DOMINGO -XXVII- T.O. -A-

Lectura del profeta Isaías 5,1‑7

La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel  

Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña. Mi amigo tenía una viña en fértil collado. La entrecavó, la descantó, y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agrazones. Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña. ¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? ¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones? Pues ahora os diré a vosotros lo que voy a hacer con mi viña: quitar su valla para que sirva de pasto, derruir su tapia para que la pisoteen. La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardos; prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.
La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos.
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN

DIOS PERSISTE   EN SU PROYECTO      

El profeta Isaías hace uso de una imagen que todo el mundo conoce: la del hombre que tiene un huerto y que lo considera una de las grandes joyas de su vida: lo trabaja, lo cuida, lo  limpia, lo ara, lo abona, le quita las piedras, construye un lagar en él para hacer su vino, le pone una cerca para protegerlo… lo mima, pues lo considera parte de su vida… Al final, queda satisfecho porque ha puesto todo lo mejor que tiene al servicio de su huerto, no le queda nada más que pueda hacer.

            Para el profeta, el huerto es el pueblo de Israel, el dueño del huerto es Dios: viendo los resultados de tanto esfuerzo y tanto cariño, el profeta expresa su decepción tremenda al ver que todo el cariño, toda la ilusión, toda la esperanza y todas las expectativas que el dueño tenía puestas en su huerto han quedado por los suelos: en lugar de dar uvas ha dado agrazones, en lugar de dar frutos ha quedado todo carcomido por las plagas, en lugar de dar hortalizas han aparecido cardos y zarzas. ¿Qué ha pasado? ¿Qué he hecho mal? ¿Qué me faltó hacer?

            Es la misma situación y la misma pregunta que se hacen infinidad de padres que dieron e hicieron todo lo que sabían y tenían en sus manos por sus hijos, no dejándolos que les faltase de nada y dándoles todas las posibilidades imaginables para que triunfasen en la vida y, la respuesta es absolutamente contraria y hasta de desprecio.

            Fue exactamente lo que hizo el pueblo de Israel para con Dios que lo mimó a través de la historia.

            Esta actitud de ingratitud genera espontáneamente el despecho que manifiesta el profeta: “Le quitaré la cerca, derribaré la tapia… la convertiré en erial…”    

            El profeta, no obstante, vuelve a proclamar la voluntad inquebrantable de Dios, de hacer de su huerto  un verdadero jardín, aunque la actitud de su pueblo lo convierta en un desierto.

            A Israel le ha faltado la sensibilidad, el conocimiento y el saber reconocer todo el bien que se le ha hecho y, más bien,  ha despreciado y lo ha negado todo; lógicamente, esta actitud le hará cargar con todas las consecuencias y arrepentirse, porque los frutos que ha dado son de injusticia, de mentira, de atropello y ha convertido el jardín en un suplicio.

            La parábola es un canto de amor de Dios al hombre y al mismo tiempo una denuncia de la estupidez del hombre y una proclamación de la voluntad inquebrantable de Dios de construir la paz y la justicia sobre la tierra.           

Salmo responsorial: 79  

La viña del Señor es la casa de Israel.  

Sacaste una vid de Egipto, /
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste. /
Extendió sus sarmientos hasta el mar, /
y sus brotes hasta el Gran Río.
La viña del Señor es la casa de Israel. 

¿Por qué has derribado su cerca /
para que la saqueen los viandantes, /
la pisoteen los jabalíes /
y se la coman las alimañas?
La viña del Señor es la casa de Israel. 

Dios de los ejércitos, vuélvete: /
mira desde el cielo, fíjate, /
ven a visitar tu viña, /
la cepa que tu diestra plantó, /
y que tú hiciste vigorosa.
La viña del Señor es la casa de Israel. 

No nos alejaremos de ti: /
danos vida, para que invoquemos tu nombre. /
Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos, /
que brille tu rostro y nos salve.
La viña del Señor es la casa de Israel..
 

Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Filipenses 4,6‑9
Poned esto por obra, y el Dios de la paz estará con vosotros.

Hermanos: Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta. Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, ponedlo por obra. Y el Dios de la paz estará con vosotros.
Palabra de Dios
 

REFLEXIÓN
 

ABRIR EL HORIZONTE     

            S. Pablo quiere terminar su carta a la comunidad de Filipos con un grito de aliento a no decaer y no desanimarse ante los problemas que la vida presenta, tanto a nivel particular como comunitario, a nivel interno y externo, por todas las preocupaciones que en momentos especiales pueden llegar a quitar la paz.

