DOMINGO -IV- DE PASCUA -B-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 8‑12
Ningún otro puede salvar

En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo:
-“ Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros.
Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.”
Palabra de Dios.



REFLEXIÓN


CRISTO, PIEZA CLAVE PARA LA INTEGRIDAD DEL HOMBRE”

Ante la curación que realizan Pedro y Juan del tullido en nombre de Jesús, la gente se llena de estupor al ver que han hecho un bien y, por haberle devuelto la salud, los llevan al tribunal; allí Pedro responde dando testimonio de lo que ha vivido: él no ha hecho nada, solamente ha invocado el nombre de Jesús y ha sido su poder quien lo ha curado, es todo lo que él puede testimoniar, pero ellos no lo quieren reconocer, lo desprecian y lo condenan como a alguien dañino para el bien común, es decir: devolver la salud, la dignidad, restablecer la esperanza y la alegría…a una persona, esto es dañino, insoportable, malo; en cambio el mantener arrinconado, marginado, despreciado…, hundido a un pobre, como estaba el tullido, eso sí es bueno y correcto y bueno.
No obstante, ellos dirán lo que quieran, convencerán a la gente y le impondrán lo que quieran, pero la realidad habla por si sola: el tullido está andando con su salud recuperada, cosa que a la gente la deja estupefacta, eso es una realidad que no la pueden negar.
Es la piedra que ellos han desechado como algo que no sirve, la que hace que se ensamble el edificio y, por más vueltas que dan, no logran encontrarle sentido ni solución sin esa pieza que es Cristo; es como la pieza base de un puzzle sobre la que se estructura todo, si la quitas, es imposible armar el cuadro.
Cristo es la referencia necesaria donde todo encuentra su sentido. La curación del tullido es la prueba más evidente, pero ellos están completamente ciegos y ese mismo bien se convierte para ellos en piedra de escándalo.
La historia sigue repitiéndose hoy al pie de la letra y Cristo sigue presentándose como piedra angular para la salvación y la felicidad del hombre aunque digan que no sirve y sigue produciendo el mismo estupor cuando vemos que alguien es capaz de entregar su vida por el reino; lo estamos viendo cada vez que un famoso se convierte a Jesucristo: la gente se queda sin respuesta, pues han llegado a convencerse de que Jesucristo ha muerto como una idea sin consistencia, como un mito del pasado que ya no pinta para nada, pero sigue repitiéndose cada día el hecho de que personas se encuentran con Él y descubren la luz de la verdad, de la libertad y la felicidad.



Salmo responsorial Sal 117, 1 y 8‑9. 21‑23. 26 y 28‑29 (R/.: 22)

R/. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes. R/.
R/. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo la hecho,
ha sido un milagro patente. R/.
R/. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor.
Tu eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. R/.
R/. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.


SEGUNDA LECTURA


Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 1‑2
Veremos a Dios tal cual es

Queridos hermanos:
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN


“LA EXPERIENCIA DE SENTIRSE AMADOS”

S. Juan viene insistiendo en algo que es fundamental: es necesario que tomemos conciencia de lo que Dios ha hecho con nosotros. Lo peor que le puede ocurrir a una persona es la ignorancia, pues el que no sabe es como el que no ve; vive en la oscuridad y queda incapacitado para valorar las cosas y apreciar el bien o medir el mal.
Por tanto, es clave el tener un conocimiento de lo que Dios ha hecho por nosotros, pero al mismo tiempo que lo conocemos, hay que hacer conciencia y asumirlo, pues el momento que hemos tomado conciencia, y lo hemos hecho nuestro, nuestra vida cambia radicalmente: Dios Padre nos ha enviado su Hijo al mundo para que tengamos vida por Él; con su sacrificio ha pagado la deuda que teníamos y nos ha rescatado, haciéndonos hijos de Dios y herederos de la gloria.
Esta realidad sobrepasa nuestros moldes, no somos capaces de valorar la grandeza que tiene; el momento que tomamos conciencia de esto, y lo asumimos como una realidad nueva en nuestra vida, cambia por completo toda nuestra forma de pensar, de ser y de vivir.
Ahora bien, cuando una persona se coloca en esta dimensión, lógicamente choca con los esquemas del mundo, va a encontrar dificultad por todas partes, no va a ser aceptada, será molesta para los intereses del mundo que no soportará el reconocerla, es lógico, normal y coherente, pues es que no es de los suyos.
De la misma manera, no se entiende y es incoherente, que alguien que es de Dios y ha asumido la realidad nueva que Cristo le ha dado, que viva en perfecta armonía con el mundo. Esta es la gran incoherencia que hoy vivimos: la convivencia pacífica con el mundo, de forma que no le molestamos y él nos reconoce; cuando eso ocurre, es porque somos de los suyos.


