DOMINGO XXVI DEL T.O. -A-


 PRIMERA LECTURA

 

Lectura de la profecía de Ezequiel. Ez 18, 25-28

Cuando el malvado se convierte de la maldad, salva su propia vida
ESTO dice el Señor:
«Insistís: “No es justo el proceder del Señor”. Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá».
Palabra de Dios.

 

SEGUNDA LECTURA (forma larga)

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses. Fil 2, 1-11

Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús
HERMANOS:
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obréis por rivalidad ni por ostentación, considerando por la humildad a los demás superiores a vosotros. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
El cual, siendo de condición divina,
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;
al contrario, se despojó de sí mismo
tomando la condición de esclavo,
hecho semejante a los hombres.
Y así, reconocido como hombre por su presencia,
se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor,
para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

EN QUÉ PONEMOS EL REFERENTE      

            “Si el malvado se convierte salva su vida” dirá el profeta, pero el problema está en quién es el que establece el canon de la maldad, porque con frecuencia lo estamos viendo que no aceptamos que sea Dios quien lo pone, sino aquellos que tienen el poder en el momento y, son los que determinan qué es lo bueno y qué es lo malo, entonces ¿Quién es el que tiene que convertirse?

            Tanto el profeta Ezequiel como el evangelio se refieren al mismo problema y es que, los que se consideran a sí mismos salvados, son incapaces de abrirse a Dios y a la conversión y siempre tienden a sentirse con autoridad para juzgar y condenar a los demás, esto es muy propio de los líderes religiosos que llegan a sentirse los dueños de la salvación, como si fuera algo de su propiedad.

            Nos encontramos por el año 597 a. C. El profeta Ezequiel llama la atención a su pueblo, ante lo que está observando: los líderes del pueblo han sido deportados a tierras extrajeras y están siendo sometidos a trabajos forzados; en Jerusalén se han quedado prácticamente a la deriva y los nuevos líderes que salen, no son más que oportunistas que se aprovechan del pueblo, incendiando los ánimos con  consignas patrióticas y creando el caos para terminar de destruir lo poco que queda, como ocurriría 10 años después, cuando intervino Babilonia de forma destructora

            En estas condiciones, el profeta hace una llamada a la cordura y a mantener el sentido común, pues no es posible seguir en esa locura en la que han entrado. Los funcionarios de la corte y del templo se consideraban los dueños absolutos de todo y estaban por encima del bien y del mal. Ezequiel les llama la atención, pidiéndoles que se pongan al servicio de la verdad, de la justicia, de la paz y no anden engañando al pueblo, pues en nombre de la justicia están cometiendo los mayores robos y asesinatos, ya que han corrompido todo el orden jurídico y ético, dándole la espalda a Dios y ellos se consideran la verdad, la ley y la misma salvación. En el momento actual estamos teniendo verdaderos exponentes que repiten, como un calco, la situación del pueblo de Israel hace 2.600 años.

 

Salmo responsorial

Sal 24, 4-5. 6-7. 8-9 (R/.: 6a)

R/.   Recuerda, Señor, tu ternura.

 

        V/.   Señor, enséñame tus caminos,
                instrúyeme en tus sendas:
                haz que camine con lealtad;
                enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
                y todo el día te estoy esperando.   
R/.

R/.   Recuerda, Señor, tu ternura.

 

        V/.   Recuerda, Señor, que tu ternura
                y tu misericordia son eternas;
                no te acuerdes de los pecados
                ni de las maldades de mi juventud;
                acuérdate de mi con misericordia,
                por tu bondad, Señor.   
R/.

R/.   Recuerda, Señor, tu ternura.

 

        V/.   El Señor es bueno y es recto,
                y enseña el camino a los pecadores;
                hace caminar a los humildes con rectitud,
                enseña su camino a los humildes.   
R/.

R/.   Recuerda, Señor, tu ternura.