            Los problemas es imposible eliminarlos, siempre van a estar ahí, como la sombra que nos acompaña, pero les invita a que nunca pierdan de vista que Dios no los deja solos y, además, tenemos otro apoyo fuerte que es la unión y la solidaridad de los hermanos; por eso, invita a todos a tener presentes delante del Señor a todos los hermanos, expresando de esa forma la solidaridad entre todos y con el mundo.

            Invita también a que lo recuerden y actúen como él ha hecho y, de esa manera, podrán experimentar lo que él ha experimentado: la presencia de la Paz de Dios que lo llena y lo ilumina todo.

            El gran problema que muchas veces nos encontramos es que, junto a los problemas de la vida, se nos une el problema de la falta de confianza y de fe que tenemos en nosotros mismos y en los demás, de forma que  nos reduce a lo inmediato y material que podemos  contar, pesar y medir y todo lo que exceda de ahí, nos pone en duda, hasta el punto que llegamos a no fiarnos ni de nosotros mismos; esto nos paraliza y nos impide mirar hacia adelante con ilusión y confianza..
 

Lectura del santo evangelio según S. Mateo  21,33‑43
Arrendará la viña a otros labradores  

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo: "Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?" Le contestaron: "Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos." Y Jesús les dice: "¿No habéis leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos."
Palabra del Señor 

REFLEXIÓN

EL PODER DESTRUCTOR DE LA CORRUPCIÓN   
Jesús, viendo la situación de Israel y de la gente que le rodea, sabiendo lo que Dios ha hecho con su pueblo, que no quiere reconocer el amor del Padre y las posibilidades que le brinda, sino que está respondiendo de forma ingrata y criminal, echa mano a la imagen de Isaías que conoce todo el mundo y Él añade algunos elementos:  utiliza el mismo cariño que el amigo de Isaías con su huerto, y luego se lo arrienda a unos viñadores, que en este caso serán los dirigentes de Israel y éstos, destrozan la viña, se engordan a costillas de ella y matan al dueño.

            Jesús termina preguntando a la gente: ¿Qué hará el dueño cuando vuelva y vea lo que han hecho con su viña esos labradores?  La respuesta la tiene muy clara toda la gente.

            La situación podríamos trasplantarla a nuestros días, a nuestras comunidades  y a nuestras condiciones en todos los órdenes: la política, la economía, la religión, la sociología, la cultura… ¿Qué hará el dueño cuando vuelva y vea lo que han hecho con su viña esos labradores?

            Es la pregunta que hoy se queda en el aire para todos nosotros, sabiendo que de alguna manera, cada uno de nosotros somos obreros de esa viña y lo que no podemos hacer de ninguna manera es lo que estamos acostumbrados: nosotros nos lavamos las manos, nos colocarnos en la acera del frente, nos ponemos a criticar y nos sentimos con el derecho a juzgar y a tirar piedras a los que están dentro, como si nosotros no tuviéramos nada que ver en lo que se está haciendo dentro y en lo que está ocurriendo.

 

DOMINGO -XXVI- T.O. -A-

Lectura del profeta Ezequiel 18,25‑28

Cuando el malvado se convierte de su maldad, salva su vida  

Así dice el Señor: "Comentáis: "No es justo el proceder del Señor." Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá."
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN 

RESPONSABILIDAD Y LIBERTAD    

            Hay un tema que es transversal en toda la  Sagrada Escritura: la responsabilidad personal y la colectiva, es decir: Dios ha elegido a un pueblo y no a una persona concreta e individual; la persona, por tanto, fundamenta su ser y su existencia en, por y con el pueblo.

            Nada de lo que hace o dice o le ocurra queda en la intimidad, sino que todo tiene su proyección en el pueblo del que forma parte.

            En el antiguo Israel, cualquier persona que nace queda vinculada irremediablemente a la familia, al grupo étnico, al clan, a la tribu y ha de amoldarse a las normas, tradiciones… La libertad individual casi no se entiende.

            Cuando Dios habla, lo hace al jefe, al cabeza de familia, al responsable, al rey del grupo; cuando felicita o castiga, también lo hace a la cabeza, aunque la repercusión llegue hasta el último de los miembros

            La autoridad del jefe del grupo consistirá en  hacer que se cumplan todas las normas que hay establecidas para la convivencia. Pero estas normas son externas, no tocan al interior de la persona, a su libertad interior que va a ser la que determine  el sentido y el valor de lo que hace.