Aleluya Jn 10, 14
Yo soy el buen Pastor
-dice el Señor-,
conozco a mis ovejas, y las mías me conocen.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 11‑18
El buen pastor da la vida por las ovejas

En aquel tiempo, dijo Jesús:
-“Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.
Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.”
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN


"PASTOR versus ASALARIADO"

En El pasaje del evangelio de hoy, Juan presenta a Jesús como “El Buen Pastor”, pero lo hace en una doble vertiente: Jesús se presenta como el PASTOR, que conoce sus ovejas por su nombre y da la vida por ellas; que presenta la verdad y les indica el verdadero camino; que se acerca a las más débiles, las cura y las protege y está atento a sus necesidades; que le duele el dolor de sus ovejas; sabe la situación por la que atraviesan y nada que se refiere a la vida del rebaño le es indiferente; no tiene otro interés que la vida de sus ovejas y por ellas da la suya; Él no quiere nada, no busca nada, no tiene otro interés que la felicidad de sus ovejas… “Yo doy mi vida por mis ovejas” –dirá-.
Al mismo tiempo se presenta en contraposición a los pastores ASALARIADOS: no quiere que lo identifiquen con ninguno de ellos: con esos que se presentan engañando a las ovejas, ofreciéndoles la gloria, para que los sigan, pero después las dejan en la miseria; aprovechándose de ellas para robar y asaltar el rebaño y cuando ven venir el lobo, lo abandonan, pero ellos ya se llevan su vida resuelta, mientras al rebaño lo dejan deshecho y destrozado… esquilado.
Jesús quiere dejar bien clara la imagen de los verdaderos y falsos pastores, para que la gente no se equivoque, pues sabe muy bien que al rebaño van a llegar “pastores” y “líderes” políticos, religiosos, sindicales, sociales… queriendo llevárselo y ofreciendo a cambio la felicidad.
Cristo se presenta como alternativa y como referente, dándonos las pistas para que podamos distinguir entre un pastor verdadero y un asalariado: será cuestión de mirar y ver: ¿En qué se parece el “pastor” de turno a Jesús? ¿Qué busca? ¿Qué intereses tiene? ¿Es la paz, la justicia, la verdad… y el servicio su única actitud y por lo que se distingue?
Es muy lógico que moleste la figura de Jesús a quien no es “pastor” sino un asalariado, pues la figura de Jesús es una denuncia constante y por eso hará lo posible por quitarlo de en medio.
Bastará ver qué hace y cómo hace cada uno, para saber por dónde y a dónde va, quién es un verdadero pastor y quién un asalariado: el verdadero pastor hace suyos los problemas de sus ovejas y busca con ellas la solución; lo último que se le ocurrirá hacer es huir cuando las cosas se ponen mal; por el contrario, da la cara, enfrenta el peligro y se juega el tipo por aquellos que no tienen fuerza, pues no puede soportar que sus ovejas sean explotadas y sufran.
El asalariado, en cambio, solo piensa en sus intereses personales, en su posición, en preservar su puesto y sus intereses particulares y no está dispuesto a arriesgar lo más mínimo; le interesa su imagen y su prestigio mucho más que la vida de sus ovejas y es capaz de jugarse la seguridad del rebaño, por mantener su imagen frente a quien le conviene e incluso, será capaz de vender el rebaño, si es que eso le puede ayudar a ser fuerte.
Al asalariado le trae sin cuidado el dolor y el sufrimiento de las ovejas, mientras no le llegue a él… de hecho es capaz de subirse el sueldo 10 veces más alto que lo tiene el rebaño y tiene la cara dura de dictaminar cómo se tienen que apretar el cinturón para seguir viviendo.
Él no conoce a nadie, sino a los de su “grupo” y a los que le apoyan, y pasa volviendo la cabeza ante los problemas para no darse cuenta del dolor de los que sufren; luego los conforma con lindos discursos que están fuera de la realidad, no dándole vergüenza el mentir cínicamente.

