DOMINGO XXX DEL T.O. -A-


PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro del Éxodo. Éx 22, 20-26

Si explotáis a viudas y a huérfanos, se encenderá mi ira contra vosotros

ESTO dice el Señor:
«No maltratarás ni oprimirás al emigrante, pues emigrantes fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.
No explotarás a viudas ni a huérfanos. Si los explotas y gritan a mí, yo escucharé su clamor, se encenderá mi ira y os mataré a espada; vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos.
Si prestas dinero a alguien de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero cargándole intereses.
Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo».
Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA ÚNICA RESPUESTA POSIBLE      

            El texto está cargado de un espíritu misericordioso formidable, haciéndole tomar conciencia al pueblo de que ha sido un pueblo pequeño, débil, sin fuerza, sin tener protector; frente a esa realidad, Dios lo ha cuidado, lo ha protegido y lo ha defendido frente a las grandes potencias, por eso pide que ellos hagan lo mismo con los pobres, con los desprotegidos, con los indigentes, con los solitarios que no tienen familia, ni país, ni padre, ni marido…

            Dios es el defensor de todos estos y se pone de su lado porque no tienen a nadie que dé la cara por ellos. Por eso pide que en el orden de prioridades, ellos sean los primeros.

            Cuando leemos despacio este texto y le aplicamos el título “Palabra de Dios”, queda como principio y referente inapelable, no solo para el antiguo pueblo de Israel, sino para el nuevo, la iglesia: la misericordia de Dios es el sello que ha de identificar todas las relaciones entre los hombres, quedando desechados todos los criterios egoístas, intereses mercantilistas y quedando el amor y la solidaridad como única norma y referente. Y todo esto, no por razones de filantropía o cualquier otra cosa, sino porque Dios es así y porque primero Él lo ha hecho antes con nosotros. Pero ¿Cómo es posible que algo que es tan claro y evidente en toda la escritura y en Jesús haya quedado tan difuminado?

 

Salmo responsorial

Sal 17, 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab (R/.: 2)

R/.   Yo te amo, Señor; tú eres mí fortaleza.

 

        V/.   Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
                Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.   
R/.

R/.   Yo te amo, Señor; tú eres mí fortaleza.

 

        V/.   Dios mío, peña mía, refugio mío,
                escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
                Invoco al Señor de mi alabanza
                y quedo libre de mis enemigos.   
R/.

R/.   Yo te amo, Señor; tú eres mí fortaleza.

 

        V/.   Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
                sea ensalzado mi Dios y Salvador.
                Tú diste gran victoria a tu rey,
                tuviste misericordia de tu ungido.   
R/.

R/.   Yo te amo, Señor; tú eres mí fortaleza.

 
SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses. 1 Tes 1, 5c-10

Os convertisteis, abandonando los ídolos, para servir a Dios y vivir aguardando la vuelta de su Hijo

HERMANOS:
Sabéis cómo nos comportamos entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra en medio de una gran tribulación, con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya.
No solo ha resonado la palabra del Señor en Macedonia y en Acaya desde vuestra comunidad, sino que además vuestra fe en Dios se ha difundido por doquier, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la visita que os hicimos: cómo os convertisteis a Dios, abandonando los ídolos, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA COMUNIDAD HACE AL PASTOR Y VICEVERSA   

            La comunidad de Tesalónicas está recién formada y se le nota la alegría, el entusiasmo y el fervor del que inicia un proyecto. S. Pablo se siente feliz de ver la vitalidad que tiene la comunidad y que está traspasando las fronteras y ha llegado a saberse de su fervor en Macedonia y en Acaya y todos hablan de la fe del grupo, por lo que Pablo no tiene nada que objetar, sino felicitarlos sinceramente, pues se siente apoyado y acompañado en la misma empresa en la que se han embarcado. Esta actitud es la mayor razón de alegría y de entusiasmo para proclamar el evangelio.

