DOMINGO XVII DEL T. O. –B-


PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de los Reyes. 2 Re 4, 42-44

Comerán y sobrará

EN aquellos días, acaeció que un hombre de Baal Salisá vino trayendo al hombre de Dios primicias de pan, veinte panes de cebada y grano fresco en espiga. Dijo Eliseo:
«Dáselo a la gente y que coman».
Su servidor respondió:
«¿Cómo voy a poner esto delante de cien hombres?».
Y él mandó:
«Dáselo a la gente y que coman, porque así dice el Señor: “Comerán y sobrará”».
Y lo puso ante ellos, comieron y aún sobró, conforme a la palabra del Señor.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

EL PECADO DEL PATERNALISMO      

            La liturgia de hoy viene a presentarnos al profeta Eliseo como referente de aquella persona que entiende que lo que tiene no es suyo, sino que ha de administrarlo a favor de los que no tienen nada y tiene plena conciencia de que, cuando el hombre pone lo poco de que dispone, el resto lo completa Dios sin duda alguna.

            Con esta actitud, Eliseo se deja conducir en la vida y da lugar a que en su entorno se realicen muchos milagros y gestos inexplicables, pues su actitud fuerza a que otras personas surjan y se den actitudes parecidas que se unen a él y hacen que el pueblo vaya superando situaciones.

            El pasaje actual nos lo presenta recibiendo el pan de las primicias, pero se da cuenta que no puede recibir un pan mientras el pueblo se está muriendo de hambre, si ese pan pertenece a Dios ha de ser para dar fuerza a los hombres y pide que se reparta y, lo que a simple vista es una ridiculez para cien personas, se convierte en la solución del momento: un pan comido y compartico con cariño, en fraternidad, es capaz de saciar el hambre, no solo material, sino espiritual del pueblo .

            Por el contrario, no hay pan más amargo que aquel que no nace de un corazón fraterno, sino que espera la vuelta, pues se dio con una condición y espera la retribución, pues esto es comprar la persona a base de su hambre. Ese pan no eleva ni dignifica, sino que mantiene de rodillas.

            La iglesia debe ser siempre una denuncia profética frente al paternalismo de los estados y de ella misma, pues esa actuación mantiene de rodillas a la persona, dependiente siempre del que le quita el hambre del momento pero la incapacita y le impide ganárselo por sí misma y permitirle, incluso, realizar la solidaridad.

 

Salmo responsorial

Sal 144, 10-11. 15-16. 17-18 (R/.: cf. 16)

R/.   Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.

 

        V/.   Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
                que te bendigan tus fieles.
                Que proclamen la gloria de tu reinado,
                que hablen de tus hazañas.   
R/.

R/.   Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.

 

        V/.   Los ojos de todos te están aguardando,
                tú les das la comida a su tiempo;
                abres tú la mano,
                y sacias de favores a todo viviente.   
R/.

R/.   Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.

 

        V/.   El Señor es justo en todos sus caminos,
                es bondadoso en todas sus acciones.
                Cerca está el Señor de los que lo invocan,
                de los que lo invocan sinceramente.   
R/.

R/.   Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.

 

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios. Ef 4, 1-6

Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo

HERMANOS:
Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor, esforzándoos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

CONSTRUIR LA UNIDAD       

Pablo se encuentra en la cárcel e invita a la comunidad a vivir en consonancia con la fe que han recibido y la vocación a la que han sido llamados.          El peor de los ejemplos que pueden dar es justamente la división, esto los rompe y, sobre todo, en un momento en donde todo el mundo los mira y el único signo que los va a distinguir es la unidad: tienen “Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo”. No pueden vivir divididos.

Los que antes eran gentiles y vivían una vida de espaldas a Dios, ahora han sido llamados a vivir de otra forma: el signo que han de dar al mundo todos aquellos que pertenecen a la iglesia y siguen a Jesucristo es que guarden la unidad obrada por el Espíritu en el único cuerpo.

