DOMINGO XVIII DEL T. O.


PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro del Éxodo 16, 2‑4. 12‑15

Yo haré llover pan del cielo

 

En aquellos días, la comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo:

-“¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad.”

El Señor dijo a Moisés:

-“Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: ´ Hacia el crepúsculo comeréis carne, por la mañana os saciaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios.´”

Por la tarde, una banda de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana, había una capa de rocío alrededor del campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino, parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas se dijeron:

- “¿Qué es esto?”

Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo:

- “Es el pan que el Señor os da de comer.”

Palabra de Dios.

 

 

REFLEXIÓN

 

AÑORAR LA ESCLAVITUD    

Ser libre significa ser responsable de lo que hago, de lo que digo y de lo que pienso y asumir las consecuencias de la opción que tomo en la vida, por tanto, he de tener una conciencia clara de los hechos y de sus condiciones y ver hasta qué punto soy dueño y controlo la situación tanto interna como externa de mi persona para poder responder de lo que me comprometo.

            Ser esclavo, por el contrario, significa someterse, renunciar a mi responsabilidad sobre los hechos, las palabras y sobre la vida en general y asumir el obedecer lo que otro me impone, ante lo cual yo no tengo opinión alguna y solo me limito como un autómata a cumplir lo que se me ordena. En definitiva es la postura más fácil, aunque suponga el renunciar a vivir como persona.

            El texto del Éxodo nos muestra el momento en que el pueblo toma conciencia de sí mismo, como pueblo libre, con todo lo que eso lleva consigo y le asalta la nostalgia y el recuerdo de cuando no tenían responsabilidad de nada y solo se limitaban a obedecer órdenes de los capataces, como una masa de borregos. Y es lamentable escuchar que preferían la esclavitud a la libertad.

            La imagen se repite a cada momento en nuestra vida diaria, a otra escala y en otras formas, pero en resumen es lo mismo: basta echar una mirada al mundo del trabajo: lo más fácil es colocarse en la posición del que tiene derechos y no reconoce obligaciones y se pone como objetivo derribar al empresario sin querer asumir absolutamente ninguna responsabilidad.

            La misma cosa la estamos viendo hasta la saciedad en un porcentaje elevadísimo de la juventud que ha sido educada en el permisivismo y en la ausencia de responsabilidad: no aceptan asumir responsabilidades de ningún tipo y solo se sienten sujetos de derechos.

 

 

Salmo responsorial Sal 77, 3 y 4bc. 23‑24. 25 y 54 

 

R/.  El Señor les dio un trigo celeste.

 

Lo que oímos y aprendimos,

lo que nuestros padres nos contaron,

lo contaremos a la futura generación:

las alabanzas del Señor, su poder. R/.

R/.  El Señor les dio un trigo celeste.

 

Dio orden a las altas nubes,

abrió las compuertas del cielo:

hizo llover sobre ellos maná,

les dio un trigo celeste. R/.

R/.  El Señor les dio un trigo celeste.

 

Y el hombre comió pan de ángeles,

les mandó provisiones hasta la hartura.

Los hizo entrar por las santas fronteras,

hasta el monte que su diestra había adquirido. R/.

R/.  El Señor les dio un trigo celeste.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

 

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios     4, 17. 20‑24

Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios

 

            Hermanos:

            Esto es lo que digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya como los gentiles, que andan en la vaciedad de sus criterios.

            Vosotros, en cambio, no es así como habéis aprendido a Cristo, si es que es él a quien habéis oído y en él fuisteis adoctrinados, tal como es la verdad en Cristo Jesús; es decir, a abandonar el anterior modo de vivir, el hombre viejo corrompido por deseos seductores, a renovaros en la mente y en el espíritu y a vestiros de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

VIVIR EN COHERENCIA 

 

Pablo hace frente a los problemas de la comunidad de Éfeso que no acaba de dar el paso y definirse como personas que han renacido del Espíritu, de forma que continúan en los esquemas del paganismo, confesando una cosa y viviendo otra, con criterios propios de gente que no tiene fe.

