DOM. 1º DE ADVIENTO -A-


De andar por casa...

“Mire usted, lo que me ha hecho mi hermana no tiene precio y, por si no tuviera bastante, mi madre cayó enferma y no ha venido ni una sola vez a visitarla y a decirme si necesita algo nuestra madre… ahora ha venido al entierro vestida de negro y muy compungida diciéndome que quiere tener algún recuerdo de mi madre. Le he dado toda la ropa y hasta el colchón donde ha estado postrada dos años. 
Ahora va de negro y con gafas oscuras para que todos vean que está dolorida…"
También anda de psicólogos, porque ve a su madre que se le aparece cada noche, pero ya no hay vuelta atrás”

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 24, 37-44
Estad en vela para estar preparados

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Palabra del Señor.

                Es interesante ver y escuchar todo lo que se va diciendo por todas partes: todos tenemos una idea clarísima de lo que está ocurriendo; todos sabemos perfectamente lo que hay que hacer y todos tenemos una visión perfecta de lo que se está haciendo mal…
            Pero ninguno estamos dispuestos a dejar el puesto y la situación en la que nos encontramos, desde los políticos que empiezan poniéndose todos de acuerdo para subirse el sueldo y luego se dedican a montar batallitas de “tú más” y yo “mejor que tú” hasta yo, que me he instalado en la ayuda familiar y mis chanchullos en negro… y mientras, desde el palco me sumo a uno de los dos bandos aplaudiendo, como la disputa entre equipos de fútbol.
            Mientras tanto, hay un grupo de gente consciente del desastre al que nos abocamos y cuando levantan la voz se les calla para que no molesten y dejen vivir tranquilos: “La vida -dicen- hay que vivirla como viene” o, como ya tienen planificado que nos venga. Pero lo importante es que no molestes. Lo que pienses, guárdatelo para tus adentros, pero no está permitido ser diferentes…
            ¡Hasta que nos tocan el bolsillo y cuando llegamos ahí, ya no hay vuelta atrás, ni posibilidad de seguir aplaudiendo y, esto puede ser tan fácil y sencillo, como que te despidan del trabajo, te venga una enfermedad, haya un problema en la familia donde te veas con el agua al cuello… ¿Y ahora a quién aplaudes?
            Nunca es tarde –dice el refrán- si la dicha es buena y siempre es posible rectificar el camino que hemos cogido equivocados, eso es de sabios, pero el empecinarse en el absurdo y negar lo evidente es de necios.
            Por eso: “Estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre”  -así nos dice el Señor-  porque cuando ese momento llega, ni las gafas oscuras van a poder disimular la estupidez.

SALUDO





ESTIMADOS AMIGOS:

      Durante 12 años nos hemos venido encontrando cada domingo meditando la Palabra de Dios. No vamos a dejar el camino que hemos hecho, ni renunciar a la alegría de encontrarnos. Yo pienso continuar, pues me siento feliz al pensar en la posibilidad de que este rato de reflexión que cada semana hago delante del Señor, le puede servir a alguien y nos puede ayuda a todos a ser mejores.
      A partir de este domingo, que empezamos un nuevo ciclo, voy a intentar aterrizar más esta palabra, para que su luz se enfoque más en nuestro camino y no se quede en una disquisición intelectual
      Al final de cada reflexión dominical, dejaré mi e-mail por si alguien desea aportar una idea que pueda ayudarnos a todos a ver con más claridad el camino, incluso aportando ejemplos de vida de gente que merecen la pena tenerlos presentes y que no aparecen por ningún sitio.
      Justamente esto que estoy intentando es una invitación a recoger la idea que alguien me ha propuesto y que me parece genial.
      Un fuerte abrazo
      Melitón



Ciclo   -A-


ADVIENTO



Estamos al comienzo del ADVIENTO, un tiempo fuerte, de espera, de preparación para la venida de algo grande y nuevo, como la mujer que espera la venida de la criatura que tiene en su seno.
                Como  seguidores de Jesús que queremos llevar su mensaje de esperanza a nuestro mundo, estamos llamados a cuidar para no abortar esa “criatura” que esperamos y podemos dar al traste el momento que empezamos a helarnos con los fríos del invierno que atravesamos y nos refugiamos en el calorcito de nuestro mundo fabricado a nuestra medida esperando que pase la helada y llegue la primavera.
                Quizás nos puede ayudar lo que Jesús les dice a la gente de su tiempo:

Lectura del santo evangelio según S. Lucas. 12,54-57

                “Decía también a la gente: * Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: "Va a llover", y así sucede.
                Y cuando sopla el sur, decís: "Viene bochorno", y así sucede.
(Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, )cómo no exploráis, pues, este tiempo?
                )Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?”
Palabra de Dios

            Estamos viviendo un tiempo muy difícil y muy complicado; estamos viendo cómo todos se saltan todas las líneas rojas, incluso las de la misma naturaleza; ya nada es lo que parece y todo puede ser real, incluso pareciendo absurdo.
            ¿A dónde echar mano para tener un referente de la verdad? ¿Cómo interpretar todo este absurdo? El único anclaje seguro que tenemos es Jesús que permanece inquebrantablemente fiel.
            Vivimos un adviento impredecible, no sabemos cómo va a ser la criatura que nazca en este parto.
            Pero teniendo a nuestro favor la palabra de Jesús y la fuerza de su Espíritu que nos vivifica, Jesús viene de nuevo a decirnos:
            * Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: "Va a llover", y así sucede… )Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?”
                Anclados en Jesús enfrentamos el temporal sin dejar de ser lo que somos, con la seguridad de que al final, después de la tormenta ha de llegar la calma y encontraremos una
fruta que fue madurando contra viento y marea.  


EL ADVIENTO

Recuerdo los almendros de mi pueblo,
Son las primeras flores que aparecen
después de las heladas del invierno,
cuando todo permanece dormido y escondido
y no se atreven a salir las hojas,
ya el almendro se llena de flores
mientras todo está dormido,
como que tuviera miedo de sentir
el frío de la helada mañanera,
o las nieves que congelan
las ramas desnudas.
En ese silencio del invierno,
el almendro salta indicando
que no ha muerto,
ni su esperanza ha sido vencida,
sus flores blancas, o moradas,                     pero pequeñas,
son como el grito que proclama
que la muerte no es proyecto
y la vida es la fuerza
que derrite el hielo,
posibilita la esperanza
y la alegría para seguir viviendo
como Jesús de Nazaret,
en el invierno de su pueblo,
cuando todo estaba dormido,
cuando el tronco de Jesé estaba podrido,
de la esperanza dormida nació un retoño
como el almendro de mi pueblo,
que de la vara desnuda
se despertó del sueño.




DOMINGO XXXIV DEL T. O. -C-




SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO,
REY DEL UNIVERSO

PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de Samuel. 2 Sam 5, 1-3 
Ellos ungieron a David como rey de Israel

EN aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebrón y le dijeron:
    «Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: “Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”».
Los ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de Israel.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LA MISIÓN DEL DIRIGENTE       
            El pueblo se desvió y prefirió dejar el camino del Amor y la fraternidad que Dios le había trazado y optó por asemejarse al resto de pueblos vecinos y le pidió a Samuel que le nombrara un rey.
            Después de hacerles ver las consecuencias que eso iba a traer y leerles los derechos reales, dijeron que querían un rey. Y nombraron a Saúl.
            Pronto se dieron cuenta del error que habían cometido, el momento en que Saúl puso en práctica la dinámica de los reyes, exigiendo los derechos reales homologándose con los vecinos: a partir de ese momento se perdió la unidad, la fraternidad, la solidaridad entre ellos. Empezó a funcionar la política y no el amor.
            En el texto de 2ª Sam que nos trae la liturgia, nos presenta el momento en que los ancianos de Israel se reúnen y se presentan a David para pedirle que dé un golpe de estado y se ponga al frente del pueblo que está destruido; ellos hacen el compromiso de unir a todas las tribus de Israel que se han dividido.
            David ya había sido ungido por Samuel como sucesor de Saúl y cuando éste lo supo, pasó su reinado persiguiéndolo y queriendo matarlo; ahora, de nuevo es reconocido por todas las tribus de Israel y lo reconocen como miembro de la misma familia: “Somos de tu misma carne y sangre” y, por tanto, sientes como nosotros la misma necesidad y dolor por el país.
            David hace un compromiso de unidad con todas las tribus: han de recuperar la fraternidad entre ellos.  Esta será la misión fundamental del rey: apoyar la unidad, cuidarla, cultivarla y protegerla.
            Toda soberanía en Israel tendrá como referente la acción y misión de David, quien para poder realizar esa unidad, deberá mantener su fidelidad a Dios.

