DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO -B-



PRIMERA LECTURA 

Lectura del libro del Éxodo 16, 2‑4. 12‑15
Yo haré llover pan del cielo

 En aquellos días, la comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo:
-“¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad.”
El Señor dijo a Moisés:
-“Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: ´ Hacia el crepúsculo comeréis carne, por la mañana os saciaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios.´”
Por la tarde, una banda de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana, había una capa de rocío alrededor del campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino, parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas se dijeron:
- “¿Qué es esto?”
Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo:
- “Es el pan que el Señor os da de comer.”
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN


“RENUNCIAR A LA LIBERTAD”  

             Lo peor que le puede ocurrir a un pueblo y a una persona es llegar a pensar que la vida tiene una sola meta: tener cubiertas las necesidades primarias y pensar que el resto de cosas son sueños de ilusos que no valen la pena; se trata de vivir o, para ser más exactos, de subsistir.
            Si nos damos cuenta es la degradación al nivel primario de un simple animal: come, bebe, descansa y se reproduce y no va más allá.
            El sistema de esclavitud les había llevado a renunciar a cualquier otra aspiración, simplemente se conformaban con sobrevivir y por este fin habían renunciado a la libertad y con ella a la responsabilidad de sus actos y de sus determinaciones, a sus sueños, a sus posibilidades, al gozo de la vida en sus detalles de la belleza, de la armonía, de la superación…Habían renunciado a ser personas.
            Cuando Moisés y Aarón introducen al pueblo en el desierto y le someten a un ejercicio de concienciación de su grandeza de personas, a poner en funcionamiento sus cualidades, a sacar todo lo bueno y lo grande que cada uno tiene, a aprender a servir y gozar con el servicio bien hecho, a ser responsables cada uno de lo que hace, lo que dice y lo que determina; a tomar decisiones por cuenta propia y a responder de lo que hacen… es decir, les someten a un ejercicio de libertad. El pueblo vuelve la mirada a Egipto y añora lo que dejó: desea que le den todo hecho, aunque tengan que someterse al trabajo duro y al látigo, aunque sean anulados como personas, se sienten mejor como animales que en manada son manipulados hasta para morir.
            La historia sigue repitiéndose a cada momento y los hombres, como por un instinto natural, tendemos siempre a dejarnos en brazos de quien nos lo da todo hecho prefiriendo  renunciar a todos nuestros derechos y a nuestros sueños optando siempre por lo más sencillo, lo menos gravoso, lo menos comprometido, lo menos costoso… y defendiéndolo como uno de nuestros grandes derechos al que no estamos dispuestos a renunciar.


Salmo responsorial Sal 77, 3 y 4bc. 23‑24. 25 y 54       (R/.: 24b) 

R/.  El Señor les dio un trigo celeste. 

Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder. R/.
R/.  El Señor les dio un trigo celeste.

Dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio un trigo celeste. R/.
R/.  El Señor les dio un trigo celeste.

Y el hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras,
hasta el monte que su diestra había adquirido. R/.
R/.  El Señor les dio un trigo celeste.


SEGUNDA LECTURA 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios     4, 17. 20‑24
Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios 

            Hermanos:
            Esto es lo que digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya como los gentiles, que andan en la vaciedad de sus criterios.
            Vosotros, en cambio, no es así como habéis aprendido a Cristo, si es que es él a quien habéis oído y en él fuisteis adoctrinados, tal como es la verdad en Cristo Jesús; es decir, a abandonar el anterior modo de vivir, el hombre viejo corrompido por deseos seductores, a renovaros en la mente y en el espíritu y a vestiros de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.
Palabra de Dios.


