DOM. 1º DE ADVIENTO -A-


De andar por casa...

“Mire usted, lo que me ha hecho mi hermana no tiene precio y, por si no tuviera bastante, mi madre cayó enferma y no ha venido ni una sola vez a visitarla y a decirme si necesita algo nuestra madre… ahora ha venido al entierro vestida de negro y muy compungida diciéndome que quiere tener algún recuerdo de mi madre. Le he dado toda la ropa y hasta el colchón donde ha estado postrada dos años. 
Ahora va de negro y con gafas oscuras para que todos vean que está dolorida…"
También anda de psicólogos, porque ve a su madre que se le aparece cada noche, pero ya no hay vuelta atrás”

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 24, 37-44
Estad en vela para estar preparados

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Palabra del Señor.

                Es interesante ver y escuchar todo lo que se va diciendo por todas partes: todos tenemos una idea clarísima de lo que está ocurriendo; todos sabemos perfectamente lo que hay que hacer y todos tenemos una visión perfecta de lo que se está haciendo mal…
            Pero ninguno estamos dispuestos a dejar el puesto y la situación en la que nos encontramos, desde los políticos que empiezan poniéndose todos de acuerdo para subirse el sueldo y luego se dedican a montar batallitas de “tú más” y yo “mejor que tú” hasta yo, que me he instalado en la ayuda familiar y mis chanchullos en negro… y mientras, desde el palco me sumo a uno de los dos bandos aplaudiendo, como la disputa entre equipos de fútbol.
            Mientras tanto, hay un grupo de gente consciente del desastre al que nos abocamos y cuando levantan la voz se les calla para que no molesten y dejen vivir tranquilos: “La vida -dicen- hay que vivirla como viene” o, como ya tienen planificado que nos venga. Pero lo importante es que no molestes. Lo que pienses, guárdatelo para tus adentros, pero no está permitido ser diferentes…
            ¡Hasta que nos tocan el bolsillo y cuando llegamos ahí, ya no hay vuelta atrás, ni posibilidad de seguir aplaudiendo y, esto puede ser tan fácil y sencillo, como que te despidan del trabajo, te venga una enfermedad, haya un problema en la familia donde te veas con el agua al cuello… ¿Y ahora a quién aplaudes?
            Nunca es tarde –dice el refrán- si la dicha es buena y siempre es posible rectificar el camino que hemos cogido equivocados, eso es de sabios, pero el empecinarse en el absurdo y negar lo evidente es de necios.
            Por eso: “Estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre”  -así nos dice el Señor-  porque cuando ese momento llega, ni las gafas oscuras van a poder disimular la estupidez.