Salmo responsorial
Sal 121, 1bc-2. 4-5 (R/.: 1bc)
R/.   Vamos alegres a la casa del Señor.

        V/.   Qué alegría cuando me dijeron:
                 «Vamos a la casa del Señor»!
                 Ya están pisando nuestros pies
                 tus umbrales, Jerusalén.   
R/.
R/.   Vamos alegres a la casa del Señor.

        V/.   Allá suben las tribus, las tribus del Señor,
                 según la costumbre de Israel,
                 a celebrar el nombre del Señor;
                 en ella están los tribunales de justicia,
                 en el palacio de David.    R/.
R/.   Vamos alegres a la casa del Señor.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.
Col 1, 12-20
Nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor


HERMANOS:
Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
     y nos ha trasladado
     al reino del Hijo de su amor,
     por cuya sangre hemos recibido la redención,
     el perdón de los pecados.
Él es imagen del Dios invisible,
     primogénito de toda criatura;
     porque en él fueron creadas todas las cosas:
     celestes y terrestres,
     visibles e invisibles.
Tronos y Dominaciones,
     Principados y Potestades;
     todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo,
     y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él
     quiso reconciliar todas las cosas,
     las del cielo y las de la tierra,
     haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Palabra de Dios.

EL HOMBRE, RESPONSABLE DE SU DESTINO     
            Pablo escribe a los colosenses haciéndoles prácticamente el resumen de todo lo que les ha venido diciendo:
                        -En Cristo se han cumplido todas las promesas.
                        -En Él se ha realizado por completo todo el plan de Dios que tenía desde la creación del mundo.
                        -Cristo ha sido el empuje final, el último detalle que Dios ha puesto a su obra, en Él se ha dado la última palabra.
                        -A partir de este momento, todo camina a su fin supremo que es el establecimiento del reino y es en esa dirección en la que tiene que caminar todo el universo.
                        -Ya no hay vuelta atrás ni cambios que nos puedan orientar en una dirección distinta, ni abrirnos a una esperanza nueva. Cristo es la culminación de todo el proyecto de Dios. A partir de Él, todo sigue caminando hacia el fin determinado por Dios desde toda la eternidad.
                        -Todo esto es irreversible; tan solo el hombre, debido a su libertad, podrá adherirse o despreciar el proyecto que Dios ha marcado, por lo que él mismo se ha de hacer responsable de su destino supremo.

Aleluya
Mc 11, 9-10
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
        ¡Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David!   
R/.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 23, 35-43
Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino

EN aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo:
    «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
    «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
Había también por encima de él un letrero:
    «Este es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
    «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
    «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo».
Y decía:
    «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
Jesús le dijo:
    «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».
Palabra del Señor


RESPUESTA DECEPCIONANTE      
            El cuadro que nos narra S. Lucas del momento final de Jesús es desolador.  Es una llamada de atención para que cada uno nos ubiquemos: allí están los magistrados, los sumos sacerdotes, los soldados… es decir: allí estaba la religión, la política, la ley, el ejército… las fuerzas del orden público burlándose de Jesús:
 «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
            Allí también estaba el pueblo mirando, unos aplaudiendo lo que decían y uniéndose a las burlas, otros indiferentes, otros asustados… pero todos callados, sin que nadie se atreva a levantar la voz.
            Todos han conocido a Jesús, lo han escuchado, han visto cómo vivía, han contemplado cómo se acercaba a los enfermos y los curaba, cómo se compadecía y ayudaba a los marginados, cómo trataba a los más humildes… lo han visto y lo han seguido porque era el consuelo y la esperanza del pueblo. No le ha hecho daño a nadie, todos saben que “ha pasado haciendo el bien” a todo el mundo. Y ahora no hay una sola voz que suene a su favor, ni alguien que reivindique la dignidad que Él ha proclamado.
            Y Jesús, desde lo alto de la cruz, contempla este panorama… En medio de este panorama surge una voz retorciéndose por el dolor reconociendo su culpa, proclamando a Jesús inocente y pidiéndole que se acuerde de él cuando esté en su reino. No le pide ningún puesto, como lo habían hecho los discípulos, sino simplemente, «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Y Jesús se olvida de su dolor y de todo para responderle inmediatamente: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».
            El resto se vuelve a sus casas comentando lo acontecido, unos a favor y otros en contra, pero todos dispuestos a seguir lo mismo y a seguir girando al viento que mejor sople, sin comprometerse a cambiar absolutamente nada.
            Esta situación me resulta tremendamente familiar y me impresiona ver cómo después de 21 siglos no hemos cambiado ni un milímetro






