DOMINGO XVIII DEL T.O. -C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiastés. Ecl 1, 2; 2, 21-23
¿Qué saca el hombre de todos los trabajos?

¡Vanidad de vanidades!, —dice Qohélet—. ¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad!
Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave dolencia.
Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol?
De día su tarea es sufrir y penar; de noche no descansa su mente. También esto es vanidad.
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN

EL VACÍO DE LA VIDA     
            El autor del libro del Eclesiastés se hace el mismo planteamiento que nos hacemos todos: ¿De qué sirve el afán que ponemos en la vida si al final, todo se queda aquí y se lo repartirán entre aquellos que no han hecho nada? ¿Vale, entonces, emplear la vida en algo que no va a servir para nada en el futuro?... Todo es vanidad, todo está vacío, sin sentido y esto lo repite 38 veces en el libro. Con lo que demuestra la gran preocupación que tiene por el sentido de la vida: una vida sin transcendencia es una pena, pues es una vida vacía y sin sentido. Afianzarse, por tanto, en las cosas es perder la vida, pues las cosas son caducas y vacías.
            Qoelet se plantea el sentido de la vida, del hombre y de su acción en la tierra. Vivir en el vacío es vivir en el engaño, esa es la estupidez más grande en la que puede caer el hombre, no vale la pena perder este gran tesoro que tenemos como es la vida, de forma que al final, cuando nos vayamos, nos encontremos con las manos vacías: ¡Nada queda de lo que fue la ilusión de nuestras vidas!

Salmo responsorial
Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R/.: 1bc)
R/.   Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

        V/.   Tú reduces el hombre a polvo,
                diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
                Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;
                una vela nocturna.   
R/.
R/.   Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

        V/.   Si tú los retiras
                son como un sueño,
                como hierba que se renueva
                que florece y se renueva por la mañana,
                y por la tarde la siegan y se seca.   R/.
R/.   Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

        V/.   Enséñanos a calcular nuestros años,
                para que adquiramos un corazón sensato.
                Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando?
                Ten compasión de tus siervos.   
R/.
R/.   Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

        V/.   Por la mañana sácianos de tu misericordia,
                y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
                Baje a nosotros la bondad del Señor
                y haga prósperas las obras de nuestras manos.
                Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos.   
R/.
R/.   Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.
Col 3, 1-5. 9-11 
Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo

HERMANOS:
Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.
En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría.
¡No os mintáis unos a otros!: os habéis despojado del hombre viejo, con sus obras, y os habéis revestido de la nueva condición que, mediante el conocimiento, se va renovando a imagen de su Creador, donde no hay griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo y libre, sino Cristo, que lo es todo, y en todos.

Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

AFIANZAR LO QUE ES FUNDAMENTAL     
            S. Pablo se centra en lo que es el eje y centro de la vida, que es lo único que en definitiva nos va a dar paz y alegría: hemos sido bautizados y nuestra naturaleza ha sido renovada con la presencia del Espíritu Santo, por tanto, vale la pena ser coherentes y responder a esa nueva realidad que poseemos: “Habéis muerto (a los intereses y a los esquemas de aquí abajo) y vuestra vida está escondida en Cristo…” por tanto, aspirad a los bienes de arriba, a lo que corresponde a Cristo y, en coherencia con esa nueva realidad, actuemos al estilo de Cristo, superando los esquemas del hombre viejo, para que nos vayamos identificando poco a poco con Cristo.
            Pablo señala en concreto dos cosas que pueden hacer mucho daño e impedir esa transformación a la que estamos llamados:
                        1)”No os engañéis unos a otros”, vivir en la mentira no tiene sentido ni lleva a ningún sitio, pues se han roto las barreras que nos hacían enemigos; ahora es Cristo quien vive en nosotros.
                        2) La otra actitud que debemos evitar es la codicia y los malos deseos que es una forma de idolatría, pues nos esclavizan y nos impiden vivir la fraternidad.
  
