DOMINGO XXII DEL T.ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Deuteronomio 4, 1‑2. 6‑8
No añadáis nada a lo que os mando..., así cumpliréis los preceptos del Señor

Moisés habló al pueblo, diciendo:
-“Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.
No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente."
Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿Cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?”
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“VIVIR LO LEGISLADO”
Los autores del libro del Deuteronomio tienen muy clara una cosa: el momento en que el pueblo se salga de los raíles que Yahvé le ha establecido deja de ser pueblo y cae de nuevo en la esclavitud, ya que no tiene fuerza ninguna; su única fuerza es su ley, su identidad, que serán las que lo harán respetable ante las naciones por su sensatez y su claridad de ideas y principios. No podrán presumir de ninguna otra cosa.
Los peligros que el pueblo tiene son enormes múltiples, pues siempre está acechando la tentación de dejarse seducir por las facilidades que se le están brindando desde fuera: dejarse seducir por la riqueza, por la comodidad, por el poder, por el individualismo y apartarse del camino estricto que Dios le ha marcado y que supone un gran esfuerzo.
Aparte de los peligros externos, está el deterioro interno en el que se ha caído que ha producido unos desequilibrios sociales enormes, cosa que está en contra del principio de fraternidad que Yahvé había establecido.
Loa autores quieren dejar bien claro al pueblo que un día se hizo una alianza con Dios y ésta sigue en pie; el romperla lleva consigo la muerte y el mantenerla aportará la vida; esto ha de quedar bien claro a todas las generaciones para que cada uno sepa a lo que se arriesga.
Además hay otra cosa que causará la admiración de todos: el cumplimiento de la alianza asegurará la presencia de Dios en medio del pueblo, cos que no ocurre en otros pueblos y esto le dará al pueblo una fuerza y una autoridad moral ante el resto, que será la fuente del respeto que tendrán.
Pero de la misma manera ocurrirá al contrario: el incumplimiento de este pacto será el hundimiento del pueblo a todos los niveles.
Todo esto que el autor del Deuteronomio quiere dejar claro a su pueblo es algo de lo que no nos podemos evadir como si fuera cosa que no nos atañe; si a alguien tuviéramos que pedir un consejo frente a la situación que actualmente vivimos, nos podría contestar perfectamente con esta página: un pueblo que pone su grandeza en la dignidad de sus habitante, que tiene claros sus principios y que su orgullo es ser testigo de la verdad, de la justicia, de la honradez y de la fraternidad, será un pueblo respetado y reconocido por todos en el mundo como un pueblo grande. Por el contrario, un pueblo que destruye la moral, que deja a la gente a la deriva, que pone como norma el “todo vale” para conseguir el placer, es un pueblo arruinado que no podrá presentarse en ningún sitio.
La propuesta está ahí y el principio se nos sigue planteando a todos; de nuestra implicación en un sentido o en otro seremos culpables del éxito o del fracaso.


Salmo responsorial Sal 14, 2‑3a. 3bc‑4ab. 5

R/. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
El que procede honradamente y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua. R/.
R/. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. R/.
R/. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R/.
R/. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol Santiago 1, 17‑18. 21b‑22. 27
Llevad a la práctica la palabra

Mis queridos hermanos:
Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra.
Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas.
Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos.
La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“ENTRE DECIR Y HACER”

El texto que nos trae hoy la liturgia y que se atribuye a Santiago, no es más que la puesta en escena de algo que es elemental: hemos sido engendrados en la fe por la palabra, pero la palabra transforma y, si no lo hace, se queda en un sonido vacío que se lleva el viento; la palabra ha de materializarse en obras de solidaridad, solo cuando llega ahí, adquiere consistencia.
El problema en tiempos de Jesús y de la primitiva comunidad y también de la actual, es siempre el mismo: la división entre el dicho y el hecho, entre la teoría y la práctica, entre la apariencia y la realidad, entre la palabra y las obras.
La tentación constante a todos los niveles es siempre la misma: quedarnos en palabras bonitas, en sentencias sabias, en consejos preciosos, en promesas que alientan la esperanza, en sonrisas y palmaditas en la espalda… Pero a la hora de la verdad… “Búscate quién te haga realidad todo lo que yo te he dicho o te he prometido”
El día que nos tomemos en serio el dicho popular: “Obras son amores y no buenas razones”, ese momento cambiará todo de colorido y de sentido.
El día que en la iglesia los cristianos nos tomemos más en serio el vivir la experiencia de encuentro con Jesús resucitado entre nosotros, más que el saber y repetir correctamente todo lo que está legislado, entonces cumpliremos la alianza y no le pondremos dificultades ni reproches, ni siquiera a lo que está legislado.

