DOMINGO II DE ADVIENTO -A-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías       11, 1‑10

Juzgará a los pobres con justicia

Aquel día:
Brotará un renuevo del tronco de Jesé,
   y de su raíz florecerá un vástago.
Sobre él se posará el espíritu del Señor:
   Espíritu de prudencia y sabiduría,
Espíritu de consejo y valentía,
   Espíritu de ciencia y temor del Señor.
   Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias
   ni sentenciará de oídas;
   juzgará a los pobres con justicia,
   con rectitud a los desamparados.
   Herirá al violento con la vara de su boca,
y al malvado con el aliento de sus labios.
   La justicia será cinturón de sus lomos,
y la lealtad, cinturón de sus caderas.
   Habitará el lobo con el cordero,
la pantera se tumbará con el cabrito,
   el novillo y el león pacerán juntos:
un muchacho pequeño los pastorea.
   La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas;
   el león comerá paja con el buey.
El niño jugará en la hura del áspid,
   la criatura meterá la mano
en el escondrijo de la serpiente.
   No hará daño ni estrago
por todo mi monte santo:
   porque está lleno el país
   de ciencia del Señor,
   como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé
   se erguirá como enseña de los pueblos:
   la buscarán los gentiles,
y será gloriosa su morada.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

VEN, SEÑOR, NO TARDES.    
           El profeta Isaías expresa en voz alta el deseo y la esperanza del pueblo que vive hastiado del aplastamiento y de la irresponsabilidad de sus dirigentes y de la explotación a la que lo tienen sometido los poderosos; todos esperan y desean que Dios ponga su mano y no deje que su pueblo se hunda, poniendo en la cabeza a la persona que nacerá del amor y la justicia.
           El profeta coge la imagen de lo que está viendo: los bosques arrasados y quemados por los enemigos que han entrado del Norte y lo han destruido todo; en los bosques solo quedan algunos troncos talados, tocones secos y quemados que son testigos de la ruina que han propiciado al país…
           No es difícil asumir la imagen y trasplantarla al momento actual que vivimos, viendo lo que actualmente nos presenta a diario la televisión: ciudades arrasadas, destruidas por la irresponsabilidad de hombres que les importa un bledo destruir su pueblo, con tal de que su orgullo se quede encima y por su ansia de poder y de dinero.
           Ante esa situación que está viviendo el profeta, se levanta su esperanza de que de esas ruinas, de esos troncos secos y quemados, de esos edificios destruidos… ha de nacer un vástago, una persona llena del Espíritu de Dios que haga ver que no vale la pena seguir por ese camino y establezca la justicia y la paz, no actuando por intereses partidistas, sino teniendo como referente la JUSTICIA y LA VERDAD. Que no permita que al débil se le haga la vida imposible, sino que se pondrá a su lado para que no se sienta solo y atropellado, y romperá los esquemas de poder que hacen que los hombres se sientan enemigos los unos de los otros, estableciendo la PAZ Y LA FRATERNIDAD entre todos: “Nadie causará daño en todo mi monte santo”
Esta es la esperanza y el deseo ardiente del pueblo de hoy y, la verdad es que el texto de hoy hace que todos exclamemos: ¡Ven, Señor, no tardes!
          
 Salmo responsorial       Sal 71, 1-2.  7-8. 12-13.  17    (R.: cf. 7)

R. Que en sus días florezca la justicia,

           y la paz abunde eternamente.
           Dios mío, confía tu juicio al rey,
           tu justicia al hijo de reyes,
           para que rija a tu pueblo con justicia,
           a tus humildes con rectitud.    R.
Que en sus días florezca la justicia

           y la paz hasta que falte la luna;
           que domine de mar a mar,
           del Gran Río al confín de la tierra.    R.
Que en sus días florezca la justicia

           Él librará al pobre que clamaba,
           al afligido que no tenía protector;
           él se apiadará del pobre y del indigente,
           y salvará la vida de los pobres.    R.
R.  Que en sus días florezca la justicia,

      Que su nombre sea eterno
           y su fama dure como el sol:
           que él sea la bendición de todos los pueblos,
           y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.    R.
R.  Que en sus días florezca la justicia,

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta de apóstol san Pablo a los Romanos       15, 4-9
Cristo salva a todos los hombres