Aleluya
Mt 5, 3
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Bienaventurados los pobres en el espíritu,
        porque de ellos es el reino de los cielos.   
R/.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 12, 13-21
¿De quién será lo que has preparado?
             EN aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:
    «Maestro, dije a mi hermano que reparta conmigo la herencia».
Él le dijo:
    «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».
Y les dijo:
    «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».
Y les propuso una parábola:
    «Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo:
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.
Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.
Así es el que atesora para SÍ y no es rico ante Dios».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

EL VACÍO DE LA VIDA  
             “Hay que vivir la vida, disfrutarla, porque es lo único que nos vamos a llevar”. Esta es la frase que constantemente estamos escuchando y que repetimos a cada momento, olvidando que lo importante no es lo que nos vamos a llevar en el cuerpo, sino lo que vamos a dejar a nuestro paso por la existencia.
            Pero “disfrutar” lo entendemos como sinónimo de gozar del placer de los sentidos, por lo que vivir la vida se trata de ir buscando ese placer y gozarlo hasta donde sea posible, cosa que la mayoría de las veces todo queda limitado por la capacidad económica que se tenga.
            Si nos detenemos un momento, podremos darnos cuenta que ese es el gozo de cualquier animal que en su vida no busca otra cosa, ya que su existencia está marcada por el ritmo que le indican sus instintos, con lo que, si el ser humano reduce su existencia a este “gozar”, no hace otra cosa que “achatar” su vida y quitarle todo sentido de transcendencia y de libertad, con lo que, en muy poco tiempo, nos quedaríamos sin horizontes ni proyectos entusiasmantes para la vida, pues iríamos sustituyendo los grandes valores que dignifican a la persona y le engrandecen, por momentos concretos de placer que terminarían por ubicarnos en un vacío existencial que probablemente pediría la muerte.
            El momento actual que vivimos, marcado por el hedonismo, fomenta y anima a vivir como “higueras estériles”: con una imagen preciosa por fuera pero sin frutos; el culto al cuerpo y el desprecio absoluto al alma son las dos grandes actitudes que identifican al sistema establecido.

DOMINGO XVII DEL T.O. –C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis. Gén 18, 20-32
No se enfade mi Señor si sigo hablando

E
N aquellos días, el Señor dijo:
    «El clamor contra Sodoma y Gomorra es fuerte y su pecado es grave: voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la queja llegada a mí; y si no, lo sabré».
Los hombres se volvieron de allí y se dirigieron a Sodoma, mientras Abrahán seguía en pie ante el Señor.
Abrahán se acercó y le dijo:
    «¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás el lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?».
El Señor contestó:
    «Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos».
Abrahán respondió:
    «Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza! Y si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?».
Respondió el Señor:
    «No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco».
Abrahán insistió:
    «Quizá no se encuentren más que cuarenta».
Él dijo:
    «En atención a los cuarenta, no lo haré».
Abrahán siguió hablando:
    «Que no se enfade mi Señor si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?».
Él contestó:
    «No lo haré, si encuentro allí treinta».
Insistió Abrahán:
    «Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran allí veinte?».
Respondió el Señor:
    «En atención a los veinte, no la destruiré».
Abrahán continuó:
    «Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más: ¿Y si se encuentran diez?».
Contestó el Señor:
    «En atención a los diez, no la destruiré».
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

DIOS AL NIVEL DEL
            El domingo pasado nos presentaba la liturgia el texto de Gn. 18, 1-10 en donde aparecía Abrahán como el gran referente y modelo de hospitalidad, actitud que en el pueblo de Israel tendrá una importancia enorme, ya que es un pueblo sin tierra y la hospitalidad será el don más preciado para cualquier israelita.
            Hoy nos presenta de nuevo la figura de Abrahán como el gran intercesor ante Dios por estas ciudades de Sodoma y Gomorra.
            El autor quiere dejar bien claro: por un lado la actitud bondadosa de Abrahán, que llega hasta el punto de regatear con Dios para evitar que caiga el castigo sobre Sodoma y Gomorra; por otro lado quiere dejar también claro la magnitud de la maldad de sus habitantes: no hay ni una persona que esté limpia.
            Es también una lección de la confianza que la persona que ora a Dios puede llegar a tener, hasta el punto de poner en juego el honor de Dios, pues lo trata como a un ser querido con el que se tiene tal confianza como para tratarlo como se le puede hacer a un vendedor ambulante, con quien regateamos el precio de sus mercancías.
            Al mismo tiempo, podemos contemplar la imagen de Dios cercano, a la escucha de los planteamientos de Abrahán, su amigo y de su disposición, incluso, a cambiar sus planes en beneficio de los inocentes, cosa que para nosotros es de una importancia enorme, pues nos abre las perspectivas de encuentro con Dios de una forma insospechada.

