DOMINGO I DE ADVIENTO -C-



 

PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro de Jeremías 33, 14‑16
Suscitaré a David un vástago legítimo

            “Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá.
            En aquellos días y en aquella hora, suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra.
            En aquellos días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: "Señor-nuestra-justicia"”
Palabra de Dios.
 

REFLEXIÓN

 
“¿DÓNDE ESTÁ LA PERSONA QUE PIENSE EN EL PUEBLO? 

 
            Jeremías ha venido denunciando la perversión de los dirigentes, la corrupción a la que ha sido abocado todo el sistema y diciéndole al pueblo que ese camino le lleva a la destrucción y a la muerte… y nadie ha querido hacerle caso.
Nos encontramos en el año 587 a.C. cuando se ha echado encima todo lo que se ha venido anunciando y se está dando la destrucción de todo, ahora ya no hay vuelta atrás, ya no valen quejas, tampoco vale que Jeremías pierda el tiempo diciéndoles que hacía mucho tiempo se lo venía advirtiendo. El camino se ha recorrido y ya no hay vuelta atrás, se trata ahora de tomar conciencia, cambiar de actitud y organizarse para salir.
            En ese momento de caos y da angustia vuelve a levantarse la voz de Jeremías, a pesar de que no han querido escucharlo y hasta lo han querido callar; ahora  les grita que no se pueden quedar ahí llorando, eso no va a arreglar nada, se trata de volver a Dios, pues aunque ellos le hayan dado la espalda, Él sigue fiel y está dispuesto a perdonar y a retomar con ellos el camino, pues Él no ha abandonado a su pueblo y si es que ellos cambian, Él está dispuesto a hacer que vuelva la Justicia y germine de nuevo en el corazón de los que se ofuscaron, y hará que nazca de nuevo un orden de paz y se establezcan el derecho y la justicia.
            Jeremías proclama que la paz nacerá en el pueblo, porque Dios suscitará un rey, no como los que han tenido hasta ahora, que han destruido todos los valores y han corrompido todo el orden, abocando al pueblo a la catástrofe. Vendrá un rey justo y restaurará la paz: “suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra”
            Cuando leemos a Jeremías e intentamos que su mensaje cobre hoy actualidad e ilumine nuestro horizonte, inmediatamente nos surge la pregunta: ¿Dónde está ese hombre o mujer? ¿Dónde está esa persona que no se arrodille ante el dinero, ante el poder ni se venda a otro interés que no sea el establecimiento de la justicia y la verdad?
            Y cuando miramos la realidad que nos rodea, nos damos cuenta que el único a quien podemos mirar y responde a nuestras expectativas es JESÚCRISTO, el mismo que anunciaba Jeremías y que seguimos apartando de nuestro proyectos.
 

Salmo responsorial Sal 24, 4bc‑5ab. 8‑9. 10 y 14 (R.: 1b) 

R.  A ti, Señor, levanto mi alma. 

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
R.  A ti, Señor, levanto mi alma. 

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.
R.  A ti, Señor, levanto mi alma. 

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza. R.
R.  A ti, Señor, levanto mi alma.

 
SEGUNDA LECTURA
 

 Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 12- 4, 2
Que el Señor os fortalezca internamente, para cuando Jesús vuelva

            Hermanos: Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos.
            Y que así os fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre.
            En fin, hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante.
Ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.
 Palabra de Dios.

 
REFLEXIÓN

 

“DEJARSE ACOMPAÑAR POR DIOS”   
 

Pablo escribe a la comunidad de Tesalónicas y, al recordarles esta esperanza que alentó a la comunidad del A.T. les indica que esto se cumplió ya con la persona de Jesús, pero vino y su gente  siguió empecinada en lo mismo y lo mataron. Pero Dios ratificó que en Él se habían cumplido todas las promesas y la oferta de salvación que había prometido para la humanidad.
La venida de Jesús es la respuesta definitiva de Dios al hombre, es su última palabra, su  última propuesta hasta que vuelva definitivamente.
            Lo que hace falta ya, es que cuando llegue ese momento definitivo y final,cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre”.
            El problema es que esa segunda y definitiva venida la vemos tan lejana, que llegamos a creer que eso es un cuento sin bases de verdad y, dentro del caos que hemos montado, creemos que la norma que debe regir es “sálvese quien pueda”, en lugar de detenernos, reflexionar  y darnos cuenta que ese camino no nos lleva a ningún sitio, mirar dónde estamos, unirnos y volver a la sensatez: mirar a Dios y recuperar la esperanza, pues Él sigue siendo fiel y está dispuesto a ponerse a nuestro lado, si es que nos dejamos acompañar por Él. 