            De ahí que los jueces, a la hora de juzgar, solo miran el acto, la culpa y no  al autor, al culpable; no juzgan la intención con la que se ha dado el hecho

            El profeta Ezequiel se presenta como el defensor de la responsabilidad personal: el hombre no es una máquina. El profeta sostiene que el hombre puede dar un giro a la vida y a las cosas y eso va a depender de la actitud que él tome: puede apartarse del mal y reconducir su vida, de la misma manera que puede apartarse del bien y meterse en el mal, por tanto, es responsable de lo que hace y dice. Sería lo que muchos años después proclamará Jesús, indicando que cada uno somos responsables, no solo de la vida de los demás, sino también de la nuestra. 

Salmo responsorial: 24

Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

Señor, enséñame tus caminos, /
instrúyeme en tus sendas: /
 haz que camine con lealtad; /
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, /
y todo el día te estoy esperando.
Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

Recuerda, Señor, que tu ternura /
y tu misericordia son eternas; /
 no te acuerdes de los pecados /
ni de las maldades de mi juventud; /
acuérdate de mí con misericordia, /
por tu bondad, Señor.
Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

El Señor es bueno y es recto, /
y enseña el camino a los pecadores; /
hace caminar a los humildes con rectitud, /
enseña su camino a los humildes.
Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Filipenses 2,1‑11
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús  

Hermanos: Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todo el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
[Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre‑sobre‑todo‑nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.]
Palabra de Dios
 

REFLEXIÓN
 

VIVIR EN “PRO” DE LOS DEMÁS   

            S. Pablo se dirige a los  filipenses y apela a la gran  realidad que nos acoge: somos hombres nuevos, nacidos del Espíritu de unidad, de amor y de fraternidad que vive en Dios; si somos conscientes de esta realidad y nos la creemos, de verdad, no nos queda más remedio que responder a ella, por eso les pide que, basados en esta realidad, respondan en coherencia: “Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.”

            Basado en este principio, Pablo da toda una serie de consejos a la comunidad que llevan a la fortificación del grupo y de cada uno de sus componentes en particular; como modelo y referente de esta actitud de entrega pone a Jesús que ha sido capaz de entregar su vida por esta causa.

            Jesús ha planteado, al estilo de Ezequiel, el tema de la responsabilidad personal: Dios ha dado a cada uno unos dones para que los ponga en función del resto; cada uno de nosotros debemos hacerlo a su estilo, con los mismos sentimientos de Cristo, empezando por los más débiles, los que más necesitan.

S. Pablo pide que tengan cuidado en no caer, como cristianos, en el mismo pecado que han caído los dirigentes de su pueblo, que por ocupar cargos de alta responsabilidad, se creen los salvados y los que tienen la llave para que los demás se salven, considerándose ellos los salvadores de los demás, pero esto pueden ser ellos mismos los que fomenten esta mentalidad

El criterio o la norma de discernimiento que establece es el actuar, no tanto en conformidad con la ley escrita, sino con tener “entrañas de misericordia”, es decir: actuar con un amor incondicional hacia aquellas personas que sufren la explotación, la exclusión y el arrinconamiento en la sociedad. Los criterios de discernimiento no pueden ser jamás las prácticas piadosas de ritos vacíos, sino el mismo que tuvo Jesús: actuar con entrañas de misericordia.

            Para Pablo, Jesús se convierte en el gran referente de entrega total en beneficio de todos.

Lectura del santo evangelio según S. Mateo  21,28‑32
Recapacitó y fue  

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acerco al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?" Contestaron: "El primero." Jesús les dijo: "Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis."
Palabra del Señor
 

REFLEXIÓN
 

OBRAS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES  

En esta parábola presenta Jesús algo que la gente y la mentalidad de la época no tiene muy claro: la distancia que hay entre la palabra y el hecho: la primera responde a la acción fría de la razón y la segunda a la moción del corazón. La distancia entre palabra y obra es el sentimiento que habita en el corazón.

            La mentalidad religiosa que existe es nefasta y Jesús quiere dejarla en evidencia: la respuesta bonita que tiene el hijo segundo es la que cuenta delante de la ley y, es el que, de acuerdo a la ley, está justificado; en cambio, la acción del primero que ha tenido una respuesta desagradable e incorrecta no sirve para nada.

            Jesús les hace ver que no son las palabras las que cumplen la voluntad del Padre, sino los hechos, ¡Ojalá seamos capaces de establecer coherencia  entre lo que decimos y lo que hacemos! Ese es el ideal, pero lo que no se puede tolerar es que la ley ampare la incoherencia.

