DOMINGO PRIMERO DE PASCUA -B-

PRIMERA LECTURA

 
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34a. 37‑43
Nosotros hemos comido y bebido con él, después de su resurrección
 
            En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
-Hermanos: Vosotros conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.
            Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección.
            Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.
Palabra de Dios.
 
 
REFLEXIÓN
 
DAD TESTIMONIO DE LO QUE HABÉIS VIVIDO  
 
S. Lucas, el autor del libro de los hechos, pone en boca de S. Pedro, como cabeza de la comunidad, un discurso que es el resumen de la persona de Jesús y su mensaje, de lo  que nos  ha dejado para la posteridad: “Jesús, el Hijo de Dios pasó haciendo el bien; ellos lo han matado como respuesta al bien que les hizo, pero Dios lo ha resucitado y nosotros somos testigos de todo eso y nos ha enviado para que proclamemos lo que hemos visto, lo que hemos oído y lo que hemos vivido a su lado y esto es lo que os anunciamos: que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos, para que los que creen en Él reciban el perdón de sus pecados”.
            De ahora en adelante, esta es la misión de la iglesia: ser testigo de lo que Jesús ha dicho, ha hecho y ha vivido y ser portadores del perdón que Él ha dejado  como signo vivo de su presencia  resucitada.
            Este anuncio no es un recuerdo de algo que ocurrió en el pasado, ni un mito que se viene contando, sino una realidad viva que acontece cada día que nos levantamos.
            El gran problema que nos acecha y la gran dificultad con la que nos encontramos, es la ausencia de “vivencia”, de experiencia de encuentro con Jesús, de sentirnos perdonados, rescatados, salvados…Tenemos muchos conceptos, muchas ideas… pero no tenemos vida y, en consecuencia no podemos ser testigos de algo que no hemos vivido. Somos relatores de algo que hemos oído, que en la gran mayoría de veces ni creemos, ni nos interesa ni estamos dispuestos a seguirlo.
 
 
Salmo responsorial  Sal 117, 1‑ 2. 16ab‑17. 22‑23
 
V/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.

V/. Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.

V/. La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.

V/. La piedra que desecharon los arquitectos,
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 1‑4.
Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo
 
Hermanos:
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.
Palabra de Dios.

 

 

REFLEXIÓN

 

VIVIR EN CRISTO RESUCITADO  

            La comunidad de los  colosenses está afectada por una corriente gnóstica que sostiene que los seres espirituales son emanaciones de la divinidad y, por tanto, son puros y su fin es la salvación.

            Pablo tiene que enfrentarse a esta mentalidad sectaria que rompe la unidad y divide a los seres humanos en puros e impuros, en espirituales y materiales y frente a esto, proclama unas nuevas relaciones entre los hombres, basadas en la obra realizada por Cristo con su encarnación concluida con su resurrección.

            Esas nuevas relaciones consisten en la fraternidad universal entre hermanos e iguales, basadas en el amor del único Padre de todos los hombres que es Dios.

            La resurrección es el adelanto de lo que en el futuro viviremos en plenitud.

            “Aspirar a los bienes de arriba” es aceptar y asumir una forma nueva de vida basada en esos bienes que son el amor, la verdad, la justicia y la paz, que en la plenitud del reino se vivirán en toda su totalidad; es,  por tanto, vivir ya como hombres resucitados y, esto, lógicamente, conformará una forma nueva de existencia en la tierra.

            “Vivir la vida escondida en Cristo” no significa encerrarse en un intimismo , en intimidad con Cristo, sino todo lo contrario: significa meter en el corazón a Cristo para que sea Él la fuerza y el motor de todo lo que hacemos, pensamos y vivimos. De forma que quien se encuentra con un creyente, automáticamente ve en él un reflejo de Cristo resucitado.

 

 

Secuencia

 

Ofrezcan los cristianos

ofrendas de alabanza

a gloria de la Víctima

propicia de la Pascua.