DOMINGO XXXIII DEL T.O. -C-


PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Malaquías. Mal 3, 19-20a
A vosotros os iluminará un sol de justicia

HE aquí que llega el día, ardiente como un horno, en el que todos los orgullosos y malhechores serán como paja; los consumirá el día que está llegando, dice el Señor del universo, y no les dejará ni copa ni raíz.
Pero a vosotros, los que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su sombra.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LA VIDA HA VENCIDO A LA MUERTE        
            Malaquías anuncia con certeza lo que tendrá su plenitud en Cristo: el triunfo del bien sobre el mal. Cristo será el testigo autorizado y con Él resucitado, se proclamará el fracaso “de los arrogantes y los malvados que serán puestos al descubierto y sus planes serán como paja que alienta el fuego y de ellos no quedará ni rama ni raíz”. Al mismo tiempo se proclama el triunfo del bien y de la vida con el que serán honrados todos los que luchan por él.
            Esta es la promesa que proclama Malaquías, pero también es la realidad consumada por Jesús; ahora solo queda la fe que nos alienta a seguir luchando y le da sentido a todo lo que hacemos y la esperanza de que nada de lo que hacemos queda en el vacío, sino que su triunfo es el nuestro y nuestro apoyo irá destruyendo la fuerza del mal, cosa que irá ocurriendo en la medida en que los ignorantes vayan aceptando que están equivocados y que los creyentes actúen convencidos y seguros de lo que hacen.            Mientras tanto, tenemos que sufrir el acoso de los malvados que luchan por convencernos y hasta lo legalizan, que la muerte es un derecho y la vida es una desgracia.
            De todas formas, surge inevitablemente la pregunta que es fruto del deseo ardiente: ¿cuándo ocurrirá esto?    ¡Que sea pronto, Señor!
Salmo responsorial
Sal 97, 5-6. 7-8. 9ab. 9cd (R/.: cf. 9)
R/.   El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

        V/.   Tañed la cítara para el Señor,
                 suenen los instrumentos:
                 con clarines y al son de trompetas,
                 aclamad al Rey y Señor.   
R/.
R/.   El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

        V/.   Retumbe el mar y cuanto contiene,
                 la tierra y cuantos la habitan;
                 aplaudan los ríos,
                 aclamen los montes.    R/.
R/.   El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

        V/.   Al Señor, que llega
                 para regir la tierra.
                 Regirá el orbe con justicia
                 y los pueblos con rectitud.   
R/.
R/.   El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.
2 Tes 3, 7-12
Si alguno no quiere trabajar, que no coma

HERMANOS:
Ya sabéis vosotros cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: No vivimos entre vosotros sin trabajar, no comimos de balde el pan de nadie, sino que con cansancio y fatiga, día y noche, trabajamos a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros.
No porque no tuviéramos derecho, sino para daros en nosotros un modelo que imitar.
Además, cuando estábamos entre vosotros, os mandábamos que si alguno no quiere trabajar, que no coma.
Porque nos hemos enterado de que algunos viven desordenadamente, sin trabajar, antes bien metiéndose en todo.
A esos les mandamos y exhortamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con sosiego para comer su propio pan.
Palabra de Dios.

 REFLEXIÓN

LA VIDA NO SE DETIENE    
            Pablo tiene muy claro que vivir en Cristo es ser signo de su persona y de su fuerza transformadora, porque Cristo resucitado lo transforma todo, no es un Cristo estático que se cruza de brazos y nos invita a ser meros espectadores pasivos… ¡Ni mucho menos! Nuestra fe en Jesús nos lleva a hacer nuestro su proyecto de forma que hagamos lo que hagamos se convertirá en su fuerza transformadora que hará que vayan cambiando todas las estructuras.
            La fuerza de la resurrección lleva a perder todos los miedos y a implicarse a fondo en la transformación del mundo, con la certeza de que la vida y el bien han vencido al mal y a la muerte; estamos llamados a activar el reino.
            Los parásitos son signos de muerte y no de resurrección: la vida no se detiene

Aleluya
Lc 21, 28
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Levantaos, alzad la cabeza:
        se acerca vuestra liberación.   
R/.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 21, 5-19
Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas

EN aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes.
Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

