DOMINGO -XVIII- T.O. -A-

<DIV align=justify></DIV><DIV align=justify><DIV align=justify>Lectura del profeta Isaías 55,1‑3
Venid y comed  

Así dice el Señor: "Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde. ¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta, y el salario en lo que no da hartura? Escuchadme atentos y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos. Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme, y viviréis. Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David."
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN 

PROGRESISMO INTOLERANTE     
El momento que nos presenta la lectura del libro de Daniel es importante tenerlo muy presente, ya que nos ayuda a iluminar el momento por el que nosotros estamos atravesando, pues podemos ver repetidas muchas posturas que nos llevan a nuestra destrucción: En el texto que nos trae la liturgia nos presenta un momento en el que se está dando, con una rapidez impresionante, todo un proceso de helenización que amenaza con barrer las costumbres, la fe y toda la cultura israelita.
Este proceso avanza a pasos agigantados y amenaza con destruir todo lo que hasta ahora han tenido como bases de fe y cultura, con lo que entra en una crisis profunda el esquema de vida de muchos que viven con intensidad su fe.
  Por otro lado, algo que comienza como una moda simple que parece no tener importancia y que la gente no le toma en cuenta, cuando quieren acordar es algo que se impone y hasta el mismo rey Antíoco IV Epífanes toma posiciones y convierte en una persecución a muerte a todo el que no siga las pautas de pensamiento y de acción que se marcan.
Como principio se impone una intolerancia irracional que desemboca en una persecución abierta a todos los judíos que intentan mantenerse en sus principios de fe; se establece una especie de “cultura superior” que no tolera y desprecia la forma de vida sencilla de la gente que lo único que quiere es vivir en paz
 Este es el ambiente en el que surge el libro de Daniel en defensa de los derechos de los pobres y sencillos que no se les deja expresarse ni vivir, pero tampoco se le deja a él expresarse y tiene que recurrir al género apocalíptico para hablar en clave, ya que de otra manera a él mismo le hubieran hecho la vida imposible, como de hecho ocurrió, con sus propios hermanos de fe y raíces judías. 

Salmo responsorial: 144  

Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores.

El Señor es clemente y misericordioso, /
lento a la cólera y rico en piedad; /
el Señor es bueno con todos, /
es cariñoso con todas sus criaturas. R.
Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores.  

Los ojos de todos te están aguardando, /
 tú les das la comida a su tiempo; /
 abres tú la mano, /
y sacias de favores a todo viviente. R.
Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores.  

El Señor es justo en todos sus caminos, /
es bondadoso en todas sus acciones; /
cerca está el Señor de los que lo invocan, /
de los que lo invocan sinceramente. R.
Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores. 

Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Romanos 8,35.37‑39
Ninguna criatura podrá apartaros del amor de Dios, manifestado en Cristo

Hermanos: ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada? Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

COMO AUTÉNTICAS VELETAS   
S. Pablo presenta un marco tremendo en el que se encuentran inmersos todos los creyentes de la comunidad romana y los de cualquier comunidad del mundo: la tribulación, el hambre, la desnudez, la persecución… Hoy podríamos seguir poniendo toda la serie de dificultades que nos presenta el sistema y la vida en los que vivimos envueltos junto con esas mismas dificultades que señala S. pablo; pero sobre todo, hoy se nos presentan la política, la ideología, el sistema económico y social que empujan para apartarnos del amor de Dios en los que caemos con gran facilidad; sin embargo, nos queda la gran alegría de saber que nada de todo eso va a lograr que Dios cambie su actitud hacia nosotros ni sus planes de salvación, pues ni el hecho de que se revolvieran contra Cristo y lo mataran, hizo que Dios cambiara su actitud de amor y misericordia hacia el mundo.
El problema no está en Dios, ni en todas las fuerzas del mundo, pues eso quedó ya aclarado; el verdadero problema está en cada uno de nosotros que, aunque tengamos la seguridad de que Dios no cambia, todo se viene abajo viendo la inseguridad de cada uno de nosotros que giramos siempre al viento que más sopla como auténticas veletas.
Lectura del santo evangelio según S. Mateo 14,13‑21
Comieron todos hasta quedar satisfechos  

