva,
para vender el grano,
y el sábado, para abrir los sacos de cereal
—reduciendo el peso y aumentando el precio,
y modificando las balanzas con engaño—
para comprar al indigente por plata
y al pobre por un par de sandalias,
para vender hasta el salvado del grano?».
El Señor lo ha jurado por la Gloria de Jacob:
«No olvidaré jamás ninguna de sus acciones».
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

DIOS NO ES SORDO AL GRITO DEL POBRE        
El profeta Amos es un campesino del Sur que va al Norte a comerciar con sus productos y observa la corrupción y el nivel de vida que existe y la explotación y eso no es capaz de encajarlo en su mentalidad de hombre justo y solidario y se lanza contra los ladrones y explotadores y les augura lo que va a ocurrir, pues Dios no se queda impasible ante la injusticia.
Amós, aunque arremete contra los desalmados del reino del Norte y contra el sistema que tienen montado, no deja títere con cabeza y su mensaje lo lanza contra todos aquellos que se someten, apoyan y admiten un sistema semejante.
  Por eso acusa también a Judá, el reino del Sur, que intenta hacer lo mismo imitando la corrupción del reino del norte y a todas las naciones vecinas que lo apoyan: Tiro, Siria. Edon, Moab… la codicia de los ricos es intolerable donde quiera que esté, por eso se lanza directamente contra ellos: Escuchad esto, los que pisoteáis, al pobre y elimináis a los humildes del país,”
El profeta hace su juicio, lanza la denuncia y la amenaza y da los motivos por los que reprende y les anuncia el castigo: están haciendo trampas en el peso de los productos, roban en los precios y en los salarios, están engañando a aprovechándose de los pobres… y les asegura que Dios ha de tener en cuenta todo lo que están haciendo.
            Amós salta como un resorte frente a la explotación y el fraude que hay instalado, y contra todo lo que lo consiente, como es la política, la religión y toda la sociedad, indicando que Dios ha de poner su mano y tendrán que arrepentirse: “El Señor lo ha jurado por la Gloria de Jacob: «No olvidaré jamás ninguna de sus acciones»
Salmo responsorial
Sal 112, 1-2. 4-6. 7-8 (R/.: cf. 1b y 7b)
R/.   Alabad al Señor, que alza al pobre.

O bien:

R/.
  Aleluya.

        V/.   Alabad, siervos del Señor,
                alabad el nombre del Señor.
                Bendito sea el nombre del Señor,
                ahora y por siempre.   
R/.
R/.   Alabad al Señor, que alza al pobre.

        V/.   El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
                su gloria sobre los cielos.
                ¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
                que habita en las alturas
                y se abaja para mirar
                al cielo y a la tierra?   R/.
R/.   Alabad al Señor, que alza al pobre.

        V/.   Levanta del polvo al desvalido,
                alza de la basura al pobre,
                para sentarlo con los príncipes,
                los príncipes de su pueblo.   
R/.
R/.   Alabad al Señor, que alza al pobre.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo.
Tim 2, 1-8
Que se hagan oraciones por toda la humanidad a Dios, que quiere que todos los hombres se salven 

QUERIDO hermano:
Ruego, lo primero de todo, que se hagan súplicas, oraciones, peticiones, acciones de gracias, por toda la humanidad, por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos llevar una vida tranquila y sosegada, con toda piedad y respeto.
Esto es bueno y agradable a los ojos de Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Pues Dios es uno, y único también el mediador entre Dios y los hombres: el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos; este es un testimonio dado a su debido tiempo y para el que fui constituido heraldo y apóstol —digo la verdad, no miento—, maestro de las naciones en la fe y en la verdad.
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, alzando unas manos limpias, sin ira ni divisiones.
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN

LAS MISIÓN DEL DIRIGENTE       
         Pablo siente la necesidad de que haya una unidad de espíritu y de acción, pues la división trae la destrucción y en este sentido, los dirigentes políticos, sociales y religiosos tienen como objetivo primero de su misión el conseguir la paz y la tranquilidad para el pueblo, de modo que puedan fructificar los grandes valores de la justicia, del respeto, de la comprensión, de la fraternidad, de la unidad y de la paz.
Esta misión es noble y grande y nada fácil de conseguir, por eso pide a Timoteo que inculque en su comunidad el respeto a los dirigentes y la colaboración material y espiritual para que puedan desarrollar su misión.
Estos dirigentes deberían ser, al estilo de Jesús, los pastores y los guías del pueblo en el camino de la justicia y de la paz, con una vida que sea un reflejo de la verdad y de la justicia.
Pablo pone a Jesús como el gran referente y modelo para estos guías: “el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos; este es un testimonio dado a su debido tiempo”
            Visto así, en teoría no hay absolutamente ni una sola palabra o idea que haya que rebatir, el problema se presenta el momento en que estos guías no son pastores, sino lobos con piel de oveja que se meten en el rebaño y se engordan a sus costillas.        Pablo parte de un principio que tiene muy claro en la persona de Jesús, pero desgraciadamente ese principio se destruye cuando el dirigente no es un pastor, sino un asalariado, que mira al pueblo no para servirlo, sino para servirse de él, entonces habría que rezar, sí, como Amós, pero para que desaparecieran por completo del horizonte del pueblo.
            Aquí sentimos la sentencia del profeta con una fuerza enorme, terminando como él: “Os aseguro que Dios no dejará sin castigo vuestra corrupción”.

Aleluya
2 Co 8, 9
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre,
        para enriqueceros con su pobreza.   
R/.

EVANGELIO (forma larga)
Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 16, 1-13
No podéis servir a Dios y al dinero

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando».
El administrador se puso a decir para sí:
“¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:
“¿Cuánto debes a mi amo?”.
Este respondió:
“Cien barriles de aceite”.
Él le dijo:
“Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.
Luego dijo a otro:
“Y tú, ¿cuánto debes?”.
Él contestó:
“Cien fanegas de trigo”.
Le dice:
“Toma tu recibo y escribe ochenta”.
Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz.
Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.
Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».
Palabra del Señor.

EVANGELIO (forma breve)
Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 16, 10-13
No podéis servir a Dios y al dinero

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.
Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

EL “DIOS” DINERO”       
            El hombre, al dejar el útero de su madre queda en una inseguridad total; toda su vida la pasará buscando dónde agarrarse para sentirse seguro, ahí le sale al paso el dinero que le ofrece toda la seguridad que necesita y se echa en sus brazos, entendiendo que con el dinero lo tiene todo resuelto.
            Y cuando el hombre cae en brazos del dinero, pierde todos los ideales y todos los valores, su alma enferma y deja de pensar en otra cosa que no sea el dinero, con lo que éste se convierte en un auténtico ídolo que desplaza por entero a Dios, por eso Jesús advierte contra el peligro del dinero: “No se puede servir a Dios y al dinero”.
            El que se puso al servicio del dinero ve cómo su corazón es atrapado por la codicia y se convierte en un avaro que goza solo con verlo y la codicia le hará sentir inquieto, porque jamás el corazón se sentirá satisfecho.
            Pero lo peor es que mata todos los sentimientos de solidaridad y te hace insensible al dolor de los demás y ese afán por el dinero (la codicia) será la fuente de un montón de problemas: la envidia, las peleas, los atropellos, las sospechas, las desconfianzas… la corrupción que puede llegar, incluso, a utilizar la religión para hacer chanchullos con el dinero.
            Este es el gran problema del dinero: te sale al encuentro para dar respuesta a una de las necesidades más grandes del hombre: encontrar la seguridad, cosa que solo puede dar Dios y el hombre se pone en actitud de adoración al dinero, como su único dios que le da la solución a todos sus problemas. Pero es la gran mentira, pues el dinero no puede salvar a nadie y al final, la vida entera la perdemos, si es que no nos salvamos y, de hecho, el dinero se queda aquí para seguir siendo fuente de problemas.


