LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR -C-


 (Domingo VII de Pascua) 

Cuando la solemnidad de la Ascensión del Señor se celebra el jueves de la semana VI del Tiempo pascual se emplean las lecturas del domingo VII de Pascua.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. Hch 1, 1-11 
A la vista de ellos, fue levantado al cielo
 EN mi primer libro, Teófilo, escribí de todo lo que Jesús hizo y enseño desde el comienzo hasta el día en que fue llevado al cielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había escogido, movido por el Espíritu Santo. Se les presentó él mismo después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios.
Una vez que comían juntos, les ordenó que no se alejaran de Jerusalén, sino: «aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de no muchos días».
Los que se habían reunido, le preguntaron, diciendo:
    «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino a Israel?».
Les dijo:
    «No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y “hasta el confín de la tierra”».
Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
    «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo».
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

EL ENCUENTRO FINAL CON EL PADRE   
            S. Lucas hace un resumen de todo lo que ha escrito en el evangelio y se lo envía a Teófilo para contemple ahora en la práctica, lo que ha escuchado antes sobre Jesús: en el evangelio le ha contado el ministerio de Jesús, ahora quiere presentar en el libros de los Hechos las consecuencias que se han derivado de todo lo que dijo Jesús.
            Lucas quiere dejar claro algo que es clave: los apóstoles son los testigos más cualificados de todos, pues ellos han vivido al lado de Jesús, lo han escuchado, han visto lo que ha hecho… su autoridad, por tanto, es irrefutable y Cristo los ha puesto como fundamento de la iglesia que continua llevando adelante el proyecto que Jesús ha instaurado, hasta que lleguen los tiempos mesiánicos que será cuando ese proyecto del reino se establezca definitivamente en toda la tierra.
            Los apóstoles tienen la misión de mantener y extender el proyecto de Jesús, pero no son ellos los que programen y decidan; ellos solo han de estar dispuestos y disponibles para trabajar, el resto será el Espíritu Santo quien decida.
            La Ascensión al cielo es la imagen del proyecto del reino inaugurado por Cristo que está llamado a su plenificación en los tiempos determinados por el Padre, cuando la humanidad se encuentre con el Padre.

Salmo responsorial
Sal 46, 2-3. 6-7. 8-9 (R/.: 6)
R/.   Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.

O bien:

R/.   Aleluya.

        V/.   Pueblos todos, batid palmas,
                aclamad a Dios con gritos de júbilo;
                porque el Señor altísimo es terrible, 
                emperador de toda la tierra.   R/.
R/.   Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.

        V/.   Dios asciende entre aclamaciones;
                el Señor, al son de trompetas:
                tocad para Dios, tocad; 
                tocad para nuestro Rey, tocad.   R/.
R/.   Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.

        V/.   Porque Dios es el rey del mundo:
                tocad con maestría.
                Dios reina sobre las naciones, 
                Dios se sienta en su trono sagrado.   R/.
R/.   Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas.

SEGUNDA LECTURA (opción 2)

Lectura de la carta a los Hebreos. Heb 9, 24-28; 10, 19-23
Cristo entró en el mismo cielo
CRISTO entró no en un santuario construido por hombres, imagen del auténtico, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros.
Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena. Si hubiese sido así, tendría que haber padecido muchas veces, desde la fundación del mundo. De hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de los tiempos, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.
Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez; y después de la muerte, el juicio.
De la misma manera, Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos. La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, para salvar a los que lo esperan.
Así pues, hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario, en virtud de la sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne, y teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura.
Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa.
Palabra de Dios

CRISTO EL CULMEN DE TODO    
            La carta a los hebreos presenta a Cristo como el único y eterno sacerdote que ha realizado el culto auténtico y verdadero que ha superado todos los esquemas rituales de todas las religiones en todos los tiempos y en todos los templos y ha unido al hombre con Dios de una vez por todas.
            Cristo ha realizado la unidad del universo entero como expresión de la unidad y la grandeza de Dios con lo que se ha concluido toda la practica ritual que obligaba a hacer toda una serie de ritos antes de hacer la ofrenda o repetir las ofrendas cada vez que se ha cometido un pecado; ahora el hombre ha sido insertado en Dios y su vida debe ser una constante vivencia de la presencia de Dios y cada uno ha de dar cuenta de sus desvíos y separaciones o infidelidades a esa presencia. Cristo se convierte en camino, verdad y vida; vivir en Él es vivir en Dios.

