DOMINGO EN LA OCTAVA DE NAVIDAD -B-


LA SAGRADA FAMILIA

 

Lectura del libro del Eclesiástico 3,2‑6.12‑14

            Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre la prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos, y cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque flaquee su mente, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La piedad para con el padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

Palabra de Dios

 

REFLEXIÓN

 

DERRIBAR REFERENTES

Frente a un mundo en el que se quiere proclamar al hombre como máximo referente, por encima de todos los principios  culturales, disciplinares, éticos, religiosos… hoy nos propone la liturgia un modo distinto de caminar para el hombre basado en el respeto, en el reconocimiento del bien que se le ha hecho, en la aceptación, del cariño y del amor que le tienen sus progenitores, en  asumir ciertos principios que están marcados en la misma naturaleza, en aceptar que el hombre es un ser que  se hace en el aprendizaje y en el respeto y la convivencia.

     Hay principios que no provienen de fuera, sino que están inscritos dentro del código de la naturaleza, que podemos llamar de “ley natural” y romperlos lleva consigo el desmadre y el caos.

     Hoy, con el afán de romper con todo lo tradicional; con el deseo de demostrar que el hombre es autosuficiente y que es un atraso el regirse por unos principios que ha venido dictando la religión, se ha dejado al individuo sin referentes y, al hacerlo, hemos dejado al hombre a la deriva a merced de sus instintos más primarios.

 

Salmo responsorial       Sal  127,  1‑2.  3.  4‑5

 

V/.  ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!

R/.  ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!

 

V/.  ¡Dichoso el que teme al Señor,

            y sigue sus caminos !

       Comerás del fruto de tu trabajo,

            serás dichoso, te irá bien.

V/.  ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!

 

V/.  Tu mujer, como parra fecunda,

            en medio de tu casa;

       tus hijos como renuevos de olivo,

            alrededor de tu mesa.

V/.  ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!

 

V/.  Esta es la bendición del hombre

            que teme al Señor:

       Que el Señor te bendiga desde Sión,

            que veas la prosperidad de Jerusalén,

            todos los días de tu vida.

V/.  ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!

 

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses       3,  12‑21

La vida de familia vivida en el Señor

Hermanos:


Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.

El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.

Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.

Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.

Y sed agradecidos: la Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente.

Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.

Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, ofreciendo la Acción de Gracias a Dios Padre por medio de él.

Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor.

Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.

Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor.

Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

NORMAS DE CONVIVENCIA FAMILIAR

S. Pablo intenta dejar una especie de código de relaciones humanas dentro de la comunidad, relaciones que están basadas en la misma familia que se rige por el amor y la fraternidad, pues la iglesia es una familia en la que el AMOR es la norma suprema de convivencia y ésta da como resultado una relación respetuosa, sencilla, agradecida, tolerante entre todos los componentes de la familia o de la comunidad.

     Cuando no es esta forma de vivir la que se establece, el resultado es otra cosa: falta la solidaridad, el respeto, la tolerancia, la escucha, y se hace imposible la convivencia, ya que cada uno se erige como centro y exige que los demás estén a su servicio.

     La norma del amor que Cristo deja para su iglesia no se basa en la exigencia de “derechos”, sino en la donación y, por tanto, en la asunción de obligaciones. Allí donde solo se habla de derechos es porque falta la solidaridad y nadie reconoce el “servicio” como expresión del AMOR.

 

Aleluya       Col  3,  15a.  16a

 

Aleluya, aleluya.

Que la paz de Cristo actúe de árbitro   en vuestro corazón;

que la Palabra de Cristo habite entre vosotros  en toda su riqueza.

Aleluya.

 

EVANGELIO (opción 2)

El niño iba creciendo, lleno de sabiduría

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 2, 22. 39-40

CUANDO se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor.
Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

Palabra del Señor.

 

ATENTAR A LA BASE DE LA CULTURA   

 

            Estamos asistiendo a un espectáculo lamentable viendo cómo se dan golpes a la institución más antigua y base de toda la estructura social: LA FAMILIA. Ya, desde mediados del siglo pasado se comenzó el proyecto de un cambio en la estructura de la cultura de occidente encuadrada en un marco judeo-cristiano que eran los DIEZ MANDAMIENTOS, considerados normas elementales de convivencia humana, pues estaban enganchados en la naturaleza.