            El hecho de encontrarse con una comunidad así, es una bendición y se convierte en fuente de alegría y de fuerza; es por lo que los tesalonicenses se han convertido en modelo y referente para toda la iglesia de Grecia.

            La imagen de esta comunidad se convierte también en un referente para las comunidades actuales: hoy vivimos estancados, mirando siempre al pasado, incapacitados para dar un paso adelante, sin imaginación y anquilosados en ritos y formas que no entiende nadie ni entusiasman a nadie, porque la vida está ausente de esos ritos.

            Una comunidad acomodada y estancada, sin ánimo ni ganas de renovarse, hace, incluso, que su pastor se venga abajo, pues no podemos olvidar que, de alguna manera, la comunidad hace al pastor de la misma manera que el pastor ayuda al crecimiento de la comunidad. Lo vemos clarísimo en la actitud de S. Pablo de cara a la comunidad.

 

Aleluya

Jn 14, 23

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   El que me ama guardará mi palabra —dice el Señor—,
        y mi Padre lo amará, y vendremos a él.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.  Mt 22, 34-40

Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo

EN aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a
prueba:
«Maestro, ¿Cuál es el mandamiento principal de la ley?». Él le dijo:
«“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”.
Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

NO PERDER EL ESPÍRITU   

 

            El pasaje que nos presenta la liturgia recoge un momento en el que los dirigentes y especialistas de la ley, de las normas religiosas, discuten sobre la importancia y gravedad de ciertas normas, ritos y gestos de la práctica religiosa y, cuando un sector ve cómo Jesús ha dejado en ridículo al contrincante, se dirigen a Él para dejarlo en evidencia cogiéndolo en un fallo y de esa manera levantarse contra los que han sido callados por parte de Jesús y enarbolando la bandera de la verdad, del poder y de la soberanía sobre todos.

            Entonces le lanzan la pregunta a Jesús para que les diga qué es lo esencial de la ley y de la discusión que traen entre manos (no olvidemos que ellos son los especialistas en la materia)

            Jesús les da el golpe certero que los deja fuera de juego: mientras unos centran toda la atención en el amor a Dios, los otros la centran en el amor al prójimo; unos leen Levítico y los otros leen Deuteronomio, según sus conveniencias.

            Jesús concluye la discusión de una forma sorprendente que los deja sin contrarréplica: “Amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser… (Dt. 6,4) pero la prueba de autenticidad de esta ley está en “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lev. 19,18). Y es que no se puede imaginar un amor auténtico si es que no tiene estas dos caras.

            Es el gran problema en el que caen todas las religiones y todos los grupos: se pierden en leyes, en detalles, en papeles legales… quedando al final un tinglado impresionante que atosiga, mientras el espíritu fundamental sobre el que se debe levantar todo, queda completamente fuera del tinglado y olvidado por todos.

            Se trata, pues, de hacer una opción clara y valiente por lo fundamental o por lo accidental. A este respecto puede venir como anillo al dedo el ejemplo de Sta. Teresa de Calcuta: ella renunció muchas veces en su vida a establecer alguna de sus casas cuando para ello tenía que emplear a una hermana para que se encargase de los papeles y del mantenimiento en lugar de dedicarse a los pobres.

 

DOMINGO XXIX DEL T. O. -A-


PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro de Isaías. Is 41, 1. 4-6

Yo he tomado de la mano a Ciro, para doblegar ante él los naciones

ESTO dice el Señor a su Ungido, a Ciro:
«Yo lo he tomado de la mano,
para doblegar ante él las naciones
y desarmar a los reyes,
para abrir ante él las puertas,
para que los portales no se cierren.
Por mi siervo Jacob,
por mi escogido Israel,
te llamé por tu nombre,
te di un título de honor,
aunque no me conocías.
Yo soy el Señor y no hay otro;
fuera de mí no hay dios.
Te pongo el cinturón,
aunque no me conoces,
para que sepan de Oriente a Occidente
que no hay otro fuera de mí.
Yo soy el Señor y no hay otro».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

ESCRIBIR DERECHO EN RENGLONES TORCIDOS  

 El texto que nos trae la liturgia de hoy corresponde a la segunda parte del libro de Isaías o, lo que le suelen llamar “El libro de la consolación”. Es importante que sepamos esto, ya que nos ayudará a acercarnos al texto desde una perspectiva diferente y hacer una interpretación más objetiva.