Aleluya
Mt 28, 19a. 20b
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Id y haced discípulos a todos los pueblos —dice el Señor—;
        yo estoy con vosotros todos los días,
        hasta el final de los tiempos.   
R/.

EVANGELIO
Conclusión del santo Evangelio según san Lucas. Lc 24, 46-53 
Mientras los bendecía, fue llevado hacia el cielo 
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
    «Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.
Vosotros sois testigos de esto. Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la promesa de mi Padre; vosotros, por vuestra parte, quedaos en la ciudad hasta que os revistáis de la fuerza que viene de lo alto».
Y los sacó hasta cerca de Betania y, levantando sus manos, los bendijo.
Y mientras los bendecía, se separó de ellos, y fue llevado hacia el cielo.
Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

INMADUREZ DE LA IGLESIA 

  Al leer este pasaje donde Jesús desaparece de la vista de los discípulos previo aviso, diciéndoles que era necesario que Él se fuera para que pudieran recibir el Espíritu Santo, me estoy imaginando el momento y recuerdo las salidas del sacerdote de una comunidad y la tristeza de la gente que cree quedar desamparada, otros desaparecen de la iglesia y no vuelven más porque se habían unido no a la iglesia, sino al sacerdote.
  Algo parecido tuvo que ocurrir en ese momento en que, definitivamente desaparece Jesús y, aunque el texto dice que se volvieron a Jerusalén con gran alegría, las cosas no debieron ser tan de color de rosa.
  S. Juan lo cuenta así: «Yo me voy al Padre y vosotros estáis tristes… Sin embargo, os conviene que yo me vaya para que recibáis el Espíritu Santo».
  S. Mateo termina su evangelio diciendo que Jesús se despide de sus discípulos diciéndoles: “Sabed que yo estoy con vosotros hasta el final de los tiempos”; S. Lucas describe ese momento, como hemos visto en este pasaje, dejándoles su bendición que es su Espíritu con el que podrán continuar haciendo lo que Él ha hecho y que ahora les deja como encargo: curar a los enfermos, perdonar a los pecadores, acoger a los niños y débiles… Pero lo único que va a hacer que la iglesia madure, es dejar de depender de la seguridad que les da vivir de la presencia física de Jesús. La ausencia de Jesús hará crecer la fuerza de sus discípulos y su autonomía y seguridad en sí mismos.
  El infantilismo en la iglesia regida siempre por la omnipresencia del sacerdote es hoy uno de los problemas mayores que sufre la iglesia ante la crisis sacerdotal, pues los cristianos son unos consumidores de ritos dependientes completamente del sacerdote, dando por resultado una iglesia clericalizada y ritualista sin vida propia.
  La fiesta de la Ascensión nos recuerda que Cristo inauguró el reino y la misión de hacerlo crecer lo dejó a sus discípulos, como constructores de un orden nuevo para el mundo y ésta es una tarea que no podemos eludir de ninguna manera.



DOMINGO VI DE PASCUA -C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. Hch 15, 1-2. 22-29
Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables
        EN aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia.
Entonces los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron elegir a algunos de ellos para mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas llamado Barsabás y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y enviaron por medio de ellos esta carta:
              «Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia provenientes de la gentilidad.
            Habiéndonos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alborotado con sus palabras, desconcertando vuestros ánimos, hemos decidido, por unanimidad, elegir a algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, hombres que han entregado su vida al nombre de nuestro Señor Jesucristo. Os mandamos, pues, a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de uniones ilegítimas. Haréis bien en apartaros de todo esto. Saludos».
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

LA ESCUCHA Y EL RESPETO, CLAVES DEL DIÁLOGO    
            Comienzan las primeras dificultades dentro de la iglesia, justamente por aquello a lo que Jesús se había referido y se había opuesto directamente que, además, fue una de las causas por la que lo mataron: LA LEY establecida que no es capaz de romper la letra; el vino nuevo que no lo soportan los odres viejos: los judíos que se habían convertido, no son capaces de romper con el antiguo régimen de la ley de Moisés y quieren obligar a los nuevos cristianos a hacerse primero judíos y que cumplan todo lo establecido en la Toráh.
            El problema obliga a que se tenga que convocar el primer concilio de la iglesia para resolver el tema de la ley: si se impone por encima de la persona o la persona está en primer lugar y la ley está al servicio de ella.
            Fueron enviados Pablo y Bernabé a Jerusalén para tratar el tema con los apóstoles, quienes decidieron coger otros discípulos: Judas y Silas, y enviarlos con Pablo y Bernabé a Antioquía para que respondieran oficialmente a la comunidad: “Os mandamos, pues, a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de uniones ilegítimas. Haréis bien en apartaros de todo esto. Saludos».
            La iglesia madre recibe a los apóstoles, escucha el problema y lo resuelve después de haber escuchado todo lo que el Espíritu está haciendo entre los paganos, como prueba evidente de la presencia de Cristo resucitado.