            De esta manera, Jesús denuncia a los dirigentes del pueblo que tienen unas palabras bonitas y amables con la gente, pero que no responden a nada. Es la mentira legalizada y establecida como norma, con la que vemos a cada momento cómo se juega con el pueblo, se le llena de expectativas y esperanzas y después se olvidan de todo lo dicho, diciendo que “Las palabras se las lleva el viento”

Con esta parábola, Jesús deja en evidencia muchas formas, estructuras, leyes y formas de  ver, hacer y pensar que era una constante contradicción con lo que confesaban: deja al descubierto cómo los que eran considerados pecadores por el aparato religioso y político, en realidad, eran los únicos que cumplen la voluntad del Padre, hasta el punto que llega el momento en que tiene que decirles que las prostitutas y los publicanos llevan delantera en el reino de los cielos.

            La conversión no es cosa de palabras muy bonitas, ni de gestos piadosos, sino de un cambio radical de vida que se pone en conexión con la justicia, con la verdad y con la paz.

            Lógicamente, cuando Jesús se pone a hablar de esta manera y a decir las cosas así, esto hiere la sensibilidad de aquellos que se sienten los buenos oficiales, los modelos a los que todo el pueblo venera, pues se sienten al mismo nivel que  aquellos que consideraban, según lo que la ley establecía, una lacra social.

            De esta manera, Jesús los deja al descubierto con un argumento tan simple, pero les denuncia la actitud tan negativa que ha echado raíces en sus corazones, hasta el punto que, ni un profeta como Juan Bautista ha podido hacerles que cambien su manera de pensar.

            Jesús deja bien claro un principio inapelable: “Obras son amores y no buenas razones”

 

DOMINGO XXV DEL T. ORDINARIO -A-

Lectura del profeta Isaías 55,6‑9

Mis planes no son vuestros planes  

Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos ‑ oráculo del Señor ‑. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes.
Palabra de Dios
 

REFLEXIÓN 

SEGUIR EL PLAN DE DIOS  

            El profeta invita al pueblo a ponerse en la onda de Dios y para ello ha de hacer como el que se dirige a un lugar y equivoca el camino: se da la vuelta y busca el camino correcto, pero no se empecina en continuar por camino equivocado, pues no llegará a ningún sitio y, hasta puede perderse.

El profeta ve que pueblo está a punto de coger un camino que les puede llevar de nuevo al exilio, pues las perspectivas que se vislumbran son de destrucción de todos los valores y esto le va a llevar a la muerte; debe coger un camino que le oriente hacia Dios, debe darse una conversión y volver al verdadero camino para que salgan del extravío al que se están abocando.

            Isaías invita a que busquen al Señor y que tengan cuidado para no entrar por un camino equivocado, cosa que nos ocurre con frecuencia cuando queremos someter a Dios a nuestros planes que suelen estar movidos por el egoísmo y por nuestros intereses particulares; por eso el profeta lo advierte: “Los planes del Señor no son nuestros planes” y, por lo mismo, no se trata de buscar y querer que Dios se someta a nuestra voluntad, sino que busquemos el plan de Dios y nos unamos a él.

            La situación con la que se enfrenta el profeta Isaías, tiene una clarísima actualidad en los momentos que vivimos en donde no solo queremos obligar a que Dios entre por nuestro aro, sino que abiertamente se prescinde de Él y se le declara como nocivo y contrario a los intereses del hombre. ¿Cuál será el resultado de esta actitud globalizada? 

Salmo responsorial: 144

Cerca está el Señor de los que lo invocan.  

Día tras día, te bendeciré /
y alabaré tu nombre por siempre jamás. /
Grande es el Señor, merece toda alabanza, /
es incalculable su grandeza.
Cerca está el Señor de los que lo invocan. 

El Señor es clemente y misericordioso, /
lento a la cólera y rico en piedad; /
el Señor es bueno con todos, /
es cariñoso con todas sus criaturas.
Cerca está el Señor de los que lo invocan. 

El Señor es justo en todos sus caminos, /
es bondadoso en todas sus acciones; /
cerca está el Señor de los que lo invocan, /
de los que lo invocan sinceramente.
Cerca está el Señor de los que lo invocan.
 