 

Cordero sin pecado

que a las ovejas salva,

a Dios y a los culpables

unió con nueva alianza.

 

Lucharon vida y muerte

en singular batalla

y, muerto el que es Vida,

triunfante se levanta.

 

)Qué has visto de camino,

María, en la mañana?
-A mi Señor glorioso,

la tumba abandonada,

 

los ángeles testigos,

sudarios y mortaja.

(Resucitó de veras

mi amor y mi esperanza!

 

Venid a Galilea,

allí el Señor aguarda;

allí veréis los suyos

la gloria de la Pascua.

 

Primicia de los muertos,

sabemos por tu gracia

que estás resucitado;

la muerte en ti no manda.

 

Rey vencedor, apiádate

de la miseria humana

y da a tus fieles parte

en tu victoria santa.

Amén. Aleluya.

 

 

 

Aleluya Aleluya.

Ha sido inmolada nuestra víctima pascual:

Cristo. Así pues, celebremos la Pascua. Aleluya.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo Evangelio según San Juan 20, 1‑9.

El había de resucitar de entre los muertos

 

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien quería Jesús, y les dijo:
-Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo: pero no entró.

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos 
.Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA FE EN JESÚS TRANSFORMA  

No podemos olvidar que  el evangelio de Juan lo hemos de leer en otra clave muy distinta a como lo hacemos  con el resto de los sinópticos: Juan utiliza los datos no para hacer una crónica de los hechos, sino una catequesis para que “crean” los que lo escuchan.

En esa clave hemos de leer el evangelio de Juan y la presentación de todos los datos que nos da del acontecimiento de la resurrección de Jesús

El primer dato que nos presenta es el subrayar que “todavía estaba oscuro” cuando María Magdalena va al sepulcro. No olvidemos cómo le gusta jugar con el factor “luz-tinieblas” o “Mundo-Espíritu”, “verdad-falsedad”…

  María está todavía en la oscuridad, no ha experimentado la resurrección y, por tanto, no lo reconoce, ni interpreta la realidad que ve, por eso llega, ve que la piedra está corrida y se vuelve a decir que han robado el cuerpo del Señor, ni siquiera se le ocurre entrar, pues esos asuntos pertenecen a los hombres y se vuelve a buscar a Pedro. Es la lógica humana la que funciona.

Incluso tiene una manera muy sutil de expresar la jerarquización que existe: van al sepulcro Pedro y Juan y, aunque Juan que era más joven y llegó antes, se esperó a que llegara Pedro y fuera él quien entrara el primero para certificar lo que había. Cuando llegan, se encuentran las vendas y el sudario, pero el cuerpo ha desaparecido. Ahí se dan cuenta que ha resucitado, lo que allí quedan son despojos de muerte, pero Jesús no está entre ellos.

Ahí entienden todo y, a partir de ahí, sus vidas se transforman y el miedo, la dispersión, la división el egoísmo… desaparecen y  comienza una etapa completamente nueva: aquella comunidad que se había disuelto a raíz del asesinato de Jesús, por el miedo, por los resentimientos y la decepción, ahora vuelven a encontrarse llenos de fuerza y de entusiasmo

Lo que había ocurrido fue muy fuerte y todos se sentían mal, cada uno por una causa, pues quien no lo había traicionado, lo había negado, lo había abandonado o se había sentido defraudado y decepcionado… todos lo habían dejado abandonado a su suerte. Se trataba de volver a recuperar a cada una de estas personas dándoles el perdón mutuo y a sí mismo; dándoles unidad interna, solidaridad y hacer la fraternidad…

A gente que ha sufrido este golpe, resulta imposible  conseguir esto si es que no hay una fuerza superior que  lo haga. La fuerza interior es “Jesús Resucitado” que logró hacerlo.