 

SEGUNDA LECTURA (forma breve)

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses. Fil 2, 1-5

Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús

HERMANOS:
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obréis por rivalidad ni por ostentación, considerando por la humildad a los demás superiores a vosotros. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

SOMOS LO QUE HACEMOS      

            Pablo se da cuenta que una de las tentaciones que tiene la comunidad es que, al vivir en un ambiente tan corrompido, el hecho de que ellos tengan una sensibilidad especial y una conciencia más recta con respecto a la realidad, pueden llegar a sentirse superiores y mejores que los demás, con lo que caerían en una falsa actitud puritana que les lleve a sentirse los buenos y los salvados terminando en un desprecio de los demás.

            Para que no se vengan a engaños, establece el único criterio de verdad: “Tener entrañas de misericordia” que no es sino la puesta en práctica del amor sin condiciones hacia aquellas personas marginadas, víctimas de la opresión y la miseria.

             Los cristianos no se pueden medir con el canon de los ejercicios piadosos, sino con el ejemplo de Jesús practicando la justicia, la misericordia, esto será lo que dé como resultado lo que les dice: “manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todo el interés de los demás”. Esto solo es posible teniendo los mismos sentimientos de Cristo.

            Esos sentimientos se traducen irremediablemente en una práctica que es la que dice en verdad lo que somos. Esto fue lo que Jesús quiso hacer ver y denunciar lo que estaba ocurriendo: Un hermano muy correcto dijo que sí, pero su palabra quedó completamente desmentida con su práctica que fue un no. El otro aparece como una persona incorrecta, despreciable… como alguien que está fuera del camino, pero luego, a la hora de la verdad, es el que hace lo que manda el Padre.

 

Aleluya

Jn 10, 27

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—,
        y yo las conozco, y ellas me siguen..   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 21, 28-32
Se arrepintió y fue. Los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios
EN aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero». Pero después se arrepintió y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue.
¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?».
Contestaron:
«El primero».
Jesús les dijo:
«En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante d vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

LA INCOHERENCIA DE LOS CORRECTOS     

            Con la parábola de los dos hijos que son invitados a trabajar y ambos dan una respuesta ambigua, Jesús quiere denunciar lo que está ocurriendo, que representa una falsa conciencia religiosa:

            Las imágenes son conocidas: la viña es el pueblo en el que hay que realizar un trabajo duro y penoso, pero urgente, pues no se puede dejar a la deriva. A esta viña el Padre envía sus hijos para que trabajen y unos dan una respuesta y otros, otra; pero luego, a la hora de la verdad, los resultados son los que indican la verdadera actitud del trabajador.

            Jesús denuncia la actitud de aquellos dirigentes que públicamente se comprometen a servir, pero a la hora de la verdad no sirven, sino que SE SIRVEN del pueblo, mientras que otros, que se niegan a tener relevancia y protagonismo, a la hora de la verdad, son los únicos con los que se puede contar y dan lo mejor que tienen, sin escatimar esfuerzo; normalmente, gracias a éstos, los pueblos, las instituciones y cualquier comunidad, sale adelante.

            Al mismo tiempo, la parábola plantea un dilema que pone al descubierto la práctica de los oyentes: hace ver que los únicos que se toman en serio las palabras de los profetas y de la ley, son justamente los que son considerados pecadores y malditos por el régimen.

            La conversión no es asunto de unos discursos, unas ceremonias muy bien preparadas, unos ejercicios piadosos, sino una respuesta positiva a la justicia y a la verdad.

            La denuncia de Jesús hería la sensibilidad de los que se consideraban auténticos seguidores de Yahvé, cuando les colocaba delante de ellos, a quienes el sistema que habían montado consideraba una lacra social: las prostitutas y los publicanos.

            La profesión de publicano o prostituta era considerada como algo inadmisible y despreciable y, el que la practicaba, era una persona repugnante e inadmisible socialmente e intolerable para la gente de “bien”. Jesús derriba esta idea y este prejuicio que se ha montado, ridiculizando lo que ha construido el sistema religioso, haciéndoles ver cómo el sistema que habían fabricado, no pudo soportar ni siquiera la presencia de Juan Bautista, siendo el más grande nacido de mujer.