REFLEXIÓN
 

EL ÚNICO APOYO PARA LA ESPERANZA    

S. Pablo se dirige a la comunidad de los filipenses indicándoles su actitud de búsqueda y confiesa su convicción de que, tanto la vida como la muerte están dentro de los planes de Dios y no de los hombres, a pesar de que, según la cultura helenista, se entendiera que la muerte era un gran alivio para el alma, ya que era una liberación de todos los dolores, problemas y calamidades humanas. S. Pablo en cambio, entiende que el gran alivio y la gran liberación no es deshacerse del cuerpo y liberarse delos problemas, como ellos dicen, sino estar con Jesús tanto en la vida como, sobre todo, saber que el final ha de ser el encuentro definitivo con Él. Por tanto, para Pablo esta verdad se convierte en el gran apoyo de su esperanza, tanto para el presente como para el futuro y no solo para los que mueren dando testimonio de la fe con el martirio, sino para los que viven y siguen luchando en este mundo.

Sin lugar a duda esto supone como una bocanada de aire fresco para todos los que en los momentos actuales pierden la ilusión, la esperanza y el sentido en la lucha, ya que nada parece tener una respuesta alentadora.
 

Lectura del santo evangelio según S. Mateo  20,1‑16
¿Vas a tener tú envidia porque soy bueno?  

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña." Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos."
Palabra del Señor
 

REFLEXIÓN 

EL MARCO EN EL QUE DIOS ACTUA ES LA JUSTICIA    

En la lectura de este pasaje permanecen como un eco las palabras de Isaías (55,8) “Vuestros caminos no son mis caminos, vuestros planes no son mis planes…” La descripción que Jesús hace en esta parábola es una descripción perfecta: el hombre actúa en un esquema de justicia que consiste en dar a cada uno lo que se merece por su rendimiento, mientras que Dios se mueve en otro esquema: el motor de Dios es LA JUSTICIA y eso significa tratar a todos por igual, dándole a cada uno lo que necesita para vivir con dignidad, no lo que se merece por su esfuerzo.

            Esta actitud que Jesús aplica al Padre, escandaliza terriblemente a todos los dirigentes del pueblo que sostienen que Dios les debe la salvación como recompensa por el esfuerzo que hacen en el cumplimiento de la ley y no aceptan de ninguna manera la gratuidad del amor.

            El contexto de la parábola es la discusión constante que Jesús viene manteniendo con los fariseos  y con las autoridades que sostienen una actitud excluyente con un sector de la población a quien consideran impura: pecadores, publicanos, mujeres, enfermos, paganos…

            A simple vista se percibe el problema existente en las comunidades de Mateo que provienen de judíos convertidos al cristianismo y que no acaban de desprenderse de las leyes judías que les prohíben juntarse con paganos y ahora se encuentran que pertenecen a la misma comunidad cristiana; ellos no entienden que los que acaban de entrar en la comunidad tengan los mismos derechos y la misma dignidad que aquellos que pertenecen desde siempre al pueblo elegido.
 
            Lógicamente, si queremos que Dios entre por nuestros esquemas y actúe como lo hacemos nosotros, la situación que plantea la parábola es una clara actitud de injusticia por parte de Dios que ha tratado a los últimos exactamente igual que a los primeros, pero si queremos obligar a que Dios entre en nuestro juego, entonces ¿Cuántos quedaríamos fuera de juego? El mundo sería propiedad, indiscutiblemente de aquellos que tienen la ley a su favor y que, sin lugar a duda serían ellos los que hacen la ley y la interpretan, con lo cual, esta tierra sería el chalet de unos cuantos. El evangelista utiliza la figura de la paga para expresar el modo de actuar Dios Padre frente a nuestra forma utilitarista y pragmática contraria a la JUSTICIA

 

DOM. XXIV EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro de  los Números 21,4b-9 
Miraban a la serpiente de bronce y quedaban curados

En aquellos días, el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo." El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes." Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: "Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpiente quedarán sanos al mirarla." Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.
Palabra de Dios
 

La siguiente segunda lectura puede escogerse como alternativa a la primera. Si esta festividad cae en domingo, se deben leer las dos.
 

SEGUNDA LECTURA 

Lectura de la carta de S. Pablo a los Filipenses 2,6-11
Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo 

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios
 

Salmo responsorial: 77 

No olvidéis las acciones del Señor. 

Escucha, pueblo mío, mi enseñanza, /
inclinad el oído a las palabras de mi boca: /
que voy a abrir mi boca a las sentencias, /
para que broten los enigmas del pasado. R.
No olvidéis las acciones del Señor. 

Cuando los hacía morir, lo buscaban, /
y madrugaban para volverse hacia Dios; /
se acordaban de que Dios era su roca, /
el Dios Altísimo su redentor. R.
No olvidéis las acciones del Señor. 

Lo adulaban con sus bocas, /
pero sus lenguas mentían: /
su corazón no era sincero con él, /
ni eran fieles a su alianza. R.
No olvidéis las acciones del Señor. 