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: "Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer." Jesús les replicó: "No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer." Ellos le replicaron: "Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces." Les dijo: "Traédmelos." Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Palabra del Señor
 
REFLEXIÓN

LA ACTITUD SOLIDARIA DEL PADRE NUESTRO     

            Cuando leemos el relato de S. Mateo tenemos siempre la tentación de quedarnos en lo folclórico, en el acontecimiento asombroso de ver cómo una gran cantidad de gente que se encontraba en condiciones completamente adversas: era tarde, estaban en despoblado y llevaban todo el día sin comer… y Jesús hizo que todos saciaran su hambre y, automáticamente montamos el numerito de prestidigitación sacando Jesús panes y peces de la manga, pero no nos detenemos en el diálogo inicial que es lo que enmarca el acontecimiento: Los apóstoles le piden a Jesús que despida a la gente para que vayan y se compren algo para comer y Jesús les responde: “Dadles vosotros de comer”; ellos le responden que lo que tienen por allí es CINCO panes y DOS peces (siete) es decir: les pide que reúnan y pongan en común TODO lo que tienen y con lo que había, se saciaron todos y sobró.
            La comunidad tiene esto muy presente, como la gran lección que les dio Jesús: si fuéramos solidarios sobraría para saciar el hambre que es uno de los grandes problemas del pueblo, juntamente con el pago de las deudas que hace que muchos tengan que venderse como esclavos o hipotecar sus casas y sus bienes para poder pagar o hacer frente a las necesidades más inmediatas; esto tiene hundida a toda la población de los pobres que están cogidos por el cuello y por el estómago, tanto en el tiempo de Jesús como en el nuestro.
            Por eso, cuando los apóstoles le piden que los enseñe a orar, les pide que no se olviden ante el Padre de lo que les hace realmente solidarios: saciar el hambre y perdonar las deudas: “Danos el pan de cada día y perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a quien nos debe algo” Todo lo que no llegue el bolsillo son puras palabras bonitas que no convencen a nadie.
            Pero es de una tristeza enorme ver cómo hemos cambiado el espíritu inicial de solidaridad que Cristo introdujo en estas peticiones del Padre nuestro, para que lo hayamos reducido a una recitación para ganar indulgencias.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

DOMINGO XVII DEL T. O. -A-

PRIMERA LECTURA

Pediste para ti inteligencia

Lectura del primer libro de los Reyes. 1 Re 3, 5. 7-12
        EN aquellos días, el Señor se apareció de noche en sueños a Salomón y le dijo:
«Pídeme lo que deseas que te dé».
Salomón respondió:
            «Señor mi Dios: Tú has hecho rey a tu siervo en lugar de David mi padre, pero yo soy un muchacho joven y no sé por dónde empezar o terminar. Tu siervo está en medio de tu pueblo, el que tú te elegiste, un pueblo tan numeroso que no se puede contar ni calcular. Concede, pues, a tu siervo, un corazón atento para juzgar a tu pueblo y discernir entre el bien y el mal. Pues, cierto, ¿quién podrá hacer justicia a este pueblo tuyo tan inmenso?».
Agradó al Señor esta súplica de Salomón.
            Entonces le dijo Dios:
            «Por haberme pedido esto y no una vida larga o riquezas para ti, por no haberme pedido la vida de tus enemigos sino inteligencia para atender a la justicia, yo obraré según tu palabra: te concedo, pues, un corazón sabio e inteligente, como no ha habido antes de ti ni surgirá otro igual después de ti».
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN

UNA CONFUSIÓN FATAL       

            El pasaje del libro de los reyes que nos presenta la liturgia de hoy es interesantísimo; sobre todo es una lección que debería estar en la mente y en el corazón de todos aquellos que reciben el encargo de dirigir a un pueblo, a un grupo, o a un colectivo del tipo que sea:
            Salomón tiene una cosa muy clara: ha sido elegido y está recibiendo un encargo sagrado: dirigir a un pueblo que ha sido elegido por Dios como “SU PUEBLO”, por tanto, es algo que no le pertenece; él también ha sido elegido para ejercer la función del dueño del pueblo; por tanto, ha de estar íntimamente unido al que es el dueño, para realizar lo que Él quiere y no lo que a él se le antoja; los objetivos son los del dueño, no los suyos; el triunfo estará en que el pueblo realice y consiga lo que quiere su dueño y no lo que a él le gusta o le interesa, pues el proyecto del pueblo no es el del gobernante, sino que ha de ser al contrario: el pueblo está por encima de los intereses del gobernante y el éxito o el fracaso del gobernante estará en el triunfo o en el fracaso del pueblo.
            Salomón entiende perfectamente el cuadro y solo le pide a Dios que le dé la sabiduría divina y la cercanía necesaria a su voluntad para no equivocarse y guiar al pueblo por donde Él desea; es el único interés que ha de moverle, pues otra cosa sería una usurpación que merecería el castigo...
            Dios se siente feliz de ver que salomón ha entendido la misión y en recompensa le desborda con lo que cualquier ser humano hubiera deseado: riquezas, poder…:"Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti."
            Irremediablemente no podemos evitar hacer la comparación con lo que tenemos en la actualidad, en donde los dirigentes buscan su éxito personal a costillas del pueblo, del grupo o de la institución que regentan, hasta el punto de apropiarse de la voluntad del pueblo que la hacen coincidir con la suya y llegan a proclamar: “YO SOY EL PUEBLO”. “YO SOY LA IGLESIA”. 

Salmo responsorial

Sal 118, 57 y 72. 76-77. 127-128. 129-130 (R/.: 97a)

R/.
   ¡Cuánto amo tu ley, Señor!

        V/.   Mi porción es el Señor;
                he resuelto guardar tus palabras.
                Más estimo yo la ley de tu boca
                que miles de monedas de oro y plata.   
R/.
R/.   ¡Cuánto amo tu ley, Señor!

 
        V/.   Que tu bondad me consuele,
                según la promesa hecha a tu siervo;
                cuando me alcance tu compasión,
                viviré, y tu ley será mi delicia.   
R/.

R/.   ¡Cuánto amo tu ley, Señor!

        V/.   Yo amo tus mandatos
                más que el oro purísimo;
                por eso aprecio tus decretos
                y detesto el camino de la mentira.   
R/
R/.   ¡Cuánto amo tu ley, Señor!


        V/.
   Tus preceptos son admirables,
                por eso los guarda mi alma;
                la explicación de tus palabras ilumina,
                da inteligencia a los ignorantes.   
R/.
R/.   ¡Cuánto amo tu ley, Señor!

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos. Rom 8, 28-30
Nos predestinó a reproducir la imagen de su Hijo

        HERMANOS:
            Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su designio. Porque a los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos.
            Y a los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN

EL PROYECTO DEL HOMBRE     

            S. Pablo aborda un problema que existe a nivel humano: hay mucha gente que se da cuenta que no llega a realizar todo lo que hubiera deseado en la vida, incluso todo lo que hubiera sido capaz y, a la hora de dar una explicación satisfactoria, culpa a Dios de su fracaso: “Ya estaba predestinado”, “tenía que pasar así”… y para mucha gente es, incluso, la excusa perfecta para escurrir el bulto y deshacerse de la responsabilidad que tiene frente a la vida.
            Pablo enfrenta el tema y deja bien claro algo que de suma importancia: efectivamente, cada uno de nosotros somos sujeto de un “plan” que Dios tiene pensado para cada uno y cada uno venimos a este mundo con una misión: ser felices, realizando aquello para lo que Dios nos ha pensado y nos ha preparado; pero ese plan no es algo que se nos impone como un determinismo por el que tenemos que pasar como impuesto por la misma naturaleza, como el que nace de un color u otro; no, es el plan que Dios ha pensado para cada uno para que se sienta feliz, realizado y lleno en este mundo; ante ese proyecto de felicidad, Dios                                LLAMA, pero yo puedo responder o hacerme el loco y no contestar;    
                        ESCOGE a cada uno para que realice su función, pero yo puedo realizar lo que Dios había pensado para mí o, yo puedo hacerme mi plan personal a espaldas de Dios:
                        PREDESTINA: la finalidad, el destino va a ser reflejar la gloria y la grandeza de Dios que se va a expresar en la grandeza y felicidad del hombre; pero yo puedo seguir “mi plan” y ser un desgraciado reflejando la miseria humana y no la gloria y grandeza de Dios;                        

