DOMINGO XV DEL T.O. -B-


PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Amós. Am 7, 12-15

Ve, profetiza a mi pueblo

EN aquellos días, aquellos días, Amasías, sacerdote de Betel, dijo a Amós:
«Vidente: vete, huye al territorio de Judá. Allí podrás ganarte el pan, y allí profetizarás. Pero en Betel no vuelvas a profetizar, porque es el santuario del rey y la casa del reino». Pero Amós respondió a Amasías:
«Yo no soy profeta ni hijo de profeta. Yo era un pastor y un cultivador de sicomoros. Pero el Señor me arrancó de mi rebaño y me dijo: “Ve, profetiza a mi pueblo Israel”».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA LIBERTAD DEL PROFETA       

            Es imposible sustraerse a la realidad que vivimos y no compararla con la realidad que vive Amós: Cuando él llega a Samaría hay un régimen establecido en el que hay mucha gente situada y “colocada”, ese “establishment” es sagrado, intocable; contra eso no se puede decir nada, pues tocar ahí es algo así como atentar en contra de la seguridad nacional… es lo que llamamos el “pensamiento único establecido” o lo que hoy llamamos “Lo políticamente correcto”.

            Es exactamente lo que hay establecido en Samaría; las críticas y las denuncias se pueden hacer contra todo lo que se quiera, menos con lo “políticamente establecido”; están permitidas todas las críticas contra los “otros”, contra los de fuera, pero lo oficial es sagrado.

            La imagen de Amós es la del hombre que se siente completamente libre de todos los intereses; a él solo le interesa la verdad, el sentido común, la justicia… él está viendo que hay un montón de cosas que no le cuadran por ningún sitio y no puede ver blanco lo que es evidente que es negro, él no está “casado” con nadie ni con nada, por eso, cuando le dicen que vaya a profetizar en otro lado, no se siente ni siquiera como profeta, sino como un hombre normal que no puede dejar de ver la verdad y la evidencia de la realidad, para él no hay otro interés que la justicia que está viendo que la están atropellando.

            Amós no tiene que ver nada con la oficialidad, con lo políticamente correcto, para él solo cuenta la verdad y la justicia y esto le hace estallar y proclamar el atropello que se está haciendo

 

Salmo responsorial

Sal 84, 9abc y 10. 11-12. 13-14 (R/.: 8)

R/.   Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

        V/.   Voy a escuchar lo que dice el Señor:
                «Dios anuncia la paz
                a su pueblo y a sus amigos.»
                La salvación está cerca de los que le temen,
                y la gloria habitará en nuestra tierra.   
R/.

R/.   Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

        V/.   La misericordia y la fidelidad se encuentran,
                la justicia y la paz se besan;
                la fidelidad brota de la tierra,
                y la justicia mira desde el cielo.   
R/.

R/.   Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

        V/.   El Señor nos dará la lluvia,
                y nuestra tierra dará su fruto.
                La justicia marchará ante él,
                y sus pasos señalarán el camino.   
R/.

R/.   Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

 

SEGUNDA LECTURA (forma larga)

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.  Ef 1, 3-14

Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo

BENDITO sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en Cristo
con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.
Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.
            Él nos ha destinado por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos, para alabanza de la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.
            En él, por su sangre, tenemos la redención, el perdón de los pecados, conforme a la riqueza de la gracia que en su sabiduría y prudencia ha derrochado sobre nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad: el plan que había proyectado realizar por Cristo, en la plenitud de los tiempos: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
            En él hemos heredado también los que ya estábamos destinados por decisión del que lo hace todo según su voluntad, para que seamos alabanza de su gloria quienes antes esperábamos en el Mesías.
            En él también vosotros, después de haber escuchado la palabra de la verdad —el evangelio de vuestra salvación—, creyendo en él habéis sido marcados con el sello del Espíritu Santo prometido. Él es la prenda de nuestra herencia, mientras llega la redención del pueblo de su propiedad, para alabanza de su gloria.

Palabra de Dios.