            Al leer esta carta no podemos evitar el pensar que sea a nosotros a quienes nos escribe S. Pablo: hemos asumido por entero los criterios del mundo, es más, hemos apañado el evangelio y el mensaje de Jesús para que se adapte al criterio del mundo justificándolo todo.

            Pensemos en este sentido en lo que estamos haciendo con la práctica de los sacramentos: un “apaño”, no para que se abandone el “hombre viejo corrompido por deseos seductores”, sino para alentar el comercio, la fiesta y los motivos sociales.

            Las palabras de Pablo tienen hoy un eco especial que resuena con fuerza en nuestra comunidad y en toda la iglesia: “Vosotros, en cambio, no es así como habéis aprendido a Cristo” pero decididamente no estamos por la labor, ni de escucharlas y, menos aún, de llevarlas a la práctica.

            La llamada, por tanto, que hoy nos hace es fuerte, a dar un cambio radical “en la mente y en el espíritu y a vestiros de la nueva condición humana,

 

Aleluya Mt 4, 4b

No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

 

 

EVANGELIO

 

  Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 24‑35

EL que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará sed

 

En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. AL encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:

-“Maestro, ¿cuándo has venido aquí?”

Jesús les contestó:

-“Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros.

Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios.”

Ellos le preguntaron:

-“Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?”

Respondió Jesús:

-“La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado.”

Le replicaron:

-“¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: ´Les dio a comer pan del cielo.´”

Jesús les replicó:

-“Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.”

Entonces le dijeron:

-“Señor, danos siempre de este pan.”

Jesús les contestó:

-“Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.”

Palabra del Señor

 

REFLEXIÓN

 

JESÚS ES EL PAN DE LA VIDA  

 

El domingo pasado nos presentaba el evangelio el gran milagro de la solidaridad: la multiplicación de los panes y los peces y hoy nos presenta la reacción de la gente: cuando la gente ha llenado el estómago, de lo único que sienten necesidad es de encontrar la seguridad del que se lo puede seguir llenando sin más esfuerzo.

            Jesús se dio cuenta del movimiento que empezó a formarse entre los comensales y desapareció del escenario, cogió a sus discípulos y se marchó al otro lado del lago, pero la gente, cuando se dio cuenta que habían desaparecido, fueron en su busca con la intención de hacerlo rey, pero Jesús les hizo caer en la cuenta de que estaban perdidos, que no tenían más alcances que lo que se presentaba ante la vista; la respuesta de Jesús es la misma que le da a Satanás ante la tentación de convertir las piedras en pan: “no solo de pan vive el hombre”. Los que han asistido al encuentro se quedaron en el pan y los peces sin darse cuenta de lo que realmente había ocurrido allí.

            Ante esta ceguera espiritual, Jesús quiere aclararles la distinción que existe entre el pan que verdaderamente da la vida y el que solo llena el estómago para volver al poco tiempo a lo mismo: Mi Padre es el único que da el pan que sacia el hambre. Jesús les hace sentir deseo de ese pan: “Señor, danos de ese pan” Jesús les contestó:-“Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.”

            El verdadero alimento que sacia el hambre y la sed del hombre y le hace sentirse feliz, es la fuerza del Espíritu que Dios da a quien cree en su Hijo. Esto no llegó a entenderlo la gente que lo rodeaba y por eso tuvo que explicitarles: -“Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.”, y no hay otra alternativa: Él es la palabra que han de creer y el camino que han de seguir, si es que quieren que su vida se llene de sentido.

 

 

 

DOMINGO XVII DEL T. O. -B-


PRIMERA LECTURA

 

Lectura del segundo libro de los Reyes 4, 42‑44

Comerán y sobrará

 

En aquellos días, uno de Baal‑Salisá vino a traer al profeta Eliseo el pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja. Eliseo dijo:

-“Dáselos a la gente, que coman.”

EL criado replicó:

-“¿Qué hago yo con esto para cien personas?”

Eliseo insistió:

-“Dáselos a la gente, que coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará.”

Entonces el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA FUERZA EXPANSIVA DEL BIEN  


Eliseo es el discípulo de Elías, el profeta amigo de Dios. Su imagen, como la de Elías, tiene una resonancia enorme en el Nuevo Testamento que apunta directamente a Jesús por sus obras y por sus gestos, con los que fue capaz de reconducir al pueblo hacia Dios.