 
Aleluya Sal 84, 8

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. 

 
EVANGELIO
 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 25‑28. 34‑36
Se acerca vuestra liberación
 
            En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedaran sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán.
            Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad.
            Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
            Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
            Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»
 Palabra del Señor.

 
REFLEXIÓN
 

“LEVANTAOS, ALZAD LA CABEZA  

 
                En el texto que nos presenta la liturgia de este domingo aparece Jesús con un lenguaje apocalíptico muy raro que nos llena de terror. No, no está queriendo meternos miedo, ¡ni mucho menos! Sino queriendo describir una situación de angustia en la que el hombre se mete y necesita ser iluminada por la paz y la alegría.
            La palabra “APOCALIPSIS” precisamente significa “Revelación” y no terror y, eso es precisamente lo que pretende: que en esa situación de angustia y de caos que provoca el mismo hombre, y no la naturaleza, hacernos caer en la cuenta de que es el hombre, cuando se pone de espaldas a Dios, quien llega a producir esas situaciones de caos capaces, incluso, de destruir el mundo.
            Dios no va a poner su mano para detener o cambiar el ritmo perfecto de la naturaleza, es el hombre el que lo está queriendo hacer y constantemente lo está alterando y establece la injusticia, la inseguridad, provoca las crisis económicas, sociales, morales, con el abuso del poder, de la fuerza… haciendo que falte el trabajo para explotar al hombre, que se establezca la injusticia y se atropellen los derechos más elementales de la persona, creando estructuras injustas para la explotación del ser humano… agrediendo, incluso, a la misma naturaleza y, de esta forma saca adelante sus intereses.
            Este universo de injusticia y de corrupción organizado por el hombre, es el que está llamado a destruirse y eso va a suponer una conmoción universal, pues muchas cosas se van a venir abajo, pero como son ellos los que tienen en sus manos el poder de la fuerza y de la destrucción, es peligroso decirles que no tienen salida, que tienen los días contados, que su destino es la muerte… entonces, la forma de decir esto es con este lenguaje, es la forma de revelar la verdad al que se siente acorralada y puede venirse abajo, pues se siente indefenso y sin fuerzas para enfrentarse al poderoso.
            Esta es la revelación que hace S. Juan a las iglesias de Asía con su libro del apocalipsis; esto es lo que hace Daniel a los israelitas que sufren la persecución y la muerte y esto mismo es lo que hace Jesús a sus discípulos: Dios ha triunfado por encima del imperio de la muerte y el cristiano,  en medio de la opresión, de la corrupción, de la lucha… sigue  caminando sin miedo en fidelidad a la verdad y a la justicia, con la seguridad de que el triunfo de la paz es irreversible.
            Cristo nos llama a no perder la calma, a mantenernos fieles y seguros.

 

DOMINGO XXXIV -CRISTO REY- B-




JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

 

PRIMERA LECTURA

 

Lectura de la profecía de Daniel 7, 13‑14
Su dominio es eterno y no pasa 

Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
Palabra de Dios.

       

REFLEXIÓN

 
“CONTRA LAS PRETENSIONES DE DIVINIZARSE”  

 La liturgia de hoy vuelve a traernos a Daniel que se mueve en un ambiente de la cultura griega en donde hay poderosos que pretenden hacerse dioses y que se les rinda culto.
            Frente a éstos, Daniel va mostrando otros aspectos del verdadero Dios que se contraponen a las actitudes de los que pretenden ser dioses y levantarse por encima de todos sus semejantes.
            Por supuesto, esto hay que leerlo desde la situación en la que se escribe: se trata de una acción de resistencia, en donde no se puede hablar y en donde hay que tener un cuidado enorme con lo que se dice y a quién se le dice, por tanto, no es cuestión de ponernos a hacer análisis lingüístico, sino que se trata del recurso que utiliza el que escribe para poder llegar al pueblo, sin peligro de ser descubierto.
            El autor quiere hacerle caer en la cuenta a los creyentes que, nada es eterno, solamente Dios, estos poderosos que se están queriendo proclamar dioses tienen los días contados, su estancia es efímera, su gloria dura un rato, pero no tiene comparación con la eternidad de Dios que siempre está a favor del oprimido y en contra del opresor y, eso si que no cambiará jamás. Al final, el triunfo es de quien se mantuvo fiel a Dios.


