DOMINGO XXVI DEL T. O. -B--


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro de los Números.
Núm 11, 25-29

¿Estás tú celoso por mí? ¡Ojalá todo el pueblo profetizare!

EN aquellos días, el Señor bajó en la Nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. En cuanto se posó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar. Pero no volvieron a hacerlo. Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque eran de los designados, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento.
Un muchacho corrió a contárselo a Moisés:
«Eldad y Medad están profetizando en el campamento».
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino:
«Señor mío, Moisés, prohíbeselo».
Moisés le respondió:
«¿Es que estás tú celoso por mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor recibiera el espíritu del Señor y profetizara!».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

ACTUAR COMO HOMBRES LIBRES     

            El pueblo de Israel vino durante muchos años caminando en el desierto aprendiendo a vivir como hombres libres y desechar la mentalidad de esclavos que traían.

            Vivir como hombre libre significa ser capaz de responder de la propia vida y hacerse responsable de aquello que hace o dice.

            Ésta sería una de las acciones más importantes que tuvo que realizar el pueblo mientras estuvo en el desierto: cambiar su mentalidad y convertirse en un pueblo de hombres libres capaces de organizarse, de escucharse y de respetarse; por otro lado, esta fue la misión más importante que le toco a Moisés y a todos los líderes: cambiar al pueblo esa mentalidad y hacer un pueblo de hombres libres capaces de tomar las riendas de la marcha.

            El pasaje del libro de los Números que nos trae hoy la liturgia, muestra precisamente el momento en el que Moisés cree que están en condiciones de asumir cada uno su labor y llevarla adelante y delega su función a los 70 ancianos, compartiendo con ellos la carga de la dirección del pueblo y el Espíritu del Señor que vivía en Moisés empezó a expresarse también en todos los ancianos, con lo que el pueblo empieza a caminar por sí mismo, sin necesidad de estar dependiendo siempre del líder que ha de ordenar todo lo que se ha de hacer asumiendo la responsabilidad de todo el mundo.

            Esto es importantísimo para la iglesia y para cualquier grupo o sociedad: el poder dejar en manos de sus componentes la responsabilidad de la marcha.            Uno de los signos más claros de la inmadurez de un grupo o de una sociedad es cuando todo tiene que estar legislado, pues eso indica que sus componentes no tienen sentido de la libertad.

            Esto compromete al líder que ha de educar en la libertad al pueblo y al mismo tiempo, compromete al pueblo que ha de asumir el gran don de la libertad.

 

Salmo responsorial

Sal 18, 8. 10. 12-13. 14 (R/.: 9ab)

R/.   Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

 

        V/.   La ley del Señor es perfecta
                y es descanso del alma;
                el precepto del Señor es fiel
                e instruye a los ignorantes.   
R/.

R/.   Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

        V/.   El temor del Señor es puro
                y eternamente estable;
                los mandamientos del Señor son verdaderos
                y enteramente justos.   
R/.

R/.   Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

        V/.   También tu siervo es instruido por ellos
                y guardarlos comporta una gran recompensa.
                ¿quién conoce sus faltas?
                Absuélveme de lo que se me oculta.   
R/.

R/.   Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

        V/.   Preserva a tu siervo de la arrogancia,
                para que no me domine:
                así quedaré limpio e inocente
                del gran pecado.   
R/.

R/.   Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

 

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol Santiago. Sant 5, 1-6

Vuestra riqueza está podrida

ATENCIÓN, ahora, los ricos: llorad a gritos por las desgracias que se os vienen encima.
Vuestra riqueza está podrida y vuestros trajes se han apolillado. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y su herrumbre se convertirá en testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como fuego.
¡Habéis acumulado riquezas… en los últimos días!
Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos, el que vosotros habéis retenido, está gritando, y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor del universo.
Habéis vivido con lujo sobre la tierra y os habéis dado a la gran vida, habéis cebado vuestros corazones para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, el cual no os ofrece resistencia.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA GRAN EQUIVOCACIÓN    

            Santiago sigue en coherencia con la posición que ha tomado: la libertad del hombre está justamente en la capacidad que tiene de optar en la vida y decidir el camino que ha de tomar: si se opta por Dios, el amor, la justicia, la solidaridad con los pobres y oprimidos es la situación en la que ubicará al verdadero creyente y la práctica del amor y la solidaridad es justamente el culto que tributará a Dios; quien, en cambio, opta por el dinero y la riqueza, no le queda más remedio que asumir las consecuencias que lleva consigo, pues Dios está al lado de los pobres y oprimidos y no porque sean mejores ni peores que los demás, sino por coherencia: si Dios es la justicia y el amor, no se va a poner del lado de los que optan y asumen como programa el odio y la injusticia y desprecian a los seres humanos.