                        JUSTIFICA: a cada uno que llama y le invita a realizar su plan le da todo lo que necesita para realizarlo y hasta los desborda, pero en mis manos está utilizar la fuerza, los dones que Dios me ha dado o despreciarlos y hasta utilizarlos para destruirme. El final será:
                        GLORIFICAR a Dios expresando la grandeza del hombre; pero, como hemos dicho anteriormente, también el hombre puede llegar a mostrar la maldad, la miseria y la degradación del hombre cuando se aparta de su proyecto original utilizando su libertad para oponerse a Dios y a sí mismo
            Esta realidad la estamos viendo a cada momento reflejada de forma extraordinaria en un montón de personas que rompen todos los planes de amor, de justicia, de verdad y se convierten en la vergüenza humana y en una “plaga” mortífera.

Aleluya

Cf. Mt 11, 25

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,
        porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla. .   
R/.

EVANGELIO (forma larga)

Vende todo lo que tiene y compra el campo
Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 13, 44-52

EN aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra.
El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final de los tiempos: saldrán los ángeles, separarán a \los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Habéis entendido todo esto?».
Ellos le responden:
«Sí».
Él les dijo:
«Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».
Palabra del Señor.

EVANGELIO (forma breve)
Vende todo lo que tiene y compra el campo

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 13, 44-46
EN aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra».

Palabra del Señor

REFLEXIÓN 

UN TESORO DESPRECIADO    

            Jesús intenta despertar la inquietud y la necesidad de algo completamente nuevo entre la gente que le rodea. Está constatando por experiencia propia y ajena que están todos cansados de aguantar una situación insostenible y están llegando a aceptar que todo es así y que a cada uno le ha tocado vivir su vida.
            Jesús intenta decirles que es posible otra cosa, que Dios no está de acuerdo con esta situación, non esa actitud y que está dispuesto a ponerse del lado del pueblo para cambiar y hacer que vivan todos felices y de otra forma completamente distinta., que todo es posible siguiendo las pautas que Dios da.

            Utiliza un ejemplo sencillísimo que cualquiera puede entender: un hombre que va a trabajar en un campo ajeno y mientras cava en la tierra se da cuenta que hay enterrada una vasija con dinero; sabe que aquello le puede cambiar su vida y entonces se va y busca todos los posibles para comprar aquel terreno donde se encuentra el tesoro; sabe que lo que deja y entrega no tiene comparación con lo que va a adquirir.
            Deja la inquietud en la gente, el deseo de saber en qué consiste el tesoro, incluso el ansia de ver cómo será la nueva realidad que puede surgir… pero sobre todo deja la inquietud con la que indica que, unidos a Dios las cosas pueden ser mejores y distintas. El tesoro al que se refiere Jesús es EL REINO DE DIOS, en donde el hombre puede encontrar su plena felicidad
            La situación la podríamos trasplantar al momento actual que vivimos: todos estamos cansados, aburridos, decepcionados del sistema injusto que hemos montado, de los políticos que lo gestionan, pues han decidido vivir a costillas del pueblo y saquearlo en lugar de servirlo y, por si no tuvieran bastante, están queriendo convencer al pueblo que los valores del amor, de la paz, de la justicia, de la dignidad, del respeto, de la honradez… son cosas trasnochadas y caducas pertenecientes a ideas religiosas obsoletas… Estamos trabajando un campo ajeno donde vemos que nos esclavizan y nos van quitando la libertad y el sentido de la vida
            Y lo triste de todo esto es que lo estamos viendo, el pueblo está ya cansado y asqueado, pero ha llegado a hacer suya la idea de que el tesoro que Cristo presentó y que hasta ahora no ha habido nadie que lo pueda desmentir, es considerado como algo obsoleto, caduco y dañino, algo que no merece la pena… y estamos viendo al hombre actual que se muere de tristeza y soledad mientras desprecia su propia felicidad

