DOMINGO III DE CUARESMA -B-


PRIMERA LECTURA (forma larga)

Lectura del libro del Éxodo. Éx 20, 1-17

La Ley se dio por medio de Moisés (Jn 1, 17)

EN aquellos días, el Señor pronunció estas palabras:
«Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.
No tendrás otros dioses frente a mí.
No te fabricarás ídolos, ni figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra, o en el agua debajo de la tierra.
No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo el pecado de los padres en los hijos, hasta la tercera y la cuarta generación de los que me odian.
Pero tengo misericordia por mil generaciones de los que me aman y guardan mis preceptos.
No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso.
Recuerda el día del sábado para santificarlo.
Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas, pero el día séptimo es día de descanso, consagrado al Señor, tu Dios. No harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el emigrante que reside en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y lo que hay en ellos; y el séptimo día descansó. Por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás falso testimonio contra tu prójimo.
No codiciarás los bienes de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo».

Palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA (forma breve)

Lectura del libro del Éxodo. Éx 20, 1-3. 7-8. 12-17

La Ley se dio por medio de Moisés (Jn 1, 17)
EN aquellos días, el Señor pronunció estas palabras:
«Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.
No tendrás otros dioses frente a mí.
No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso.
Recuerda el día del sábado para santificarlo.
Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás falso testimonio contra tu prójimo.
No codiciarás los bienes de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo»

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA GRAN OBRA DE LA LIBERACION    

            El pueblo ha pasado 400 años como esclavo en Egipto; prácticamente lo han perdido todo, eran considerados como seres de última categoría, poco más que animales de carga, sin derecho ni a la vida.

            La gran obra de Dios ha sido poner de acuerdo a esa masa informe de gente, sin conciencia de persona y, menos aún, de pueblo, para tomar conciencia de su valor, organizarse, salir de Egipto y liberarse del poder del faraón; para ello, Dios tiene que realizar verdaderos prodigios para que el pueblo recupere la confianza en sí mismo y en Dios que no lo abandona.

            Una vez que han salido de Egipto, vendrá otra tarea tan importante como la primera: tomar conciencia de que ya no son esclavos, de que es un pueblo y fortalecer el sentido de pertenencia, de robustecer el sentido de responsabilidad que será el que sustituya al chasquido del látigo y lo que hará que se afiance la libertad: ya no es la ley y el látigo los que dirigen, sino la responsabilidad, el respeto a sus hermanos y la solidaridad.

            Han de aprender a respetarse, a escucharse, a tolerarse, a convivir como personas libres…

            Dios se compromete a seguir a su lado sosteniéndolos y les dará una tierra y todo lo que necesiten para vivir libres y con dignidad, pero ellos tienen que comprometerse a reconocer a Yahvé como su Dios salvador y protector, sin permitir que otro dios se interponga y les domine; ellos se respetarán unos a otros y se comportarán como personas y no como animales.

            Les deja unas normas de convivencia que les ayudarán a ser personas y a vivir con dignidad: LOS DIEZ MANDAMIENTOS.

            Con el tiempo, los israelitas se olvidan de esta Alianza hecha por Dios y se entregarán a otros dioses, se dividirán entre ellos y volverán a caer en la esclavitud de otros imperios, ya que es un pueblo pequeño y, al dividirse, pierde la poca fuerza que tiene y se destruye.

            El pueblo de Israel es el prototipo de todos los pueblos de la tierra y la historia de esclavitud vuelve a repetirse a cada momento y en cada pueblo que se somete a los dioses del poder, del dinero, de la violencia… cayendo en la esclavitud y convirtiendo la vida en un infierno.

 

Salmo responsorial

Sal 18, 8. 9. 10. 11 (R/.: Jn 6, 68c)

R/.   Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

 

        V/.   La ley del Señor es perfecta
                y es descanso del alma;
                el precepto del Señor es fiel
                e instruye al ignorante.   
R/.

R/.   Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

 

        V/.   Los mandatos del Señor son rectos
                y alegran el corazón;
                la norma del Señor es límpida
                y da luz a los ojos.   
R/.