Para Yahvé hay algo que es lo más importante: su plan de salvación del hombre, y esto se va a realizar independientemente de que el hombre quiera colaborar o no; Él va a llevar adelante su plan, incluso, rompiendo los esquemas que tiene el pueblo de Israel: en este caso, utiliza como instrumento un personaje que no pertenece ni siquiera al pueblo: se acerca a Ciro, que no conoce a Dios, le habla y le encomienda una misión que consistirá en dar una palabra de consuelo a Israel y lo va a hacer de forma que, aparentemente, no tiene que ver nada con lo que Dios pretende: a Ciro le viene bien políticamente quitarse de encima al pueblo de Israel, mandarlo a su tierra y tenerlo como súbdito; de esa forma hasta queda bien; para ello le facilita la reconstrucción de Jerusalén y de su templo.

En esta acción, el pueblo permanece al margen y el centro lo ocupa Ciro, pero sobre todo, el mismo Dios, que va dirigiendo la historia, escribiendo derecho en nuestros renglones torcidos. Él va a ser el verdadero protagonista de toda la liberación

 

Salmo responsorial

Sal 95, 1 y 3. 4-5. 7-8a. 9-10ac (R/.: 7b)

R/.   Aclamad la gloria y el poder del Señor.

 

        V/.   Cantad al Señor un cántico nuevo,
                cantad al Señor, toda la tierra.
                Contad a los pueblos su gloria,
                sus maravillas a todas las naciones.   
R/.

R/.   Aclamad la gloria y el poder del Señor.

 

        V/.   Porque es grande el Señor,
                y muy digno de alabanza,
                más temible que todos los dioses.
                Pues los dioses de los gentiles no son nada,
                mientras que el Señor ha hecho el cielo.   
R/.

R/.   Aclamad la gloria y el poder del Señor.

 

        V/.   Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
                aclamad la gloria y el poder del Señor,
                aclamad la gloria del nombre del Señor,
                entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.   
R/.

R/.   Aclamad la gloria y el poder del Señor.


        V/.   Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
                tiemble en su presencia la tierra toda.
                Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
                él gobierna a los pueblos rectamente».   
R/.
R/.   Aclamad la gloria y el poder del Señor.

 

SEGUNDA LECTURA

 Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses. 1 Tes 1, 1-5

Recordamos vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza

PABLO, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los Tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz.
En todo momento damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones, pues sin cesar recordamos ante Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor.
Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido, pues cuando os anuncié nuestro evangelio, no fue solo de palabra, sino también con la fuerza del Espíritu Santo y con plena convicción.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

RECONOCER Y AGRADECER    

             Nos encontramos con uno de los primeros textos escritos del Nuevo Testamento; S. Pablo se dirige a la comunidad de los tesalonicenses llamándoles “iglesia” (asamblea), de la misma manera que llama a la comunidad de Jerusalén, a pesar de ser creyentes convertidos del paganismo, participan del gran regalo que nos ha dado Dios por medio de Jesús, por eso, la carta entera está escrita bajo el signo del reconocimiento y agradecimiento a Dios por lo que les ha dado.

            La comunidad de los tesalonicenses participa de lleno de la Nueva Alianza que ha hecho Jesús y sus trabajos, su fe, su esperanza, su caridad y su fidelidad son obra del Espíritu Santo que habita en ellos.

            Estas virtudes que los identifican, son el signo más evidente del amor que Dios Padre les tiene y, el testimonio de vida que están dando, es la mejor alabanza que se puede hacer a Dios y, para Pablo, la mayor de las glorias y su mayor orgullo al ver que el evangelio que les ha predicado no ha sido algo baldío ni ha caído en el vacío.