REFLEXIÓN


“INCONGRUENCIAS VITALES” 

            Pablo ve cómo han vivido anteriormente dejándose arrastrar por las pasiones, por los vicios, por todo que degrada al hombre y lo convierte en un animal “vacío de pensamiento”. Cristo ha venido a enseñarnos el camino, Él lo ha atravesado primero, nos ha dicho que es posible hacerlo, no es algo que está fuera de nuestro alcance, nos ha dicho que un hombre no puede renunciar a ser PERSONA, a ser HIJO DE DIOS.
            No es posible responder a la llamada que Dios nos hace y a la nueva propuesta de salvación que nos presenta, instalados en la misma dinámica que estábamos antes de venir Jesús: viviendo bajo  el poder de los instintos, como los animales; creyéndonos superiores a los demás y despreciándolos, metidos en la mentira, en la injusticia, en la corrupción, en el libertinaje; despreciando el bien, la honradez, la dignidad humana, en el caos…  y sin querer aceptar que estamos equivocados, negando lo evidente y, encima, creyéndonos que somos lo más interesante y que los demás están equivocados. Esto es  “vivir vacíos de pensamiento”.
            Pablo se está dando cuenta que algo de todo esto está “filtrándose” en la vida de la comunidad, pues se están relajando muchas costumbres y se está dando paso a muchas actitudes, que no solo no se oponen a ellas, sino que condescienden con el mal.
            Recuerda que ese no fue el ejemplo que nos dejó Cristo, sino todo lo contrario: “No es así como habéis aprendido a Cristo, si es que es él a quien habéis oído y en él fuisteis adoctrinados, tal como es la verdad en Cristo Jesús; es decir, a abandonar el anterior modo de vivir, el hombre viejo corrompido por deseos seductores, a renovaros en la mente y en el espíritu”
             Al escuchar hablar así a Pablo uno siente que sus palabras tienen un eco que no ha borrado el tiempo, pues su actualidad es enorme y pueden ser leídas, al pie de la letra, en cualquier asamblea donde nos encontremos, sin necesidad de muchas explicaciones ni traducciones: basta con que nos detengamos a examinar muchas de las actitudes que tenemos y prácticas en las que hemos condescendido con el mal  y lo justificamos.

Aleluya Mt 4, 4b
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. 


EVANGELIO 

  Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 24‑35
EL que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará sed

En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. AL encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
-“Maestro, ¿cuándo has venido aquí?”
Jesús les contestó:
-“Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros.
Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios.”
Ellos le preguntaron:
-“Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?”
Respondió Jesús:
-“La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado.”
Le replicaron:
-“¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: ´Les dio a comer pan del cielo.´”
Jesús les replicó:
-“Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.”
Entonces le dijeron:
-“Señor, danos siempre de este pan.”
Jesús les contestó:
-“Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.”
Palabra del Señor



REFLEXIÓN

VIVIR EN TORNO AL ESTÓMAGO   

            El otro día, hablando con unos amigos, y comentando la situación en la que estamos metidos, situación en la que “han participado en su gran mayoría gente que está bautizada, que se ha casado eclesiásticamente, que ha hecho su primera comunión y hasta se ha confirmado… sin embargo, sostienen y firman leyes abortistas, están metidos en tramas de corrupción impresionantes, se han llevado cantidades ingentes de dinero y han dado lugar a que se hunda el país… Por otro lado, la iglesia  anda preocupada en la pureza doctrinal y en normas litúrgicas, muy atenta a que se pueda poner en duda la autoridad de los jerarcas…”
            Todos coincidían en que en esa “iglesia” no se puede creer, eso no tiene nada que ver con lo que estableció Jesús y dio pie y apoyó para que se perpetuara por los siglos prometiendo su ayuda.
            De hecho, cuando miramos a Jesús, no lo encontramos jamás discutiendo cuestiones doctrinales límite, ni si una palabra puede dar lugar a entenderse de una forma u otra que ponga en duda la autoridad del sumo sacerdote… A Jesús nos lo encontramos siempre preocupado en desarrollar con su gente una sociedad en la que haya respeto, se establezca la igualdad y se reconozca la dignidad de la persona por encima de cualquier otra cosa.
            Si observamos su actuación, lo veremos preocupado por la vida, por la salud de los enfermos que sufren, por la situación de marginación que sufren los pecadores, a los que les ofrece el perdón y su recuperación total como personas; lo vemos acercándose a los endemoniados, a quienes libera de la alienación que padecen por el mal en que están metidos.
            Por encima de todo, Jesús se presenta como el gran defensor de la vida, que reacciona  contra la ley y contra la misma religión, cuando la quieren arrinconar o minusvalorar.
            No obstante, Jesús no quiere ni soporta que la gente se quede en el estómago: de hecho, van en busca de Él porque les dio de comer gratis y buscan que haga otro gesto, pero no son  capaces  de ir más allá: "Trabajad, -les dice-no por el alimento que perece, sino por el que perdura hasta la vida eterna". Y es que No piensan en otra cosa, ni sienten necesidad de mirar más adelante.
            Efectivamente, es necesario e indispensable el pan de cada día, pues no se puede vivir cuando falta lo indispensable, por eso hay obligación de trabajar para asegurarlo, pero de ahí a no tener otro objetivo en la vida que el “pan” (podemos traducir con el termino pan la casa, los ahorros, los electrodomésticos, los coches, el chalet en la playa o en la montaña, la ropa de temporada, las marcas de la ropa, los aparatos de todo tipo…) al final, la vida gira única y exclusivamente en torno al “Tener”, para lo que no nos queda tiempo para otra cosa y todas nuestras ilusiones, sueños y esfuerzos giran en torno al banco que es quien se lleva todo: nuestro tiempo y nuestros esfuerzos, nuestras ilusiones, nuestros sueños… nuestra vida.

