DOMINGO XIII DEL T. O. –B-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de la Sabiduría. Sab 1, 13-15; 2, 23-24

Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo

DIOS no ha hecho la muerte,
ni se complace destruyendo a los vivos.
Él todo lo creó para que subsistiera
y las criaturas del mundo son saludables:
no hay en ellas veneno de muerte,
ni el abismo reina en la tierra.
Porque la justicia es inmortal.
Dios creó al hombre incorruptible
y lo hizo a imagen de su propio ser;
mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo,
y la experimentan los de su bando.

Palabra de Dios.

           

REFLEXIÓN

 

CAMBIAR EL SENTIDO DE LA VIDA    

            Frente a la mentalidad reinante de la división de poderes, de planos y divinidades y por el ansia de encontrar una explicación a todo y un culpable del mal y el dolor en el mundo el autor del libro de la sabiduría sale al paso y deja claro cuál es el sentido y la finalidad del mundo  y del universo: todo ha sido creado por Dios como expresión de su amor y todo está llamado a la plenitud de la felicidad; el hombre está hecho para ser feliz a imagen y semejanza de Dios y nada de lo que existe que saliera de su mano o de su voluntad fue hecho para hacer daño al hombre. Todo fue pensado y hecho para su felicidad

            Tampoco se trata de que el diablo sintiera envidia de la grandeza del hombre y se dedicara a destruirlo ni que por culpa del pecado Dios castigara con la muerte.

            El problema consiste en que el hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, tiene su libertad que consiste en la capacidad de optar por el bien o por el mal,; aceptar a Dios u oponerse a Él… y, con esa libertad, es capaz de cambiarle el sentido y la finalidad a las cosas; cuando el hombre se enfrenta a Dios, opta por todo lo contrario a lo que Dios había establecido para él y, lógicamente, si el sentido y la finalidad primera era la felicidad del hombre, oponerse a este principio y sentido de la vida es asumir la destrucción del hombre

 

Salmo responsorial

Sal 29, 2 y 4. 5 6. 11 y l2a y 13b (R/.: 2a)

R/.   Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

 

        V/.   Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
                y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
                Señor, sacaste mi vida del abismo,
                me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.   
R/.

R/.   Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

 

        V/.   Tañed para el Señor, fieles suyos,
                dad gracias a su nombre santo;
                su cólera dura un instante;
                su bondad, de por vida;
                al atardecer nos visita el llanto;
                por la mañana, el júbilo.   
R/.

R/.   Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

 

        V/.   Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
                Señor, socórreme.
                Cambiaste mi luto en danzas.
                Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.   
R/.

R/.   Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 2 Cor 8, 7. 9. 13-15

Vuestra abundancia remedia la carencia de los hermanos pobres

HERMANOS:
Lo mismo que sobresalís en todo —en fe, en la palabra, en conocimiento, en empeño y en el amor que os hemos comunicado—, sobresalid también en esta obra de caridad. Pues conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza.
Pues no se trata de aliviar a otros, pasando vosotros estrecheces; se trata de igualar. En este momento, vuestra abundancia remedia su carencia, para que la abundancia de ellos remedie vuestra carencia; así habrá igualdad.
Como está escrito:
«Al que recogía mucho no le sobraba; y al que recogía poco
no le faltaba».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

SER Y SERVIR      

            Las palabras de S. Pablo a la comunidad de Corinto puede ser para las comunidades del momento actual que vivimos un referente genial: él está viendo la desigualdad creciente e injusta que se está dando y ve que el ambiente va en ascenso con la mentalidad egoísta e individualista que existe y entonces apunta que solo es posible frenar esta injusticia cambiando la manera de pensar y frente al egoísmo potenciar la generosidad y para ello pone como ejemplo a Jesús: siendo dueño y Señor del universo, se hace pobre para enriquecernos con su pobreza: “siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza”. Se trata de cambiar los esquemas de grandeza que tenemos basados en el “TENER” y todo va dirigido a acumular, mientras que cambiando el esquema y potenciando el “SER” las cosas cambiarían radicalmente: la grandeza del hombre no está en tener muchas cosas, sino en SERVIR, en ser útil para la felicidad de los demás, con lo que el hombre se sentiría, incluso, mucho más grande.