            Santiago pone al descubierto la situación de los que en su vida pusieron como horizonte el dinero y las riquezas: aparentemente aparecen como seres felices y triunfadores en la vida, pero su horizonte se cierra en ellos mismos y todos esos bienes que van acumulando, mientras dejan en la indigencia a los pobres, esa situación se va a convertir en la acusación más grande de su conducta perversa: “habéis vivido entregados al placer y con ello os habéis engordado para el día de la matanza”

 

Aleluya

Cf. Jn 17, 17b.a

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Tu palabra, Señor, es verdad;
        santifícanos en la verdad.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 9, 38-43. 45. 47-48

El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Si tu mano te induce a pecar, córtatela

EN aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
   «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».
Jesús respondió:
   «No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.
Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela:
más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga.
Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”.
Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

LO PRIMERO ES ANTES      

            El tema que nos trae el evangelio de hoy conecta perfectamente con la primera lectura que hemos hecho del libro de los Números: en la primera nos encontramos a Moisés que oficialmente acumula todo el Espíritu y cuando éste rompe el esquema y empieza a expresarse en alguien que no ha estado en la reunión, se escandaliza Josué que va inmediatamente a denunciar que hay gente que no pertenece al grupo y está profetizando; la respuesta de Moisés es tajante: “Ojala todo el pueblo profetizara”.

            En el evangelio nos encontramos la misma situación: los apóstoles descubren que hay gente que no pertenece al grupo y en nombre de Jesús está expulsando demonios y han querido impedírselo; la respuesta de Jesús es la misma: “el que está haciendo el bien en mi nombre, dejadlo que lo haga, pues no puede ser nuestro enemigo”.

            Éste es el gran problema que muchas veces nos tiene cogidos a todos los niveles: políticamente nadie puede hacer las cosas bien hechas si es que no es de mi partido y no se le reconocen; socialmente las cosas están mal hechas si es que no las hago yo o alguien de mi equipo; religiosamente está condenado todo aquel que no pertenece a mi grupo…

            Y estamos todos pendientes de la “institución” más que del bien para el que estamos llamados; atendemos los intereses del partido antes que los de los ciudadanos; interesan más las normas del código religioso que la salvación de la persona…






 

 

DOMINGO XXV DEL T.O.


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro de la Sabiduría.
Sab 2, 12. 17-20

Lo condenaremos a muerte ignominiosa

SE decían los impíos:
«Acechemos al justo, que nos resulta fastidioso:
se opone a nuestro modo de actuar,
nos reprocha Las faltas contra la ley
y nos reprende contra la educación recibida.
Veamos si es verdad lo que dice,
comprobando cómo es su muerte.
Si el justo es hijo de Dios, él lo auxiliará
y lo librará de las manos de sus enemigos.
Lo someteremos a ultrajes y torturas,
para conocer su temple y comprobar su resistencia.
Lo condenaremos a muerte ignominiosa,
pues, según dice, Dios lo salvará».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA REPULSA DE LO DIFERENTE    

            El libro de la Sabiduría nos presenta un cuadro en el que describe una realidad muy común que estamos viviendo a cada momento: con frecuencia oímos la queja de la gente que se siente acosada por la ley, mientras que los que van trampeando por la vida, se presentan como triunfadores, en cambio, aquel que camina en la legalidad lo acribillan con impuestos y con un control exagerado, de tal forma que vive asustado.

            El autor del libro da un paso más y cataloga esta actitud como una acción premeditada por el espíritu del mal que ataca al hombre justo e inocente que sigue una línea concreta de honradez orientada siempre al bien, cosa que no puede soportar el malvado, pues lo considera una denuncia de su error y, por tanto, un reproche de su conducta, entonces ataca burlándose del justo, ridiculizándolo y poniéndolo a prueba para ver si es verdad que está convencido de lo que dice y lo vive como actitud, queriendo demostrarle que es igual a todos y que su actitud es una estupidez. Y es que algo que duele y no suele soportarse es que alguien se comporte como diferente del resto. Y peor aún, si es que ese comportamiento deja en evidencia lo corrompido de mi actuación.