Para ello establece unas normas sencillas de conducta que son las que han de establecerse en la relación que han de tener entre ellos: “tener en más estima a los otros que a sí mismo, saber apreciar los dones que Dios ha dado a los demás, pensar y sentir unánimemente...” Todo esto lleva consigo una actitud y una decisión de apartarse de todas las formas de ambición.

La humildad y la modestia la sinceridad son normas elementales y realizan un papel fundamental, sobre todo allí donde hay el asedio a la unidad; de la misma manera, la dulzura la mansedumbre son actitudes que van haciendo un comportamiento que sostiene la unidad y se opone a cualquier clase de disputas entre los hermanos y evitan todo sentimiento de superioridad entre ellos. La paciencia será un rasgo esencial que hará posible la unidad y la paz.

 

Aleluya

Lc 7, 16

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.

        Dios ha visitado a su pueblo.   R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 6, 1-15

Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron

EN aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos.
Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos y, al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:
«¿Con qué compraremos panes para que coman estos?».
Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.
Felipe le contestó:
«Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo».
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?».
Jesús dijo:
«Decid a la gente que se siente en el suelo».
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil.
Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda».
Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
«Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo».
Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN 

EL MILAGRO DIARIO DE LA SOLIDARIDAD    

         Hay dos coincidencias muy interesantes en el texto 2º Re. 4,42 y Jn. 6,1-15: en el primero el profeta Eliseo sacia el hambre de cien personas con 20 panes de cebada; en el segundo momento Andrés encuentra a uno (ni siquiera se sabe el nombre) “alguien” que tiene cinco panes de cebada y dos peces curados a la salazón, lo más pobre y sencillo a lo que cualquiera puede echar cualquiera en su alforja para distraer el hambre en un día de campo, por si se demoran mucho tiempo. Es la pobreza más absoluta frente a un problema muy grande: una multitud de gente que no tiene nada para comer.

            El problema no está en los medios, sino en la actitud que se tiene frente a la escasez.

            La imagen es la más perfecta que encontramos de la iglesia pobre que no tiene nada y que confía en Dios que es amor y solidaridad y es capaz de mover los corazones hasta llegar a realizar obras impresionantes en todos los sentidos.      Esta imagen recupera vida y realidad a cada momento, cada vez que una comunidad ha tomado conciencia de no tener otra cosa que sus brazos y su esfuerzo y la fe en un Dios amor que hace multiplicar por cien el escaso pan que tenemos a disposición de todos los hermanos.

            Es un hecho constatado miles de veces a diario y en todo el mundo: todos saben que un euro entregado a la iglesia para desarrollo humano, se multiplica por cien y donde un organismo oficial necesita millones para realizar una obra, la iglesia saca adelante la misma obra con cien veces menos medios.

            El gran milagro de Jesús no es tanto la cantidad de panes y peces que multiplica, sino la puesta en común de la solidaridad que se comparte.

DOMINGO XVI DEL T. O. –B-


PRIMERA LECTURA



Lectura del libro de Jeremías. Jer 23, 1-6

Reuniré el resto de mis ovejas, y les pondré pastores

¡AY de los pastores que dispersan y dejan que se pierdan las ovejas de mi rebaño! —oráculo del Señor—.
Por tanto, esto dice el Señor, Dios de Israel a los pastores que pastorean a mi pueblo:
«Vosotros dispersasteis mis ovejas y las dejasteis ir sin preocuparos de ellas. Así que voy a pediros cuentas por la maldad de vuestras acciones —oráculo del Señor—.
Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las apacienten, y ya no temerán ni se espantarán. Ninguna se perderá -oráculo del Señor-».
Mirad que llegan días —oráculo del Señor— en que daré a David un vástago legítimo:
reinará como monarca prudente, con justicia y derecho en la tierra.
En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro.
Y le pondrán este nombre: «El-Señor-nuestra-justicia».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA CRISIS DE LOS PASTORES      

            El profeta Jeremías utiliza la imagen del pastor que todo el mundo conoce para hacer una crítica feroz de lo que está ocurriendo con el rebaño llamado Israel: él describe el cuadro recordándole a la gente imágenes que son familiares a todos:

            El PASTOR es el hombre que guarda el rebaño, conoce sus ovejas, busca dónde están los pastos y procura que a las ovejas no les falte la comida y la bebida; tiene preparado el aprisco para reservar al rebaño de las tormentas o de los momentos de peligro; cuida de sus ovejas para que estén seguras frente a los ladrones y estafadores y alimañas que pueden atacar al rebaño.