            Este sería el milagro más grande de la humanidad y lo que haría que cambiaran radicalmente todas las estructuras, pues se establecería la igualdad y la fraternidad; a nadie le faltaría de nada y sobraría para todos. Se trata simplemente de cambiar la idea y enfocar todo el esfuerzo de buscar la grandeza en “tener y acumular” por “SER y servir”

 

Aleluya

Cf. 2 Tm 1, 10

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Nuestro Salvador, Cristo Jesús, destruyó la muerte,
        e hizo brillar la vida por medio del Evangelio.   
R/.

 

EVANGELIO (forma larga)

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 5, 21-43

Contigo hablo, niña, levántate

EN aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor y se quedó junto al mar.
Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:
«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva».
Se fue con él y lo seguía mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando:
«Con solo tocarle el manto curaré».
Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba:
«¿Quién me ha tocado el manto?».
Los discípulos le contestaban:
«Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”».
Él seguía mirando alrededor, para ver a la que había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que le había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad.
Él le dice:
«Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad».
Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:
«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?». Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:
«No temas; basta que tengas fe».
No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:
«¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta; está dormida».
Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo:
«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).
La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor.
Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.
Palabra del Señor.

EVANGELIO (forma breve)

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 5, 21-24. 35b-43

Contigo hablo, niña, levántate

EN aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor y se quedó junto al mar.
Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:
«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva».
Se fue con él y lo seguía mucha gente.
Llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:
«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?».
Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:
«No temas; basta que tengas fe».
No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:
«¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta; está dormida».
Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo:
«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).
La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor.
Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.
Palabra del Señor.

 

EL DIOS DE LA VIDA    

            Nos cuenta el evangelio de hoy que “Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: -“Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva.”. Hay varias preguntas que saltan espontáneamente: si Jairo es jefe de la sinagoga, que es lo más importante en Israel, junto con el templo y lo que más cerca está de Yahvé… ¿Cómo es que se acerca a Jesús para pedirle ayuda?  ¿No será que Jairo se está dando cuenta que el sistema religioso que él mismo sostiene no conduce a la vida, no sirve para la salvación?

            Incluso es curioso ver que la gente le pide que no moleste a Jesús, pues su hija ya ha muerto, es decir, no tienen confianza alguna en el Dios de la vida. Pero Jairo intuye que Jesús es otra cosa, está por encima de las estructuras, de la misma religión, Jesús es la fuente de la vida y frente a la desesperación, al dolor que siente por la muerte de su hija, escucha las palabras de Jesús que le dice: “No temas, ten fe, tu hija vivirá, me voy contigo…” 

            Y ya en la casa, todavía la gente que se encuentra allí dándole el pésame a la familia se ríe de Jesús cuando les dice que la niña está dormida, por eso los echa a la calle, pues con esa falta de fe no es posible hacer nada. Y es que ni los mismos que profesan la fe tienen confianza en el Dios de la vida que es capaz de recuperar las fuerzas, los ánimos y hasta la misma vida si es necesario.

            Jairo se ha apartado del sistema al que sirve y ha empezado a encontrar a Jesús y con Él la vida. La religión no le ha solucionado nada, la vida la ha encontrado en Jesús. Esta misma situación es la que comienzan a experimentar los primeros cristianos hasta el punto que llegan a cambiarle el sentido a la muerte: no es morir, sino dormir para el mundo y resucitar para Dios (de hecho a la necrópolis pagana = (ciudad de los muertos), los cristianos le cambian el nombre y le llaman cementerio= dormitorio)

 

 

 

DOMINGO XII DEL T. O. –B-

PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro de Job 38, 1. 8‑11

Aquí se romperá la arrogancia de tus olas

 

El Señor habló a Job desde la tormenta: -“¿Quién cerró el mar con una puerta, cuando salía impetuoso del seno materno, cuando le puse nubes por mantillas y nieblas por pañales, cuando le impuse un límite con puertas y cerrojos, y le dije: "Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas?"