 

Salmo responsorial

Sal 53, 3-4. 5. 6 y 8 (R/.: 6b)

R/.   El Señor sostiene mi vida.

 

        V/.   Oh, Dios, sálvame por tu nombre,
                sal por mí con tu poder.
                Oh, Dios, escucha mi súplica,
                atiende a mis palabras.   
R/.

R/.   El Señor sostiene mi vida.

 

        V/.   Porque unos insolentes se alzan contra mí,
                y hombres violentos me persiguen a muerte,
                sin tener presente a Dios.   
R/.

R/.   El Señor sostiene mi vida.

 

        V/.   Dios es mi auxilio,
                el Señor sostiene mi vida.
                Te ofreceré un sacrificio voluntario,
                dando gracias a tu nombre, que es bueno.   
R/.

R/.   El Señor sostiene mi vida.

 

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol Santiago. Sant 3, 16—4, 3

El fruto de la justicia se siembro en la paz para quienes trabajan por la paz

QUERIDOS hermanos:
Donde hay envidia y rivalidad, hay turbulencia y todo tipo de malas acciones.
En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, intachable, y además es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera. El fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz.
¿De dónde proceden los conflictos y las luchas que se dan entre vosotros? ¿No es precisamente de esos deseos de placer que pugnan dentro de vosotros? Ambicionáis y no tenéis, asesináis y envidiáis y no podéis conseguir nada, lucháis y os hacéis la guerra, y no obtenéis porque no pedís.
Pedís y no recibís, porque pedís mal, con la intención de satisfacer vuestras pasiones.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

EL SELLO DE AUTENTICIDAD     

            Santiago sigue con la misma temática que ya comenzó en el cap. 2º: la verdad de lo que se confiesa se autentifica con las obras; una fe que no está avalada por las obras, no es más que palabras vacías que se lleva el viento.

            De la misma manera, la sabiduría verdadera es aquella que se sustenta en una actitud de honradez intachable: siendo pacíficos, , imparciales, tolerantes, sinceros…La persona sabia siembra y promociona la paz, en cambio la persona estúpida e ignorante  distorsiona,  crea discordia y establece el desorden.

            Aquellos falsos maestros que no se apoyan en una vida limpia y sincera, sus palabras no son creíbles y, por eso, fomentan y promueven la discordia, la división, pues solo buscan sus propios intereses y esto hace que se establezca el desorden.

             La imagen que nos presenta el autor de la carta la podemos ver reflejada en la realidad de los políticos que nos rigen, en los que vemos que han cogido la mentira y el engaño como bandera de identidad; el resultado está siendo catastrófico, pus nadie puede creer en ellos y, menos aún, confiar en aquello que nos dicen, pues vemos con toda claridad que sus vidas y sus actitudes no responden en absoluto a nada de lo que predican.

 

Aleluya

Cf. 2 Tes 2, 14

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Dios nos llamó por medio del Evangelio,
        para que sea nuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 9, 30-37

El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos

EN aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
   «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntó:
   «¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
   «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
   «El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

LA LECCIÓN QUE NO QUEREMOS APRENDER     

            Nos cuenta el evangelio que, con todo lo que habían visto, oído y vivido, los discípulos seguían pensando en sacar adelante sus intereses particulares, a pesar de ir explicándoles todo lo que le iba a ocurrir en Jerusalén… no habían entendido absolutamente nada de todo el mensaje de Jesús y más bien iban pensando en cómo repartirse los puestos. Cuando Jesús les pregunta de qué iban hablando, ninguno le contestó, porque “no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle”

            La situación sigue repitiéndose al pie de la letra y muchos cristianos  -metámonos todos y sálvese el que pueda-  nos ocurre lo mismo: “no entendemos” ni queremos entender, que las cosas puedan ser como Cristo nos plantea y como Él lo hizo: estoy pensando en el tema de la cruz, que es el signo que nos distingue a los cristianos y con el que nos identificamos; pero la cruz es el máximo signo de libertad, de solidaridad, de coherencia, de entrega, de amor…¿Cómo es posible que no lo defendamos y que estemos dando lugar a que sea despreciada, devaluada y hasta nos dé vergüenza hacérnosla? Pero lo malo no es eso, lo peor es que la hemos convertido en una joya, en un adorno, en todo menos en la expresión de lo que vivimos, por eso estamos viendo que la barren del escenario y nos quedamos tan tranquilos y para muchos, incluso lo justifican.

