Salmo responsorial Sal 61, 2‑3. 6‑7. 8‑9ab
SEGUNDA LECTURA
EVANGELIO
OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO -A-
Lectura del
Profeta Isaías 49, 14‑15
Yo no te olvidaré
Sión decía: "Me
ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado."
-¿Es que puede
una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas?
Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
INCAPACIDAD PARA VER A DIOS
El pasaje
del profeta Isaías que nos presenta hoy la liturgia tenemos que enmarcarlo en
un momento crítico: los deportados a Babilonia vuelven a Jerusalén, pero las
condiciones han cambiado mucho: Jerusalén no está en capacidad de acogerlos,
pues ha sido destruida y ellos se encuentran acabados y completamente desorientados; el pueblo ha
perdido la confianza en sus dirigentes
que lo han traicionado y siente que hasta Dios le ha dado la espalda y los ha
dejado a merced de Babilonia que lo ha aniquilado.
En estos
momentos, el pueblo siente que todas las promesas de liberación de las que han
venido hablando los profetas es un cuento que jamás se cumplirá.
Ante esta situación, el profeta se enfrenta a animar la esperanza
del pueblo, haciéndole ver que Dios no ha fallado jamás y ahora tampoco lo ha
hecho pues la liberación ha sido obra suya y tampoco va a fallar pues Dios no
ha retirado su compromiso de amor y lo quiere entrañablemente, como una madre
quiere a su hijo. Ha sido el pueblo el que como otras muchas veces le ha dado
la espalda a Dios y tiene que asumir las consecuencias de lo que ha hecho.
Cuando el profeta echa la vista atrás, ve todas las
pruebas que Dios viene dando de su fidelidad y de su misericordia perdonando al
pueblo, levantándolo, renovándole su confianza, sin embargo, la ingratitud del
pueblo va quedando demostrada, de la misma forma que queda patente la
misericordia y la fidelidad de Dios.
Pero Dios está por encima del
pecado y de la insolencia del pueblo: ¿Acaso una madre olvida a su hijo? Pues
aunque hubiera alguna que lo hace, Dios no lo haría
V/. Descansa sólo en Dios, alma mía.
R/. Descansa sólo en Dios, alma mía.
V/. Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene
mi salvación;
sólo él es mi
roca y mi salvación,
mi alcázar: no
vacilaré.
R/. Descansa sólo en Dios, alma mía.
V/. Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
solo él es mi
roca y mi salvación,
mi alcázar: no
vacilaré.
R/. Descansa sólo en Dios, alma mía.
V/. De Dios viene mi salvación y mi
gloria;
él es mi roca firme, Dios es mi refugio.
Pueblo suyo,
confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón.
R/. Descansa sólo en Dios, alma mía.
Lectura de la
primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 4, 1‑5
El Señor manifestará
los designios del corazón
Hermanos:
Que la gente
sólo vea en vosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de
Dios. Ahora, en un administrador lo que se busca es que sea fiel. Para mí lo de
menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me
pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso
quedo absuelto: mi juez es el Señor.
Así, pues, no
juzguéis antes de tiempo, dejad que venga el Señor. El iluminará lo que
esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón;
entonces cada uno recibirá de Dios lo que merece.
Palabra de Dios
REFLEXIÓN
SER FIELES AL MENSAJE ORIGINAL
S. Pablo ha tenido que hacer frente a
una serie de desviaciones que se están dando en la comunidad de Corinto, en
donde se ha dado una división al
confundir la gente la fe en Jesucristo con el seguimiento a ciertas personas,
lo mismo que ocurría en la sociedad del momento, en donde la gente se declaraba
seguidora de ciertos maestros o corrientes filosóficas; exactamente igual que
ocurre en nuestros días en donde la palabra de ciertos “maestros” o “santones”
está por encima de lo que dijo
Jesucristo, pues ellos se apropian la autoridad para interpretar lo que Él
“quiso decir”.
En la comunidad de
Corinto ha ocurrido también esto y hay algunos de la comunidad que, no solo han
tomado partido por algunos anunciadores del evangelio, sino que están haciendo
suya la manera particular que tienen de interpretarlo, de tal forma que,
incluso, están poniendo en tela de juicio lo que el mismo Pablo les está
anunciando y les recuerda algo que es fundamental: él no sirve otro interés que
el de Jesucristo y su evangelio y a nadie le está permitido hacer otra cosa en
nombre de Jesucristo; es esto lo que debe hacer todo creyente.