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA IMAGEN DE LA FIDELIDAD    

            La figura de Job nos muestra las diferentes situaciones humanas en las que no encontramos explicación y buscamos a quién colgarle el sambenito para liberarnos de la culpa.

            Cuando volvemos la vista a Dios para pedirle explicación de lo que nosotros vamos huyendo, Dios se vuelve para aclararnos y dejar al descubierto nuestra postura: Dios hace bien sus cosas, somos nosotros los que al utilizar de forma indebida nuestra libertad, lo rompemos y distorsionamos todo; somos nosotros los que montamos tempestades, guerras, incongruencias, desgracias… y, si somos tan interesantes que nos permitimos enmendarle a Dios su plan y oponernos a Él, debemos ser coherentes y asumir las consecuencias.

            Dios le muestra a Job, efectivamente lo que es capaz de hacer y lo que haría por el hombre, pero el hombre ha de contar en su libertad con Dios, pero si desprecia su mano, no le queda más remedio que enfrentarse solo a las dificultades, a los conflictos, a las amenazas internas y externas a las que está constantemente sometido.

            Job, por otro lado, es el símbolo del hombre que se mantiene fiel a Dios, porque sabe que Dios es el Señor de la historia y al final será su plan, y no el nuestro, el que ha de realizarse y las dificultades que nosotros vamos fabricando en la vida, no van a cambiar en absoluto lo que Dios ha establecido.

 

Salmo responsorial Sal 106, 23‑24. 25‑26. 28‑29. 30‑31 (R/.: 1)

 

R/.  Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

 

Entraron en naves por el mar,

comerciando por las aguas inmensas.

Contemplaron las obras de Dios,

sus maravillas en el océano. R/.

R/.  Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

 

Él habló y levantó un viento tormentoso,

que alzaba las olas a lo alto;

subían al cielo, bajaban al abismo,

el estómago revuelto por el mareo. R/.

R/.  Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

 

Pero gritaron al Señor en su angustia,

y los arrancó de la tribulación.

Apaciguó la tormenta en suave brisa,

y enmudecieron las olas del mar. R/.

R/.  Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

 

Se alegraron de aquella bonanza,

y él los condujo al ansiado puerto.

Den gracias al Señor por su misericordia,

por las maravillas que hace con los hombres. R/.

R/.  Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 14‑17

Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado

            Hermanos:

            Nos apremia el amor de Cristo, al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron.

            Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.

            Por tanto, no valoramos a nadie según la carne.

            Si alguna vez juzgamos a Cristo según la carne, ahora ya no.

            El que es de Cristo es una criatura nueva.

            Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

CONTRADICCIONES     

            S. Pablo parte de un principio de coherencia o de sentido común: “Cristo murió por todos, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos”. Si Cristo nos ha recuperado a la VIDA y vivimos por Él, ya no pertenecemos a la antigua generación de esclavos del pecado, somos personas nuevas, lo antiguo ha pasado, ahora estamos bajo la luz de la resurrección.

            Esto que es de sentido común, encontró desde el mismo principio las mismas dificultades que seguimos encontrando hoy: con frecuencia envidiamos la actitud de aquellos que andan robando, atropellando, haciendo daño… y consideramos que eso es vivir la vida gozando, en cambio vivir en paz, con honradez, con respeto, con sencillez, con alegría y fraternidad, lo consideramos un atraso, una opresión y hasta algo de lo que nos causa reparo y vergüenza confesar que sostenemos.

 

Aleluya Lc 7, 16

Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.

Dios ha visitado a su pueblo.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 35‑40

)Quién es éste? (Hasta el viento y las aguas le obedecen!

 

Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:

-“Vamos a la otra orilla.”

Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole:

-“Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?”

Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago:

-“¡Silencio, cállate!”

El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:

-“¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aun no tenéis fe?”

