DOMINGO XXXI DEL T.O. -B-


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro del Deuteronomio. Dt 6, 2-6

 Escucha Israel: Amarás al Señor con todo tu corazón

MOISÉS habló al pueblo diciendo:
«Teme al Señor, tu Dios, tú, tus hijos y nietos, y observa todos sus mandatos y preceptos, que yo te mando, todos los días de tu vida, a fin de que se prolonguen tus días. Escucha, pues, Israel, y esmérate en practicarlos, a fin de que te vaya bien y te multipliques, como te prometió el Señor, Dios de tus padres, en la tierra que mana leche y miel.
Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Estas palabras que yo te mando hoy estarán en tu corazón».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

NUESTRO D.N.I.       

            Ya en el capítulo 4 del Deuteronomio Moisés aparecía planteándole al pueblo la disyuntiva: Seguir las leyes y preceptos del Señor y poseerían la tierra prometida en paz y sin complicaciones o, por el contrario, si se apartan del camino que Dios ha establecido, tendrán que cargar con las consecuencias, como puede ser la destrucción como pueblo.

            Ahora, en el capítulo 6 vuelve sobre el tema y da unas pistas, indicando cómo ha de dirigirse el pueblo: -Los principios que da el Señor son para todos: “Para ti, para tus hijos y para tus nietos”; esto ha de ser como principio vital y no una moda de un momento que todo israelita asuma.

            Esto será lo que dé identidad y fuerza al pueblo y no otra cosa: el pueblo no puede competir con nadie con armas, con poder, con riquezas…Su fuerza y su poder es el Señor. Esto no lo puede olvidar jamás y el día que lo haga, se destruye, pues no tiene otra arma que la fe, éste es su carnet de identidad y, como tal, quedará establecido como principio básico de su constitución y así será transmitido a través de los siglos y las generaciones: “Escucha, Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es uno,. Amarás al Señor; tu Dios, con todo tu corazón,, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Guarda en tu corazón estas palabras que hoy te digo”.

            ¡Cuánto bien nos haría a la iglesia y a todos los cristianos el levantarnos cada día y repetirnos las palabras de Jesús: “En esto conocerán que sois de los míos, en que os amáis los unos a los otros como yo os he amado” y dejémonos de otros asuntos!

 

Salmo responsorial

Sal 171 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab (R/.: 2)

R/.   Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

 

        V/.   Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
                Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.   
R/.

R/.   Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

 

        V/.   Dios mío, peña mía, refugio mío,
                escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
                Invoco al Señor de mi alabanza
                y quedo libre de mis enemigos.   
R/.

R/.   Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

 

        V/.   Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
                sea ensalzado mi Dios y Salvador:
                Tú diste gran victoria a tu rey,
                tuviste misericordia de tu ungido.   
R/.

R/.   Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

 

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta a los Hebreos. Heb 7, 23-28

Como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa

HERMANOS:
Ha habido multitud de sacerdotes de la anterior Alianza, porque la muerte les impedía permanecer; en cambio, Jesús, como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive siempre para’ interceder a favor de ellos.
Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.
Él no necesita ofrecer sacrificios cada día como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
En efecto, la ley hace sumos sacerdotes a hombres llenos de debilidades. En cambio, la palabra del juramento, posterior a la ley, consagra al Hijo, perfecto para siempre.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

CRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE        

            Siguiendo con el tema del sacerdocio, el autor pasa a describir las cualidades del sacerdocio de Cristo que responde a la Nueva Alianza, en contraposición al sacerdocio de la antigua: en esta Nueva Alianza, con Cristo ha nacido un hombre nuevo, no marcado por el pecado, sino por la gracia: el hombre nuevo es hijo de Dios.

            En la Antigua Alianza, los sacerdotes morían y, por tanto, tenían que ser reemplazados y cada uno tenía que purificarse primero, para poder purificar a los demás. Cristo, el sumo sacerdote de la Nueva Alianza, ha resucitado, ya no muere más y con su muerte ha expiado todos los pecados de la humanidad vieja; con su resurrección ha nacido una humanidad nueva que está llamada a resucitar con Él.

            El sumo sacerdote de la Nueva Alianza ha resucitado con una naturaleza completamente nueva.