DOMINGO -III- DE PASCUA -B-

PRIMERA LECTURA


Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 13‑15. 17‑19
Matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos

En aquellos días, Pedro dijo a la gente:
-“El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo.
Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos.
Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer.
Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados.”
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“CRISTO SIGUE LEVANTANDO DE LA POSTRACIÓN”

Pedro y Juan van a la oración de la tarde al templo y se encuentran un tullido que les pide limosna; ellos le responden que no tienen dinero, pero que le dan lo que tienen, a Jesús resucitado; su fuerza le dará la vida y en su nombre le invitan a que se levante y se vaya.
Toda la gente queda maravillada y los apóstoles les responden, ¿De qué os maravilláis, de verlo que se ha levantado? Ha sido el nombre de Jesús lo que le ha devuelto la salud y su dignidad, ha sido justamente ese a quien vosotros habéis despreciado, lo habéis crucificado y preferisteis a un criminal en lugar de a Él.
El texto nos hace ver clarísimo lo que ocurre cuando se subvierten los valores: se prefiere a un asesino y se condena a muerte a quien proclama la vida y la dignidad de la persona.
Hoy estamos viendo a cada momento cómo esto está al orden del día y a todos los niveles: cuando se pierde el horizonte de la vida y nos colocamos en el centro de todo, se nos cierran todos los horizontes y no nos vemos más que a nosotros mismos, llegando a convertirnos en una especie de seres acorralados, ya que consideramos a los demás como los enemigos que nos quieren quitar el puesto, que hemos cogido indebidamente y lo tergiversamos todo, lo cambiamos y lo distorsionamos todo, viendo el bien como una amenaza y el mal como una bendición.
Estamos observando como la vida se la considera un mal que atenta contra nuestra libertad y nuestra dignidad; estamos viendo cómo el mal se impone de forma impune y hasta la misma ley lo socorre, mientras la verdad, la honradez y la justicia se sienten acosadas y agredidas; esta es la queja constante de todo el mundo.
La expresión de los apóstoles vuelve a tener el mismo eco de aquellos momentos ¿Por qué os extrañáis que Jesucristo haya levantado a éste que estaba tullido? También hoy sigue levantando a mucha gente de la postración en la que se encuentra…pero esto sigue armando el mismo escándalo de siempre y es que el muerto no puede soportar la alegría y la esperanza del que vive, de la misma manera que las tinieblas no pueden soportar de ninguna manera la luz.


Salmo responsorial Sal 4, 2. 7. 9
R/. Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor.

Escúchame cuando te invoco,
Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración. R/.
R/. Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor.
Hay muchos que dicen:
“¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?” R/.
R/. Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor.
En paz me acuesto
y en seguida me duermo,
porque tú solo, Señor,
me haces vivir tranquilo. R/.
R/. Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 1‑5
Él es victima de propiciación por nuestros pecados y también por los del mundo entero

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis.
Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo.
Él es victima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos.
Quien dice: “Yo lo conozco”, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él.
Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“VIVIMOS CON GAFAS OSCURAS”

S. Juan ha expuesto con una comparación lo que es vivir en Cristo y lo que es vivir sin Él con el símbolo de la luz y de la oscuridad o las tinieblas.
Vivir en el pecado, es como vivir en completa oscuridad; encontrarse con Jesucristo, es como haber encontrado la luz.
Juan no entiende que alguien que se encuentra con la luz, pueda andar como si estuviera en tinieblas: no se puede ir tropezando y haciendo disparates como el que vive en la oscuridad o no ve nada.
Pero, aunque sea algo incoherente y cometamos fallos, aún así, Dios ha puesto a Jesús como presencia viva de su amor que está por encima de nuestros pecados y de nuestras incoherencias y nos perdona, dispuesto siempre a ponerse a nuestro lado en el camino de la vida, si es que nosotros aceptamos seguirlo, eso significa aceptar sus propuestas, seguir por donde Él indica.
El problema está en que, con frecuencia, queremos cambiar las cosas y no aceptamos seguir sus pasos, sino que queremos obligar a que Él entre por donde nosotros determinamos, y hacemos una religión a nuestra medida, según nuestras conveniencias y las propuestas de Jesús las dejamos a un lado porque no nos gustan, porque las consideramos trasnochadas, porque no están en consonancia con la moda que impera, o los intereses particulares y, entonces, establecemos nosotros las nuestras, de acuerdo a lo que “conviene” en el momento, a los intereses que hay que defender... y, mal favor hacemos al mundo y a nosotros mismos
Hemos estado celebrando hace dos semanas con tambores, platillos, bandas de trompetas y cornetas que Jesús ha resucitado, que la luz triunfó sobre las tinieblas… pero ¿En realidad esto era motivo de alegría? ¿Es verdad que la resurrección es una experiencia vital en nosotros? Porque da la sensación más bien de que ante la aparición de la luz de Cristo resucitado nos ponemos las gafas de sol, porque nos molesta la luz de Cristo y preferimos seguir caminando en la oscuridad, donde nos movemos por puro instinto, por intereses, por modas…y, yo diría que hasta por miedo.