Uno de esos gestos es el que nos presenta la liturgia de hoy: recibe la ofrenda que ha de hacer en el altar y entiende que Dios no necesita ni del trigo ni del pan, mientras el pueblo está sufriendo hambre y tiene la confianza absoluta de que Dios es capaz de multiplicar aquello que se hace en su nombre y con un corazón fraterno.

El efecto del pan que se comparte tiene una dimensión mucho más grande que el simple acto de compartir algo pequeño: constantemente lo estamos viendo cuando nos encontramos a alguien que es capaz de desprenderse de lo poco que tiene en beneficio de los demás, eso tiene un efecto expansivo que hace que otros muchos que se encuentran en la misma situación, sean capaz de responder de la misma manera; es la fuerza del bien que se multiplica, de la misma manera que lo hace la fuerza del mal. Lo triste del tema es que somos demasiado prudentes a la hora de hacer el bien y medimos las palabras y los gestos miles de veces, mientras que el mal le damos rienda suelta y le prestamos toda la atención necesaria y el apoyo que se nos pida.

 

Salmo responsorial Sal 144, 10‑11. 15‑16. 17‑18      

R/.  Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.


Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,

que te bendigan tus fieles;

que proclamen la gloria de tu reinado,

que hablen de tus hazañas. R/.

R/.  Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.


Los ojos de todos te están aguardando,

tú les das la comida a su tiempo;

abres tú la mano, y sacias de favores a todo viviente. R/.

R/.  Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.


El Señor es justo en todos sus caminos,

es bondadoso en todas sus acciones;

cerca está el Señor de los que lo invocan,

de los que lo invocan sinceramente. R/.

R/.  Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 1‑6

Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo

 

            Hermanos:

            Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.

            Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 


CONSTRUIR LA UNIDAD  

Pablo se encuentra prisionero y sabe perfectamente que la dificultad, que es grande, puede echar para atrás a mucha gente y, desde la cárcel, exhorta a que se mantengan unidos, para ello no vale el sostener posturas de intransigencia, de cerrazón, de arrogancia… sino que han de distinguirse por las cualidades que expresan humildad, amabilidad, comprensión, amor… que son las que hacen que se fundamente y se fortifique la paz entre ellos; esto dará como resultado la unidad; esa unidad que es característica de la iglesia: Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo”

Es esta UNIDAD el signo fundamental que los va a distinguir del resto y no otra cosa, pues en esa unidad es donde se va a demostrar que el resto de cualidades que conforman la vida se están llevando a la práctica.

Una comunidad que no vive el amor, que no es solidaria, que hay crítica entre sus componentes, que no hay comprensión ni amabilidad entre ellos, el signo inmediato que indica esa situación es justamente la división.

Si Cristo nos ha dejado un solo mandamiento: el AMOR y nos encontramos una comunidad en la que no se comparte, en la que hay riñas, en la que se cultiva el odio, el rencor, los prejuicios… ¿con qué otra cosa podremos demostrar que somos cristianos si el único mandamiento que tenemos no lo cumplimos?

De la misma manera, si la UNIDAD es el signo más evidente de la vivencia del amor y de la paz, ¿Cómo podremos explicar nuestro ser de cristianos cuando nos encontramos una comunidad dividida?

Las bases o fundamentos para establecer la unidad en una comunidad son: ser capaces de reconocer los dones que el Espíritu da a los demás y valorarlos sin tener envidia; ser capaces de reconocer que los otros también tienen capacidad para ver las cosas y entender que pueden aportar ideas tan válidas como las mías; disfrutar con el bien y el triunfo del otro y apoyarle, gozando con el triunfo de los demás tanto o más que con el mío; ser lo suficientemente humildes en reconocer que nos podemos equivocar y alegrarnos con el acierto de los demás; ser amables, acogedores y respetuosos con los demás y no tener malas formas para evitar riñas, enfrentamientos y, sobre todo, echar una gran dosis de paciencia  esperando siempre que los demás se den cuenta de sus posibles fallos y de la capacidad de cambio que tienen. Y no olvidarse nunca de algo que es clave: lo que yo espero de los demás es lo mismo que ellos están esperando de mí.