            Estaba perfectamente programado que la base y el fundamento de todo estaba en la familia, por tanto, era por ahí por donde había que empezar a derribar esquemas y comenzaron empeñándose en demostrar que eran posibles y de la misma manera buenas, diversas formas o tipos de familia, queriendo dejar como algo superado y trasnochado el modelo natural de un padre, una madre, unos hermanos y unos parientes… cuyo derecho ha sido recogido por todas las culturas como un derecho natural con el que toda criatura nace a tener una nacionalidad de origen, un nombre, un padre, una madre, una familia donde sea acogido, reconocido por todos, respetado y apoyado. Y Dios mismo refrendó esta verdad cogiendo una familia de este tipo para entrar en la humanidad y realizarse como hombre.

            El hogar de Nazaret ha sido tomado como referente y modelo de diálogo, de solidaridad, de fidelidad, de responsabilidad, de aprendizaje y crecimiento en libertad y coherencia.

            Sin embargo, el momento que vivimos, como resultado de esa lucha por desestabilizar los cimientos de la cultura y la sociedad, estamos experimentando el desequilibrio existente, donde es imposible una relación estable y serena a todos los niveles; el dinero se ha impuesto por encima del amor, de la solidaridad, de la fraternidad, de la paz y del equilibrio de la persona.

            Ante la celebración del hogar de Nazaret como referente y modelo de paz, no nos queda más remedio que plantearnos la pregunta por el nuestro: ¿Es nuestro hogar un espacio donde las nuevas generaciones pueden vivir y aprender en solidaridad, en fraternidad, en responsabilidad y en libertad? O por el contrario, ¿es más bien un espacio de indiferencia, de pasividad, de egoísmo y de apatía ante los problemas y el dolor de los demás?

 

 

 

 

 

DOMINGO IV DE ADVIENTO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de Samuel. 2 Sam 7, 1-5. 8b-12. 14a.16
El reino de David se mantendrá siempre firme ante el Señor
CUANDO el rey David se asentó en su casa y el Señor le hubo dado reposo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán:
«Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios habita en una tienda».
Natán dijo al rey:
«Ve y haz lo que desea tu corazón, pues el Señor está contigo».
Aquella noche vino esta palabra del Señor a Natán:
«Ve y habla a mi siervo David: “Así dice el Señor: ¿Tú me vas a construir una casa para morada mía?
Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. He estado a tu lado por donde quiera que has ido, he suprimido a todos tus enemigos ante ti y te he hecho tan famoso como los grandes de la tierra. Dispondré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que resida en él sin que lo inquieten, ni le hagan más daño los malvados, como antaño, cuando nombraba jueces sobre mi pueblo Israel. A ti te he dado reposo de todos tus enemigos. Pues bien, el Señor te anuncia que te va a edificar una casa.
En efecto, cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo.
Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mí, tu trono durará para siempre”».
Palabra de Dios. 
REFLEXIÓN

CADA UNO EN SU SITIO 

                El pasaje es una especie de presentación del Mesías esperado en el que declara su procedencia y su acción en el reinado de David: es Él quien le ha dado a David el trono y quien va a afianzar su casa (su descendencia) y en ella se va a extender su proyecto en el tiempo y en el espacio hasta la eternidad y a todo el universo.
            Dios no se deja atrapar ni manipular por David; él no es quién para reducir a Dios entre cuatro paredes y disponer de lo que ha de hacer en su casa y en su nombre.
            En un primer momento el profeta cae en la trampa: le parece muy bien la idea de David de construir un templo para Yahvé, pero después se da cuenta que lo que David pretende es dejar una obra suntuosa que lo recuerden por los siglos, que es el gran sueño de su vida, pero de lo que se trata no es de realizar el sueño de David, sino el de Dios y, por otro lado, se trata de dejar bien claro que el que va a dar estabilidad y seguridad al trono no es David, sino Dios y David será grande en tanto en cuanto siga el camino que Dios le ha trazado y no en cuanto se sigan las normas que David ha establecido.
Salmo responsorial
Sal 88, 2-3. 4-5. 27 y 29 (R/.: Cf. 2a))
R/.   Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
        V/.   Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
                anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
                Porque dijiste: «Tu misericordia es un edificio eterno»,
                más que el cielo has afianzado tu fidelidad.   R/.
R/.   Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

