DOMINGO -V- DEL TIEMPO ORDINARIO -B-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Job 7, 1‑4. 6‑7
Mis días se consumen sin esperanza

Habló Job, diciendo:
—«El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero; 
Como el esclavo, suspira por la sombra, como el jornalero, aguarda el salario.
Mi herencia son meses baldíos, me asignan noches de fatiga; al acostarme pienso: ¿Cuándo me levantaré? Se alarga la noche y me harto de dar vueltas hasta el  alba.
Mis días corren más que la lanzadera, y se consumen sin esperanza.
Recuerda que mi vida es un soplo, y que mis ojos no verán más la dicha.» 
Palabra de Dios


“UNA PREGUNTA SIN RESPUESTA”   
            Hay situaciones que, por más vueltas que le damos, no llegamos ni a entenderlas ni a aceptarlas: el hecho de que confesemos que Dios es un padre amoroso que cuida de sus hijos y no quiere el sufrimiento de nadie, un Dios que es AMOR; por otro lado confesamos también que Dios es todo poderoso y que en sus manos está el destino del universo… ¿Cómo compaginar esta fe con el hecho de  que millones de seres inocentes mueran por la guerra o por el hambre o se les asesine en el vientre de su madre y Él calle y deje que eso ocurra? ¿Cómo encajar que el hombre honrado e inocente sufra mientras el criminal, el ladrón, el delincuente, triunfe y ande tan tranquilo por la vida? Es el problema y la pregunta que todos los siglos se viene haciendo el ser humano y que no llega a encajar por más explicaciones que se dan.
            Job se hace el mismo planteamiento, es más, sus amigos llegan a refregarle en la cara que  su situación se tiene que deber a algo que ha hecho mal. Job revisa su vida, sus actitudes y su forma de actuar y no encuentra motivos por los que Dios lo esté castigando y concluye que esa mentalidad que se tiene no es correcta, su situación ha de deberse a que la realidad es de otra manera: aquí estamos para cumplir un servicio y lo importante es cumplirlo; la situación que nos encontramos, depende de las leyes naturales que rigen el mundo, pero eso no ha de contar a la hora de rendir cuentas, sino que ha de pesar el esfuerzo que hayamos hecho y la intención que le hayamos puesto, eso es lo que va a hacer que nuestro salario sea grande: “—«El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero;… que aguarda el salario. Mi herencia son meses baldíos, me asignan noches de fatiga….»  Lo que va a contar delante de Dios no va a ser lo que haya hecho, sino cómo lo hice y cómo cumplí la misión que se me dio.
            El problema sigue teniendo actualidad y la pregunta sigue teniendo una fuerza enorme en todos los hombres, también la respuesta sigue siendo válida para nuestros días, respuesta que quedó perfectamente asumida por el mismo Jesús: teniéndolo todo en sus manos, se sometió a todas las leyes que rigen la realidad humana llegando, incluso a la muerte de la forma más escandalosa y contradictoria que las leyes humanas puedan establecer. Tampoco Él se puso a dar una explicación del sentido del dolor; da por supuesto que esta es una realidad humana evidente que no tiene explicación; simplemente se enfrentó a él y nos enseñó a superarlo indicándonos que en la vida es lo que nos encontramos a diario y no podemos estar huyendo, hemos de pasar por él porque detrás está la alegría y la resurrección.
           

Salmo responsorial Sal 146, 1‑2. 3‑4. 5‑6       (R/: cf. 3a)
R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.
Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor  reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel.     R/.
R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.
Él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre.  R/.
R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados. R/.
R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 9, 16-19.  22-23
¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!

