EPIFANIA DEL SEÑOR

DÍA 6 DE ENERO

 

PRIMERA LECTURA 


Lectura del Profeta Isaías  60,  1‑6
La gloria del Señor amanece sobre ti 

¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz;  la gloria del Señor amanece sobre ti!
Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; y caminarán los pueblos a tu luz; los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti: tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar, y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos, los dromedarios de Madián y de Efá.
Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor.
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN 

UNA NUEVA EPIFANÍA   

            El momento en que se escribe esta 3ª parte del profeta Isaías corresponde a la época en que se ha regresado del exilio y el pueblo está enfrascado en la reconstrucción del país.

            Cuando el grupo de exiliados volvió a su tierra se encontró que todo estaba destrozado; las ciudades estaban abandonadas y destruidas, sus campos estaban perdidos u ocupados por otras personas extrañas; las murallas de Jerusalén estaban en ruinas y el templo lo habían incendiado y estaba destruido, pues había sido  difamado, es decir: la imagen era caótica, este era el resultado de la actitud que habían tenido y que los profetas habían venido advirtiendo durante tanto tiempo.

            La realidad que se encontraron era tremenda y les desanimó enormemente; comenzaron dedicándose a reconstruir sus viviendas y a retomar sus campos sin pensar en otros proyectos, como podía ser reconstruir el templo o las murallas; la esperanza de que Yahvé los volviera a mirar con misericordia y les volviera la cara estaba por los suelos.

            Aquí irrumpe el profeta Isaías animándoles, reavivando la esperanza, indicándoles que Yahvé está dispuesto a volver si es que ellos quieren admitirlo y retomar el camino que Él ha propuesto para su pueblo, entonces les proclama la decisión de Yahvé de volver a poner la mano por su pueblo y devolverle la confianza: Dios mismo va a dar inicio a una nueva época en la que reinará la luz de Dios y van a ser destruidas todas las fuerzas del mal; ante esta decisión de Dios no era cuestión de quedarse mirando con los brazos cruzados, lamentándose de lo ocurrido, sino que había que enfrentarse con fuerza, sacando la lección del pasado y no olvidarlo para no volver a incurrir en lo mismo.

            Escuchar estas palabras en tiempos recios como los que vivimos, sientes como un aliento de aire fresco que hacer revivir la esperanza, máxime cuando acabamos de celebrar la venida de Dios al mundo encarnándose en nuestra historia hasta el punto que la ha hecho suya; surge el deseo de decirle al Señor: ¡Ven pronto!  Rompe las fuerzas del mal que ha corrompido a nuestros dirigentes, hazles pensar que la vida vale la pena vivirla SIRVIENDO, que es la única forma de hacer historia de paz y no aplastando que es hacer historia de muerte. Establece la justicia que sea la defensa y la expresión máxima de tu presencia de modo que sienta todo ser viviente que Tú vives con nosotros y que nadie ni nada podrá apartarte de nuestro camino.

            Nuestro mundo necesita una nueva manifestación viva de la VERDAD y la JUSTICIA para poder recuperar la esperanza y establecer la PAZ 

Salmo responsorial       Sal  71,  2.  7‑8.  10‑11.  12‑13 


V/.  Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.
R/.  Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra. 

V/.  Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes:
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.
R/.  Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.  

V/.  Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.
R/.  Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra. 

V/.  Que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributos;
que los reyes de Sabá y de Arabia
le ofrezcan sus dones,
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan.
R/.  Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.  

V/.  Porque él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres.
R/.  Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

SEGUNDA LECTURA 


Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios        3,  2‑3a.  5‑6
Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos

Hermanos:
Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro.
Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio.
Palabra de Dios. 

 REFLEXIÓN  
         
LA SALVACIÓN ES UNIVERSAL    

La visión del profeta Isaías es esperanzadora, pero no deja de ser algo que pertenece al futuro y está en el terreno de la esperanza donde pueden asaltar  ataques de duda y desesperación ante las dificultades.

Pablo no habla desde una perspectiva de futuro, sino más bien de pasado: la promesa ya se cumplió y él se presenta como signo de ese cumplimiento que no ha quedado reducido al pueblo de Israel, sino que ha sido abierta para todos los hombres y afirma que la salvación y la gloria que Dios prometió la ha cumplido en Jesucristo y ha sido dada para todos los hombres, pues –según Pablo- el plan de  Dios consiste en formar un solo pueblo, una sola comunidad de creyentes, un solo cuerpo que transmita al universo entero la vida y la salvación de Dios.