 

DOMINGO -XVI- T.O. -A-

Lectura del libro de la Sabiduría 12,13.16‑19

En el pecado, das lugar al arrepentimiento 
Fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todo, ante quien tengas que justificar tu sentencia. Tu poder es el principio de la justicia, y tu soberanía universal te hace perdonar a todos. Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total, y reprimes la audacia de los que no lo conocen. Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres. Obrando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

DIOS ES LA SABIDURÍA    
            El autor identifica la SABIDURÍA con el Dios Supremo, por encima del cual no existe otro que le pueda corregir ni demostrar que se ha equivocado, pues la SABIDURÍA no se puede equivocar.
            El autor se plantea el tema porque no entiende cómo puede ser que Dios no castigue a Egipto y a Caná habiendo hecho tanto daño a Israel; y ante tal incongruencia humana, no queda más que la respuesta divina.
            El autor entiende que la SABIDURÍA suprema es imposible que haga algo equivocado; lo que ocurre es que, al estar marcada por el AMOR, sus tiempos y sus esquemas no son los mismos de los hombres, limitados por tantas cosas
            La SABIDURÍA actúa bajo la fuerza y la luz de la verdad, de la justicia, del amor, ordenándolo todo hacia la misericordia y la paz. Esta forma de actuar Dios, no tiene que ver nada con lo que hacen los hombres y se nos pone como modelo y referente para todo cristiano y para la iglesia en general;
            La SABIDURÍA es la fuerza que gobierna el amor, la verdad y la justicia y no la que controla el odio, la violencia, la injusticia, la mentira, la degradación… de la humanidad para defender los intereses del dinero y los negocios.

Salmo responsorial: 85
Tú, Señor, eres bueno y clemente.  

Tú, Señor, eres bueno y clemente, /
rico en misericordia con los que te invocan. /
Señor, escucha mi oración, /
atiende a la voz de mi súplica. R.
Tú, Señor, eres bueno y clemente. 

Todos los pueblos vendrán /
a postrarse en tu presencia, Señor; /
bendecirán tu nombre: /
"Grande eres tú, y haces maravillas; /
tú eres el único Dios." R.
Tú, Señor, eres bueno y clemente.  

Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, /
lento a la cólera, rico en piedad y leal, /
mírame, ten compasión de mí. R
Tú, Señor, eres bueno y clemente. 

Lectura de la carta de S. Pablo a los Romanos 8,26‑27
El Espíritu intercede con gemidos inefables
Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios
Palabra de Dios

REFLEXIÓN 

DEJARSE EN MANOS DE LA SABIDURÍA  
            S. Pablo hace tomar conciencia a la comunidad de los romanos de algo que es fundamental: Cristo desapareció físicamente de entre nosotros, pero se quedó con su Espíritu en el corazón de cada uno y de toda su iglesia, haciéndose partícipe y solidario del camino que va haciendo la humanidad, hasta que llegue el momento en que el proyecto del reino se establezca por completo y la SABIDURÍA de Dios sea la que ordene el orbe entero.
            Mientras esto llega, el Espíritu Santo camina a nuestro lado “ayudándonos en nuestras flaquezas” y, como el Espíritu es el que nos anima y vive entre nosotros, Dios conoce perfectamente nuestras alegrías, nuestras penas, nuestros triunfos y nuestros fracasos y hasta las debilidades de nuestro corazón.
            Lo peor que nos puede ocurrir es despreciar la ayuda y la presencia del Espíritu y dejarnos en manos de la ignorancia y estupidez, para que sean ellas las que ordenen nuestra vida, eso nos llevaría automáticamente a la muerte.