Salmo responsorial Sal 92, 1ab. 1c‑2. 5  

   
R/. El Señor reina, vestido de majestad.

El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.
R/. El Señor reina, vestido de majestad.

Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R/.
R/. El Señor reina, vestido de majestad.

Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa, Señor,
 por días sin término. R/.
R/. El Señor reina, vestido de majestad.

 

SEGUNDA LECTURA 


Lectura del libro del Apocalipsis 1, 5‑8
El príncipe de los reyes de la tierra nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios

            Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra.
     Aquel que nos ama, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre.
     A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
     Mirad: El viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentaran por su causa. Sí. Amén.
     Dice el Señor Dios: *Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.+
Palabra de Dios

 

REFLEXIÓN

 
“EL JUICIO DE DIOS YA SE ESTÁ DANDO”    

            Todo el libro del Apocalipsis que escribe Juan a la iglesia primera, que atraviesa unas condiciones durísimas y que, a esas condiciones, se unen los desalientos de los pobres que ya les faltan las fuerzas para mantenerse, y, lo más grave, los desertores que desde dentro de la comunidad siembran el desaliento y la confusión convirtiéndose en los que van rompiendo constantemente los cimientos de la esperanza , pues son adeptos a la bestia y misioneros de ella, Juan pide a la comunidad que se mantenga una actitud de alerta para desenmascararlos y no seguirlos, para mantenerse firmes en el mensaje de Jesús que ya ha resucitado y que todo esto tiene ya su signo de triunfo marcado.
            Juan utiliza la historia para demostrar a las comunidades cómo las cosas se han venido sucediendo y siempre, después de la tormenta viene la calma en donde sale el sol y quedan al descubierto todas las maldades. No deben asustarse ni venirse abajo, lo que está sucediendo es lo que tiene que suceder para que se demuestre la maldad de los que están llamados al exterminio.
            El final de todo esto ya está dado: Cristo ha resucitado y ha sido puesto a la derecha de Dios Padre. La verdad, la justicia la verán todos y tendrán que rendirse ante ella pues no podrá ocultarla nadie y “Todos los pueblos de la tierra se lamentaran por su causa”, pues aquellos que no quisieron aceptar la propuesta del reino de Dios, se verán despreciados del universo entero. El juicio de Dios es el juicio que el universo entero hará a aquellos que se convirtieron en exterminadores de la paz, y ese juicio se lo vienen haciendo ya, a medida que van siendo el obstáculo para el proyecto del reino que Cristo trajo para el mundo.

 

 

Aleluya Mc. 11, 9b‑10a

Bendito el que viene en nombre del Señor.
Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David.
 

EVANGELIO


Lectura del santo evangelio según san Juan 18, 33b‑37
Tú lo dices: soy rey 

En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús:
-“¿Eres tú el rey de los judíos?”
Jesús le contestó:
-“¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?”
Pilato replicó:
-“¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?”
Jesús le contestó:
-“Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.”
Pilato le dijo:
-“Conque, ¿tú eres rey?”
Jesús le contestó:
-“Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.”
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN


“¿A QUIÉN SEGUIMOS?”    