Él, en cambio, sentía lástima, /
perdonaba la culpa y no los destruía: /
una y otra vez reprimió su cólera, /
y no despertaba todo su furor. R.
No olvidéis las acciones del Señor.
 

EVANGELIO  

Lectura del santo evangelio según S. Juan 3,13-17
Tiene que ser elevado el Hijo del hombre 

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen el él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él."
Palabra del Señor
 

REFLEXIÓN
 

LA CRUZ  SIGNO DE LIBERTAD RADICAL   

En el catecismo se nos enseñaba que “El signo del cristiano es la santa cruz, porque en ella murió nuestro Señor Jesucristo”. La CRUZ es  nuestra bandera, nuestro sello de identidad.

            Pero sería muy importante que los cristianos hagamos una limpieza de nuestra mente, que equivaldría a algo así como cuando limpiamos un objeto, al que se le ha ido adhiriendo el óxido de los siglos, hasta el punto que ha terminado por aparecer como algo horroroso y tremendo, lo que en su base era oro puro.

            En la 1ª lectura hemos escuchado la narración del momento en el que el pueblo se dedicó a criticar a Moisés y comenzó a entrar el descontento, el desánimo y la apatía  como fruto de la crítica. Aquellas críticas, chismes y calumnias eran como el veneno de una serpiente que destruía  todo y causaba la muerte, expresando de esa manera la realidad a la que había llegado la comunidad.

            Moisés hace un signo con  una culebra de bronce y lo clava en el suelo, poniéndolo en alto para que todos lo vieran;  aquella serpiente representaba la lucha por la libertad que ellos estaban queriendo  desbaratar y, cada vez que lo miraran, se dieran cuenta que cada vez que sostenían actitudes destructoras o estaban dando crédito a los que desanimaban, era  optar y favorecer la esclavitud. Volver a la lucha era recuperar la vida.

            Aquella serpiente portadora de veneno que corrompía, se convierte en el signo de salvación y recuperación de la vida y la alegría.

            Muchos años después, Cristo retoma el signo, pues  la realidad vuelve a repetirse:  su proyecto del reino es la adquisición de la LIBERTAD, pero esto va a suponer dar muerte a muchas actitudes, de la misma forma que Él lo ha hecho en su vida:

 1º) Como todo ser humano, siente dentro de sí la tendencia a lo fácil, a lo inmediato: “Convierte esas piedras en pan…” y deja de complicarte la existencia; satisfaz tus apetitos naturales y no te preocupes de nada más; apuesta por el dinero y por la vida fácil que es lo único que te va a proporcionar goce… son todas las tendencias naturales que tiene toda persona, pero Jesús no claudica ni se deja vencer.

2º) Como todo ser humano, el éxito, la fama, el poder…, son anzuelos demasiado atrayentes, ante los que se rinde todo el mundo. Jesús fue invitado a todas las esferas del éxito, de la fama, del poder y no se vendió ni se doblegó a nada ni a nadie, de forma que su libertad no quedó afectada por nada, ni siquiera por el desprestigio al que se le atacó su mensaje y su persona, llegando a llamarlo loco, blasfemo, charlatán, endemoniado, comilón borracho…  Ni la destrucción de su imagen le hizo retroceder ni amedrentarse.

3º) Dice nuestro refrán: “Cuando hablamos de dinero, hasta los santos se bajan de la peana” A Jesús se le propuso ser dueño de todo: “Todo lo que ves te lo daré si te arrodillas ante mí y me adoras”, pero Él lo tiene muy claro: “no se puede servir a dos señores” y su opción por Dios ya está hecha y nadie le va a hacer que cambie; esto le va a ser duro mantenerlo y su fidelidad le va a costar la misma vida, que tendrá que entregar en la cruz, que era la forma más desastrosa a la que podía llegar una persona y, ni la misma muerte de cruz le condicionó su libertad y subió a ella, no como el que va a rastras, sino como el que asume hasta las últimas consecuencias de lo que ha optado, convirtiendo, de ese modo, el peor de los signos de muerte en el mayor signo de libertad. 

Por eso, cuando un cristiano se santigua con la CRUZ o se la cuelga como un signo, o la tiene presidiendo su espacio vital, su presencia no es sino una proclamación de LIBERTAD como máximo  valor en la vida, como indicativo de un programa de vida, en la que manifestamos  que nada ni nadie nos hace doblar la cabeza ni la rodilla, sino solo Dios.