Las formas de cómo se realiza el
servicio, es un tema completamente secundario y eso solo lo juzgará el Señor
que a cada uno le da sus carismas; lo importante es la fidelidad a lo que se ha
recibido, pues nadie tiene autoridad para cambiarlo y, los carismas recibidos,
están en orden a mantener esa fidelidad.
Lo que juzga Dios es la capacidad y la
lealtad en el servicio de los que anuncian el evangelio. Lo que distinguirá a
un verdadero apóstol del evangelio de otro falso, será su capacidad de ser
misericordioso y justo con sus hermanos.
Esta respuesta que S.
Pablo da a la comunidad de Corinto tiene un eco formidable en nuestros días
cuando tanta gente se alza proclamándose maestro y condenando a todo el que no
piensa como él, intentando formar su escuela con su grupo de seguidores; los
criterios de autenticidad deberíamos estar aplicándolos a cada momento.
Aleluya
Lectura del
santo Evangelio según San Mateo 6, 24‑34
No os angustiéis por
el mañana
En aquel tiempo
dijo Jesús a sus discípulos:
-Nadie puede
estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al
contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir
a Dios y al dinero.
Por eso os
digo: no estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el
cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento,
y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni
almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis
vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir
una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os
agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan
ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno
de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el
horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No
andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os
vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del
cielo que tenéis necesidad de todo eso.
Sobre todo
buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por
tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio.
A cada día le bastan sus disgustos.
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
NOS ALIENARON DE MALA MANERA
Jesús
se dirige a sus discípulos, gente pobre que lo sigue y que se siente agobiada
ante la presión que están sufriendo teniéndole miedo al futuro inseguro que se
les presenta, pues no saben cómo van a poder salir adelante.
Es
la misma situación de un enorme montón de gente que llega el momento en que no
le queda más remedio que decir entre la vida y la muerte, pues se ven abocados
a morir de una forma injusta y egoísta.
Ante
la disyuntiva, Jesús invita a ponernos en manos de Dios y luchar por su causa,
eso nos va a llevar irremediablemente a establecer la justicia, pues Dios no
nos va a dejar en la estacada. El problema se da el momento en que mi lucha no
es por establecer la justicia, la verdad y la paz para todos, sino para sacar
adelante mis intereses de una forma individualista, que es lo que está
ocurriendo, con lo que le estamos haciendo el juego justamente a los opresores.
Jesús
plantea con toda claridad la verdadera
causa por la que vale la pena entregar la vida: “Sobre todo buscad el Reino de
Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura.” Este es el objetivo
fundamental de todo creyente en Jesús, pues fue el mismo objetivo que Él tuvo,
respondiendo a la llamada de Dios Padre que es justo, que está al lado de sus
hijos y no los va a dejar en la estacada; Dios Padre está comprometido con el
establecimiento de la FRATERNIDAD universal.
Al
leer este texto del evangelio, puede ocurrirnos como a los israelitas a los que
Isaías les quiere dejar bien claro que Dios no abandona, aunque ellos tengan la
impresión de que no es así, pero a nosotros nos debe quedar también claro, que
lo que no puede hacer Dios es aliarse con cada uno en particular, para que
saque adelantes sus intereses particulares que, en un montón de casos, estarán
enfrentados a los de su hermano, con lo que asistiríamos al espectáculo de un
Dios selectivo que se alía con quien mejor le cae.
El
gran problema de los pobres es haber perdido la confianza en nosotros mismos y
considerar al hermano tu enemigo, tu contrincante, es decir: entrar en el juego
en el que nos metieron con lo que cumplieron su objetivo: hacernos perder
nuestra propia dignidad, considerar al hermano enemigo y contrincante con el
que no debo aliarme para nada, de esa manera están perdida todas las fuerzas y
la confianza en Dios y en nosotros mismos.
DOMINGO VII DEL T. ORDINARIO -A
PRIMERA LECTURA
Lectura del Libro del Levítico 19, 1‑2. 17‑18
Amarás a tu prójimo como a ti mismo
Dijo
el Señor a Moisés:
-Habla
a la asamblea de los hijos de Israel y diles:
Seréis
santos, porque yo, el Señor vuestro Dios, soy santo.
No
odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a tu pariente para que no cargues tú con su pecado.
No
te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo
como a ti mismo.