Se quedaron espantados y se decían unos a otros:

-“¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen¡”

Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

LA CERTEZA DE LA PRESENCIA DE CRISTO      

 

            El relato del evangelio nos está presentando la situación en la que se encuentra la iglesia primitiva dentro del imperio romano.

            El MAR, ya sabemos: es el símbolo con el que se dibuja el mundo con toda su fuerza maligna y todos los peligros que lleva consigo; es la amenaza constante que tenemos y que en el menor descuido acaba con nosotros, puesto que vivimos inmersos en él y constantemente nos va a estar presentando olas, tempestades, tormentas que nos pueden poner en peligro de graves naufragios.

            La tentación en momentos de peligro es la de abandonar la barca y es ahí donde S. Marcos quiere poner el acento: es en esos momentos cuando hay que escuchar la voz de Jesús que nos dice: “¿Por qué sois tan cobardes? ¿Por qué no tenéis fe?

            Hoy es necesario que hagamos silencio en medio de la fuerte tempestad que nos está asediando, para escuchar de nuevo la palabra de Jesús que nos dice: “¿Por qué sois cobardes? Remad tranquilos y fuertes, yo estoy con vosotros. Hemos de afianzar la certeza de que Él no abandona su iglesia, eso no lo va a permitir, sería su propio fracaso, después de haber vencido la muerte que es lo último que se puede hacer y de haber cambiado la trayectoria del mundo y de la historia.

            El mar en el que nos movemos hoy, ha levantado una tormenta con olas enormes que amenazan con hacernos naufragar: las olas de la injusticia, de la violencia, de las guerras, de la corrupción, del relativismo, del subjetivismo e individualismo… estamos viendo que está entrando la desgana de seguir luchando y nos acecha el desaliento, como un fuerte viento que arrecia el temporal. Mientras tanto, el ambiente que lo envuelve todo nos invita a tirar la toalla, no vemos un horizonte con claridad y nos sentimos perdidos. En momentos así, solo nos hace retomar el pulso la certeza de saber que Cristo no se ha ido, aunque parezca dormido está en su barca, nada ni nadie la va a volcar.

 

 

 

DOMINGO XI DEL T.O. -B-


PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Ezequiel. Ez 17, 22-24

Yo exalto al árbol humilde

ESTO dice el Señor Dios:
«También yo había escogido una rama de la cima del alto cedro y la había plantado; de las más altas y jóvenes ramas arrancaré una tierna y la plantaré en la cumbre de un monte elevado; la plantaré en una montaña alta de Israel, echará brotes y dará fruto.
Se hará un cedro magnífico.
Aves de todas clases anidarán en él, anidarán al abrigo de sus ramas.
Y reconocerán todos los árboles del campo que yo soy el Señor, que humillo al árbol elevado y exalto al humilde, hago secarse el árbol verde y florecer el árbol seco. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré».
Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN          

 

LA RENOVACIÓN ANSIADA       

            El profeta hace una descripción simbólica de cómo Dios va a desbaratar todo el sistema de opresión, de injusticia y corrupción que se ha instalado en Israel, hasta el punto que ha perdido su propia dignidad e identidad de pueblo.

            Pinta un cuadro que representa al pueblo con un bosque de árboles que han ido surgiendo en medio de la selva que se ha implantado y que son árboles inútiles y dañinos que van esterilizando el terreno y ahogando el resto de árboles buenos que había, pues han nacido y crecido en medio de la corrupción y han ido asfixiando a los árboles de madera noble que había.

            El profeta sueña con una nueva reforestación que va a ser la restauración del bosque primitivo, va a ser restaurado el pueblo de Israel por completo con la vuelta de los deportados de Babilonia, pues Dios sigue siendo fiel a su alianza y restablecerá la grandeza de Israel, como el agricultor que limpia su campo y siembra árboles nuevos de madera noble: “cedros magníficos

            El profeta ve que esa restauración tiene que ser hecha directamente por Dios que es el que va a llevar adelante este cambio, no va a ser obra de hombres, pues no están en condiciones de hacer algo nuevo; la iniciativa la tiene Dios, y lo ha de dejar bien claro: “Y sabrán todos los árboles del bosque que yo, el Señor humillo al árbol elevado y exalto al árbol pequeño”.