            Pero ciñéndonos al texto: los apóstoles no entendían que Cristo hablara de sufrimiento, de silencio, de pasar desapercibido… de actuar como lo hace el amor verdadero: sin exigencia, sin echar en cara nada, sin gritar ni reclamar derechos, pero eso sí: dando testimonio de vida, que sea la palabra que nadie pueda rebatir…

            Y vemos que nuestra respuesta es la misma de Pedro cuando coge aparte a Jesús y le increpa diciendo que tiene que apartarse de la idea que les está proponiendo, o cuando en el huerto echa mano de la espada para defender con violencia… Esas actitudes las seguimos con mucha más facilidad que la de Jesús que no opone resistencia, pero tampoco baja la cara, ni pierde el control de la situación, con lo que hace poner nerviosos a todos y se salen de sus casillas, pues la calma, la paz, la tranquilidad sacan de quicio a todos que lo perciben como una acusación peligrosa. Y es que no hay bofetada más poderosa que la que no se da.

 

DOMINGO XXIV DEL T. O.


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro de Isaías. Is 50, 5-9

Ofrecí la espalda a los que me golpeaban

EL Señor Dios me abrió el oído;
yo no resistí ni me eché atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban,
las mejillas a los que mesaban mi barba;
no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos.
El Señor Dios me ayuda,
por eso no sentía los ultrajes;
por eso endurecí el rostro como pedernal,
sabiendo que no quedaría defraudado.
Mi defensor está cerca,
¿Quién pleiteará contra mí?
Comparezcamos juntos,
¿Quién me acusará?
Que se acerque.
Mirad, el Señor Dios me ayuda,
¿Quién me condenará?

Palabra de Dios.

  

REFLEXIÓN

 

¿DÓNDE ESTAMOS?       

            El verdadero “siervo” no permanece cerrado, no se hace el sordo al clamor del pueblo, a las declaraciones de la injusticia, la mentira y la corrupción… se deja abrir el oído y el corazón.

            Tampoco se ampara en falsas argucias que le prometen el placer, el honor, el triunfo, el prestigio… incluso las ventajas para el reino; sabe perfectamente que el camino del reino es la afrenta, la violencia, los insultos… la cruz, es el único combate que derrota a satanás. Las tentaciones de la comodidad, del prestigio, de la imagen, de la fama, del dinero… ninguna de ellas va a traer como consecuencia la paz, la verdad, la libertad, el amor, la fraternidad, por más bonito que se nos pinte.

            El verdadero siervo no se echa atrás ante las dificultades y sí se enfrenta a las propuestas del mundo que son las del diablo, como el camino que lleva a la perdición. Sabe perfectamente que será en la lucha, en la dificultad donde va a encontrar la presencia de Dios solidarizándose con él y no en otro sitio.

            Es necesario que los cristianos también entendamos esto, para que la iglesia se convierta en el “siervo” que se le ubica y se le encuentra en el camino de lucha por el reino y no establecida en el sillón del poder

 

Salmo responsorial

Sal 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9 (R/.: 9)

R/.   Caminaré en presencia del Señor
        en el país de los vivos.


 

        V/.   Amo al Señor, porque escucha
                mi voz suplicante,
                porque inclina su oído hacia mí
                el día que lo invoco.   
R/.

R/.   Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.


        V/.   Me envolvían redes de muerte,
                me alcanzaron los lazos del abismo,
                caí en tristeza y angustia.
                Invoqué el nombre del Señor:
                «Señor, salva mi vida».   
R/.

R/.   Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.


        V/.   El Señor es benigno y justo,
                nuestro Dios es compasivo;
                el Señor guarda a los sencillos:
                estando yo sin fuerzas, me salvó.   
R/.

R/.   Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.

        V/.   Arrancó mi alma de la muerte,
                mis ojos de las lágrimas,
                mis pies de la caída.
                Caminaré en presencia del Señor
                en el país de los vivos.   
R/.

R/.   Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol Santiago. Sant 2, 14-18

La fe, si no tiene obras, está muerta

¿DE qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, t si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe?
Si un hermano o una hermana andan desnudos y faltos del alimento diario y uno de vosotros les dice: «Id en paz, abrigaos y saciaos», pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?
Así es también la fe: si no tiene obras, está muerta por dentro.
Pero alguno dirá:
«Tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe».

Palabra de Dios.