            Irremediablemente nos lleva a plantearnos la pregunta frente a la realidad que vivimos: alguien podría sentirse orgulloso de nuestra fidelidad, de nuestra autenticidad y fortaleza en mantener la fe que nos transmitieron? ¿Qué está pasando con nosotros?

  

Aleluya

Flp 2, 15d. 16a

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Brilláis como lumbreras del mundo,
        manteniendo firme la palabra de la vida.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 22, 15-21

Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios

EN aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta.
Le enviaron algunos discípulos suyos, con unos herodianos, y le dijeron:
«Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en apariencias. Dinos, pues, qué opinas:
¿es lícito pagar impuesto al César o no?».
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:
«Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto».
Le presentaron un denario.
Él les preguntó:
«De quién son esta imagen y esta inscripción?».
Le respondieron:
«Del César».
Entonces les replicó:
«Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR    

            Nos presenta la liturgia de este domingo uno de los textos polémicos que acostumbramos a ver en S. Mateo: Jesús enfrentado a los fariseos y a otros grupos religiosos o políticos con temas como la resurrección de los muertos, el mandamiento principal, el hijo de David...

            En definitiva se trata de tener las cosas claras y hacer una opción por aquello que realmente está en conexión con la voluntad de Dios y no con un interés humano. El pasaje de S. Mateo nos presenta justamente algo que a diario se está encontrando la comunidad, a lo que no le queda más remedio que responder, porque es una forma de colaboración al bien común, pero que de ninguna manera puede derivar en otro sentimiento y ha de tener muy claro que no puede confundir las cosas y llegar a sentirse propiedad del poder imperial, por el mero hecho de contribuir al bien común, aunque para el emperador eso signifique sentirse aceptado como dios.

            El problema de aquel momento lo podemos trasladar a nuestros días: hoy, en otros campos en los que se quiere etiquetar a la gente: pensemos en lo que está ocurriendo en la actualidad cuando, sostener aquello que se ha establecido como políticamente correcto te coloca con la etiqueta de “izquierdas” y, por tanto, lo bueno, lo correcto, lo progre es eso. En cambio, sostener otra opinión diferente a lo establecido por el poder de turno, automáticamente te colocan la etiqueta de “derechas”, fascista, retrógrado… y hasta quedas excluido de cualquier ayuda.

            Podemos pensar en un tema tan actual como es la VIDA, en el que Jesús tomó opción clarísima desde el primer momento que salió al público:  su primera y más importante acción fue la atención a los enfermos, a los que sufren, teniendo que oponerse, incluso, a las leyes que prohibían acercarse o tocar a un enfermo o a un moribundo… Jesús tiene muy claro que la VIDA es un don de Dios y ese valor está por encima de toda ley y de todo interés y no cedió ni dio posibilidad de otra interpretación, ni suavizó el lenguaje, como se suele hacer hoy, para que no resulte tan fuerte el decir que atentar contra la vida en cualquiera de sus formas es un crimen.

            La iglesia no podrá jamás confundir los términos y condescender con el poder, ni tapar con el manto de la fe lo que está en contradicción con su misión y con el evangelio.

 

 

 

 

DOMINGO XXVIII DEL T.O. -A-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías. Is 25, 6-10a

Preparará el Señor un festín, y enjugará las lágrimas de todos los rostros

PREPARARÁ el Señor del universo para todos los pueblos,
en este monte, un festín de manjares suculentos,
un festín de vinos de solera;
manjares exquisitos, vinos refinados.
Y arrancará en este monte
el velo que cubre a todos los pueblos,
el lienzo extendido sobre todas las naciones.
Aniquilará la muerte para siempre.
Dios, el Señor, enjugará las lágrimas de todos los rostros,
y alejará del país el oprobio de su pueblo
—lo ha dicho el Señor—.
Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios.
Esperábamos en él y nos ha salvado.
Este es el Señor en quien esperamos.
Celebremos y gocemos con su salvación,
porque reposará sobre este monte la mano del Señor».
Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