R/.   Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

 

        V/.   El temor del Señor es puro
                y eternamente estable;
                los mandamientos del Señor son verdaderos
                y enteramente justos.   
R/.

R/.   Señor, tú tienes palabras de vida eterna.


        V/.   Más preciosos que el oro,
                más que el oro fino;
                más dulces que la miel
                de un panal que destila.   
R/.
R/.   Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 1, 22-25

Predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los hombres; pero para los llamados es sabiduría de Dios

LOS judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados —judíos o griegos—, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA FUERZA DE CRISTO CRUCIFICADO    

            La comunidad de Corinto, influenciada por el ambiente que vive: hay muchos maestros  y escuelas filosóficas y han caído en la trampa de confundir a los apóstoles como otros maestros de ideas filosóficas y se ha dividido dependiendo del discípulo que les predicó el evangelio y los bautizó; según eso, cada uno le va dando al mensaje la orientación que le parece: así, para los griegos, la fuerza está en la sabiduría que da el evangelio:  mientras tanto, para los judíos, la fuerza está en los milagros y en las leyes inquebrantables.

            Unos y otros se olvidan de lo principal: Jesús ha muerto en la cruz por todos nosotros y no hay otra fuerza ni otra sabiduría que nos salve, sino la de Dios que se ha manifestado en Jesús y ha realizado en Él su plan de nuestra salvación, de tal forma que lo que a nosotros nos parece locura, es más sabio que todos los hombres y lo que nos parece debilidad es más poderoso que toda la fuerza de los hombres.

            A todos estos esquemas nuestros, Dios responde con la fuerza de Cristo crucificado, la mayor sabiduría es su muerte, pero para entender esto, es necesario romper los esquemas en los que estamos instalados.

  

Versículo antes del Evangelio

Cf. Jn 3, 16

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito;
todo el que cree en él tiene vida eterna.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 2, 13-25

Destruid este templo, y en tres días lo levantaré

SE acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
«Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora».
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
«Qué signos nos muestras para obrar así?».
Jesús contestó:
«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré».
Los judíos replicaron:
«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».
Pero él hablaba del templo de su cuerpo.
Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

LA NOVEDAD DEL REINO      

            Es interesante ver cómo S. Juan coloca este acontecimiento de Jesús al comienzo de su vida pública, y no al final, como hacen los sinópticos; además lo hace en un contexto de una fiesta de pascua: para Juan tiene una gran importancia el poner a Jesús y a su comunidad en este marco: dentro de las fiestas judías, es así como veremos que lo hace siempre, pues le interesa dejar claro que es algo que nace y vive entre los judíos para indicar que con Cristo se ha dado un tiempo nuevo, una nueva pascua, una nueva alianza

            El acontecimiento del templo marcará un antes y un después en la vida del pueblo judío, pues no podemos olvidar que el templo es el signo emblemático del pueblo de Israel, en él están representadas todas las instituciones. El mensaje que trae Jesús significa una nueva identidad y esto ha de quedar resaltado desde el primer momento, se han superado ya todas las estructuras y normas antiguas.

            El látigo de cuerdas que hace Jesús recuerda el “Látigo del Mesías” que supondrá la violencia que tendrán que hacerse todas las estructuras caducas para transformarse: el sacar del templo todo lo que allí hay de comercio indica la transformación y la limpieza que ha de producirse con la llegada del reino, con lo que declara abiertamente que todo lo que se está haciendo allí es inválido porque el mismo culto es la práctica de la injusticia que estaba expresada en todos aquellos animales y en todo lo que había detrás de ellos.

            Es curioso que el evangelio indica textualmente que echó a la calle a los cambistas, (esto representa el sistema financiero) a los que vendían bueyes que representaban a los grandes terratenientes que apoyaban la estructura económica del templo y a las ovejas que representaban al pueblo condenado a vivir sometido hasta el sacrificio, que era la verdadera víctima del culto del templo. Jesús quiere terminar con todo esto. Por eso tuvo tanta repercusión lo que hizo y que tuvo resonancia hasta muchos años después de su muerte.