            El Pastor siente que cada oveja es parte suya, porque las ama y su única preocupación son sus ovejas; su mayor alegría y felicidad es ver el bienestar y la paz de sus ovejas, pues ve que todas se sienten seguras y felices con él y confían, porque saben que él no les va a hacer daño, por eso merece la confianza de todas, escuchan su voz con toda confianza, pues saben que es el bien para todas lo que busca y por eso aceptan todas sus decisiones, porque saben que van siempre en busca del bien mayor de todo el rebaño. Este es el verdadero PASTOR, éste es el verdadero POLÍTICO que pone su vida al servicio de su pueblo.

            Por el contrario, el PASTOR ASALARIADO lo único que busca y le interesa es su interés personal, el sacar el máximo provecho el tiempo que esté al cuidado del rebaño y lo veremos cómo hace trampas: se evita problemas del cuidado de las ovejas, le importa muy poco que estén con hambre o con sed, se dedica a cumplir su obligación mirando siempre los mínimos; el día que puede se ausenta y le importa muy poco que las ovejas no puedan ni siquiera salir a pastar… ¿acaso son suyas? Si tiene la oportunidad, hace desaparecer las que pueden, para venderlas y hasta hace tratos con el enemigo para aumentar las ganancias… Ésta era la imagen que tenía el pueblo de los pastores asalariados que hacía que fueran tenidos por ladrones y fuera tenida esta profesión como impura.

            Al final, todos saben que no puede haber peor lobo que más daño haga al rebaño que el pastor asalariado, que no ama a las ovejas y las utiliza para engordarse con ellas. Contra éstos arremeten todos los profetas y el mismo Jesús, pues serán la “peste” que constantemente lleve a Israel a la ruina y será lo que haga estallar hasta la paciencia de Dios: “Yo castigaré sus malas acciones” .El texto está escrito contra los últimos reyes de Judá (Jr. 21 ss) y contra los falsos profetas que han ido apareciendo (Jr. 23, 9-40) que justifican lo que hacen los pastores asalariados y están dirigiendo el país y manipulándolo a base de mentiras.

            El texto tiene una actualidad impresionante, con el agravante de que hoy han logrado estos pastores despersonalizar de tal manera a las ovejas, que ya llegan a conformarse con cualquier pasto, y a sentir que se encuentran a gusto encerradas en el redil, conformándose con lo poco que les den.

 

Salmo responsorial

Sal 22, 1b-3a. 3b-4. 5. 6 (R/.: 1b)

R/.   El Señor es mi pastor, nada me falta.

 

        V/.   El Señor es mi pastor, nada me falta:
                en verdes praderas me hace recostar;
                me conduce hacia fuentes tranquilas
                y repara mis fuerzas.   
R/.

R/.   El Señor es mi pastor, nada me falta.

 

        V/.   Me guía por el sendero justo,
                por el honor de su nombre.
                Aunque camine por cañadas oscuras,
                nada temo, porque tú vas conmigo:
                tu vara y tu cayado me sosiegan.   
R/.

R/.   El Señor es mi pastor, nada me falta.

 

        V/.   Preparas una mesa ante mi,
                enfrente de mis enemigos;
                me unges la cabeza con perfume,
                y mi copa rebosa.   
R/.

R/.   El Señor es mi pastor, nada me falta.