DOMINGO -XVII- DEL TIEMPO ORDINARIO -B-






PRIMERA LECTURA

 Lectura del segundo libro de los Reyes 4, 42‑44
Comerán y sobrará

En aquellos días, uno de Baal‑Salisá vino a traer al profeta Eliseo el pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja. Eliseo dijo:
-“Dáselos a la gente, que coman.”
EL criado replicó:
-“¿Qué hago yo con esto para cien personas?”
Eliseo insistió:
-“Dáselos a la gente, que coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará.”
Entonces el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor.
Palabra de Dios.



REFLEXIÓN



“RENUNCIO A MIS DERECHOS…”  

            En los tiempos que vivimos, en los que se está imponiendo la mentalidad egoísta e individualista que nos invita a sentirnos el centro del mundo y el único que tiene derecho a vivir, el texto del libro de los reyes que nos trae la liturgia de hoy, nos presenta a Eliseo, un hombre que ama a su pueblo y que se siente identificado con él, cuando va a recibir lo que la ley tiene estipulado y lo que por su oficio le pertenece, entiende que él no se puede instalar en la seguridad, mientras su pueblo vive en la más absoluta inseguridad y angustia.
            Podía haber pensado que con su aporte no iba a remediar nada, pero no espera a que se arreglen las cosas desde lo alto; cuando le entregan la ofrenda responde:
-“Dáselos a la gente, que coman.” EL criado replicó:
-“¿Qué hago yo con esto para cien personas?”
            Es decir, su pequeño aporte no iba a solucionar la pobreza del país, pero su actitud sí que se convierte en punto de referencia para todos, pues el “universal” no es más que la unión de todos los “particulares” y la actitud del pueblo, sea a nivel religioso, político, económico, social, cultural… se cultiva a base de “ejemplos” particulares y actitudes que se manifiestan con hechos claros.
            Mientras un país, una sociedad no se plantee que es como una gran familia, en la que todos aportan su grano de arena, para que todo funcione y ninguno de sus miembros  caiga en el hundimiento, impidiéndole que se despeñe, ayudándole a que se levante y sosteniéndole cuando flaquee, la situación entra en un deterioro a ritmo acelerado  que termina por establecer el caos.
            La actitud de Eliseo se nos presenta hoy como un modelo a seguir, empezando por aquellos que se lanzan a la carrera del liderazgo político, religioso o social y terminando por el último mendigo que haya sentado en la calle  central de cualquier ciudad, con un cartel donde dice “Pido para comer”.
            No queda más  remedio que cambiar el “chip” que se nos ha establecido, de una cultura de “derechos” y de tolerancia de posturas aberrantes y denigrantes de la dignidad humana, que sostienen que somos sujetos de derechos sin ninguna obligación, que nos llevan a admitir implícitamente, que venimos a este mundo para comernos el trozo que nos toca y, el que venga detrás que apriete y se las arregle como pueda. Hemos de pensar que el momento que renuncio a la obligación que tengo de dejar asegurado el pan para el que viene detrás, estoy renunciando al derecho que tengo a comerme el  mío en el presente..    



Salmo responsorial Sal 144, 10‑11. 15‑16. 17‑18       (R/.: cf. 16)

R/.  Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
R/.  Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.

Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano, y sacias de favores a todo viviente. R/.
R/.  Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.
R/.  Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.