Aleluya St 1,18
El Padre, por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró,
para que seamos como la primicia de sus criaturas.

EVANGELIO


Lectura del santo evangelio según san Marcos 7, 1‑8. 14‑15. 21‑23
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos.
(Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Segun eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús:
-“¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?”
É1 les contestó:
-“Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:
“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.”
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.+
Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo:
-“Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.”
palabra del Señor.


REFLEXIÓN

“¿CUMPLIR O VIVIR?"

S. Marcos vuelve sobre el tema expuesto en la primera lectura del Dt.: Israel se ha de distinguir ante los pueblos y se ha de imponer no por la fuerza ni el poder, sino por su autoridad moral, apoyada en una ley sabia. El mismo tema lo recoge Santiago: una palabra que no se pone en práctica no es más que un sonido hueco y vacío; el verdadero culto a Dios no es una apariencia, sino una vida vivida con sentido.
S. Marcos presenta a Jesús en medio de la discusión sobre: “Cumplimiento externo de unos ritos, unas costumbres, unas leyes… para quedar bien ante la gente, o el espíritu de esa ley hecho vida y puesto en práctica.
Lo que hace puro o impuro, grande o pequeño, aceptable o rechazable ante Dios al hombre no va a ser el cumplir o no cumplir con la letra escrita de una ley establecida por los hombres. Lo que hace impuro o puro al hombre es el mismo hombre, él es el que genera la limpieza o la suciedad; con su libertad, es él quien hace buena o mala una cosa.
Todo lo que existe es indiferente: no es bueno ni malo, será el hombre quien le ponga un signo u otro, hasta el punto que una misma cosa puede ser buena y mala al mismo tiempo, por ejemplo: yo envío un contenedor de medicinas a un pueblo del tercer mundo que atraviesa una fuerte epidemia… y puedo hacer que esa acción sea buena o mala:
- Porque me solidarizo con su dolor y quiero ayudarles a salir adelante en esa dificultad, pues lo considero hermano.
- Porque quiero conseguir que me faciliten las condiciones para un negocio que quiero montar en la zona.
El mismo gesto puede ser un acto de solidaridad o un chantaje.
Desgraciadamente hemos perdido la dimensión de lo “gratuito”, es decir: de lo que se hace sin esperar otra respuesta que la felicidad del que lo recibe; de aquello que se hace y produce la alegría de lo bien hecho porque se hizo con agrado (gratamente); de no actuar con otro interés que apoyar el bien y sentir la felicidad de haber apoyado y colaborado en el bien. Ya sé que esto suena a romanticismo religioso pues la realidad está muy lejos, pero efectivamente, por eso mismo está tan lejos la felicidad.

DOMINGO XXI DEL T.ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Josué 24, 1‑2a. 15‑17. 18b
Nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!

En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron ante el Señor. Josué habló al pueblo:
-“Si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién queréis servir: a los dioses que sirvieron vuestros antepasados al este del Éufrates o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis; yo y mi casa serviremos al Señor.”
El pueblo respondió:
-“¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros! El Señor es nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la esclavitud de Egipto; él hizo a nuestra vista grandes signos, nos protegió en el camino que recorrimos y entre todos los pueblos por donde cruzamos. También nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!”
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

NADA ES NUEVO SOBRE LA TIERRA”