Hermanos:
El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!
Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio.
Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos.
Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“APOSTAR POR LA LIBERTAD”    
El segundo personaje es Pablo: aparece confesando lo poco agradable que le resulta este tinglado en el que está metido: “No es para mi ningún motivo de gloria, es más bien un deber que me incumbe”: la vida no se le hace fácil, sin embargo, él ha recibido una misión: entregar la palabra de Dios, la verdad “toda” y a “todos” y, en esto pone, su salvación y su orgullo.
S. Pablo, incluso, renuncia a sus derechos, que le vienen por la predicación, como tienen todos los maestros, porque quiere ser totalmente libre, pero es considerado como idiota por el mundo y por todos sus compañeros, que le hacen la vida imposible por tomar esa decisión de trabajar para no ser carga para nadie.
He aquí lo incomprensible para el mundo: la jerarquía de valores se ha cambiado: los ojos se han cegado con una serie de bienes; por todos lados nos han atiborrado el cerebro con una felicidad tipo standard: lo material, lo efectivo, el confort, el placer… todo está orientado a dar plena satisfacción a los sentidos, para lo que vivimos y nos esforzamos
Y se escriben libros y se cantan canciones y todo el mundo habla y da su opinión ex catedra, pero se ve cómo cada uno no hace otra cosa que  levantarse a si mismo, para asegurarse en lo que la sociedad impone. Pero más allá de sus palabras ¿qué es lo que hay y lo que queda?
Mientras tanto, hay muchos “Job” que sufren el tormento de la mucha palabrería humana, muchos pablos que tienen que aguantar de los grandes entendidos en finanzas y en otras cuestiones, que se asientan en grandes mesas para determinar lo que se ha de hacer con la vida de la gente y decidir, como si fueran dioses, por dónde ha de ir la humanidad.
Predican y estructuran una libertad que ellos no tienen y que cuesta sangre que, por supuesto, no es la de ellos. Pisotean los derechos humanos, sin renunciar ellos ni a uno solo.
S. Pablo viene a dar al traste con toda esta concepción: “Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos.”
No hay lugar a duda: el mayor tormento del mundo son los hombres esclavos que dan directrices de libertad: en el fondo, la comparación de Jesús: “un ciego que guía a otro…” es clara: ambos irán al precipicio, Por eso resultan un tormento, porque no solo son esclavos, sino que están hundiendo a la humanidad.


Aleluya Mt. 8, 17
Cristo tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 29‑39
Curó a muchos enfermos de diversos males

En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron:
—«Todo el mundo te busca.»
Él les respondió:
—«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
Palabra del Señor.  


“JESÚS  TIENE OTRA VISIÓN DE LA REALIDAD Y DE LAS COSAS  

Nos cuenta el evangelio de hoy que Jesús, una tarde de sábado en Cafarnaúm, cuando salió de la sinagoga, se fue a la casa de Pedro y se encontró a su suegra que estaba en cama con fiebre, podemos imaginar que la casa no estaba  en condiciones como para recibir visitas y la pobre mujer, todo sofocada, querría atenderlos. Jesús se le acercó, la saludó, e inmediatamente se le pasó la fiebre y la mujer se puso a servirlos.
Los vecinos, que sabían que estaba enferma, cuando la vieron se acercaron y ella contó lo que había pasado. Al anochecer, dice el evangelio que la puerta de Pedro estaba llena de enfermos para que les impusiese las manos y los curó a todos.
Como vio lo que iba a pasar, antes que la gente se levantara, Él se fue del pueblo para orar un rato y, ocurrió tal como había pensado: la gente se agolpó buscándolo , pero ya se había marchado.
Pedro y los compañeros fueron a buscarlo para avisarle que el pueblo estaba esperándolo: «Todo el mundo te busca.» pero Él les contestó: vámonos a otro sitio, porque estamos aquí para otra cosa y no para montar espectáculos.
Podemos imaginar la reacción que hubiera levantado hoy la postura que tuvo Jesús en Cafarnaúm: la gente se reunió para aclamarlo y llevarle enfermos, con lo que podría haberse dado toda la fama, sin embargo, cuando se dio cuenta, se marchó y los dejó esperando. ¿Imaginamos si esto lo hace hoy y se hubieran quedado esperando los medios de comunicación?: lo hubieran desprestigiado y tirado por los suelos.
Hoy funcionamos de otra manera: cuando se hace algo, en lo primero que se piensa es en los medios de comunicación, pues se piensa en la efectividad y es aceptado por todos que lo que no sale en los medios no existe. El proyecto de Jesús hoy no se imagina sin todo un aparato propagandístico, un manager y una estructura económica que lo apoye.
Sin embargo, Cristo prohíbe que se publique cuando hace algo, es más, cuando tiene enardecida la masa, se aleja: “vayamos a los pueblos vecinos, para que también allí predique, pues para eso he salido”.
No está en su programa en ningún momento el buscar la gloria ni la popularidad; sus caminos no son los que el mundo impone. La verdad no necesita apoyaturas.



DOMINGO -IV- DEL TIEMPO ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Deuteronomio 18, 15‑20
Suscitaré un profeta y pondré mis palabras en su boca

Moisés habló al pueblo, diciendo: 
—«Un profeta, de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios. A él lo escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb el día de la asamblea: "No quiero volver a escuchar la voz del Señor, mi Dios, ni quiero ver más ese terrible incendio; no quiero morir." 
El Señor me respondió: "Tienen razón; suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá.”» 
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN

¡¡AY DE LOS FALSOS PROFETAS!!”   
            