UN RASGO DE ESPERANZA      

 

            El profeta Isaías anuncia el final de todo lo que está viviendo el pueblo, pues Dios va a poner su mano y la situación de miseria, de opresión y de hambre se va a terminar, como fruto del establecimiento de la justicia, del amor y de la paz, satisfaciendo, de esta manera, todas las necesidades de todos los pueblos de la tierra, aunque no pertenezcan al pueblo de Israel, pues la salvación va a ser el gran regalo para la humanidad que está llamada a vivir en paz y con felicidad. El Señor destruirá la muerte para siempre, secará las lágrimas de todos los rostros y borrará de la tierra el oprobio de su pueblo…”

            Esta visión profética de Isaías llena de luz y de esperanza toda la historia hasta nuestros mismos días, pero cuando dirigimos la mirada a la realidad de la vida, esa que vivimos a diario, se oscurece el horizonte al contemplar lo que viene dándose cada día, sobre todo, cuando sabemos que la profecía se cumplió ya con la venida de Cristo que estableció su reino, abrió el camino y dejó la fuerza de su Espíritu para que lo vayamos  implantando hasta la plenitud que se dará; en cambio, estamos viendo que cada vez vamos complicando más las cosas y, en cada época de la historia aparecen nuevas complicaciones que van haciendo que el horizonte se oscurezca cada vez más, hasta el punto que cada vez se hace más difícil y complicado el que se pueda ver la luz del amor y de la paz, pues da la sensación de que el hombre no quiere ser feliz, prefiere siempre la muerte a la vida.

  

Salmo responsorial

Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6. (R/.: 6cd)

R/.   Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

 

        V/.   El Señor es mi pastor, nada me falta:
                en verdes praderas me hace recostar;
                me conduce hacia fuentes tranquilas
                y repara mis fuerzas.   
R/.

R/.   Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

 

        V/.   Me guía por el sendero justo,
                por el honor de su nombre.
                Aunque camine por cañadas oscuras,
                nada temo, porque tú vas conmigo:
                tu vara y tu cayado me sosiegan.   
R/.

R/.   Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

 

        V/.   Preparas una mesa ante mi,
                enfrente de mis enemigos;
                me unges la cabeza con perfume,
                y mi copa rebosa.   
R/.

R/.   Habitaré en la casa del Señor por años sin término.


        V/.   Tu bondad y tu misericordia me acompañan
                todos los días de mi vida,
                y habitaré en la casa del Señor
                por años sin término.   
R/.
R/.   Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses. Fil 4, 12-14. 19-20

Todo lo puedo en aquel que me conforta

HERMANOS:
Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy avezado en todo y para todo: a la hartura y al hambre, a la abundancia y a la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mis tribulaciones.
En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza en Cristo Jesús.
A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA TENTACIÓN DE ASENTARSE Y ACOMODARSE     

           

            S. Pablo escribe a la comunidad de los filipenses indicándoles que es Dios quien nos prepara para ser constructores del reino, haciendo que no nos amarremos a nada ni a ninguna situación que nos incapacite para dar la respuesta que se necesita en todo momento: ni en la abundancia ni en la escasez, ni en la hartura o en el hambre. Jamás una situación puede imponerse como obstáculo para optar por el reino.

            Pablo agradece el gesto que ha tenido la comunidad solidarizándose con él, justamente en un momento de tribulación como el que está viviendo y, haciéndoles ver que Dios no es indiferente a sus gestos, ni se deja ganar en generosidad, por lo que ha de responder en el momento que lo necesiten.