 

 

 

Aleluya Lc 7, 16

Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.

 

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 1‑15

Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron

 

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos.

Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.

Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:

-“¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?”

Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.

Felipe le contestó:

- “Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.”

Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:

-“Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?”

Jesús dijo:

-“Decid a la gente que se siente en el suelo.”

Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil.

Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.

Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:

-“Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.”

Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.

La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:

-“Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.”

Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Palabra del Señor.

 

 

REFLEXIÓN

 

EL MILAGRO DE LA SOLIDARIDAD    

 

Uno de los peligros que hay que evitar y que se ha venido dando con muchísima frecuencia, es el de convertir el acontecimiento que nos narra S. Juan en un espectáculo de magia, cuando es lo último que se le hubiera ocurrido al apóstol, máxime cuando lo que está queriendo inculcar a la comunidad es la necesidad de llevar a realización el mandato de Jesús.

Para evitar esta tentación nos puede ayudar el que nos detengamos en lo que ocurre a nuestro alrededor: constantemente estamos viendo que se hacen peregrinaciones a santuarios, a lugares especiales donde vive algún personaje a quien se le atribuyen fuerzas especiales de curación… la gente llega en autobuses, en peregrinación y cuando alguien sale de su casa a una cosa de estas, se va preparado para el tiempo que prevé que durará la peregrinación.

Jesús ejercía una fuerza enorme de atracción por su palabra y por sus milagros y la gente venía de todo el país a escucharlo y a curarse de enfermedades, es lo que aparece constantemente en el evangelio y, en estas cosas, funciona la lógica humana, lo mismo que funcionó la lógica de Jesús: los vio ansiosos y necesitados de la luz, de la salud y de la paz y sintió lástima y preocupación por su subsistencia.

Jesús pregunta a sus apóstoles sobre la posibilidad de dar algo de comer y Felipe le contesta: “Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.”, entonces pregunta de nuevo Jesús ¿Qué es lo que tienen? A lo que contesta Andrés: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces” es decir: 7 (todo lo que tienen los oyentes) y Jesús invita a sentarse y a compartir TODO lo que tienen y se dio el gran milagro de la solidaridad: si somos capaces de compartir TODO lo que tenemos sobraría incluso comiendo todos hasta hartarse.

            El problema no está en que no haya dinero para comprar, ni es el dinero el que va a solucionar el problema del hambre en el mundo, o la crisis económica por la que atravesamos; el problema está en el egoísmo, en la avaricia y en la codicia de unos cuantos que prefieren destruir los alimentos, dejarlos que se pudran o destruir las cosas antes que puedan llegar a todos; para ellos es mucho más importante almacenar dinero y riqueza, aunque eso produzca la muerte del mundo, que el sentir que la gente es feliz sintiéndose solidaria.

            De hecho, llegamos a decir convencidos que, sin dinero no se puede hacer ni pretender nada y es esa la idea que ha logrado calar en la mente y en el corazón de todos, pero sabemos perfectamente que las cosas podrían ser perfectamente de otra manera y Jesús lo deja bien claro: el milagro no es tanto la multiplicación del pan, sino lo que se dio en el corazón de aquella gente: la palabra de Jesús les hizo dejar a un lado el egoísmo y cada cual aportó lo poco que tenía y se dieron cuenta que, si estaban sufriendo  el hambre y la pobreza era por la actitud egoísta de todos, que preferían conformarse con lo que tenían antes que mirar a los demás que sufren y compartir con ellos lo que han recibido de Dios.

            Este gesto marcará profundamente a las primeras comunidades, hasta el punto que COMPARTIR EL PAN (la Eucaristía) se convierte en el punto central de la vida del cristiano y es éste el momento privilegiado donde se descubre la presencia de Jesús resucitado y el gran referente que tendrán para organizar la vida y poner en práctica el mandato que han recibido: si una fe no se expresa en obras de amor y solidaridad está muerta, es una mentira, una farsa ridícula.

            Nosotros seguimos diciendo que no se puede vivir sin dinero, pero lo que no se puede admitir es vivir para el dinero. Estamos viviendo por este cambio de visión una auténtica contradicción: mientras millones de seres humanos mueren de hambre, un número reducido no sabe qué hacer con todo lo que tiene; otros gastan cantidades desorbitadas en armas y en guerras, y otros en productos y en regímenes para adelgazar. Eso no tiene explicación dentro de una mentalidad cristiana, eso es vivir una contradicción.