        V/.   Tu bondad y tu misericordia me acompañan
                todos los días de mi vida,
                y habitaré en la casa del Señor
                por años sin término.   
R/.
R/.   El Señor es mi pastor, nada me falta.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios. Ef 2, 13-18

Eres nuestra paz: el que de dos pueblos ha hecho uno

HERMANOS:
Ahora, gracias a Cristo Jesús, los que un tiempo estabais lejos estáis cerca por la sangre de Cristo.
Él es nuestra paz: el que de los dos pueblos ha hecho uno, derribando en su cuerpo de carne el muro que los separaba: la enemistad.
Él ha abolido la ley con sus mandamientos y decretos, para crear, de los dos, en sí mismo, un único hombre nuevo, haciendo las paces. Reconcilió con Dios a los dos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, a la hostilidad.
Vino a anunciar la paz: paz a vosotros los de lejos, paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre por medio de él en un mismo Espíritu.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA DIGNIDAD HUMANA EN CUESTIÓN      

 

            S. Pablo quiere hacer tomar conciencia a la comunidad y potenciar en ella una actitud de reconocimiento de la verdad haciendo que nazca la necesidad de agradecer todo el bien que Dios nos ha hecho.

            Hasta ahora hemos estado alejados de la salvación, no éramos más que cualquier animal que nace, crece y muere y Cristo nos ha levantado dándonos la categoría de hijos de Dios, llamados a resucitar con Él para la eternidad.

            Este regalo ha sido para todos los hombres, los de dentro del pueblo de Israel y los que no pertenecen al pueblo; Él ha roto todas las barreras que nos separaban haciéndonos a unos elegidos y otros ignorados y nos ha hecho a todos miembros de un solo pueblo de hijos; ha eliminado toda la legislación judía que excluía del amor de Dios a aquellos que no pertenecen al pueblo elegido y ha proclamado la alegría de la paz y la fraternidad de todos los hombres y de todos los pueblos.

            No obstante, habiendo proclamado Jesucristo la igualdad de todos los hombres y la dignidad suprema del hombre como valor absoluto, hoy, al estilo más cerrado del pueblo de Israel, en la humanidad se siguen haciendo leyes que excluyen, sistemas que aplastan y atentan contra la dignidad del hombre, desde todos los ámbitos culturales, religiosos, políticos, sociales… y lo peor de todo: se sigue persiguiendo y despreciando la propuesta del reino que Cristo trajo por todos aquellos que abiertamente se declaran con su forma de pensar y de actuar, “pastores asalariados”

 

Aleluya

Jn 10, 27

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—;
        y yo las conozco, y ellas me siguen.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 6, 30-34

Andaban como ovejas sin pastor

EN aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo:
«Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

MIRAR CON LOS OJOS DE JESÚS       

            El pasaje que nos trae la liturgia de hoy recuerda el momento en que Jesús ha enviado al grupo para que tengan una primera experiencia pastoral y los ha enviado de dos en dos, para que hablen a la gente del reino y de la nueva realidad que Dios ha inaugurado con la humanidad.

            Cuando vuelven, están todos eufóricos por la experiencia vivida y por la acogida que han tenido con la gente. Jesús quiere tener un encuentro tranquilo con ellos, para poder hablar y evaluar todo lo que han hecho.

            Cogieron una barca y se fueron a la otra orilla del lago, pero la gente supuso lo que iban a hacer y se les adelantaron: cuando llegaron se encontraron a la gente esperándolos.

            Hay algo que es conmovedor: la gente sigue a Jesús porque quiere escucharlo; a su lado se sienten seguros, consolados, con esperanza… no buscan otras cosas, pues saben que Jesús no les va a dar nada.

            Cuando Jesús ve este panorama, se olvida del plan que tiene con sus discípulos, ya lo hará en otro momento. Lo que a Él le conmueve es el “hambre” de esta gente: Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma”: andaban como ovejas sin pastor, perdidos, sin nadie que los oriente, los ayude, ni les dé la más mínima esperanza; hay también gente descarriada a la que nadie le presta atención, pues no cuentan para nada, gente que está viviendo una tragedia y su vida no le importa a nadie…

            Hoy sigue repitiéndose la historia con el agravante de que la iglesia y las instituciones sociales andan buscando métodos, soluciones universales para dar respuesta a los problemas sociales y religiosos que estamos analizando y se montan congresos, reuniones, campañas… y andamos perdidos en la cabeza, sin saber qué hacer…