Según S. Pablo, su mensaje a los efesios es la gran revelación de que la Buena Noticia de la salvación de Dios es universal y, por tanto, en Cristo, Dios se ha querido revelar a toda la creación, indicando que su salvación es para todos los pueblos y quiere reconciliar a todos los seres con Dios, sin excepción de ningún tipo.

El mensaje de la carta a los efesios contrasta de forma sorprendente con las ideologías actuales excluyentes y cerradas en las que se pretende encerrar al ser humano en unos esquemas en los que le hacen creerse el centro del mundo y despreciar a los que no son de su círculo, era exactamente lo que le ocurría al pueblo del antiguo Israel, que se creía el poseedor de la salvación y el manipulador de la verdad de Dios, llevándole al orgullo, por un lado de creerse superior al resto de pueblos y por el otro a la confianza de que Dios no podía castigar a su pueblo ni permitir que alguien le hiciera daño, con lo que abusaban de la bondad de Dios. 

Aleluya       Mt  2,  2

Aleluya, aleluya.
Hemos visto salir su estrella,
y venimos a adorarlo.
Aleluya. 

EVANGELIO 


Lectura del santo Evangelio según San Mateo       2,  1-12
Venimos de Oriente para adorar al Rey

Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes.
Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: -¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron: -En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el Profeta:
“Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres ni mucho menos la última
 de las ciudades de Judá;
pues de ti saldrá un jefe
que será el pastor de mi pueblo Israel.”
Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles:
-Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.
Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro; incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor 

REFLEXIÓN 

“HERODES SIGUE VIVO”    

Cuando miramos la reacción de Herodes ante la pregunta de los “magos” nos quedamos  sorprendidos pues el “Poder”, cuando se establece, siempre aduce que quiere servir para establecer el orden, la justicia, defender a los pobres, establecer la igualdad y la seguridad… etc. Sin embargo, cuando ha conseguido el puesto, todo lo prometido queda en un segundo o tercer lugar y lo único que interesa es el puesto y para ello, Herodes pacta, negocia, miente, engaña, atropella y establece, incluso, el terror contra aquellos a los que ha prometido defenderlos. Al final termina persiguiendo al NIÑO PARA MATARLO.

            El camino, en cambio, que siguen los “magos” que buscan la VERDAD es completamente distinto del que siguen los que buscan el poder. Está claro que no es lo mismo buscar una cosa que otra.

            El camino de los buscadores de la VERDAD es el de aquellos que buscan siempre la bondad y lo mejor del ser humano; los que ponen al servicio de la PAZ y la FRATERNIDAD todo lo que tienen: toda su riqueza personal y material, pues entienden que la vida no tiene otro sentido que emplearla en construir un mundo mejor. Es el camino y la decisión de aquellos que creen en el ser humano y exponen sus vidas por defender la dignidad de la persona, sin permitir que se la destruya… ciertamente, es un camino muy distinto al que sigue Herodes.

            Nos cuenta el texto del evangelio que cuando se encuentran los “magos” con el NIÑO ponen a sus pies el oro indicando que frente a Él, que en ese momento ha encarnado la HUMANIDAD, todos los bienes quedan  en un segundo lugar, nada tiene sentido si no es en función de la dignidad y la felicidad del ser humano.

            Ponen a sus pies el incienso indicando que no existe más incienso en el mundo que agrade tanto a Dios como la dignidad del ser humano que ha sido elevado a la categoría de “HIJO DE DIOS”, NO HAY HONOR MÁS GRANDE.

            También ponen a sus pies  la “mirra” que es un producto medicinal que ayuda a apaciguar el dolor y el sufrimiento, indicando que el ser humano necesita ayuda material y espiritual para realizar su proyecto y todo lo que existe ha de estar a su disposición; el dolor, la violencia, el atropello, la agresión… son elementos que no corresponden a la dignidad de la persona.

            La imagen de JESUS-DIOS hecho un niño, débil, indefenso, lleno de ternura es la expresión máxima del AMOR cosa que no puede soportar Herodes ni tolera ningún poder establecido, por eso le hace temblar de pánico, pues su misma presencia se convierte en la peor acusación. 