        V/.   «Sellé una alianza con mí elegido,
                jurando a David, mi siervo:
                Te fundaré un linaje perpetuo,
                edificaré tu trono para todas las edades».   
R/.
R/.   Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
        V/.   «Él me invocará: “Tú eres mi padre,
                mi Dios, mi Roca salvadora”.
                Le mantendré eternamente mi favor,
                y mi alianza con él será estable.   
R/.
R/.   Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.
Rom 16, 25-27
El misterio mantenido en secreto durante siglos eternos ha sido manifestado ahora
HERMANOS:
Al que puede consolidaros según mi Evangelio y el mensaje de Jesucristo que proclamo, conforme a la revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora mediante las Escrituras proféticas, dado a conocer según disposición del Dios eterno para que todas las gentes llegaran a la obediencia de la fe; a Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN 
CRISTO HA ABIERTO EL HORIZONTE    
            El pasaje de la carta a los romanos es la conclusión con la que S. Pablo   intenta cerrar la carta que le escribe a la comunidad de Roma, indicando que lo que les ha dicho, lo que les ha marcado y corregido, no ha tenido otra justificación y otra razón más que buscar la gloria y la alabanza de Dios que es el único que da sentido a todo y es la única fuerza que sostiene la iglesia: “el que puede fortalecernos”.
            Dios ha manifestado a través de Jesús todo el misterio de su ser y su proyecto de felicidad para el hombre; esto ha hecho que nosotros podamos participar de su plan y no andemos ya en tinieblas.
            Pablo siente que su vida entera tiene que ser un canto de acción de gracias a Dios por todo lo que ha hecho con nosotros; la acción de Cristo está en haber colmado de sentido el momento actual que vivimos, todo ha cambiado radicalmente, algo así como salir de la más profunda oscuridad a la luz resplandeciente del sol; ahora es el tiempo decisivo de salvación,  ahora es el tiempo de la gracia; se ha adelantado el futuro y se nos ha dado la posibilidad de cambiarlo  y de empezar a vivir lo que en el futuro será decisivo y eterno.
            La realidad que Pablo vive y quiere transmitir a la comunidad de Roma es algo que hoy estamos necesitando con urgencia pues vivimos encerrados en un pragmatismo inmediatista que nos reduce al aquí y ahora sin más transcendencia de nada dejándonos vacíos y angustiados.
 Aleluya
Lc 1, 38
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   He aquí la esclava del Señor;
        hágase en mí según tu palabra.   
R/.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 1, 26-38
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
EN aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel.
El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
Palabra del Señor.             
 
REFLEXIÓN 
ALÉGRATE…
       Al leer este pasaje del evangelio hay algo que choca frontalmente pues no sabes cómo encajarlo, en dónde ubicarlo, pues sientes que es algo que está fuera de la realidad: la primera palabra que Dios pronuncia en su primera incursión en la humanidad, para inaugurar su proyecto definitivo para el hombre, es una invitación a la alegría: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.
       Frente a esta invitación y este apoyo a la alegría, cada mañana, cuando nos levantamos y abrimos la televisión o el periódico para ver por dónde andamos, lo único que nos encontramos es robos, guerras, muertes, peleas… violencia y muerte. Uno se pregunta: ¿De qué me voy a alegrar viendo los millones de personas que están teniendo que abandonar su tierra y lanzarse al vacío sin otro horizonte que la muerte, pues no les dejan vivir en paz? ¿Dónde está el Señor que no pone su mano y para esta locura en la que nos hemos establecido?
       Porque la alegría con mayúscula es algo que nace de lo más profundo del corazón, cuando la persona está llena de esperanza y seguridad, lo demás puede ser risas de burla, de cumplido, de escaparate… mientras el corazón está lleno de tristeza y decepción.
       La alegría que Dios trae para el mundo no es la “risa” que nosotros hemos montado para contemporizar; es la que nace de un orden nuevo que Él nos trae, en el que es posible la alegría profunda que nace de la esperanza y la seguridad que nos da Él y que trasciende la realidad en la que nos hemos instalado.
       Estas palabras de invitación a la alegría contrastan con las últimas que dirige a los discípulos en el momento en que está despidiéndose y ellos se encuentran aterrados: “Paz a vosotros” y les invita a perder el miedo y a tener confianza, pues Él va a estar a su lado (Lc. 24,36) en este nuevo camino marcado por el perdón, la confianza y la misericordia.
            Esta ruptura de esquemas actuales suena a locura, pues nos han convencido que es una utopía imposible, pero eso deja de serlo el momento en que hay gente que, como María, confía en Dios, se pone en sus manos, sigue el camino marcado y el resultado es infalible… ¡Y así hay mucha gente de la que, lógicamente, no se quiere hablar porque interesa tenerla en el silencio y se lucha por acallarla! Pero ellos son los portadores de la verdadera alegría.
 