            La resurrección es el sello con el que Dios refrenda la eficacia, la santidad y la aceptación del sacrificio de Cristo que se ha inmolado por los pecados de los demás, estando Él limpio de todo pecado; por tanto, no necesitando de ninguna purificación personal y, sin embargo, ha ofrecido su vida, obteniendo un perdón eterno para toda la humanidad.

 

Aleluya

Cf. Jn 14, 23

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   El que me ama guardará mi palabra –dice el Señor–,
        y mi Padre lo amará, y vendremos a él.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 12, 28b-34

Amarás al Señor, tu Dios. Amarás a tu prójimo

EN aquel tiempo, aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
   «¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
   «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
   «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
   «No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

EL SELLO DE AUTENTICIDAD       

            Cuando leemos este pasaje del encuentro de Jesús con el letrado es inevitable sentir el eco de aquel otro encuentro de Jesús con el joven rico quien produjo una sensación de alegría a Jesús al ver que tenía delante a una persona justa y recta que se dirigía correctamente en la vida, solo le estaba faltando una cosa: que se liberara de aquello que lo tenía amarrado: “vende lo que tienes, dáselo a los pobres y ven y sígueme”. Ahí cambió todo el entusiasmo: es que si pudiéramos seguir a Cristo sin soltarnos de todo aquello que nos tiene sujetos, de tal forma que en momentos en los que entramos en conflicto, quede resuelto puesto que tenemos una opción clara: no podemos dejar perder aquello que hemos almacenado…

            En el encuentro con el letrado Jesús lo felicita también porque tiene las ideas bien claras; solo le falta una cosa: ponerlas en práctica y para ello le cuenta la parábola del buen samaritano por si es que intenta camuflar la respuesta.

            Es que el amor al prójimo es la verificación de la autenticidad del amor que tenemos a Dios.

 

 

DOMINGO XXX DEL T. O. -B-


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro de Jeremías. Jer 31, 7-9

Guiaré entre consuelos a los ciegos y los cojos

ESTO dice el Señor:
«Gritad de alegría por Jacob,
     regocijaos por la flor de los pueblos;
proclamad, alabad y decid:
     “¡El Señor ha salvado a su pueblo,
     ha salvado al resto de Israel!”.
Los traeré del país del norte,
     los reuniré de los confines de la tierra.
Entre ellos habrá ciegos y cojos,
     lo mismo preñadas que paridas:
     volverá una enorme multitud.
Vendrán todos llorando
     y yo los guiaré entre consuelos;
     los llevaré a torrentes de agua,
     por camino llano, sin tropiezos.
Seré un padre para Israel,
     Efraín será mi primogénito».

Palabra de Dios

 

REFLEXIÓN

 

ESPERAMOS UN NUEVO AMANECER     

            El mensaje del profeta Jeremías tiene una resonancia especial en nuestros días: el pueblo de Israel se ha dividido en dos partes: el Norte, que desprecia a sus hermanos y rehúsa la solidaridad con ellos, considerándolos de segunda clase, una raza de esclavos y el Sur que condena al Norte como traidores y como renegados de la fe, de la historia y de la tradición de Israel.

            La situación se hace insoportable y el país va a la destrucción y al caos. En esta situación, se pierde la esperanza; se borran todos los horizontes. Aquí aparece el profeta Jeremías que ha venido sufriendo todos los embates de la ruptura y la corrupción de los políticos y anuncia un rayo de esperanza y de consuelo para el pueblo atropellado: va a venir la solución a la situación que se vive, pero no va a provenir de los políticos de un lado ni de los del otro, sino del pueblo sencillo, sufridor y callado que ha tenido que pagar las consecuencias, sufriendo el destierro y la persecución por la división que han sembrado los políticos.

            Dios promete la restauración y la curación de todas las heridas, enviando un Mesías que será el garante de la Alianza y el punto de apoyo para la Paz.

            Como podemos ver, Jeremías apunta ya al momento cumbre del cumplimiento de la promesa que se realizará con la venida de Cristo, nacido del pueblo sencillo y sufrido.

