DOMINGO XXVII DEL T.O. –B-


PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro del Génesis 2, 18‑24

Y serán los dos una sola carne

 

El Señor Dios se dijo:

-“No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude.”

Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera.

Así, el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontraba ninguno como él que lo ayudase.

Entonces el Señor Dios dejó caer sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne.

Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre, haciendo una mujer, y se la presentó al hombre.

El hombre dijo:

-“¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne!

Su nombre será Mujer, porque ha salido del hombre.

Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.”

Palabra de Dios.



 

EL PROYECTO PRIMERO DE UNIDAD  


            El pasaje del Génesis que trae la liturgia de hoy narra el momento en que el autor presenta la explicación de la realidad de la existencia del hombre y la mujer: podría haber explicado la realidad acentuando la distinción de uno y la otra: Dios crea a los animales, las plantas, la tierra al hombre y a la mujer como otra cosa más, cada uno separado y diferente ; sin embargo, cuando se detiene sobre el hombre, usa toda una trama especial: lo hace semejante a Él, ve que no puede estar solo y coge una parte de él mismo y la transforma en un ser semejante a él, de forma que el hombre cuando la ve, la siente carne de su carne y hueso de sus huesos, es decir: parte de él.

            Dios los hace a imagen y semejanza suya, por lo tanto no los concibe solos, pues la soledad no es buena, por eso Dios no está solo; tanto el hombre como la mujer son la otra parte que le falta a la pareja para ser semejante a Dios. Ambos están llamados a ser uno con el otro; el proyecto de unidad al que el hombre está llamado por su misma naturaleza, con su pareja, es la realización más importante de su ser.

            Será el pecado lo que rompa esa unidad y, en los últimos tiempos que vivimos, será la política lo que se ha propuesto romper ese proyecto de unidad suprema del ser humano y hará que hombre y mujer no sean uno, sino contrarios que se hacen la guerra.

 

Salmo responsorial Sal 127, 1‑2. 3. 4‑5. 6       (R/.: cf. 5)

 

R/.  Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

 

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.

Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R/.

R/.  Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

 

Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa;

tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R/.

R/.  Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

 

Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.

Que el Señor te bendiga desde Sión,

que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R/.

R/.  Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta a los Hebreos 2, 9‑11

EL santificador y los santificados proceden todos del mismo

 

Hermanos:

Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte.

Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos.

Dios, para quien y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación.

EL santificador y los santificados proceden todos del mismo.

Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

VIVIR EL PROYECTO DE DIOS 

 

            El autor de la carta a los hebreos presenta a Jesús afrontando la misión que ha de realizar de salvar al hombre y ofrecerle el camino de realización plena al que ha sido llamado.

            En la aceptación de esta misión, Jesús asumirá las consecuencias: ha de hacerse hombre y, el que es Dios, se rebaja a hacerse inferior a los ángeles y a colocarse en el último puesto de los hombres.

            Jesús, al haber aceptado ser hombre, ha renunciado a todas las prerrogativas divinas (Fil.2, 6-8) hasta sufrir la muerte y el desprecio de todos; se ha convertido en el guía autorizado por el Padre y en el camino que todo ser humano ha de recorrer para volver al Padre: el respeto, el amor y la vida entregada a la humanidad.

            Por todo esto, Jesús consigue convertirse en el único y sumo sacerdote que hace las veces de intermediario entre Dios y los hombres por su obediencia al Padre y por su participación solidaria con la humanidad.

            Jesús se convierte en camino, en guía, en modelo de realización de nuestro ser humanos; su realización se convierte en una llamada muy fuerte al sistema que tenemos establecido en el mundo en el que se nos invita a vivir una existencia “ad intra” y no una “pro-existencia”, es decir: se nos invita a vivir por y para cada uno sin preocuparse de la vida de los demás, dicho de otra manera: eso es anularse por entero como persona y convertirse en un egoísta total.

 

 

Aleluya     1 Jn 4, 12

Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros,

y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 2‑16

Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre

 

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba:

-“¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?”