 

 

 

 

DOMINGO XVI DEL T. O. -B-


PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro de Jeremías 23, 1‑6

Reuniré el resto de mis ovejas y les pondré pastores

 

            ¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño! -oráculo del Señor-.

            Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel:

            -“A los pastores que pastorean a mi pueblo:

            Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuentas, por la maldad de vuestras acciones -oráculo del Señor-. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá -oráculo del Señor-.

            Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro.

            Y lo llamarán con este nombre: El-Señor-nuestra-justicia.”

            Palabra de Dios.

 

 

 

REFLEXIÓN

 

EL DESCEREBRAMIENTO DE LOS PASTORES

 

En el AT. A los líderes políticos y religiosos se los considera como pastores que guían el rebaño (pueblo) y, por tanto, son ellos los responsables de las situaciones a las que puede llegar el pueblo, pues son ellos los que lo conducen y lo orientan. Esta imagen se potenció de forma extraordinaria en tiempos de David al que se le considera el gran pastor que se convierte en rey.

Junto con esta mentalidad, existe también muy clara esta otra idea: el pastor no es el dueño del rebaño, sino Dios, a quien cada pastor deberá rendir cuentas de su actitud y de lo que ha hecho con el pueblo; pero esto que está tan claro en la mentalidad de todos, con el tiempo se pervierte y da lugar al caos y la destrucción del rebaño, pues los pastores se dedican a engordarse, a buscar sus intereses y hasta a aprovecharse del rebaño, de ahí que llegan momentos en que Dios tiene que intervenir, pues los pastores están atentando contra el rebaño del Señor y Él sale en su defensa, hasta el punto que llegará el momento en que arrancará las ovejas a los pastores asalariados y Él mismo se pondrá a apacentar sus ovejas.

Jeremías tiene muy claro que todo lo que el pueblo está sufriendo y lo que tiene que soportar, es culpa de los líderes que están en el gobierno que se están dedicando a buscar sus intereses económicos y de poder y pide que Dios intervenga, los quite de en medio y suscite nuevos pastores, honrados que amen al pueblo y lo sirvan como Dios quiere.

La situación la vivimos hoy al rojo vivo y vemos cómo se repiten las mismas sensaciones, las mismas expectativas, los mismos deseos: el mismo pueblo siente a los políticos como una pesadilla insoportable que le estrujan y le impide vivir con esperanza  y sueña con vivir una etapa de respiro, de paz, de tranquilidad y trabajo que haga respirar y vivir a la gente en armonía y en paz; pero a una pesadilla le sigue otra y la esperanza de vivir en paz se aleja cada día más ante el descerebramiento que produce el poder en los líderes, sobre todo cuando se ponen al servicio del dinero y no del pueblo, el resultado es que teniendo más medios para producir y más producción de alimentos, hay más hambre; siendo más ricos, hay cada vez más pobres, más huidos, más desplazados por las guerras, la violencia, la falta de respeto  a los derechos humanos y el atropello a la libertad.

 

 

Salmo responsorial       Sal 22, 1‑3a. 3b‑4. 5. 6 

 

R/.  El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta:

en verdes praderas me hace recostar;

me conduce hacia fuentes tranquilas

y repara mis fuerzas.       R/.

R/.  El Señor es mi pastor, nada me falta.

 

Me guiará por el sendero justo,

por el honor de su nombre.

Aunque camine por cebadas oscuras,

nada temo, porque tú vas conmigo:

tu vara y tu cayado me sosiegan.       R/

R/.  El Señor es mi pastor, nada me falta.

 

Preparas una mesa ante mí,

enfrente de mis enemigos;

me unges la cabeza con perfume,

y mi copa rebosa.       R/.

R/.  El Señor es mi pastor, nada me falta.

 

Tu bondad y tu misericordia me acompañan

todos los días de mi vida,

y habitaré en la casa del Señor

por años sin término.       R/

R/.  El Señor es mi pastor, nada me falta.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 13‑18

É1 es nuestra paz, él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa

 

            Hermanos:

            Ahora estáis en Cristo Jesús.

            Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos.

            Él es nuestra paz.

            É1 ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio.

            É1 ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo.

            Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio.

            Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca.

            Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.

            Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

RUPTURA DE MOLDES

 

En el texto que nos presenta la liturgia de hoy nos encontramos con un dato bien interesante que vale la pena tener presente y en cuenta: la LEY da lugar a la casuística, al legalismo, a los artilugios legales, de forma que puedes llegar a realizar una injusticia a través de la legalidad y con ella se crean las divisiones, las situaciones de enemistad y desaparece la fraternidad y la igualdad.

En el texto se nos presenta a Jesucristo que ha roto con todo esto y ha derribado todos los muros que nos separan entre judíos y gentiles, entre hombre y mujer, entre lenguas, razas, culturas.

Los jefes están puestos para hacer que se mantenga el régimen de la ley y, por tanto, establecen su poder en el mantenimiento de la división, Cristo ha venido a unir, a reunir, y a terminar con todo aquello que nos separa.

A Pablo le tocó enfrentar el problema cultural que se presentó al principio y romper la barrera que había entre judíos y gentiles considerándolos a todos hermanos y defender esta dimensión de igualdad y fraternidad recordando que en Cristo no tienen cabida todas estas barreras que había levantado la ley.

El evangelio es un mensaje universal que está por encima de barreras culturales, sociales, políticas, raciales, económicas, religiosas y hace que todos los seres humanos se consideren iguales y hermanos.

 

 

Aleluya Jn 10, 27

Mis ovejas escuchan mi voz

- dice el Señor-,

y yo las conozco, y ellas me siguen.

 

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 30‑34

Andaban como ovejas sin pastor

 

            En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:

            -“Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.”              

            Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer.

            Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado.

            Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. AL desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

            Palabra del Señor.

 

 

REFLEXIÓN

 

JESÚS ES EL PROTOTIPO DEL PASTOR 


Jesús ha hecho una intentona de dejar a sus discípulos que hagan un “pinito pastoral” y los envía a dar una catequesis, tal como Él viene haciendo en presencia de ellos, para que experimenten por ellos mismos la necesidad del pueblo y el hambre de justicia, de paz, de solidaridad, de amor que se padece…

Cuando vuelven, están eufóricos y ven cómo la misma gente los sigue: “le contaron todo lo que habían hecho y enseñado”, entonces Jesús los coge aparte para comentar la experiencia y cuando llegan al sitio, se encuentra que la gente los espera y a Jesús le da lástima “porque andaban como ovejas sin pastor”. Entonces Jesús cambia su plan, pues ve que más importante y urgente que descansar y hablar con sus discípulos, es atender a la gente.

Esta actitud de Jesús nos remite inmediatamente a la protesta de Jeremías que se lanza contra los “pastores” de su pueblo que lo último que les interesa es la gente, exactamente igual que en la época de Jesús, en donde los dirigentes políticos y religiosos dispersan al pueblo, en lugar de reunirlo; el régimen político, religioso, militar y fiscal que hay establecido se ha convertido en una carga insoportable para el pueblo, en lugar de ser un instrumento de paz, de trabajo, de seguridad y de bienestar.

Es imposible sustraerse a la realidad actual, cuando vemos que se repiten los mismos esquemas y los mismos métodos, y es lógico, cuando son las mismas actitudes las que imperan en los pastores y esto hace inmediatamente que tenga la misma resonancia en el pueblo: la división, cada uno va en busca de lo suyo, sin importarle lo de los demás, unos optan por la violencia, otros se aíslan y no quieren saber nada de nadie, desconfían todos de todos y se generaliza el mal, más aún cuando vemos cómo se ha globalizado la insolidaridad, el individualismo, la injusticia y la explotación, en lugar de globalizar los grandes valores humanos de la solidaridad, del respeto, de la acogida, de la responsabilidad… cuando el hombre crea esta situación, llega el momento que se hace insoportable, entra el miedo y la angustia en el pueblo y todos se consideran enemigos de todos.