Los discípulos que componen este grupo que había vivido al lado de Jesús, cuando sienten interiormente la fuerza transformadora de Jesús y empiezan a actuar  en consonancia con esa experiencia, no pueden aguantar el dar testimonio de lo que les está pasando y se dan cuenta que algo nuevo ha irrumpido en sus vidas; ya no necesitan más pruebas de nada, es su misma vida, su misma experiencia la mejor y única prueba de la presencia resucitada de Jesús.

Para poder expresar esta realidad, Juan presenta todo un lenguaje simbólico y echa mano de todos los elementos que le pueden ser útiles para exponerlo.

El hecho de la recuperación de todos los discípulos y la conversión que se produjo en todos ellos, supuso un acontecimiento increíble que se convirtió en el argumento irrefutable de la presencia resucitada de Jesucristo, pues de otra forma hubiera sido impensable.

  Es el mismo efecto que produce  hoy en nosotros cuando nos encontramos con una persona con fe y, más aún, cuando nos encontramos con una comunidad que vive en la fe de Jesucristo Resucitado.

 

 

DOMINGO DE RAMOS 2015 -B-


PASCUA  2015






DOMINGO DE RAMOS:


Jesús ha terminado su camino que comenzó en Galilea y durante este tiempo ha venido reuniendo, enseñando, orientando, corrigiendo a sus discípulos durante tres años hasta subir definitivamente a Jerusalén donde va a encontrar sus verdaderos enemigos, como le ocurrió a todos los profetas, los que se han asentado sobre una estructura de poder que machaca y atropella todos los derechos del pueblo.

            No obstante, los apóstoles siguen empecinados en sus esquemas de poder y sosteniendo sus intereses, que son los mismos que tiene el imperio romano y el poder establecido en Israel. Jesús les ha dicho que ellos no pueden ser como esos; han de distinguirse por su manera de servir y de tratar a la gente: “El que quiera ser el más grande, que se haga el servidor y el esclavo de todos” pero, por más que se lo dice, no entienden.

            Aceptar el reino que propone Jesús  lleva consigo romper un montón de esquemas que no están inspirados  en el amor y la justicia y mucho menos en la paz.

La mejor forma de enseñárselo es con gestos que lo escenifiquen y lo vean hecho realidad: se coge un burro, que es un animal menospreciado, pues eso sólo lo tienen los pobres, para que vean que no se trata de ostentación ni de ambición de poder, que están en otra escala de valores que no tiene nada que ver con lo que hacen los grandes de este mundo: los poderosos demuestran su poder y su fuerza haciendo exhibiciones de las armas que poseen: carros de guerra, aviones, tanques, misiles, bombas… y un sinfín de armas mortíferas para persuadir al enemigo de la peligrosidad que tiene acercarse a él.

Jesús entra en Jerusalén representando la instauración del reino de Dios, pero no es el reino que todos imaginan, sino que rompe todos los esquemas y aparece subido sobre un burro que es un  animal despreciado, símbolo de la pobreza de los débiles.

            Deja que la gente lo aclame, aunque no tangan idea de lo que aclaman o a quien aclaman, pero hay una realidad: el reino de Dios está entre ellos y ÉL es la primera manifestación; esto ya no habrá quien lo detenga y no depende de la gente ni del sistema establecido ni de los poderes del mundo; esto seguirá adelante, lo acepten o lo rechacen hasta que se establezca definitivamente en el mundo el reinado,  no de un orden político, sino de la PAZ como consecuencia de la práctica de la JUSTICIA, del AMOR y de la VERDAD.

            Ese día entra triunfalmente el reino de Dios en Jerusalén y Jesús es el signo visible y la realidad viva de la presencia de este reino.