DOMINGO III DE ADVIENTO -B-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías.  Is 61,1-2a.10-11

Desbordo de gozo en el Señor

EL Espíritu del Señor, Dios, está sobre mí,
     porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres,
     para curar los corazones desgarrados,
     proclamar la amnistía a los cautivos,
     y a los prisioneros la libertad;
     para proclamar un año de gracia del Señor.
Desbordo de gozo en el Señor,
     y me alegro con mi Dios:
     porque me ha puesto un traje de salvación,
     y me ha envuelto con un manto de justicia,
     como novio que se pone la corona,
     o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
     como un jardín hace brotar sus semillas,
     así el Señor hará brotar la justicia
     y los himnos ante todos los pueblos.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

       APELACIÓN AL DIOS SUPREMO    

            El profeta Isaías se presenta confesando su situación personal: siente que Dios le está llamando a dar la respuesta a la situación en la que se encuentra el pueblo: se ha apartado del camino y los dirigentes lo están llevando al caos y al abismo; el pueblo se encuentra impotente para reaccionar.

            Isaías siente que ha sido ungido por el Señor y enviado a proclamar un año de gracia: frente al caos y a la impotencia que existen, recurre al Señor como última instancia; Él es el juez supremo, el único que puede dar solución al problema.

            El profeta declara los fines para los que ha sido enviado:

            1º- Para dar la “Buena noticia a los pobres”: a los desvalidos, a los esclavos, a los marginados, a los que sufren y ven que se les ha cerrado el horizonte de la vida.

            2º- A “proclamar un año de gracia”: que todos vean que Dios está a su lado y no los olvida ni los abandona.

            Aterrizando el mensaje en el momento que vivimos, sentimos la necesidad de que alguien nos dibuje un horizonte nuevo, parecido a éste, en el que se recupere la esperanza, la alegría de vivir y la confianza en quien nos dirige, pues estamos angustiados y hastiados al ver la desidia, la corrupción y la burla que se traen los dirigentes con el pueblo, pues se han olvidado por completo del sufrimiento y del desconcierto al que lo han inducido, mientras ellos viven muy ocupados en asegurarse sus puestos para seguir robando.

            Anhelamos un pastor que proclame el progreso y la paz, pero que lo veamos que actúe con justicia y con verdad y vuelva a restablecer la confianza y la PAZ.

 

Salmo responsorial

Lc 1, 46b-48. 49-50. 53-54 (R/.: Is 61, 10b)

R/.   Me alegro con mi Dios.

 

        V/.   Proclama mi alma la grandeza del Señor,
                se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
                porque ha mirado la humildad de su esclava.

                Desde ahora me felicitarán todas las generaciones.   R/.
R/.   Me alegro con mi Dios.


        V/.   Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
                su nombre es santo,
                y su misericordia llega a sus fieles
                de generación en generación.   
R/.
R/.   Me alegro con mi Dios.


        V/.  
 A los hambrientos los colma de bienes
                y a los ricos los despide vacíos.
                Auxilia a Israel, su siervo,
                acordándose de la misericordia.   
R/.
R/.   Me alegro con mi Dios.