Él les replicó:

-“¿Qué os ha mandado Moisés?”

Contestaron:

-“Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.”

Jesús les dijo:

-“Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne". De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.”

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.

Él les dijo:

-“Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.”

Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban.

Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:

C*Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.+

Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor.

 

O bien más breve:

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 2‑12

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba:

- “¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?”

É1 les replicó:

-“¿Qué os ha mandado Moisés?”

Contestaron:

-“Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.”

Jesús les dijo:

-“Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios “los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne”. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.”

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.

Él les dijo:

-"Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.”

Palabra del Señor.

 



IGUALDAD RADICAL    

El tema llega a Jesús por algo que está establecido en la ley de Dios: y es que el varón puede repudiar a su mujer por lo que quiera y el momento que quiera dejándola abandonada, cosa que, en tiempos de Jesús era muy común y la mujer quedaba completamente desamparada y sin derechos de ningún tipo; una mujer repudiada, como una viuda, es el último ser de la escala social, sin derechos y sin protección de ningún tipo.

Pero esta realidad lamentable y dolorosa a la que la “ley de Dios” –según ellos- daba lugar en beneficio del varón, pues la mujer no podía hacer lo mismo, a ellos les traía sin cuidado. Los doctores en la ley empleaban el tiempo investigando hasta qué punto el varón podía tener motivos verdaderos que se ajustaran a la ley para repudiar y cada uno afinaba por su lado; como no llegaban a ponerse de acuerdo, entonces le pasan la cuestión a Jesús para ponerlo a prueba y ver por quién se decantaba.

No pudieron imaginar la respuesta que los dejó a todos fuera de juego apelando al principio mismo de la creación: “Dios los creó varón y mujer, una misma cosa, de forma que el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su mujer y ser uno con ella. De modo que no hay distinción entre ambos: son iguales ante Dios y no puede haber ley que rompa esta igualdad: “Lo que ha unido Dios no lo puede romper el hombre”

¡Qué pena que este grito de Jesús no lo hayan querido escuchar en todos los siglos los hombres! Y hasta hoy sigue sin escucharse y sigue establecida la desigualdad y la mentalidad explotadora que convierte a la mujer en objeto con el que el varón juega y con lo que ella se conforma.

 

 

DOMINGO XXVI DEL T.O. -B-




 

PIMERA LECTURA

 

Lectura del libro de los Números 11, 25‑29

¿Estás celoso de mi? ¡Ojalá todo el pueblo fuera profeta!

 

En aquellos días, el Señor bajó en la nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos. Al posarse sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar en seguida.

Habían quedado en el campamento dos del grupo, llamados Eldad y Medad. Aunque estaban en la lista, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu se posó sobre ellos, y se pusieron a profetizar en el campamento.

Un muchacho corrió a contárselo a Moisés:

-  “Eldad y Medad están profetizando en el campamento.”

Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino:

-“Señor mío, Moisés, prohíbeselo.”

Moisés le respondió:

-“¿Estás celoso de mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!”

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

 EL ESPIRITU ES INCONTROLABLE  

 

            El pasaje del libro de los Números que nos presenta la liturgia de este domingo, es interesantísimo, pues nos muestra varias verdades que siempre hemos de tener presentes:

                        1º- El pueblo de Dios, a pesar de tener una jerarquía evidente en la que cada uno desempeña su función, sin embargo, camina como una comunidad alentado por el Espíritu de Yahvé.

                        2º- Aunque Moisés es la cabeza indiscutible, sin embargo, la autoridad y la misión es compartida entre los 70 participando todos del mismo Espíritu que anima al pueblo.

                        3º- El detalle de Josué queriendo prohibir la acción del Espíritu que ha roto el esquema establecido: reciben el Espíritu los que van a la reunión, como si los que dirigen fueran los propietarios y los dueños; el Espíritu no se ciñe a un lugar o a una circunstancia ni a la norma establecida por unas personas, sino que actúa con la persona y no tiene más limite que el que con su libertad, la persona le pone en su corazón.