            La imagen de Jesús entrando en Jerusalén, subido sobre un burro, representa un cambio radical de esquemas y de realidad: el Reino de Dios no está basado en la fuerza, en el poder, en el miedo, en las armas… ni el reino es una acumulación de poder, de riquezas, de fuerza o de violencia…

            La imagen de Jesús montado en un burro es un signo visible de todo un cambio de mentalidad, de una subversión radical de valores que responde a lo que el mismo Jesús le responde a Pilatos cuando éste le pregunta si es rey y Jesús le contesta: “Tu lo has dicho, yo soy rey, para esto he venido, para ser testigo de la verdad y todo aquel  que es de la verdad, escucha mi palabra…”

            El rey no es el que se carga de poder y de riqueza sobre un pueblo, sino el que se pone a la cabeza de la causa de la verdad, de la justicia, del amor y de la paz y sus súbditos son todos aquellos que lo sigue.



TRIDUO






JUEVES SANTO


Todo esto que se ha proclamado el Domingo y que ha culminado con la denuncia de la corrupción del templo que es el signo visible del sistema político, económico, legal y religioso que hay establecido, comienza una etapa  completamente nueva marcada con los signos y valores del REINO DE DIOS que están movidos no por la fuerza, el dinero, las leyes  o el acoso de la religión, sino por una alianza de AMOR que ha restaurado la naturaleza humana y ha convertido al hombre en el templo vivo donde habita el Espíritu Santo que va a ser quien avive, fortalezca,  impulse y lleve adelante esta nueva realidad.

            El signo que va a marcar a estos hombres nuevos será el AMOR que los identificará ante el mundo y un amor que se hace servicio, entrega, perdón y acogida.

            Jesús vuelve a utilizar otro gesto visible para que les quede claro: “Se levantó de la mesa, se quitó el manto, se colgó una toalla y se puso a lavarles los pies… ¿Habéis visto lo que he hecho?... Pues si yo, que soy el Señor he hecho esto, es para que vosotros hagáis lo mismo entre vosotros…”

            Ese amor que les ha dejado como signo que los identificará ante el mundo no es algo que se disuelve en palabras que se lleva el viento, sino en gestos reales y vivos que se traducen en expresiones de disponibilidad incondicional para el que los necesita. Sus apóstoles serán los “SERVIDORES” del reino para el mundo.

            Tampoco su ALIANZA nueva es un concepto hueco, una palabra que se lleva el viento, sino una realidad viva que se renueva cada vez que dos o más se reúnen en su nombre: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros; tomad y bebed, este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía”



VIERNES SANTO


Esta Alianza de amor que celebramos ayer no es una idea, unos principios o una filosofía… palabras huecas que se lleva el viento, sino una realidad viva que  marca la existencia, pues se asume y constituye una forma de vivir que te hace enfrentarte a la vida llena de dificultades.

            La CRUZ de Cristo no es más que la culminación de todo lo que hizo, pensó y sintió en su vida desde el primer momento de su encarnación en la naturaleza humana: asumió e hizo suyas todos las consecuencias que lleva consigo ser humano, como es el enfrentarse a este mundo lleno de todo: dolor, persecución, hambre, guerra, injusticia, desolación enfermedad, catástrofes, muerte…

            Sin embargo, nada de todo lo negativo que existe va a hacer que cambie su decisión de amar y restaurar al hombre (Rm. 8, 35-39)







SABADO SANTO


Un día de luto y reflexión.
            Hay motivos sobrados para detenerse y pensar en todo lo que Dios ha hecho: se ha rebajado hasta ponerse al nivel del hombre, ha hecho suyas todas nuestras alegrías, nuestras, penas, nuestras luchas, nuestras ilusiones y esperanzas, nuestros sueños…


            Nos ha dado el sentido de la vida y nos ha hecho el gran regalo de la ESPERANZA: nada de lo que le hombre hace y vive es baldío y su sentido, excepto aquello que el hombre decide asumir, que tiene como principio y fin la muerte, está colmado en la resurrección de Jesús; todo está llamado a resucitar y a llenarse de alegría y felicidad.