DOMINGO XXIV DEL T.O. –C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Éxodo. Éx 32, 7-11. 13-14
Se arrepintió el Señor de la amenaza que había pronunciado

EN aquellos días, el Señor dijo a Moisés:
    «Anda, baja de la montaña, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: “Este es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto”».
Y el Señor añadió a Moisés:
    «Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo».
Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios:
    «¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo: “Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre”».
Entonces se arrepintió el Señor de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LOS DIEZ MANDAMIENTOS    
El pasaje que nos presenta la primera lectura nos narra el momento en el que el pueblo, al desaparecer el líder, se desconcierta y se pierde; parece que el ser humano no fuera capaz de dirigirse por sí mismo, necesita alguien que le abra el camino, que le empuje para seguirlo y hasta le fuerce para que lo haga, en cuanto desaparecen estos incentivos no es capaz de mantenerse firme.
En definitiva es la dificultad de ser libres y luchar en contra de las fuerzas naturales que nos arrastran a la dejadez.
Hace 200.000 años que el ser humano existe en la tierra; ¿Cómo se condujo desde el principio? ¿Llevado solo por sus instintos? ¿Qué diferencia tenía entonces con el resto de animales?
Indudablemente, necesitó unas normas a las que mirar para orientarse y poder convivir como persona.
Los DIEZ MANDAMIENTOS son una recopilación de normas elementales que han existido desde siempre entre los seres humanos y que hace unos 3.200 años recogió el autor y los puso como grandes principios o referentes morales, éticos y sociales, a los que debería mirar siempre el pueblo, si quería vivir como pueblo y como personas, ateniéndose a estos principios jamás llegaría a un régimen de esclavitud como el que habían tenido, ni se convertirían en esclavizadores de nadie.
Después, en su historia podemos ver cómo cada vez que dejaban estos principios y se desviaban por otro camino, el pueblo se destruía. El pasaje que nos presenta la liturgia de hoy es la descripción de uno de estos momentos: quieren romper el proyecto de libertad que Dios ha pensado para ellos y quieren volver al régimen de esclavitud del que han salido en el que se sentían seguros, aunque estuvieran aplastados.
Este “resumen” de principios básicos de humanidad que hizo el pueblo de Israel, ha tenido una influencia enorme en occidente y ha sido el motor de todo lo que ha conseguido y las metas que ha alcanzado.
Ahora nos encontramos en un momento parecido al que atravesó el pueblo de Israel, queriendo volver a la esclavitud de Egipto, y a todas las restricciones que impuso el Faraón. Lo primero que se ha hecho ha sido quitar los principios y suplantarlos por el becerro de oro. Lo siguiente no sabemos que será. Esperemos que no sea de nuevo la esclavitud de Egipto.

 Salmo responsorial

Sal 50, 3-4. 12-13. 17 y 19 (R/.: Lc 15, 18)
R/.   Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre.

        V/.   Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
                por tu inmensa compasión borra mi culpa;
                lava del todo mi delito,
                limpia mi pecado.   
R/.
R/.   Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre.

        V/.   Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
                renuévame por dentro con espíritu firme.
                No me arrojes lejos de tu rostro,
                no me quites tu santo espíritu.   R/.
R/.   Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre.

        V/.   Señor, me abrirás los labios,
                y mi boca proclamará tu alabanza.
                Mi sacrificio agradable a Dios
                es un espíritu quebrantado;
                un corazón quebrantado y humillado,
                tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.   
R/.
R/.   Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo.
1 Tim 1, 12-17
Cristo vino para salvar a los pecadores