Hay tres momentos muy importantes en el libro de Josué:
1º: cuando pasan el Jordán y entran en la tierra prometida: (cap. 1-12)
2º: El momento de la distribución de la tierra a las tribus; (cap. 13-21)
3º. Cuando Josué reúne a todas las tribus en Siquén y se despide: (cap. 22-24)
El proyecto de liberación se ha terminado, ya es un pueblo libre, ahora se trata de emprender un recorrido de hombres libres, de no repetir lo que han vivido.
La gente que ha llegado hasta aquí no fue la que salió de Egipto, ellos han recibido lo que otros han sudado, lo que otros han peleado, ellos están disfrutando de algo que les han regalado como herencia.
Ahora se trata de que el pueblo responda de lo que ha recibido y tome sus propias decisiones: la primera de ellas será el que cada uno de ellos determine a qué dios va a seguir: a Yahvé, que los ha traído hasta allí y ha hecho signos portentosos con ellos, demostrándoles que está a su lado, o prefieren irse con otros dioses.
Es el primer planteamiento que Josué le hace al pueblo para que se defina; por su parte, él determina públicamente delante de la asamblea: “yo y mi casa serviremos al Señor” Y allí la asamblea determinó seguir también a Yahvé: “¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros!” Y allí se ratifica la Alianza que se había hecho con el Señor en el Sinaí, pero quien la hace ahora son los descendientes de los que salieron de Egipto.
Al ver esto es imposible sustraerse de la realidad que estamos viviendo en nuestra generación: nuestros antepasados, en momentos muy críticos de sus vidas y de la historia que atravesaron, sintieron la presencia de Dios en sus vidas y sintieron la necesidad de dar gracias y levantaron templos, monumentos e hicieron consagraciones de lugares, de ciudades etc. Todo eso es parte de nuestra historia.
Esta generación quiere pasar por encima de todo eso, borrarlo todo, destruirlo y despreciarlo… da la sensación de que está reinventando el mundo, que no necesita de nada ni de nadie, que no necesita el pasado para nada, no le interesa, no tiene nada qué agradecer ni reconocer, todo es nuevo desde que cada uno empieza a vivir…
Hay errores grandes que puede cometer el hombre y éste es uno de los peores, porque el hombre que desconoce su historia, con toda seguridad vuelve a cometer los mismos errores que cometieron sus antepasados porque, excepto el día que Dios nos regala cada mañana, nada es nuevo sobre la tierra.


Salmo responsorial Sal 33, 2‑3. 16‑17. 18‑19. 20‑21. 22‑23

R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R/.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R/.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor;
él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará. R/
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
La maldad da muerte al malvado,
y los que odian al justo serán castigados.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R/.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 21‑32
Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia

Hermanos:
Sed sumisos unos a otros con respeto cristiano.
Las mujeres, que se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo.
Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia.
Él se entregó a sl mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son.
Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.
"Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne."
Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“IGUALDAD RADICAL”
El texto pertenece a una serie de consejos que Pablo da a los efesios de cara a su comportamiento como cristianos, teniendo como referente el ejemplo que ha puesto de la iglesia como un cuerpo en el que cada miembro actúa en función del resto y ninguno puede prescindir del otro porque ninguno es algo sin el otro.
Es muy probable que Pablo salga al paso y responda a algunas acusaciones que le están haciendo de que la práctica cristiana está dando al traste con todos los esquemas sociales, en cuanto ha introducido una idea que lo rompe todo: proclama la igualdad absoluta de todos los hombres en los que no hay “ni judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer…” Todos somos iguales ante Dios. Esto escandalizaba a la sociedad que tiene dividido al ser humano en todas esas escalas.
Pablo responde a esta crítica desde el marco referencial que ha puesto del cuerpo: todos son iguales en dignidad, porque todos pertenecen al mismo cuerpo, aunque cada uno ejerza su función, pero todos participan de la misma misión, del mismo proyecto; Cristo es la cabeza del cuerpo y la cabeza tiene una unión total con el resto del cuerpo y lo mismo al contrario. Nadie es independiente y nadie es algo sin el otro, por eso nada tiene sentido si es que no es vivido en el amor y la unidad con el cuerpo.
Desde esa perspectiva se dirige a la relación entre el hombre y la mujer en el matrimonio y en cualquier estamento social y utiliza el mismo ejemplo del cuerpo como referente.
Pero es triste ver cómo hemos desviado otra vez las cosas a donde estaban antes y hacemos una lectura feminista del pasaje, sacando todas las cosas del contexto, volviendo atrás y ubicándonos en la misma postura de aquellos que se escandalizan cuando ven que los cristianos sostienen la igualdad.
Hecha la lectura desde la clave de S. Pablo, rompe con todos los “ismos” y se establece el plano de igualdad que da el amor. La ignorancia de esta dimensión ha vuelto a poner a las mujeres y a los hombres encontrados, divididos y enfrentados en una lucha de poderes.