Aleluya cf. Lc 24, 32

Señor Jesús, explícanos las Escrituras;
Haz que arda nuestro corazón mientras nos hablas.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 35‑48
Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día

En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
- “Paz a vosotros.”
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo:
- “¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.”
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
- “¿Tenéis ahí algo que comer?”
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
- “Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.”
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
- “Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.”
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

“SER Y NO SER”
A los apóstoles, la muerte de Jesús les ha tirado abajo todos sus planes, se han quedado descolocados y sienten que todo lo que soñaban se les ha vuelto en su contra.
Nos dice el evangelio que estaban escondidos por miedo a los judíos y cuando Jesús se hace presente, aterrados y llenos de miedo creían ver a un fantasma, es que la luz da miedo, pues deja al descubierto la miseria humana.
Cristo aún acepta sus esquemas y entra por donde ellos están, para que se den cuenta que no es un fantasma que viene a agredirlos, sino que Él es la luz que viene a iluminarlos.
No habían entendido nada de lo ocurrido y cuando toman conciencia de que Dios no está, ni acepta caminar en los esquemas que tienen trazados, entonces entendieron las Sagradas Escrituras, que desde Moisés y pasando por todos los profetas y los salmos ya estaban anunciado que tenía que morir para poder resucitar, pero ellos querían disfrutar solo del triunfo, eso nos pasa también a nosotros.
Este esquema sigue en pie y es inamovible: la resurrección pasa por la muerte; no puede haber un hombre nuevo donde no ha habido una conversión, donde no ha habido un reconocimiento y aceptación de la luz que deja al descubierto todos los errores que cometemos dejándonos llevar por la fuerza del pecado y no solo consiste en reconocerlos, sino que hemos de desterrarlos de nuestra vida, pero lo que no se puede hacer es colocarnos las gafas de sol y caminar por la vida “como si”, pero identificados totalmente con la estructura del mal.
Hay un dato que todos estos días se viene repitiendo y hoy vuelve de nuevo a aparecer: Jesús dice a los discípulos “¿Tenéis ahí algo que comer?”: Cristo, cada vez que se aparece, lo reconocen “Al Partir el Pan”, que es el termino con que la primitiva comunidad designa la Eucaristía, es decir: la EUCARISTÍA es el espacio privilegiado de encuentro y manifestación de Jesús resucitado; la Eucaristía es Cristo que parte el pan y lo reparte, pero es la comunidad que lo comparte, o dicho de otra forma: es el Señor resucitado que alimenta y fortalece la vida de fe de los creyentes con su cuerpo y con su sangre.
Esto parece que se nos ha olvidado, y me suenan como un eco las palabras de S. Pablo a los Corintios cuando les dice: “Esta es la tradición que yo he recibido”, esto es lo que nos identifica; la fuerza nos viene de Jesús resucitado y no de nuestras convicciones, devociones o intereses.
La Eucaristía es para los creyentes principio de vida y fuerza para un estilo de vida completamente nuevo, de hombres y mujeres resucitados.
Sigo sin entender el que hayamos acuñado y aceptado la frase: “Soy creyente pero no practicante” que al final se resume, dicho de forma hasta grosera: “yo creo en Dios pero que me dejen del rollo de las misas y de las tonteras de beatos”, que a eso reducen la vivencia de la fe comunitaria.
Un verdadero cristiano “Creyente en Jesús Resucitado”, no puede vivir sin el DOMINGO, sin una comunidad con la que viva, comparta y celebre.
No es solo cuestión de participar activamente en la celebración litúrgica de la Eucaristía, sino de vivir como una persona “resucitada” y esa vida, compartida con otros creyentes, necesariamente hay que celebrarla, convirtiendo así la Eucaristía en punto de llegada y en fuerza para seguir comenzando cada día.
“Partir el Pan” no es un rito, sino un estilo de vida marcado por el compartir, por la solidaridad, por la vinculación a la lucha por la justicia, por la verdad, por la vida, por la paz, por la libertad…