Hermanos:
Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así, dice la Escritura:
                 «Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre.»
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LLAMADOS A ALUMBRAR     

                  S. Pablo hace tomar conciencia a los romanos de que todo lo que se vino diciendo en las sagradas escrituras se ha cumplido y se ha constituido como la gran lección de confianza que el Señor nos da: en este tiempo se ha cumplido en plenitud todo lo que dijeron los profetas; de lo que se trata ahora es de seguir el camino que Él nos marca: “acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios.”
                  S. Pablo se dirige a una comunidad muy heterogénea, donde hay gente de toda cultura, lengua, raza y situación; es ahí donde se ha de establecer todo aquello que nos ha traído Jesús: el amor, el respeto, la verdad, la justicia, la paz… que están por encima de toda raza, cultura… y situación social.
                  Invita a que desde la situación personal de cada uno, coja como valores de referencia para su vida, estos valores del reino que Cristo ha traído.
                  Como referente de nuestras vidas pone a Jesús, que es el principio inspirador en el que se hace visible la verdad del Padre.
                  La petición de Pablo a los romanos tiene hoy una resonancia extraordinaria entre nosotros: los principios están dados, la disposición de Dios a favor nuestro está demostrada, el camino está trazado y recorrido por Cristo y por mucha gente que lo ha hecho… el resto está en las manos de cada uno, pero si nosotros seguimos empecinados en nuestra obstinación y en nuestro pecado…


Aleluya       Lc  3,  4. 6
Aleluya, aleluya.
Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.
Todos verán la salvación de Dios.
Aleluya.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo       3, 1‑12

Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos

Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:
—«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»
Este es el que anunció el Profeta Isaías diciendo: 
   «Una voz grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor,  allanad sus senderos.” 
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
—«¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión.
Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias.
El os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
El tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.»
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
           
RECORRER EL CAMINO DE LA MISERICORDIA 
           
            En el mundo, en la situación y en las condiciones que vivimos, es importantísimo el tomar conciencia y escuchar lo que hoy nos viene diciendo el Señor.
            Es interesante que S. Mateo se lo haga remarcar a la comunidad para que les sirva de referente en la situación en la que viven.
            Hasta ahora hemos visto cómo todos los profetas se dirigen al templo y allí fustigan a los dirigentes religiosos, a quienes denuncian del ritualismo vacío que están viviendo; a los dirigentes políticos por la explotación que están haciendo con el pueblo y por la corrupción en la que están metidos…
            Ahora aparece un profeta que no pertenece a las altas esferas, ni se mezcla con ellas, ni se va al templo ni los palacios a gritarles sus injusticias y sus atropellos: Juan invita a que cada uno se examine a sí mismo y vea en qué medida está participando de la injusticia, de la opresión, del desmadre que está instalado, porque es muy fácil criticar a los de arriba mientras nos hacemos los ciegos con lo que ocurre en la base.
            Juan se va al desierto, donde no llegan los ruidos de la ciudad, del comercio, de los bancos, de las fiestas, de la gente, de los sacrificios del templo… En el desierto no rigen las leyes, pues allí no hay nadie, ni te molestan ni se molesta a nadie; el desierto es el lugar del encuentro con Dios y consigo mismo…
            Juan se va al desierto y allí invita a que la gente se convierta, prepare su corazón para dar cabida al mensaje que Dios le da, se libere de todos los intereses que le atosigan y se abra a Dios, abra las puertas de su vida a Dios y consiga LA PAZ.
            La comunidad primitiva entendió perfectamente el mensaje: no es posible vivir en cristiano si no nos abrimos a Dios y hacemos nuestros sus postulados.           No podemos ser luz para nadie, ni orientar a nadie, ni criticar a nadie, si es que nosotros no hacemos nuestros los caminos de Dios y nos dirigimos por ellos.
            El Papa nos ha puesto este año pasado en el camino de la MISERICORDIA; nos ha venido invitando a recorrerlo en todos sus aspectos, recordándonos que ése es el camino del cristiano, pero para eso, constantemente tenemos que estar haciendo un proceso de conversión, de cambio de actitudes que nos van a llevar a tener complicaciones con el sistema que vivimos, que va en otra dirección completamente distinta.