Pero es triste ver cómo los cristianos nos hemos quedado en el veneno del dolor que nos destruye, en el hundimiento, en el dolor…  y la cruz la hemos asumido como el signo del conformismo ante el dolor y la muerte refiriéndolo al dolor de Jesús, en lugar de referirlo a su actitud de valentía y libertad  con la que fue leal y fiel al Padre y a su proyecto de LIBERTAD.

 

 

DOMINGO XXIII T.O -A-

Lectura del profeta Ezequiel 33,7‑9

Si no hablas al malvado, te pediré cuenta de su sangre

Así dice el Señor: "A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel; cuando escuches palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado: "¡Malvado, eres reo de muerte!", y tú no hablas, poniendo en guardia al malvado para que cambie de conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre; pero si tú pones en guardia al malvado para que cambie de conducta, si no cambia de conducta, él morirá por su culpa, pero tú has salvado la vida."
Palabra de Dios
 

REFLEXIÓN 


RESPONSABLES DE LA SALVACIÓN DEL HERMANO  

El profeta Ezequiel no puede dejar a un lado y olvidar todo lo que el pueblo ha sufrido en el exilio, fruto del  desmadre al que había llegado; la consecuencia fue la invasión de Nabucodonosor y la destrucción de Jerusalén.

Esa lección de la historia que con frecuencia la gente olvida y, sobre todo los más jóvenes que no pasaron por ahí, tienen el peligro de pensar que todo empezó cuando ellos llegaron a este mundo y no se dan cuenta que, lo que se tiene es fruto de una historia que ha costado mucho atravesarla.

Ezequiel viene a ser como la memoria viva que no deja dormirse a su pueblo y se convierte en el vigilante que está atento a todo lo que pasa y va interpretando todos los signos de la historia y de la marcha del pueblo, a la luz de la Palabra de Dios.

El profeta siente como una responsabilidad personal, el cuidar de la vida del pueblo y está pendiente de todos los peligros que acechan y que pueden desviarlo  del camino y volver a repetir la misma historia de muerte.

Su postura es molesta, pues siempre está advirtiendo de los peligros que existen y abriendo los ojos al pueblo para que vea y no tropiece. Pero el pueblo es libre y puede aceptar las advertencias del profeta, o despreciarlas y hasta revolverse contra él y hasta matarlo, como ocurre prácticamente con todos y, después reconocen la razón que llevaba, cuando ya no hay remedio.

No podemos olvidar que todos nosotros, al estar bautizados fuimos consagrados también como profetas y, por tanto, es responsabilidad de cada uno la salvación de los que le rodean: cada uno hemos de convertirnos en un cuidador o vigilante de su hermano y no permitir que los demás entren por un camino equivocado.

Sin embargo, esta característica del cristiano y de la iglesia en general, es triste ver cómo se ha perdido, de tal manera que nadie es cuidador, vigía de la vida de los demás, sino todo lo contrario: el individualismo hizo mella en cada uno y lo convirtió en un extraño y un enemigo más que en un hermano.

 
Salmo responsorial: 94
 

Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón."

Venid, aclamemos al Señor, /
demos vítores a la Roca que nos salva; /
entremos a su presencia dándole gracias, /
aclamándolo con cantos. R.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón."

Entrad, postrémonos por tierra, /
bendiciendo al Señor, creador nuestro. /
Porque él es nuestro Dios, /
y nosotros su pueblo, /
el rebaño que él guía. R.
Ojala escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón."

Ojala escuchéis hoy su voz: /
"No endurezcáis el corazón como en Meribá, /
como el día de Masá en el desierto; /
cuando vuestros padres me pusieron a prueba /
y me tentaron, aunque habían visto mis obras." R.
Ojala escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón."

 
Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Romanos 13,8‑10
Amar es cumplir la ley entera  

Hermanos: A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el "no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás" y los demás mandamientos que haya, se resumen es esta frase: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.
Palabra de Dios
 

REFLEXIÓN 

LA EXPERIENCIA DE LA FE VIVA  

S. Pablo se encuentra con una sociedad completamente corrompida, en la que los valores del reino no tienen cabida. ¿Cómo vivir ahí? No hay otra alternativa que asentar la vida sobre las bases del AMOR, para poder responder a los desafíos que la vida está presentando en ese momento.

Es muy fácil desviarse por otros caminos y poner como referentes morales  otros principios que el mismo sistema presenta. Sin embargo, el AMOR es la síntesis, el resumen más importante de todo concepto filosófico, político o religioso; agarrados ahí no van a fallar: “ el no cometerás adulterio, no matarás,  no robarás, no envidiarás… y todos los mandamientos, se resumen en esta frase: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay más ley, ni mejor culto que le podamos dar a Dios que el amor.