DOMINGO -II- DE PASCUA -B-




PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 32‑35
Todos pensaban y sentían lo mismo

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía.
Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor.
Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“EL IDEAL CRISTIANO”

Ya en el cap. 2,42-47 S. Lucas presenta el ideal de la comunidad cristiana que sigue el mandamiento de Jesús y mantiene el AMOR como nota identificativa. De nuevo en el cap. 4 vuelve a hacer otro resumen del ideal de la comunidad cristiana, poniendo el acento en la unidad fraterna, pero la clave de esta unidad está en la pobreza y en la caridad evangélicas, que son las que impulsan a los miembros de la comunidad a sentirse felices sirviendo y amando.
Es inconcebible que alguien que se llama cristiano y que se siente movido por la fe en Cristo resucitado. y nacido a la vida nueva, asuma un estilo de vida distinto a estos parámetros en los que se expresa justamente esta dimensión nueva que da la fe.
Si es que queremos ser testigos de Cristo resucitado, o queremos descubrir sus rastros, es por ahí por donde lo podremos encontrar con toda seguridad: la solidaridad fraterna, que será lo que hace que la gente, al ver a la comunidad, se diga: “Mirad cómo se aman”.
Este mandamiento del AMOR no tiene más que una manifestación clara y evidente: cuando se expresa en SOLIDARIDAD, que da como resultado la UNIDAD del grupo y hace que dentro de él no existan necesitados ni diferencias. Esto ocurre el momento en que nos ponemos a disposición los unos de los otros.
El problema nuestro está en que cuando el mensaje hay que aterrizarlo y afecta directamente a nuestra vida y le mueve los cimientos, obligándola a cambiar ciertas actitudes en las que nos hemos asentado, entonces intentamos sacar las cosas de su cauce y las derivamos por otros derroteros, e intentamos justificar su modificación; entonces, con una facilidad enorme, hacemos un montaje, por desgracia echando mano al culto, y en nombre de Dios, volvemos a recrear la actitud farisea: con la excusa del templo dejamos de practicar la justicia, la honradez, la verdad, la fraternidad…
Podemos poner un ejemplo para que lo veamos: como estamos en tiempo de crisis, en todas partes nos dicen que es una época buenísima para los negocios y, de acuerdo a lo que vivimos, veo que el banco le va a retirar el piso un pobre que no puede pagar y me quedo con su vivienda por la mitad de lo que costó, con lo que hago un negocio redondo; como acción de gracias, pago las flores del monumento para la adoración del Santísimo el jueves santo. Y encima quedo bien, como un tipo listo y bueno.
¿Cómo casar esta manera de obrar con el ideal del que habla S. Lucas: “lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía”?.


Salmo responsorial Sal 117, 2‑4. 16ab‑18. 22‑24
R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.

Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón: eterna en su misericordia.
Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R/.
R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir,
viviré para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte. R/.
R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.
R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 5, 1‑6
Todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo

Queridos hermanos: Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser, ama también al que ha nacido de él.
En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.
Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo.
Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“LA VERDADERA FE NOS HACE HIJOS Y HERMANOS”

Para Juan hay algo que es evidente: la fe en Dios nos hace HIJOS y en consecuencia HERMANOS, por lo tanto: el AMOR a Dios y al Prójimo es la misma cosa.
Esta realidad que nos identifica, no es una idea abstracta, ni un sentimiento espiritual, sino una realidad vital que se expresa en gestos humanos y nos hace tener una postura concreta en la vida, que nos identifica donde quiera que estemos: un cristiano bautizado en Cristo es un hombre nuevo que tiene una vida en conexión íntima con Dios, que hace norma de su vida la voluntad de Dios, al estilo de Cristo: “Yo soy así, yo pienso así, yo actúo así… porque mi Padre es así”, es que no se puede ser de otra manera.
A un cristiano hoy, no se le puede encontrar unido a una mentalidad que apoya la muerte, la opresión, el atropello, la manipulación, la corrupción, el robo; al contrario, ha de estar presente allí donde se vive, se lucha y se trabaja por la VIDA y se combate contra la MUERTE: allí donde se lucha en contra de todo lo que atenta contra la dignidad de la persona y se la reduce a un número, a un voto o a un instrumento de consumo.
La iglesia ha nacido de Cristo Resucitado, no solo por el agua del bautismo, sino fundamentalmente del ESPÍRITU, que es el que la vivifica, la mueve, la sostiene… La iglesia no puede hacer, decir, presentarse… de forma diferente a como lo hace Cristo, a no ser que renuncie a ser SACRAMENTO DE CRISTO.
El razonamiento de S. Juan es contundente: “todo el que ama a Dios, que da el ser, ama también al que ha nacido de él”. Es el único testimonio convincente de resurrección.
Y si esto es así, la pregunta mía es: ¿Cómo podremos justificar lo que montamos, con frecuencia, que no se parece en nada, ni a lo que Cristo dijo y, menos aún, a lo que hizo?