Salmo responsorial
Sal 137, 1bcd-2a. 2bcd-3. 6-7ab. 7c-8 (R/.: 3a)
R/.   Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

        V/.   Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
                porque escuchaste las palabras de mi boca;
                delante de los ángeles tañeré para ti;
                me postraré hacia tu santuario.   
R/.
R/.   Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

        V/.   Daré gracias a tu nombre:
                por tu misericordia y tu lealtad,
                porque tu promesa supera tu fama.
                Cuando te invoqué, me escuchaste,
                acreciste el valor en mi alma.   R/.
R/.   Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

        V/.   El Señor es sublime, se fija en el humilde,
                y de lejos conoce al soberbio.
                Cuando camino entre peligros, me conservas la vida;
                extiendes tu mano contra la ira de mi enemigo.   
R/.
R/.   Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

        V/.   Tu derecha me salva.
                El Señor completará sus favores conmigo.
                Señor, tu misericordia es eterna,
                no abandones la obra de tus manos.   
R/.
R/.   Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.
Col 2, 12-14
Os vivificó con él, perdonándoos todos los pecados

HERMANOS:
Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo y habéis resucitado con él, por la fe en la fuerza de Dios que lo resucitó de los muertos.
Y a vosotros, que estabais muertos por vuestros pecados y la incircuncisión de vuestra carne, os vivificó con él.
Canceló la nota de cargo que nos condenaba con sus cláusulas contrarias a nosotros; la quitó de en medio, clavándola en la cruz.

Palabra de Dios. 


REFLEXIÓN

BAUTISMO = MUERTE Y RESURRECCIÓN     







S. Pablo escribe a los colosenses y quiere hacerles tomar conciencia de la nueva situación que viven a partir del bautismo: lo que ha ocurrido en sus vidas ha sido una transformación total, la misma que ocurrió en el sepulcro con Jesús: de él salió resucitado, un hombre completamente nuevo. Esto es lo que ha hecho el bautismo con ellos.
Para hacerles entender, Pablo utiliza el símil de la pila bautismal como el sepulcro en el que han sido enterrados y del que han renacido a una vida nueva, la vida del Espíritu. De ahí vendrá la idea o el símbolo de la pila bautismal como el sepulcro donde es enterrada nuestra vida manchada por el pecado y de la que resucitamos como personas nuevas.
            Morir con Cristo significa insertarnos en su muerte que es vivir amando, pues el amor es un morir a nosotros mismos en beneficio del ser amado y de ahí que “Si morimos con Cristo, resucitaremos con Él”: una vida vivida en el amor, la muerte final es el triunfo mayor. Este es el gran misterio de Cristo en el que nos insertamos por el bautismo.

Aleluya
Rm 8, 15bc
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción,
        en el que clamamos: «¡Abba”, Padre!».   
R/.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 11, 1-13
Pedid y se os dará

UNA vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
    «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».
Él les dijo:
    «Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”».
Y les dijo:
    «Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice:
“Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquel le responde:
“No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