 

SANTA MARÍA MADRE DE DIOS

1 de Enero 2014

 
Comenzamos el año de la mano de la Virgen María; ella ha sido el gran referente al que hemos podido ir mirando durante todo este tiempo pasado de  adviento, pues ella se presenta como  el modelo del que prepara una calzada libre para que entre Dios en el mundo  y en todas sus estructuras, un mundo que está lleno de dificultades: ella, como nadie, fue capaz de derribar barreras, de allanar barrancos que separan, acercando distancias y puso su persona a disposición de Dios para que llevase adelante su proyecto de encarnarse en la historia de la humanidad.

            María será la primera discípula de Jesús que sigue sus huellas y lo pone como centro, como eje, y como horizonte de su vida; ella hace posible que se rompan barreras de instituciones tan fuertes como la familia, anclada en la ley y la tradición y conforma la familia nueva en los esquemas del reino, mostrándonos su hogar como el prototipo del hogar del futuro, en consonancia con el proyecto de Dios.

            María permanece fiel, al lado de Jesús hasta la cruz y, allí lo recibe en sus brazos, después de muerto, como lo hizo en el establo a su llegada al mundo. Allí, al pie de la cruz, recibe y acoge el encargo de seguir siendo ahora la madre del nuevo cuerpo de Cristo resucitado: la iglesia y allí mismo recibe, acepta y asume, la misión que Cristo va a ejercer en el mundo: ser signo de LA PAZ y de la RECONCILIACIÓN de todos los  hombres con Dios.

            María es MADRE DE DIOS a cuya disposición se pone, como la esclava en manos de su dueño y, por tanto,  se convierte en MADRE, pues de ella nace para el mundo,  el proyecto del Reino que trae Jesús.

            En ella, Dios nos transmite hoy la bendición que quiso para su pueblo y que transmitió a Moisés y que ella asumió y transmitió, para que nosotros hagamos lo mismo y lo llevemos adelante en nuestras vidas:
Que el Señor nos bendiga y nos guarde,
que haga brillar su rostro sobre nosotros,
nos conceda su favor, 
nos muestre su rostro
y nos conceda la paz.

DOMINGO EN LA OCTAVA DE NAVIDAD -A-


FESTIVIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA


PRIMERA LECTURA 


Lectura del Libro del Eclesiástico       3,  3‑7.  14‑17a 
El que teme al Señor honra a sus padres

Dios hace al padre más respetable que a los hijos    y afirma la autoridad de la madre sobre la prole.
El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida,  al que honra a su madre el Señor le escucha.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones, mientras viva; aunque flaquee su mente, ten indulgencia, no lo abochornes, mientras seas fuerte.
La piedad para con tu padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados;  el día del peligro se te recordará y se desharán tus pecados como la escarcha bajo el calor.
Palabra de Dios.
 

REFLEXIÓN

ATACAR LA NATURALEZA   

La Sabiduría de siempre nos dice que el padre y la madre, con su experiencia, con su amor, con su sabiduría y con su madurez, tienen todos los elementos necesarios para poder guiar a su hijo y ayudarle en su crecimiento.

Esa misma sabiduría también nos dice que el hijo que confía en sus padres y se deja guiar por ellos, tiene muchas posibilidades de triunfar en la vida y a Dios lo tendrá siempre a su lado, mientras que, al mismo tiempo irá poniendo las bases para poder ser referente para sus hijos.

Respetar a los padres es algo que agrada a Dios y que está en consonancia con los principios de las leyes de la misma naturaleza.

Cuando nos empecinamos en sostener que esas leyes hay que cambiarlas, sea en el orden que sea de la naturaleza, comentemos atentados que suelen salirnos caros: pensemos lo que ocurre cuando en la naturaleza rompemos una cadena de la fauna o de la flora, por ejemplo: matamos con insecticidas las abejas y se impide la polinización de las plantas, con lo que se afecta hasta la producción de alimentos…

Hoy estamos especializados en romper las leyes naturales en todos los órdenes y no queremos darnos cuenta que, cuando la naturaleza se siente atacada se rebela y, sus consecuencias son nefastas.

Hemos atacado en su base a la familia, lógicamente estamos dejando sin referentes a nuestros niños y a nuestros jóvenes; el principio de la vida como el final está notando ya las consecuencias: para el principio se está aceptando el aborto como un derecho y, por lógica, se ha de considerar lo mismo la eutanasia sosteniendo que la muerte es más importante que la vida. 
 