  

SEGUNDA LECTURA


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 1‑6
Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo


            Hermanos:
            Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.
            Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.

Palabra de Dios.



REFLEXIÓN



“EGOÍSMO E INDIVIDUALISMO SON INTOLERABLES”  


            Pablo recuerda a los efesios algo que no deben olvidar jamás, porque el día que lo olviden entran en bancarrota y es absolutamente normal: si no crecemos y caminamos, es porque hemos muerto: por tanto, hay que establecer  estructuras en las que se posibilite la vida y no la muerte.
            Él presenta lo que tiene meridianamente claro:
“Hermanos:… os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz”.
            Es que de otra manera es imposible convivir y caminar:
            No es posible vivir ni convivir, con alguien que solo se cree con derechos y todo hay que dárselo servido, al gusto que él establece.
            Es imposible vivir, con alguien que solo considera válido lo que él establece o piensa y lo que los demás piensan es una estupidez.
            No se puede vivir, al lado de una persona que considera que los demás son unos desgraciados, unos subnormales, unos ineptos… y a todo el mundo trata a patadas.
            No se puede vivir, con una persona que se cree el centro del mundo y todo ha de estar pensado y orientado para darle gusto en sus exigencias, pero ella no está dispuesta a mover un solo dedo por nadie.
            Es imposible vivir, con una persona que se considera el centro del mundo y no existen otras cosas que sus derechos, sin reconocer que también tiene obligaciones de cara a los demás, pues considera que es única en el mundo y todo lo que existe ha de estar a su servicio…
            No se puede aceptar, bajo ningún concepto, el individualismo y el egoísmo como norma de vida, ni se  puede tolerar que alguien lo practique, ya que, si lo hace, es a costa de romper la unidad, la armonía y la paz del “cuerpo” o de la “familia”, que es la sociedad y, si es que un sistema lo sostiene o lo promueve, habrá que declarar que va en contra de la dignidad humana, que la aboca a la muerte.

  

Aleluya Lc 7, 16

Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.

  

EVANGELIO



Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 1‑15
Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron 

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos.
Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:
-“¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?”
Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.
Felipe le contestó:
- “Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.”
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
-“Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?”
Jesús dijo:
-“Decid a la gente que se siente en el suelo.”
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil.
Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
-“Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.”
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.
La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
-“Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.”
Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Palabra del Señor.




REFLEXIÓN



“NO HAY PALABRA MÁS CONVINCENTE QUE UNA ACCIÓN 


Es muy fácil sostener un discurso teórico con el que desarrollamos buenas ideas, hablar de solidaridad, establecer las claves del amor, del respeto, de la justicia…  y desde fuera indicarle a la gente todo  lo que tiene que hacer y cómo debe comportarse… Eso se puede leer en cualquier manual de ética o de moral; el problema está a la hora de ponerlo en práctica y, lo tienen de una manera especial, los especialistas y teóricos de la sociedad, a quienes escuchamos discursos grandilocuentes, pero cuando los vemos actuar, nos quedamos estupefactos, pues vemos que no responden en absoluto a lo que pregonan.
Esta actitud que observamos a niveles altos, la vemos que se va repitiendo en la medida que vamos bajando la escala, hasta llegar a los mismos niños: todo lo que decirnos y pregonamos es lo que exigimos a los demás que hagan con nosotros, pero a la hora de la verdad, nosotros nos quedamos fuera de la exigencia, de ahí la actitud que ha quedado expresada en el refrán : “Haced lo que yo os diga, pero no hagáis lo que yo hago” porque entre lo que digo y lo que hago hay una gran diferencia.
            Frente a esto, se nos presenta hoy Jesús, lo mismo que hemos visto en Eliseo: Él no se encierra en la liturgia ni en las normas de pureza que establece la ley, o la religión, y se acerca al dolor y a la necesidad del pueblo: no se sale para dar consejos desde fuera, sino que se implica, para solucionar los problemas desde dentro, e invita a que los demás también lo hagan: “Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos”. Es decir: no deja en la cuneta al que se encuentra desamparado, se implica en la solución de su problema y le devuelve la salud… es esto lo que la gente ve y no lo que le “escucha decir”: no “pasa” sin dejarse tocar por el problema de la gente.
            Ahora ve que tienen problemas de comida, y le invita a la gente a que se implique: si todos  comparten y piensan un poco en el otro, el problema se resuelve: Jesús les invita a que le den ellos de comer y pide que se aporte lo que tienen, entonces responde Felipe: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces” (“siete” es decir: cada uno aporta todo lo que tiene) y el milagro se da: que no es el de sacarse panes de la manga, sino el de tocar el corazón… y todos se sacian y sobra.
            El problema se crea y se agrava el momento en que uno, o unos cuantos, deciden quedarse con todo y manejar lo que los otros han de hacer o han de tener; al final, terminan por dejar esquilmado a todo el mundo, porque la avaricia retroalimenta la codicia y hace que el individuo no se sacie jamás y, cuanto más tiene, más quiere y más necesitado se siente.