El pueblo tiene miedo de enfrentarse directamente con Dios y elige un intermediario a través del que Dios habla y el pueblo se expresa; en este momento podríamos decir que nace la institución profética en el pueblo de Israel.
            Lógicamente, el que es elegido para este ministerio, ha de ser una persona de una fidelidad intachable, es un instrumento de Dios y del pueblo; la mentira o los intereses personales, han de quedar completamente desterrados; se entiende, entonces, que esté penado con la muerte aquel que rompe esta norma, pues distorsionaría la voluntad de Dios y la del pueblo y podría, con su mentira, llevar a la catástrofe.
 Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá”.
            Por lógica, también se entiende que el que no quiera escuchar lo que dice el profeta, se estaría oponiendo abiertamente a Dios y al pueblo.
            El problema aparece cuando no es la verdad, la razón, el amor, la paz, la justicia …: Dios a quien se sirve, ni es el referente que se mitra para dirigir a un pueblo, sino los intereses concretos de una persona o un partido o una institución; aquí se rompe todo: entonces el “profeta” ya no es profeta que sirve de intermediario entre Dios y el pueblo, sino el portavoz del grupo o de los intereses que se sostienen, en contra del pueblo. Entonces, ya no es la fidelidad a la verdad la que se impone como norma suprema, sino el engaño, la astucia, la mentira, la violencia, el descrédito… pues lo que se juega, no es la felicidad y la paz del pueblo, sino el poder y la soberanía sobre él.
            Al  detenernos a contemplar este panorama que nos pinta la palabra de Dios, se hace imposible el aguantar el aterrizaje en el momento en que vivimos, pues cayó en picado la imagen de los “profetas” que deben ser la voz de la justicia y de la verdad y se hundió la institución en el descrédito más grande, hasta el punto que, son considerados como el peor de los males que atacan al pueblo, pues han establecido el robo y el atropello como ley. Si algo estamos necesitando son verdaderos servidores del pueblo que gestionen la justicia con la verdad, el amor y la honradez; han perdido toda la credibilidad y se están convirtiendo en el peor enemigo del pueblo, pues sirven a otros patrones, por lo que sentimos la necesidad de defendernos, antes que confiarnos, pues se tiene la sensación de encontrarte con una institución de asaltantes.

Salmo responsorial Sal 94, 1‑2. 6‑7. 8‑9 (R/.: 8)

R/.  Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/. 
R/.  Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/. 
R/.  Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en  el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis  obras.» R/. 
R/.  Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7, 32‑35
La soltera se preocupa de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos

Hermanos:
Quiero que os ahorréis preocupaciones: el soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido.
Lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose  a ellos en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando  contentar a su marido.
Os digo todo esto para vuestro bien, no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa  noble y al trato con el Señor sin preocupaciones.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“PONER LA FUERZA EN LO QUE VALE LA PENA  
            
 Para S. Pablo hay algo que es irreversible: el tiempo está cerrado, ya no hay posibilidad de otra cosa, el camino se ha establecido y esta es la alternativa que Dios ha presentado para los últimos tiempos: el reino de Dios se ha establecido como tarea y como meta, todas las demás cosas tienen valor en cuanto están orientadas a este absoluto y sirven de instrumentos para su construcción.
            Quedarse estancados o amarrados en cosas que son pasajeras y no llevan a ningún sitio, sino que por el contrario, lo único que nos hacen es perder el tiempo, el ánimo, la fuerza y nos llenan de preocupaciones y dolor, es una tontería perder la vida en ellas.
            Desde esta perspectiva, Pablo hace una llamada a la comunidad e invita a que no pierdan la libertad, la alegría, la esperanza por cosas que no tienen importancia y que están llamadas a quedarse en el camino.
            No está invitando al pasotismo (quemeimportismo) ni aboga por la irresponsabilidad, antes bien, hace todo lo contrario, se trata de no perder el tiempo sino en aquello que es fundamental y va a quedar para siempre, teniendo cuidado de no hacer como absoluto nada que sea temporal y pasajero, de forma que nos pueda distraer y perder el sentido de la vida y de la lucha.
            ¡Cuánto bien nos haría ponerle atención a todo esto que dice S. Pablo a los cristianos! y teniéndolo en cuenta, en la iglesia nos dedicáramos a poner toda la fuerza en lo que es fundamental, en lugar de perdernos en tantas tonterías que a veces nos ofuscamos y dejamos de ser testigos de lo que Cristo nos dejó, porque más lo estamos siendo de otros intereses.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 21‑28
Enseñaba con autoridad

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaúm, y cuando el sábado siguiente fue  a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los  escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
—«¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién  eres: el Santo de Dios.» 
Jesús lo increpó:
—«Cállate y sal de él.» 
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron  estupefactos:
—«¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les  manda y le obedecen.» 
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Palabra del Señor.