            Estas tres notas es importante que la iglesia las tenga en cuenta, porque todas ellas se actualizan a diario y se sigue cayendo en la misma tentación de Josué, queriendo cerrar con su autoridad al Espíritu para manipularlo y para que Éste se someta a las disposiciones e intereses de cualquiera.

 

 

Salmo responsorial Sal 18, 8. 10.12‑13.14 (R/.: 9a)


R/.  Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.


La ley del Señor es perfecta

y es descanso del alma;

el precepto del Señor es fiel

e instruye al ignorante. R/.

R/.  Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.


La voluntad del Señor es pura

y eternamente estable;

los mandamientos del Señor son verdaderos

y enteramente justos. R/.

R/.  Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.


Aunque tu siervo vigila para guardarlos con cuidado,

)quién conoce sus faltas?

Absuélveme de lo que se me oculta. R/.

R/.  Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.


Preserva a tu siervo de la arrogancia,

para que no me domine:

así quedaré libre e inocente

del gran pecado. R/.

R/.  Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 1‑6

Vuestra riqueza está corrompida

 

Ahora, vosotros, los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado.

Vuestra riqueza está corrompida y vuestros vestidos están apolillados. Vuestro oro y vuestra plata están herrumbrados, y esa herrumbre será un testimonio contra vosotros y devorará vuestra carne como el fuego.

¡Habéis amontonado riqueza, precisamente ahora, en el tiempo final!

El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta el oído del Señor de los ejércitos.

Habéis vivido en este mundo con lujo y entregados al placer. Os habéis cebado para el día de la matanza. Condenasteis y matasteis al justo; él no os resiste.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

SE HARÁ JUSTICIA 

 

            Santiago arremete contra los ricos que han puesto la riqueza como horizonte supremo de sus vidas olvidándose del dolor y el sufrimiento de los pobres o causándoselo por su misma avaricia; de la misma manera que en otro momento arremetiera contra los que se esfuerzan por guardar las apariencia y tratan a la gente de acuerdo a criterios de poder, de riqueza o de prestigio.

            A la vista de todos, ambas formas de vida dan la apariencia de seguridad, de estabilidad y de felicidad, de forma que se presentan como una situación envidiable, sin embargo, Santiago deja al descubierto el verdadero drama: esos bienes acumulados se deterioran, se desperdician, mientras hay una cantidad enorme de gente que los necesita para poder vivir y por eso, esos bienes se convierten en un grito que llega al cielo, en una denuncia que reclama la justicia de los que sufren.

            Esos bienes que sobran no han sido producidos por el trabajo del dueño (nadie se enriquece a base de trabajo), sino a base del salario robado y de la explotación de los obreros, por lo que esos bienes se convertirán en el día final, en pruebas de la acusación de su conducta.

            La vida de lujo y de placer de los ricos es como el alimento de cebo que se le da a los cerdos para que engorden para el día de la matanza.

            De la misma manera que esa vida de injusticia no permanecerá escondida frente a Dios, tampoco pasará desapercibida la vida de los justos que han tenido que aguantar silenciosamente el atropello y la vejación. Dios será su defensor.

           

 

Aleluya cf. Jn 17, 17b. a

Tu palabra, Señor, es verdad; conságranos en la verdad.

 

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos     9, 38‑43. 45. 47‑48

El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

Si tu mano te hace caer, córtatela

 

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:

-“Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.”

Jesús respondió:

-“No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga.

Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno.

Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.”

Palabra del Señor.

 

 

REFLEXIÓN

 

CARISMAS DESPRECIADOS  

 

         Ante la lectura del pasaje de Marcos no puedo evitar el traer a mi mente la imagen de una persona a la que yo quiero con toda mi alma, Juani y de la que guardo un recuerdo entrañable: ella dice que Dios la bendice y que siente que le pide tenga presentes en su vida a las personas que sufren por la enfermedad y rece por ellas, eso es lo que siente que le pide el Señor y eso es lo que hace. Los enfermos se confían en ella, yo también lo hice y le llevé mi foto que ella tiene al lado de una imagen del Señor y otra de la Virgen a quienes me encomienda cada día. Y la gente experimenta un gran consuelo.