En esta situación de atropello y explotación, al pueblo no le quedan más asideros que Dios y en este caso es Jesús que se presenta como la única alternativa, pues cuando lo oyen hablar, se sienten identificados con Él y con su enseñanza, al mismo tiempo que se dan cuenta que no están lejos de Dios, a pesar de que las leyes los excluyan y los castiguen; en Jesús encuentran al pastor que todos ansían

 

 

 

 

DOMINGO XV DEL T.O. –B-

PRIMERA LECTURA

 

Lectura de la profecía de Amós 7, 12‑15

Ve y profetiza a mi pueblo

 

En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós:

-“Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país.”

Respondió Amós:

-“No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos.

El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: ´Ve y profeta a mi pueblo de Israel.´”

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 


ECOS EN EL SIGLO XXI  
 

            Amós es un campesino del Sur que lleva sus productos del campo a venderlos al Norte y observa lo que está ocurriendo y cómo se ha corrompido hasta la religión.

            Israel se dividió porque el Norte, más rico, no quiso solidarizarse con el Sur y decidió separarse y quedarse con sus bienes.

            Se separaron y proclamaron su religión oficial y su templo en contraposición al de Jerusalén: el santuario de Betel con un sacerdote real, Amasias, a las órdenes de Jeroboán para bendecir y consagrar toda la injusticia, la corrupción y los atropellos que estaba haciendo con los pobres.

            Amós deja su trabajo ante la llamada que siente que le está haciendo Dios para que se dirija a Samaria y denuncie lo que está pasando. Se presenta ante el sumo sacerdote Amasias y en nombre de Dios le denuncia todo lo que está haciendo y dando lugar que se haga. Amasias lo desprecia y lo denuncia al rey que lo expulsa del territorio, declarándolo extranjero que molesta al pueblo, pues pone en tela de juicio las instituciones que se han montado, declarándolo persona peligrosa.

            Cuando uno lee despacio todo esto no puede evitar el ver el paralelismo tan extraordinario que existe entre la realidad que vive Amós y la que estamos viendo que se desarrolla entre nosotros; de la misma manera la actitud que se tiene con él y la que se tiene con todos aquellos que, como él, se atreven a denunciar la injusticia y el atropello.

  No podemos evitar hacernos la pregunta ¿por qué a la iglesia se la asocia siempre con la derecha y con el poder? Sin embargo vemos que es la única institución que está al lado del pueblo, sosteniéndolo y ayudándole a salir adelante. La imagen de Amasias creo que puede ser interesante pues da respuesta a lo que se ha hecho durante tanto tiempo y que ha quedado marcado en el pueblo sencillo: el obispo unido al poder, mientras que el pueblo sencillo y los sacerdotes y obispos de a pie, vienen a ser la expresión clara del AMÓS de nuestros días, y es por eso por lo que sigue existiendo la visión de un sector de la iglesia en las alturas al que todos critican y otro con el pueblo sencillo al que todos estiman e incluso no lo identifican con la iglesia.

 

 

Salmo responsorial Sal 84, 9ab‑10.11‑12. 13‑14

 

R/.  Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

Voy a escuchar lo que dice el Señor:

“Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.”

La salvación está ya cerca de sus fieles,

y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

R/.  Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

La misericordia y la fidelidad se encuentran,

la justicia y la paz se besan;

la fidelidad brota de la tierra,

y la justicia mira desde el cielo. R/.

R/.  Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

El Señor nos dará lluvia,

y nuestra tierra dará su fruto.

La justicia marchará ante él,

la salvación seguirá sus pasos. R/.

R/.  Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3‑14

Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo

 

            Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

            Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.

            Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.

            Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

            Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.

            Por su medio hemos heredado también nosotros.

            A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad.

            Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.

            Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.

            Palabra de Dios.

 

O bien mas breve:

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3‑10

            Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

            Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.

            Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.

            Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

            Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.

Palabra de Dios.

 


REFLEXIÓN

           

LLAMADOS A VIVIR SEGÚN DIOS 

 

Para Pablo, ve que dentro del plan de Dios todo tiene su sentido y su significado: desde un principio Dios quiso que su presencia fuera real y viva en el mundo y para ello se eligió un pueblo en el que se mostraría al mundo como el Dios Padre creador del universo y de esa manera todos los pueblos lo pudieran ver.