DOMONGO -XVI- DEL TIEMPO ORDINARIO -B-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Jeremías 23, 1‑6
Reuniré el resto de mis ovejas y les pondré pastores
             ¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño! -oráculo del Señor
            Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel:
            -“A los pastores que pastorean a mi pueblo:
            Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuentas, por la maldad de vuestras acciones -oráculo del Señor-. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá -oráculo del Señor-.
            Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro.
            Y lo llamarán con este nombre: El-Señor-nuestra-justicia.”
            Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
¡¡OJALÁ FUERA MAÑANA!!    

            De la misma manera que el profeta Amós veía la desviación que había tomado el país y con él la religión, poniéndose al servicio del poder, el profeta Jeremías observa lo que está ocurriendo: cómo los “pastores” (los dirigentes) se han desviado del camino y están confundiendo al pueblo  empujándole al despeñadero y alejándose de él. dejándolo en la ruina moral, económica y social.
            Es algo evidente que no se puede ocultar y que todos están viviendo. El profeta lanza un grito desesperado y les sentencia que han de pagar caro lo que están haciendo y el daño que han producido al pueblo: “pues yo os tomaré cuentas, por la maldad de vuestras acciones -oráculo del Señor-“
            Con su política y su actitud de dejación han dividido al pueblo  y lo han dispersado; no han cuidado los intereses de las ovejas, sino que se han aprovechado de ellas y las han expulsado dispersándolas…
            El profeta sostiene que llegará el momento que Dios mismo hará que esta situación cambie y tengan que arrepentirse de lo que han hecho:  “Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen”.
            Proyectando las palabras de Jeremías sobre nuestra realidad. es imposible aguantarse la tendencia a hacer la traducción, proyectándola sobre los diferentes niveles de nuestra realidad:
                        El nivel político: los “pastores” se han  convertido  en saboteadores de las ovejas y las buscan  para arrancarles el voto que les permite ponerse en el poder para después devorarlas y engordarse a costa de ellas, mientras se convierten en servidores de los “lobos” que destruyen el rebaño; ellos, en lugar de defender a las ovejas, maquinan la entrada del lobo en el redil.
                        A su lado caminan de la mano los “pastores sociales” que les importa un comino los intereses de las ovejas y no dudan en dejar que se destruya el rebaño entero, antes que puedan perder sus prebendas y fuerzan las situaciones y estrujan al pueblo, del que viven, hasta que le sacan la última gota de su sangre.
                        Y como espectadores del espectáculo se encuentran los “pastores religiosos”, como si no fuera con ellos el problema y la situación de agonía moral, religiosa, económica, social, política… que vive el rebaño y se amparan en sus leyes, en sus ritos, en sus credos, en sus verdades… Y se ubican sobre el bien y sobre el mal esperando que Dios venga a arreglar la situación y les dé la razón, mientras ellos  discuten los flecos de las “verdades instituidas”.
                        Y en el “baile de los pastores” no pueden quedar fuera los padres y los educadores: los padres porque dejaron sus hijos en manos de los políticos y dejaron que ellos orienten el futuro y la esperanza de los niños y de los jóvenes y, cedieron su autoridad a los asalariados, que orientan la educación para que responda a los intereses de sus patronos y no a la dignidad de la persona, y se prestan como instrumentos, para condenar a generaciones de ovejas a vivir sin esperanza y sin dignidad.             
            El profeta declara que todos los que han colaborado en esto, no han de quedar sin su castigo merecido.
            Frente a esta situación que han montado los “pastores”, el profeta declara que Dios mismo tomará cartas en el asunto y hará que el pueblo sienta de nuevo la seguridad, la tranquilidad y la paz, y hará que surjan de donde menos esperen, los pastores que conduzcan a su pueblo.
            La verdad es que, cuando leemos esto, surge inmediatamente la pregunta: ¿Cuándo va a ocurrir? ¿Qué tenemos que esperar que ocurra para que esto se dé? ¡¡Ojalá fuera mañana!!