DOMINGO -I- ADVIENTO -A-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías       2,  1‑5
El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios

Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén:
Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; Porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor.
Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven; caminemos a la luz del Señor. 
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

ALGUNA VEZ CAMBIARÁN LOS SIGNOS  

Para Israel un símbolo emblemático es el monte Sión, de la misma manera que lo es el templo; el monte Sión está por encima de todas las colinas que le rinden honores y el templo es el signo de la presencia de Dios dentro del pueblo, a donde vendrán todos a postrarse ante Él, pues de él saldrán todas las leyes que regirán la tierra.
La visión de Isaías rompe todos los particularismos existentes y abre la perspectiva de la universalidad: la VERDAD de Dios será algo que resplandecerá en toda la tierra y todos los pueblos se sentirán atraídos por ella, hasta el punto que romperán incluso la inercia del río que recorre el sendero hacia abajo, en cambio el río de los hombres ascenderá hacia las alturas atraído por la fuerza de la palabra de Dios que con frecuencia se deja a un lado y se olvida, pero al final, no queda más remedio que volver a ella, aunque la invitación a recorrer el camino no sea fácil, como hemos dicho, pues hay que romper la inercia y ha de imponerse contra la fuerza natural que nos empuja a lo fácil y nos invita a dejarnos arrastrar.
El cambio que se anuncia va a ser radical: los elementos que se tiene para la guerra van a cambiar su significado y se van a convertir en instrumentos de paz y de vida.
¿Será posible que alguna vez, los trece trillones de dólares que se gastaron el año pasado en la guerra los empleen en construir la paz y la justicia?

 Salmo responsorial       Sal  121,  1‑2.  4‑5. 6‑7.    8‑9  (R.: Cf.1)

 R. Vamos alegres a la casa del Señor.

           ¡Qué alegría cuando me dijeron:
           «Vamos a la casa del Señor.»!
           Ya están pisando nuestros pies
           tus umbrales, Jerusalén.    R.
R. Vamos alegres a la casa del Señor

           Allá suben las tribus,
           las tribus del Señor.
           Según la costumbre de Israel,
           a celebrar el nombre del Señor;
           en ella están los tribunales de justicia,
           en el palacio de David.    R.
R. Vamos alegres a la casa del Señor

           Desead la paz a Jerusalén:
           «vivan seguros los que te aman,
           haya paz dentro de tus muros,
           seguridad en tus palacios.»    R.
R. Vamos alegres a la casa del Señor

           Por mis hermanos y compañeros,
           voy a decir: «la paz contigo.»
           Por la casa del Señor, nuestro Dios,
           te deseo todo bien.    R.
R. Vamos alegres a la casa del Señor

 SEGUNDA LECTURA

 Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos       13, 11‑14a
Nuestra salvación está cerca

Hermanos:
Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz.
Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

¿QUÉ NECESITAMOS PARA DESPERTAR?      

                  Pablo invita a la comunidad de Roma a despertar y salir de la situación anquilosada en la que se han instalado, acomodándose a lo que hay y sintiéndose a gusto y justificando lo que se hace, viéndolo como algo normal y no dándose cuenta que están al borde del precipicio: se han establecido unos esquemas de vida que son intolerables, pues su destino es la muerte y la gente se siente a gusto y feliz en ellos: 
                  Cristo ha venido para despertarnos y hacernos salir de esa situación de muerte haciéndonos ver que estamos llamados a ser felices y no a destruirnos sin remedio.
                  Los cristianos son fuentes de luz en esta oscuridad: “Nosotros somos hijos de la luz, del día y debemos vivir en sobriedad, cubiertos con el escudo de la fe y del amor, con la esperanza de la salvación como arco protector” (ITesas.5,8)
                  Estas palabras de Pablo a la comunidad de los romanos tienen una resonancia especial en nuestros días: como en Roma, estamos llegando a cotas increíbles: una chica es condenada a cadena perpetua por matar a su hijo al nacer y descuartizarlo en una bolsa para arrojarlo al contenedor, ese mismo acto hecho en una de las clínica abortivas es considerado un signo de liberación y de progreso, hasta retribuido económicamente. Sencillamente resulta demencial.
                  Estos días le envío un resumen de la conferencia de Pekín, donde la ONU hace la proclamación al mundo de la ideología de Género, que el mismo Papa Francisco y anteriormente Benedicto XVI calificaban como el peor y más peligrosos de los ataques que se han hecho a la cultura cristiana y a occidente  y algunos me han contestado diciendo que es la respuesta a lo que la iglesia hizo en la inquisición, diciéndome que “la iglesia no se resigna a perder el poder y quiere seguir amordazando las conciencias” ¿Qué necesitamos para despertar?