Lectura del santo evangelio según S. Mateo 13,24‑43
Dejadlos crecer juntos hasta la siega  

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: "El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: 'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.'""
[Les propuso esta otra parábola: "El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas."
Les dijo otra parábola: "El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente."
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: "Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo." Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: "Acláranos la parábola de la cizaña en el campo." Él les contestó: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga."]
Palabra del Señor</DIV></DIV>

REFLEXIÓN 

LAS MALAS HIERBAS      

            Ante el espectáculo que estamos  viendo y viviendo  cada día y, sobre todo, viendo cómo se está manejando el problema, es una especie de grito el que se oye por todas partes invitando a que cada uno se esté en su casa y se las arregle como pueda con sus leyes, sus normas y su cultura…
            Y esa afirmación sería correcto sostenerla siempre que TODOS se estuvieran en su casa y nadie fuera a aprovecharse de nadie, conformándose cada uno con lo que tiene o, de lo contrario, organizar las cosas de forma que atendiéramos al origen de todo: Dios creo la tierra para que vivamos y seamos felices en ella, pero esto se ha olvidado y parece que solo tienen derecho a vivir unos cuantos, los demás son considerados malas hierbas que han nacido en este jardín que es el mundo.
            Y cuando estos principios no se tienen en cuenta, se sigue la cadena de la injusticia y aquellos que se sienten robados, expulsados de la tierra, explotados, se rebelan y, entonces, se convierten en “malas hierbas” que los que se encuentran acomodados, lo primero que sienten es ganas de exterminarlas y arrancarlas de la vida.
            El tema es serio y el planteamiento, si es que lo hiciéramos desde la perspectiva de Jesús, es muy probable que las cosas cambiarían radicalmente: si el mundo es el regalo que Dios hace al hombre para que pueda vivir y ser feliz, las malas hierbas serían aquellos que cambiaron el fin y convirtieron el mundo y las personas en instrumentos para sus intereses; el juicio final queda, por tanto, en manos de Dios, que será el que determine quién es la paja o la mala hierba y quién es el trigo de la vida.

 

DOMINGO -XV- T.O. -A-

Lectura del profeta Isaías 55,10‑11

La lluvia hace germinar la tierra  
Así dice el Señor: "Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo."
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN: 

LA PALABRA DE DIOS ES VIDA   

            El profeta Isaías deja claro algo que con frecuencia olvidamos y cometemos el gran fallo de creer que la eficacia de la palabra está en la habilidad del predicador, dependiendo de su capacidad de convicción de exposición o de los medios que utiliza.
            La Palabra de Dios es vida y produce su efecto en el corazón del hombre independientemente de las cualidades del predicador o de los medios que utilice.
            El profeta expresa esto con una imagen preciosa que todo el mundo entiende: el agua cae en la tierra, la empapa y hace germinar en ella la vida; después vuelve a las nubes para volver a realizar su ciclo de vida.
            De la misma manera, la palabra de Dios realiza su ciclo en el corazón de cada persona, en la que entra como la lluvia en la tierra y realiza su efecto vital.
            Esta anotación que nos hace el profeta, supone una fuerte llamada de atención a cada uno de nosotros que muchas veces condicionamos la Palabra de Dios a nuestros problemas, a nuestros esquemas y principios, como si fuéramos nosotros los que someten el proyecto de Dios a nuestros intereses y caprichos.
            Es bueno que entendamos que, aunque Dios nos regale la posibilidad de participar con Él, el proyecto de salvación es suyo, incluso es interesante que caigamos en la cuenta de que no somos imprescindibles y que, sin problema alguno, Dios podría prescindir de nosotros. Lo que debemos hacer es no convertirnos en obstáculo para que Él realice su proyecto, sino que más bien, le sirvamos de instrumento útil para que Él vaya vivificando el corazón de los hombres.

Salmo responsorial: 64

La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.

Tú cuidas de la tierra, la riegas /
y la enriqueces sin medida; /
la acequia de Dios va llena de agua, /
preparas los trigales. R.
La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.  