Aleluya Jn. 6, 63c. 68c
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;
tú tienes palabras de vida eterna.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 60‑69
¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron:
-“Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?”
Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:
-“¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.”
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo:
-“Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.”
Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
-“¿También vosotros queréis marcharos?”
Simon Pedro le contestó:
-“Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.”
Palabra del Señor


REFLEXIÓN

“EL LISTÓN DE LA VERDAD NO TIENE REBAJAS”
Jesús ha dado de comer a la gente, pero no han captado otra cosa más que el hecho de que les ha llenado el estómago y les ha resuelto el problema del hambre sin esfuerzo por parte de ellos; esto les ha fascinado y por eso lo buscan para hacerlo rey, porque este es el tipo que les interesa: el que les da todo y no les exige esfuerzo alguno.
Jesús les hace caer en la cuenta que la vida es más que un estómago, aunque eso sea importante: “no solo de pan vive el hombre” pero ellos se han quedado en lo inmediato. Jesús comienza a abrirles los ojos para que vean otra dimensión y lleguen a sentir “hambre del verdadero pan que da la VIDA”.
Pero si no han sido capaces de ver en lo que ha ocurrido más allá de lo inmediato, ahora se escandalizan de lo que oyen: no pueden aceptar que Jesús les diga que su cuerpo lo hace pan para que se alimenten y no tengan más hambre, porque Él es el Pan de Vida… y si esto les escandaliza, ¿cómo se sentirán si lo ven elevarse hasta el trono de Dios? Con toda seguridad dirían que es un fantasma, que es de locura lo que están viviendo.
Ante esto, muchos de los que lo seguían empezaron a dar marcha atrás; eran cosas y actitudes, las que estaban viendo y oyendo, muy raras, pero sobre todo comprometidas, que obligaban a cambiar la vida y esto ya era “harina de otro costal”, eso repugnaba a la razón.
Pero Jesús no cambia el discurso ni lo suaviza, la verdad no se puede ni se debe camuflar, por eso, en lugar de rebajar el listón, lo ratifica: se dirige a los apóstoles y les dice: “¿También vosotros queréis marcharos?” Indicando que la puerta está abierta, pero la verdad no se va a cambiar lo más mínimo. Aquí no puede haber nadie forzado, Dios no soporta ser aceptado a la fuerza.
Pero esta propuesta de Jesús es dura y desconcertante; significa hacerse pan para los demás, dejarse amasar, triturar, cambiar… para los demás; significa entregarse, romperse, partirse, repartirse y no tener otro horizonte en la vida que el convertirse en un bien: fuerza, alimento y vida para los demás…
Claro que esto es escandaloso, inaguantable, irracional… para un mundo en el que la norma es: “primero yo, después yo, y si sobra algo para mi”
Pero lo que más escandaloso resulta hoy es, ver cómo esto que dejó tan claro Jesús y que se negó a cambiarlo, y todas las implicaciones que tenía, que escandalizaron a los apóstoles y que Él ratificó, hoy hemos tenido todo el arte de reducirlo a un rito cargado de normas litúrgicas que nadie entiende y se acepta que no tenga que ver nada con la vida y con el compromiso que debemos tener con ella.

DOMINGO XX DEL T.ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Proverbios 9, 1‑6
Comed de mi pan y bebed el vino que he mezclado

La Sabiduría se ha construido su casa plantando siete columnas, ha preparado el banquete, mezclado el vino y puesto la mesa; ha despachado a sus criados para que lo anuncien en los puntos que dominan la ciudad: *Los inexpertos que vengan aquí, quiero hablar a los faltos de juicio: "Venid a comer de mi pan y a beber el vino que he mezclado; dejad la inexperiencia y viviréis, seguid el camino de la prudencia."+
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“OPTAR POR EL SENTIDO COMÚN”