Yo
soy el Señor.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
ÉL NOS HACE SANTOS
El libro del Levítico, en
una primera parte establece todo un código de normas cultuales y, a partir del c. 17 presenta una colección de leyes que
podríamos decir que son una especie de código para las relaciones humanas y para
la superación personal, por eso se le llama el “Código de Santidad”; es muy
interesante la fundamentación que se da: “Sed santos, porque yo soy santo”, es
decir: la ley se fundamenta no en una razón social, sino en Dios, que es santo
y eso va a hacer que sus seguidores también lo sean. Por pura lógica, si somos
santos, no tenemos más remedio que vivir como santos, el resto de cosas quedará
resuelto.
Esta característica
es lo que le hará radicalmente distinto al resto de dioses y esa santidad es el gran regalo que
Dios hace a su pueblo, pues es Él quien hace santo al pueblo; esto será también
lo que hace diferentes a sus seguidores, en comparación con los seguidores de
otros dioses.
La segunda parte
establece el camino para realizarse como santos y no hay otro que el amor que nos lleva al respeto a la persona, a
la vida, a la dignidad de la persona, a
la naturaleza, a la sociedad…
Este criterio del amor es la base y el fundamento de todo; aquello
con lo que resumiría el mismo Jesús: en el amor está toda la ley y los profetas
Por esta santidad y
por este camino, es inconcebible el odio o el rencor en el corazón de cualquier
creyente, no solo para con los hermanos de su pueblo, sino para con todo el
mundo.
Salmo
responsorial Sal 102, 1‑2. 3‑4. 8 y 10. 12‑13
V/. El Señor es compasivo y
misericordioso.
V/. Bendice, alma mía, al Señor,
y
todo mi ser a su santo nombre.
Bendice,
alma mía, al Señor
y
no olvides sus beneficios.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
V/. El perdona todas tus culpas
y
cura todas tus enfermedades;
él
rescata tu vida de la fosa
y
te colma de gracia y de ternura.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
V/. El Señor es compasivo y
misericordioso,
lento
a la ira y rico en clemencia.
No
nos trata como merecen nuestros pecados,
ni
nos paga según nuestras culpas.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
V/. Como dista el oriente del ocaso,
así
aleja de nosotros nuestros delitos;
como
un padre siente ternura por sus hijos,
siente
el Señor ternura por sus fieles.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de
la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 3, 16‑23
Todo es vuestro, vosotros de Cristo, Cristo de Dios
Hermanos
:
¿No
sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
Si
alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de
Dios es santo: ese templo sois vosotros.
Que
nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga
necio para llegar a ser sabio.
Porque
la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: "El caza a
los sabios en su astucia." Y también: "El Señor penetra los pensamientos de los
sabios y conoce que son vanos."
Así,
pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo,
Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro,
vosotros de Cristo y Cristo de Dios.
Palabra de Dios
REFLEXIÓN
EL VERDADERO
CULTO A DIOS
Cristo ya dejó bien claro: a partir de aquel momento, Dios ha
dejado de estar “amarrado” al templo y cada ser humano se ha convertido en
“Templo de Dios”: el amor, la justicia, la verdad, la paz, el Bien… habita en
el corazón de cada persona, por tanto, cada persona es Templo de Dios, morada
del Espíritu Santo. Para el mundo, la iglesia se ha convertido en signo de esta
realidad nueva, en donde la Palabra de Dios
es anunciada, proclamada y escuchada.
Pablo quiere que se tenga bien en cuenta esta realidad, para que
se evite el peligro de aquellos que quieren instrumentalizar el “templo de
Dios” para sus intereses y previene con toda claridad identificando a los que
llegan presentando un mensaje distinto al que Cristo crucificado, ha presentado,
basados en argumentos humanos que rechazan la vinculación que Dios ha hecho de
su proyecto con los pobres y marginados de la sociedad, considerados por los
esquemas mundanos como despreciables.
Por otro lado, Pablo quiere dejar bien claro a los Corintios que,
la idea que se tenía del Dios encerrado entre cuatro paredes, eso ha
desaparecido: Dios no tiene su morada en una “casa”, en un “lugar”, en una “cosa”… el lugar donde habita
Dios es en el corazón de cada persona y es la persona el lugar donde Dios
recibe el culto del amor que es lo que
le agrada.
Romper esta idea y derivarla por otro sentido, o apartar a la
persona y reducirse al templo de piedra y al culto, es atentar contra el
verdadero templo de Dios.
Esta desviación estuvo siempre latente en el pueblo de Israel: la
justicia que Dios había puesto como practica para su pueblo la sustituían por
el “culto” y, nosotros también nos acecha constantemente la tentación de
considerar que Dios, donde ESTÁ es entre las cuatro paredes de un templo y no
en el corazón de cada persona que es el verdadero templo de Dios.