 

SEGUNDA LECTURA (forma breve)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios. Ef 1, 3-10

Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo

BENDITO sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en Cristo
con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.
Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo
para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.
Él nos ha destinado por medio de Jesucristo,
según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos,
para alabanza de la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.
En él, por su sangre, tenemos la redención,
el perdón de los pecados,
conforme a la riqueza de la gracia
que en Su sabiduría y prudencia
ha derrochado sobre nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad:
el plan que había proyectado realizar por Cristo,
en la plenitud de los tiempos:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

EL DERROCHE DEL AMOR       

            S. Pablo parte de un presupuesto mucho más profundo: el proyecto es de Cristo que ha venido con la misión que el Padre le ha encomendado; la misión que trae es precisamente comunicar al mundo la bendición que Dios da al hombre, de restablecer la naturaleza humana y elevar al hombre a la categoría de “Hijos de Dios”; es decir: ya es una bendición la misma misión y para ello, pudiendo Dios hacer las cosas como desee, tiene la deferencia de compartir la aventura con quienes ha querido: “Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor”

            Y para llevar adelante esta misión de bendición, ha llenado a los suyos de multitud de bendiciones para que realicen la misión. La iglesia ha de ser consciente del gran regalo que se le hace: uno es el que Jesús trae para todos y el otro es el poder participar en la obra de transmisión de la gran noticia.

            S. Pablo hace tomar conciencia a la comunidad de Éfeso de todos los dones que el Señor nos ha adornado: “Nos ha elegido”, nos “ha bendecido”, “nos ha hecho santos”, “Nos ha destinado por pura gracia suya a ser hijos para poder gozar de todo lo que eso lleva consigo”, “Nos ha redimido”, “nos ha perdonado”, “Nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad”.

            Pablo se queda maravillado de todo lo que nos ha ocurrido gratuitamente, porque Él ha querido: hacernos partícipes y conocedores de todo el proyecto final de Dios para el universo. ¿Es posible que seamos tan tercos e ignorantes que perdamos la grandeza que se nos ha dado y vivamos ridículamente?

 

Aleluya

Cf. Ef 1, 17-18

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   El Padre de nuestro Señor Jesucristo
        ilumine los ojos de nuestro corazón,
        para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 6, 7-13

Los fue enviando

EN aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y decía:
«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos». Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

LA POBREZA, CONDICIÓN PARA EL MENSAJERO      

            Optar por el riesgo de proclamar la verdad oponiéndote a lo políticamente correcto lleva varios riesgos y el primero es la coherencia: no puedo gritar en contra de una incoherencia cuando mi vida funciona de forma incoherente, por eso Jesús llama a los discípulos y les da algunas normas básicas: si van a proclamar la alegría del reino, la noticia de que Dios nos ha hecho sus hijos y que es en Él en quien debemos poner toda nuestra confianza y no en las estructuras del mundo que no salvan ni nos dan la felicidad,  lo lógico es que ellos sean los primeros que no se sientan amarrados a nada, ni su mensaje ha de estar supeditado a “cosas”, por eso les dice que “No LLEVEN”, ni siquiera les dice que no “tengan”, sino que no “Lleven” cosas que les puedan distraer de la misión o desviar la preocupación en lo que han de centrarse; la libertad ha de ser absoluta y la disposición al mensaje que llevan ha de ser total, pues el evangelio no necesita de apoyaturas materiales, lo único que necesita es una apertura del mensajero a lo que lleva, de forma que su persona sea parte del mensaje.

            ¡Cuánta falta nos está haciendo que entendamos esto! El mensajero ha de ser parte del mensaje: que su propia vida esté asumida en el mensaje, de forma que al proclamar la verdad, la vida del mensajero sea un signo claro de la vivencia del mensaje.

            Es exactamente lo que le ocurre a Jesús: prácticamente es su vida la mejor explicación práctica, que hace que lo que expresa con palabras la gente lo entienda con sus hechos. Podríamos decir que la adhesión del mensajero al mensaje se convierte en el mejor de los manuales del misionero.

            La “Pobreza” entendida como el signo de libertad, es la condición necesaria para la proclamación verdadera del mensaje del reino.