            Es muy interesante  y sorprendente el relato que nos presenta S. Juan: podía haber presentado el relato de alguno de los interrogatorios que le hacen los representantes del poder judío a Jesús, sin embargo los pasa por alto y, en cambio, se detiene hasta con detalles en el interrogatorio que le hace Pilatos, el representante del poder del imperio al que su pueblo se ha vendido y lo presenta con una viveza impresionante.
     Pilato le pregunta dos veces a Jesús: “¿Eres tú el rey de los judíos?” y es impresionante ver cómo Jesús, estando en esas circunstancias le indica a Pilato en lo que no consiste su reinado para que sea él mismo quien saque la conclusión: “Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.”. La conclusión queda en manos de Pilato para que él se defina: si se une a este reinado de la verdad o prefiere seguir unido al Cesar y, esta situación lo saca de sus casillas, pues tiene que reconocer que es un cobarde y se evade diciendo que la verdad es algo relativo; es exactamente lo mismo que le ocurre a todos los “progres” actuales: no aceptan la verdad como norma suprema y referente absoluto y, como Pilato, terminan  replegándose a las conveniencias políticas del poder.
     En ese personaje de Pilatos nos vemos hoy reflejados todos: La postura de Jesús es clara y tajante: “soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.”.  Aquí no hay componendas de ningún tipo: o nos ponemos del lado de la VERDAD y de la JUSTICIA o nos adaptamos camaleónicamente como hacen los “Pilatos”, siempre amparados al árbol que mejor sombra da.

DOMINGO XXXIII DEL T. ORDINARIO -B-


 

PRIMERA LECTURA


Lectura de la profecía de Daniel 12, 1‑3

Por aquel tiempo se salvará tu pueblo

Por aquel tiempo se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán
tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora.
Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro.
Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para
ignominia perpetua.
Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la
justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.
Palabra de Dios.
 

REFLEXIÓN
 

“AL FINAL, TRIUNFARÁN LA VERDAD Y LA JUSTICIA” 

            El libro de Daniel es muy probable que fuera  escrito durante el levantamiento macabeo, allá por el año 167-164 a.C y aparece como un caso único en su forma y en su contenido: no es un libro propiamente que se pueda encajar entre los libros proféticos, ni tampoco entre los libros históricos o sapienciales, por eso decimos que nos encontramos con un caso especial.
            Surge en un momento muy difícil y con él empieza a aparecer un género literario nuevo: el género “apocalíptico” que nace justamente por la experiencia de tener que vivir un contraste muy fuerte entre los preceptos de la ley y la realidad: la vida que se está viviendo contrasta fuertemente con las leyes que hay que cumplir y la realidad de injusticia que hay que soportar, sin posibilidad de poder expresarse, mientras que los que cometen la injusticia,  viven gozando de todos los privilegios.
            Parecía que el orden del mundo estaba al revés, en cambio, la sabiduría decía que eso no es así, pero en cambio, el pueblo de Israel, que está soportando la injusticia, se adapta a ella y no acepta la verdad; es por eso, que al final, la sabiduría queda para seres también especiales. La persona que es capaz de conectar con este orden de la verdad (la sabiduría) y entender el curso de la historia desde otra dimensión, tiene la seguridad de que al final ha de triunfar la verdad y la justicia, pero esto ha de ser a través de una fuerte transformación (resurrección) de la que surgirá un mundo nuevo.
            Esta forma de hablar y de expresar la esperanza, basada en ese orden nuevo en el que reina la justicia, no es posible hacerlo con un lenguaje normal y entonces ha de echar mano a símbolos: números, colores, dragones…
            El libro de Daniel presenta, por eso,  un mensaje de esperanza para tiempos de crisis y de hundimiento de todos los valores espirituales y ofrece una teología de la historia, afirmando que todo está orientado a un fin, que es la liberación final, donde desaparecerán todos aquellos obstáculos que han impedido la implantación del reinado de Dios
 

Salmo responsorial Sal 15, 5 y 8. 9‑10.11   


R/.  Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.
R/.  Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.
R/.  Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.
R/.  Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

 
SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 10, 11‑14.18
Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados 

Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente, ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados.
Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies.
Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados.
Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.
Palabra de Dios.
 

REFLEXIÓN
 

“CRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE”    