EL ESTRÉS NOS MATA     
Como pieza integrante de la vida y de la identidad del pueblo de Israel está la oración, cosa que Jesús aprende desde niño en su familia y en su ambiente social. Jesús es un judío piadoso como lo fue S. José y su madre la Virgen María, fue algo que vivió en casa. Por eso, cuando empieza su ministerio, la oración ocupa un lugar central en su vida, es algo sin lo que no puede vivir. Todos los evangelistas nos lo presentan como un hombre de oración y, Lucas concretamente, nos lo presenta en repetidas ocasiones orando y a él se nos debe el texto más probable de la oración del Padre nuestro:
            Esta actitud de Jesús hoy no se entiende, pues estamos marcados por el mercantilismo que nos lleva a entregar un dinero y a recibir automáticamente lo que hemos comprado y, por consiguiente, a entender que nada podemos recibir si es que de antemano no lo hemos pagado, o también, que todo lo que recibimos tenemos obligación de pagarlo.
            La gratuidad no se entiende en un esquema de vida como el que tenemos. Por eso, estamos viendo que el hombre de hoy no entiende muchas cosas, como es el confiar, la gratuidad y, en consecuencia el agradecimiento.
            Entre las cosas que ha olvidado, otra ha sido la valoración de la vida interior, el hacer silencio en la vida para escuchar la voz de Dios y, sobre todo, para encontrarse consigo mismo y anda todo el mundo agobiado, con la cabeza embotada por un montón de preocupaciones, siempre corriendo, siempre agobiado y sin tiempo para controlar nada de lo que ocurre a su alrededor.
            El criterio que prevalece es el rendimiento, la eficacia, la utilidad inmediata… la oración es considerada una pérdida de tiempo y a cada momento se nos dice que la vida hay que vivirla.
            Sin embargo, aunque se hayan impuesto estos esquemas, cada vez nos encontramos a más gente insatisfecha, agobiada, deprimida… Es curioso escuchar las noticias en los días donde hay un puente en el trabajo: la gente huye para “desintoxicarse”, quiere evadirse, pero eso no es más que un signo de la necesidad de vida interior que nos ayude a dominar y controlar el mundo que nos rodea
  “Necesitamos orar para encontrar silencio, serenidad y descanso que nos permitan sostener el ritmo de nuestro quehacer diario. Necesitamos orar para vivir en actitud lúcida y vigilante en medio de una sociedad superficial y deshumanizadora” –nos dirá con toda razón José A. Pagola.





DOMINGO XVI DEL T.O. -C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis. Gén 18, 1-10a
Señor, no pases de largo junto a tu siervo 

EN aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, en lo más caluroso del día. Alzó la vista y vio tres hombres frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda, se postró en tierra y dijo:
    «Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un bocado de pan para que recobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a la casa de vuestro siervo».
Contestaron:
    «Bien, haz lo que dices».
Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo:
    «Aprisa, prepara tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz unas tortas».
Abrahán corrió enseguida a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase de inmediato. Tomó también cuajada, leche y el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba bajo el árbol, ellos comían.
Después le dijeron:
    «Dónde está Sara, tu mujer?».
Contestó:
    «Aquí, en la tienda».
Y uno añadió:
    «Cuando yo vuelva a verte, dentro del tiempo de costumbre Sara habrá tenido un hijo».
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

DE USAR Y TIRAR     
            Cuando leemos el pasaje que nos muestra hoy la liturgia, en el que se nos presenta la figura de Abrahán, nos quedamos impresionados ante la postura que tiene, pues contrasta fuertemente con el individualismo que se nos está metiendo.     Efectivamente, el autor ha querido dejar bien expresado uno de los derechos fundamentales que tiene toda persona que se encuentra sola y con problemas: el derecho al asilo, pero al mismo tiempo, quiere dejar también clara cuál ha de ser la actitud de todo el que acoge: apertura, prontitud, incondicionalidad y compartir lo que se tiene.
            La figura de Abrahán es elocuente: ve venir a los forasteros en un ambiente de muerte como es el del desierto; no les pregunta quiénes son, sino que sale al encuentro y les ofrece lo que tiene; son acogidos en su casa y pone en su mesa lo mejor que tiene.
            ¡Cuánta falta nos hace leer este texto con frecuencia en el mundo en que vivimos! En definitiva, es que hemos perdido la dimensión de la grandeza de la persona y es considerada más bien como una cosa de la que me puedo aprovechar o deshacerme de ella en cuanto no la necesito. La cultura del descarte que ha venido a suplantar la cultura del humanismo y la solidaridad… La persona la hemos convertido en un objeto que lo utilizo cuando lo necesito y no le dejo ningún espacio en mi vida nada más que el del utilitarismo.

Salmo responsorial
Sal 14, 2-3a. 3bc-4ab. 5 (R/.: 1b)
R/.   Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

        V/.   El que procede honradamente
                y practica la justicia,
                el que tiene intenciones leales
                y no calumnia con su lengua.   
R/.
R/.   Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

        V/.   El que no hace mal a su prójimo
                ni difama al vecino,
                el que considera despreciable al impío
                y honra a los que temen al Señor.   R/.
R/.   Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

        V/.   El que no presta dinero a usura
                ni acepta soborno contra el inocente.
                El que así obra nunca fallará.   
R/.
R/.   Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.
Col 1, 24-28
El misterio escondido desde siglos, revelado ahora a los santos

HERMANOS:
Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros: así completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado servidor, conforme al encargo que me ha sido encomendado en orden a vosotros: llevar a plenitud la palabra de Dios, el misterio escondido desde siglos y generaciones y revelado ahora a sus santos, a quienes Dios ha querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria. Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para presentarlos a todos perfectos en Cristo.

Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

EL PRIVILEGIO DE SER LLAMADO     
            Pablo escribe a la comunidad de los colosenses y confiesa que se siente un privilegiado al pensar que Cristo le ha invitado a ser partícipe y colaborar en la puesta en marcha del misterio que ha estado escandido tanto tiempo y que ahora lo ha revelado para los gentiles, y él ha sido elegido para dar la buena noticia, no ha sido una iniciativa suya, ni tampoco él trae algo de lo que pueda sentirse orgulloso de entregar como algo propio, no, él es un servidor del proyecto de salvación que Dios ha traído para todos los hombres, esto es algo que le sobrepasa.
            El centro de este gran proyecto lo ocupa Jesucristo, de quien procede todo bien y el que ha realizado el plan secreto que Dios tenía programado desde la eternidad.   Esta gran maravilla no podía quedar encerrada en los esquemas del pueblo de Israel, sino que alcanza a todos los hombres de la tierra y a todo el universo, por eso confiesa que no es algo que dependa de él, sino que es Dios quien lo ha hecho y ha tenido con él la deferencia de invitarle a ser partícipe de la obra, por lo que está dispuesto a entregar su vida entera. Y por eso no tiene miedo a las dificultades que le puedan sobrevenir.

Aleluya
Cf. Lc 8, 15
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
        con un corazón noble y generoso,
        la guardan y dan fruto con perseverancia.   
R/.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 10, 38-42
¿Quién es mi prójimo?

            EN aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
            Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:
    «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».
Respondiendo, le dijo el Señor:
    «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

EL SERVICIO NO TIENE SEXO     
            El texto nos es muy conocido y comentado, de él se han dado explicaciones de todo tipo, desde indicar la grandeza de la vida contemplativa, por encima de la vida activa, hasta la condena de todo el materialismo que se nos mete por las rendijas de la vida y nos hace olvidarnos de Dios…
            No obstante, creo que es interesante mirar el contexto en el que cuenta Lucas el hecho y, tal vez la lección que está queriendo dejar a la comunidad, que es posible que esté fallando y queriendo justificar el fallo con una actitud errada que se tolera porque socialmente está bien vista.
El momento que nos narra S. Lucas es un poco inusual: Jesús se encuentra solo con dos mujeres: una responde adecuadamente como es normal: ocupada en las cosas de casa, para que Jesús se sienta bien, como buena ama de casa y la otra coge una postura que solo le está permitida a los hombres: sentarse como un discípulo a escuchar al maestro; esta actitud sorprende a Marta y hace lo posible por llamar la atención protestando al mismo Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.” Es decir: ¿Por qué permite eso que está mal visto y la deja que actúe como le corresponde a los varones?
Es muy posible que está mentalidad se siga dando entre las comunidades, en las que la mujer tiene que cargar con todo el peso del sostenimiento de la comunidad, mientras el varón vive esperando que se lo den todo hecho, como, por desgracia, sigue ocurriendo en nuestros días.
La respuesta de Jesús es muy importante y debe tenerla en cuenta la comunidad: lo que está haciendo María es lo que deben hacer todos, para que recupere sentido todo lo que está haciendo Marta, que es también trabajo de todos.
Jesús no critica ni menosprecia el trabajo de Marta, pero si le hace tomar conciencia de que esa acción no debe atosigar su vida, de forma que no le deje espacio para otras cosas, concretamente lo que está haciendo María; actitud que también hoy nos invade de tal forma que estamos absorbidos y agobiados con el trabajo, de tal forma que no nos queda espacio para ninguna otra actividad y, menos aún, si se trata de una actividad espiritual, cosa que se considera inútil e innecesaria.
Hoy, como siempre, es necesario que la comunidad cristiana sea el espacio donde encontremos la posibilidad de servir, pero donde, sobre todo, encontremos la posibilidad de escuchar la Palabra de Dios que ilumina y da sentido a toda nuestra actividad, ya sea como varones o como mujeres. Pues el amor, hecho servicio, tampoco tiene sexo.