Salmo responsorial
Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8 (R/.: 4)
R/.   Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

O bien:
R/.   Aleluya.

        V/.   Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
                ilumine su rostro sobre nosotros;
                conozca la tierra tus caminos,
                todos los pueblos tu salvación.   R/.
R/.   Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

        V/.   Que canten de alegría las naciones,
                porque riges el mundo con justicia,
                y gobiernas las naciones de la tierra.   R/.
R/.   Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

        V/.   Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
                que todos los pueblos te alaben.
                Que Dios nos bendiga; que le teman
                todos los confines de la tierra.   R/.
R/.   Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro del Apocalipsis. Ap 21, 10-14. 22-23
Me mostró la ciudad santa que descendía del cielo
EL ángel me llevó en espíritu a un monte grande y elevado, y me mostró la ciudad santa de Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, y tenía la gloria de Dios; su resplandor era semejante a una piedra muy preciosa, como piedra de jaspe cristalino. Tenía una muralla grande y elevada, tenía doce puertas y sobre las puertas doce ángeles y nombres grabados que son las doce tribus de Israel.
Al oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, al poniente tres puertas, y la muralla de la ciudad tenía doce cimientos y sobre ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero.
Y en ella no vi santuario, pues el Señor, Dios todopoderoso, es su santuario, y también el Cordero.
Y la ciudad no necesita del sol ni de la luna que la alumbre, pues la gloria del Señor la ilumina, y su lámpara es el Cordero.
Palabra de Dios.

 REFLEXIÓN

 UNA LLAMADA A LA ESPERANZA    
            La visión que tiene S. Juan del mundo y del universo presenta el momento final, el culmen hacia donde camina todo el proceso que Cristo ha inaugurado con su resurrección, después de dar muerte al antiguo régimen implantado por Adán, sometido al pecado, al renunciar al proyecto que Dios había puesto para él; ese proyecto de Adán representado en la Babilonia que describe a partir del cap.  17 en donde se desarrollan todos los posibles pecados.
            Ahora se trata de presentar el punto opuesto: es el triunfo de la nueva Jerusalén celestial, el triunfo del Bien sobre el Mal, quitándole todas las posibilidades de que vuelva a imponerse, pues ha sido vencido con su muerte y su resurrección, quedando destruidas todas las fuerzas del mal y se abre la ciudad a todos los pueblos de la tierra constituyéndose un solo pueblo iluminado por la luz de la verdad y de la paz que Cristo ha establecido.
            Esta visión de Juan, con la que termina el libro del apocalipsis, es una llamada extraordinaria a la esperanza y a la confianza que durante todo este tiempo de pascua constantemente nos ha venido repitiendo el Señor: “No tengáis miedo, yo estoy con vosotros”
            Termina el texto diciendo: en esta Nueva Jerusalén “No vi templo alguno” es que en esa plenitud sobran todas las estructuras humanas que siempre tienen el peligro de querer suplantar a Dios; aquí, el único templo es la presencia de Dios que lo llena todo y que será la que ilumine el universo entero.

Aleluya
Jn 13, 34
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   El que me ama guardará mi palabra —dice el Señor—
        y mi Padre lo amará, y vendremos a él..   
R/.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 14, 23-29
El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
    «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo, Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis».
Palabra del Señor.
  