Aleluya       Sal  84,  8

                 Aleluya, aleluya.
                 Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
                 Aleluya.


Lectura del santo Evangelio según San Mateo       24,  37‑44
Estad en vela para estar preparados

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
¾«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del Hombre:
Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre.
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

LA TENTACIÓN DEL ACOMODAMIENTO     

            Jesús tenía muy claro algo que ocurriría: sus seguidores irían acomodándose a las circunstancias y al poco tiempo llegarían a sentirse, incluso, a gusto sometidos y conviviendo con la injusticia; eso ha ocurrido siempre, los mismos israelitas llegaron a sentir nostalgia de los ajos y las cebollas de Egipto. Éste también sigue siendo el riesgo y la tentación constante de la iglesia: el instalarse en sus cómodas creencias, devociones, practicas rituales… en una religión hecha a nuestra medida que no nos comprometa a nada y nos deje tranquila la conciencia; sí, eso que pasó en tiempos de Noé, de Sodoma, de Gomorra, de Roma, de Grecia, de… se sigue repitiendo con los mismos esquemas, aunque esté envuelto en condiciones distintas, es el mismo contenido con diferente envoltura.
            Si en la iglesia no permanecemos alertas, mirando siempre a Jesucristo, es muy fácil mirar para otro lado y dejarnos llevar por la corriente. El momento que nos falta la experiencia de intimidad con Dios, hemos perdido el referente, pues esa experiencia no se aprende ni se coge desde fuera, sino desde dentro, donde es asumida como algo entrañable que lo llena todo.
            Es curioso ver con qué facilidad nos enzarzamos en debates en los que se buscan y se rebuscan argumentos para demostrarle al contrario su equivocación, y vemos cómo la sociedad se “debate” y se montan espectáculos para ver quién gana, quien derrota al otro en palabras aunque estén vacías y sin sentido y, sobre todo, aunque vayan dirigidas a negar lo evidente, pero la fuerza que le da sentido a la vida, que hace que nos levantemos llenos de alegría y de esperanza, que nos hace sentir la alegría de vivir, de amar y sentir que somos amados, de saber que no nos encontramos solos, que tenemos a alguien que nos ama, nos apoya, nos escucha, nos acoge… eso no se aprende ni se debate, eso se vive y se siente, como el que ha encontrado el gran tesoro de la vida que no lo deja por nada. Y esto no se compra ni se vende ni se alquila… esto nos lo regala el único que puede hacerlo: Dios y esto se desarrolla en la intimidad, por eso, el peligro de la iglesia es entrar en el terreno de los debates y perder el terreno de la intimidad con Dios.
            El reto que nos lanza hoy la palabra de Dios es a despertar y tomar conciencia de la situación en la que nos encontramos

DOMINGO XXXIV DEL T. O. –C-

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO


PRIMERA LECTURA

 Lectura del segundo libro de Samuel 5, 1‑3
Ungieron a David como rey de Israel

En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le dijeron: 
—«Hueso tuyo y carne tuya somos; ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel. Además el Señor te ha prometido: "Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel."» 
Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel. 
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN

EL VERDADERO PASTOR     

            El texto que nos presenta la liturgia de hoy es interesantísimo y supone una lección extraordinaria de lo que significa ser cabeza, guía y pastor de un pueblo; David es la tercera vez que es ungido, reconocido y aceptado por el pueblo; en este momento es acogido por todos los representantes de las tribus que le recuerdan algo que es muy importante:  “Hueso tuyo y carne tuya somos” es decir, no está por encima de nadie, sino puesto a favor de todos, para servirlos a todos y, en él, poder encontrar lo que los une a todos, es la gran cualidad de todo buen gobernante: convertirse en centro y referente de unidad para todos y no en referente de discordia y división.
            Por otro lado es interesante constatar cómo el pueblo reconoce que la capacidad de dirección, de guía de gestor es un don que se lo ha dado Dios, no el pueblo y, menos aún, unos intereses concretos de un partido o de una tribu; esa capacidad la da Dios porque ha de convertirse en servidor de todos y no solo de un grupo.
            David entiende perfectamente esto y se convierte, efectivamente, en el restaurador de la unidad, de la paz y del progreso del pueblo de Israel: "Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel."
            Cuando esto no se tiene claro, el pueblo se convierte en la pieza de conquista para el bien personal o del grupo e importará un bledo la paz, el bienestar, la justicia y la dignidad de los gobernados que no son más que números que cuentan para un voto o para exprimir con los impuestos.

Salmo responsorial Sal 121, 1‑2. 4‑5 (R.: cf. 1)

R. Vamos alegres a la casa del Señor. 

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
 tus umbrales, Jerusalén. R.
R. Vamos alegres a la casa del Señor. 

Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R. 
R. Vamos alegres a la casa del Señor. 
  
SEGUNDA LECTURA
 Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 12‑20
Nos ha trasladado al reino de su Hijo querido

Hermanos: 
Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. 
É1 nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. 
É1 es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. 
É1 es anterior a todo, y todo se mantiene en él. 
É1 es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. 
É1 es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. 
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. 
Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz. 
Palabra de Dios. 

LA COMUNIDAD SIGNO DE LA PRESENCIA DE CRISTO  

            Pablo ha pedido a los colosenses una serie de actitudes que son básicas para poder mantener la unidad en la comunidad, como signo de la presencia VIVA de Cristo en ella, que es la manifestación visible del Dios invisible.
            Pablo hace tomar conciencia también del gran regalo que Dios les ha hecho: a ellos les ha dado la misma misión que a los ángeles: “nos ha trasladado al reino de su Hijo querido”
            En Cristo lo ha culminado todo y en Él se ha dado cumplimiento de todas las promesas y en Él encuentra sentido toda la creación.
            La presencia de Cristo en el mundo, que ahora ellos tienen como misión expresar, es lo que marca el momento crucial de la historia por el que están atravesando y donde todo queda iluminado y toda la creación encuentra su sentido original que ha sido desvelado en Cristo.
            Este gran acontecimiento de Cristo, nos da la certeza de la liberación y, al mismo tiempo, nos da la seguridad de que ya nadie puede anular o cambiar lo que ha hecho Cristo; por eso, desde este momento ha quedado todo concluido y no se permite ni se puede comprender que el hombre se incline ante nada ni ante nadie, pues Cristo ha sido constituido cabeza del cuerpo que es la iglesia y ha sido establecido como principio y fin de todo lo que existe, pues Él es la causa y el motivo de toda la creación.

Aleluya Mc 11,  9b‑10a
Bendito el que viene en nombre del Señor. 
Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David.

EVANGELIO


Lectura del santo evangelio según san Lucas 23, 35-43
Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino

En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: 
—«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.» 
Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: 
—«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.» 
Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos.» 
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: 
—«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.» 
Pero el otro lo increpaba: 
—«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.» 
Y decía: 
—«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.»
Jesús le respondió: 
—«Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.» 
Palabra del Señor.