 

 

DOMINGO XXV DEL T.O. -A-

PRIMERA LECTURA

Mis planes no son vuestros planes

Lectura del libro de Isaías. Is 55, 6-9
BUSCAD al Señor mientras se deja encontrar,
invocadlo mientras está cerca.
Que el malvado abandone su camino,
y el malhechor sus planes;
que se convierta al Señor, y él tendrá piedad,
a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Porque mis planes no son vuestros planes,
vuestros caminos no son mis caminos
—oráculo del Señor—.
Cuanto dista el cielo de la tierra,
así distan mis caminos de los vuestros,
y mis planes de vuestros planes.
Palabra de Dios.
 

REFLEXIÓN 

NO DEJES PARA MAÑANA LO QUE PUEDAS HACER HOY      

            Hay en nuestro refranero expresiones que expresan a la perfección la llamada que vemos quiere hacer el profeta a su pueblo: tenemos una expresión preciosa que indica la postura de Dios que nos espera pacientemente: “Nunca es tarde, si la dicha es buena” o aquel otro: “No dejas para mañana lo que puedas hacer hoy”.
            El profeta invita a su pueblo con otras palabras: “Busca al Señor mientras se deja encontrar” o “Invócalo mientras está cerca”.
            Sí, porque “la oportunidad la pintan calva y hay que cogerla por los pelos” y no sabemos si se nos volverá a presentar la oportunidad de vivir el momento que hoy estamos teniendo, ni si tendré las posibilidades favorables que hoy tengo para rectificar mi camino.
            Dios va a actuar siempre en beneficio nuestro y va a hacer lo posible para que retomemos el camino; lógicamente, en nuestra equivocación nunca vamos a coincidir con Él, antes al contrario, estaremos constantemente chocando, sobre todo, si es que nos obstinamos en el mal.
            De ahí que, el profeta sostenga que los planes de Dios son muy distintos a los de los hombres y, por eso, Dios nos va a salir a cada momento a nuestro encuentro para cuestionarnos la vida y plantearnos el regreso al camino de la verdad y de la paz.

Salmo responsorial
Sal 144, 2-3. 8-9. 17-18 (R/.: 18a)
R/.   Cerca está el Señor de los que lo invocan. 

        V/.   Día tras día, te bendeciré
                y alabaré tu nombre por siempre jamás.
                Grande es el Señor, merece toda alabanza,
                es incalculable su grandeza.   
R/.
R/.   Cerca está el Señor de los que lo invocan. 

        V/.   El Señor es clemente y misericordioso,
                lento a la cólera y rico en piedad;
                el Señor es bueno con todos,
                es cariñoso con todas sus criaturas.   
R/.
R/.   Cerca está el Señor de los que lo invocan. 

        V/.   El Señor es justo en todos sus caminos,
                es bondadoso en todas sus acciones.
                Cerca está el Señor de los que lo invocan,
                de los que lo invocan sinceramente.   
R/.
R/.   Cerca está el Señor de los que lo invocan.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses. Fil 1, 20c-24. 27ª
Para mí la vida es Cristo
HERMANOS:
Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte.
Para mí la vida es Cristo y el morir una ganancia. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger.
Me encuentro en esta alternativa: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros.
Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo.
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN 

VIVIR PARA EL EVANGELIO   

            Pablo escribe a los filipenses confesándoles su sentimiento y su actitud de cara a Cristo: su vida no tiene sentido si no es en relación con Cristo. Él se encuentra en la cárcel, pero para él, la vida no es más que un instrumento y una posibilidad que tiene en sus manos para predicar el evangelio, lo demás le importa un bledo.
            Pablo tiene muy claro que su vida, como su muerte, están en manos de Dios que es quien dispone una cosa u otra; pero en todo momento, su persona y su vida entera no son más que un instrumento en manos de Dios para ser manifestación suya.
            Para Pablo, el morir significa “estar con Cristo” y el vivir no tiene otro sentido que ser manifestación de Cristo.
Pablo se plantea qué desear: si lo mejor para sí o lo más beneficioso para la iglesia; al final concluye sin reservas que lo más importante es optar por lo que más beneficia a la iglesia que es lo que está en consonancia con la voluntad de Cristo: “Me encuentro en ese dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros. Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo”.