Aleluya
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 38‑48
Amad a vuestros enemigos
En
aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
—Sabéis
que está mandado: «Ojo por ojo, diente por diente.» Pues yo os digo: No hagáis
frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla
derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la
túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla,
acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Habéis
oído que se dijo:
—Amarás
a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.
Yo,
en cambio, os digo:
Amad
a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que
os persiguen y calumnian. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el
cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia a justos e
injustos.
Porque
si amáis a los que os aman, ¿Qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también
los publícanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿Qué hacéis de
extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos? Por tanto, sed
perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.
Palabra de Dios
REFLEXIÓN
EVITAR CONTRADICCIONES
Uno de los problemas que se han dado en la
historia es la división que hemos hecho
a la hora de hablar del amor a Dios y el amor a los demás, como si
fueran dos cosas que se pueden separar, de manera que ha habido momentos en que
se ha centrado la atención en el amor a Dios dando como resultado una
espiritualidad desencarnada y otros en que se ha puesto el acento en el amor al
prójimo y ha aparecido una especie de humanismo sin espíritu; ambos extremos
están lejos de la verdad, pues si partimos de lo que nos indica s. Juan: “Dios
es AMOR y donde hay amor, allí está Dios”, el problema queda resuelto: yo no
puedo amar a los hermanos si es que no amo a Dios y yo no puedo amar a Dios si
es que no amo a mis hermanos, pues una cosa me lleva necesariamente a la otra.
Si lo que existe es otra cosa que no es el
AMOR, entonces estaré haciendo otra cosa: sociología, humanismo, política…
cualquier otra cosa que, indudablemente puede ser buena y perfectamente
permisible, pero no está enmarcada en el marco que establece Jesucristo. Todo
cristiano contemplativo tiene que ser una persona llena de humanidad que lleva
en su corazón a sus hermanos, si no, es un pobre loco. Y todo buen cristiano
que ama de verdad a sus hermanos, siente y ve en el rostro de cada uno el rostro
de Dios.
Desde ahí, el cristiano practica la moral,
la ética, las relaciones humanas, la política… Y desde ahí, su vida
contemplativa y mística la convierte en la experiencia de vivencia del amor.
SEXTO DOMINGO DEL T. ORDINARIO –A-
PRIMERA LECTURA
No mandó pecar al
hombre
Si quieres, guardarás sus
mandatos, porque es prudencia cumplir su voluntad; ante ti están puestos fuego
y agua, echa mano a lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida: le
darán lo que él escoja.
Es inmensa la sabiduría del Señor,
es grande su poder y lo ve todo; los ojos de Dios ven las acciones, él conoce
todas las obras del hombre; no mandó pecar al hombre, ni deja impunes a los
mentirosos.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
LAS COSAS EN SU SITIO
El sabio Ben Sirá afronta el tema de la libertad para
que nadie pueda culpar a Dios de nada de lo que atañe al hombre.
El momento en que se encuentra
es una situación muy crítica (180 a. C.): la influencia de la cultura griega
está entrando y amenaza con barrer la fe del pueblo y destruir todas las tradiciones; el autor se
enfrenta a la ola que intenta arrasar y pone las cosas en su sitio: “Que nadie
achaque el Señor la culpa de lo que existe…”
Ante el hombre se abren dos
caminos: el del Bien y el del mal; cada uno puede dirigirse por el que quiera:
por el de la VIDA guardando los mandatos del Señor que vienen desde siempre, o por el de la
muerte, despreciando al Señor.
El autor desecha radicalmente
la idea de poner a Dios como el origen del pecado y sostiene que Dios no
violenta jamás la libertad de nadie; enfrenta la gran
realidad humana de la que no se puede zafar: el ser libre comporta necesariamente
el decir y optar entre la vida y la
muerte, entre el bien y el mal y responder de la decisión que se ha tomado. No
podemos lavarnos la manos y decir que
son los otros los culpables o, lo que es peor: aquellos que dicen que Dios es
el culpable de lo que hacemos, porque si no está de acuerdo, es cuestión de que
lo impida, es el argumento de los cobardes, de los irresponsables y de los
simplistas; nuestra vida ha de estar marcada por aquello por lo que hayamos
optado: si hicimos la opción de meternos en un camino de muerte y sinsentido,
es eso lo que vamos a estar viviendo y de lo que tendremos que responder y es
esa la marca que vamos a ir dejando a nuestro paso por la tierra y será por el
bien y la felicidad o por el mal y la muerte por lo que se nos recordará: como
una maldición o como una bendición.