            La llamada que Pablo hace a la comunidad es interesantísimo tenerla hoy en cuenta, ya que en los momentos que estamos viviendo, con gran facilidad establecemos como consolidadas e inamovibles situaciones que nos inmovilizan para siempre y estamos viendo con tristeza cómo la iglesia se queda sin respuesta ante la realidad nueva que aparece y, más bien, vuelve la vista atrás y se afianza en posturas que hoy no son respuesta para nada ni para nadie

 

 

Aleluya

Cf. Ef 1, 17-18

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón,
        para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama.   
R/.

EVANGELIO (forma larga)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 22, 1-14

A todos los que encontréis, llamadlos a la boda

EN aquel tiempo, volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados:
“Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Venid a la boda”.
Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron.
El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados:
“La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda”.
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo:
“Amigo, ¿Cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?”. El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores:
“Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes”.
Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos».
Palabra del Señor.

EVANGELIO (forma breve)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 22, 1-10

A todos los que encontréis, llamadlos a la boda

EN aquel tiempo, volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados:
“Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses
cebadas y todo está a punto. Venid a la boda”.
Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a
sus negocios, los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados:
“La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda”.
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

LOS INVITADOS AL BANQUETE     

 

            Para Jesús, la celebración del banquete del reino era algo hermoso, grande, festivo: era celebrar la vida, la esperanza, la alegría la solidaridad…

            El reino es el establecimiento del amor, de la verdad, de la justicia, de la paz, de la libertad… y todos los implicados en esta obra, viven ya aquí la gran alegría de lo que será la plenitud definitiva; todo está llamado a vivir en plenitud y para siempre. No vale, por tanto, perder el tiempo en otra cosa, éste es objetivo absoluto del hombre y de la historia, todo camina hacia ahí.

            La fiesta, lógicamente, la celebran aquellos que tienen motivos para festejar, los que están implicados pero, lógicamente, no es algo que pueda ser manipulado por aquellos que no siguen el camino de Jesús, ni les interesa lo que Él nos trae.

  En el plan de Dios, el pueblo de Israel ha sido elegido para que sea signo de la presencia salvadora de Dios en el mundo y está llamado a ser él quien encarne todo el plan de salvación que Dios tiene para el mundo; otra cosa será que el pueblo asuma la misión que tiene y la lleve a término.

Este pueblo tiene una invitación especial, es la gran deferencia que Dios ha tenido con él, pero el pueblo desconoce a su Señor y desprecia la invitación especial que le ha hecho, respondiéndole incluso con violencia.

Frente a este acto repugnante, Dios no rectifica su plan, sino que más bien, retira al pueblo de lo que había asignado para él, ya que lo ha despreciado, y se abre a toda la gente, sin distinción de razas, lenguas ni costumbres, superando todas las limitaciones y restricciones que había, abriendo la fiesta y el banquete para todos. El rechazo de uno da lugar a la apertura universal.

La escena cambia bruscamente: se han abierto las puertas a todos, pero sin embargo, se necesitan unas condiciones especiales: aunque la entrada es libre hay una condición obligatoria: “El traje de fiesta”: la FE, es decir: el compromiso que lleva consigo la aceptación de la invitación; el haber entrado no da el derecho a participar de lo que no se ha asumido: es curioso detenerse para analizar el texto: dice expresamente: reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca.” La mudez del “infiltrado” es patente: no tiene respuesta ni razones, es un impostor, un peligro, debe salirse de la comunidad.

La imagen del expulsado es la del pueblo de Israel que no ha aceptado a Jesucristo pero sigue creyéndose con todos los derechos; esta es la actitud de todos aquellos cristianos y comunidades que no siguen el camino trazado por Jesús, ni les interesa, sino que con la cobertura de la religión hacen sus propios planes e intentan acomodar la iglesia a sus intereses. Esto tiene una actualidad enorme en los tiempos que vivimos convirtiéndose en el escándalo más grande que damos al mundo.