            Por supuesto, Juani no quiere mezclar con esta acción suya que no es sino la respuesta a lo que el Señor le pide, el tema del dinero y jamás acepta que alguien le haga un donativo, es más, pienso que si en algún momento lo aceptara sentiría que está traicionando el don que el Señor le ha dado.  Y es triste ver que la iglesia no acoja estos dones o carismas que el Señor da a ciertas personas y que representan un verdadero consuelo para la comunidad que ha de practicarlo escondiéndose como si fuera algo prohibido o estigmatizado, solo porque hay un sistema de salud que considera como brujería todo lo que no entiende.

            Es exactamente lo que nos cuenta el evangelio de hoy: a Juan no le pareció bien que alguien, en nombre de Jesús estuvieran liberando a gente de los males que le aquejaban: -“Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.” Porque parece ser que les quitaba relevancia y Jesús tiene que llamarle la atención y hacerle ver que por encima del sello que lleve el que libere a alguien de algo, está el bien que se hace a la persona que es lo que realmente tiene valor y ha de quedar al descubierto: el BIEN, lo mismo que la VERDAD, la JUSTICIA, el AMOR y la PAZ no tienen dueño, no pertenecen a ninguna religión, partido, asociación o régimen del tipo que sea. Son valores de DIOS.

 

        






 

DOMINGO XXV DEL T. O. -B-




 

PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro de la Sabiduría 2, 12. 17‑20

Lo condenaremos a muerte ignominiosa

 

Se dijeron los impíos:

“Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones,

nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada;

veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida.

Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos;

lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia;

lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.”

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

EL PROCESO ES IRREVERSIBLE  

 

            El autor del libro de la sabiduría presenta la actitud del hombre necio que llega al atrevimiento de retar a Dios para ver si es capaz de demostrarle su existencia y su poder, para ello emprende su acción contra los justos a quienes no puede soportar, pues su conducta la interpreta como un reproche y una denuncia a su propio proceder.

            Al necio le gustaría que el justo se revolviera, lo acusara y le agrediera, pues de esa manera encontraría razones para aplastarlo, ya que tiene en sus manos todo el poder para hacerlo desaparecer, pero sabe que no le va a responder, entonces su agresión al justo la convierte en una provocación a Dios: a ver si es verdad que Dios protege al justo, con lo que termina por concluir que Dios es un cuento para conformar a los débiles y a los justos.

            Esto es lo peor que le puede ocurrir al malvado: que en su ignorancia llegue a creer que lleva razón y que lo que hace está bien hecho, al no aceptar que la vida no se reduce a lo que tenemos delante y se cierra a toda idea de transcendencia.

            Pero la realidad no va a cambiar porque un hombre exija pruebas, ni Dios se va a someter a sus caprichos ni a sus estupideces. La vida continua inexorablemente y cuando llega el momento ya no hay vuelta atrás, ni hay posibilidad de rectificar lo mal hecho o hacer lo que se dejó en su tiempo o deshacer el camino que se recorrió. Este proceso no lo puede detener el ignorante que, a larga o a corta distancia inexorablemente se encontrará con la realidad que lo pone en su sitio.

             

Salmo responsorial Sal 53, 3‑4. 5. 6 y 8 
    

R/.  El Señor sostiene mi vida.


Oh Dios, sálvame por tu nombre,

sal por mí con tu poder.

Oh Dios, escucha mi súplica,

atiende a mis palabras. R/.

R/.  El Señor sostiene mi vida.


Porque unos insolentes se alzan contra mí,

y hombres violentos me persiguen a muerte,

sin tener presente a Dios. R/.

R/.  El Señor sostiene mi vida.


Pero Dios es mi auxilio,

el Señor sostiene mi vida.

Te ofreceré un sacrificio voluntario,

dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.

R/.  El Señor sostiene mi vida.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol Santiago 3, 16-4, 3

Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia

 

Queridos hermanos:

Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males.

La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera.

Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia.

¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra.

No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

UN CAMINO EQUIVOCADO  

 

            Continuando la lectura de la carta de Santiago, nos encontramos con una serie de consejos que da a la comunidad en donde presenta la razón de la existencia de los problemas dentro de la comunidad: cuando nos dejamos llevar por sentimientos contrarios a los que Cristo nos ha dejado: “Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males”.

            Efectivamente, la envidia y la avaricia son fuentes constantes de conflictos, pues toda acción tiene anteriormente unos sentimientos que la generan y que mueven al individuo a actuar de una forma determinada: el deseo de ser más fuerte que los demás, de tener bienes, de seguridad ante el futuro, de relevancia y de protagonismo, hace que la persona pierda todo sentido de fraternidad y de amor desinteresado.

            El problema de la persona que cultiva estos deseos, va al mismo tiempo generando una forma de mirar al resto de personas que le rodean, que las hace ver como contrincantes suyos que le pueden arrebatar lo que  desea, entonces intenta eliminarlos para conseguir su objetivo.

            El problema se agrava cuando encontramos una sociedad que, precisamente, estos objetivos los ha puesto con la categoría de ideales para la vida, entonces convierte la convivencia entre las personas en una jauría humana, en la que todos van a liquidarse unos a otros, ya que todos nos estorban para nuestras aspiraciones: nos estorban los niños porque nos quitan la libertad, nos estorban los enfermos porque suponen un gasto inútil que no revierte nada que aumente nuestro poder, nos estorban los ancianos porque son un quebradero de cabeza inútil…

            Santiago nos invita a poner todas estas ideas y estos planteamientos a la luz del evangelio, que nos hace ver con claridad que esta forma de pensar nos lleva inexorablemente a la perdición, aunque sigamos llamándonos cristianos, pero sabiendo que llevamos un camino equivocado que no lleva sino a la muerte.

 

Aleluya cf. 2Ts 2, 14

Dios nos llamó por medio del Evangelio,

para que sea nuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

 

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 30‑37

EL Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos

 

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía:

-“EL Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.”

Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.

Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:

-“¿De qué discutíais por el camino?”

Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:

-“Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.”

Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:

-“El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.”

 

Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

VIVIR EN OPOSICIÓN AL REINO  

 

Es bueno que tengamos en cuenta algunos elementos que son claves a la hora de ponernos a leer y entender lo que nos narra el evangelio: la palabra “EL CAMINO”, cuando Marcos la utiliza, se está refiriendo al itinerario de formación en la vida de un cristiano.

            Jesús se rodea de un grupo de personas, pero no quiere fanáticos que no sean capaz de dar razón de lo que dicen y de lo que creen, por eso emplea una gran parte de su tiempo en formarlos, que más que ser el aspecto teórico lo que le interesa es lo vital, pero aprovecha sus mismos errores para fundamentarse y de ellos les hace ver la verdad, por ejemplo: tiene que hacerles ver que no se pueden conducir por el miedo que les amordaza, que proviene de la cultura y que les impide relacionarse como amigos. En este momento que nos presenta el pasaje, Jesús retoma la conversación que han traído, en la que se reparten el poder y aprovecha para hacerles ver lo equivocados que andan: -“Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.” Y para que lo vean con claridad, “acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó” y lo puso como modelo, mientras que en la sociedad el niño no tiene relevancia alguna y es el ser más indefenso que existe, pues por su estatura, por su edad y por su falta de fuerzas no sirve para nada.

            Esto contrasta fuertemente con lo que ellos han venido pensando y discutiendo por el camino y Jesús les deja bien claro que no es por ahí por donde tienen que dirigir sus pensamientos y sus deseos, pues los caminos de Dios van por otro lado; es decir: pone la jerarquía de valores del mundo patas arriba y abiertamente opuesta a la jerarquía que Dios tiene: una sociedad que solo mira a los de arriba, organiza las leyes, estructura los esquemas para que le favorezcan solo a los de arriba, está abiertamente en contra del reino de los cielos que no mira la consolidación del poder, sino la felicidad de las personas

 

 

 

DOMINGO XXIV DEL T. O. -B-


PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro de Isaías 50, 5‑9ª

Ofrecí la espalda a los que me apaleaban

 

El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás:

ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba;

no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos.