REFLEXION

“EL DEMONIO”

            En el evangelio de hoy aparece un hecho que suele sorprender y que está en plena actualidad, por lo menos en la mesa del debate. Jesús se encuentra con un “endemoniado”, una persona poseída por el demonio. Al instante surge la pregunta: ¿Existe el demonio? ¿Cómo es? ¿Qué es?...
            El personaje del demonio es  algo que tiene un movimiento pendular en la historia: hay épocas en que ha llegado a ser algo así como el “coco” con el que se asusta a los niños y a la gente y que está a la caza y captura del más mínimo detalle para  atrapar a quien se descuida, incluso se mete en todo lo que hacemos para evitar que salga bien.
            Hay otras épocas, en cambio,  en las que se considera un cuento para asustar en el que no creen ni los niños.
            Pero entonces, ¿Qué hay de verdad en esto? Al demonio, como ser espiritual que pertenece a otro nivel, no es posible verlo, como ocurre con todos los seres espirituales, por tanto, nadie puede decir cómo es, pero lo que no cabe duda es que su fuerza se hace sentir y que tiene poseídos a mucha hombres y mujeres: poseídos por el MAL
            Un autor del siglo pasado, Arthur Lyons, escribía un libro en el que afirmaba: “El diablo ha vuelto”. Si nos paramos a mirar con detenimiento, veremos que en parte lleva una gran razón, pues su poderío, el poder del mal, es fortísimo, hasta el punto de estar de moda, no para perseguirlo, sino todo lo contrario y, hasta para tenerlo como espectáculo, pensemos en todos los films realizados sobre el demonio y la gran aceptación que tienen: “El exorcista”, la opera en Rock “Lucifer”, la Biblia Satánica, los grupos seguidores de Satanás.
            Si nos detenemos en la actualidad, podremos ver la cantidad de espectáculos que se montan ridiculizando a Cristo, su obra, sus apóstoles y, sobre todo, lo que se está escribiendo…
            Es cuestión de acercarse a cualquier librería y podremos encontrar un sinnúmero de libros editados en contra de Jesucristo, su iglesia y todos sus seguidores.
            Pero sobre todo, el gran espectáculo satánico lo tenemos en todos los corruptos que se exhiben a diario en las cadenas de televisión y en los noticieros, en los que se nos muestra más del 90% el reinado del MAL legalizado y establecido como normal, hasta el punto que llegan momentos en que entran ganas de aislarse y no salir a la calle ni mirar, pues da la sensación de que no existe el BIEN por ningún sitio, pues cuando a alguien se le ocurre proclamarlo, se burlan de él y lo desprestigian.
            Según esto, podemos concluir con toda certeza que, el demonio no es un cuento para asustar a niños, sino una realidad mucho más fuerte y peligrosa que nos envuelve y, contra la que no se puede bajar la guardia, porque nos destruye.
            El demonio, sea lo que sea, a la vista de los hechos, y mientras no se demuestre lo contrario, está en el hombre, y existe para destruir al hombre y actúa con el hombre, explotando, despojando, torturando, matando, alienando, haciendo la vida imposible a sus semejantes. Hay personas e instituciones que no tienen otro calificativo que el de MALVADOS, MALOS… ENDEMONIADOS

DOMINGO -III- DEL TIEMPO ORDINARIO -B-


Lectura de la profecía de Jonás 3, 1‑5. 10
Los ninivitas se convirtieron de su mala vida

En aquellos días, vino la palabra del Señor sobre Jonás:
—«Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.»
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: 
—« ¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!» 
Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños. 
Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN


“LA VERDADERA EVASIÓN”   
            Hay un refrán que dice: “Hombre prevenido vale por cien”. ¡De acuerdo! Pero hay que tener mucho cuidado, pues tenemos el peligro de confundir al hombre prevenido, prudente con el perezoso, con el cobarde, con el indolente o con el que tiene como norma de su vida no “molestar a nadie” y jamás mueve un dedo.
            No se trata, pues, de hacer una apología de la imprudencia ni tampoco ensombrecer la prudencia, sino que el hecho de sacar a relucir estas dos palabras, es porque las dos intervienen mucho a la hora de poner en práctica eso que llamamos “Libertad de los hijos de Dios”
            En este pasaje nos encontramos  con el profeta Jonás: tenemos la suerte de encontrarlo ya más calmado: ha sido capaz de romper todas las ataduras humanas que tenía, que eran muchas, hasta  el punto que, cuando vio que Dios le pedía que se lanzase a predicar a Nínive la llamada a la conversión, había muchas cosas que le hacían rebelarse: el tener que ir a predicar la posibilidad del perdón, si es que se arrepentían, justamente a los peores enemigos de su pueblo; por otro lado, estaba seguro de que al final, Dios los iba a perdonar, hicieran lo que hicieran, entonces, ¿qué sentido tenía el que él se expusiera a este riesgo? Entonces decide huir de Dios.
            Fácilmente podemos descubrir en el personaje de Jonás a todos los Jonás que de una forma u otra estamos en este mundo: todos estamos viendo la serie de injusticias, atropellos, corrupción que se están dando a nuestro alrededor: estamos viendo cómo se roba, cómo se ha perdido la dignidad, cómo despreciamos los grandes valores que hacen honorable al ser humano; estamos viendo cómo la única ley que impera es la ley del más fuerte y el valor absoluto que se está imponiendo es el dinero, por encima de cualquier otra cosa; estamos viendo y soportando cómo la ley se ha corrompido de tal forma, que nos está dejando en el aire y en la más completa indefensión, de tal forma que la vida ya no es un valor apreciable para nadie y el ser humano cuenta menos que un pequeño reptil o una mata de hierba; que el gran objetivo de todo hombre, es  ganar mucho dinero a costa de lo que sea y conseguir el máximo placer; estamos viendo como se ha reducido la libertad a dar  rienda suelta a todos los instintos y se han perdido todos los referentes que nos puedan ayudar a superarnos en la vida.
            Esta es una realidad en la que estamos todos metidos y estamos sosteniendo y aceptando, aunque luego a nivel privado protestemos, pero a la hora de la verdead, escurrimos el bulto y, al estilo de Jonás, decimos que no queremos complicarnos la existencia y nos asustamos a la hora de hablar, o de dar nuestra la cara por miedo a que nos puedan venir complicaciones.
            Quizás a algunos, Dios nos pida que alcemos la voz y, con nuestra palabra, expresemos su desacuerdo con esta situación, pero a otra gran mayoría, lo único que se le está pidiendo es que no renuncie a ser persona, que por lo menos, manifieste lo que lleva dentro y, desde donde se encuentra y está colaborando, se arrepienta del apoyo que está dando y de lo que está comulgando. Dios no es  impasible a todo esto y, cuando el pueblo acepta que se ha equivocado y está dispuesto a cambiar, Dios hace que las cosas se arreglen. Así ocurrió en Nínive.
            Sin embargo, escondemos la cabeza y sostenemos que no hay que meterse en nada, que hay que ser prudentes y medir muy bien las palabras; es más convincente contemporizar con todo y no dar la apariencia de desacuerdo con el mal, con lo cual, estamos comulgando y apoyándolo. A veces no es el problema de los que predican la muerte lo que mata, sino el silencio de los que sostienen la vida, que dejan que se mate.
            Esta es la triste realidad que venimos padeciendo y con la que se ha logrado que lleguemos a convencernos de que hay que dejar que sigan haciendo lo que quieran, pues sea quien sea, va a hacer lo que le venga en gana, por mucho que nos opongamos. Esta es la postura fácil, la huida, la renuncia a prestar mi apoyo a la Justicia, a la Verdad, a la Paz.
            Dios nos ha de pedir cuentas de lo que hemos dejado de hacer y del bien que hemos impedido que se dé, debido a nuestra postura de indolencia o inhibición ante la injusticia.

           
Salmo responsorial Sal 24, 4‑5ab. 6‑7bc. 8‑9 (R/: 4a)

R/. Señor, enséñame tus caminos. 

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/. 
R/. Señor, enséñame tus caminos. 
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
 por tu bondad, Señor. R/.
R/. Señor, enséñame tus caminos. 
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/. 
R/. Señor, enséñame tus caminos. 


 SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7, 29‑31 
La representación de este mundo se termina

Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. 
Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina. 
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

VIVIR EN LIBERTAD”  
            S. Pablo invita a los Corintios a replantearse sus vidas, no vale que estén entretenidos en cosas secundarias, que les hacen perder la energía que deben emplear en la construcción del reino.
            No pueden estar a estas alturas dormidos y distraídos con lo que se tiene, sintiéndose atados por cadenas a cosas y situaciones que no tienen horizontes, que son pasajeras y, sobre todo, cuando el hombre, para huir de hacer un esfuerzo en desprenderse y liberarse, renuncia a tener a Dios como referente al que mira.
Cuando el hombre, en esta huida hacia adelante, cree que se ha liberado de Dios, es cuando realmente ha caído en la esclavitud, pues está en manos de quienes lo manipulan, en el sentido que quieran y, entonces, ese sentido de vivir en la libertad que anuncia S. Pablo, con el que el ser humano no soporta que haya nada que lo esclavice, se pierde por entero: el hombre no estará en la vida “como si no…”, sino obligado a servir; en cambio, el hombre que se ha asentado en Dios, ha perdido todos los miedos a enfrentarse, contra todo lo que sea un atentado a la verdad y a la justicia y, pierde el miedo a perder todas las cosas que para él no tienen más sentido que ser unos medios con los que vive, pero no habrá quien lo mueva del sentido fundamental, que Dios le da para su vida y considera que todo tiene un valor secundario: los problemas económicos, políticos, el matrimonio, el celibato… todo eso pasa, pues ninguna de estas cosas es definitiva y todo eso desaparecerá. El cristiano se siente libre y eso no quiere decir que se evada, sino que le pierde el miedo a quedarse sin eso, que normalmente ata a todo el mundo, mientras que para él, las cosas no tienen un valor absoluto, sino secundario y, él está por encima de todo, dándole un sentido a todo lo que existe, permaneciendo siempre como superior a todo lo que existe y dispuesto a enfrentarlo si es que se le enfrenta.