DOMINGO XV DEL T. O. –C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Deuteronomio. Dt 30, 10-14 
El mandamiento está muy cerca de ti para que lo cumplas

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
    «Escucha la voz del Señor, tu Dios, observando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el libro de esta ley, y vuelve al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma. Porque este precepto que yo te mando hoy no excede tus fuerzas, ni es inalcanzable. No está en el cielo, para poder decir:
“¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?”. Ni está más allá del mar, para poder decir: “¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?”.
El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que lo cumplas».
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LA RESPUESTA AL DOLOR DEL MUNDO       
            El texto del libro del Deuteronomio no podemos desligarlo del marco de la alianza: el pueblo ha sufrido la esclavitud como resultado del alejamiento de Dios; ahora Él le sale al paso ofreciéndole su apoyo, su guía y su cuidado y el pueblo tiene que responder, obviamente, a la propuesta de Dios.
            A simple vista, al leer el texto, puede parecernos que Dios quiere someter al pueblo a una obediencia ciega e incondicional, pero no es así: Dios le está pidiendo que retome su conducta y vea a dónde le ha llevado y recapacite; La acción liberadora de Dios necesita unas condiciones favorables para que se realice y la primera y fundamental es volver al camino de Dios, como pide el libro del Deuteronomio 6,4.
            El pueblo ya ha vivido una experiencia amarga al separarse del camino de Dios, en donde ha visto cómo se ha destruido Judá y Jerusalén en el año 587.
            La buena nueva se presenta ahora indicando al pueblo que lo que Dios está pidiendo no es difícil, ni es algo inalcanzable  o imposible de realizar, ni algo que se pueda comparar a lo malo que han atravesado. Es algo que está al alcance de todos, algo tan simple como amar al prójimo.
            La llamada que se hace al pueblo de Israel tiene una actualidad enorme en nuestros días: cuando todo parece complicarse y se pierde el horizonte, la luz aparece tan clara y evidente que no tiene lugar a la duda: todo se arreglaría si pensáramos un poco en el bien común, y practicáramos el amor al prójimo en lugar de buscar cada uno sus intereses personales. No hacerlo nos sume a todos en la oscuridad, en el terror y en la muerte.

Salmo responsorial (opción 1)
Sal 68, 14 y 17. 30-31. 33-34. 36ab y 37 (R/.: cf. 33)
R/.   Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

        V/.   Mi oración se dirige a ti,
                Señor, el día de tu favor;
                que me escuche tu gran bondad,
                que tu fidelidad me ayude.
                Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;
                por tu gran compasión, vuélvete hacia mi.   
R/.
R/.   Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

        V/.   Yo soy un pobre malherido;
                Dios mío, tu salvación me levante.
                Alabaré el nombre de Dios con cantos,
                proclamaré su grandeza con acción de gracias.   R/.
R/.   Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

        V/.   Miradlo, los humildes, y alegraos;
                buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
                Que el Señor escucha a sus pobres,
                no desprecia a sus cautivos.   
R/.
R/.   Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

        V/.   Dios salvará a Sión,
                reconstruirá las ciudades de Judá.
                La estirpe de sus siervos la heredará,
                los que aman su nombre vivirán en ella.   
R/.
R/.   Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Salmo responsorial (opción 2)

Sal 18, 8. 9. 10. 11 (R/.: 9ab)
R/.   Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

        V/.   La ley del Señor es perfecta
                y es descanso del alma;
                el precepto del Señor es fiel
                e instruye a los ignorantes.   
R/.
R/.   Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

        V/.   Los mandatos del Señor son rectos
                y alegran el corazón;
                la norma del Señor es límpida
                y da luz a los ojos.   
R/.
R/.   Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

        V/.   El temor del Señor es puro
                y eternamente estable;
                los mandamientos del Señor son verdaderos
                y enteramente justos.   
R/.
R/.   Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

        V/.   Más preciosos que el oro,
                más que el oro fino;
                más dulces que la miel
                de un panal que destila.   
R/.
R/.   Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.
Col 1, 15-20
Todo fue creado por él y para él

CRISTO Jesús es imagen del Dios invisible,
     primogénito de toda criatura;
     porque en él fueron creadas todas las cosas:
     celestes y terrestres,
     visibles e invisibles.
Tronos y Dominaciones,
     Principados y Potestades;
     todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo,
     y todo se mantiene en él.
     Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
     Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
     y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
     Y por él y para él
     quiso reconciliar todas las cosas,
     las del cielo y las de la tierra,
     haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Palabra de Dios.