            Por eso, este gesto fue interpretado por muchos como el verdadero comienzo de la era del mesías político que esperaban.

            Es interesante también que el evangelio se dirija en concreto a los que venden palomas, que era el sacrificio que ofrecían los pobres y es a ellos a quienes fustiga de su comercio, pues ellos están siendo los culpables de la corrupción del templo que al final hacen todos su negocio explotando a los pobres con el culto; hacen negocio con la pobreza.

            El templo ha dejado de ser la casa de su Padre y se ha convertido en el mercado donde se le da culto al dios dinero

            Ante esta situación de degradación, Jesús se pone como alternativa: Él es el único santuario de Dios, pues en el reino de Dios los templos de Dios son los cuerpos vivos de   los hombres. Lo que Jesús propone desde el mismo comienzo de su predicación no es un sistema religioso, sino una humanidad completamente nueva, una nueva forma de existencia marcada por el amor, la verdad, la justicia y la paz. A partir de aquí podemos empezar a construir otra cosa completamente nueva y distinta.

 

 

DOMINGO II DE CUARESMA


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis. Gén 22, 1-2. 9a. 10-13. 16-18

El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe

EN aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán.
Le dijo:
«¡Abrahán!».
Él respondió:
«Aquí estoy».
Dios dijo:
«Toma a tu hijo único, al que amas, a Isaac, y vete a la tierra de Mona y ofrécemelo allí en holocausto en uno de los montes que yo te indicaré».
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña.
Entonces Abrahán alargó la mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:
«¡Abrahán, Abrahán!».
Él contestó:
«Aquí estoy».
El ángel le ordenó:
«No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, a tu único hijo».
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
El ángel del Señor llamó a Abrahán por segunda vez desde el cielo y le dijo:
«Juro por mí mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te colmaré de bendiciones y multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de sus enemigos. Todas las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has escuchado mi voz».

Palabra de Dios.

 

REFLEXION

 

¿EN DÓNDE ESTAMOS?   

            En un encuentro con un grupo de cristianos, nos planteábamos cómo vivir la cuaresma, viendo las cosas y situaciones que hemos montado y que van directamente en contra de nuestra realización como personas y como cristianos; todos veíamos la necesidad de cambiar muchas de las cosas que hemos montado y que nos destruyen y  poner freno a la locura endiablada en la que habíamos entrado; pero todos llegaban a la conclusión de que era imposible frenar, no entrar en la onda en la que se había entrado, pues todo estaba pensado para que la gente se deje llevar y, quien no lo haga, la vida se le hace dura y casi imposible. Al final nos preguntábamos si Jesús nos había puesto metas imposibles.

            Es la misma pregunta que nos podríamos hacer frente a Abrahán: él vive en un ambiente completamente contrario a la voluntad de Dios, eso es lo que hay montado y Dios tendrá en un momento que salirle al encuentro y decirle: “¡Basta! No acepto sacrificios humanos”. Y Abrahán tiene que cambiar su manera de pensar y enfrentarse al ambiente que hay establecido; es el hombre que pone a Dios por delante de las leyes religiosas, civiles y humanas.

            Lógicamente, esto le va a llevar a tener que enfrentarse a la sociedad en la que vive. El problema se nos presenta cuando no tenemos claro a quién seguir y entra en conflicto Dios con el ambiente que hay establecido. En realidad es el gran problema de la actualidad: seguir a Dios lleva consigo enfrentamiento; dejarse arrastrar lleva consigo la aceptación y el aplauso de la mayoría. Es importante definirse de forma que todos sepan dónde estamos.

 

Salmo responsorial

Sal 115, 10 y 15. 16-17. 18-19 (R/.: Sal 114, 9)

R/.   Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.

 

        V/.   Tenía fe, aun cuando dije:
                «¡Qué desgraciado soy!».
                Mucho le cuesta al Señor
                la muerte de sus fieles.   
R/.

R/.   Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.