            La resonancia que este pasaje tiene en nuestro tiempo es impresionante, por la cantidad de coincidencias políticas, sociales, ideológicas, religiosas… que han reavivado la profunda herida de división del pueblo que nos está incapacitando para hablar tranquilamente entre hermanos, entre padres e hijos y lo está destruyendo todo.

            El pueblo espera con ansia un hombre honrado que se dedique a resolver problemas y no a crearlos; que asuma los valores de la justicia, de la verdad y de la paz y los implante; un hombre que no participe ni tolere la corrupción a ningún nivel y limpie todo lo que la tiene establecida.

            Todos esperamos una generación nueva que crea y asuma los grandes valores que ya estableció Jesús y que esta generación perversa y sucia ha destruido y desplazado para poder seguir pudriéndose.

 

Salmo responsorial

Sal 125, 1b-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 (R/.: 3)

R/.   El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

 

        V/.   Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sion,
                nos parecía soñar:
                la boca se nos llenaba de risas,
                la lengua de cantares.   
R/.

R/.   El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

 

        V/.   Hasta los gentiles decían:
                «El Señor ha estado grande con ellos».
                El Señor ha estado grande con nosotros,
                y estamos alegres.   
R/.

R/.   El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

 

        V/.   Recoge, Señor, a nuestros cautivos
                como los torrentes del Negueb.
                Los que sembraban con lágrimas
                cosechan entre cantares.   
R/.
R/.   El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.


        V/.
   Al ir, iba llorando,
                llevando la semilla;
                al volver, vuelve cantando,
                trayendo sus gavillas.   
R/.

R/.   El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos. Heb 5, 1-6

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

TODO sumo sacerdote, escogido de entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados.
Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, porque también él está sujeto a debilidad.
A causa de ella, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo.
Nadie puede arrogarse este honor sino el que es llamado por Dios, como en el caso de Aarón.
Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy»; o, como dice en otro pasaje: «Tú eres sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

JESÚS RESTABLECE LA RELACIÓN CON DIOS     

            La carta a los hebreos coge el tema del sacerdocio como el mediador que ha de hacer el servicio de mediar, para establecer la paz y el perdón entre el pueblo y Dios.

            Ésta no es una misión que se la puede atribuir cualquiera, como ocurre con un cargo que se da o que se adquieres por oposición, o por un acuerdo democrático, pues por un lado está Dios y por otro el pueblo; ha de ser un mediador aceptado por ambos.

            Este mediador ha sido Cristo-Dios que se ha hecho hombre, porque ha de ser un hombre el que interceda y ofrezca sacrificios de expiación por los pecados de los hombres, pero con la garantía de que Dios también lo acepta y ese hombre no existe, por eso, el mismo Dios se hace hombre para ocupar ese lugar, con lo que el sacrificio de expiación es perfecto y, por ser Dios mismo, es un sacrificio para la eternidad que no necesitará repetirse a cada momento: la naturaleza del hombre ha sido restaurada, Dios mismo la ha hecho suya, ya no necesita ser recompuesta a cada momento.

 

Aleluya

Cf. 2 Tm 1, 10

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Nuestro Salvador, Cristo Jesús, destruyó la muerte,
        e hizo brillar la vida por medio del Evangelio.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 10, 46-52

“Rabbuní”, haz que recobre la vista

EN aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
   «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí».
Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:
   «Hijo de David, ten compasión de mí».
Jesús se detuvo y dijo:
   «Llamadlo».
Llamaron al ciego, diciéndole:
   «Ánimo, levántate, que te llama».
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo:
   «,Qué quieres que te haga?».
El ciego le contestó:
   «“Rabbuní”, que recobre la vista».
Jesús le dijo:
   «Anda, tu fe te ha salvado».
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

BARTIMEO EN EL CAMINO    

            Hay varios detalles que resultan chocantes dentro de la estructura del pasaje del evangelio de hoy, de tal forma que lo hacen único y nos está diciendo que el evangelista Marcos quiere llamar la atención de algo:

            -El ciego Bartimeo está fuera de la ciudad, cosa extraña: ¿qué hace un ciego solo y perdido en un camino.