Aleluya
Cf. Hch 16, 14b
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Abre, Señor, nuestro corazón,
        para que aceptemos las palabras de tu Hijo.   
R/.

EVANGELIO
  Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 20, 1-16
¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo:
“Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido».
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:
“Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”.
Le respondieron:
“Nadie nos ha contratado”.
Él les dijo:
“Id también vosotros a mi viña».
Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz:
“Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”.
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo:
“Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”.
Él replicó a uno de ellos:
“Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a tí. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”.
Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos».
Palabra del Señor.
 

REFLEXIÓN 

LA IMAGEN DE DIOS     
                Siempre me ha impactado la frase de Jesús concluyendo la discusión con los obreros que habían sido tratados con toda justicia, y no admiten que se trate a los demás también con misericordia; Jesús termina diciendo: “¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?"
            Y es que es así: constantemente estamos queriendo arreglar la plana a Dios queriendo obligarle a que entre por nuestros esquemas y nuestros intereses.
            En definitiva lo que está en juego es la visión que cada uno tenemos de Dios y que intentamos acomodarlo a nuestros razonamientos, a nuestra lógica y a nuestros intereses. Va a depender enormemente la imagen que nos hacemos de Dios de la concepción que tenemos de la vida, de la justicia, de la verdad… No será lo mismo la imagen que tenga un dictador de Dios, que sostiene que la ley está por encima de la persona y que es lo único que puede establecer el orden la paz y la alegría, entonces es probable que ponga a Dios en un gendarme al servicio de sus leyes y como juez implacable; el otro extremo opuesto puede ser la persona  que es solidaria, cercana, preocupada por el dolor de la gente, por el respeto a la naturaleza y a las personas… la imagen que proyectará será la de un Dios Padre, amigo, compañero, cercano, atento, misericordioso…
            Por tanto, es bueno que nos planteemos frente a la imagen que nos ha llegado y que ha venido rigiendo nuestra relación espiritual con Dios; es bueno ver qué ha hecho en nuestras vidas y qué actitudes ha generado, porque es muy importante tener en cuenta qué es lo que hoy se valora, se sostiene y se admite como políticamente correcto, porque eso puede dar como resultado una acomodación de Dios a los esquemas actuales y, de la misma manera que en otros tiempos el esquema de pensamiento del momento pudo tergiversar y hasta manchar la imagen de Dios, hoy podemos estar haciendo la misma cosa, haciendo y obligando a que Dios diga y afirme cosas que son afirmaciones nuestras, pero que no tienen que ver nada con su realidad.
            La iglesia ha de mirar siempre, no tanto a lo que políticamente correcto impone el momento, sino a lo que dijo, sostuvo y vivió Jesús que es la encarnación humana de la voluntad de Dios: Dios es misericordioso, pero no podemos olvidar que también es justo.

 

DOMINGO XXIV DEL T.O. -A-

PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro del Eclesiástico. Eclo 27, 33 – 28, 9
Perdona la ofensa a tu prójimo y, cuando reces, tus pecados te serán perdonados

RENCOR e ira también son detestables,
el pecador los posee.
El vengativo sufrirá la venganza del Señor,
que llevará cuenta exacta de sus pecados.
Perdona la ofensa a tu prójimo
y, cuando reces, tus pecados te serán perdonados.
Si un ser humano alimenta la ira contra otro,
¿cómo puede esperar la curación del Señor?
Si no se compadece de su semejante,
¿cómo pide perdón por sus propios pecados?
Si él, simple mortal, guarda rencor,
¿quién perdonará sus pecados?
Piensa en tu final y deja de odiar,
acuérdate de la corrupción y de la muerte
y sé fiel a los mandamientos.
Acuérdate de los mandamientos
y no guardes rencor a tu prójimo;
acuérdate de la alianza del Altísimo
y pasa por alto la ofensa.
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN

“ACUÉRDATE”…     
            Es bueno retomar la invitación que el sabio Ben Sirá hace al final del s. III a.C. “Acuérdate”: es conveniente no olvidar ciertos asuntos, ciertas lecciones y acontecimientos que nos va dando la vida en la historia que venimos recorriendo: el sabio invita al pueblo a que recuerde siempre cuál es su fin  sobre la tierra y el sentido de su existencia; esto es lo más importante y lo que no debe cambiar por nada; de la misma manera ha de tener bien presente que la corrupción, el abandono de la justicia y del respeto a Dios lo ha llevado siempre al desastre y a la muerte.
            La invitación sigue teniendo hoy para nosotros la misma fuerza: “recuerda” los errores cometidos a través de la historia para que no vuelvas a caer en ellos y llegues al caos y al desastre; “acuérdate” que la corrupción de antaño llevó al país y al mundo a grandes guerras y a la muerte; “Acuérdate” que la destrucción del orden, de la moral, de los principios y valores fundamentales llevan consigo la violencia, el atropello y la infelicidad.
            Por otro lado, olvidar esos principios, rompe por completo lo que es el sentido común: el que guarda el odio y el rencor y no perdona a su prójimo, no puede esperar otra cosa para sí y, sobre todo, ¿Con qué cara puede pedir un perdón que él no da? Cada uno recoge lo que siembra, pues nosotros mismos vamos poniendo las reglas de juego en el que queremos movernos.

Salmo responsorial
Sal 102, 1-2. 3-4. 9-10. 11-12 (R.: 8)

R/.   El Señor es compasivo y misericordioso,
        lento a la ira y rico en clemencia.
 
      V/.   Bendice, alma mía, al Señor,
                y todo mi ser a su santo nombre.
                Bendice, alma mía, al Señor,
                y no olvides sus beneficios.   
R/.
R/.   El Señor es compasivo y misericordioso,
        lento a la ira y rico en clemencia.

         V/.   Él perdona todas tus culpas
                y cura todas tus enfermedades;
                él rescata tu vida de la fosa,
                y te colma de gracia y de ternura.   
R/.
R/.   El Señor es compasivo y misericordioso,
        lento a la ira y rico en clemencia.
 

        V/.   No está siempre acusando
                ni guarda rencor perpetuo;
                no nos trata como merecen nuestros pecados
                ni nos paga según nuestra culpa.   
R/.
R/.   El Señor es compasivo y misericordioso,
        lento a la ira y rico en clemencia.

        V/.   Como se levanta el cielo sobre la tierra,
                se levanta su bondad sobre los que lo temen;
                como dista el oriente del ocaso,
                así aleja de nosotros nuestros delitos.   
R/.
R/.   El Señor es compasivo y misericordioso,
        lento a la ira y rico en clemencia.


SEGUNDA LECTURA 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos. Rom 14, 7-9
Ya vivamos, ya muramos, somos del Señor

HERMANOS:
Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo.
Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; así que, ya vivamos ya muramos, somos del Señor.
Pues para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de muertos y vivos.
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN

EL RESPETO BASE DEL ENTENDIMIENTO    

            Siguiendo la coherencia marcada en la reflexión, Pablo continúa en la misma línea que viene sosteniendo: Dios ha optado inquebrantablemente por nosotros; Él no retira ni cambia su decisión: todo lo que hace es para beneficio nuestro…
            La respuesta coherente es devolver la misma moneda, por tanto, nuestra vida no tiene sentido si no es en función de Dios: “Si vivimos, vivimos para el Señor, si morimos, morimos para el Señor… en la vida y en la muerte somos de Dios”
            De esta forma, Pablo sale al paso del problema que está viviendo la comunidad, en la que se han montado una especie de bandos, en los que unos se consideran los “débiles” que son los que no han sido capaces de superar la fuerza de la ley que les prohíbe comer carne y se consideran vegetarianos y otros, los “fuertes”, que son los que se sienten liberados y comen de todo sin ningún problema, sin importarles los días de abstinencia (algo parecido a lo que ocurre hoy entre nosotros con la ley del ayuno y la abstinencia en la cuaresma).
            Entre ambos grupos, ha surgido una fuerte discusión y ambos se acusan de lo mismo, exactamente igual que ocurre hoy entre nosotros, entre los “progres” y los “retros”. La solución es la misma que Pablo presenta: respeto a la conciencia de cada uno y dejar que cada uno responda al Señor de la manera que mejor se sienta, crea y pueda. 

Aleluya
Jn 13, 34
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Os doy un mandamiento nuevo —dice el Señor—:
        que os améis unos a otros, como yo os he amado.   
R/.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 18, 21-35
No te digo que perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete

    EN aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:
    «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?».
    Jesús le contesta:
    «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:
    “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”.
    Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda.
    Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo:
    “Págame lo que me debes”.
    El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo:
    “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”.
    Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
    Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido.
    Entonces el señor lo llamó y le dijo:
    “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste ¿no debías tener tú también compasión de un compañero, como yo tuve compasión de ti?”.
    Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
    Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».
    Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

LA GRANDEZA DEL PERDÓN        

            Independientemente de toda la carga de dolor, de decepción, de atropello, de humillación que lleva siempre consigo la agresión o el daño realizado al otro, la venganza como respuesta no supone más que una descarga de adrenalina que alimenta el odio, el resentimiento y la cerrazón del corazón, llevándonos a vivir en la tristeza y en la amargura y al mismo tiempo generando otra respuesta de venganza.
            Ante esta experiencia de dolor y de amargura, es inevitable hacerse la pregunta: ¿Cómo sería un mundo donde no existiera el perdón y se estableciera el ojo por ojo y diente por diente? Al final llegaríamos a concluir que el mundo sería de los violentos y se establecería como norma la ley de la selva, donde permanecería siempre el más fuerte sin posibilidad alguna de vivir para los débiles y viviríamos imitando siempre a los violentos, a los criminales. Pero si nos damos cuenta, esto es, precisamente, lo que nos piden los instintos naturales que llevamos dentro.
            Si nos dejamos llevar por el odio, el rencor, el resentimiento como fuerza natural que nos arrastra, nos quedaríamos incapacitados para mirar al futuro con esperanza, para mirar la vida con alegría… pues la humanidad sería una especie de ser herido de muerte que solo busca satisfacer el rencor que lo inunda, sin otro objetivo que la revancha para calmar la herida que se ha recibido.
            Pero esto es una equivocación fatal, pues las heridas no se curan reavivándolas, sino perdonando; el resentimiento y la venganza no poseen un poder mágico que cure, únicamente provocan una sensación de satisfacción en un momento para caer en vacío mayor a continuación: alguien decía: ¿quieres ser feliz un momento? ¡Véngate! ¿Quieres ser feliz siempre? ¡Perdona!” (Henri Lacordaire)
            El proceso del perdón a quien más bien hace es al ofendido, como dirá genialmente J. A. Pagola: “El perdón libera del mal, hace crecer en dignidad y nobleza y da fuerzas para iniciar nuevos proyectos en la vida”.
            Es por esta razón por la que Jesús invita a optar por el camino más sano, noble, eficaz y grande: “: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”.