 

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.
1 Tes 5, 16-24

Que vuestro espíritu, alma y cuerpo se mantenga hasta la venida del Señor
HERMANOS:
Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.
No apaguéis el espíritu, no despreciéis las profecías. Examinadlo todo; quedaos con lo bueno.
Guardaos de toda clase de mal. Que el mismo Dios de la paz os santifique totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, se mantenga sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
El que os llama es fiel, y él lo realizará.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

 

LA LEY COMO REFERENTE   

S. Pablo escribe a la comunidad de los tesalonicenses invitándoles a centrarse en lo que es fundamental para la vida y hacer frente de esa manera a todo el ambiente que les rodea y que lucha por apartarlos del camino: “No apaguéis la fuerza del Espíritu Santo”, sino que pongan en práctica los dones que Él les ha dado, estando atentos para descubrir lo que es bueno y desechar todo aquello que les aparta del camino.

       Es justamente, en la postura que tomen en la vida, lo que va a distinguirlos del resto de los hombres; ellos no pueden seguir las invitaciones que el mundo les hace, por eso les invita a que estén atentos, que lo examinen todo y distingan entre el bien y el mal y sean honrados y valientes, separándose de todo aquello que les lleva a unirse al mal.

       El mensaje de Pablo a los tesalonicenses tiene una actualidad enorme en nuestros días, pues estamos sometidos a una presión extraordinaria en la que el mal se nos impone como ley, hasta el punto que entendemos como bueno y correcto  lo que es legal; la fuerza y el referente para actuar no es Dios, sino la ley.

 
Aleluya

Cf. Is 61, 1 (Lc 4, 18ac)

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   El Espíritu del Señor está sobre mí:
        me ha enviado a evangelizar a los pobres.   
R/.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 1, 6-8. 19-28

En medio de vosotros hay uno que no conocéis

SURGIÓ un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran:
«¿Tú quién eres?».
El confesó y no negó; confesó:
«Yo no soy el Mesías».
Le preguntaron:
«¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?».
Él dijo:
«No lo soy».
«¿Eres tú el Profeta?».
Respondió:
«No».
Y le dijeron:
«¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?».
Él contestó:
«Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías».
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
«Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?».
Juan les respondió:
«Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia».
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

LA CEGUERA ANTE LA LUZ       

            El texto que nos presenta el evangelio de Juan saca a la luz el ambiente que se respira en el momento: la gente espera la venida del Mesías en torno a la que giran muchas leyendas, como es la venida de Elías como antecesor que vendrá a restaurar y a unificar las tribus de Israel (Eclo. 48, 1-11) y ante la presencia extraña de Juan Bautista que ha aparecido en el desierto como uno de los antiguos profetas, la gente empieza a atar cabos y lo confunden, pues entre las promesas que se van recordando, una de ellas es la de “levantar un profeta que será un nuevo Moisés” (Dt. 18,15-18) por eso se acercan a preguntarle para tomar posiciones: tienen que aclararse frente a Jesús; o lo aceptan como el “enviado de Dios” o como un “impostor”; esto lo han de hacer las autoridades sagradas; le preguntan a Juan y él responde que no lo es, pero da testimonio de Jesús y, Jesús a su vez, dirá de Juan que es el hombre más grande nacido de mujer, que ha sido enviado como testigo de la luz, y en cuanto a Él, no da sus datos personales, sino que remite a lo que hace, para que ellos interpreten por lo que están viendo, pues la luz la tienen ante sus ojos, de la misma manera que tienen la oscuridad.

            Sin embargo, el miedo a perder la posición, la comodidad en la que estamos instalados, a tener que comprometerse con la vida, con la verdad: … hace que los hombres se retraigan y, para justificarse, hasta distorsionan el mensaje y lo hacen aparecer como algo contrario a la ley y a la verdad.

            El problema sigue patente en el momento actual: han logrado encuadrar el evangelio, con la quiescencia de los creyentes, como una ideología, que en el momento que vivimos es políticamente incorrecta y está prohibido pronunciarla porque desestabiliza el sistema y pone en tela de juicio todos los principios que se están queriendo establecer y que están en desacuerdo con la JUSTICIA y la VERDAD

 

 

 

 