  

REFLEXIÓN

 

LOS HECHOS SON EL ARGUMENTO IRREFUTABLE    

            Con frecuencia hemos utilizado este texto de Santiago para argumentar en contra de aquellos que basan la salvación en la gratuidad de Dios y se quedan en una teoría muy bonita sin ser capaces de aterrizar.

            Es importante que tengamos claro que Santiago no se opone a sostener que, efectivamente, la salvación es gratuita y ha sido el gran regalo que Dios nos ha hecho, no por mérito nuestro, sino porque Él ha querido. Esto lo sostenemos sin dificultad alguna, pero sostener esto y creerlo, lleva consigo ser consecuente: ¿Cómo puedo yo sostener que el amor de Dios me ha salvado y que yo lo amo con todas mis fuerzas cuando hago todo lo contrario a lo que Él ha hecho conmigo? No se trata de hacer méritos para merecer el regalo que me han hecho, sino de hacer creíble mi palabra de que creo en el amor que Dios me ha tenido.

            No hay afirmación más clara de la fe, que la acción que nace del corazón como respuesta de lo que se confiesa y es por eso por lo que Santiago dice que una fe que se queda solo en palabras está vacía, no tiene consistencia alguna, de la misma manera que el amor que no se traduce en gestos de servicio y de entrega, son palabras que se lleva el viento sin consistencia alguna. 

 

Aleluya

6, 14

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz del Señor,
        por la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 8, 27-35

Tú eres el Mesías. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho

EN aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos:
   «¿Quién dice la gente que soy yo?».
Ellos le contestaron:
   «Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas».
Él les preguntó:
   «Y vosotros, ¿Quién decís que soy?».
Tomando la palabra Pedro le dijo:
   «Tú eres el Mesías».
Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto. Y empezó a instruirlos:
   «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
   «¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».
Y llamando a la gente y a sus discípulos les dijo:
   «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

JUGARSE LA VIDA       

            Jesús lleva ya un tiempo con los apóstoles y los ve entusiasmados; vemos que el pasaje ocupa el centro del evangelio de Marcos, es un momento interesante para sondear por dónde van los ánimos y le lanza una pregunta que es decisiva: -“Y vosotros, ¿quién decís que soy?” Pedro se adelanta y responde en nombre del grupo: “Tú eres el Mesías que esperamos”, es decir: la teoría parece que la tienen bien clara, pero Jesús se da cuenta que eso que confiesan con tanta decisión no está arraigado y, sobre todo, no tienen muy claro lo que lleva consigo y –dice el evangelio- que “empezó a instruirlos” en todo eso que no aparecía tan claro: que el seguimiento a Jesús no es cosa de palabras, sino de hechos, de compromiso; que no es nada fácil y sensiblero, sino duro y comprometido hasta el punto que les puede costar la vida…

            Y no se equivocó, pues de hecho, cuando empezó a decirles lo que significaba aquella confesión espontánea que había hecho sin titubear, será el mismo Pedro quien saldrá de nuevo de forma espontánea negándose a seguir lo que estaba diciendo y rechazando la afirmaciones de Jesús como algo absurdo, prefiere seguir siendo sordo y mudo… y hasta ciego: “Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo” para que Jesús desista de seguir por ese camino, hasta el punto que tiene Jesús que pararlo y recriminarlo de la forma más dura que encontramos en el evangelio: -“¡Quítate de mí vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!”, como si estuviera viendo en Pedro repetirse las tentaciones del desierto al comienzo de su vida pública.

            Y para que nadie se llame a engaños, se volvió a la gente y les dice con toda claridad: “-“EL que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.”

            Jesús no obliga a nadie a seguirlo, pero el que quiera hacerlo, ha de asumir el reto que lleva consigo: “negarse a sí mismo” y “jugarse la vida”.

 

 

DOMINGO XXIII DEL T. O.


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro de Isaías. Is 35, 4-7a

Los oídos del sordo se abrirán, y cantará la lengua del mudo

DECID a los inquietos:
«Sed fuertes, no temáis.
¡He aquí vuestro Dios!
Llega el desquite,
la retribución de Dios.
Viene en persona yos salvará».
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos,
los oídos de los sordos se abrirán;
entonces saltará el cojo como un ciervo
y cantará la lengua del mudo,
porque han brotado aguas en el desierto
y corrientes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque,
el suelo sediento en manantial».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

DECEPCIONADOS        

            La imagen que presenta el profeta Isaías es desoladora: un desierto, un páramo, una sequedad… ahí se han secado las plantas, no aparece la hierba, los árboles no dan frutos o, si lo hacen, son frutos envenenados… en esa situación los hombres no ven, no oyen, no pueden caminar y no pueden hablar…

            Esta es la imagen del pueblo de Israel que se ha separado del camino que Dios le ha establecido, se ha perdido, y ya no se encuentra. Se está dando una tragedia ecológica, pero, sobre todo moral, humana: el hombre aparece frustrado, herido de muerte, acabado, sin sentido de su existencia y sin esperanza.