Salmo responsorial       Sal  127,  1‑2.  3.  4‑5 

V/.  ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos! 

V/.  ¡Dichoso el que teme al Señor,
           y sigue sus caminos !
       Comerás del fruto de tu trabajo,
           serás dichoso, te irá bien.
R .  ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos! 

V/.  Tu mujer, como parra fecunda,
           en medio de tu casa;
       tus hijos como renuevos de olivo,
           alrededor de tu mesa.
R .  ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos! 

V/.  Esta es la bendición del hombre
           que teme al Señor:
       Que el Señor te bendiga desde Sión,
           que veas la prosperidad de Jerusalén,
           todos los días de tu vida.
R .  ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos! 

SEGUNDA LECTURA 


Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses       3,  12‑21 
La vida de familia vivida en el Señor

Hermanos:
Como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme: la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión.
Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.
Y sed agradecidos: la Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente.
Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, ofreciendo la Acción de Gracias a Dios Padre por medio de él.
Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor.
Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.
Palabra de Dios.
 

REFLEXIÓN

LA FAMILIA, IMAGEN PERFECTA DEL PROYECTO DE DIOS 

La  carta de S. Pablo a la comunidad de los Colosenses es una invitación clara a que tengan en cuenta algo que ha de considerarse sagrado, ya que supone la base y el fundamento de la sociedad y de la iglesia: la Familia;  en ella han de aprender las relaciones básicas de respeto, de obediencia, y de colaboración con la sociedad y con el mismo Dios

Para que esta relación pueda darse correctamente, Pablo indica los vicios que han de desterrarse lo mismo que las actitudes que han de tenerse como principio de identidad: “la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión”.

A partir de ahí propone un programa de vida: “Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro”, y como norma suprema pone “el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada”, lo que le va a dar consistencia y sentido a todo.

Ahora bien, este proyecto cristiano donde se ancla y se consolida es en la Eucaristía y en la Palabra de DIOS que es donde se van a poder encontrar la base y el sentido de todo.

Pablo pasa a continuación a dar unos cuantos consejos tanto a esposos como a hijos, pues son ellos  los que han de realizar el proyecto amándose, respetándose, obedeciéndose y no desalentándose con posturas cerradas.
Jesús se convierte en el verdadero lazo de unión de toda la familia.

 
Aleluya       Col  3,  15a.  16a

Aleluya, aleluya.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro  en vuestro corazón;
que la Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza.
Aleluya. 

EVANGELIO 


Lectura del santo Evangelio según San Mateo       2,  13‑15.  19‑23 
Coge al niño y a su madre y huye a Egipto

Cuando se marcharon los Magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
-Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.
José se levantó, cogió al niño y a su madre de noche; se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes; así se cumplió lo que dijo el Señor por el Profeta: “Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto.”
Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo:
-Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño.
Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel.
Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría nazareno.
Palabra del Señor 

EL LUGAR DE ENCUENTRO CON JESÚS    

La  religiosidad popular e incluso los mismos sentimientos religiosos que tenemos, han podido deformar la imagen que tengamos del hogar de Nazaret presentándonos un ambiente idílico, en el que todo  está envuelto en un clima de paz y de alegría propio de los cuentos de hadas. Sin embargo, no es ésta la imagen que nos presentan los evangelios y, menos aún el evangelista Mateo: él rompe cualquier atisbo de poesía que podamos imaginar en el hogar de Nazaret pues para él estás bien claro que la familia de José, María y Jesús no han encontrado un momento de sosiego y todo parece venirles atravesado desde su mismo noviazgo.

Ahora han de enfrentarse al mismo poder establecido de Herodes que les hace huir del país, pues José entiende que el niño y, ellos mismos, corren peligro y la imagen que presenta es bien fuerte: José tuvo que salir de noche cogiendo al niño y a su madre y huir a Egipto… eso no indica una circunstancias de felicidad como quien va de viaje de vacaciones.

En su huida, José y María pueden recordar el trayecto del desierto que hizo su pueblo  cuando fue esclavo en el país al que ellos se dirigen ahora a refugiarse; ellos están volviendo a vivir las mismas dificultades con su hijo.