El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal,

sabiendo que no quedaría defraudado.

Tengo cerca a mi defensor, ¿Quién pleiteará contra mí?

Comparezcamos juntos.

¿Quién tiene algo contra mí? Que se me acerque.

Mirad, el Señor me ayuda, ¿Quién me condenará?

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA FIDELIDAD DE DIOS FUERZA DEL MENSAJERO  

 

            El texto de Isaías que nos propone la liturgia de hoy nos presenta la figura del “siervo” que actúa con fidelidad a Dios y escucha su palabra. Este siervo puede identificarse con una persona, o con un pueblo que guarda la fidelidad a Dios y vive con esa actitud de escucha a lo que el Señor le propone para que se lo transmita a los hombres.

            El ambiente en el que se desenvuelve Israel es muy duro y en esa situación, el pueblo está olvidando los compromisos con Dios y sus mandatos y se está dejando llevar por otras voces que lo tienen embaucado, muy distintas a las que Dios le lanza y le invitan a seguir unos derroteros completamente distintos de los que Dios le ha marcado; además, este pueblo se revuelve contra el mensajero, presentando una oposición férrea contra el mensaje que le trae en nombre de Dios, haciéndole frente con violencia: “con golpes, con insultos y salivazos”, pero el mensajero que se apoya en Dios, no cede ni se echa atrás, ni sale huyendo, pues tiene la certeza de que Dios está a su lado.

            El “siervo” sabe que la obra y el proyecto es de Dios; él no es más que un instrumento en sus manos y tiene la confianza y la seguridad de que Dios ha de realizar su proyecto por encima de la oposición del hombre y lo ha de hacer, hasta contando con los fallos del mensajero.

            El mensaje que nos deja la palabra de Dios es una llamada fuerte a la confianza en Dios que es fiel. El problema no debe ser la decepción por el fruto que saquemos con nuestro trabajo, sino que el éxito está en mantenerse en esa fidelidad a Dios, como respuesta a la suya.

            Estas palabras nos vienen como un regalo a todos los evangelizadores y a los que entregan su vida al servicio del reino.

 

 

Salmo responsorial Sal 114, 1‑2. 3‑4. 5‑6. 8‑9


R/.  Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante,

porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco. R/.

R/.  Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.


Me envolvían redes de muerte,

me alcanzaron los lazos del abismo,

caí en tristeza y angustia.

Invoqué el nombre del Señor:

“Señor, salva mi vida.” R/.

R/.  Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.


EL Señor es benigno y justo,

nuestro Dios es compasivo;

el Señor guarda a los sencillos:

estando yo sin fuerzas, me salvó R/.

R/.  Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.


Arrancó mi alma de la muerte,

mis ojos de las lágrimas,

mis pies de la caída.

Caminaré en presencia del Señor

en el país de la vida. R/.

R/.  Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol Santiago 2, 14‑18

La fe, si no tiene obras, está muerta

 

¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar?

Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: “Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estómago”, y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿ de qué sirve?

Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta.

Alguno dirá: “Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe.” 

Palabra de Dios.

 

 

REFLEXIÓN

 

FE Y OBRAS  

            Santiago quiere salir al paso de ese gran problema que puede darse, como es la división que podemos establecer entre la fe que confesamos y proclamamos y la vida práctica que llevamos, que es a lo que hoy se pretende recluir la religión o la fe: la fe se la quiere recluir al ámbito de lo privado, a la conciencia, sin necesidad de expresarse exteriormente, estableciéndose en el hombre una doble vida: lo que sentimos y vivimos interiormente, no tiene conexión alguna con lo que hacemos, incluso puede ser hasta lo absolutamente contrario.

            Pero en la práctica son también los dos extremos que suelen darse: los que centran toda su atención en el espíritu y huyen de la vida y del compromiso social, convirtiéndose en seres que no ponen los pies en la tierra: “espiritualismo desencarnado”, claro está, mientras todo les va bien y no les tocan a sus intereses.