            Mientras tanto, la gente sufre en la soledad: enfermos aparcados en residencias porque nadie quiere saber de ellos, hogares rotos con esposos viviendo auténticas tragedias  a los que nadie presta la más mínima atención, niños desequilibrados porque están sirviendo de objeto para hacerse daño sus padres; enfermos que mueren esperando que les atiendan o negándoseles la medicina que necesitan porque se la han retirado de la Seguridad Social y no la pueden comprar; hogares sin trabajo y sin esperanzas de encontrarlo desesperados, viendo que el banco le quita lo único que tienen; inmigrantes que arriesgan su vida huyendo de la guerra o de condiciones espantosas de vida y llegan a un país que no es el suyo…  Y esta gente es considerada basura que el sistema va descartando, como la máquina barredora que pasa por nuestra puerta y tira en el basurero de la vida todo lo que no interesa.

            Jesús siente lástima y deja todos sus planes y se centra en esta gente que lo necesita. ¿Cuándo será capaz de hacer la iglesia lo mismo? Por supuesto que perdimos la confianza en los políticos, ellos son los que han montado esta sociedad donde ellos se aprovechan de la muerte que van creando… pero la iglesia está llamada a mirar la realidad con los mismos ojos de Jesús.

DOMINGO XV DEL T.O. -B-


PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Amós. Am 7, 12-15

Ve, profetiza a mi pueblo

EN aquellos días, aquellos días, Amasías, sacerdote de Betel, dijo a Amós:
«Vidente: vete, huye al territorio de Judá. Allí podrás ganarte el pan, y allí profetizarás. Pero en Betel no vuelvas a profetizar, porque es el santuario del rey y la casa del reino». Pero Amós respondió a Amasías:
«Yo no soy profeta ni hijo de profeta. Yo era un pastor y un cultivador de sicomoros. Pero el Señor me arrancó de mi rebaño y me dijo: “Ve, profetiza a mi pueblo Israel”».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA LIBERTAD DEL PROFETA       

            Es imposible sustraerse a la realidad que vivimos y no compararla con la realidad que vive Amós: Cuando él llega a Samaría hay un régimen establecido en el que hay mucha gente situada y “colocada”, ese “establishment” es sagrado, intocable; contra eso no se puede decir nada, pues tocar ahí es algo así como atentar en contra de la seguridad nacional… es lo que llamamos el “pensamiento único establecido” o lo que hoy llamamos “Lo políticamente correcto”.

            Es exactamente lo que hay establecido en Samaría; las críticas y las denuncias se pueden hacer contra todo lo que se quiera, menos con lo “políticamente establecido”; están permitidas todas las críticas contra los “otros”, contra los de fuera, pero lo oficial es sagrado.

            La imagen de Amós es la del hombre que se siente completamente libre de todos los intereses; a él solo le interesa la verdad, el sentido común, la justicia… él está viendo que hay un montón de cosas que no le cuadran por ningún sitio y no puede ver blanco lo que es evidente que es negro, él no está “casado” con nadie ni con nada, por eso, cuando le dicen que vaya a profetizar en otro lado, no se siente ni siquiera como profeta, sino como un hombre normal que no puede dejar de ver la verdad y la evidencia de la realidad, para él no hay otro interés que la justicia que está viendo que la están atropellando.

            Amós no tiene que ver nada con la oficialidad, con lo políticamente correcto, para él solo cuenta la verdad y la justicia y esto le hace estallar y proclamar el atropello que se está haciendo

 

Salmo responsorial

Sal 84, 9abc y 10. 11-12. 13-14 (R/.: 8)

R/.   Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

        V/.   Voy a escuchar lo que dice el Señor:
                «Dios anuncia la paz
                a su pueblo y a sus amigos.»
                La salvación está cerca de los que le temen,
                y la gloria habitará en nuestra tierra.   
R/.

R/.   Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

        V/.   La misericordia y la fidelidad se encuentran,
                la justicia y la paz se besan;
                la fidelidad brota de la tierra,
                y la justicia mira desde el cielo.   
R/.