            -“El Camino” tiene una connotación de seguimiento a Jesús: Bartimeo “Está en el camino”: está buscando a Jesús y Jesús le sale al encuentro. Y Bartimeo rompe todos los esquemas y barreras que están a su alcance: empieza a gritar, hasta el punto que los demás se sienten molestos y quieren impedirle que grite.

            -El “Manto” es un signo de la dignidad de la persona, de su imagen; el ciego lo tira y sale corriendo dando gritos, le importa muy poco lo que digan o lo que piensen… rompe con todas las reglas de la dignidad hasta llegar a conseguir su objetivo: Jesús.

            Mientras tanto, en el otro extremo están los acomodados, los que guardan las formas y lo tienen todo a mano… de ninguno de éstos que se sentían molestos con los gritos de BARTIMEO que les impedía escuchar con claridad dice el evangelio que se hubieran encontrado con Jesús.

            La situación la podemos trasplantar al momento actual: estamos mucha gente entendida, que lo sabemos todos, muy bien acomodados y con toda la información en nuestras manos, acoplados perfectamente al sistema y nos molesta que perdamos la cobertura unos momentos, pues no podemos seguir al momento la información; también nos molesta cualquier opinión disonante de la nuestra o de lo que políticamente es correcto; guardamos mucho y nos importan las formas y no queremos complicarnos la vida rompiendo algún esquema… con lo que el discurso de Jesús lo analizamos y lo encorsetamos en un marco predeterminado procurando  que queden claros todos lo “peros” para que no haya problema.

 

 

DOMINGO XXIX DEL T.O. –B-


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro de Isaías. Is 53, 10-11

Al entregar su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años

EL Señor quiso triturarlo con el sufrimiento,
     y entregar su vida como expiación:
     verá su descendencia, prolongará sus años,
     lo que el Señor quiere prosperará por su mano.
Por los trabajos de su alma verá la luz,
     el justo se saciará de conocimiento.
Mi siervo justificará a muchos,
     porque cargó con los crímenes de ellos.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN:

 

LAS PISTAS DE DIOS     

            El profeta Isaías hace una radiografía de aquella persona que acepta la invitación de ser instrumento de Dios para establecer su reino: no es un camino fácil en el que se mete, ni una empresa de placeres y triunfos, sino todo lo contrario: su raíz tendrá que hundirla en terreno árido; lo que le espera no son aplausos, homenajes y títulos, sino el rechazo, el desprecio, el cansancio y el sufrimiento.

            La única alegría y esperanza que le va a quedar, después de una vida de aparentes fracasos, es la tranquilidad de haber respondido con fidelidad a Dios y esperar que Dios esté contento con lo que ha hecho confiando en su palabra de que toda su vida de aflicción y de lucha que ha llevado no quede baldía.

            El panorama no es en absoluto agradable y la visión que aparece en la realidad invita a pensar que todo está abocado al fracaso y con la apariencia, incluso, de estar actuando en contra de Dios, por lo que todo el sufrimiento que lleva consigo aparece como castigo de Dios. Esto es “cargar sobre si el pecado de los demás”.

            Pero frente a este panorama desolador, aparecen, como una bocanada de aire fresco, diciendo que ese es el camino y la forma que Dios tiene de hacer las cosas, con lo que nos está presentando un signo indicador que nos dirá por dónde vamos y por dónde no debemos ir cuando nos comprometemos con el proyecto de Dios

 

Salmo responsorial

Sal 32, 4-5. 18-19. 20 y 22 (R/.: 22)

R/.   Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
        como lo esperamos de ti.

 

        V/.   La palabra del Señor es sincera,
                y todas sus acciones son leales;
                él ama la justicia y el derecho,
                y su misericordia llena la tierra.   
R/.

R/.   Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
        como lo esperamos de ti.

 

        V/.   Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
                en los que esperan su misericordia,
                para librar sus vidas de la muerte
                y reanimarlos en tiempo de hambre.   
R/.

R/.   Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
        como lo esperamos de ti.

 

        V/.   Nosotros aguardamos al Señor:
                él es nuestro auxilio y escudo.
                Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
                como lo esperamos de ti.   
R/.

R/.   Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
        como lo esperamos de ti.

