PRIMERA LECTURA
Lectura
del libro del Eclesiastés. Ecl
1, 2; 2, 21-23
¿Qué saca el hombre de todos los
trabajos?
¡Vanidad de vanidades!, —dice Qohélet—. ¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad!
Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave dolencia.
Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol?
De día su tarea es sufrir y penar; de noche no descansa su mente. También esto es vanidad.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
EL
VACÍO DE LA VIDA
El
autor del libro del Eclesiastés se hace el mismo planteamiento que nos hacemos
todos: ¿De qué sirve el afán que ponemos en la vida si al final, todo se queda
aquí y se lo repartirán entre aquellos que no han hecho nada? ¿Vale, entonces,
emplear la vida en algo que no va a servir para nada en el futuro?... Todo es
vanidad, todo está vacío, sin sentido y esto lo repite 38 veces en el libro.
Con lo que demuestra la gran preocupación que tiene por el sentido de la vida:
una vida sin transcendencia es una pena, pues es una vida vacía y sin sentido.
Afianzarse, por tanto, en las cosas es perder la vida, pues las cosas son
caducas y vacías.
Qoelet
se plantea el sentido de la vida, del hombre y de su acción en la tierra. Vivir
en el vacío es vivir en el engaño, esa es la estupidez más grande en la que
puede caer el hombre, no vale la pena perder este gran tesoro que tenemos como
es la vida, de forma que al final, cuando nos vayamos, nos encontremos con las
manos vacías: ¡Nada queda de lo que fue la ilusión de nuestras vidas!
Salmo responsorial
Sal 89,
3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R/.: 1bc)
R/. Señor, tú has sido nuestro
refugio de generación en generación.
V/.
Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;
una vela nocturna. R/.
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;
una vela nocturna. R/.
R/. Señor, tú has sido nuestro
refugio de generación en generación.
V/.
Si tú los retiras
son como un sueño,
como hierba que se renueva
que florece y se renueva por la mañana,
son como un sueño,
como hierba que se renueva
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R/.
R/. Señor, tú has sido nuestro
refugio de generación en generación.
V/.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando?
Ten compasión de tus siervos. R/.
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando?
Ten compasión de tus siervos. R/.
R/. Señor, tú has sido nuestro
refugio de generación en generación.
V/. Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.
R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses. Col 3, 1-5. 9-11
Buscad los bienes de allá arriba,
donde está Cristo
HERMANOS:
Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.
En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría.
¡No os mintáis unos a otros!: os habéis despojado del hombre viejo, con sus obras, y os habéis revestido de la nueva condición que, mediante el conocimiento, se va renovando a imagen de su Creador, donde no hay griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo y libre, sino Cristo, que lo es todo, y en todos.
Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.
En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría.
¡No os mintáis unos a otros!: os habéis despojado del hombre viejo, con sus obras, y os habéis revestido de la nueva condición que, mediante el conocimiento, se va renovando a imagen de su Creador, donde no hay griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo y libre, sino Cristo, que lo es todo, y en todos.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
AFIANZAR
LO QUE ES FUNDAMENTAL
S.
Pablo se centra en lo que es el eje y centro de la vida, que es lo único que en
definitiva nos va a dar paz y alegría: hemos sido bautizados y nuestra
naturaleza ha sido renovada con la presencia del Espíritu Santo, por tanto,
vale la pena ser coherentes y responder a esa nueva realidad que poseemos: “Habéis muerto (a los intereses y a los
esquemas de aquí abajo) y vuestra vida
está escondida en Cristo…” por tanto, aspirad a los bienes de arriba, a lo
que corresponde a Cristo y, en coherencia con esa nueva realidad, actuemos al
estilo de Cristo, superando los esquemas del hombre viejo, para que nos vayamos
identificando poco a poco con Cristo.
Pablo
señala en concreto dos cosas que pueden hacer mucho daño e impedir esa
transformación a la que estamos llamados:
1)”No os engañéis unos a otros”, vivir en
la mentira no tiene sentido ni lleva a ningún sitio, pues se han roto las barreras
que nos hacían enemigos; ahora es Cristo quien vive en nosotros.
2)
La otra actitud que debemos evitar es la codicia
y los malos deseos que es una forma de idolatría, pues nos esclavizan y nos
impiden vivir la fraternidad.
Aleluya
Mt
5, 3
R/.
Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.
Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos. R/.
porque de ellos es el reino de los cielos. R/.
EVANGELIO
✠ Lectura del santo Evangelio según
san Lucas.
Lc 12,
13-21
¿De quién será lo que has preparado?
«Maestro, dije a mi
hermano que reparta conmigo la herencia».
Él le dijo:
«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».
Y les dijo:
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».
Y les propuso una parábola:
«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo:
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.
Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.
Así es el que atesora para SÍ y no es rico ante Dios».
Él le dijo:
«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».
Y les dijo:
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».
Y les propuso una parábola:
«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo:
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.
Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.
Así es el que atesora para SÍ y no es rico ante Dios».
Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
EL VACÍO DE LA VIDA
Pero “disfrutar” lo entendemos como
sinónimo de gozar del placer de los sentidos, por lo que vivir la vida se trata
de ir buscando ese placer y gozarlo hasta donde sea posible, cosa que la
mayoría de las veces todo queda limitado por la capacidad económica que se
tenga.
Si nos detenemos un momento,
podremos darnos cuenta que ese es el gozo de cualquier animal que en su vida no
busca otra cosa, ya que su existencia está marcada por el ritmo que le indican
sus instintos, con lo que, si el ser humano reduce su existencia a este
“gozar”, no hace otra cosa que “achatar” su vida y quitarle todo sentido de
transcendencia y de libertad, con lo que, en muy poco tiempo, nos quedaríamos
sin horizontes ni proyectos entusiasmantes para la vida, pues iríamos
sustituyendo los grandes valores que dignifican a la persona y le engrandecen,
por momentos concretos de placer que terminarían por ubicarnos en un vacío
existencial que probablemente pediría la muerte.
El momento actual que vivimos,
marcado por el hedonismo, fomenta y anima a vivir como “higueras estériles”:
con una imagen preciosa por fuera pero sin frutos; el culto al cuerpo y el
desprecio absoluto al alma son las dos grandes actitudes que identifican al
sistema establecido.