Lo que sí
deja bien claro es la posición de Dios:
su fidelidad, su adhesión y su cariño hacia los que practican el bien y
mantienen su fidelidad.
Es el tema que nos debemos estar planteando constantemente, pues
no hay fracaso mayor para una persona que el haber nacido y que estén todos
deseando que desaparezca.
R/. Dichosos los que caminan en la
voluntad del Señor.
V/. Dichoso el que con vida intachable
camina en la
voluntad del Señor;
dichoso el que
guardando sus preceptos
lo busca de
todo corazón.
R/. Dichosos los que caminan en la voluntad
del Señor.
V/. Tú promulgas tus decretos
para que se
observen exactamente;
¡ojalá esté
firme mi camino
para cumplir
tus consignas.
R/. Dichosos los que caminan en la voluntad
del Señor.
V/. Haz bien a tu siervo:
viviré y
cumpliré tus palabras;
ábreme los ojos
y contemplaré
las maravillas
de tu voluntad.
R/. Dichosos los que caminan en la voluntad
del Señor.
V/. Muéstrame, Señor, el camino de tus
leyes
y lo seguiré
puntualmente;
enséñame a cumplir
tu voluntad
y a guardarla
de todo corazón.
R/. Dichosos los que caminan en la voluntad
del Señor.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol
San Pablo a los Corintios 2, 6‑10
Dios predestinó la
sabiduría antes de los siglos para nuestra gloria
Hermanos:
Hablamos, entre
los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de
este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina,
misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos, para nuestra
gloria.
Ninguno de los
príncipes de este mundo la ha conocido, pues si la hubiesen conocido, nunca
hubieran crucificado al Señor de la gloria.
Sino como está
escrito: "Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios
ha preparado para los que lo aman."
Y Dios nos lo
ha revelado por el Espíritu, y el Espíritu todo lo penetra, hasta la
profundidad de Dios.
Palabra de Dios
REFLEXIÓN
NUESTRA GRAN RIQUEZA
Pablo continúa haciendo frente a la mentalidad
existente que se vanagloria de la gran cantidad de gente que se sienten
“espirituales” por seguir una gnosis (sabiduría superior) que los hace
distintos a los demás y, metido en sus mismos parámetros, hace frente al
discurso gnóstico que se basa en la participación en la sabiduría de Dios, que
les hace conocer la esencia de las cosas, acercándolos así a la sabiduría de
Dios…
Pablo se separa abiertamente
de esta tendencia y se declara en otra
onda: un verdadero cristiano no va por esos senderos, pues la sabiduría que nos
asiste a nosotros, no es el conocimiento de las esencias de las cosas, sino la verdadera
sabiduría que es la de Dios que no se
fundamenta en el poder mundano, ni en conocimientos humanos, sino en la
profundidad de Dios que se ha manifestado en Cristo Jesús y que encuentra su
plenitud en el amor; esto hace que aquel que se siente amado por Él y sigue sus
caminos, ha conocido el verdadero sentido de la vida; no tiene por qué acomplejarse ni sentirse
inferior a nadie, pues han conocido el verdadero plan de Dios, la verdad
suprema, en Cristo Jesús.
Este es el gran regalo que
hemos recibido del mismo Dios a través de su Espíritu que nos ha hecho sus
hijos; por tanto, no es la sabiduría humana,
que se funda y se enorgullece en triunfos humanos y en signos materiales,
lo que nos hace grandes, sino el gran regalo que nos ha hecho Jesús de ser hijos de Dios y, por lo tanto, partícipes
de su gloria. En esto está la verdadera grandeza del hombre y, esto es un
regalo de Dios.
Aleluya
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5,
17‑37
Se dijo a los
antiguos, pero yo os digo
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
(No creáis que
he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar
plenitud.
Os aseguro que
antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra
o tilde de la ley.
El que se salte
uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres,
será el menos importante en el Reino de los Cielos.)
Pero quien los
cumpla y enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.
Os los aseguro:
si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los
Cielos.
Habéis oído que
se dijo a los antiguos: no matarás, y el que mate será procesado.
Pero yo os
digo: todo el que esté peleado con su hermano será procesado. (Y si uno llama a
su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama
«renegado», merece la condena del fuego.