Aleluya Jn 20, 29

Porque me has visto, Tomás, has creído,
Cdice el SeñorC.
Dichosos los que crean sin haber visto.

EVANGELIO


Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19‑31
A los ocho días, llegó Jesús
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
"Paz a vosotros."
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
"Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo."
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
"Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidas."
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
"Hemos visto al Señor."
Pero él les contestó:
"Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo."
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llego Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
"Paz a vosotros."
Luego dijo a Tomás:
"Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente."
Contestó Tomás:
¡Señor mío y Dios mío!
Jesús le dijo:
‑"¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto."
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

“BIENAVENTURADOS LOS QUE CREEN SIN HABER VISTO”

Ya hemos indicado antes que el gran problema que se nos presenta después de la resurrección será el ser capaces de interpretar y reconocer las huellas de Cristo resucitado; ahora ya no lo veremos físicamente a Él, sino a sus huellas y aquí hemos de estar despiertos, puesto que habrá muchos que intenten borrarlas o distorsionarlas. No tenemos más clave para el encuentro con Cristo resucitado que la fe y ésta será como la luz que nos ayude a hacer el verdadero discernimiento para no equivocarnos.
El evangelio de hoy es un claro ejemplo de esto que decimos: Tomás quiere actuar con moldes humanos: si no veo o no palpo, no creo; con lo cual está renunciando a gozar de más de los dos tercios de su existencia.
Su gran equivocación está en querer pasarlo todo por su filtro, en querer verificar él mismo, para poder controlar, a Jesús resucitado y no quiere aceptar que la fe no es el resultado de una constatación matemática, sino una experiencia de fiarse de alguien, en este caso de Jesús, que se presenta, te invita, y te fías de Él. El resto va a ser algo incontrolable porque a Dios no lo podemos manipular ni controlar.
La postura de Tomás es la misma de todos los apóstoles: María Magdalena les anuncia que ha resucitado y ellos siguen encerrados en sus esquemas: tienen que constatarlo ellos; será el mismo Jesús el que tenga que realizar una acción especial para que salgan de su cerrazón y a medida que lo van haciendo, se va abriendo una nueva dimensión de la vida que hasta ahora no habían, ni siquiera intuido, pero que será lo que les haga cambiar radicalmente su existencia.
Hay otro detalle interesante que acentúa S. Juan en el texto que hemos leído: tres veces repite “PAZ A VOSOTROS”, es decir: la PAZ se convierte en signo de la presencia de Cristo en medio de ellos, Cristo es LA PAZ, donde ésta existe está Él, porque la PAZ es el resultado de la puesta en práctica del amor, de la verdad y de la justicia. La presencia de CRISTO-PAZ llena de alegría a los discípulos, les confirma en su fe, les quita el miedo y les lanza a ser testigos de Él en el mundo, dándoles el poder divino de dar la PAZ a todos los hombres liberándolos del pecado.
También es interesante la estampa que presenta el evangelio, en la que se retrata la postura de mucha gente afianzada en los esquemas materialistas del mundo: “yo no creo sino aquello que puedo demostrar viendo y palpando”: los elementos de juicio que tiene Tomás, son: ha visto que a su maestro lo han matado en una cruz, lo han destrozado y es lo único concreto en lo que él cree. Este esquema se le rompe completamente al encontrarse con Él desde la fe y le llevará a sentirlo, no como algo o alguien en quien se cree intelectualmente, sino como a alguien muy íntimo a quien se ama con toda el alma y al que lo siente parte de su vida y de su ser: “señor MÍO y Dios MÍO”
Jesús le declara lo que de ahora en adelante será norma para todos los hombres de todos los tiempos: “BIENAVENTURADOS LOS QUE CREEN SIN HABER VISTO”, los que se fían de la palabra, y de la experiencia de fe de los testigos.
De ahora en adelante ya nadie nos va a presentar a Cristo como lo hizo Andrés a su hermano Pedro o Juan al suyo, Santiago, o al resto de los apóstoles; ahora tendremos que verlo en el rastro que van dejando sus discípulos, la iglesia.
Pero de nuevo sigue estando latente el problema: esas huellas seguirán siendo “manejadas”, el gran problema seguirá estando en que la iglesia se deje manipular y caiga en el juego de condescender y, en muchos momentos, deje la imagen de no saber a quién está siguiendo, si a Cristo o al sistema que manipula, vacía de contenido y tergiversa esas huellas.
No puedo evitar el hacer referencia al momento que acabamos de celebrar, en el que hay planteada una polémica fortísima contra la VIDA: la semana de pasión, muerte y resurrección de Jesús, que el sistema lo declara de interés turístico y cultural y los cristianos entramos al trapo del espectáculo y no somos capaces de presentar un gesto firme y contundente y nos replegamos al silencio con la excusa de no meternos en política, de tal forma que al final, no sabemos a quién seguimos ni a quién servimos.