DOMINGO II DE ADVIENTO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías. Is 40, 1-5. 9-11
Preparadle un camino al Señor
«CONSOLAD, consolad a mi pueblo
     —dice vuestro Dios—;
     hablad al corazón de Jerusalén,
     gritadle,
     que se ha cumplido su servicio
     y está pagado su crimen,
     pues de la mano del Señor
     ha recibido doble paga por sus pecados».
Una voz grita:
     «En el desierto preparadle
     un camino al Señor;
     allanad en la estepa
     una calzada para nuestro Dios;
     que los valles se levanten,
     que montes y colinas se abajen,
     que lo torcido se enderece
     y lo escabroso se iguale.
Se revelará la gloria del Señor,
     y la verán todos juntos
     —ha hablado la boca del Señor—».
Súbete a un monte elevado,
     heraldo de Sion;
     alza fuerte la voz,
     heraldo de Jerusalén;
     álzala, no temas,
     di a las ciudades de Judá:
     «Aquí está vuestro Dios.
Mirad, el Señor Dios llega con poder
     y con su brazo manda.
Mirad, viene con él su salario
     y su recompensa lo precede.
Como un pastor que apacienta el rebaño,
     reúne con su brazo los corderos
     y los lleva sobre el pecho;
     cuida él mismo a las ovejas que crían».
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN
SER SIGNOS DE CONSOLACIÓN      
            El texto de Isaías está escrito en un momento crítico por el que atraviesa el pueblo de Israel: el rey Ciro permite a los desterrados en Babilonia volver a su tierra y reconstruir el templo y la ciudad: algo así como la expulsión de los extranjeros del país.
            El profeta ve la nueva situación que se da y el desconcierto que supone para un pueblo que se ha adaptado ya a una cultura, a una situación; que ha tenido hijos que han vivido otra cultura, otras circunstancias… ahora tienen que levantarse de nuevo y volver a un país destruido, con unos hermanos que quedaron allí aplastados y humillados; el problema de caos es tremendo.
            Isaías pide al pueblo que se tranquilice, que no tome actitud derrotista y en lugar de ayudarse unos a otros se conviertan en obstáculos, que sean más bien cada uno consuelo para su hermano, que tengan comprensión con los que quedaron allí, ellos van a ser la imagen visible de Dios que vuelve a consolarlos, a abrirles de nuevo a la esperanza.
                 El mensaje va dirigido también a los que han quedado allí, para que entiendan que la vuelta de sus hermanos es un signo vivo de que Dios no los ha olvidado y ha vuelto la esperanza para ellos; es un mensaje doble: Dios ha roto las cadenas de la esclavitud del exilio y ahora vuelve como el pastor que ha logrado reunir a su rebaño: “Lleva en brazos los corderos, cuida de las madres”.
                 El mensaje es claro: Dios está dispuesto a consolar a todos, pero ellos han de estar dispuestos a acoger el mensaje y a servir de instrumentos de consolación: “Súbete a lo alto de un monte, heraldo de Sión, alza con fuerza la voz, heraldo de Jerusalén, álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: aquí está vuestro Dios”.
                 Hoy tiene una traducción actualísima este mensaje: estamos viendo el atropello que se está haciendo de los derechos humanos, de la dignidad de la persona… Cristo vino, nos enseñó el camino, lo recorrió Él primero y nos invitó a seguirlo y a preparar un camino en el desierto, abriendo una calzada, bajando los montes, rellenando los barrancos, quitando los obstáculos… Pero desgraciadamente estamos viendo cómo el mensaje se desprecia, se levantan cada vez más barreras y muros, se crean divisiones y se aumentan las distancias y hasta vemos cómo últimamente se intenta establecer como dogma la ruptura de la persona, haciendo que el hombre y la mujer se conviertan en enemigos irreconciliables.

Salmo responsorial
Sal 84, 9abc y 10. 11-12. 13-14 (R/.: 8)

R/.   Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

        V/.   Voy a escuchar lo que dice el Señor:
                «Dios anuncia la paz
                a su pueblo y a sus amigos».
                La salvación está cerca de los que le temen,

                y la gloria habitará en nuestra tierra.   R/.
R/.   Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

        V/.   La misericordia y la fidelidad se encuentran,
                la justicia y la paz se besan;
                la fidelidad brota de la tierra,
                y la justicia mira desde el cielo.   
R/.
R/.   Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