            La muerte ha sido vencida, ya no es el final del camino, sino el principio del triunfo…


            Pero el hombre ha respondido a este gran regalo que Dios le hace con la peor de las actitudes: el no reconocer, despreciar y matar.


            Por eso, el día de hoy es un día de luto, de tristeza, de reflexión, de avergonzarse ante el fracaso del hombre que una vez más le da la espalda a su propia salvación y grandeza: a dios y opta por su perdición y por la muerte. El día de hoy es, por otro lado, un día de grandeza, pues Dios le demuestra al hombre que está equivocado, que no tiene razón, que, aunque se obstine en perderse, las puertas de la salvación seguirán estando abiertas de ahora en adelante.


            Lo grande sería reconocer la equivocación y como contrapartida el gran regalo que Dios hace de la resurrección  y alegrarse por lo que nos dio.


            El gesto  grande frente al reconocimiento de la equivocación lo vamos a poner en la renovación de nuestro bautismo, que es RENACER y ponernos en la onda de la resurrección



DOMINGO .V- DE CUARESMA -B-



 

Lectura del profeta Jeremías 31,31‑34

 

Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor -oráculo del Señor-. Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días -oráculo del Señor-: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: *Reconoce al Señor.+ Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande -oráculo del Señor-, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados.

Palabra de Dios

 

LA LEY INSCRITA EN EL CORAZÓN   

La situación que nos presenta el texto es caótica: Jerusalén ha sido destruida, el pueblo ha sido deportado y los pocos que han quedado están divididos. En medio de este cuadro aparece el profeta Jeremías invitando a la reflexión, haciendo un canto al perdón y a la esperanza que son las únicas actitudes que pueden levantar lo poco que queda del pueblo; por otro lado, es la única actitud que puede poner a Dios en actitud de escucha.

            Dios está dispuesto a recomenzar, incluso está dispuesto a hacer una alianza nueva que pueda generar unas nuevas relaciones con el pueblo y de éste consigo mismo, pero Dios deja claro que no puede ser a través de la ley, pues ya tienen sobradamente experimentado a dónde les lleva.

            Con la actitud que tienen, de nada sirve una ley escrita en tablas, pues para ellos no tiene valor, ha de ser una ley escrita en el corazón, pues no son los mandatos los que liberan al hombre, sino el espíritu, lo único que nos acerca a Dios; cuando el hombre lleva a Dios en su corazón no necesita la ley escrita, más bien le estorba, pues la ley fría deshumaniza, en cambio, cuando el corazón está lleno del Espíritu de Dios, la ley cambia de sentido y se convierte en instrumento de humanización.

            Ha de ser una alianza hecha en el corazón, desde donde el hombre puede llegar a Dios y a su conocimiento y en esta dimensión no queda nadie excluido y Dios se revela en cada hombre, en cada historia de cada pueblo sin discriminar a nadie ni hacer favoritismos con nadie.

 

 

 

SALMO RESPONSORIAL

 

Salmo 50 3-4. 12-13. 14-15. 18-19

 

R- Oh Dios, crea en mí, oh señor, un corazón puro..

 

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,

por tu inmensa com­pasión

borra mi culpa;

lava del todo mi delito,

limpia mi pecado.

R- Oh Dios, crea en mí, oh señor, un corazón puro..


Oh Dios, crea en mí un corazón puro,

renuévame por dentro

con espíritu firme;

no me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu.

R- Oh Dios, crea en mí, oh señor, un corazón puro..


Devuélveme la alegría de tu salvación,

afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,

los pecadores volverán a ti.

R- Oh Dios, crea en mí, oh señor, un corazón puro..


Los sacrificios no te satisfacen

si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.

Mi sacrificio es un espíritu quebrantado,

un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.

 R- Oh Dios, crea en mí, oh señor, un corazón puro..

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta a los  Hebreos 5,7‑9

 

Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado.

Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.