 

        V/.   Señor, yo soy tu siervo,
                siervo tuyo, hijo de tu esclava:
                rompiste mis cadenas.
                Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
                invocando tu nombre, Señor.   
R/.

R/.   Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.

 

        V/.   Cumpliré al Señor mis votos
                en presencia de todo el pueblo,
                en el atrio de la casa del Señor,
                en medio de ti, Jerusalén.   
R/.

R/.   Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos. Rom 8, 31b-34

Dios no se reservó a su propio Hijo

HERMANOS:
            Si Dios está con nosotros, ¿Quién estará contra nosotros?
            El que no se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, que murió, más todavía, resucitó y está a la derecha de Dios y que además intercede por nosotros?

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA CONFIANZA EN DIOS CARACTERISTICA DE LA FE    

                S. Pablo se dirige a la comunidad de los romanos y les plantea algo que para él tiene una fuerza enorme, pues además es de lógica aplastante: nuestra salvación no es obra nuestra, si lo fuera sería algo que dependería de nosotros y, por tanto, sería lo más inestable que existe, pues nosotros no tenemos la seguridad de mantenernos firmes en nuestras decisiones.

            Nuestra salvación ha sido la opción que Dios ha hecho por el hombre y, si es cosa suya, ¿Quién puede existir que cambie lo que Él ha determinado? ¿Quién habrá con tanto poder que destruya la determinación de Dios?

            El único que nos puede acusar de la ofensa cometida a Dios el Él mismo y resulta que se ha colocado como abogado defensor. La confianza y la esperanza es la característica y el patrimonio de aquellos que han escuchado la Buena Noticia de Jesús y la han aceptado.

            No obstante, mientras Dios nos da esta seguridad tan grande, en el otro lado estamos cada uno de nosotros y, aquí la seguridad falla por todas partes: pues si tenemos la confianza y la seguridad de que la fidelidad de Dios es inquebrantable, también tenemos la seguridad de que el hombre es lo más voluble que existe y es el único que puede invalidar para sí toda la grandeza que Dios ha derrochado para con él. De hecho, toda la historia de la salvación es la historia de la fidelidad de Dios frente a la infidelidad del hombre.

 

Versículo antes del Evangelio

Cf. Lc 9, 35

En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre:
«Éste es mi Hijo, el Elegido; escuchadlo».

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 9, 2-10

Éste es mi Hijo, el amado

EN aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
No sabía qué decir, pues estaban asustados.
Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:
«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

ESCUCHADLO    

            El texto que nos presenta la liturgia de hoy está en paralelo con el momento del bautismo (Mc.1,9-11):allí nos encontramos en el mismo comienzo de la misión,  se abre el cielo y el Padre envía  su Espíritu para presentar al mundo a su Hijo Amado, a quien envía para que lleve adelante su proyecto.

            En esta segunda parte del evangelio, S. Marcos viene de nuevo a presentar a Jesús a sus discípulos que van a necesitar afianzar su confianza y su fe en Él y presenta a Jesús  como el cumplimiento de la ley representada por Moisés y los profetas, representados por Elías; con Jesús se ha cerrado la etapa de la Antigua Alianza firmada en el Sinaí  y ha llegado el momento en que Dios se presenta como la luz que va a iluminar todo el camino que se ha venido haciendo: Jesús aparece resplandeciente frente a Moisés y Elías que han sido los transmisores hasta este momento de la voluntad de Dios; desde ahora será Jesús la única voz aprobada: “Este es mi hijo amado, escuchadlo”. Ya no serán las leyes, el miedo, la magia, los poderes del mundo ni las fuerzas de la naturaleza los que marquen el ritmo de la vida o por los que Dios se exprese; Jesús es de ahora en adelante el CAMINO a seguir, la VERDAD auténtica que lo ilumina todo, la VIDA en plenitud de los hombres.

            El gran problema de los apóstoles, como el de la gran mayoría de todos nosotros y de la iglesia en general es que escuchamos demasiadas voces que nos piden que les sigamos, intentamos contemporizar y ponernos al mismo nivel la “verdad” con la mentira, la justicia con la injusticia, la paz con la guerra y, lógicamente, la imagen que muchas veces damos al mundo, deja tanto que desear… También queremos otras veces quedarnos como pidió Pedro: asentados en nuestra comodidad, sin un compromiso serio por el riesgo de desestabilizar nuestra existencia.