        V/.  
 El Señor nos dará la lluvia,
                y nuestra tierra dará su fruto.
                La justicia marchará ante él,
                y sus pasos señalarán el camino.   
R/.
R/.   Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro. 2 Pe 3, 8-14
Esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva
NO olvidéis una cosa, queridos míos, que para el Señor un día es como mil años y mil años como un día.
El Señor no retrasa su promesa, como piensan algunos, sino que tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda sino que todos accedan a la conversión.
Pero el Día del Señor llegará como un ladrón. Entonces los cielos desaparecerán estrepitosamente, los elementos se disolverán abrasados y la tierra con cuantas obras hay en ella quedará al descubierto.
Puesto que todas estas cosas van a disolverse de este modo, ¡qué santa y piadosa debe ser vuestra conducta, mientras esperáis y apresuráis la llegada del Día de Dios!
Ese día los cielos se disolverán incendiados y los elementos se derretirán abrasados.
Pero nosotros, según su promesa, esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva en los que habite la justicia.
Por eso, queridos míos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, intachables e irreprochables.
Palabra de Dios.
 

REFLEXIÓN 

DISTINTAS FORMAS DE VER    
S. Pedro quiere salir al paso de la dificultad que están viviendo en el momento: en el ambiente está moviéndose una inquietud por la venida inminente del Mesías Libertador, pero están viendo que cada vez se retrasa más y se van perdiendo las esperanzas, la ilusión y van cayendo en una especie de decepción, con lo que el horizonte se va perdiendo y empiezan a entrar dudas en la gente de que la promesa del Señor que les dijo “Volveré” fue un cuento. Esto hace que empiece a cuestionarse la veracidad de la Palabra, pues ven que nada cambia, que todo sigue igual.
       Pedro les hace tomar conciencia de que los planes de Dios, la visión que Él tiene de la vida y de la historia es muy distinta a la nuestra. Es más, nuestras categorías de espacio y tiempo no son como las suyas: para el Señor un día es como mil años y mil años como un día”.
       La vuelta de Jesús no depende de una cantidad de meses o de años, o de siglos, sino de la calidad del tiempo que concede a cada uno `para que recapacite y cambie; el tiempo de Dios es un tiempo de gracia y no de días: El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan”.

Aleluya

Lc 3, 4cd. 6
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.
        Toda carne verá la salvación de Dios.   
R/.

EVANGELIO
  Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 1, 1-8
Enderezad los senderos del Señor
COMIENZA el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
Como está escrito en el profeta Isaías:
«Yo envío a mi mensajero delante de ti,
el cual preparará tu camino;
voz del que grita en el desierto:
“Preparad el camino del Señor,
enderezad sus senderos”».
Se presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Acudía a él toda la región de Judea y toda la gente de Jerusalén. Él los bautizaba en el río Jordán y confesaban sus pecados.
Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba:
«Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo».
Palabra del Señor.
 

REFLEXIÓN 

LAS FALSAS EXPECTATIVAS      

            S. Marcos parte también de un hecho que se está viviendo: en el ambiente se vive la sensación de una inminente venida del Señor que prometió que volvería y todos creen que está a punto de llegar.
            En el ambiente también se habla mucho de un profeta que ha aparecido y que la gente lo confunde con Elías que creen que ha vuelto, como se indica en la      tradición, cosa que será también un signo de la venida definitiva del Mesías… todo se confabula para crear un ambiente de reconstrucción de todo el orden establecido; están también en el cambio del milenio, cosa que también incide en el momento.
            En esta situación aparece Juan Bautista diciendo que hay que bautizarse para que se perdonen los pecados y que tenemos que preparar el camino para el que esperamos que venga y como signo de nuestro arrepentimiento y nuestra disposición presentamos nuestro cambio de vida.
            Juan aparece predicando un castigo por parte de Dios para todos aquellos que se han opuesto a su proyecto y han estado oprimiendo al pueblo, debían presentarse, pues, como personas abiertamente opuestas al pecado.
            Este discurso de Juan era muy aceptado por la gente sencilla que lo ven lógico y deseable, sobre todo por los más pobres y explotados, mientras que los fariseos, saduceos y sacerdotes del templo no lo creyeron ni aceptaron, cosa lógica por otro lado, ya que eran ellos los que estaban oprimiendo al pueblo.
            El evangelio se detiene en describir la vestimenta de Juan porque eso indica que es tomado por un profeta, pues es la forma típica de vestir de los profetas antiguos y el mensaje de esperanza que deja dentro de su predicación justiciera, es la esperanza en la venida inminente de un Mesías que será el que bautice con agua y Espíritu.