Conocemos los libros sapienciales de la Sda. Escritura que recogen el saber del pueblo, la sabiduría que por siglos tiene su morada en la vida de diario, entre la gente del pueblo; es el sentido común, que la misma vida va cultivando.
Pero en el escenario de la vida hay como dos realidades o, también podríamos llamar “escuelas”, entre las que nos movemos siempre: la de la SABIDURÍA, que enseña y practica el sentido común, la cordura, la coherencia, la paz, la alegría, la amistad, la solidaridad, el respeto, la verdad, la honradez… y se alimenta del diálogo, de la escucha, del respeto, de la buena educación, de la sensatez…
La otra realidad que está en el escenario de la vida es la IGNORANCIA que enseña y practica la violencia, como expresión de la falta de razón; el sin sentido, el absurdo, la cerrazón, la enemistad, el odio, el resentimiento… y se sostiene a base de de la mentira, del engaño, de la extorsión, de la calumnia, del individualismo, del miedo y del egoísmo.
Ambas “escuelas” buscan sus seguidores, a través de sus servidores, a quienes por coherencia, no les queda más remedio que optar por la línea de la “escuela” a la que pertenecen y sirven, de ahí que Jesús dijera: “Por sus frutos los conoceréis” y no se trata de las palabras bonitas que puedan decir para convencer. Las obras serán las que digan quiénes somos y a quién servimos. Lo grave de esta situación es que no podemos disimular quedándonos en un término medio: si optamos por una “escuela”, automáticamente estamos ubicados en contra de la otra y no podemos decir que somos indiferentes; si me cierro a la verdad, me instalo en la mentira, y viceversa.
Lógicamente, aparece con toda claridad la SABIDURÍA identificada con Dios que invita al hombre a vivir la vida con sentido y a gozar del esplendor de la VERDAD.
También aparece con toda claridad que la IGNORANCIA es la expresión más grotesca de la posesión del mal.
Pero, esta realidad que describe el libro de los Proverbios, no es un cuento de hadas que se contó a los niños hace 2500 años, sino algo absolutamente real y actual en nuestros días, con la triste y lamentable experiencia de querer atropellar lo más simple y elemental, como es el Sentido Común, que es la manifestación más primaria de la verdad.
Para que nos hagamos una idea, podemos observar la hipocresía de aquellos que se enorgullecen de sostener y propiciar ciertos criterios de libertad, que cuando se ponen en práctica sus postulados, se echan las manos a la cabeza y ponen el grito en el cielo horrorizados ante semejante disparate.


Salmo responsorial Sal 33, 2‑3. 10‑1 1. 12‑13. 14‑15
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R/.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor;
)hay alguien que ame la vida
y desee días de prosperidad? R/.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella. R/.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 15‑20
Daos cuenta de lo que el Señor quiere

Hermanos:
Fijaos bien cómo andáis; no seáis insensatos, sino sensatos, aprovechando la ocasión, porque vienen días malos.
Por eso, no estéis aturdidos, daos cuenta de lo que el Señor quiere.
No os emborrachéis con vino, que lleva al libertinaje, sino dejaos llenar del Espíritu.
Recitad, alternando, salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y tocad con toda el alma para el Señor.
Dad siempre gracias a Dios Padre por todo, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“REQUIEN POR EL SENTIDO COMÚN”

S. Pablo sigue insistiendo en esa línea de coherencia que viene manteniendo: es incomprensible que alguien que ha nacido a una realidad nueva, viva como un hombre necio; alguien que se ha instalado en la luz viva en las tinieblas y realice obras de las tinieblas.
Para S. Pablo, el tiempo es un regalo, una oportunidad única que se nos da y si la desperdiciamos, nunca más volverá, es de sabios el aprovecharla, ya que no es algo que se vaya repitiendo. El cristiano entiende esto y obra con sensatez, es decir, como una persona sabia.
S. Pablo invita a que abran los ojos y se den cuenta de la realidad que están viviendo y no desperdicien el tiempo llenándose de alcohol, de vicios que entorpecen el camino, antes bien, han de llenarse de todo aquello que haga disfrutar la grandeza de la vida; han de salirse de la ignorancia y disfrutar de la sabiduría.
Invita a celebrar en la comunidad todo esto que el Señor les está dando y posibilitando vivir.
Ciertamente, este discurso de Pablo suena hoy a algo extraterrestre: pedir que seamos sobrios en un mundo que tiene puesto el placer como horizonte supremo es casi una locura; decir que no nos enganchemos en el alcohol, en el sexo y en todo lo que arrastra, suena hoy a disparate de reprimidos.
Pero todo esto nos suena así, porque no queremos abrir los ojos y darnos cuenta donde estamos metidos y cómo nos va; hemos establecido una escala de valores que en el fondo y, a la hora de la verdad, nadie estamos de acuerdo con ella, pero todos tememos afirmar lo que Pablo proclama, porque inmediatamente nos tacharían de “fachas” y retrógrados”, es que hoy se le llama “progreso” a la muerte del “Sentido Común”, al pisotear los elementos más básicos de la verdad.