 

Salmo responsorial

Sal 91, 2-3. 13-14. 15-16 (R/.: cf. 2a)

R/.   Es bueno darte gracias, Señor.

 

        V/.   Es bueno dar gracias al Señor
                y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
                proclamar por la mañana tu misericordia
                y de noche tu fidelidad.   
R/.

R/.   Es bueno darte gracias, Señor.

 

        V/.   El justo crecerá como una palmera,
                se alzará como un cedro del Líbano:
                plantado en la casa del Señor,
                crecerá en los atrios de nuestro Dios.   
R/.

R/.   Es bueno darte gracias, Señor.

 

        V/.   En la vejez seguirá dando fruto
                y estará lozano y frondoso,
                para proclamar que el Señor es justo,
                mi Roca, en quien no existe la maldad.   
R/.

R/.   Es bueno darte gracias, Señor.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 2 Cor 5, 6-10

En destierro o en patria, nos esforzamos en agradar al Señor

HERMANOS:
Siempre llenos de buen ánimo y sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, estamos desterrados lejos del Señor, caminamos en fe y no en visión.
Pero estamos de buen ánimo y preferimos ser desterrados del cuerpo y vivir junto al Señor.
Por lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos en agradarlo.
Porque todos tenemos que comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir cada cual por lo que haya hecho mientras tenía este cuerpo, sea el bien o el mal.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LOS REFERENTES CRISTIANOS     

S. Pablo continua insistiendo en algo que no deben perder jamás de vista: no nos mantenemos en pie apoyados en valores físicos, ni en cosas materiales, sino espirituales. Por lo tanto, no son cosas que se ven lo que nos sostiene, pues los bienes del Espíritu Santo son invisibles para los ojos físicos. Los valores espirituales se mantienen firmes a pesar de las tormentas y las dificultades que nos pueda presentar la vida

Quien ha optado por Cristo, no se basa en cosas materiales de este mundo; la fe y la esperanza en Cristo resucitado se presentan como el gran horizonte que está más allá de todos los horizontes humanos y materiales que podamos imaginar y es lo que le da sentido y consistencia a todo lo que hacemos.

El gran problema del hombre está el momento en que pierda la capacidad de valorar todo lo que no sea pesable, medible o contable, es decir: cuando se materializa de tal manera, que pierde por entero el sentido trascendente de la vida; asfixió su capacidad espiritual y se redujo a un ser material.

 


Aleluya

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   La semilla es la palabra de Dios, y el sembrador es Cristo;
        todo el que lo encuentra vive para siempre.   
R/.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 4, 26-34

Es la semilla más pequeña, y se hace más alta que las demás hortalizas

EN aquel tiempo, Jesús decía al gentío:
«El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega».
Dijo también:
«¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra».
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

SIN BOMBO NI PLATILLOS      

            S. Marcos tiene muy claro algo que suele ocurrir en la vida y que la comunidad también tiene el peligro de caer: con el paso del tiempo, las ilusiones y las esperanzas de triunfo pueden venirse abajo, al ver que las cosas no cambian y que, hasta empeoran, entonces viene el desánimo, la desilusión y la tentación de abandono.

            Por eso no mira a la grandeza, como hace el profeta: no van a ser gestos grandes y vistosos los que van a indicar la presencia del reino de los cielos, sino todo lo contrario: es la sencillez, la humildad, lo que no va por la vida con bombo y platillo, sino lo que realmente tiene profundidad y seguridad, que va a hacer que se convierta en seguridad y apoyo para todo lo que tiene consistencia para la felicidad del hombre.

            Lo importante no es lo aparatoso de los éxitos que consigamos, sino la actitud sencilla que se tiene y la forma cómo vivimos y trabajamos ajustados a la verdad, a la justicia, tratando a todos con amor y respeto. Esto hará que eso que parecía sin importancia, llegará a convertirse en la base y fundamente de la paz del mundo y lo que se convierte en signo de esperanza para el futuro.  