            En esta situación de hundimiento total, Dios aparece cambiando por completo el horizonte: “Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará+

            La visión de Isaías se cumplirá en su totalidad con la venida de Jesús: curará a los ciegos, a los cojos, a los sordos, a los mudos, resucitará a los muertos e implantará un nuevo orden basado en la justicia y el amor que va a dar como resultado el cambio total del desastre hasta ecológico: “Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa; el páramo será un estanque, lo reseco un manantial”

            Es imposible sustraerse a la realidad ante la lectura de este texto y la situación por la que atravesamos en la actualidad: si tuviéramos que hacer un cuadro nos daríamos cuenta que coincide a la perfección con el que pinta Isaías y, lógicamente, surge el deseo de que se dé el cambio que anuncia, pero queda el desánimo ante la realidad que se cierra y se empecina en no querer ver ni aceptar la alternativa que trajo Jesús y seguimos prefiriendo el mantener el desastre moral, humano y hasta ecológico antes que la alegría de la salvación.

 

Salmo responsorial

Sal 145, 7. 8-9a. 9bc- 10 (R/.: 1b)

R/.   Alaba, alma mía, al Señor.

O bien:
R/.   Aleluya.

 

        V/.   El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
                que hace justicia a los oprimidos,
                que da pan a los hambrientos.
                El Señor liberta a los cautivos.   
R/.

R/.   Alaba, alma mía, al Señor.


        V/.   El Señor abre los ojos al ciego,
                el Señor endereza a los que ya se doblan,
                el Señor ama a los justos.
                El Señor guarda a los peregrinos.   
R/.

R/.   Alaba, alma mía, al Señor.


        V/.   Sustenta al huérfano y a la viuda
                y trastorna el camino de los malvados.
                El Señor reina eternamente,
                tu Dios, Sion, de edad en edad.   
R/.

R/.   Alaba, alma mía, al Señor.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol Santiago. Sant 2, 1-5

¿Acaso no eligió Dios a los pobres como herederos del Reino?


HERMANOS míos, no mezcléis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con la acepción de personas.
Suponed que en vuestra asamblea entra un hombre con sortija de oro y traje lujoso, y entra también un pobre con traje mugriento; si vosotros atendéis al que lleva el traje de lujo y le decís: «Tú siéntate aquí cómodamente», y al pobre le decís: «Tú quédate ahí de pie» o «siéntate en el suelo, a mis pies», ¿no estáis haciendo discriminaciones entre vosotros y convirtiéndoos en jueces de criterios inicuos?
Escuchad, mis queridos hermanos: ¿acaso no eligió Dios a los pobres según el mundo como ricos en la fe y herederos del Reino que prometió a los que lo aman?

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

INCOHERENCIAS    

            Santiago quiere hacer tomar conciencia a la comunidad de algo en lo que solemos caer con facilidad, ya que una de las formas que los poderosos tienen de subyugar es comprando la dignidad, el respeto y la sumisión a base de dinero; recuerdo cómo en las comunidades pobres en donde carecíamos de todo, cada vez que se intentaba hacer algo y organizábamos algún evento para sacar algunos medios, siempre nombraban padrino al terrateniente de la zona, con el fin de que viniera, pagara la fiesta y dejase algún donativo; la misma cosa ocurre entre nosotros, cuando se trata de algunos donativos a cofradías para arreglar alguna imagen o adornar algún trono o manto… quedando esa persona como miembro de honor de dicha comunidad o agrupación.

            Santiago hace tomar conciencia de este error que se opone con fuerza a lo que Cristo ha dejado establecido: si hemos de fijarnos en alguien ha de ser en el más pobre y necesitado, sobre el que ha de recaer toda nuestra preocupación y cuidado.

            Si fuéramos consecuentes con lo que Cristo nos ha dejado y las comunidades funcionaran como Dios quiere, los potentados, lejos de sentirse honrados por la comunidad, deberían más bien sentirse molestos en ella, ya que su actitud y cerrazón al dolor de los demás lo debe sentir como una denuncia y no como una alabanza por parte de la comunidad.