Como cualquiera que ha tenido que vivir la emigración, no huyendo, sino con un contrato de trabajo, que cambia bastante, está en capacidad de entender un poco lo que esto supone: lejos de su tierra y de los suyos, en un país en donde tus derechos no cuentan para nadie, la incertidumbre e inseguridad, la dificultad del idioma, el contraste de las costumbres, de la religión… cuando miras al futuro no sabes cuándo podrás volver a tu tierra y encontrarte con tu gente y con tu ambiente.

Cuando parece que las cosas pueden estar tranquilas por la muerte del asesino Herodes, deciden volver a su tierra, pero se encuentran que el puesto de Herodes lo ocupa otro famoso asesino: Arquelao, del que José no se fía, pues sabe que es un tirano.

La familia vuelve a Nazaret, pero todavía con una gran inseguridad, pues las cosas no andan en paz y la familia vive con el alma en un hilo por el peligro que supone para el niño.

Al final, José y María viven de un lado para otro, buscando trabajo para poder vivir, en total inseguridad, siempre con miedo de que puedan matar a su hijo, huyendo siempre del poder establecido que teme a la presencia de Dios.

Una cosa queda bien clara: desde el principio, los grandes, los acomodados, los poderosos… se sintieron a disgusto con Jesús, por tanto, difícilmente ellos pueden pregonar la alegría en una navidad y, por eso, es comprensible que quieran cambiarle por entero el sentido y celebrar otra cosa y no el nacimiento de Jesús.

S. Mateo tiene esto bien claro: Dios se ha hecho hombre y ha nacido en una familia de emigrantes; desde niño ha vivido la inseguridad y ha vivido amenazado y soportando el hambre, la opresión, la injusticia, el abuso de los grandes y de los poderosos. No podemos buscarlo entre los potentados de la tierra, sino entre los pobres.

 

 

DOMINGO IV DE ADVIENTO -A-

PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro de Isaías       7,  10‑14
Mirad: la virgen está encinta 

En aquellos días, el Señor habló a Acaz:
-“Pide una señal al Señor, tu Dios:
en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.”
Respondió Acaz:
-“No la pido, no quiero tentar al Señor.”
Entonces dijo Dios:
-“Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:
Mirad:
           la virgen está encinta y da a luz un hijo,
           y le pondrá por nombre Emmanuel
           que significa: “Dios‑con‑nosotros”.”
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN: 

NEGAR A DIOS EN LA HISTORIA    

Acaz, descendiente de David, se encuentra en una situación comprometida: los reinos vecinos se están poniendo de acuerdo para atacar a Israel; entonces  Acaz se asusta y en lugar de reforzar la unidad de su pueblo, como había hecho David, se va al vecino imperio de Asiria  para pedirle ayuda, con lo que se entrega poniéndose en sus manos.

El profeta Isaías le reprocha el juego político que está queriendo hacer y la línea que está queriendo abandonar de reforzar la unidad del pueblo, apostando por las armas y por la guerra.

Para que pierda el miedo y sienta que Dios está de su parte y no va a dejar que ocurra ninguna desgracia, le ofrece una señal y le invita a pedir aquello que le pueda dejar tranquilo sabiendo que Dios le va a apoyar si no se deja en manos de poderes  extranjeros.

Pero Acaz no confía en Dios y rechaza la propuesta de Isaías poniéndole una excusa religiosa, que no era más que un razonamiento hipócrita: para Acaz existe una división clara de la vida: una cosa son los grandes problemas de las relaciones políticas y otra cosa es el culto que hay que dar a Dios; para él nada tiene que ver una cosa con otra; según él, a Dios solo le interesa lo suyo y lo que haga el hombre le trae sin cuidado; es exactamente la misma actitud que existe en la actualidad, que quiere sacar a Dios de la historia de los hombres, como si a Dios no le interesara nuestra vida. 

Salmo responsorial       Sal  23,  1‑2.  3‑4ab.  5‑6    (R.: cf. 7c y 10b) 


R.  Va entrar el Señor, él es el Rey de la gloria. 

           Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
           el orbe y todos sus habitantes:
           él la fundó sobre los mares,
           él la afianzó sobre los ríos.    R.
R.  Va entrar el Señor, él es el Rey de la gloria.

           ¿Quién puede subir al monte del Señor?
           ¿Quién puede estar en el recinto sacro?
           El hombre de manos inocentes
           y puro de corazón,
           que no confía en los ídolos.    R.
R.  Va entrar el Señor, él es el Rey de la gloria. 