 

                   

 

 

                                                                                                                                                                                                                                                                                       

 

DOMINGO I DE CUARESMA


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis. Gén 9, 8-15

Pacto de Dios con Noé liberado del diluvio de las aguas

DIOS dijo a Noé y a sus hijos:
«Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros: el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».
Y Dios añadió:
«Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi alianza con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir a los vivientes».

Palabra de Dios.

 

ANTE UN NUEVO DILUVIO     

        Después que el hombre ha roto su amistad con Dios y se ha convertido en un opositor a Dios y a su plan de felicidad, el hombre tiene que cargar con las consecuencias de la opción que ha tomado, sin embargo Dios no ha cambiado en nada su decisión ni su proyecto de felicidad para el hombre. Éste es el primer momento en donde Dios le sale al encuentro y le invita a que se dé cuenta que no le lleva a ningún sitio la deriva que ha tomado; el diluvio será una de las consecuencias que tiene que afrontar de su equivocación y de lo que Dios quiere librarle (Gn 9,11). Y aquí aparece el primer pacto que Dios hace comprometiéndose con el hombre.

            Frente a la muerte que ha establecido el hombre en la tierra, dispuesto al exterminio, aparece el arca como el “gran hogar de la vida” donde tienen cabida todos los seres vivientes y donde reina de nuevo el hombre en contacto y en armonía con toda la naturaleza y defendiendo la vida.

            Al leer el texto de Gn. 9 desde esta perspectiva no nos queda más remedio que mirar de nuevo a la tierra en la que vivimos y traer al escenario todo lo que estamos haciendo: desde las leyes de contaminación del planeta, el destrozo de toda la biosfera hasta los movimientos abortistas y antinatalistas. ¿Estamos ante un nuevo “diluvio”? Y la pregunta sigue en pie: ¿Dónde está el nuevo Noé y el “Nuevo hogar de la VIDA?

 

Salmo responsorial

Sal 24, 4-5ab. 6 y 7bc. 8-9 (R/.: cf 10)

R/.   Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.

 

        V/.   Señor, enséñame tus caminos,
                instrúyeme en tus sendas:
                haz que camine con lealtad;
                enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.   
R/.

R/.   Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.

 

        V/.   Recuerda, Señor, que tu ternura
                y tu misericordia son eternas.
                Acuérdate de mí con misericordia,
                por tu bondad, Señor.   
R/.

R/.   Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.

 

        V/.   El Señor es bueno y es recto,
                y enseña el camino a los pecadores;
                hace caminar a los humildes con rectitud,
                enseña su camino a los humildes.   
R/.

R/.   Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro. 1 Pe 3, 18-22

El bautismo que actualmente os está salvando

QUERIDOS hermanos:
Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, el justo por los injustos, para conduciros a Dios.
Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu; en el espíritu fue a predicar incluso a los espíritus en prisión, a los desobedientes en otro tiempo, cuando la paciencia de Dios aguardaba, en los días de Noé, a que se construyera el arca, para que unos pocos, es decir, ocho personas, se salvaran por medio del agua.
Aquello era también un símbolo del bautismo que actualmente os está salvando, que no es purificación de una mancha física, sino petición a Dios de una buena conciencia, por la resurrección de Jesucristo, el cual fue al cielo, está sentado a la derecha de Dios y tiene a su disposición ángeles, potestades y poderes.

Palabra de Dios

 

EL “DIOS” DEL MAL     

            S. Pedro se dirige a la comunidad a la que considera esta “Nueva Arca de salvación” que ha nacido del agua del bautismo; el espíritu de muerte (el mal) en el que vive, no es algo que podamos estar en comunión con él, hemos sido rescatados de la muerte por Jesucristo que con su muerte nos liberó de la muerte a la que el mundo estaba abocado; el orden nuevo al que hemos sido elevados es nuestra nueva existencia: -Hemos nacido a una nueva condición y hemos de entregarnos a la santidad, al temor al mal, a la caridad ,  a la palabra de Dios, a la unión con Cristo total… no podemos vivir como si nada hubiera ocurrido en nuestra vida, puesto que hemos costado el precio de la sangre del Hijo de Dios:” “Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios.”