 

Aleluya

Cf. Mt 4, 23

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Jesús proclamaba el Evangelio del reino,
        y curaba toda dolencia del pueblo.   
R/.

 

EVANGELIO

   Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 7, 31-37
Hace oír a los sordos y hablar a los mudos

EN aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano.
Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.
Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:
«Effetá» (esto es, «ábrete»).
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.
Y en el colmo del asombro decían:
«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

LA CERRAZÓN DEL CORAZÓN     

            No puedo evitar el traer a mi mente la expresión que a cada momento me repite un amigo: “A España tiene que ocurrirle algo muy gordo para que se dé cuenta de dónde está metida y reaccione”.

            Sí, es verdad y al mismo tiempo me viene a la mete la imagen de un montón de personas que, viendo la realidad y oyendo los disparates que se dicen, siguen negando la evidencia y diciendo que se trata de otra cosa: lo estamos viendo todos los días: nos están reescribiendo la historia, incluso la que nosotros mismos hemos vivido, nos están destruyendo nuestros signos, nos están despojando de nuestras tradiciones, están violando nuestros sentimientos religiosos y afectivos, nos están obligando a ver blanco lo que es más negro que el carbón … y seguimos dándoles la razón y entrando como borregos por el aro que nos están imponiendo.

            Y es que no hay peor sordo, ni ciego que el que no quiere oír o ver; no hay peor mudo que el que ha decidido no abrir su boca para no meterse en complicaciones, o ha vendido su alma al diablo, por no decir a los políticos o al dinero que están equivocados en lo que hacen, para mantenerse en el poder.

            En situaciones así, se necesita que venga el mismo Dios y le diga: “¡Ábrete!”, pero no ya los oídos, sino el corazón, porque no hay cerrazón peor que la del corazón que se cierra a la verdad y se instala en el error del odio, la violencia, la corrupción o el poder.

            ¿Quién podrá decirle “¡¡¡Ábrete!!!” a todos los líderes políticos que están masacrando sus pueblos, los están hundiendo y llevándolos al caos y siguen empecinados en su error?

 

 

DOMINGO XXII DEL T. O.


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro del Deuteronomio.
Dt 4, 1-2. 6-8

No añadáis nada a lo que yo os mando.... observaréis los preceptos del Señor

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.
No añadáis nada a lo que yo os mando ni suprimáis nada; observaréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy.
Observadlos y cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos, los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán:
“Ciertamente es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación”.
Porque ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos?
Y ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta ley que yo os propongo hoy?».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA IMAGEN DEL PUEBLO    

            En uno de estos domingos pasados, la palabra de Dios, con el texto de Prov. 9 nos ponía en la disyuntiva de tener que optar en la vida por una actitud NECIA o SABIA; hoy vuelve a insistirnos en la misma situación: Moisés le plantea al pueblo los dos caminos que tiene: dejarse conducir por la ley de Dios o despreciar el camino que Dios ha establecido y que han seguido sus padres.

            En la decisión que cada uno tome se juega su futuro y su vida.. El pueblo de Israel no es un pueblo que se distinga ante las naciones por su riqueza, por su fuerza o por sus ejércitos… Es un pueblo pequeño y humilde y lo único que lo va a hacer respetable ante el resto de pueblos es su actitud de vida, su forma de comportarse, que va a hacer que donde quiera que lleguen van a ser percibidos como un signo de bendición, de forma que la gente diga: “Esta gran nación es un pueblo sabio y sensato”. De no ser así, donde quiera que lleguen serán tenidos como la plaga o la maldición que ha caído y, lógicamente, lo que les espera es luchas y muerte.

            Esta actitud es lo único que va a hacer al pueblo grande y respetables y va a permitir que sea acogido allí donde se encuentre. Lanzarse por otro camino es suicidarse, pues no van a poder competir con ningún otro pueblo de los que existen a su alrededor y que son mucho más fuertes y poderosos que ellos.

 

Salmo responsorial

Sal 14, 2-3a. 3bc-4ab. 5 (R/.: 1b)

R/.   Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

 

        V/.   El que procede honradamente
                y practica la justicia,
                el que tiene intenciones leales
                y no calumnia con su lengua.   
R/.

R/.   Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

 

        V/.   El que no hace mal a su prójimo
                ni difama al vecino,
                el que considera despreciable al impío
                y honra a los que temen al Señor.   
R/.