Aleluya Jn 6, 56
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él
-Dice el Señor-.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 51‑58
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
-“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.”
Disputaban los judíos entre sí:
-“¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”
Entonces Jesús les dijo:
-“Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.”
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“JESÚS SIGUE ESCANDALIZANDO”
Cristo ha venido hablando y ha mostrado hasta la saciedad todos los signos que dan crédito a sus palabras, y la gente disfruta viendo como lo hace un espectáculo en el que permanece siempre fuera, pero lo malo está a la vuelta: todo se complicará el momento en que exige coherencia con esto que dice y están oyendo y viendo, la misma coherencia que le están viendo a Él.
Pero la gente está ciega, tiene la mente embotada y no ve más allá de lo, de aquello que puede palpar con los sentidos: del acontecimiento de haber comido tanta gente, lo único que ha entendido es que han podido llenar su estómago, pero no han ido más adelante, no han entendido que El es el gran regalo que Dios les está haciendo, la alternativa que Dios da al hombre para poder VIVIR
Juan termina el discurso sobre el “Pan de vida” con este fragmento, que es la conclusión de todo lo que ha venido diciendo hasta el momento.
Cristo es el “Pan de Vida”, la fuerza que el hombre tiene para vivir, según el plan de Dios, como hombres salvados; no hay otro alimento que de la fuerza para vivir esta nueva dimensión. Cristo identifica su carne con el pan que el hombre come para alimentar su vida interior.
No se puede pensar en un gesto más grande de entrega y de amor. Su cuerpo y su sangre se hacen alimento par la vida de los demás y son la condición indispensable para poder vivir. Sin Él, no tendremos fuerza para hacer frente a la lucha, para recorrer el camino.
Comer el cuerpo de Jesús es comer su carne resucitada, es participar de su resurrección: mi cuerpo material se une a realidades sobrenaturales, se pone en contacto con la eternidad, traspasa la misma muerte.
Podríamos decir que, en esta realidad, el hombre se encuentra con la plenitud máxima de la respuesta a las aspiraciones que puede tener en la vida.
Sin embargo, tristemente hemos de bajar de las nubes y pisar tierra, porque a la hora de la verdad, la gente no ve más que pan y peces que sacian el hambre del estómago y hoy, para una gran mayoría, no pasa de ser sino un acto social al que, incluso, se desprecia su participación: estoy pensando en esas bodas en las que el novio, cuando estoy saliendo al altar para la celebración me dice: “cura, rápido”, y no participan en la Eucaristía ni en nada, allí están pendientes del fotógrafo y de que el reportaje salga lindo para poder mostrarlo. O, cuando te dicen abiertamente que no creen en la iglesia, pero como hay una ley que los ampara por estar inscritos en un libro de registros de bautismo, eso les da derecho a exigir un rito para sus actos.
O, la familia del difunto que jamás fue a la iglesia y, para ese momento, busca el lugar más solemne para una despedida digna, pero donde ni quieren ni aceptan celebrar la resurrección.
Las preguntas que quedan en el aire son muchas: ¿Qué tiene que ver todo esto que hemos montado con lo que dejó Jesús? ¿Es lícito cometer este atropello?