 REFLEXIÓN


CRISTO, PRINCIPIO Y FIN DE LA CREZACION      
            La segunda lectura de este domingo nos presenta una especie de confesión más que de fe, de amor generado por la grandeza de Cristo que nos ha redimido y nos ha hecho hombres nuevos con su muerte y resurrección.
            La acción de Cristo ha sido la culminación de todo el plan creador de Dios desde el comienzo; todo estaba ha pensado y planificado para que quedara explícito la acción amorosa de Dios.
            Lo que ha surgido de Cristo es una nueva creación que ha dado lugar a una nueva humanidad, no ya basada en esquemas naturales, sino fortificada por la vida y la fuerza del Espíritu de Cristo que se ha quedado con el hombre.
            En Cristo ha sido reconciliada toda la creación y todas las cosas encuentran su sentido pleno y verdadero. Él es la manifestación absoluta de Dios-Amor al hombre y en ËL encuentra sentido la creación entera y con Él todo se encamina al fin que Dios estableció para la historia y para toda la creación


Aleluya
Cf. Jn 6, 63c. 68C
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;
        tú tienes palabras de vida eterna.   
R/.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 10, 25-37
¿Quién es mi prójimo?

            EN aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?».
Él le dijo:
    «¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?».
El respondió:
    «“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza” y con toda tu mente. Y “a tu prójimo como a ti mismo”».
Él le dijo:
    «Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida».
Pero el maestro de la ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús:
    «¿Y quién es mi prójimo?».
Respondió Jesús diciendo:
    «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: “Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva”. ¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?».
Él dijo:
    «El que practicó la misericordia con él».
Jesús le dijo:
    «Anda y haz tú lo mismo».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

LA LEY INJUSTA     
Cuando pensamos en la mentalidad que se está imponiendo en el momento actual, no podemos evitar el recordar la mentalidad existente en tiempos de Jesús: la moral, la ética, la espiritualidad… había quedado todo reducido a la ley, con lo que se perdió todo sentimiento de humanidad y toda capacidad de sorprenderse de la grandeza del corazón humano, capaz de hacer cosas maravillosas. La ley llega a cosificarlo y calcularlo todo, con lo que se elimina la posibilidad de la gratuidad y del amor que se expresa con espontaneidad.
En esta estructura social, la ley es el único referente moral para el pueblo y esto da por resultado la escena que monta Jesús para que se dé cuenta el maestro de la ley de la pobreza y de la equivocación en la que está metida la sociedad del tiempo y sus promotores.
La aberración había llegado a tal extremo, que se consideraba más importante la ley del culto, que mandaba no “mancharse”, que una persona que se encontrase en grave dificultad. Jesús no puede tolerar que en nombre de Dios se deje en la cuneta de la vida a una persona y no puede entender que haya leyes que sostengan y promuevan esta aberración.
Jesús presenta al letrado con toda crudeza de detalles la situación del hombre: ha sido apaleado, robado, maltratado, y dejado medio muerto… y hace pasar ante él a personajes públicos, representantes de la ley y de la religión que pasan de largo para no incumplir la ley y dejan al individuo sin protección; la ley no lo protege.
  Jesús deja la pelota en el tejado del representante de la ley, para que se pregunte ¿qué hace y para qué sirve una ley que no da respuesta a las necesidades del hombre?
  Jesús hace una opción abierta por el hombre frente a la ley y, por el escenario de la parábola, hace pasar un “sin ley” (un samaritano) que no se detiene en normas, ni prohibiciones, ni le retrae lo políticamente incorrecto, sino que ve al hombre necesitado, se pone en su lugar y tiene compasión de él.
Jesús quiere dejar bien claro y patente que la solidaridad, el amor, el respeto a la persona está por encima de cualquier otra norma o ley que se establezca, es más, toda ley que rompa el respeto y la fraternidad es inhumana. La parábola es una interpelación de las leyes actuales que apañan y camuflan de forma vergonzosa distorsionando el lenguaje y hacen decir lo contrario de lo que predican.