LLEGÓ EL FINAL DEL TIEMPO      
            Para los judíos, la gran obra de Dios es el templo que él se ha hecho construir para vivir en medio de su pueblo. En él queda expresada toda la grandeza de Dios y del pueblo, contra lo que chocarán todas las grandes potencias.
            Cuando en el año 70 es destruido por el ejército romano, los judíos quedan desconcertados, pues se les viene abajo todas sus creencias y los apóstoles caen en la cuenta de las palabras de Jesús: “De todo esto no quedará piedra sobre piedra”.
            Es que lo que Dios ha traído: el nuevo orden que se ha inaugurado con Jesús, no se sostiene ya en las piedras de un edificio, ni en las riquezas y el poder, sino en el corazón de cada persona.
            El final del templo no coincide con el final del tiempo, sino más bien con el final de un sistema político-religioso que no tiene nada que ver con lo que Dios quiere.
            El desbarajuste político puede crear confusión en la mente y en el corazón de los creyentes cuando tienen puesta su fe en las piedras, en las joyas, en los exvotos… en las imágenes
            Pero ese hundimiento de todo lo material, ha acontecido con la venida de Jesucristo.  El final del tiempo ha ocurrido ya, aunque el templo y las estructuras humanas sigan en pie.    
            Cristo-Dios ha venido, ha superado ya el orden establecido, ha vencido la esclavitud y la muerte, ya está todo decidido, se ha establecido un camino que es irreversible; todos los que vengan, a partir de este momento, elaborando fantasías religiosas o políticas, no son más que parlanchines embusteros que no hacen sino buscar sus intereses y, para eso, irán engañando y asustando a la gente.
            A partir de Jesucristo no queda otra alternativa de salvación y de eternidad: Se trata de apostar por la justicia, por la Verdad, por la Paz, por El Amor y la Libertad… ese es el futuro del hombre y del mundo. Todo lo que no sea esto, está llamado a la destrucción, sus días están contados y de eso, no quedarán rastros sobre la tierra. Esto, además, es compromiso de Dios.
                       


DOMINGO XXXII DEL T.O. -C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de los Macabeos. 2 Mac 7, 1-2. 9-14
El rey del universo nos resucitará para una vida eterna

            EN aquellos días, sucedió que arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la ley. Uno de ellos habló en nombre de los demás:
    «Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres».
El segundo, estando a punto de morir, dijo:
    «Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero, cuando hayamos muerto por su ley, el Rey del universo nos resucitará para una vida eterna».
Después se burlaron del tercero. Cuando le pidieron que sacara la lengua, lo hizo enseguida y presentó las manos con gran valor. Y habló dignamente:
    «Del Cielo las recibí y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios».
El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos.
Cuando murió este, torturaron de modo semejante al cuarto. Y, cuando estaba a punto de morir, dijo:
    «Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se tiene la esperanza de que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida».
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

SOSTENERSE O MORIR        
            El pueblo de Israel está sufriendo una presión fortísima: se está intentando acallar la fe, la cultura, las costumbres; hay todo un plan de borrar todo lo que tiene el pueblo, recluyéndolo al ámbito de lo privado para implantar un nuevo orden, una nueva cultura y se están haciendo gestos como el colocar en medio de uno de los patios del templo una estatua de Zeus.
            Antíoco Epífanes está dispuesto a borrar todos los rastros de judaísmo, obligando a que la gente acepte todos los planteamientos de la cultura helenista y castigando a quien se oponga.
            Ante esta situación de presión y de tensión, da lugar a que mucha gente se radicalice, sobre todo, viendo cómo muchos reniegan fácilmente de su religión y de su cultura y abrazan con toda alegría a la nueva onda que se les propone y que los destruye como pueblo y como personas.
            En esta situación, empiezan a aparecer casos de gente que se opone jugándose el tipo. Estos casos son recogidos para ser expuestos como modelos de resistencia y ejemplo para el pueblo que ayudan a sostener la fe de los débiles.
            Al contemplar esta situación, parece que no hubieran pasado tantos siglos; impresiona ver cómo vuelven a repetirse exactamente los mismos modelos de opresión, de destrucción, de resistencia… Es cuestión de abrir los ojos y contemplar el momento actual que vivimos en el que podemos sacar, con nombres y apellidos, réplicas de la familia de los Macabeos y del pueblo que se deja amordazar con todo el gusto y se convierte en cómplice de la destrucción.
            Al final, el resultado es la esclavitud y el hundimiento moral, social, político y espiritual del pueblo.