DOMINGO -I- DE PASCUA -B-



PRIMERA LECTURA

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34a. 37‑43
Nosotros hemos comido y bebido con él, después de su resurrección

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
Hermanos: Vosotros conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“CRISTO NO ES UNA IDEA”

¡Por fin! Pedro fue capaz de superar el esquema estricto de la ley en el que se movía y que le impedía ver más allá de la letra muerta y fría que le obligaba a obedecer ciegamente y se da cuenta que, por encima de la ley está la vida, pues la letra de la ley es expresión interesada de hombres, mientras que la VIDA es la manifestación amorosa de Dios para los hombres; por la ley, los paganos están excluidos, pero por la VIDA todos los hombres recuperan su dignidad.
Cristo ha roto esta gran cadena que esclaviza: “Él pasó haciendo el bien” por encima de las normas políticas, sociales y religiosas, “curando a los oprimidos por el diablo”. Esto es lo que ha visto Pedro, esto es lo que ha oído y ha palpado y de esto es de lo que da testimonio, esto no son ideas discutibles ni normas que se imponen.
Pero al mismo tiempo que ha constatado esta realidad, también ha observado cómo a todo ese bien que se ha hecho se le ha respondido con la muerte; también ésta es otra realidad que ya no se puede cambiar ni justificar, esto es lo que él ha vivido y de esto habla: “Nosotros hemos vivido y comido con él” y nos ha encargado anunciar que ha traído la salvación, que ha conseguido el perdón para todos y ha sido establecido como juez de vivos y muertos.
El gran problema nuestro es que en una gran cantidad de momentos y en nuestra vida en general de cristianos, no hablamos de una “experiencia” de encuentro con Cristo Resucitado, al estilo de Pablo, o de tantos hombres y mujeres que les produjo un cambio radical en sus vidas, lo mismo que le ocurrió a Pedro; nosotros hablamos con frecuencia de unas ideas, de unas normas, de unas doctrinas… que en muchos casos ni nosotros mismos aceptamos, y es por eso que no somos capaces de convencer a nadie y menos aún de transmitir esperanza, alegría e ilusión.


Salmo responsorial Sal 117, 1‑ 2. 16ab‑17. 22‑23

V/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
V/. Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
V/. La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
V/. La piedra que desecharon los arquitectos,
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 1‑4.
Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo

Hermanos :
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

“VIVIR EN COHERENCIA”

Para Pablo hay algo que no tiene explicación: Si Cristo nos ha redimido y en el bautismo hemos sido renacidos como hombres nuevos, ¿cómo podemos seguir mirando atrás, estancados en viejos esquemas de muerte, vivir dándole vueltas a un pasado que ya no existe?.
Con la resurrección de Cristo, todo ha cogido un sentido completamente nuevo, todo ha sido “recreado”, ha nacido un orden nuevo con hombres nuevos… después de la resurrección ya nada es igual. Cristo es el nuevo Adán, la humanidad nueva.
Ya no es posible seguir enmarcados en los mismos esquemas: si hemos resucitado con Cristo ¿cómo es posible vivir como muertos y esclavos del pecado, pensando y buscando aquello que nos sigue esclavizando y manteniéndonos en la muerte y haciéndonos vivir sin esperanza? Si ciertamente creemos y nos sentimos unidos a Cristo resucitado, al bautizarnos tenemos la seguridad de haber sido insertados en la muerte de Cristo y participamos plenamente de su resurrección.
¿Cómo es posible no vivir ni orientar la vida hacia lo que es nuestro destino supremo? ¿Cómo se puede entender que una persona resucitada viva como un muerto?
Si somos miembros de un cuerpo cuya cabeza ha resucitado, tenemos la seguridad de que todo el cuerpo resucitará con la cabeza que es Cristo.
Pero esto que en teoría está tan claro, en la práctica es lo menos común, es más, lo contrario es lo que se impone como normal y vemos que la gente sigue unida a la muerte, sigue sosteniendo la esclavitud, apoyando a los que matan y aplastan al hombre deshumanizándolo… y después, tienen la cara dura de declararse cristianos.