QUERIDO hermano:
Doy gracias a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio, a mí, que antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente.
Pero Dios tuvo compasión de mí porque no sabía lo que hacía, pues estaba lejos de la fe; sin embargo, la gracia de nuestro Señor sobreabundó en mí junto con la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús.
Es palabra digna de crédito y merecedora de total aceptación que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero; pero por esto precisamente se compadeció de mí: para que yo fuese el primero en el que Cristo Jesús mostrase toda su paciencia y para que me convirtiera en un modelo de los que han de creer en él y tener vida eterna.
Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LA FUERZA DEL AMOR       
            Frente a la hostilidad del pueblo a través de toda la historia, no ha quedado otra fuerza que lo salve más que la misericordia de Dios, pues de lo contrario, el ser humano se hubiera extinguido ya; lo mismo que parece tener alergia a la libertad, le tiene también a la vida, pero en los momentos críticos, Dios ha ido saliendo siempre al encuentro y le ha hecho recapacitar, dándole de nuevo otra oportunidad.
            Esta actitud de Dios ha sido constante en la historia del pueblo y en la historia personal de cada hombre.
            Pablo se sincera con Timoteo y le expone la suya, cargada de equivocaciones y ejemplo claro de la gran misericordia y compasión que Dios ha derrochado con él, pasando por alto de todos sus errores y renovándole a cada momento su confianza. Pablo entiende que Dios lo ha elegido para que pueda ser el modelo de lo que Dios está dispuesto a hacer con cada uno de nosotros y, lógicamente, con el pueblo, con la iglesia. El único problema acontece el momento en el que el hombre quiere desplazar a Dios y establecer en su horizonte sus intereses, ahí rompe el referente y vuelve al becerro de oro, a la esclavitud y al reinado de los instintos

Aleluya
2 Co 5, 19
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo,
        y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.   
R/.

EVANGELIO (forma larga)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas Lc 15, 1-32
Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta

EN aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola:
«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice:
“¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice:
“Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”.
Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».
También les dijo:
«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
“Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”.
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo:
«Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”.
Se levantó y vino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.
Pero el padre dijo a sus criados:
“Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”.
Y empezaron a celebrar el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le contestó:
“Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”.
Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Entonces él respondió a su padre:
“Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”.
El padre le dijo:
“Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».
Palabra del Señor.

EVANGELIO (forma breve)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 15, 1-10
Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta

EN aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola:
«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice:
“¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice:
“Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”.
Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».
Palabra del Señor.
 
O bien más breve: 

U  Lectura del santo evangelio según san Lucas 15,  1‑10

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: 
-“Ése acoge a los pecadores y come con ellos.”  
Jesús les dijo esta parábola: 
-“Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: 
-“¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.” 
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. 
Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: 
“¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido.” 
Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.”
Palabra del Señor

REFLEXIÓN

LA GRAN REVOLUCIÓN    
            Una de las cosas más grandes que hizo Jesús y que supuso una liberación extraordinaria, fue mostrar su experiencia de Dios, con lo que nos dejó una imagen completamente nueva y diferente de Dios; desde ese momento, no es posible pensar a Dios como se había venido haciendo hasta entonces: como el monstruo todo poderoso y tremendo, cargado de ira y con todo el poder destructor en sus manos para castigarnos y destruirnos al menor fallo y, la forma de apaciguarlo, tenía que ser a base de sacrificios sangrientos.
            Sobre esa imagen estaba establecido el sistema político, social y religioso, con lo que, si ya la vida era insoportable para los pobres, encima, éstos eran considerados malditos de Dios. ¡Qué lindo y grande el regalo que Jesús nos dejó!
            No tuvo que dar muchas explicaciones, simplemente vivió como el que tiene la seguridad de tener un Padre entrañable y tierno, que lo ama por encima de cualquier otra cosa o interés y que siempre está a su lado.
            Se trata de sentirse en puesto de preferencia en el corazón de Dios y dejarse empujar por esa fuerza de confianza que da el sentirse sostenido, acogido, por ese Padre que, aunque yo haga barbaridades, no voy a poder hacerle saltar los nervios, ni agotar su paciencia, sino que siempre va a estar esperando que me dé cuenta de mi error y cambie, pues es tan respetuoso con mi libertad, que ni siquiera me obliga a quererlo.
            Ciertamente fue lo más revolucionario que pudo dejarnos.