Riegas los surcos, igualas los terrones, /
tu llovizna los deja mullidos, /
bendices sus brotes. R.
La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.

Coronas el año con tus bienes, /
tus carriles rezuman abundancia; /
rezuman los pastos del páramo, /
y las colinas se orlan de alegría. R.
La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.  

Las praderas se cubren de rebaños, /
 y los valles se visten de mieses, /
que aclaman y cantan. R.
La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.  

Lectura de la carta de S. Pablo a los Romanos 8,18‑23
La creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios

Hermanos: Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN 

GESTORES DE UN MUNDO NUEVO 

            S. Pablo recuerda a los cristianos de Roma que no pueden seguir enmarcados en un sistema caduco, regido por la ley y por el miedo.
            Hemos sido liberados de la ley y del pecado, se trata, pues, de una nueva época que está naciendo y que nosotros hemos sido llamados a participar en este “parto” que va a dar lugar a un mundo nuevo.
            Lo mismo que un “parto” lleva consigo dolor y sufrimiento, porque lleva consigo el cortar con unas estructuras y abrirse a un proyecto nuevo.
            Este proyecto nuevo está siendo guiado por el Espíritu Santo que nos ha “liberado de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios”.
            Este cambio radical es el motivo de esta transformación que se abre al universo entero. Este cambio lleva consigo rupturas, desestabilizaciones, cambios… que desestabilizan al hombre, pero todo el sufrimiento se convierte en alegría ante la realidad nueva que nace.

Lectura del santo evangelio según S Mateo 13,1‑23
Salió el sembrador a sembrar  

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas: "Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga."
[Se le acercaron los discípulos y le preguntaron: "¿Por qué les hablas en parábolas?" Él les contestó: "A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: "Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure." ¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.
Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe. Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno."]
Palabra del Señor 

REFLEXIÓN 

LA SEMILLA ROBADA Y DESNATURALIZADA    

            Recuerdo a mi amigo Julián Gómez del Castillo quien sostenía que “el siglo próximo ha de estar marcado por la información y las grandes empresas han de girar en torno a la información y no en torno a la producción…” Yo no entendía que la riqueza pueda estar en la información en lugar de la producción. Ahora me quedo sorprendido al constatar que, efectivamente, el mundo está en manos de la “información” y nos tiene completamente locos, pues se habla de cosas como que la verdad no es la adecuación a la realidad, porque la misma realidad puede ser física o virtual y por eso se habla de la “post-verdad”, es decir: de lo que esa “verdad” puede producir en la persona que la recibe, que puede ser completamente diferente en cada uno, por lo tanto la “verdad” depende de lo que produce en cada uno, y, por tanto, no es un valor absoluto sino algo completamente subjetivo y cambiante.
            Por eso, al iluminar esta realidad con la parábola del sembrador, en la que la semilla que se siembra, que es la Palabra de Dios, LA VERDAD, resulta que esa semilla cae en un terreno como el que tenemos en la actualidad, en donde es una realidad virtual en la que las cosas son y no son al mismo tiempo, o pueden ser diferentes, dependiendo de quien las asuma…
            La verdad es que todo esto suena a locura y entran ganas de decirle a Jesús: “Sentémonos un rato y explícanos cómo nos tomamos esto”
            Pero aunque aparentemente hayan cambiado las cosas, la auténtica realidad sigue estando ahí, sin cambiar un ápice: el ser humano que sigue preguntándose por el sentido de su vida, por la necesidad que tiene de amar y ser amado, de realizarse como persona, de ser respetado, escuchado y tenido en cuenta… y esto no ha cambiado un solo milímetro y la Palabra de Dios es la VERDAD y la VIDA que exige este ser humano, como derecho que le dio su creador y como necesidad vital para seguir respirando.
            Cuando todas estas necesidades se hayan cubierto, entonces podremos y debemos dar respuesta a todos los experimentos que queramos.
            El tema es parecido a lo que se está intentado controlar la vida en planetas remotos, mientras no somos capaces de arreglar la de nuestra casa que, la estamos destruyendo.