R/.   Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

        V/.   El Señor nos dará la lluvia,
                y nuestra tierra dará su fruto.
                La justicia marchará ante él,
                y sus pasos señalarán el camino.   
R/.

R/.   Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

SEGUNDA LECTURA (forma larga)

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.  Ef 1, 3-14

Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo

BENDITO sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en Cristo
con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.
Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.
            Él nos ha destinado por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos, para alabanza de la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.
            En él, por su sangre, tenemos la redención, el perdón de los pecados, conforme a la riqueza de la gracia que en su sabiduría y prudencia ha derrochado sobre nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad: el plan que había proyectado realizar por Cristo, en la plenitud de los tiempos: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
            En él hemos heredado también los que ya estábamos destinados por decisión del que lo hace todo según su voluntad, para que seamos alabanza de su gloria quienes antes esperábamos en el Mesías.
            En él también vosotros, después de haber escuchado la palabra de la verdad —el evangelio de vuestra salvación—, creyendo en él habéis sido marcados con el sello del Espíritu Santo prometido. Él es la prenda de nuestra herencia, mientras llega la redención del pueblo de su propiedad, para alabanza de su gloria.

Palabra de Dios.

 

SEGUNDA LECTURA (forma breve)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios. Ef 1, 3-10

Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo

BENDITO sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en Cristo
con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.
Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo
para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.
Él nos ha destinado por medio de Jesucristo,
según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos,
para alabanza de la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.
En él, por su sangre, tenemos la redención,
el perdón de los pecados,
conforme a la riqueza de la gracia
que en Su sabiduría y prudencia
ha derrochado sobre nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad:
el plan que había proyectado realizar por Cristo,
en la plenitud de los tiempos:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

EL DERROCHE DEL AMOR       

            S. Pablo parte de un presupuesto mucho más profundo: el proyecto es de Cristo que ha venido con la misión que el Padre le ha encomendado; la misión que trae es precisamente comunicar al mundo la bendición que Dios da al hombre, de restablecer la naturaleza humana y elevar al hombre a la categoría de “Hijos de Dios”; es decir: ya es una bendición la misma misión y para ello, pudiendo Dios hacer las cosas como desee, tiene la deferencia de compartir la aventura con quienes ha querido: “Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor”

            Y para llevar adelante esta misión de bendición, ha llenado a los suyos de multitud de bendiciones para que realicen la misión. La iglesia ha de ser consciente del gran regalo que se le hace: uno es el que Jesús trae para todos y el otro es el poder participar en la obra de transmisión de la gran noticia.

            S. Pablo hace tomar conciencia a la comunidad de Éfeso de todos los dones que el Señor nos ha adornado: “Nos ha elegido”, nos “ha bendecido”, “nos ha hecho santos”, “Nos ha destinado por pura gracia suya a ser hijos para poder gozar de todo lo que eso lleva consigo”, “Nos ha redimido”, “nos ha perdonado”, “Nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad”.

            Pablo se queda maravillado de todo lo que nos ha ocurrido gratuitamente, porque Él ha querido: hacernos partícipes y conocedores de todo el proyecto final de Dios para el universo. ¿Es posible que seamos tan tercos e ignorantes que perdamos la grandeza que se nos ha dado y vivamos ridículamente?

 

Aleluya

Cf. Ef 1, 17-18

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   El Padre de nuestro Señor Jesucristo
        ilumine los ojos de nuestro corazón,
        para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 6, 7-13

Los fue enviando

EN aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y decía:
«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos». Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