            Sin embargo constatamos con tristeza cómo el hombre renueva constantemente su opción por el pecado: la destrucción del orden natural, el atropello de los derechos humanos, la falta de respeto a la naturaleza y a todos los principios morales, éticos, sociales… lleva irremisiblemente a la muerte y a la destrucción. Ha sido la lucha constante en toda la historia de la humanidad en donde el hombre ha tenido que darse de bruces contra sus mismos errores para que dé marcha atrás y rectifique, pero a la generación siguiente ha vuelto sobre sus pasos y cada vez va aumentando el grado de su tozudez y de su estupidez que lo convierten en el ser más peligroso de la creación cayendo siempre en el mismo error: querer ocupar el puesto de Dios y para ello no le queda más remedio que usurpar el poder del MAL porque el BIEN es Dios.

 

Versículo antes del Evangelio

Mt 4, 4b
Puede emplearse alguna de las aclamaciones propuestas, y se dice antes y después del siguiente versículo.
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

 
EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 1, 12-15

Era tentado por Satanás, y los ángeles lo servían

EN aquel tiempo, aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían. Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
Palabra del Señor.

 

LA NUEVA REALIDAD DEL REINO     

            Jesús pertenece al pueblo judío en el que hay unas normas que todo el pueblo tiene que cumplir para poder considerarse miembro del pueblo tales como el AYUNO, la ORACIÓN tres veces al día y la LIMOSNA.

            Para no armar escándalos ni problemas podría haber insistido en el cumplimiento de estas normas que los hacían judíos militantes y piadosos y haber desarrollado un sistema disciplinar más perfecto que el que tenían y hubiera sido alabado por todo el pueblo y sus autoridades.

            Pero no fue esta fuerza la que le hizo salir del anonimato de su pueblo, irese al Jordán y bautizarse y marcharse después al desierto; Él no había venido a perfeccionar el sistema religioso judío; venía a inaugurar una nueva etapa en la humanidad, una etapa en la que el ser humano ha dejado de estar bajo el yugo de la ley y ha pasado a vivir en la libertad de los hijos de Dios que viven bajo la influencia del amor misericordioso del Padre.

            Esta nueva dimensión acaba de comenzar y es Él el primer signo de esta nueva presencia de Dios en el mundo; ya no queda otra alternativa más que dar un cambio a la manera de pensar, de actuar y de vivir; han de cambiar, incluso las estructuras sometidas y marcadas por la ley y los intereses creados.

            Con Jesús ha comenzado una nueva era que trasciende hasta la eternidad; este paso es irreversible y definitivo, ya no hay vuelta atrás, ni hay posibilidad de componendas; el camino y el destino ya están marcados para la humanidad, no queda más solución que aceptarlos o despreciarlos y en esto nos jugamos el triunfo o el fracaso de nuestras vidas; se trata de hacer un mundo más humano o hacer un infierno.

            Jesús no se va a detener en dar discursos para convencer ni explicar en qué consiste su proyecto, simplemente comienza a vivir de acuerdo a los principios que ha establecido Dios Padre y esta forma de vivir va tener unas consecuencias que serán el reinado del amor, de la verdad, de la justicia y de la paz

 

 

DOMINGO VI DEL T.O. -B-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Levítico. Lev 13, 1-2. 44-46

El leproso vivirá solo y tendrá su morado fuera del campamento

EL Señor dijo a Moisés y a Aarón:
«Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel, y se le produzca una llaga como de lepra, será llevado ante el sacerdote Aarón, o ante uno de sus hijos sacerdotes.
Se trata de un leproso: es impuro. El sacerdote lo declarará impuro de lepra en la cabeza.
El enfermo de lepra andará con la ropa rasgada y la cabellera desgreñada, con la barba tapada y gritando: “¡Impuro, impuro!”. Mientras le dure la afección, seguirá siendo impuro. Es impuro y vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento».
Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LO QUE OFENDE EL ROSTRO DE DIOS   