Palabra de Dios

 

 

EL DOLOR, ESCUELA DE SOLIDARIDAD  

 

Cuando leemos despacio el texto, da la sensación de que se contradice: Cristo en su angustia  suplica al que podía salvarle de la muerte y en su angustia fue escuchado… pero ¿Cómo es que fue escuchado si sufrió la muerte?

El pasaje nos transporta al huerto de los olivos en donde Jesús pide al Padre que le dé fuerzas para enfrentar el momento y Jesús es reconfortado, de forma que enfrenta con fuerza el momento y, gracias a esa fuerza, Jesús atraviesa  la experiencia de la muerte y la soledad, por lo que se pone en capacidad para entender en plenitud al hombre, incluso en los momentos más duros: Cristo no se ahorró nada y pasó por donde haya podido pasar el último de los hombres

La lección para todos nosotros es extraordinaria, pues la gran mayoría de las veces andamos huyendo del dolor y la dificultad e incluso damos ordenes a Dios que nos retire del dolor, hasta el punto que para muchos es motivo de abandono hasta de la fe, porque creían que merecía el que Dios los atendiese y, hasta sienten que les ha hecho una injusticia no sacándoles del dolor.

Indica el texto que con el sufrimiento aprendió a “obedecer” que en ningún momento significa “aguantar” sin rechistar lo que se impone, sino  “escuchar en profundidad”: aquel que pasó por la experiencia del dolor, tiene una visión completamente diferente de la vida y de las cosas y, es capaz de sentir la solidaridad efectiva con el que sufre.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según S. Juan 12,20‑33

 

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:  *Señor, quisiéramos ver a Jesús.+

Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.

Jesús les contestó:  *Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y mue­re, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.

Ahora mi alma está agitada, y )qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre.+

Entonces vino una voz del cielo:  *Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.+

La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.

Jesús tomó la palabra y dijo: *Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuan­do yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.+

Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir. 

Palabra del Señor

 

PARADOJAS  DEL AMOR 
 

Es importante que hagamos una lectura real del evangelio de Juan que venimos leyendo en estas semanas de cuaresma.

No olvidemos que Juan escribe muy tarde y su evangelio es muy diferente a los sinópticos; Juan no intenta hacer una crónica de los hechos ni de los dichos de Jesús, sino una catequesis muy elaborada teológicamente para la comunidad.

Si lo leemos al pie de la letra y escuchamos todas esas frases lapidarias de Jesús, de lo último que da sensación es de encontrarnos con un Jesús histórico, cercano y encarnado en la vida, sino más bien un Jesús fuera de la realidad, que lo sabe todo, que no está al alcance de la sicología y de la realidad de los que le rodean, pues no parece tener conciencia humana, sino divina

Y es que este discurso ha sido puesto en boca de Jesús para expresar la reflexión teológica que la comunidad ha elaborado después de la resurrección.

            A Juan le interesa fundamentalmente que quede claro el núcleo del discurso: EL AMOR que se entrega y se olvida de sí miso es el único que genera vida; “perder la vida por amor” es ganarla, pues es vivir en plenitud; morir a sí mismo es la única manera de vivir de cara a Dios y a lo que es definitivo; por tanto, entregar la vida es la única forma de ganarla para el futuro. Descubrir esta dimensión, es encontrar el verdadero sentido de la vida y del evangelio.

Efectivamente, esta paradoja del  evangelio puede parecer estar en contra del mismo instinto natural que nos inclina a la autodefensa para la conservación, pero eso no es más que instinto, aquí se trata del amor que está por encima de cualquier instinto que proviene de la libertad, que es lo que caracteriza al ser humano, por encima de cualquier otro ser de la naturaleza

            La humanización u hominización consistiría justamente en esa capacidad de “descentrarse” de si mismo y ponerse, por amor, en la periferia para los demás.  En este sentido, Jesús se presenta como el mejor referente, y expresión máxima de humanidad y manifestación del DIOS-AMOR en el ser del hombre.