DOMINGO XVIII DEL T.O. -C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiastés. Ecl 1, 2; 2, 21-23
¿Qué saca el hombre de todos los trabajos?

¡Vanidad de vanidades!, —dice Qohélet—. ¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad!
Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave dolencia.
Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol?
De día su tarea es sufrir y penar; de noche no descansa su mente. También esto es vanidad.
Palabra de Dios. 

REFLEXIÓN

EL VACÍO DE LA VIDA     
            El autor del libro del Eclesiastés se hace el mismo planteamiento que nos hacemos todos: ¿De qué sirve el afán que ponemos en la vida si al final, todo se queda aquí y se lo repartirán entre aquellos que no han hecho nada? ¿Vale, entonces, emplear la vida en algo que no va a servir para nada en el futuro?... Todo es vanidad, todo está vacío, sin sentido y esto lo repite 38 veces en el libro. Con lo que demuestra la gran preocupación que tiene por el sentido de la vida: una vida sin transcendencia es una pena, pues es una vida vacía y sin sentido. Afianzarse, por tanto, en las cosas es perder la vida, pues las cosas son caducas y vacías.
            Qoelet se plantea el sentido de la vida, del hombre y de su acción en la tierra. Vivir en el vacío es vivir en el engaño, esa es la estupidez más grande en la que puede caer el hombre, no vale la pena perder este gran tesoro que tenemos como es la vida, de forma que al final, cuando nos vayamos, nos encontremos con las manos vacías: ¡Nada queda de lo que fue la ilusión de nuestras vidas!

Salmo responsorial
Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R/.: 1bc)
R/.   Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

        V/.   Tú reduces el hombre a polvo,
                diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
                Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;
                una vela nocturna.   
R/.
R/.   Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

        V/.   Si tú los retiras
                son como un sueño,
                como hierba que se renueva
                que florece y se renueva por la mañana,
                y por la tarde la siegan y se seca.   R/.
R/.   Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

        V/.   Enséñanos a calcular nuestros años,
                para que adquiramos un corazón sensato.
                Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando?
                Ten compasión de tus siervos.   
R/.
R/.   Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

        V/.   Por la mañana sácianos de tu misericordia,
                y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
                Baje a nosotros la bondad del Señor
                y haga prósperas las obras de nuestras manos.
                Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos.   
R/.
R/.   Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.
Col 3, 1-5. 9-11 
Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo

HERMANOS:
Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.
En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría.
¡No os mintáis unos a otros!: os habéis despojado del hombre viejo, con sus obras, y os habéis revestido de la nueva condición que, mediante el conocimiento, se va renovando a imagen de su Creador, donde no hay griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo y libre, sino Cristo, que lo es todo, y en todos.

Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

AFIANZAR LO QUE ES FUNDAMENTAL     
            S. Pablo se centra en lo que es el eje y centro de la vida, que es lo único que en definitiva nos va a dar paz y alegría: hemos sido bautizados y nuestra naturaleza ha sido renovada con la presencia del Espíritu Santo, por tanto, vale la pena ser coherentes y responder a esa nueva realidad que poseemos: “Habéis muerto (a los intereses y a los esquemas de aquí abajo) y vuestra vida está escondida en Cristo…” por tanto, aspirad a los bienes de arriba, a lo que corresponde a Cristo y, en coherencia con esa nueva realidad, actuemos al estilo de Cristo, superando los esquemas del hombre viejo, para que nos vayamos identificando poco a poco con Cristo.
            Pablo señala en concreto dos cosas que pueden hacer mucho daño e impedir esa transformación a la que estamos llamados:
                        1)”No os engañéis unos a otros”, vivir en la mentira no tiene sentido ni lleva a ningún sitio, pues se han roto las barreras que nos hacían enemigos; ahora es Cristo quien vive en nosotros.
                        2) La otra actitud que debemos evitar es la codicia y los malos deseos que es una forma de idolatría, pues nos esclavizan y nos impiden vivir la fraternidad.
  
Aleluya
Mt 5, 3
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Bienaventurados los pobres en el espíritu,
        porque de ellos es el reino de los cielos.   
R/.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 12, 13-21
¿De quién será lo que has preparado?
             EN aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:
    «Maestro, dije a mi hermano que reparta conmigo la herencia».
Él le dijo:
    «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».
Y les dijo:
    «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».
Y les propuso una parábola:
    «Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo:
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.
Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.
Así es el que atesora para SÍ y no es rico ante Dios».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

EL VACÍO DE LA VIDA  
             “Hay que vivir la vida, disfrutarla, porque es lo único que nos vamos a llevar”. Esta es la frase que constantemente estamos escuchando y que repetimos a cada momento, olvidando que lo importante no es lo que nos vamos a llevar en el cuerpo, sino lo que vamos a dejar a nuestro paso por la existencia.
            Pero “disfrutar” lo entendemos como sinónimo de gozar del placer de los sentidos, por lo que vivir la vida se trata de ir buscando ese placer y gozarlo hasta donde sea posible, cosa que la mayoría de las veces todo queda limitado por la capacidad económica que se tenga.
            Si nos detenemos un momento, podremos darnos cuenta que ese es el gozo de cualquier animal que en su vida no busca otra cosa, ya que su existencia está marcada por el ritmo que le indican sus instintos, con lo que, si el ser humano reduce su existencia a este “gozar”, no hace otra cosa que “achatar” su vida y quitarle todo sentido de transcendencia y de libertad, con lo que, en muy poco tiempo, nos quedaríamos sin horizontes ni proyectos entusiasmantes para la vida, pues iríamos sustituyendo los grandes valores que dignifican a la persona y le engrandecen, por momentos concretos de placer que terminarían por ubicarnos en un vacío existencial que probablemente pediría la muerte.
            El momento actual que vivimos, marcado por el hedonismo, fomenta y anima a vivir como “higueras estériles”: con una imagen preciosa por fuera pero sin frutos; el culto al cuerpo y el desprecio absoluto al alma son las dos grandes actitudes que identifican al sistema establecido.