           Ése recibirá la bendición del Señor,
           le hará justicia el Dios de salvación.
           Éste es el grupo que busca al Señor,
           que viene a tu presencia, Dios de Jacob.    R.
R.  Va entrar el Señor, él es el Rey de la gloria. 

SEGUNDA LECTURA 


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos       1,  1‑7
Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios 

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios.
Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor.
Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús.
A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.
 

REFLEXIÓN 

LA VOCACIÓN ES UN REGALO   

S. Pablo comienza su carta a la comunidad de Roma presentándose; y lo hace relatando como ha sido llamado por Jesucristo a ser su apóstol, por tanto, es “Apóstol por vocación”, no porque haya recibido expresamente el ministerio de manos de Jesús, como le ha ocurrido al resto de los apóstoles, pero deja bien claro que lo que él predica es el mismo evangelio que predican los apóstoles: su persona, su proyecto, su muerte y su resurrección; la misión que ha asumido siente que se le ha encomendado el mismo Cristo, que le ha confiado el mensaje del evangelio; para reforzar todo lo que está diciendo, Pablo hace una confesión de fe en Jesús como Mesías Hijo de Dios, anunciado en las sagradas escrituras y constituido Hijo de Dios por su resurrección, según el Espíritu santificador.
            Para S. Pablo otra cosa que le interesa dejar bien clara es que la misión que está realizando no es cosa suya, sino que se le ha encomendado por pura gracia, no por méritos suyos, pues si tiene que presentar sus méritos tendría más bien que avergonzarse; él se siente agradecido a Dios y siente que Jesús es Nuestro Señor que le ha concedido la gracia de ser su apóstol para las naciones, entre las que se encuentran los romanos que no pertenecen al pueblo de la Antigua Alianza.
            Pablo sostiene que todos los que  aceptan este evangelio, reciben el amor de Dios, lo mismo que lo ha recibido él. 

Aleluya       Mt  1, 

Aleluya, aleluy
Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel
Dios‑con‑nosotros
Aleluya. 

 

EVANGELIO 


Lectura del santo Evangelio según san Mateo        1,  18‑24
Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
-“José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.”
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta:
Mirad:
           la Virgen concebirá y dará a luz un hijo
           y le pondrá por nombre Emmanuel
           que significa “Dios‑con‑nosotros”.”
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
Palabra de Dios
 

EL “SÍ” DE JOSÉ   

El evangelio de S. Mateo nos narra el origen humano de Jesús y comienza presentando la situación de María, de acuerdo a la costumbre existente en el momento: se formalizaba el noviazgo y el que va a ser el marido, durante un tiempo prudencial se dedica a trabajar para preparar el que va a ser su hogar, donde recibirá a su esposa; el   compromiso formal ya está hecho y se consideran matrimonio desde ese momento.

            En ese tiempo, la novia sigue viviendo con sus padres, preparando también algunas cosas, hasta que pase a depender de su marido. En ese espacio de tiempo, cualquier acto de infidelidad es considerado como un adulterio castigado por la ley con pena de muerte.

            Este es el marco que s. Mateo pone al matrimonio de María; es uno de los escasos momentos en los que S. José aparece como protagonista en el evangelio. Siguiendo el hilo de la narración, en ese espacio de tiempo, resulta que María queda embarazada. Mateo puntualiza dos detalles: “María quedó embarazada por obra del Espíritu santo” y por otro lado  refuerza también otra idea: “José, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto”.

            Si José hace valer sus derechos, podía haber exigido el castigo establecido por la ley y María hubiera sido apedreada, pero Dios va tejiendo su proyecto y aún con todas las dificultades, José va colaborando al plan divino.

            Cualquiera podríamos decir que Dios sabe cómo hace las cosas, pero no podemos perder de vista que en ningún momento fuerza Dios la libertad de nadie.

            Es importante tener muy en cuenta la pedagogía que Dios va usando: Dios propone su plan, entra en diálogo y el hombre acepta, aunque no entienda, como podemos ver en el silencio de José.

            Contrasta la actitud que hoy sostenemos con la que Dios tiene: son “nuestros” planes los que defendemos y, por eso ponemos trabas y condiciones al proyecto de Dios a quien obligamos a entrar por nuestros esquemas, antes que entrar nosotros por los suyos. Es interesante ver cómo defendemos nuestros derechos, nuestra realización personal, nuestra dignidad… y no queremos aceptar que por delante de “MIS” intereses están siempre los de Dios: no es “MI” proyecto, ni “MI” interés… sino el de Dios. Cuando no entendemos esto, todo se viene abajo en todos los órdenes de la vida, porque cada uno va a defender “Sus” derechos y no los de la Verdad, la Justicia o la Paz.