REFLEXIÓN

LA PAZ DE CRISTO    2019
“La paz os dejo, MI paz os doy” y además nos dice que no nos la da como la da el mundo, es decir, lo que Él nos deja es la presencia de Dios en nuestras vidas y en la iglesia y para que esa paz perdure y dé sus frutos deja el Espíritu Santo que va a ser el que le dé vida y la siga animando. De aquí va a nacer todo un gran movimiento cuya marca será LA PAZ, Él los defenderá del futuro y por eso les pide que se quiten el miedo, esto es cosa suya, lo único que les pide es que se dejen guiar por el Espíritu, por eso dice que no nos la da como la da el mundo, pues el mundo suele darla en una chequera.
            En estos tiempos difíciles de turbación y desprestigio que estamos sufriendo en la iglesia sería un grave error pretender defender nuestra credibilidad y autoridad moral actuando sin el Espíritu de la Verdad prometido por Jesús. El miedo seguirá penetrando en el cristianismo si s que buscamos asentar nuestra seguridad y nuestra paz alejándonos del camino trazado por él
            No es difícil trazar los rasgos de personas que llevan en su interior la paz sde Cristo: busca siempre el bien de todos, no excluye a nadie, respeta las diferencias, no alimenta la agresión, fomenta lo que une y jamás el enfrentamiento…
            Debemos preguntarnos qué es lo que la iglesia está presentando como su signo identificativo: ¿Es la paz, la reconciliación, la concordia… es el enfrentamiento, la división…?
            Si los seguidores de Jesús no llevamos paz en nuestro corazón, ¿Qué es lo que llevamos? ¿Miedos, intereses, ambiciones, irresponsabilidad…?
            Cuando en la iglesia se pierde la paz, no es posible recuperarla de cualquier modo, ni sirve cualquier estrategia. Con el corazón lleno de resentimiento y de ceguera, es imposible introducir la paz de Jesús.


DOMINGO V DE PASCUA -C-

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. Hch 14, 21b-27
Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos
EN aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Y después de predicar la Palabra en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían encomendado a la gracia de Dios para la misión que acababan de cumplir.
Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

NACIMIENTO DE LA IGLESIA     
            Nos encontramos en la finalización del primer viaje misionero de Pablo y Bernabé, que vuelven hacia atrás visitando las comunidades que han ido fundado y vuelven confirmándolos en la fe y aconsejándoles que sean fuertes, pues entienden que no es fácil el compromiso que han contraído que les va a llevar a tener que aguantar la persecución: “Tenemos que pasar por muchas tribulaciones para poder entrar en el Reino de Dios”.
            Por otro lado, se hace difícil el camino, ya que han de caminar solos, llevados únicamente por la fuerza del Espíritu Santo que no los va a dejar desamparados.
            Nos encontramos en un momento que es clave para la vida y la constitución de la iglesia, pues estas comunidades empiezan un tipo de organización eclesial, en donde van nombrando presbíteros responsables del grupo, para cuya elección hacen oración y ayuno y la entrega confiada de la misión y de la persona al Señor para el servicio de la comunidad. La tarea de la misión, así como la responsabilidad de la comunidad son tareas encargadas a una persona, pero es cosa de toda la comunidad.

Salmo responsorial
Sal 144, 8-9. 10-11. 12-13ab (R/.: cf. 1bc)
R/.   Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey.

O bien:
R/.   Aleluya.

        V/.   El Señor es clemente y misericordioso,
                lento a la cólera y rico en piedad;
                el Señor es bueno con todos,
                es cariñoso con todas sus criaturas.   R/.
R/.   Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey.

        V/.   Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
                que te bendigan tus fieles.
                Que proclamen la gloria de tu reinado,
                que hablen de tus hazañas.   R/.
R/.   Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey.

        V/.   Explicando tus hazañas a los hombres,
                la gloria y majestad de tu reinado.
                Tu reinado es un reinado perpetuo,
                tu gobierno va de edad en edad.   R/.
R/.   Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey.

SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro del Apocalipsis. Ap 21, 1-5a
Dios enjugará toda lágrima de sus ojos
YO, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe.
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se ha adornado para su esposo.
Y oí una gran voz desde el trono que decía:
    «He aquí la morada de Dios entre los hombres, y morará entre ellos, y ellos serán su pueblo, y el “Dios con ellos” será su Dios».
Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni duelo, ni llanto ni dolor, porque lo primero ha desaparecido.
Y dijo el que está sentado en el trono:
    «Mira, hago nuevas todas las cosas».
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

AFIANZAR LA ESPERANZA      
Juan ve el esfuerzo y la lucha de la comunidad que pueden terminar en un desánimo, al ver que las cosas no cambian y siempre acecha la tentación de tirar la toalla.
En su visión, Juan presenta el final de toda la laucha, incluso de todo eso que nosotros, en un momento, podemos ver que no tiene sentido: la muerte ha sido vencida y ahora todo está encaminado hacia un final irreversible: “un cielo nuevo y una tierra nueva”, eso ya no va a depender de lo que tú y yo hagamos, ese es el destino que Dios ha dado al universo; eso sí, Dios no va a forzar nuestra libertad y ese destino glorioso siempre quedará dispuesto para nuestra aceptación que, por supuesto, siempre podremos negarnos y despreciarlo, pero de eso ya tendremos que ser responsables cada uno.
Por parte de Dios, la alianza ya está hecha y sellada con la sangre de Cristo y su palabra no es ahora sí y mañana no, su compromiso es inexorable: “enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni duelo, ni llanto ni dolor, porque lo primero ha desaparecido..    «Mira, hago nuevas todas las cosas».
Lo que ya no queda tan seguro y certero es nuestra fidelidad a lo pactado y nuestra perseverancia en lo comprometido

Aleluya
Jn 13, 34
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Os doy un mandamiento nuevo —dice el Señor—:
        que os améis unos a otros, como yo os he amado.   
R/.