Por tanto, si
cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu
hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete
primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu
ofrenda.
Con el que te
pone pleito procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no
sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te
aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.)
Habéis oído el
mandamiento «no cometerás adulterio.» Pues yo os digo: el que mira a una mujer
casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior.
(Si tu ojo
derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser
echado entero en el Abismo.
Si tu mano
derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro
que ir a parar entero al Abismo.
Está mandado:
"El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio."
Pues yo os
digo: el que se divorcie de su mujer -excepto en caso de prostitución- la induce
al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.)
Sabéis que se
mandó a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al Señor."
Pues yo os digo
que no juréis en absoluto: (ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la
tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran
Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo
pelo). A vosotros os basta decir sí o no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.
CRISTO LIBERA DE LA ESCLAVITUD RADICAL
Ante
el texto que nos presenta la liturgia de este domingo, es importante que nos
ubiquemos para poder entenderlo: S. Mateo está escribiendo a una comunidad de judíos que se han
convertido al cristianismo y esta gente tiene ya un esquema mental muy difícil
de cambiar: la mentalidad en que ha sido dada la ley de Moisés está enmarcada
en una cosmovisión platónica que divide el mundo en dos planos: el superior en
el que habita la divinidad y da las normas, las leyes, la moral… y un plano
inferior que está al servicio del superior y que ha de orientarse de acuerdo a
lo que establece la jerarquía de este plano .
En el plano inferior están los hombres, seres materiales,
débiles, despreciables que existen para servir a los seres superiores y cumplir
lo que ellos establecen, que son los que poseen la sabiduría, el poder, la
riqueza… y lo controlan todo. El momento en que fallan los seres pertenecientes
a este plano inferior, reciben el castigo o el exterminio, por eso han de estar
preocupados siempre de tener contentos y satisfechos a los “superiores”, pues
de lo contrario, tienen el castigo asegurado.
Esta es la mentalidad que existe en el pueblo de Israel y,
es la que existe todavía en mucha de nuestra gente. El mensaje de Jesús no ha sido
aceptado y, menos aún, admitido: que Dios ha cogido naturaleza humana, que se
ha encarnado y se ha venido a participar de la historia del hombre con todas
sus consecuencias; es decir: Cristo ha roto esa concepción de planos y se ha
hecho uno con nosotros, de tal forma que el dolor, las alegrías, las penas, los
triunfos, los fracasos… del hombre son de Dios.
Dios nos ha liberado de esa concepción esclavizante de
servidumbre a la que el hombre estaba sometido y comparte su vida, su proyecto,
su gloria con el hombre; lo único que le pide es que se incorpore a su oferta,
invitándole a que haga suyo lo que hasta ahora era de Dios, por eso escuchamos
a Jesús decir: “antes se dijo… ahora digo yo”, es tanto como decir: “Haz tuyo
lo que antes se te daba como impuesto”.
S.
Mateo se mueve en este ambiente y hasta ahora viene desarrollando lo que para
él es la columna vertebral del mensaje de Jesús: “El sermón del monte”, por
otro lado, no puede echar por tierra todo lo que se ha venido diciendo desde
Moisés y todos los profetas, entonces introduce la doctrina de Jesús, que viene
a ser el cumplimiento total y supremo de todo lo que hasta el momento se ha
dicho y, en Él queda superado y completado todo lo que dijo Moisés y los
profetas: “Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de
cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley”.
Mateo
intenta hacerle ver a la comunidad que no hay oposición alguna entre lo que
dijeron Moisés y los profetas y lo que ha dicho y hecho Jesús, sino todo lo
contrario: en Jesús, todas esas normas dadas a nuestros antepasados, tienen
ahora su cumplimiento en plenitud; Jesús no ha venido a destruir nada: “El que
se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los
hombres, será el menos importante en el Reino de los Cielos”, pues todo lo
dicho por la ley y los profetas tiene actualidad y validez, lo único que hay
que ponerle es lo que le falta: a la frialdad de muerte de la ley hay que
inyectarle la vida del Espíritu que Dios quiso que tuviera, a una letra muerta
le falta la vida que Cristo viene a darle.
De
todas formas, el cambio radical que Cristo introduce en la cosmovisión del
mundo y de las leyes, hasta hoy sigue produciendo escándalo para muchos
cristianos y no cristianos que prefieren seguir en aquella cosmovisión, del que
sigue sintiendo que nació para en un segundo plano y su único destino es vivir
bajo la esclavitud, sea de los poderosos o de sus mismas tendencias, que a la
postre es la misma esclavitud revestida de otra forma.
QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO -A-
PRIMERA LECTURA
Lectura del
libro de Isaías 58, 7‑10
Entonces nacerá tu luz
como la aurora
Esto dice el
Señor:
Parte tu pan
con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo,
viste al que va
desnudo, y no te cierres a tu propia carne.
Entonces
romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana;
te abrirá
camino la justicia,
detrás irá la
gloria del Señor.
Entonces
clamarás al Señor
y te
responderá.
Gritarás y te
dirá:
"Aquí estoy."
Cuando
destierres de ti la opresión,
el gesto
amenazador y la maledicencia,
cuando partas
tu pan con el hambriento
y sacies el
estómago del indigente,
brillará tu luz
en las tinieblas,
tu oscuridad se
volverá mediodía.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
AFIANZAR LO FUNDAMENTAL
El texto que nos presenta la
liturgia de este domingo pertenece al tercer Isaías y se desarrolla en una época (s. VI-V a, C.) en la
que el pueblo ha vuelto del exilio y ha emprendido la restauración.
La alegría
y el entusiasmo inicial se va perdiendo poco a poco, pues se van dando cuenta
que la gente ha perdido la conciencia de
pueblo, el individualismo y el egoísmo han crecido mucho en el exilio y se ha
perdido la ilusión y la confianza en los líderes; la cerrazón es fuerte y los
intereses no coinciden: mientras unos dicen una cosa, otros dicen lo contrario
y otros se encastillaron en otra posición; nadie está decidido a dejar sus
esquemas y ponerse a hablar y plantearse el bien común.
Ante esta situación, el autor abre el
camino indicando por dónde han de ir las cosas: “Cuando destierres de ti la
opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el
hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las
tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía”
Al mismo tiempo denuncia lo que hará volver a las andadas, si
es que no están dispuestos a cambiar.
Dios acusa
al pueblo de hacer gestos y ritos vacíos de contenido y de sinceridad, en
cambio, está olvidando lo fundamental: “compartir su pan con el hambriento,
albergar a quien no tiene techo, vestir al desnudo…” y mientras tanto, andan
muy preocupados de la pureza ritual y del cumplimiento de las leyes religiosas,
creyendo que de esa manera tienen ganado el favor de Dios y, hasta se creen con
el derecho a protestarle a Dios porque no se fija en esas cosas que hacen.
El texto lo
podríamos trasladar, sin dificultad alguna, a la situación que estamos
viviendo. Es una llamada fortísima a hacer una lectura a fondo del camino que
hemos abierto y que estamos siguiendo, para preguntarnos qué respuesta es la
que estamos dando a Dios.
V/. El justo brilla en las tinieblas
como una luz.
R/. El justo brilla en las tinieblas como una
luz.
V/. En las tinieblas brilla como una
luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y
administra rectamente sus asuntos.
R/. El justo
brilla en las tinieblas como una luz.
V/. El justo jamás vacilará, su
recuerdo será perpetuo.
No temerá las
malas noticias, su corazón está firme en el Señor.
R/. El justo brilla en las tinieblas como
una luz.
V/. Su corazón está seguro, sin temor,
reparte limosna a los pobres,
su caridad es
constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad.
R/. El justo brilla en las tinieblas como
una luz.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol
San Pablo a los Corintios 2, 1‑5
Os he anunciado a Cristo crucificado
Hermanos:
Cuando vine a
vosotros a anunciaros el testimonio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia
o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a
Jesucristo, y éste crucificado.
Me presenté a
vosotros débil y temeroso; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva
sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que
vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de
Dios.
Palabra de Dios
REFLEXIÓN
EL PROTAGONISMO DEL HOMBRE, OBSTÁCULO PARA LA PAZ
La
mentalidad reinante dentro de la cultura
griega del momento es el orgullo de ser un pueblo “iluminado” por su ciencia y
su cultura. Pablo, en cambio, se
presenta enorgulleciéndose de lo contrario: atestigua con su propia persona que
Dios ha prescindido de su orgullo de ser un judío educado en la ley, en las
tradiciones, en la “cultura” y ha visto cómo Dios funciona en otros esquemas
completamente distintos; por eso, no se ha presentado haciendo alardes de
grandeza de ningún tipo; su única gloria es Jesucristo y Éste crucificado, cosa
que para la cultura griega es un escándalo y una estupidez, pero él tiene claro
que la fuerza reside precisamente en lo que ellos desprecian: la cruz.