 

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta a los Hebreos. Heb 4, 14-16

Acerquémonos con seguridad al trono de la gracia

HERMANOS:
Ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios, mantengamos firme la confesión de fe.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado. Por eso, comparezcamos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

CRISTO SALVADOR DEL HOMBRE TOTAL     

            El autor de la carta a los hebreos retoma el tema tradicional del sacerdocio que ofrece a Dios sacrificios de expiación por los pecados, para entrar de lleno en la nueva dimensión que nace con Cristo, el Nuevo y Único sacerdote de la Nueva Alianza que realiza la expiación de los pecados de la naturaleza humana: el que ofrece el sacrificio es Cristo-Dios y la víctima expiatoria que se ofrece como sacrificio es Él mismo.

            No puede haber certeza mayor de que el sacrificio haya sido agradable y haya realizado su objetivo: perdonar los pecados que ésta pretende: pues el mismo Dios ofrece el sacrificio, lo ejecuta y lo recibe, con lo que se han roto todas las barreras y distancias, todas las interpretaciones y mediaciones. Cristo ha realizado todo aquello que durante siglos fue realizando el hombre como una esperanza expresada con un rito simbólico; Él ha roto todos los esquemas y ha realizado para siempre todo lo que la humanidad esperó durante siglos.

            Cristo, con su muerte se ha introducido en nuestra vida y ha experimentado todas nuestras flaquezas, nuestros sentimientos, nuestros sufrimientos y alegrías, por lo que ha asumido todo lo que tiene que ser liberado de la sombra del pecado.

            Se dice que no se salva aquello que no ha sido asumido, por eso, Cristo asume y hace suya la realidad total del hombre.

 

Aleluya

Mc 10, 45

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   El Hijo del hombre ha venido a servir
        y dar su vida en rescate por muchos.   
R/.

 

EVANGELIO (forma larga)

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 10, 35-45

El Hijo del hombre ha venido a dar su vida en rescate por muchos

EN aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
   «Maestro, queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir».
Les preguntó:
   «¿Qué queréis que haga por vosotros?».
Contestaron:
   «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda».
Jesús replicó:
   «No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?».
Contestaron:
   «Podemos».
Jesús les dijo:
   «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, llamándolos, les dijo:
   «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».
Palabra del Señor.

EVANGELIO (forma breve)

✠ Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 10, 42-45

El Hijo del hombre ha venido a dar su vida en rescate por muchos

EN aquel tiempo, Jesús, llamando a los Doce, les dijo:
   «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».
Palabra del Señor.

  

REFLEXIÓN

 

ACTITUDES NEFASTAS       

            Los comentaristas no se ponen de acuerdo a la hora de hacer una interpretación del pasaje: hay unos que le quitan hierro al tema considerando que se trata de un momento de intimidad de Cristo con los hermanos Zebedeos, otros dicen que es una salida espontánea de una madre indicando que lo que sus hijos quieren es estar siempre al lado de Jesús y por eso pide que los tenga uno a la derecha y el otro a la izquierda, por eso s. Lucas pasa del tema y Mateo mete por medio a la madre, pero en su intento de quitarle importancia, se le pasa el detalle de evitar el comentario de los demás y, sobre todo, de la respuesta aclaratoria de Jesús,  que tiene que llamarles la atención y aclararles que están equivocados, no lo han entendido, tienen una visión demasiado humana, sus motivaciones son interesadas y tienen hecho ya el organigrama del poder, por eso les cae tan mal que estos dos hermanos, por su parentesco, quieran asaltar el puesto.

            La idea que el grupo tiene, no conecta con la idea que presenta Isaías y que Jesús la hace suya, por eso les rompe los esquemas: “El que quiera ser grande que sea vuestro servidor y el que quiera ser el primero que sea esclavo de todos”.

            La idea que está presentando Marcos es la de una comunidad sin poder, justamente lo contrario de lo que sueñan los apóstoles; en cambio, el proyecto que Cristo está presentando, es un proyecto de servicio y de entrega, que es lo que obra realmente la verdadera autoridad.

            Marcos deja bien claro que las manifestaciones de ambición, las actitudes de escalafón no son propias de una comunidad; las búsquedas de poder, las intrigas, los chismes dentro de una comunidad… destruyen el espíritu de fraternidad que es lo que la deben distinguir.