EVANGELIO
✠ Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 13, 31-33a. 34-35
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros

CUANDO Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús:
    «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN


APERTURA AL ESPÍRITU     
El evangelio nos presenta un momento cumbre del discurso de despedida de Jesús en la noche de la cena; Él sabe que ha llegado su hora y que ya no hay vuelta atrás; ha dado todo lo que tenía, ha hecho todo lo que le ha ordenado el Padre, ahora lo deja todo en las manos de los apóstoles.
Sólo hay una cosa que no podrán olvidar, porque el día que lo hagan rompen todo el proyecto: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros”; esto va a ser lo que los distinga del resto de religiones, de ideologías, de formas de existencia: “En esto conocerán que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros”. Jesús no se opone a ninguna ley, más bien la rescata, pues quien ama cumple la ley sin necesidad de que ésta se le imponga.
Como ocurre con todos los grupos humanos, es posible que en la comunidad surgiera el problema en algún momento de poner un distintivo, una bandera (ahora que se lleva tanto eso) En ese momento recuerdan las palabras de Jesús: no hay otro distintivo ni bandera para ser reconocido por un mundo cargado de intereses, de mentira, de egoísmo, de envidia de resentimientos… la iglesia está llamada a dar una imagen distinta y ser signo de otra cosa, porque si no es así, entonces ¿en qué se distingue de cualquier organización humana?
Aterrizando en el momento que atravesamos, podemos ver cómo una de las grandes causas, por las que tanta gente abandona la iglesia, es justamente por no tener claro este distintivo y, dentro de nuestras comunidades nos encontramos con verdaderos gestos que nos debería dar vergüenza, pues en ellas, lo que menos aparece es el amor, y en cambio aparece todo lo contrario y eso afecta a la fe y a la decisión de muchos creyentes que prefieren retirarse y vivir al margen de la iglesia.
Esto no quiere decir que dentro de las comunidades no pueda haber “conflictos”, eso es normal y es bueno que los haya, pero llevados siempre con respeto, tolerancia y cariño; esto hace que vayamos creciendo y rectificando aquello que no funciona, pero para que esto funcione bien, es necesario una fe fuerte, una gran apertura al cambio, al respeto y al diálogo y ser capaces de estar abiertos a las llamadas del Espíritu Santo.

DOMINGO IV DE PASCUA -C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. Hch 13, 14. 43-52
Sabed que nos dedicamos a los gentiles
EN aquellos días, Pablo y Bernabé continuaron desde Perge y llegaron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento.
Muchos judíos y prosélitos adoradores de Dios siguieron a Pablo y Bernabé, que hablaban con ellos exhortándolos a perseverar fieles a la gracia de Dios.
El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra del Señor. Al ver el gentío, los judíos se llenaron de envidia y respondían con blasfemias a las palabras de Pablo.
Entonces Pablo y Bernabé dijeron con toda valentía:
    «Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: “Yo te he puesto como luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el confín de la tierra”».
Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y creyeron los que estaban destinados a la vida eterna.
La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas, adoradoras de Dios, y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de su territorio.
Estos sacudieron el polvo de los pies contra ellos y se fueron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaban llenos de alegría y de Espíritu Santo.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