Pablo
no se ha servido de raciocinios convincentes ni de retórica brillante, que es
lo que da la fuerza y abre las puertas entre los griegos para presentarse, sino
que ha puesto en el centro de todo a Jesucristo crucificado, pues sabe muy bien
que la fuerza de su mensaje no está en sus palabras, sino en el Espíritu, que
es el que lo obra todo en todos; él no es más que un instrumento pobre en manos
de Dios.
Pablo
tiene muy claro algo que se ha venido dando a través de toda la historia y
sigue dándose hasta nuestros días: cuando el hombre coge el protagonismo, Dios
desaparece del escenario y solo entra el momento en que el hombre lo deja
actuar.
Uno
de los grandes problemas actuales es justamente éste: quizás hemos puesto
demasiada fuerza en los medios y hemos condicionado el triunfo a resultados
vistosos que puedan ser medidos con cifras; lógicamente, los resultados no nos
salen y lo que tenemos, es más bien una desbandada, lo encontramos bien claro cuando la gente confiesa que cree
en Jesús, pero no cree en la iglesia.
Aleluya
EVANGELIO
Lectura del
santo Evangelio según San Mateo 5, 13‑16
Vosotros sois la luz
del mundo
En aquel tiempo
dijo Jesús a sus discípulos:
—Vosotros sois
la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más
que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois
la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se
enciende una vela para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el
candelero y que alumbre a todos los de casa.
Alumbre así
vuestra luz a los hombres para que vean vuestras buenas obras y den gloria a
vuestro Padre que está en el cielo.
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
¿QUÉ LUZ ES LA QUE REFLEJO?
Es interesante que nos detengamos a
observar lo que significa la sal y la luz en la vida ordinaria de la gente: la
SAL conserva los alimentos, da sabor a las comidas, purifica, curte… En la
antigua Palestina se utilizaba también para encender y mantener el fuego de los
hornos de tierra… es, en definitiva, un elemento de primera necesidad para la
vida humana.
La LUZ, la primera cosa que aparece
es que disipa las tinieblas y hace que nos podamos mover con facilidad,
mostrándonos el camino. La LUZ refiriéndola al sol sabemos que es la fuente de
vida y de energía más grande del universo; refiriéndola a la luz eléctrica,
vemos que es el motor de funcionamiento de la vida del mundo.
Si miramos el tema como metáfora
empleada en la sagrada Escritura, vemos que todos los profetas la aplican a la
presencia de Dios que es lo que guía al pueblo y la conducta de los hombres;
los profetas no hacen sino ir despejando las dificultades que se van
presentando y que impiden que Dios sea la luz que ilumine el camino del pueblo
y de las personas…
Ser “sal” y “luz” es la tarea
fundamental de todo seguidor de Jesús, pues el verdadero creyente y seguidor de
Jesús no hace sino: con su presencia ilumina el camino de la verdad, de la
justicia, de la honradez, de la fraternidad, de la paz… cualquier creyente,
seguidor de Jesús, se convierte en faro al que se puede mirar como referente
para orientarse en la vida.
Vivir al lado de un seguidor de
Jesús, compartir el camino, es vivir con el sentido del amor, de la justicia,
de la verdad, de la fraternidad, de la unidad, de la misericordia… es vivir el
sabor de la paz y la libertad.
Este es el mandato claro y tajante
de Jesús a los suyos, por tanto, hemos de estar constantemente haciéndonos la
pregunta: ¿qué sentido y qué sabor estoy yo dando a los que viven a mi lado?
¿Qué luz es la que yo estoy proyectando a los que me acompañan en el camino?
La misma pregunta hemos de
hacérnosla a nivel de iglesia universal y local, porque el mal está en el mundo
y existe la tentación de aliarse con la corrupción y las tinieblas: ¿Qué
sentido y sabor estamos dando en el mundo en que vivimos? ¿Es la iglesia faro
que alumbra la justicia, la verdad, la libertad, la paz…?
Cuando la corrupción entra en las
estructuras y en las personas, la luz se apaga y la sal no sirva más que para
ser pisoteada y despreciada por la gente. ¿No tendrá que ver esto con lo que
está ocurriendo del descrédito y desprecio que está sufriendo la iglesia a
nivel general en el momento actual?
¿Qué luz se ha apagado o que sal se
ha vuelto sosa…? No es cuestión de acusar a nadie, sino de que cada uno vea qué
ha pasado con su sal y con su luz.
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