 

DOMINGO XXVIII DEL T.O. -B-


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro de la Sabiduría. Sab 7, 7 11

Al lado de la sabiduría en nada tuve la riqueza

SUPLIQUÉ y me fue dada la prudencia,
     invoqué y vino a mí el espíritu de sabiduría.
La preferí a cetros y tronos
     y a su lado en nada tuve la riqueza.
No la equiparé a la piedra más preciosa,
     porque todo el oro ante ella es un poco de arena
     y junto a ella la plata es como el barro.
La quise más que a la salud y la belleza
     y la preferí a la misma luz,
     porque su resplandor no tiene ocaso.
     Con ella me vinieron todos los bienes juntos,
     tiene en sus manos riquezas incontables.

Palabra de Dios.

 

COMENTARIO:

 

VALORAR LO IMPORTANTE     

            El libro de la Sabiduría se escribe en referencia a Salomón que estimó la sabiduría más que cualquier otra riqueza o bien, pues ella sería la que le daría sentido a todo lo que tenía y le haría gozar de la grandeza de lo que Dios le iba regalando.

            Nosotros tenemos un refrán que dice: “No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”, en este otro sentido tendríamos que decir que no es más rico el que más tiene, sino el que sabe valorar lo que tiene y lo goza en el sentido que se le ha dado.

Esta “sabiduría” que es un dón que nos da Dios, es el regalo más grande al que podemos aspirar: “No la equiparé a la piedra más preciosa, porque todo el oro, a su lado, es un poco de arena, y, junto a ella, la plata vale lo que el barro. La quise más que la salud y la belleza, y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso”.

            Sin embargo, esta forma de ver las cosas, lleva consigo una dinámica que ayuda a que pueda entenderse así: una persona que lo tiene todo, que nunca ha carecido de nada, que no tiene dificultad para adquirir nada porque todo lo tiene a la mano… es muy difícil que llegue a valorar el sentido de las cosas e, incluso, que llegue a gozarlas como algo realmente valioso que le ayuda a su felicidad y, por el contrario, se convierte en esclavo de las cosas, de las que depende y vive a su servicio, sin poder pensar en otra cosa y no al contrario, de tal manera que nos encontramos con mucha frecuencia con gente que lo tiene todo, y que se siente profundamente insatisfecho y vacío; y es que “solo tiene riquezas”, pero es el ser más solitario y desgraciado que existe, porque su persona solo se mide e interesa por lo que tiene.

            Como contrapunto, también podemos encontrarnos con mucha gente que no tiene nada y que lo poco que tiene le hace feliz, porque lo considera una bendición que comparte con otros y le hace sentirse lleno de alegría; incluso es una alegría el conseguir algo con su esfuerzo y lo valora como uno de los triunfos de su vida y se siente feliz viendo como eso que le ha costado trabajo conseguir, hace que otros se sientan felices. Es decir: el sabio no es el que “sabe” muchas cosas, sino el que es capaz de vivir y ser feliz con lo que tiene.

 

Salmo responsorial

Sal 89, 12-13. 14-15. 16-17 (R/.: cf. 14)

R/.   Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.

 

        V/.   Enséñanos a calcular nuestros años,
                para que adquiramos un corazón sensato.
                Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
                Ten compasión de tus siervos.   
R/.

R/.   Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.

 

        V/.   Por la mañana sácianos de tu misericordia,
                y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
                Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
                por los años en que sufrimos desdichas.   
R/.

R/.   Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.

 

        V/.   Que tus siervos vean tu acción,
                y sus hijos tu gloria.
                Baje a nosotros la bondad del Señor
                y haga prósperas las obras de nuestras manos.
                Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos.   
R/.

R/.   Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.

 

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta a los Hebreos. Heb 4, 12-13

La palabra de Dios juzga los deseos e intenciones del corazón

HERMANOS:
La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón.
Nada se le oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.

Palabra de Dios.

