De andar por casa.
“Yo no necesito a nadie ni tengo que agradecer nada a nadie…” Con
frecuencia escuchamos esta expresión, sobre todo a gente que se ve un poco
desahogada económicamente y cree que es el dueño del mundo y hasta se atreve a
juzgar a los demás y a tacharlos de inútiles y parásitos…
✠ Lectura del santo Evangelio según san Juan.
Jn 15, 1-8
El que permanece en mí y yo en él, ese da
fruto abundante
«Yo soy la verdadera vid, y mi
Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a
todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí,
y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar
fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no
permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los
sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque
sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el
sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que
deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi
Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».
Palabra del Señor.
Lógicamente, jamás se le ocurre
pensar que él/a sea un sarmiento que necesita estar unido a la cepa de vid,
porque la cepa es él y los demás deben estar en consonancia con él.
Así: cuando habla de política, la
última palabra la tiene él que es el único que sabe de lo que va el tema;
cuando hablamos de religión, él tiene siempre la solución y la última palabra,
incluso el evangelio dice lo que él interpreta, ni siquiera acepta la
interpretación de la iglesia; si hablamos de historia él está al día de las
últimas investigaciones que se han hecho y tiene la interpretación exacta de
todo… suele ser uno de esos personajes que se les compara al aceite, porque
siempre están encima de todo.
Pero lo importante no es lo que
dicen que saben, sino la actitud y el compromiso que tienen: no los verás que
se impliquen en nada, son verdaderos sarmientos secos que no quieren saber nada
del resto de la comunidad ni le importa en absoluto la vida de nadie. Son un
verdadero estorbo para su familia y para la comunidad.