Aleluya Mc 1,15
Está cerca el reino de Dios:
Convertíos y creed en el Evangelio. 



Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14‑20
Convertíos y creed en el Evangelio

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: 
—«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.» 
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:
—«Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes.
Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“CONVERTIOS Y CREED LA BUENA NOTICIA” 
Juan Bautista pedía a la gente que cambiara su manera de pensar, de actuar y, se abrieran a la verdad que traía el que venía detrás de él, que era el que quitaba verdaderamente el pecado y daba la salvación. Esta era la gran noticia para todos los hombres, se acababa la situación de alejamiento y de vivir olvidados de Dios.
            Salta Jesús a la vida pública cuando Juan ha sido apresado y recoge el testigo de Juan:  «El tiempo se ha cumplido, está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed la Buena Noticia.»
            ¿Qué quiere decir «El tiempo se ha cumplido.»?
            Sencillamente, que se ha acabado la situación de espera, que estamos en una nueva era, en la que se ha inaugurado lo que tanto tiempo se ha esperado y que ya tiene carácter de definitivo: lo que esperábamos es el Reino de los cielos, pues ¡¡Ya está aquí!! «Está cerca el Reino de Dios.»
Esto es lo que han estado esperando durante tantos años los hombres; esta ha sido la gran promesa que Dios ha venido haciendo a todos nuestros antepasados: Su reinado ha sido inaugurado, Dios se ha bajado y vive ya aquí con nosotros; nuestra historia es la suya, nuestras luchas son las suyas y todo esto, está orientado ya al triunfo definitivo, esto es irreversible.
Porque este Dios que se ha venido con nosotros, no es como los falsos dioses que nos hemos creado y que nos inducen al individualismo, a la soledad, al egoísmo, a la injusticia, a la vida sin sentido y a la destrucción; Este Dios que se ha venido a vivir con nosotros es el Dios de la vida,  el Dios Padre que nos da toda la seguridad, que está pendiente de sus hijos, que busca la salvación de todos y propone el camino de la felicidad.
De este reino que nos trae, no se excluye a nadie: no es para unos elegidos, para una raza, para una religión… es, incluso para los pecadores.
Los cánones que Dios ha establecido, no son como los que solemos establecer los hombres, su forma de hacer no es como la nuestra: los importantes no son los señores que se hacen servir, sino los que sirven; los más cercanos a Él no van a ser los grandes de este mundo, sino los más pequeños y débiles, los que todo el mundo desprecia; Él se pone al lado de los más pobres y de los que nadie  quiere, no porque sean mejores que los demás, sino por eso: porque nadie los quiere ni apuesta por ellos.
No podemos perder más el tiempo, ni quedarnos estancados en aquello que no lleva a ningún sitio, hay que cambiar y plantearnos nuestra forma de vivir y de pensar:  «Convertíos y creed la Buena Noticia.»
Vivir de acuerdo a esta nueva forma de ser y de pensar, exige dar un giro a nuestra vida: confiar en Él y guiarnos por sus planteamientos, antes que por los que el mundo nos está proponiendo, pero para poder hacer esto, lo primero que se nos exige es que creamos en Él y nos fiemos de Él; dejarnos en sus manos y creer en el amor que nos tiene y que nos potencia, haciéndonos lo más importante, cosa que nos llevará a considerar a los demás de la misma manera; estar seguros que este nuevo camino que Cristo ha abierto no tiene ya retroceso, es algo seguro que lleva a la salvación; no hay otra alternativa.
Todo esto supone un cambio radical en la existencia, lo triste es que queramos arreglar las cosas y continuar en el camino que nos trazamos, según los esquemas del mundo y sin aceptar la propuesta del reino que nos trae Jesús, queremos arreglar las cosas  con otros sustitutivos: oraciones, promesas, ritos sociales, etc.