            Su regalo lo amplió y lo llevó a su plenitud con la persona de Cristo: ya no es un pueblo el poseedor de las promesas y de la presencia de Dios, sino que cada persona es presencia viva de Dios y está llamada a ser santa e irreprochable por el amor. Este ha sido su plan desde antiguo: estábamos destinados a ser sus hijos pues no puede soportar que una creación que ha sido el fruto de su amor quede excluida la inmensa mayoría y sea condenada a la destrucción.

            Esto costó mucho entenderlo al pueblo judío que todavía sigue diciendo que tiene la exclusiva y creyendo que son los preferidos de Dios. Cristo rompió esa mentalidad excluyente y cerrada y, gracias a esto, hoy podemos participar todos en esta gran alegría.

            S. Pablo entiende que esta nueva realidad que ha traído Cristo es para todo el universo y por eso, los cristianos no podemos quedarnos tranquilos y permanecer al margen de todas las transformaciones que se van haciendo en el mundo para que todo esté marcado por el signo de la paz, del amor, de la verdad y de la Justica, pues para eso nos dejó su Espíritu Santo

 

 

Aleluya cf. Ef 1, 17‑18

El Padre de nuestro Señor Jesucristo

ilumine los ojos de nuestro corazón,

para que comprendamos cuál es la esperanza

a la que nos llama.

 

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 7‑13

Los fue enviando

 

            En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.

Y añadió:

            -“Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.

Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa”

            Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

            Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

PASAR DE LA TEORIA A LA PRACTICA   

 

Jesús hace como su primer examen a los discípulos para que experimenten lo que supone ser testigos de lo que viven y, cuando leemos este pasaje, nos damos cuenta cómo Jesús no envía sus discípulos de cualquier manera a predicar: ha pasado un tiempo enseñándoles y, sobre todo, viviendo con ellos, para que no sea solo doctrina lo que lleven, sino principalmente vida y a la hora de encontrarse con la gente, es muy importante no solo la forma cómo lo hacen y el estilo de vida que tienen, sino la experiencia de la que dan testimonio, pues de lo contrario, podrán hacer una gran exhibición de poder, de sabiduría y hasta de personalismo (megalomanía), pero no harán que el reino de los cielos se vea por ninguna parte.

            Les da unas recomendaciones prácticas que no deben olvidar:

1º- que no vayan cargados de cosas: un bastón para el camino y nada más, pues Jesús entiende que ellos, como Él, no han de ser gente que se instale en situaciones de poder o de privilegio, sino que han de ser “caminantes”, que no estén atados a nada ni a nadie, de forma que estén siempre dispuestos para lo que se les necesite. El bastón no es de mando, sino para apoyarse en el camino.

2º- que no lleven dinero, ni comida, sino unas sandalias y una túnica, es decir vestidos normal y corriente, como van los pobres, porque ellos no son representantes de poder. Ni un apóstol ha de estar pendiente y obsesionado por el dinero y por su seguridad. Ellos llevan la riqueza más grande: el Espíritu del Señor que es el que hará que el mundo sea más humano y ésta ha de ser su única preocupación.

3º-Tampoco les dice que lleven albas, estolas, casullas y ropas litúrgicas y sagradas, como van los sacerdotes del templo, ni que anden de forma extravagante, como iba Juan Bautista, sino que han de ser lo más sencillos, para que todos puedan encontrar la cercanía de Dios.

            Es curioso que les dice que tienen autoridad para expulsar los espíritus inmundos, es decir: van a luchar contra el mal y ellos han de ser un signo vivo del BIEN, por eso van en su nombre, pero de ninguna manera les da poder sobre las personas, de forma que las puedan manipular u obligar a algo; los envía para que liberen del mal.

            Jesús no puede tolerar el que se esclavice a la persona por ningún motivo; ellos no van con poder de ningún tipo, sino a sanar las heridas de la gente y ayudar a que se levanten del hundimiento que soportan.

            También es curioso que les diga que “si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies” y eso tiene una lógica aplastante: Él no acepta que se obligue a nadie a asumir algo que no quiere, Dios no se impone a nadie y respeta la libertad hasta lo último. Ya nos haría un gran bien el que cojamos la lección y no miremos tanto el número ni estemos tan pendientes de las estadísticas.