De andar por
casa…
“Tenemos que olvidarnos de
todo lo que hemos venido haciendo hasta ahora, creyendo que podíamos hacerlo
todo y obtenerlo todo…”
Ésta es la cantinela que se viene oyendo desde primeros de
marzo cuando el “Covid-19” dio la cara y empezamos a darnos cuenta de los
estragos que estaba haciendo. En dos meses cambio todo radicalmente.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
Jn 20, 19-23
Como el Padre me ha enviado, así también os
envío yo; recibid el Espíritu Santo
AL anochecer de aquel día, el primero de la
semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo
a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Hoy viene el evangelio a
mostrarnos una situación muy parecida a la que se vivió en el tiempo de Jesús:
en Jerusalén han matado a Jesús y andan persiguiendo a sus seguidores. En una
semana cambió todo: habían entrado triunfantes y en dos días todo se puso en
contra; a la semana siguiente se encuentran escondidos por el miedo a la muerte
que les acecha.
Entre nosotros, un día el
país entero se levantaba proclamando las consignas feministas y esa misma tarde
determinaron encerrarnos a todos y nos inyectaron el miedo a un virus que nos
convertía automáticamente a cada uno en un potencial enemigo del que hasta unas
horas antes había vivido a mi lado.
Y desde entonces nos
vienen martilleando que a partir de ahora nada será igual y lo estamos
asumiendo, pues todos comprendíamos que esto tenía que cambiar: Esperábamos un
nuevo pentecostés que nos haga más humanos, más respetuosos, más sencillos, más
solidarios… Pero Esperábamos un nuevo pentecostés que nos haga más humanos, más
respetuosos, más sencillos, más solidarios… Pero ¿Crees que ese es al cambio al
que se nos está preparando y orientando? ¿Crees que el miedo que nos metieron y
que han venido cultivando puede ser terreno abonado para un cambio
esperanzador?