DOMINGO -II- DEL TIEMPO ORDINARIO -B-

PRIMERA LECTURA
Habla, Señor, que tu siervo te escucha

Lectura del primer libro de Samuel 3, 3b‑10. 19
En aquellos dias, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió: 
‑«Aquí estoy.» 
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: 
—«Aquí estoy; vengo porque me has llamado.» 
Respondió Elí: 
—«No te he llamado; vuelve a acostarte.» 
Samuel volvió a acostarse. 
Volvió a llamar el Señor a Samuel. 
Él se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo: 
—«aquí estoy; vengo porque me has llamado.» 
Respondió Elí: 
—«No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.» 
Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor. 
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue a donde estaba Elí y le dijo: 
—«Aquí estoy; vengo porque me has llamado.» 
Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel: 
—«Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha.”» 
Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes:
—« ¡Samuel, Samuel!» Él respondió: ‑«Habla, que tu siervo te escucha.» Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“DISCERNIR LA LLAMADA”  
            El cap. 3 del libro de Job, en el v. 1 comienza diciendo que “la palabra de Dios era rara y no solían darse visiones”, es decir: eran tiempos de abandono de la orientación de la vida hacia Dios, aunque –sigue diciendo el texto- “todavía no se había apagado del todo la lámpara de Dios, es decir: a pesar de que el hombre le había dado la espalda a Dios, Él continuaba velando por su pueblo, fiel a su alianza.
            La poca o mucha esperanza que quedaba en Israel se basaba en la fidelidad de Dios, mas no en la del pueblo.
            Dice el texto que estaban durmiendo… El estado de dormido es equivalente a la muerte, la oscuridad, la inconsciencia, en la que ha caído el pueblo; cuando se encuentra así: dormido, Dios se hace presente a un niño y le invita a que se prepare para la misión que le va a encomendar.
            Samuel no está acostumbrado a estas cosas y tiene que recurrir a alguien que le ayude a descubrir el sentido de lo que le está ocurriendo y de dónde viene la llamada. Se acerca a Elí, quien le orienta como un verdadero maestro, capaz de discernir el sentido verdadero de su experiencia y le ayuda a ir descubriendo el sentido y a tomar una decisión libre a la propuesta de Dios.
            Samuel, al final se pone en manos de Dios: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”.
            El hecho y la situación tienen un eco extraordinario en el momento en que vivimos, donde prestar atención a la palabra de Dios tampoco está de moda, ni tampoco la familia está por la labor de orientar a sus hijos por otras causas que no sea ganar mucho dinero, sin embargo, Dios sigue  llamando e invitando a la gente joven y a mayores, a emplear su vida a fondo en la construcción de un mundo mejor, desde los diferentes frentes de la vida, pero no hay mucha gente dispuesta, como Elí, a dirigir la atención hacia los grandes valores de la solidaridad, del servicio, de la justicia, de la vida interior, de la verdad… ¡Cuánto bien nos haría a todo el mundo si fuéramos capaces de orientar los intereses de la juventud por otros derroteros distintos a los que la estamos llevando!


Salmo responsorial Sal 39, 2 y 4ab. 7. 8‑9. 10         (R/.: 8a y 9a)

R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. 
Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/. 
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. 
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio. R/. 
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. 
Entonces yo digo: «Aquí estoy
—como está escrito en mi libro‑
para hacer tu voluntad.» Dios mío,
lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R/. 
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. 
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios; Señor, tú lo sabes. R/. 
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. 


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6, 13c‑15a. 17‑20
Vuestros cuerpos son miembros de Cristo

Hermanos:
El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el cuerpo.
Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros. 
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? 
El que se une al Señor es un espíritu con él. 
Huid de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios.
No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. 
Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo! 
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“EL CUERPO, INSTRUMENTO DEL ESPÍRITU”   
            S. Pablo se encuentra en Corinto con un grupo de cristianos que tienen una cosa en común: se consideran perfectos y con una gran madurez y, en consecuencia, cada uno se cree con capacidad suficiente para interpretar la ley y, sobre todo, para tomar una decisión responsable frente a Dios.
            El tema frente al que están divididos y tienen distinta opinión es sobre el sexo: para unos es algo muy serio e importante que involucra a toda la persona y, por tanto, hay que tener un control absoluto y riguroso de él estableciendo un ascetismo férreo y proclamar la abstinencia absoluta y radical; para los otros, el sexo es algo sin importancia de cara a la salvación que ha traído Jesús, pues de lo que realmente hay que preocuparse es de fortalecer el espíritu, por tanto, es algo de lo que hay que despreocuparse y considerarlo como algo que no vale la pena prestarle atención, por tanto, sostienen que lo mejor es darle rienda suelta para evitar traumas.
            Pablo tiene que salir al frente y aclarar las cosas: en principio sigue manteniendo la libertad absoluta sobre la ley, pero eso no puede ponerse por encima del bien de la comunidad y han de tener en cuenta que han sido rescatados de la esclavitud de la ley y del pecado para conseguir precisamente la libertad y no para ponerse ahora bajo la esclavitud de los instintos y, por otro lado, han de tener en cuenta que el cuerpo no es el instrumento para que degeneren los instintos, sino el instrumento para que el Espíritu Santo construya la Justicia, el Amor, , la Verdad, la Paz, la Bondad y estos valores no están precisamente, insertos en la práctica de los instintos naturales.
            La respuesta que da S. Pablo tiene una actualidad extraordinaria en el momento en que vivimos en donde se propicia justamente la actitud de los corintios “liberales”. Existimos no para realizar y dar rienda suelta a todos los instintos que llevamos dentro, sino para crear un mundo más humano y fraterno donde seamos felices y no es, con el desenfreno de los instintos, como vamos a conseguirlo.