           

 

 

DOMINGO X DEL T. O. –B-


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro del Génesis.  Gén 39-15

Pongo hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujer

CUANDO Adán comió del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo:
«¿Dónde estás?».
Él contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».
El Señor Dios le replicó:
«¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».
Adán respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».
El Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Qué has hecho?».
La mujer respondió:
«La serpiente me sedujo y comí».
El Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso, maldita tú
entre todo el ganado y todas las fieras del campo;
te arrastrarás sobre el vientre
y comerás polvo toda tu vida;
pongo hostilidad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y su descendencia;
esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».

Palabra de Dios.

 

EL PLAN DE DIOS ES INQUEBRANTABLE    

 

            Dios ha creado el mundo y cuando vio su obra nacida como una expresión de amor, “vio que era muy bueno” todo lo que había hecho y sintió la alegría y la satisfacción de lo bien hecho, pero toda esta maravilla no tenía sentido si es que no es disfrutada y compartida por alguien, por eso hace un ser con capacidad de gozar, disfrutar y compartir y hace al hombre a su imagen y semejanza, para regalarle todo lo que ha hecho y convertirlo en dueño y señor de todo lo creado.

            Y al hombre se le suben los humos a la cabeza al sentirse tan grande, hasta el punto que siente la tentación de echarle un pulso a Dios y demostrarle que él es capaz de hacer las cosas mejor, incluso, que Dios.

            Efectivamente: la armonía, la verdad, la justicia, la alegría, el amor, la comprensión, el respeto… que Dios ha creado y que convierte el mundo en un paraíso, el hombre lo estructura de otra forma, a su manera: y así:

                        -Donde Dios había puesto verdad, claridad, limpieza… el hombre pone mentira, engaño, corrupción.

                        -Donde Dios había puesto justicia, igualdad, honradez… El hombre pone envidia, atropello, explotación…

                        -donde Dios había puesto comprensión, amor, respeto, cariño… el hombre pone odio, violencia, desprecio. Orgullo…

                        -Donde Dios había puesto paz, alegría, entendimiento, amistad… El hombre establece la división, la violencia, la guerra, el atropello…

            El resultado final: el hombre huye de Dios, se esconde; rompe con la mujer, se avergüenzan el uno del otro, se culpan del daño, se rompe la armonía y el orden con la naturaleza y con todo hasta convertirse en la peor maldición para la tierra.

            Pero aunque el hombre haya roto el plan pensado por Dios, para el hombre, Dios no se echa atrás y sigue manteniéndolo en pie hasta que llegue el momento cumbre de los tiempos con Jesucristo en que se establece definitivamente su proyecto y Dios hace su Alianza definitiva

 

Salmo responsorial

Sal 129, 1b-2. 3-4. 5-7ab. 7cd-8 (R/.: 7cd)

R/.   Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

 

        V/.   Desde lo hondo a ti grito, Señor;
                Señor, escucha mi Voz;
                estén tus oídos atentos
                a la voz de mi súplica.   
R/.

R/.   Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

 

        V/.   Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
                ¿quién podrá resistir?
                Pero de ti procede el perdón,
                y así infundes temor.   
R/.

R/.   Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

 

        V/.   Mi alma espera en el Señor,
                espera en su palabra;
                mi alma aguarda al Señor,
                más que el centinela la aurora.
                Aguarde Israel al Señor,
                como el centinela la aurora.   
R/.

R/.   Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.