CAMBIAR EL ORDEN DE LAS COSAS      
            El texto nos presenta el primer viaje misionero de Pablo y Bernabé. Llegaron a Antioquía para anunciar el mensaje de Jesús a los judíos creyentes en Yahvé, como pueblo elegido de Dios para cumplir con la misión que tiene de ser testigo de la presencia de Dios en el mundo; pero un grupo de los instalados en sus conveniencias, se resistieron y montaron una ofensiva contra Pablo y Bernabé.
            Dice el texto que los judíos, al ver cómo había muchos que seguían a Pablo, les entró envidia y temieron desinstalarse y tener que cambiar su postura, la respuesta entonces fue atacarlos.
            Lo peor que nos está pasando es que también hoy nos puede ocurrir esto: anquilosarnos y estancarnos en unas formas de vida que adoptamos y que no estamos dispuestos a dejar, pues las hemos hecho absolutas y forman parte de nuestra existencia, de tal forma que lo secundario lo hacemos principal y lo importante lo hacemos secundario y ante la cerrazón se instala el fanatismo de las formas que se afianza cada día más y nos impide ver la verdad.
            Dios no puede permitir que el fanatismo y la cerrazón rompan y aborten su plan de salvación. Si ellos se niegan a realizar lo que están llamados, el proyecto lo continuarán otros.
Salmo responsorial
Sal 99, 1b-2. 3. 5 (R/.: 3c)
R/.   Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

O bien:
R/.   Aleluya.

        V/.   Aclama al Señor, tierra entera,
                servid al Señor con alegría,
                entrad en su presencia con vítores.   R/.
R/.   Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

        V/.   Sabed que el Señor es Dios:
                que él nos hizo y somos suyos,
                su pueblo y ovejas de su rebaño.   R/.
R/.   Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

        V/.   El Señor es bueno,
                su misericordia es eterna,
                su fidelidad por todas las edades.   R/.
R/.   Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro del Apocalipsis. Ap 7, 9. 14b-17 
El Cordero los apacentará y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas
YO, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.
Y uno de los ancianos me dijo:
    «Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo.
El que se sienta en el trono acampará entre ellos.
Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono los apacentará y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas.
Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos».
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

EL PROYECTO DE DIOS PARA EL HOMBRE     
La visión de Juan nos presenta el problema del pueblo judío y el de la iglesia de todos los tiempos: tenemos una misión: llevar el reino de Dios al mundo; lo que menos importa es la forma y las estructuras. Lo importante es establecer el amor, la verdad, la justicia, la paz, la fraternidad, la libertad en el mundo, entre todos los hombres.
Las religiones, los sistemas políticos… no son más que instrumentos que nos ayudan a establecer el objetivo; cuando uno de ellos se opone u obstaculiza el establecimiento del reino, no es válido ni hay obligación de acatarlo.
  Los sistemas, regímenes, ideologías, religiones… son los sellos que indican las distintas dinámicas que en la historia va estableciendo el hombre y en los que Dios actúa dependiendo del espacio que le deja el hombre, pero ninguna de ellas puede salvar ni considerarse absoluta, de forma que condicione la actuación de Dios, como pretendía el pueblo judío.
  Cristo ha venido para dar cumplimiento al proyecto que Dios había establecido desde el principio; Cristo ha restaurado al hombre y lo ha puesto en condiciones de ser feliz.

Aleluya
Jn 10, 14
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Yo soy el bueno pastor —dice el Señor—,
        que conozco a mis ovejas,
        y las mías me conocen.   
R/.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 10, 27-30
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado
EN aquel tiempo, dijo Jesús:
«Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre.
Yo y el Padre somos uno».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

EL PASTOR CONOCE SUS OVEJAS      
            El pasaje del evangelio que nos trae la liturgia de hoy es de una belleza inigualable pues nos da las pistas más hermosas que podemos imaginar, no solo para tener una idea de la acción de Dios con sus hijos y con su iglesia, sino que nos da también el esquema o el programa, de lo que ha de ser un verdadero “pastor” o “Guía” de una comunidad cristiana, civil o religiosa del tipo que sea.
            Este es el esquema de todo “PASTOR” verdadero:
1 –Conoce a sus ovejas, personalmente, en su situación vital, en sus circunstancias… y hace suya la vida y los problemas de sus ovejas, con quienes establece una relación afectiva en profundidad.
2 –Cuida de sus ovejas y no deja que nadie les haga daño o se las arrebate
3 –Su unión con sus ovejas es parte de su vida y esa unión no está basada en intereses de ningún tipo, sino que sus ovejas son su vida y ni la muerte lo separa de ellas.
            Esta es la imagen de la verdadera “oveja” que sigue a su pastor:
1 –Escucha su voz y lo sigue: esa escucha no es un mero “oír”, sino que ha establecido una unidad afectiva con Él, de forma que su voluntad es su guía y su voz es la fuerza que la conduce y le da seguridad en su vida.
2 –Escuchar la voz implica una relación de pertenencia que le imposibilita para escuchar ni seguir otras orientaciones, ni dar posibilidad a otros pastores. Es el sentido de exclusividad del AMOR