 

DOMINGO XXIII DEL T.O. -A-

PRIMERA LECTURA 

Lectura de la profecía de Ezequiel. Ez 33, 7-9
Sí no hablas al malvado, te pediré cuenta de su sangre
ESTO dice el Señor:
«A ti, hijo de hombre, te he puesto de centinela en la casa de Israel; cuando escuches una palabra de mi boca, les advertirás de mi parte.
Si yo digo al malvado: “Malvado eres reo de muerte”, pero tú no hablas para advertir al malvado que cambie de conducta, él es un malvado y morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre.
Pero si tú adviertes al malvado que cambie de conducta, y no lo hace, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado la vida».
Palabra de Dios.
 

REFLEXIÓN 

RESPONSABLES DE LA SALVACIÓN DEL OTRO     
            La llamada que nos hace el profeta Ezequiel es fortísima y, además, nos pone contra las cuerdas al describirnos la responsabilidad que tenemos: el proyecto de salvación de Dios es algo completamente independiente a cada uno de nosotros, es un regalo que Dios da a cada uno, no para que nos lo guardemos y lo disfrutemos en solitario, sino para que lo activemos y lo hagamos funcionar.
            Cada que ha recibido el don queda convertido en un “vigía”, en un centinela de la salvación de su hermano, de forma que ha de estar atento a los peligros que pueda tener para ponerlo en alerta.; la respuesta positiva o negativa de cada uno será responsabilidad personal, pero el no guardarse el don recibido, también será tenido en cuenta.
            Todo eso, llevado a la vida práctica, incide directamente en los padres, en los maestros, en los sacerdotes, en los dirigentes, en los guías de la sociedad… en todo cristiano: no podemos quedarnos impasibles ante el peligro o el daño que acecha a un hermano por el miedo a que nos responda diciendo que no nos metamos en su vida.
            Frente a este compromiso es imposible evitar el traer a escena alguno de los momentos que vivimos con frecuencia en el que el hijo le dice a su padre: “No te metas en mi vida” y éste se encoje y deja que el hijo se despeñe. 

Salmo responsorial
Sal 94, 1-2. 6-7. 8-9 (R/.: 8)

R/.   Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
        «No endurezcáis vuestro corazón».
 

        V/.   Venid, aclamemos al Señor,
                demos vítores a la Roca que nos salva;
                entremos a su presencia dándole gracias,
                aclamándolo con cantos.   
R/.
R/.   Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
        «No endurezcáis vuestro corazón».
 

        V/.   Entrad, postrémonos por tierra,
                bendiciendo al Señor, creador nuestro.
                Porque él es nuestro Dios,
                y nosotros su pueblo,
                el rebaño que él guía.   
R/.
R/.   Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
        «No endurezcáis vuestro corazón».
 

        V/.   Ojalá escuchéis hoy su voz:
                «No endurezcáis el corazón como en Meribá,
                como el día de Masa en el desierto;
                cuando vuestros padres me pusieron a prueba
                y me tentaron, aunque habían visto mis obras».   
R/.
R/.   Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
        «No endurezcáis vuestro corazón».

SEGUNDA LECTURA 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos. Rom 13, 8-10
La plenitud de la ley es el amor
A nadie le debáis nada, más que el amor mutuo; porque el que ama ha cumplido el resto de la ley. De hecho, el «no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás», y cualquiera de los otros mandamientos, se resume en esto:
«Amarás a tu prójimo como a ti mismo».
El amor no hace mal a su prójimo; por eso la plenitud de la ley es el amor.
Palabra de Dios. 

Aleluya
2 Co 5, 19
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo,
        y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.   
R/.
 

REFLEXIÓN 

LA CLAVE DE LA IDENTIFICACIÓN CON CRISTO    
            S. Pablo vuelve a retomar el planteamiento de Dios en el que nos ha hecho partícipes a todos y, sosteniendo la postura nueva que hay que tomar, como respuesta a lo que Dios nos ha dado, según la cual, la vida se convierte en el verdadero culto agradable a Dios, plantea entonces la opción radical que debemos tomar,  frente a la que quedan superadas todas las leyes y normas anteriores: toda la  ley, los profetas y toda la tradición quedan integrados en un único mandato: AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO.
            Decidirse a vivir amando es identificarse con la cruz y la muerte de Cristo, en la que nos insertamos el día de nuestro bautismo que será en definitiva lo que nos identifique con Él y nos lleve al triunfo definitivo de la resurrección. 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 18, 15-20
Si te hace caso, has salvado a tu hermano

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano.
Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.
En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.
Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».
Palabra del Señor.
 