            Ya conocemos la cultura y la legislación judía que ordenaba tajantemente que el momento en que se declaraba la lepra a una persona, se la expulsaba de la comunidad y prácticamente se daba por muerta, pues se consideraba la lepra como enfermedad incurable; la enfermedad como cualquier desgracia se creía que era el castigo que Dios imponía a la persona que había pecado y, dependía de la gravedad del pecado para que la enfermedad o la desgracia fuera más grave o leve e incluso durase más o menos tiempo y de ahí que la penitencia que tenía que pagar al templo también dependía de la gravedad. La persona que se le declaraba la lepra tenía que salir de la comunidad y condenarse en vida a vivir en soledad.

Todo el sistema normativo religioso generaba una constante exclusión de personas por motivos de salud, de condición social, de religión, de sexo y hasta de nacionalidad.

Cuando leemos textos como éste nos quedamos hasta sin respiración al pensar que estas aberraciones pudieran atribuírsele a Dios, pues así concluimos diciendo: “Palabra de Dios” y nos quedamos descolocados porque sabemos que el Dios de Jesús, el “Abba” es un Dios-Amor, un Papito… ¿Cómo encajar una cosa con otra?

No hay encaje posible: una cosa son las normas humanas hechas por diferentes motivos y otra cosa es Dios-Amor lleno de misericordia que se duele del dolor de sus hijos y hay que decir abiertamente que era una mentalidad obtusa y un sistema absurdo que tenía que cambiar, pero esto mismo nos tiene que llevar a nosotros a darnos cuenta en la gran cantidad de normas y condiciones que tenemos puestas que van en contra de la dignidad de la persona y de la imagen que Cristo nos dejó de Dios y seguimos manteniéndolas y condenado a la gente por otros motivos pero a la postre excluyendo de la misma manera que lo hacía la ley contra la lepra.

 

Salmo responsorial

Sal 31, 1-2. 5. 11 (R/.: cf. 7)

R/.   Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.

 

        V/.   Dichoso el que está absuelto de su culpa,
                a quien le han sepultado su pecado;
                dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito
                y en cuyo espíritu no hay engaño.   
R/.

R/.   Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.

 

        V/.   Había pecado, lo reconocí,
                no te encubrí mi delito;
                propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
                y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.   
R/.

R/.   Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.

 

        V/.   Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
                aclamadlo, los de corazón sincero.   
R/.

R/.   Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.Cor 10, 31-11, 1
Sed imitadores míos como yo lo soy de Cristo

HERMANOS:
Ya comáis, ya bebáis o hagáis lo que hagáis, hacedlo todo para gloria de Dios.
No deis motivo de escándalo ni a judíos, ni a griegos, ni a la Iglesia de Dios; como yo, que procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propia ventaja, sino la de la mayoría, para que se salven.
Sed imitadores míos como yo lo soy de Cristo.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA VERDADERA ACCIÓN DE LA IGLESIA   

Es interesante que nos detengamos en las expresiones de Pablo, pues su visión del hombre es integral, no solo espiritual, sino también corporal; la alabanza a Dios no es solo en el espíritu, sino también en todo lo que se refiere al cuerpo: “Ya comáis, ya bebáis o hagáis lo que hagáis, hacedlo todo para gloria de Dios” Es decir: no solo aquellas actividades tenidas como “religiosas” o “espirituales” pertenecen a la espiritualidad del ser humano, sino todo aquello que corresponde a su vida, como pueden ser sus preocupaciones o el comer y beber o vestirse.

  Nuestra vida de fe ha de santificar todo aquello que pertenece al ámbito de la persona, con lo que la vida entera se convierte en gesto de alabanza a Dios y, por tanto, en manifestación del amor divino.