DOMINGO XIX DEL T.ORDINARIO -B-


PRIMERA LECTURA

Lectura del primer libro de los Reyes 19, 4‑8
Con la fuerza de aquel alimento, caminó hasta el monte de Dios

En aquellos días, Elías continuó por el desierto una jornada de camino, y, al final, se sentó bajo una retama y se deseó la muerte:
-“¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!”
Se echó bajo la retama y se durmió. De pronto un ángel lo tocó y le dijo:
-“¡Levántate, come!”
Miró Elías, y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras y un jarro de agua. Comió, bebió y se volvió a echar. Pero el ángel del Señor le volvió a tocar y le dijo:
-“¡Levántate, come!, que el camino es superior a tus fuerzas.”
Elías se levantó, comió y bebió, y, con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“NEGAR LA EVIDENCIA Y BAILAR AL SON QUE TOCA”

El pasaje que nos presenta hoy la liturgia es precioso y tremendamente actual.
Elías vive momentos muy complicados: el rey Ajab está en el poder y ha roto con toda la tradición del pueblo y su conducta es indignante: “Ofendió con su conducta al Señor más que todos sus predecesores” –dirá el libro de los Reyes-
Ajab se casó con Jezabel, una mujer pagana hija de Etbaal, sacerdote de Astarté; Ajab siguió las directrices de Jezabel y se apartó de Yahvé, precipitando al pueblo al caos.
Elías se enfrenta a Ajab diciéndole que no puede hacer eso, que debe respetar al pueblo de quien él es su guía y no debe dejarse en manos de Jezabel, su mujer, que no le importa un bledo el pueblo.
Ésta se indigna contra Elías y ordena su caza y captura para matarle. Elías tiene que huir de un lado para otro porque tiene sentencia de muerte.
Ve como el culto a Yahvé está siendo sustituido por el culto a baal y están siendo exterminados los sacerdotes y profetas de Yahvé, es decir: Ajab, siguiendo el deseo de Jezabel, se ha propuesto eliminar la religión del pueblo y establecer otra, por eso apoya la construcción de templos y preparación de sacerdotes de baal.
Es impresionante el encuentro y el desafío de Elías con todos los 400 sacerdotes de baal en el monte Carmelo; allí los dejó en ridículo y enfureció a Jezabel, que desencadenó una persecución a muerte contra Elías.
Elías se esconde en el monte Oreb donde llega a la depresión y a no verle sentido a nada de lo que hace, pues ve que el pueblo se acomoda a lo que le echen y si le obligan un poco, hasta se revuelve en su contra, a pesar de haber estado siempre con él. Ante tal desaliento, Elías llega a enfrentarse con Dios, lo mismo que en otro tiempo lo hiciera Moisés: “No vale la pena seguir luchando, el pueblo no quiere complicarse la existencia y baila al son que menos le complique, en cambio él está sufriendo inútilmente…” Elías llega a desearse la muerte, pues se siente completamente solo. ¿Llegaría a plantearse si no sería una obstinación suya todo lo que estaba haciendo? Es muy probable.
Es el mismo problema que hoy sentimos un montón de gente, cuando ves cómo se quiere borrar la historia de nuestro pueblo y se desprecia todo aquello que se ha venido haciendo, como si fuera una estupidez, cuando ha costado muchas vidas y se proclama el desmadre como signo de liberación…
Cuando ves que la mentira se establece como bandera y se quiere negar lo evidente y te das cuenta que el pueblo sigue esos derroteros sin querer complicarse la existencia, aunque lo haga a regañadientes y, cuando alguien dice ¡basta! al absurdo en que nos movemos, el pueblo se repliega y no quiere complicarse la existencia y al que lo dice no se le persigue a muerte como a Elías, pero se le condena al olvido, a la burla, a la marginación y al desprecio hasta que cae en la desgracia y en la depresión o en el desencanto de todo.


Salmo responsorial Sal 33, 2‑3. 4‑5. 6‑7. 8‑9

R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R/.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 30-5, 2
Vivid en El amor como Cristo

Hermanos:
No pongáis triste al Espíritu Santo de Dios con que él os ha marcado para el día de la liberación final.
Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo.
Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entrego por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“¿Y QUÉ PASA CON LOS MARCADOS CON EL ESPÍRITU DE BAAL?”