REFLEXIÓN 

VIVIR COMO MIEMBRO DE LA IGLESIA DE JESÚS     

            Uno de los problemas más grandes que afectan a la iglesia es la pérdida del sentido de pertenencia, como ejemplo que dibuja la situación puede servirnos una experiencia vivida hace unos días: una cofradía celebraba su 25 aniversario de fundación en torno a una advocación de la Sma. Virgen; se habían reunido unas 120 personas para tener un acto religioso de una ofrenda de flores en el santuario y después celebraron una comida juntos a la que fui invitado. Las preguntas por el Papa, por los curas, por la renovación de la iglesia… fueron abundantísimas y todos coincidían en ser devotísimos de la Virgen pero no encontré ni una sola persona que se sintiera  parte de la iglesia, eso sí, todas dispuestas a tirar su piedra y pidiendo que se renueve, porque no puede seguir teniendo la cerrazón contra el matrimonio homosexual, contra el aborto, contra la eutanasia,  y toda una retahíla de puntos en los que la iglesia debe ponerse al día, para que ellos se sintieran miembros de esa iglesia.
            ¡Por supuesto! Todos coincidían en lo mismo: “yo no soy beato ni me gustan los rollos de los curas, yo voy a la iglesia en actos puntuales: un entierro, una boda… porque está feo no cumplir con quien convives”.
            Gente devota de una imagen que no relaciona la Virgen con la iglesia a la que considera poco menos que un lastre en la sociedad.
Lógicamente, esta manera de pensar y de actuar, no coincide en absoluto con estas palabras de Jesús, con las que nos invita a apoyarnos los unos en los otros, a corregirnos fraternalmente, a vivir y preocuparnos de la vida de los demás ayudándoles a rectificar los errores que puedan cometer y estar abiertos a ser corregidos… Y cuando estamos en esta dinámica de fraternidad, Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."
            La otra imagen que hemos presentado y las que nos encontramos a diario, en las que la gente reivindica cómo única forma de relacionarse con Dios lo que cada uno piensa, siente y con lo que se encuentra más a gusto sin importarle la vida de la comunidad, eso puede ser una religiosidad del tipo que sea, pero no tiene nada que ver con la fe y la vida que Cristo nos planteó para su iglesia.

 

 

 

 

 

 

 

 

Ezequiel 33,7-9

 

Si no hablas al malvado, te pediré cuenta de su sangre

Así dice el Señor: "A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel; cuando escuches palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado: "¡Malvado, eres reo de muerte!", y tú no hablas, poniendo en guardia al malvado para que cambie de conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre; pero si tú pones en guardia al malvado para que cambie de conducta, si no cambia de conducta, él morirá por su culpa, pero tú has salvado la vida."

Salmo responsorial: 94

 

Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón."

Venid, aclamemos al Señor, / demos vítores a la Roca que nos salva; / entremos a su presencia dándole gracias, / aclamándolo con cantos. R.

Entrad, postrémonos por tierra, / bendiciendo al Señor, creador nuestro. / Porque él es nuestro Dios, / y nosotros su pueblo, / el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchéis hoy su voz: / "No endurezcáis el corazón como en Meribá, / como el día de Masá en el desierto; / cuando vuestros padres me pusieron a prueba / y me tentaron, aunque habían visto mis obras." R.

 

Romanos 13,8-10

 

Amar es cumplir la ley entera

Hermanos: A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el "no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás" y los demás mandamientos que haya, se resumen es esta frase: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.

Mateo 18,15-20

 

Si te hace caso, has salvado a tu hermano

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.

Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."