 

DOMINGO III DE ADVIENTO -A-

PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro de Isaías       35,  1-6a.  10
Dios viene en persona y os salvará 

           El desierto y el yermo se regocijarán,
se alegrarán el páramo y la estepa,
           florecerá como flor de narciso,
se alegrará con gozo y alegría.
     Tiene la gloria del Líbano
la belleza del Carmelo y del Sarión.
           Ellos verán la gloria del Señor,
la belleza de nuestro Dios.
           Fortaleced las manos débiles,
robusteced las rodillas vacilantes;
           decid a los cobardes de corazón:
"Sed fuertes, no temáis.
           Mirad a vuestro Dios,
que trae el desquite;
           viene en persona, resarcirá y os salvará."
           Se despegarán los ojos del ciego,
los oídos del sordo se abrirán,
           saltará como un ciervo el cojo,
la lengua del mudo cantará,
           y volverán los rescatados del Señor.
           Vendrán a Sión con cánticos:
en cabeza, alegría perpetua;
           siguiéndolos, gozo y alegría.
Pena y aflicción se alejarán.
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN 

SE CUMPLIERON LAS PROFECÍAS  

            Frente a la situación de hundimiento que está sufriendo el pueblo, el profeta invita a levantar la cabeza, pues Dios mismo va a tomar cartas en el asunto y presenta la visión que él tiene del futuro de esperanza y de alegría:

            Anuncia una transformación radical y para ello, utiliza el símbolo del desierto donde todo está árido y sin vida y Dios lo va a convertir en un jardín, donde todo el mundo va a poder contemplar la gloria y la grandeza de Dios al ver la transformación que va a hacer. Esta transformación la va a realizar Él mismo: “Él mismo viene en persona a salvarnos”

            El otro símbolo que utiliza es el de la “calzada” con el que expresa la esperanza y la alegría que le embarga: será una calzada llana y limpia, por donde podrán marchar la Paz, la Justicia, la Verdad hacia la verdadera libertad y felicidad.

            Los signos que presenta el profeta de esta nueva realidad de paz y alegría que ha venido describiendo, serán el hecho de que se recuperen los ciegos, los sordos, los cojos, los mudos que van a poder ver, oír y alabar la gloria de Dios rompiendo las cadenas que los tienen postrados.

            Por eso, invita a levantar los ánimos, a no quedarse anclados quejándose, sino por el contrario, hay que fortalecer a los débiles, afianzar las rodillas de los vacilantes y decirle a los cobardes: “¡Animo, no temáis!” No es tiempo de quejas y lamentos, sino de empuje y de esperanza

            Esta venida de Dios va a fortalecer  al hombre, lo va a capacitar con su Espíritu para que pueda transformar el mundo.

            Esta nueva realidad que anunciaba y con la que soñaba el profeta Isaías tuvo su cumplimiento perfecto con la venida de Jesús: Él se presentó, inauguró esta nueva etapa e invitó a seguirlo, pues Él fue delante abriendo el camino; de ahora en adelante todo queda en nuestras manos teniendo la seguridad de que Él camina a nuestro lado, si es que nosotros queremos caminar al suyo.

            Como entonces, los esquemas se repiten: no es tiempo el actual de quejas y lamentos, sino de poner manos a la obra, de no volver a caer en el engaño en que nos han metido, de abrir los ojos y limpiar las estructuras de mentirosos y maleantes, de recomponer nuestra manera de pensar y despertar del letargo en el que hemos caído. Tenemos de nuestra parte que la promesa ya se ha cumplido y la realidad se ha impuesto: Jesús, el salvador, vive entre nosotros.