Salmo responsorial       Sal 22, 1‑3a. 3b‑4. 5. 6 

R/.  El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.       R/.
R/.  El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me guiará por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cebadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.       R/
R/.  El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.       R/.
R/.  El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.       R/
R/.  El Señor es mi pastor, nada me falta.
  
SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 13‑18
É1 es nuestra paz, él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa

            Hermanos:
            Ahora estáis en Cristo Jesús.
            Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos.
            Él es nuestra paz.
            É1 ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio.
            É1 ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo.
            Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio.
            Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca.
            Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.
            Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
“EL GRAN REGALO DE CRISTO”   
            Pablo, aunque en otro contexto, no puede evitar el recordar a los efesios algo que es fundamental que tengan presente para que no se dejen convencer y pierdan el gran tesoro que poseen; ellos no está bajo el poder de influencias extrañas, ni bajo las leyes que convierten al ser humano en un juguete a merced de los intereses humanos, ellos han sido comprados a precio de sangre  y son de Cristo que les ha dado la libertad y les ha restituido su dignidad de hijos de  Dios. Nadie ni nada puede robarles este tesoro, a no ser que ellos sean inconscientes y lo desprecien.
            Cristo ha roto todas las barreras y los obstáculos que pone la ley; ya no tienen por qué sentirse hundidos por ella, ni manipulados por los que manejan las leyes en beneficio propio, de forma que caigan en las estupideces a las que llevan las leyes humanas, hechas para defender intereses particulares.
            Estamos llamados a seguir los pasos del que nos restableció la dignidad y a dar testimonio de la realidad nueva que vivimos.
  
Aleluya Jn 10, 27
Mis ovejas escuchan mi voz
- dice el Señor-,
y yo las conozco, y ellas me siguen.
  
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 30‑34
Andaban como ovejas sin pastor
            En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:
            -“Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.”              
            Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer.
            Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado.
            Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. AL desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
            Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
“¿VIVIMOS PARA SERVIR O SERVIMOS PARA VIVIR?”   
            Hay una realidad que se nos impone con una fuerza enorme y que nos tiene a todos angustiados: es cuestión de abrir cualquiera de los medios de comunicación social: el  99% de las noticias y de los mensajes que se transmiten son de muerte, odio, violencia, traición, atropello, robos, corrupción, degradación, infidelidad, deslealtad…
            La primera pregunta que nos surge es: ¿Es posible que el ser humano sea tan malo que no tenga nada bueno que presentar para noticia al mundo? Pero junto a esta pregunta también surge otra: ¿Por qué tanto interés en que no se vea nada más que el lado malo del ser humano?
            Efectivamente, los pastores han conseguido que el rebaño ande agitado, angustiado, perdido, desesperado, desorientado, sin saber a qué atenerse, sin tener idea de dónde va a parar todo, desconfiando de todos y de todo… necesitado de referentes seguros, de líderes honrados en quien poder confiar, y de apoyos seguros para poder caminar.
            ¿Por qué aquellos que se erigen  como servidores, se revuelven inmediatamente y se convierten en patrones, que imponen cargas pesadas y aplastan, en lugar de levantar y ayudar a levantarse?
            Esta es una experiencia muy triste por la que vienen atravesando, durante todos los siglos, los seres humanos; la realidad  en la que el pastor se convierte en el peor de los lobos que destruye el rebaño.
            Cuando el pastor es un servidor del rebaño y lo ama hasta dar la vida por él, su tiempo y su persona se convierten en un bien público que no le dejan un minuto para su existencia particular.
           Cristo vino a poner las cosas en su sitio y su persona se convierte en el mejor referente al que mirar, para encontrar orientación sobre los diferentes aspectos de los verdaderos pastores, desde el nivel que ocupen. ¿Vivimos para servir o servimos para vivir?