 

COMENTARIO:

 

APOYARSE EN EL ABSURDO     

 

            Esta Sabiduría, que en el A.T. tenía el valor de ser signo de la presencia de Dios en la persona, en el N.T. adquiere esa valoración, o es sustituida por la Palabra de Dios, que al final viene a ser la misma cosa, pues una y otra vienen a expresar lo mismo: la Voluntad de Dios, para que el hombre sea feliz y grande.

            Dejarse guiar por la Palabra, es ubicarse en el camino de Dios, es llenarse de sabiduría de Dios.

            Pero de la misma manera, hay gente que, por sistema, se ubica en oposición a Dios llegando, incluso, a negar lo evidente.

            El pueblo de Israel es un referente extraordinario que nos presenta ejemplos concretos en los que nos vemos retratados a cada momento, cuando lo vemos ubicado en oposición a Dios, llegando a convertirse en enemigo de la verdad; pero ejemplos mucho más evidentes los estamos viviendo en la actualidad, en donde nos encontramos a personas y regímenes que llegan a convertirse en auténticos criminales y siguen justificando incluso la muerte considerándola un signo de libertad y un derecho que sustenta la dignidad de la persona.

 

Aleluya

Mt 5, 3

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Bienaventurados los pobres en el espíritu,
        porque de ellos es el reino de los cielos.   
R/.

 

EVANGELIO (forma larga)

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 10, 17-30

Vende lo que tienes y sígueme

EN aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
   «Maestro bueno, ¿Qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó:
   «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él replicó:
   «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».
Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
   «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
   «¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:
   «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban:
   «Entonces, ¿Quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
   «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».
Pedro se puso a decirle:
   «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo:
   «En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna».
Palabra del Señor.

EVANGELIO (forma breve)

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 10, 17-27

Vende lo que tienes y sígueme

EN aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
   «Maestro bueno, ¿Qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó:
   «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él replicó:
   «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».
Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
   «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque
era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
   «¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:
   «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban:
   «Entonces, ¿Quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
   «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo
puede todo».
Palabra del Señor.

 

COMENTARIO:

 

LOS BULTOS QUE NOS AGOBIAN    

            Cuando leemos este pasaje del evangelio y escuchamos decir a Jesús (qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero!” nos surge la misma respuesta de los apóstoles: *Entonces, )quién puede salvarse?+ porque si nos detenemos a analizar nuestra vida, vemos que practicamente todo gira en torno al dinero: vivimos angustiados pensando en el futuro, porque no sabemos qué puede ocurrir y si no tenemos dinero para responder nos quedamos en la cuneta; vivimos pendientes del banco por todo lo que tenemos que pagar: luz agua, comida, ropa, casa, impuestos… y vamos angustiados por la vida porque incluso, la fuente de donde tiene que venir el dinero está insegura y toda la vida gira en torno al maldito dinero que nos tiene esclavizados, incluso cuando tenemos mucho, se camina de la misma manera, aunque sean preocupaciones distintas, por lo que puede ocurrir con el dinero, pues vemos que tampoco se sienten felices aquellos que lo tienen en abundancia y tienen resueltos los problemas ordinarios que antes indicábamos, ellos tienen otros problemas que son mayores.

            Cuando Cristo le invita al individuo rico que se le acerca a que emplee su fortuna en hacer felices a los pobres, éste no entiende que pueda romper el ritmo de vida en el que se ha instalado, él prefiere dar algunas limosnas y acallar con eso su conciencia y sentirse a gusto creyéndose solidario con una limosna que empleando su vida y sus riquezas en hacer que los demás se sientan felices.

            Ante la propuesta de Jesús, prefiere seguir amarrado al dinero antes que dejar que los pobres entren en el proyecto de su vida; prefiere seguir encerrado, cuidando su dinero sin dejar que los demás participen.

            Este es el gran peligro del dinero: que cierra nuestro corazón y nuestro cerebro y nos impide abrirnos a otra forma de vida, en la que  los pobres tengan participación en nuestra riqueza.

            Algunos llevamos sobre nuestras espaldas tantos bultos que nos esclavizan y que no somos capaces de dejar, que nos convertimos en verdaderos camellos que nos impiden entrar por el ojo de la aguja, pues los “bultos” se han hecho ya parte de nuestra existencia y de nuestra vida.