 Salmo responsorial        Sal  145,  7.  8-9a.  9bc-10    (R.: cf. Is 35, 4) 

R.  Ven, Señor, a salvarnos 

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
           hace justicia a los oprimidos,
           da pan a los hambrientos.
           El Señor liberta a los cautivos.  R.
R.  Ven, Señor, a salvarnos

           El Señor abre los ojos al ciego,
           el Señor endereza a los que ya se doblan,
           el Señor ama a los justos,
           el Señor guarda a los peregrinos.     R:
R.  Ven, Señor, a salvarnos

      Sustenta al huérfano y a la viuda
           y trastorna el camino de los malvados.
           El Señor reina eternamente;
           tu Dios, Sión, de edad en edad.    R.
R.  Ven, Señor, a salvarnos 

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol Santiago       5,  7‑10
Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca 

Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor.
El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía.
Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca.
No os quejéis, hermanos, unos de otros para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta.
Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN 

EL ARTE DE ESPERAR  
            La carta de Santiago viene a ser una especie de grito de ánimo a permanecer en la brecha: es muy fácil caer en el desánimo y en el desaliento mientras se espera; frente a la tentación del desaliento, está la esperanza gozosa y la certeza de que la muerte ha sido vencida, el mal, aunque haga mucho ruido, está derrotado.

Santiago pone la imagen del agricultor que siembra su semilla, la cuida, y unas vez que ha hecho lo que está en sus manos, con gozo y alegría se pone a disposición de Dios para que Él realice el resto, con la seguridad de que Él no nos va a dejar ni a defraudar.

            Santiago invita a fortalecer la virtud de la paciencia, aunque lo más exacto es pedirle al Señor que nos dé una gran fortaleza de ánimo para que nos ayude a afrontar todas las dificultades que puedan presentarse mientras esperamos, que van a ser muchas; al estilo de cómo hicieron los profetas, que siguieron esperando, a pesar de todas las problemas que les fueron surgiendo.

            De la misma manera, Santiago pide paciencia para no perder la compostura y no tener malos modales con nadie,  para evitar así que el desánimo cunda entre los hombres.

            Uno de los grandes problemas que nos surge en la actualidad es éste: cuando vemos que los otros no responden como debieran, nos enfadamos, nos venimos abajo y nos unimos a su bando, es decir: nos dedicamos a hacer el mal, con lo que damos la batalla por perdida antes de haber luchado. 

Aleluya       Lc. 4,  18
Aleluya, aleluya.
El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres.
Aleluya. 

EVANGELIO 


Lectura del santo evangelio según san Mateo       11,  2‑11
¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro? 

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos:
-“¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”
Jesús les respondió:
-“Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo:
           los ciegos ven, y los inválidos andan;
           los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen;
           los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio.
           ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!”
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
-“¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito:
           “Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti.”
Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.”
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN 

EL REINO DE LOS CIELOS YA HA LLEGADO   

El evangelio de hoy parece una composición tardía, con la que se quiere mostrar el traspaso de Juan a Jesús: él  ha venido abriendo el camino, preparando los ánimos para el proyecto que trae Jesús y quiere hacerlo de forma oficial antes de morir.

            Ahora se encuentra en la cárcel, por el choque que ha tenido con Herodes, a quien ha denunciado de su corrupción y de todas las maldades que está haciendo.

            Juan ha tenido que interrumpir su misión y oye que Jesús está siguiendo sus pasos; entonces, viendo que su vida peligra, envía a sus discípulos para preguntar a Jesús si Él es el Mesías que se espera, con el fin de invitar a sus discípulos a que lo sigan.

                  Jesús en su respuesta no da su identidad, sino que se remite a los hechos que todos pueden observar: Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo:
           los ciegos ven, y los inválidos andan;
           los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen;
           los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio.
           ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!”

                  Estas son las señales que ha anunciado el profeta Isaías indicando que el reino de Dios ha llegado: el reino de Dios es salud, curación, alegría de los pobres... El que entienda otra cosa, está equivocado y es probable que se escandalice, de la misma manera que ocurrió cuando lo anunciaron los profetas.

                  Tristemente continúa la misma actitud en los tiempos actuales, pues cada uno tiene hecho su esquema acomodado a sus intereses y no acepta la propuesta de Dios, si es que no está acomodada a su proyecto. Esta será la gran tristeza del cuarto evangelio de la que Marcos se hace eco: “Vino a los suyos y, los suyos no lo recibieron”

                  Jesús aprovecha el momento para hacer una apología de Juan y una proclamación del “nuevo mundo” que se ha inaugurado: de ahora en adelante ya no habrá más profetas, ya no vendrá nadie anunciando una esperanza futura… el Reino de Dios definitivo y último, ya se ha inaugurado y camina hacia su fin supremo; “Dichoso el que lo acepten y no se escandalice de Jesús”