 

 

 

 

DOMINGO XXVII DEL T.O. -A-


PRIMERA LECTURA

 Lectura del libro de Isaías. Is 5, 1-7

La viña del Señor del universo es la casa de Israel

VOY a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña.
Voy a cantar a mi amigo
el canto de mi amado por su viña.
Mi amigo tenía una viña en un fértil collado.
La entrecavó, quitó las piedras y plantó buenas cepas; construyó en medio una torre y cayó un lagar.
Esperaba que diese uvas, pero dio agrazones. Ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña.
¿Qué más podía hacer yo por mi viña que no hubiera hecho? ¿Por qué, cuando yo esperaba que diera uvas, dio agrazones? Pues os hago saber lo que haré con mi viña: quitar su valla y que sirva de leña, derruir su tapia y que sea pisoteada.
La convertiré en un erial: no la podarán ni la escardarán, allí crecerán zarzas y cardos,
prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.
La viña del Señor del universo es la casa de Israel y los hombres de Judá su plantel preferido.
Esperaba de ellos derecho, y ahí tenéis: sangre derramada; esperaba justicia, y ahí tenéis: lamentos.
Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA VERDAD SIN RODEOS    

Cuando nos detenemos a mirar la actitud que tenemos hoy frente a la injusticia, a la mentira, a la violencia, a la corrupción que caracteriza al sistema que vivimos y vemos cómo se ha aceptado como norma el hablar lo políticamente correcto, de forma que hay unos que pueden decir lo que quieran y los demás tienen que callarse, mientras que es aceptable y lícito para unos y la misma cosa es intolerable para otros y, así hemos aceptado un sistema en el que unos tienen la palabra y el resto solo le queda decir amén. Y a esto le llaman democracia y libertad de expresión.

Ni los profetas ni Jesucristo entraron en esa onda y, la verdad entendían que tenía que ser entendida por todo el mundo para que iluminara sus vidas y lo hacían de la manera más sencilla: En la lectura que nos presenta la liturgia, vemos al profeta Isaías que coge una canción en la que se describe el amor de alguien por su ser querido y lo describe con los mimos que le hace el agricultor a su viña y ésta le responde con agrazones. Isaías no duda en describir lo que está ocurriendo en el pueblo de Israel y para ello utiliza la canción que todos conocen y que están viviendo los resultados. Al final, el profeta no tiene miedo, ni se limita a hablar lo políticamente correcto y termina diciendo: La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos”

            Hoy podemos trasladar el mensaje a nuestra situación actual: tantos años predicando la unidad, la solidaridad, la fraternidad… y el resultado que estamos constatando es odio, resentimiento, racismo, violencia, corrupción, desprecio y división.

 

Salmo responsorial

Sal 79, 9 y 12. 13-14. 15-16. 19-20 (R/.: Is 5, 7a)

R/.   La viña del Señor es la casa de Israel.

 

        V/.   Sacaste una vid de Egipto,
                expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
                Extendió sus sarmientos hasta el mar,
                y sus brotes hasta el Gran Río.   
R/.

R/.   La viña del Señor es la casa de Israel.

 

        V/.   ¿Por qué has derribado su cerca
                para que la saqueen los viandantes,
                la pisoteen los jabalíes
                y se la coman las alimañas?   
R/.

R/.   La viña del Señor es la casa de Israel.

 

        V/.   Dios del universo, vuélvete:
                mira desde el cielo, fíjate,
                ven a visitar tu viña.
                Cuida la cepa que tu diestra plantó.
                y al hijo del hombre que tú has fortalecido.   
R/.

R/.   La viña del Señor es la casa de Israel.


        V/.   No nos alejaremos de ti:
                danos vida, para que invoquemos tu nombre.
                Señor, Dios del universo, restáuranos,
                que brille tu rostro y nos salve.   
R/.
R/.   La viña del Señor es la casa de Israel.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses. Fil 4, 6-9

Ponedlo por obra, y el Dios de la paz estará con vosotros

HERMANOS:
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta.
Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.

Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

 

FORTALEZA ANTE LA DIFICULTAD     

Uno de los grandes problemas que muchas veces nos impiden sentirnos tranquilos, es la  división que encontramos entre lo que sabemos que tenía que ser y lo que, a la hora de la verdad, vemos que en la vida se nos presenta y que nos impide vivirlo y estar en paz con nosotros mismos y con los demás; cuando nos encontramos con esta situación, lo más normal es que lleguemos a sentirnos culpables y pensar que las cosas no salen bien porque nosotros no acabamos de vivir en coherencia y entonces, la tentación que asalta es la de tirar la toalla y pensar que nunca podremos llegar a ningún sitio.

Pablo sale al paso de esta situación-tentación para decirle a los filipenses que “no se preocupen”, que sigan manteniendo la lucha con fuerza, que a Dios lo tienen de su parte y que, lo que no deben es perderlo de su horizonte, pues todo lo que es bueno y verdadero, eso no va a dejar Dios que sea destruido:  “Y el Dios de la paz estará con vosotros”.

Este grito de aliento de Pablo a la comunidad de los filipenses, estamos necesitándolo en nuestro tiempo a cada momento, pues al ver cómo todo se deteriora, se tergiversa, se manipula… a cada momento nos asalta la desesperanza y las ganas de tirar la toalla.

 

Aleluya

Cf. Jn 15, 16

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Yo os he elegido del mundo —dice el Señor—
        para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 21, 33-43

Arrendará la viña a otros labradores

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchad otra parábola: “Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cayó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos. Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».
Le contestan:
«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo».
Y Jesús les dice:
«No habéis leído nunca en la Escritura:
“La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente”
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

CONTRA EL BUENISMO DESTRUCTOR    

Jesús, recordando a los profetas, viendo la realidad en la que se ha metido su pueblo y en la que se está acomodando, denuncia el error que está cometiendo:

Habían llegado a pensar que eran el ombligo del mundo y que el final de la historia era la salvación de Israel y el resto de pueblos y de situaciones era algo que no les competía, pues estaba llamado a la destrucción; por eso, cuando Jesús empieza a decirles que el dueño de la viña la va a abandonar y no la va a salvar por la actitud que están teniendo, se molestan y lo consideran un peligro para la tranquilidad del pueblo.

Jesús no está pensando en un nacionalismo excluyente, basado en unas fronteras; para Él no hay otra frontera que el reino de Del amor de la verdad de la justicia, de la paz, de la libertad, de la fraternidad… Y todo el que luche por esto y dé frutos de reino, es partícipe en la salvación que Dios trae, unas fronteras no van a ser las que delimiten el proyecto de Dios.

Todas las personas de buena voluntad que están dispuestas a vivir en la verdad, en la justicia, en el amor en la paz, en solidaridad, son partícipes del reino, independientemente de su raza, lengua cultura, ubicación en la tierra y religión.

Lógicamente, esta manera de pensar y de vivir, le trajo muchos problemas y conflictos con todos los grupos religiosos y políticos de su época, los cuales estaban anclados en unos esquemas racistas, nacionalistas, excluyentes… Esta apertura del reino de Dios a los extranjeros, a los enfermos, a los pecadores… era intolerable y escandalosa, sobre todo para una mentalidad que se consideraba elegida y mimada por Dios, poseedora de la verdad, de la salvación y del reino de Dios.

Con la canción de la viña, Jesús los deja al descubierto y los pone contra la pared, haciéndoles ver que la respuesta que están teniendo a Dios que los ha tratado con cariño, está siendo despreciable e indigna, creyéndose que por pertenecer al pueblo de la promesa, ya eso lo consideran un seguro de vida.

La denuncia de la actitud equivocada del pueblo nos pone en actitud de aviso también a nosotros, que no nos podemos quedar con los brazos cruzados, en una actitud buenista dejando hacer y dejando pasar todo aquello que va en contra del reino, con la justificación de la tolerancia y del respeto, que no es sino el encubrimiento de una cobardía permisiva.