Algo parecido podríamos hablar cuando nos referimos a la acción eclesial: se supone que un cristiano es un miembro de la iglesia, lo mismo que un dedo de la mano es miembro del cuerpo de una persona; cuando realizamos una acción con ese dedo, no decimos que tal dedo ha escrito… sino que fulanito ha escrito… Como conclusión podríamos decir que allí donde hay un cristiano, también está la iglesia y cualquier acción que realiza ese cristiano, la ha realizado la iglesia y, no solo cuando actúa en torno al altar, o da catequesis, o lleva la comunión a los enfermos… es acción de la iglesia, sino todo lo que hace un cristiano es acción eclesial.

 

Aleluya

Lc 7, 16

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.
        Dios ha visitado a su pueblo.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 1, 40-45

La lepra se le quitó, y quedó limpio

EN aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
«Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo:
«Quiero: queda limpio».
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente:
«No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor.

 

LA PERSONA VALOR ABSOLUTO    

            En la sociedad del tiempo de Jesús, la cultura, las normas religiosas, las leyes sociales, las costumbres… tenían establecido toda una serie de esquemas por los que el individuo se le excluía de la sociedad y se le negaban todos sus derechos, es decir: podría afirmarse que la persona carecía de todo derecho y era la sociedad o el sistema establecido el que se consideraba el gestor de esos derechos que regalaba a quien creía conveniente, pues ese sistema legal  se consideraba la voluntad del mismo Dios, con lo que venía a ser el que disponía, incluso, lo que Dios tenía que hacer o dejar de hacer.

            Según este esquema, estaba establecido que la enfermedad, la pobreza o cualquier desgracia que te sobreviniera en la vida, eran castigos que Dios daba a quien cometía un pecado y, esta enfermedad o desgracia, venían a ser como la manifestación externa del pecado que se había cometido y, por tanto, cuanto más grave era la enfermedad indicaba que el pecado había sido más grave y el enfermo, o el tocado por el castigo, tenía que pagar la pena con una multa y excluyéndosele de la sociedad y siendo declarado como impuro.

            En este pasaje nos encontramos con uno de estos enfermos de lepra al que le caen todos los artículos de la ley y se arriesga a saltárselos todos: tenía prohibido acercarse a la gente, debía caminar harapiento y sonando una campanilla, indicando por dónde iba para que la gente se apartara, no podía entrar en la ciudad, ni participar en ningún acto de la comunidad… era un apestado.

            Estando en esta situación, decide romper todos los esquemas y saltarse todas las normas establecidas: “se acercó a Jesús, suplicándole de rodillas”; él está seguro que Jesús puede limpiarlo y no duda en transgredir la ley, las costumbres, la religión… sabe perfectamente que lo que está haciendo es una falta grave y, por eso, se arrodilla delante de Jesús y le suplica misericordia.

            Jesús tampoco lo duda, tiene muy claro que por encima de la ley, y las normas religiosas y humanas está la persona por la que ha optado su Padre: se acerca al leproso, lo deja acercarse, le tiende la mano, lo toca, lo escucha lo levanta… También estaba prohibido todo esto por la ley, pero Jesús no acepta una ley que excluye y desprecia a la persona.

            Dios Padre ama a todos sus hijos y no acepta la exclusión de nadie, ni aprueba un sistema que excluya, margine o desprecie a nadie. Jesús ha venido justamente a dejar bien claro ante el mundo esta imagen de Dios y no la otra de un dios sometido a un sistema de leyes injustas que las aprueba y bendice.

            Ante este pasaje y estas actitudes, tanto de Jesús como la del enfermo, vale la pena detenerse y analizar lo que nosotros tenemos montado, en donde estamos viendo las aberraciones que aceptamos como normales y que estamos llegando a cambiar lo moral por lo legal, mientras vemos cómo se hacen las leyes y a lo que responden, de forma que la persona es lo último que cuenta: Pensemos como botón de muestra los atropellos que se vienen haciendo con los que por salvar un banco o una multinacional se atropella a los más pobres y se los dejan en la calle y sin posibilidades de vivir… y lo aceptamos como algo normal y legal.