            Continúa la liturgia presentándonos el tema del sacerdocio de Cristo en la carta a los hebreos y lo hace como culminación de toda su obra.
            Todos estos domingos anteriores nos ha venido presentando diversos  aspectos del sacerdocio de Cristo como mediador ante el Padre, en contraste con el sacerdocio de la antigua alianza que prácticamente no resolvía nada. Hoy aparece Cristo sentado a la derecha del Padre, como quien ha realizado por completo la obra de redención y ha hecho posible la nueva realidad para el hombre Cristo ha vencido las fuerzas del mal y con él a todos sus seguidores; a partir de este momento, todos aquellos que optan por el mal como camino y se convierten en obstáculos para que la humanidad vive en paz y en armonía, deben saber que tienen a Cristo como oponente y a la hora de la verdad, es con Él con quien tendrán que vérselas.
            Con Cristo, los hombres han quedado ubicados, unos a un lado y otros a otro; en otro momento nos dice que la palabra de Dios es como una espada de dos filos que coloca a unos a un lado y a otros en el otro. Ya no es posible andar camuflados.
            Esta es la obra de Cristo: ha abierto las puertas al hombre dándole la libertad para que decida. Él es el único SACERDOTE que ha podido realizar la obra de la redención del hombre y se ha convertido en el único mediador y, su realización en la tierra quedará en su nuevo pueblo nacido de su sangre; por eso, la Eucaristía se convierte para la iglesia en el SACRAMENTO que hace visible, sensible y real, el único y eterno sacrificio realizado por Cristo y actualizado por su pueblo.
            En la vida sigue el mismo planteamiento: o nos fiamos de Él y nos vamos siguiendo sus huellas, o lo despreciamos y seguimos otras huellas. Pero lo que sí es cierto que al final, las cosas son como son y no como cada uno hayamos dispuesto que sean, pues ese momento final no está bajo nuestro control y, si no somos nosotros los que lo controlamos, ¿bajo el poder de quién está?

 
Aleluya Lc 21, 36

Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para manteneros en pie ante el Hijo del hambre.
 

EVANGELIO



Lectura del santo evangelio según san Marcos 13, 24‑32
Reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-“En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearan.
Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte.
Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.”
Palabra del Señor.
 

REFLEXIÓN
 

“CRISTO VENCERÁ”   

El evangelio de hoy nos presenta lo que llaman el “discurso escatológico” de Jesús en el que hace una llamada a sus discípulos para que no se vengan abajo en los momentos duros y difíciles por los que han de pasar, que estén atentos  y se mantengan fieles, pues es algo que no queda más remedio que atravesar, pero el final está asegurado: la luz se impone sobre las tinieblas.
            Jesús echa mano del lenguaje apocalíptico de Daniel, pues van a atravesar situaciones parecidas y van a tener que emplear toda su fuerza espiritual para no ser arrasados.
            Si observamos la historia, vemos con claridad que son ciclos que se suceden,  como las olas del mar: vienen olas gigantes que amenazan arrasar y, al final, todo queda en estruendo y se sigue manteniendo todo aquello que tenía un buen anclaje.
            En el pasaje de hoy, Jesús pretende responder a dos preguntas que están en la mente de cualquiera que desea seguirlo: ¿Cómo va a ser ese día final en el que nos encontremos con el Padre? ¿Cuándo será eso?; en realidad es lo que nos preguntamos todos.
            A la primera pregunta, sobre lo que se va a tratar el encuentro final,  Jesús responde con imágenes de la apocalíptica del antiguo testamento, pero que, en definitiva, lo que está diciendo es que, Él y todos los que han permanecido fieles a lo que ha enseñado, tienen el triunfo asegurado; de todo lo que Él ha dicho, no se cambiará ni una coma, el universo entero ha cogido su rumbo definitivo y final, ubicarse en la dimensión que Él ha anunciado, es optar por el triunfo; esto no quiere decir que vayan a desaparecer los problemas, al contrario, serán más fuertes, pues habrá que luchar contra las fuerzas del mal que intenta imponerse, lo contrario será dejarse arrastrar por la corriente para terminar en el caos; es un mensaje de vida y de esperanza. La determinación está en nuestras manos: cada uno en su libertad podrá optar por lo que quiera, pero ya sabemos el final de esta historia y cada uno tendrá que responder de la opción que tomó.
            A la segunda pregunta sobre CUÁNDO ocurrirá todo esto, responde con una parábola: la de la higuera y, lo que dice es que: todo esto SUCEDERÁ, de eso no hay duda, pero que no vale la pena ponerse a hacer ahora cálculos y perder el tiempo,  todo tiene su ritmo y lo que hay que hacer es ponerse manos a la obra construyendo ya eso que esperamos que llegue, y quien se  meta en ese camino, no tiene nada que temer, su alegría será colmada en plenitud; lo que hay que tener, es una actitud de constante vigilancia porque no sabemos cuándo ocurrirá.