 Aleluya Jn 1, 41. 17b
Hemos encontrado al Mesías, que es Cristo;
la gracia y la verdad vinieron por medio de él.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 35‑42
Vieron dónde vivía y se quedaron con él

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: 
—«Éste es el Cordero de Dios.» 
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: 
—«¿Qué buscáis?» 
Ellos le contestaron: 
—«Rabí (que significa Maestro), ¿donde vives?»
Él les dijo: 
—«Venid y lo veréis.» 
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde.  Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: 
—«Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).» 
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: 
—«Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“CONFIAR EN EL SER HUMANO”    
         El pasaje de S. Juan nos sitúa frente a la llamada que Dios hace, que puede ser dirigida directamente a una persona o puede también ser la propuesta que se presenta para que la siga quien desee, en este caso, es Jesús quien pasa y es Juan quien indica a sus discípulos: “Este es el Cordero de Dios” y, concretamente, dos de ellos: Juan y Andrés, se levantan y se van detrás de Jesús que les favorece el encuentro.
            Juan presenta a Jesús y alude al “Cordero” en referencia a la antigua Pascua; ahora se trata de un proyecto nuevo: Jesús es el cordero de la Nuevo Pascua. Las cosas han llegado a su fin, la situación que está viviendo el pueblo no puede llegar más abajo, han tocado fondo y una nueva luz brilla; quien desee, puede engancharse en ella.
            Traspasando la situación al momento actual en el que estamos viendo que también estamos tocando fondo: hemos perdido los horizontes, no se sabe por dónde tirar, parece que no hay otra salida ni otro problema que el económico cuando la verdadera crisis es mucho más profunda, la economía no es más que una de las manifestaciones de la verdadera destrucción que vivimos a nivel moral, ético, religioso, social… en cambio, parece que todo está centrado en el dinero pero vemos que se han perdido todos los horizontes y a nuestros niños y nuestros jóvenes no les hemos transmitido otros valores que el dinero y los orientamos hacia donde se pueda ganar cuanto más mejor y ahí los vemos que todos quieren ser  futbolistas o puestos en los que se gane muchos millones, incluso estamos viendo cómo a la gente hasta le importa poco entrar en la cárcel, pues allí están los grandes estrellas de la actualidad…
            En cambio han desaparecido las propuestas a la entrega de la persona a otra dimensión nueva basada en el amor, en la gratuidad, en el servicio, en lo bien hecho, en la construcción de la felicidad… Y en este callejón sin salida en el que nos hemos metido, Jesús vuelve a pasar a nuestro lado, cuando no está de moda pararnos a escucharlo y nos vuelve a decir: venid conmigo, que os haré pescadores de hombres; también presenta su propuesta del reino invitándonos no a dar satisfacción a los sentidos practicando el sexo como los corintios, gozando de placeres como los romanos, o ejerciendo la violencia, mintiendo y envueltos en la corrupción como los gálatas… sino todo lo contrario: creando un mundo un mundo en PAZ en armonía y en solidaridad.
            Pero… ¿Quién empieza el primero? Estamos viendo que los políticos no están por la labor y menos aún los traficantes del dinero
            ¿Por dónde empezamos? Podríamos hacerlo por la educación, pero no esperemos que nos lo impongan los políticos, cada hogar ha de ser una escuela en donde el niño aprenda a ser solidario, respetuoso, dialogante, tolerante, trabajador, responsable… libre
            ¿Cómo empezamos? No esperemos a que los otros den el paso, seamos cada uno el que propone el cambio, al estilo de Jesús: Él pasó ofreciendo e invitando y los demás se le fueron uniendo.
            ¿…Que todo esto es una utopía? “Utopía” es aquello que no se puede realizar porque es imposible o absurdo, pero esto es algo que ha sido hecho por mucha gente, empezando por Jesús y por millones que lo han seguido; es algo que está al alcance de cada uno. El considerarlo imposible es haber perdido  por completo la confianza en la grandeza del ser humano.