 Salmo responsorial
Sal 16, 1bcde. 5-6. 8 y 15 (R/.: 15)
R/.   Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

        V/.   Señor, escucha mi apelación,
                 atiende a mis clamores,
                 presta oído a mi súplica,
                 que en mis labios no hay engaño.   
R/.
R/.   Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

        V/.   Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
                 y no vacilaron mis pasos.
                 Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
                 inclina el oído y escucha mis palabras.   R/.
R/.   Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

        V/.   Guárdame como a las niñas de tus ojos,
                 a la sombra de tus alas escóndeme.
                 Yo con mi apelación vengo a tu presencia,
                 y al despertar me saciaré de tu semblante.   
R/.
R/.   Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.
2 Tes 2, 16-3, 5 
Que el Señor os dé fuerza para toda clase de palabras y obras buenas

HERMANOS:
Que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado y nos ha regalado un consuelo eterno y una esperanza dichosa, consuele vuestros corazones y os dé fuerza para toda clase de palabras y obras buenas. Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada, como lo fue entre vosotros, y para que nos veamos libres de la gente perversa y malvada, porque la fe no es de todos.
El Señor, que es fiel, os dará fuerzas y os librará del Maligno.
En cuanto a vosotros, estamos seguros en el Señor de que ya cumplís y seguiréis cumpliendo todo lo que os hemos mandado.
Que el Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y la paciencia en Cristo.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LA LABOR DE LOS PERVERSOS       
            Pablo pide a los tesalonicenses que recen por él y por todos los compañeros que están llevando la Palabra de Dios por el mundo, pues son muchas las dificultades que a cada momento se presentan, sobre todo, porque hay gente que frontalmente se oponen al proyecto del reino, eso ya lo hicieron al mismo Jesús; ellos no pueden esperar algo diferente.
            Pablo se consuela sabiendo que la comunidad permanece segura y fuerte en la enseñanza que él les dio.
            Hace hincapié justamente en este aspecto: permanecer fieles a lo que él les ha dejado, pues está viendo todo lo que se está levantando, que amenaza con barrer todo rastro de Jesucristo a través de “hombres perversos” que hacen lo posible por distorsionar y confundir la verdad.

Aleluya
Ap 1, 5a y 6b
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Jesucristo es el primogénito de entre los muertos;
        a él, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.   
R/.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 20, 27-38
No es Dios de muertos, sino de vivos

EN aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús:
    «Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y de descendencia a su hermano . Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer».
Jesús les dijo:
    «En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos
no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.
            Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».
Palabra del Señor.
  
REFLEXIÓN

LA VIDA SIN TRASCENDENCIA       
            En el pasaje de S. Lucas que nos presenta la liturgia de este domingo aparecen unos saduceos queriendo tenderle una trampa a Jesús y hacerle una encerrona, planteándole un tema en el que ellos no creen, pues para ellos en la vida no hay otra cosa más que la ley que es la que es la que determina lo que hay que hacer y a ellos los hace legítimos descendientes de Sadoq y, por tanto, tienen asegurado el control del dinero y, por lo mismo, su única preocupación es que se mantenga intacta esa ley.
            Para esto, ellos tienen el privilegio de ser los cuidadores de ella y han de tener mucho cuidado en que no se deteriore la imagen, la fama, el poder y el respeto a dicha ley. De esa manera tienen asegurado el mantener el control económico del país.
            Lo que pueda venir después de la muerte no les preocupa, lo único que cuenta es lo que en esta vida puedes disfrutar, eso es lo que Dios te premia; por tanto, lo que merece la pena es acumular riqueza y dejar segura la vida a los descendientes, que es en quienes ellos se prolongan en la existencia.
            Frente a esta actitud materialista, Jesús les ataca por lo que ellos mismos confiesan que creen: se consideran hijos de Abrahán, de Jacob, de Isaac y ellos confiesan creer en el Dios de sus antepasados, pero si esos antepasados están muertos, ¿Qué sentido tiene un dios de muertos? ¿Cómo puede ser dios de vivos y de muertos y perdurar por los siglos?
            Si después de la muerto no hay nada ¿Dónde está, entonces, ese dios a quien invocaban nuestros antepasados, de los que ellos se llaman hijos?
            Basándose en este argumento, les recuerda que la vida es un don que pertenece a Dios y no es algo sujeto a las posibilidades económicas que tengamos, ni a la capacidad de heredar los bienes que nos otorgue la ley y esa vida hay que emplearla a fondo en responder a quien nos la dio que es Dios..