EL PODER DE LA VERDAD  

            Mirando a Jesús ahí clavado en la cruz, presidiendo nuestra asamblea, al que constantemente venimos, le rezamos y le tomamos fotos, pero no es posible separar esta imagen de aquella real en lo alto del calvario donde, por un lado unos estaban celebrando que se lo habían quitado de en medio y ya se encontraban el terreno limpio de alguien que pudiera soliviantar al pueblo con ideas que pusieran en tela de juicio lo que ellos tenían montado; otros que estaban allí viendo un espectáculo más de alguien atrevido que tuvo la osadía de hablar claro y enfrentarse al poder establecido y otros fanáticos, palmeros del poder que animaban, insultaban y se burlaban, pues, según ellos, solo se puede vivir arrimados al poder.
            Todos le invitan a que demuestre su poder en esas condiciones, como indicando que es imposible oponerse a lo establecido por el poder.
            Sin embargo, hay dos personas que estando en medio de todo el espectáculo de horror, ven las cosas de otra manera: uno es el ladrón que reconoce su pecado y se dirige a Jesús pidiéndole perdón y su misericordia cuando llegue a su reino; esto le valdrá ser el primer santo canonizado por el mismo Jesús.
            El otro es el soldado que custodiaba la cruz cuando vio morir a Jesús, justo en esa situación fue donde reconoció la grandeza del Jesús; el poder de Pilatos, de todos los romanos del imperio, ni las autoridades judías lograron arrodillarlo a sus pies ni hacerle bajar la cabeza; ni el poder del dinero, de la política, de las armas logró vencerlo ni robarle la libertad y menos aún su dignidad.
            El que Jesús se quede ahí, nos está indicando que no se desligó de nosotros, que permaneció a nuestro lado, hasta el punto que el ladrón, despreciado de todos, pudo encontrar en su último momento la respuesta de Dios a su vida; en cambio, desde el poder, la venganza, la represión a todos los malvados y con los jefes del momento, no hubieran encontrado el consuelo estos personajes que hemos indicado.
            La postura de Jesús ahí, es la proclamación suprema de la solidaridad de Dios con los hombres, lo triste es que los hombres no responden lo mismo, de hecho nos los encontramos riéndose de Él, burlándose, atormentándolo y matándolo.
            Pero ese espectáculo dantesco que contemplamos hace dos mil años, es el mismo que estamos contemplando hoy día con lo que se está haciendo en la humanidad a la gente que se encuentra sin fuerzas para defenderse.


DOMINGO XXXIII DEL T. O. -C-

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Malaquías 3, 19‑20a
Os iluminará un sol de justicia

Mirad que llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir  —dice el Señor de los ejércitos—, y no quedará de ellos ni rama ni raíz. 
Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas. 
Palabra de Dios

 REFLEXIÓN

OJALÁ LLEGUE PRONTO EL DÍA DEL SEÑOR   

            En el texto que nos presenta la liturgia de este domingo, se hace alusión a un acontecimiento o a un momento que no se sabe cuándo ni cómo será, pero que todos esperan que llegue: “El día del Señor”: ese “día” va a ser como un fuego que abrasa hasta las raíces de los árboles venenosos que contaminan el bosque con sus semillas y con sus raíces y desaparecerán para siempre.
            El pueblo está en el exilio y no solo se espera el triunfo y la libertad, sino también la venganza y ha de llegar el momento en que serán exterminados los corruptos que con sus mentiras, sus engaños, sus atropellos y sus robos han corrompido al pueblo y lo han llevado al extravío.
            Al leer todo esto, es imposible inhibirse y no pensar en la situación en la que nos encontramos y en el camino que hemos recorrido para llegar, a la situación en que vive el mundo de atropellos, de robos, de corrupción, de guerras… y sentir el deseo y la necesidad de levantar los ojos de Dios y pedirle, con todas las fuerzas del corazón, que llegue cuanto antes ese “día del Señor” y se establezca de una vez por todas el respeto, la justicia, la verdad y desaparezcan para siempre todos los que están rompiendo la paz en el mundo; pero junto a la petición que nos nace del interior, hay que plantearse también muy seriamente, hasta qué punto estamos participando cada uno en el desastre, pues es muy fácil coger las piedras y tirársela al vecino, sin reconocer que por mi acción o por mi omisión, estoy colaborando a que se mantenga la situación que nos hunde.

Salmo responsorial Sal 97,  5‑6.  7‑9a. 9bc (R.: cf. 9)

R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud. 

Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R. 
R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud. 

Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor,
que llega para regir la tierra. R.
R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud. 

Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R.
R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud. 