LA POBREZA, CONDICIÓN PARA EL MENSAJERO      

            Optar por el riesgo de proclamar la verdad oponiéndote a lo políticamente correcto lleva varios riesgos y el primero es la coherencia: no puedo gritar en contra de una incoherencia cuando mi vida funciona de forma incoherente, por eso Jesús llama a los discípulos y les da algunas normas básicas: si van a proclamar la alegría del reino, la noticia de que Dios nos ha hecho sus hijos y que es en Él en quien debemos poner toda nuestra confianza y no en las estructuras del mundo que no salvan ni nos dan la felicidad,  lo lógico es que ellos sean los primeros que no se sientan amarrados a nada, ni su mensaje ha de estar supeditado a “cosas”, por eso les dice que “No LLEVEN”, ni siquiera les dice que no “tengan”, sino que no “Lleven” cosas que les puedan distraer de la misión o desviar la preocupación en lo que han de centrarse; la libertad ha de ser absoluta y la disposición al mensaje que llevan ha de ser total, pues el evangelio no necesita de apoyaturas materiales, lo único que necesita es una apertura del mensajero a lo que lleva, de forma que su persona sea parte del mensaje.

            ¡Cuánta falta nos está haciendo que entendamos esto! El mensajero ha de ser parte del mensaje: que su propia vida esté asumida en el mensaje, de forma que al proclamar la verdad, la vida del mensajero sea un signo claro de la vivencia del mensaje.

            Es exactamente lo que le ocurre a Jesús: prácticamente es su vida la mejor explicación práctica, que hace que lo que expresa con palabras la gente lo entienda con sus hechos. Podríamos decir que la adhesión del mensajero al mensaje se convierte en el mejor de los manuales del misionero.

            La “Pobreza” entendida como el signo de libertad, es la condición necesaria para la proclamación verdadera del mensaje del reino.

DOMINGO XIV DEL T. O. –B-



PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Ezequiel. Ez 2, 2-5
Son un pueblo rebelde y reconocerán que hubo un profeta en medio de ellos
EN aquellos días, el espíritu entró en mí, me puso en pie, y oí que me decía:
«Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí. Ellos y sus padres me han ofendido hasta el día de hoy. También los hijos tienen dura la cerviz y el corazón obstinado; a ellos te envío para que les digas: “Esto dice el Señor”. Te hagan caso o no te hagan caso, pues son un pueblo rebelde, reconocerán que hubo un profeta en medio de ellos».
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
EL HOMBRE REFERENTE PARA SI MISMO    
            El profeta Ezequiel se presenta contando su experiencia de encuentro con el Señor y lo que ha sentido: pone el acento en un detalle: él es hijo de un sacerdote, pero no lo llama por su nombre, sino que le dice: “Hijo de Adán”, es decir, “hijo de la tierra”, como un ser frágil, mortal, como parte de ese pueblo rebelde y obstinado al que pertenece.
            Dios lo escoge, no por pertenecer a la casta sacerdotal, sino a la simple humanidad, sobre la que está dispuesto a derramar su Espíritu y le pide que lo escuche, pues el pueblo ha perdido la capacidad de escucha. Está obstinado y él mismo lo va a experimentar: no le van a hacer caso, pero ha de quedar constancia de que Dios les ha advertido que están equivocados y andan por un camino errado.
            El profeta será el hombre incomprendido, atacado, insultado… porque se hace molesto, porque desestabiliza de la situación en la que nos hemos acomodado.
            El cuadro es de una actualidad enorme: nos encontramos en una sociedad en la que se ha venido destruyendo toda la capacidad de reconocimiento y respeto de la verdad, hasta el punto que la mentira ha adquirido su puesto de relevancia en ella; se ha venido fomentando y fortaleciendo el individualismo en el que el individuo se coloca como centro y dios de sí mismo, llegando a despreciar cualquier ayuda que le venga de fuera.
            Presentar la palabra de Dios como la verdad que salva es tremendamente difícil, pero aunque sea aparentemente inútil, será una forma de privarle de un argumento que justifique su postura.

Salmo responsorial
Sal 122, 1b-2b. 2cdefg. 3-4 (R/.: cf 2)
R/.   Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.
        V/.   A ti levanto mis ojos,
                a ti que habitas en el cielo.
                Como están los ojos de los esclavos
                fijos en las manos de sus señores.   
R/.


R/.   Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.

        V/.   Como están los ojos de la esclava
                fijos en las manos de su señora,
                así están nuestros ojos
                en el Señor, Dios nuestro,
                esperando su misericordia.   
R/.