        V/.   Porque del Señor viene la misericordia,
                la redención copiosa;
                y él redimirá a Israel
                de todos sus delitos.   
R/.
R/.   Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

 
SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 2 Cor 4, 13 — 5, 1

Creemos y por eso hablamos

HERMANOS:
            Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará con vosotros ante él.
            Pues todo esto es para vuestro bien, a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios.
            Por eso, no nos acobardamos, sino que, aun cuando nuestro hombre exterior se vaya desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día a día.
            Pues la leve tribulación presente nos proporciona una inmensa e incalculable carga de gloria, ya que no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve; en efecto, lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno.
            Porque sabemos que si se destruye esta nuestra morada terrena, tenemos un sólido edificio que viene de Dios, una morada que no ha sido construida por manos humanas, es eterna y está en los cielos.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

FACILITAR LA ACCION DEL ESPÍRITU     

            Frente al ambiente materialista y efímero de Corinto, Pablo quiere dejar bien claro a los cristianos que la fe no es el seguimiento a unas ideas que se pueden demostrar, no es una ciencia experimental, ni la acción de Dios es algo que se puede controlar por la sabiduría o la experiencia del hombre.

            La fe se fundamenta en la confianza que pones en Jesucristo y en la disponibilidad de la vida a la acción del Espíritu, de forma que es tanto más evidente, cuanto menor es nuestro protagonismo y, en cambio, vamos dejando que la acción del Espíritu se vaya desarrollando sin trabas a través nuestro.

            Pero la acción de Dios es imprevisible, porque Él trabaje el corazón de cada uno y va respetando su libertad, para que cada uno le responda desde sus esquemas y no desde lo que ha establecido una ley o una costumbre.

            Esta convicción le hará recuperar a Pablo toda la alegría y la esperanza, pues sabe que Dios sigue su trama y no cesa, lo único que pide es que colaboremos y, a veces, la mejor colaboración que podemos hacer es el no estorbar: “Por eso, no nos desanimamos. Aunque nuestro hombre exterior se vaya deshaciendo, nuestro interior se renueva día a día.”

  

Aleluya

Jn 12, 31b-32

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera —dice el Señor—.
        Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 3, 20-35
Satanás está perdido

EN aquel tiempo, Jesús llegó a casa con sus discípulos y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí.
Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios».
El los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».

Palabra del Señor.

 

LA VERDADERA FAMILIA       

            La imagen no puede ser más triste y desoladora; es cuestión de que rebobinemos un poco en la imaginación y recreemos el momento: Jesús ha salido de Nazaret, allí no hay universidad ni institutos de enseñanza superior que capaciten a una persona para salir como un maestro en leyes o en doctrinas; Jesús es un ciudadano sencillo de la aldea, que lo máximo que ha recibido de instrucción es ir los sábados a la sinagoga para escuchar al rabino que explica las escrituras y da la catequesis…

            Se sale de Nazaret y se instala en Cafarnaúm en casa de uno de sus amigos, probablemente en casa de Pedro y allí se encuentra hablando a un grupo de gente que goza escuchándolo hablar de su experiencia de Dios Padre que nos ama a todos, que desea que seamos felices, que no puede soportar el que unos atropellen y exploten a otros, que no tolera el que las leyes hayan dividido a los hombres en clases: unos de una clase  y otros de otra, cuando todos somos sus hijos y que esté justificado y sea legal el que una persona sea esclava y pueda ser vendida y hasta matada… todos los pobres que viven en estas condiciones sienten un gran consuelo cuando escuchan a Jesús hablar de esta forma y experimentar que Él vive de acuerdo a todo esto que dice.

            Lógicamente, este discurso y esta manera de pensar, molesta a los que viven anclados en esta sociedad injusta a costillas de esta realidad y andan diciendo de Él toda clase de calumnias y chismes.

            Todo esto que se dice de Jesús ha llegado a Nazaret y su familia está avergonzada de Él y quieren recogerlo y esconderlo para que paren las habladurías: “Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales”

            De la misma manera, los escribas, los letrados y todos los componentes de la nobleza judía consideraban que era un poseído del diablo que estaba intentando desestabilizar el orden: “los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: -“Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios.”

            Este es el marco en el que se encuadra el momento en que su propia familia lo toma por loco, por un desestabilizador, por un individuo peligroso y se lo quieren llevar para hacerlo desaparecer.

            No es extraño que en otro momento diga Jesús que encontrarás enemigos dentro de tu misma familia y, por tanto, no es la sangre la que hace la familia, sino el amor de Dios que Él viene proclamando en el reino de Dios.