            La otra tendencia opuesta es la de aquellos que no levantan un palmo de la tierra, negando todo sentido de transcendencia a la vida y se convierten en activistas, creyendo que la única espiritualidad posible es la economía y el activismo sin profundidad.

            Algunos han querido ver en este texto de Santiago el enfrentamiento de la teología paulina del espíritu con la de Santiago, ambas encontradas en la toma de posición frente a la realidad de la vida, pero esto no tiene fundamento alguno, ya que ninguno de los dos niega ni desecha la posición del otro, sino que ambas posiciones se complementan y fortalecen: un espíritu sin obras es una falacia, una mentira estúpida y una acción sin espíritu es un activismo peligros.

 

 

 

Aleluya Gal. 6,14

Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz del Señor,

en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 27‑35

Tú eres el Mesías... El Hijo del hombre tiene que padecer mucho

 

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesárea de Felipe; por el camino, preguntó a sus discípulos:

-“¿Quién dice la gente que soy yo?”

Ellos le contestaron:

-“Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas.”

EL les preguntó:

-“Y vosotros, ¿Quién decís que soy?”

Pedro le contestó:

-“*Tú eres el Mesías.”

É1 les prohibió terminantemente decírselo a nadie.

Y empezó a instruirlos:

-“EL Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.”

Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro:

-“¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!”

Después llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo:

-“EL que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.”

Palabra del Señor.

 

 

REFLEXIÓN

 

“Y TÚ ¿QIÉN DICES QUE SOY YO?” 

 

            Jesús, con sus discípulos, habían recorrido pueblo a pueblo toda  Galilea; la gente estaba acomodada en su sistema de vida; lo escucharon con curiosidad pero no pasaron de ahí, lo ignoraron en su tierra de tal forma, que no pudo hacer allí ningún milagro y la gente, como lo conocía, lo criticaba y se burlaban de Él.

            En Cafarnaúm y en todas las grandes ciudades de la región, a pesar de todos los milagros que hizo en ellas, no sirvió para nada, la gente pasó olímpicamente de Él y lo ignoró.

            Los apóstoles han estado a su lado todo el tiempo, lo han visto cómo actúa, lo han escuchado, han visto los milagros que ha hecho, cómo vive, cuál es su proyecto… Y tampoco han entendido gran cosa.

            Jesús entra en crisis: tiene que replantearse su misión: su forma de actuar, su forma de exponer el mensaje, sus planteamientos… Llega el momento en que tiene que plantearse si quedarse en Galilea y acomodarse a la situación que vive, o salir de allí y marcharse a Jerusalén, donde le espera el enfrentamiento definitivo y la muerte.

            Jesús pregunta a sus discípulos qué piensa la gente de Él, cómo se está entendiendo el mansaje que predica, qué efectos está produciendo… constata que la gente no ha entendido nada, ni le interesa el tema.

            Entonces pregunta al interior del grupo: ¿Y vosotros, quién decís que soy yo?,   ¿Cómo han captado todo lo que les viene diciendo? Pedro se adelanta y le responde: “Tú eres el Mesías”, pero Jesús que está oyendo  la conversación que tienen entre ellos, le prohíbe que digan nada y se pone a enseñarles, pues la dimensión mesiánica que tienen es la que tiene todo el mundo: un mesianismo político que los ponga a la cabeza del poder sobre el imperio y sobre todos los que los rodean, por lo tanto, están físicamente con Jesús, pero lo que los mueve son intereses concretos, en cambio sicológica y espiritualmente están muy lejos de Él.

            Jesús no le queda más remedio que pararles los pies y les hace también entrar en crisis a ellos, desmontándoles todo lo que `pensaban: -“EL Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días…EL que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.”

            Hoy sigue Jesús poniéndonos en crisis a nosotros: ¿qué estamos buscando? ¿A dónde lleva lo que hacemos? ¿Hemos entendido lo que nos pide?