R/.   Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

 

        V/.   El que no presta dinero a usura
                ni acepta soborno contra el inocente.
                El que así obra nunca fallará.   
R/.

R/.   Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

 

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol Santiago.
Sant 1, 16b-18. 21b-22. 27

Poned en práctica la palabra

MIS queridos hermanos:
Todo buen regalo y todo don perfecto viene de arriba, procede del Padre de las luces, en el cual no hay ni alteración ni sombra de mutación.
Por propia iniciativa nos engendró con la palabra de la verdad, para que seamos como una primicia de sus criaturas.
Acoged con docilidad esa palabra, que ha sido injertada en vosotros y es capaz de salvar vuestras vidas.
Poned en práctica la palabra y no os contentéis con oírla, engañándoos a vosotros mismos.
La religiosidad auténtica e intachable a los ojos de Dios Padre es esta: atender a huérfanos y viudas en su aflicción y mantenerse incontaminado del mundo.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

NUESTRO SIGNO DE IDENTIDAD        

      Santiago viene a reforzar esta invitación que nos ha hecho el libro del Deuteronomio: o nos decidimos por el camino del bien y entendemos que la iglesia, como pueblo de Dios, no está llamada a identificarse con el resto de pueblos, de culturas y de religiones, sino que ha de aparecer clara su identidad: es un pueblo que se deja guiar por la palabra de Dios y que lo mueve el Espíritu Santo y no otro espíritu y, por eso, su culto, sus ritos y su práctica religiosa es: “Socorrer a huérfanos y viudas en sus tribulaciones…” (es decir: la práctica del amor y la solidaridad) “y no mancharse con la corrupción del mundo”.

            Este es nuestro culto agradable a Dios, esta es nuestra señal de identidad. Es por esto por lo que nos deben conocer y no por otra cosa.

            Éste debe ser siempre el referente que debemos tener. ¡Cuánto bien nos haría el que nos planteemos una fuerte revisión en la que examinemos por qué se nos reconoce, a qué nos asimila el mundo como iglesia; qué estamos haciendo y cultivando, qué imagen es la que estamos fomentando…?                                           

 

Aleluya

Sant 1, 18

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Por propia iniciativa el Padre nos engendró con la palabra de la verdad,
        para que seamos como una primicia de sus criaturas.   
R/.

 

EVANGELIO

   Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23

Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres

EN aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas).
Y los fariseos y los escribas le preguntaron:
«¿Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con manos impuras?».
Él les contestó:
«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:
“Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío,
porque la doctrina que enseñan
son preceptos humanos”.
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».
Llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:
«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.
Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

LA ACTITUD FRENTE A LA PALABRA DE DIOS       

            La palabra de Dios nos pone hoy entre las cuerdas y nos obliga a que nos definamos: en la primera lectura nos ha invitado a “escuchar” lo que el Señor nos manda; pero esa escucha se queda en algo vacío y sin sentido el momento que no se intenta llevar a la práctica lo que se oye, como quien oye llover: resbala lo que se dice.

            Santiago insiste en lo mismo y llama la atención a la comunidad pues advierte que se estarían engañando, si es que se quedan en un mero oir sin dejar que eso entre en el corazón y haga que cambie la forma de actuar y de sentir; se estarían quedando en un puro formalismo de una religión vacía y sin sentido.

            Esta misma actitud la denuncia Jesús al ver que el mensaje de la palabra no ha traspasado la superficie y se queda en las palabras, pero el corazón sigue lejos  de Dios convirtiendo el culto en un teatro ridículo y sin sentido, porque se están centrando en un formalismo y en normas humanas que no llevan a ningún sitio, mientras que el corazón sigue  en la osuridad del pecado.

            Sería algo así como arreglar muy bien la fachada de las casa mientras el interior permanece deordenado y hecho un caos. Cuando hay rotura entre lo que se vive interiormete y lo que se manifiesta exteriormente, ahí se da la hipocresía y la doblez de vida y a la larga  todo queda manifiesto.

            Es una llamada muy fuerte a la iglesia y a todas las comunidades cristianas y, a cada uno en particular, a revisar nuestra postura y nuestra actitud de cara a la escucha de la palabra de Dios y a las consecuencias que nos ha de llevar, pues de lo contrario, nos quedamos en un formulismo  hipócrita que confunde y jamás nos identifica con el proyecto de Dios.