R/.   Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.

        V/.   Misericordia, Señor, misericordia,
                que estamos saciados de desprecios;
                nuestra alma está saciada
                del sarcasmo de los satisfechos,
                del desprecio de los orgullosos.   
R/.

R/.   Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios. Cor 12, 7b-10
Me glorío de mis debilidades, para que resida en mí la fuerza de Cristo
HERMANOS:
Para que no me engría, se me ha dado una espina en la carne: un emisario de Satanás que me abofetea, para que no me engría. Por ello, tres veces le he pedido al Señor que lo apartase de mí y me ha respondido:
«Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad».
Así que muy a gusto me glorío de mis debilidades, para que resida en mí la fuerza de Cristo.
Por eso vivo contento en medio de las debilidades, los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LA DEBILIDAD NOS HUMANIZA    
            S. Pablo se dirige a la comunidad de Corinto que está siendo problemática; no quieren escuchar y cada uno pretende  hacer las cosas según dictan sus conveniencias; es el ambiente que se vive y en el que solemos meternos y dejarnos llevar; en muchos momentos a Pablo, como el profeta que se enfrenta a esta situación, le surge la tentación de usar mano dura y convertirse en juez implacable; le ayuda a contenerse el pensar en sus propias debilidades, que por más que lucha, no puede lograr vencerlas y las lleva como una espina clavada que no se la puede arrancar.
            Los estudiosos han intentado desviar el tema y meterse en la vida de Pablo pensando en qué podría consistir esa espina, haciendo conjeturas, pero el hecho es la afirmación que hace Pablo de que el profeta ha de luchar no solo con el ambiente que le hace frente, sino consigo mismo, cosa que le ayudará a darse cuenta que no es más que un instrumento en manos de Dios
            Se da cuenta que su propia debilidad le ayuda a comprender la debilidad de los otros y ser más humano y paciente, utilizando la paciencia y la misericordia de la misma manera que Dios la utiliza con él.
            Para tener esta actitud, mira a Jesús que es el gran referente que tuvo: siendo Dios, se sometió a la debilidad de la naturaleza y llegó hasta el extremo de dejarse crucificar (2ª Cor.13,4)




Aleluya
Lc 4, 18
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   El Espíritu del Señor está sobre mí;
        me ha enviado a evangelizar a los pobres.   
R/.




EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 6, 1-6
No desprecian a un profeta más que en su tierra
EN aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».
Y se escandalizaban a cuenta de él.
Les decía:
«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».
No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.
Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“O LOS CAMBIO, O ME CAMBIAN”      
            En el texto que nos presenta de S. Marcos aparece un momento en el que Jesús se siente contrariado de la actitud de sus paisanos: Jesús tropieza con la mentalidad de su gente, cerrada en sus prejuicios, en sus mezquindades, en su visión estrecha de la vida y de las cosas: saben que Jesús no ha estudiado, no es ningún especialista, no tiene títulos de la universidad, su familia es del montón de los pobres a quien todos conocen… ¿Por qué tiene que salirse del tiesto y aparecer distinto a lo que siempre ha sido? No importa que sea verdad lo que dice y lo que hace, lo que importa es que rompe los esquemas establecidos y eso no se soporta.
            Serán sus mismos familiares los primeros que no soportan que rompa los esquemas y sea diferente, por eso lo tomaran por trastornado e intentarán quitarlo de la circulación. 
            Lo que escandaliza no es la verdad que pregona, sino el que rompa el conformismo en el que ha entrado el pueblo, que lo considera como una denuncia que no los deja seguir tranquilos en la situación en la que se han acomodado. 
            La palabra se convierte en subversiva el momento en que pone en tela de juicio la situación de estancamiento y acomodación en la que se ha instalado la gente.
            El gran peligro que acecha al profeta es dar por perdida la batalla y ceder a la invitación que constantemente se le hace: “No vale la pena seguir, es una pérdida de tiempo”, “No te compliques la vida, no vas a conseguir nada”