Pablo no se está oponiendo a ninguna norma, ni aconsejando nada extraño, simplemente proclama el amor como fuerza que supera a toda ley: “Uno que ama a su prójimo no le puede hacer daño”, sino más bien, siempre andará buscando cómo hacer el bien a todos los niveles

Convertirse no es más que cambiar radicalmente de forma de pensar y de actuar: quien se convierte, pone el AMOR como norma suprema de su vida y ese amor se traduce en hechos concretos de servicio, de honradez, de perdón, de respeto, de tolerancia, de justicia, de solidaridad y de fraternidad… y todo lo que no sea eso, no es más que una caricatura del cristianismo y de la fe. 

Lectura del santo evangelio según S. Mateo  18,15‑20
Si te hace caso, has salvado a tu hermano  

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.
Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."
Palabra del Señor
 

REFLEXIÓN
 

ABIERTOS AL PERDÓN Y A LA CORRECCIÓN  

S. Mateo nos muestra uno de los problemas más fuertes que se presentan en la vida de una comunidad: cuando un miembro de ella está caminando erróneamente ¿qué hacemos?  ¿lo dejamos que se estrelle, o se lo impedimos?

            La respuesta que el  individualismo de hoy nos presenta es bien  clara: “¿Y yo quién soy para meterme en la vida de nadie? Tenemos que respetar las decisiones de cada uno…”  y con estas y mil razones más, que basamos en el respeto a la libertad de la persona, escurrimos el bulto y dejamos que una persona llegue a perder su vida.

            S. Mateo se plantea seriamente el tema: el pecado  no es solo una cuestión individual con carácter moral, sino que es también algo que afecta a la comunidad, pues el individuo no vive aislado, por tanto, sus errores afectan a la comunidad entera y ésta tiene la obligación de enfrentarlo e impedírselo.

            S. Mateo intenta dejar bien claras dos cosas: no se trata de dejar que cada uno haga lo que quiera, de tal forma que se llegue al caos en la comunidad, ni tampoco establecer un rigorismo tal, que agobie y no se tolera que alguien pueda realizar su libertad y cometer un fallo o equivocarse.

            No se trata de establecer un código jurídico, sino que, por encima de cualquier otra cosa, de lo que se trata es de salvar al hermano que ha cometido el fallo y,  no tomar la postura de expulsarlo o condenarlo antes de nada.

            Se trata de establecer un proceso  pedagógico que le lleve a darse cuenta que no vale la pena estancarse en el error; ahora bien, si la persona se empecina y se resiste, no aceptando la invitación que se le hace desde  el amor y la fraternidad, entonces sí, la comunidad se ve obligada a expulsarla de su seno, es decir, la comunidad ha de respetar la opción que la persona ha tomado de desprecio a la comunidad, pues no acepta ni el perdón ni el arrepentimiento, por lo tanto, ella misma se aparta de la comunión.

            La llamada que nos hace hoy la palabra de Dios es fuerte:  estar siempre abiertos al perdón y a la acogida, pero al mismo tiempo, abiertos a reconocer que nos podemos equivocar en un momento y dar las gracias si mi hermano me llama a la corrección, sin considerar ese hecho como un desprecio o una ofensa.

 

Ezequiel 33,7-9

 

Si no hablas al malvado, te pediré cuenta de su sangre

Así dice el Señor: "A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel; cuando escuches palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado: "¡Malvado, eres reo de muerte!", y tú no hablas, poniendo en guardia al malvado para que cambie de conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre; pero si tú pones en guardia al malvado para que cambie de conducta, si no cambia de conducta, él morirá por su culpa, pero tú has salvado la vida."

Salmo responsorial: 94

 

Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón."

Venid, aclamemos al Señor, / demos vítores a la Roca que nos salva; / entremos a su presencia dándole gracias, / aclamándolo con cantos. R.

Entrad, postrémonos por tierra, / bendiciendo al Señor, creador nuestro. / Porque él es nuestro Dios, / y nosotros su pueblo, / el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchéis hoy su voz: / "No endurezcáis el corazón como en Meribá, / como el día de Masá en el desierto; / cuando vuestros padres me pusieron a prueba / y me tentaron, aunque habían visto mis obras." R.

 

Romanos 13,8-10

 

Amar es cumplir la ley entera

Hermanos: A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el "no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás" y los demás mandamientos que haya, se resumen es esta frase: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.

Mateo 18,15-20

 

Si te hace caso, has salvado a tu hermano

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.

Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."