Ya, anteriormente ha indicado Pablo que hemos sido marcados por el Espíritu Santo; con el bautismo hemos nacido a una vida nueva, la vida del Espíritu Santo, y vivir según el espíritu, produce siempre la UNIDAD, como primera manifestación de su presencia en la comunidad.
Vivir “marcados”, o bajo la presencia del Espíritu, necesariamente produce expresiones concretas: de no violencia, de acogida, de paciencia, de comprensión, de tolerancia, de respeto, de bondad, de comprensión, de solidaridad, de perdón…
Vivir marcados por el Espíritu, es responder a la realidad que hemos nacido: hijos de Dios, por tanto, el AMOR se convierte en la norma única de la vida.
En consecuencia, la lucha verdadera de un cristiano ha de ser por desterrar todo aquello que le impide vivir como hijo de Dios: no es compatible con la vida cristiana la agresividad, el rencor, la ira, la injuria…todo eso rompe la unidad, la fraternidad y la paz.
Volvemos de nuevo a lo de siempre: ser cristiano no es cosa de unos ritos mejor o peor hechos, o del cumplimiento más o menos exacto de unas normas, sino el asumir y aceptar el Espíritu del Señor que crea en mi una naturaleza nueva, que me marca un estilo de vida y una forma de de ser completamente nueva.
Y de nuevo la pregunta vuelve a quedar en el aire: Entonces la gente que lleva la marca, no del Espíritu Santo, sino del mismísimo diablo, del espíritu de baal (dinero, poder, atropello, extorsión, robo, corrupción…) y sin embargo, cumple unos ritos, mantiene una imagen… hasta el punto de creerse con derecho y autoridad para disponer y exigir… y hasta juzgar… ¿Por qué se los deja con poder y autoridad? ¿Qué pasa con ellos?


Aleluya Jn. 6, 51
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo -dice el Señor-;
el que coma de este pan vivirá para siempre.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 41‑51
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo

En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: "Yo soy el pan bajado del cielo", y decían:
-“¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?”
Jesús tomó la palabra y les dijo:
-“ o critiquéis. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado.
Y yo lo resucitaré el último día.
Está escrito en los profetas: ´ Serán todos discípulos de Dios.´
Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí.
No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre.
Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.”
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

“DIOS, EL ÚNICO HORIZONTE DEL HOMBRE”

A Jesús es imposible entenderlo y, menos aún, seguirlo desde fuera: desde los esquemas e intereses del mundo, desde el odio, desde la mentira, desde la opresión y la injusticia, desde el puro entendimiento intelectual, desde el mundo de los negocios.
Jesús es la piedra angular, la pieza clave de un “puzzle” en el que las escenas son de AMOR, DE VERDAD, DE JUSTICIA, DE LIBERTAD, DE PAZ. Es posible que encajen muchas piezas pero será imposible que el puzzle que contiene esas escenas y en las que la pieza clave es Jesús, se pueda armar con otras piezas distintas porque dará necesariamente cómo resultado todo lo contrario.
Los paisanos de Jesús estaban enmarcados en un cuadro distinto y no lo reconocieron, no pudieron aceptarlo entre ellos, Él era una pieza que no encajaba con ninguno de los esquemas en los que estaban metidos.
Jesús no es una lección que aprendemos en la escuela o en la catequesis, ni es una idea. A Él solo es posible conocerlo desde la apertura del corazón a su persona y en la escucha silenciosa de su palabra.
El problema grande de nuestro tiempo es la incapacidad a la que hemos llegado de valorar la vida interior; vivimos en la más absoluta superficialidad, incapaces de hacer silencio, de escuchar, de detenernos a contemplar.
Todo pasa rápido, nada tiene estabilidad, todo es relativo, por tanto, nada es consistente, de ahí que, la inquietud, la inseguridad… son el principio de la existencia. En este esquema de vida, lo eterno, lo estable, lo seguro, no tienen cabida.
Y hemos llegado a la situación de que ya no sabemos si vamos o si venimos y si es que vamos, ¿de dónde venimos? Y ¿hacia dónde nos dirigimos?
La paz es una idea, una quimera, lo mismo que el amor y la verdad, porque nada es estable ni tiene consistencia ni raíces. Y la gente ha aceptado que así sea
En esta situación, estamos viendo cómo todo el mundo está inquieto, insatisfecho buscando llenar el vacío, pero encontrándose que cada vez es mas grande y no quedándole más remedio que aceptar que, solo Dios colma todas las expectativas y da respuesta a todas las interrogantes del hombre.