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 7‑12
El que no trabaja, que no coma

Hermanos: 
Ya sabéis como tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie. 
No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar. 
Cuando vivimos con vosotros os lo mandamos: El que no trabaja, que no coma. 
Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada. 
Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan. 
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN

LOS DERECHOS DEL PARÁSITO    
            Pablo ha venido dando a la comunidad principios que ayuden a sostenerse y a orientar la vida; ahora se trata de aterrizar esos principios y llevarlos a la vida práctica, eso ya será otro problema, pues nos vamos a encontrar con un montón de dificultades, unas previsibles y otras imprevisibles, ya que cada persona es un mundo y responde como se le antoja.
            Como ocurre siempre, mientras nos mantenemos en la teoría, todo está muy bien; el problema se presenta el momento en que tenemos que ponerlo en práctica; aquí Pablo se encuentra con una situación que puede tener diversos puntos de vista, pero que él la saca a la luz y la deja al descubierto: hay unos individuos que andan predicando la proximidad del fin del mundo y se están dedicando a inquietar a la gente y meterle miedo diciendo lo que tienen que hacer y cómo han de hacerlo, pero ellos, mientras tanto, no dan golpe y viven del cuento y del miedo que andan sembrando a la gente.
            Pablo deja bien claro que la fe no les puede llevar a vivir del cuento y que si alguien lo hace, está equivocado y equivocando a la comunidad; la fe, al contrario, lleva a comprometerse cada vez con más fuerza con el mundo, entonces, para no quedarse en puras teorías y principios echa mano de su propia experiencia de vida: “no viví entre vosotros sin trabajar, nadie me dio de balde el pan que comí, sino que trabaje y me cansé día y noche, a fin de no ser carga para nadie”
            Lo contrario no tiene justificación, por eso concluye diciendo: “El que no trabaja, que no coma” Yo creo que este principio deberíamos aplicárselo a mucha gente que anda burlándose del pueblo de muchas maneras y viviendo a costillas de él sintiéndose con todos sus derechos a ser mantenido.
  
Aleluya Lc. 21, 28
Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.

EVANGELIO

 Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 5‑19
Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: 
—«Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.» 
Ellos le preguntaron: 
—«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»
Él contestó: 
—«Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos. 
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. 
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.» 
Luego les dijo: 
—«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. 
Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. 
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. 
Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. 
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. 
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.» 
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

ACTITUD FRENTE A LA LUCHA   

            Cuando leemos despacio el pasaje que nos trae hoy la liturgia y lo cogemos para que ilumine la realidad que vivimos, parece que S. Lucas habla, no a la comunidad que tiene en su tiempo, sino en la más plena actualidad.
            En Occidente llevamos muchos años instalados en una comodidad extraordinaria, en la que nos permitimos el lujo hasta de ser “enemigos” de nosotros mismos, en donde el “creer” no solo era un privilegio, sino que te permitía la posibilidad hasta de juzgar a quien no fuera creyente… llevamos mucho tiempo dormidos bajo el fresco de los laureles. Y la iglesia perdió su fuerza, su carisma, su juventud, su atractivo… porque se relajó y devaluó su propuesta y su mensaje.
            Pero aunque todo eso haya ocurrido, en ningún momento de la historia cambiaron los principios, siempre han sido los mismos, aunque no les hayamos querido hacer caso, los consejos de Jesús han estado siempre vigentes: “Tened cuidado con que nadie os engañe, porque muchos vendrán usando mi nombre, diciendo: Yo soy…”
            Desde el primer momento, Jesús deja bien claro cómo es su camino y,  su programa de vida lo termina diciendo “Bienaventurados vosotros cuando os persigan, os calumnien… por mi nombre”. Es decir: la lucha, el sufrimiento es connatural con la iglesia, pero jamás el estancamiento y asentarse en la seguridad y en el confort han sido notas que identifiquen a la iglesia.
            Y como es natural a la iglesia la lucha, en los momentos de crisis –que serán muchos- es muy corriente el escuchar voces que intentan llevarse el agua a su molino y arrastran a un montón de gente: resuenan todavía las palabras de una persona que se jacta de ser cristiana de vanguardia alegrándose de todos los cambios que se están dando y que le van a hacer despertar a la iglesia y ponerse en camino, pues no puede seguir anclada en posturas medievales, se refería concretamente a todo el tema de la ideología de género.
            Y vendrán diciéndonos: “Yo soy” y arrastrarán a mucha gente, efectivamente, es exactamente lo que está pasando y, cuando alguien se planta y hace frente con el sentido común, ni siquiera con argumentos de la fe, se convierte en “persona non grata” para el sistema.
            ¿Qué hacer frente a todo esto que nos agrede? La respuesta la da Jesús a sus apóstoles y es la que ofrece Lucas a la comunidad: Tranquilos, no tengáis miedoni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”