Secuencia

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla
y, muerto el que es Vida,
triunfante se levanta.

¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?
A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
Amén. Aleluya.




Aleluya 1 Cor 5, 7b‑8a
Si no se canta, puede omitirse


Aleluya Aleluya.
Ha sido inmolada nuestra víctima pascual:
Cristo. Así pues, celebremos la Pascua. Aleluya.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Juan 20, 1‑9.
El había de resucitar de entre los muertos

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien quería Jesús, y les dijo:
CSe han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo: pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos .
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“DESCUBRIR LAS HUELLAS DE CRISTO”
No habían entendido lo que les dijo; cuando María vuelve donde estaban los discípulos escondidos y les anuncia que Cristo ha resucitado, no la creen y tienen que constatarlo ellos: van al sepulcro, pero lo único que se encuentran son las huellas de Jesús, Él no está entre los muertos, ahora habrá que encontrarlo en la VIDA.
No lo han reconocido cuando “comía y bebía con ellos”, de Él solo le quedan las huellas: el bien que hizo. Ahora se inaugura una “nueva presencia” que es más fuerte que la física, pero que de la misma manera, hay que estar abiertos a ella y eso solo podrá hacerse desde la fe.
Nos quedarán rastros, huellas para poder seguir el camino pero habrá que ser capaces de reconocerlas e interpretarlas.
Pedro y Juan llegan al sepulcro pero allí no está Jesús, allí comprueban que quedan sus huellas: las vendas y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, pero Él no está, habrá que descubrirlo vivo; este será el camino que de ahora en adelante nos tocará ir haciendo: constatando sus huellas, seguirlas. El problema estará en no confundirnos pues puede ocurrir con frecuencia que la constatación que hagamos sea equivocada y lo que son las huellas de la muerte las confundamos con las de la VIDA y el bien lo confundimos con el mal y el mal lleguemos a considerarlo bien.
Este es justamente el gran problema del mundo: los dueños del tinglado tienen todo el poder para romper la capacidad crítica de la gente, la incapacitan para pensar y valorar; ellos tienen en sus manos los medios de comunicación y pueden distorsionar la verdad, al final tienen capacidad para presentar el mal como un bien y viceversa y es muy frecuente ver cómo el crimen, el chantaje, el robo, la mentira, el atropello, el desorden, el desmadre, el hundimiento de los pobres… se le llega a considerar como progreso y liberación mientras que la JUSTICIA, la HONRADEZ , la VERDAD, la FRATERNIDAD, la SOLIDARIDAD… la VIDA son consideradas como actitudes caducas, trasnochadas, reaccionarias y oscurantistas, como “lacras de la humanidad” –utilizando palabras textuales de un progre a ultranza-
De todas formas, independientemente de todas nuestras peleas dialécticas, CRISTO vive y no está entre los muertos de ninguna tendencia bien sea entre los ,“progres” o los “retros”: unos negarán sus huellas y las distorsionarán y otros las aceptarán, pero la realidad está ahí: Dios resucitó al que ellos habían crucificado y, digamos lo que digamos, no hay más que una prueba: sus huellas las encontramos en aquellos que están crucificados por la justicia, por la verdad, por el amor, por la libertad y por la paz y para ellos es la esperanza de la resurrección y no para los verdugos ni para los que contemplan desde fuera instalados en una postura de olvido y de indiferencia frente a los problemas del mundo; la esperanza de resurrección no es para los que no quieren saber ni meterse en políticas porque se encuentran muy a gusto enganchados en el pesebre y no les importa el dolor de los excluidos, de los pobres y de los indefensos. Significa tener una cara dura espantosa el estar esperando que otros hayan conseguido el triunfo y apuntarse a participar cuando no se ha estado dispuesto a arrimar el hombro.