DOMINGO X DEL T. O. -C-


PRIMERA LECTURA


 

Lectura del primer libro de los Reyes 17, 17‑24

Mira, tu hijo está vivo

 

En aquellos días, cayó enfermo el hijo de la señora de la casa. La enfermedad era tan grave que se quedó sin respiración. Entonces la mujer dijo a Elías: 

-“¿Qué tienes tú que ver conmigo? ¿Has venido a mi casa para avivar el recuerdo de mis culpas y hacer morir a mi hijo?” 

Elías respondió: 

-“Dame a tu hijo.” 

Y, tomándolo de su regazo, lo subió a la habitación donde él dormía y lo acostó en su cama. Luego invocó al Señor: 

-“Señor, Dios mío, ¿también a esta viuda que me hospeda la vas a castigar, haciendo morir a su hijo?” 

Después se echó tres veces sobre el niño, invocando al Señor: 

-“Señor, Dios mío, que vuelva al niño la respiración.” 

El Señor escuchó la súplica de Elías: al niño le volvió la respiración y revivió. Elías tomó al niño, lo llevó al piso bajo y se lo entregó a su madre, diciendo: 

-“Mira, tu hijo está vivo.” 

Entonces la mujer dijo a Elías: 

-“Ahora reconozco que eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad.” 

Palabra de Dios. 

 

EL DIOS DE LA VIDA  

            El pasaje que nos trae la liturgia de hoy nos presenta el momento en que Elías, después de haber sido acogido por la viuda de Sarepta, cuando iba huyendo, ocurre la muerte del hijo de ésta y ella hace una interpretación acorde con la mentalidad de la época, pero que en este caso se convierte en una acusación contra el Dios que Elías está proclamando, en oposición al que proclaman los profetas de Baal: según la mentalidad reinante, Dios castiga la maldad y el pecado de la gente con una enfermedad o con la muerte; la viuda ha prestado su ayuda a Elías, ha hecho una obra de misericordia y Dios la ha castigado con la muerte de su hijo, ese Dios de Elías no tiene nada de especial ni de atrayente, pues ¿Cómo puede un Dios pagar un bien con la muerte? La muerte del joven pone en tela de juicio toda la predicación de Elías

            Es la época en que se está dando una fuerte lucha entre el culto a los baales y el culto a Yahvé.

            El profeta se enfrenta a la mentalidad existente y le deja claro a la viuda, que ha empezado a dudar, la presencia de Dios misericordioso que da la vida y no quiere la muerte de nadie.

            La iglesia ha de arriesgar, incluso aceptando que va en contra de la mentalidad existente y que su discurso no es políticamente correcto, cosa que le puede traer dificultades, y ha de proclamar al Dios de la Vida” frente a la mentalidad existente que proclama la muerte y el asesinato como un derecho natural.

 

 

Salmo responsorial Sal 29, 2 y 4.  5‑6.  ll y 12a y 13b (R.: 2a)


 

R. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. 

 

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.

Señor, sacaste mi vida del abismo,

me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R.

R. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. 

 

Tañed para el Señor, fieles suyos,

dad gracias a su nombre santo;

su cólera dura un instante;

su bondad, de por vida;

al atardecer nos visita el llanto;

por la mañana, el júbilo. R.

R. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. 

 

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;

Señor, socórreme.

Cambiaste mi luto en danzas.

Señor, Dios mío,

te daré gracias por siempre. R.

R. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. 

 

SEGUNDA LECTURA


 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 1, 11‑19

Reveló a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles

 

            Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. 

            Habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. 

            Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mi, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco. 

            Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas, y me quedé quince días con él. 

            Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor. 

Palabra de Dios. 

 

REFLEXIÓN

 

DIFICULTADES EN LA EVANGELIZACIÓN  

            Pablo ha reprochado a los gálatas el que se hayan dejado convencer con tanta facilidad por los falsos predicadores que han llegado predicándoles un evangelio distinto al que él les había predicado; lo mismo les reprocha el que se hayan extraviado con tanta facilidad y de esa forma, encaminándose por un camino de perdición contrario por entero a lo que les anunció.

            De la misma manera se ha levantado una corriente que quiere desprestigiarlo y pone en duda sus enseñanzas, diciendo que él no tiene autoridad alguna, ya que él no ha vivido con Jesús y, por tanto, no es apóstol; a esta corriente responde Pablo reivindicando su autoridad y la verdad de lo que predica: aunque él no haya vivido al lado de Jesús, lo que él predica le ha sido revelado directamente por Jesús, y para que quede constancia, les recuerda su antigua vida y su experiencia de ser un acérrimo perseguidor de Jesús y de la iglesia, hasta que llegó el momento en que “Dios tuvo a bien revelarme a su Hijo y hacerme su mensajero entre los paganos”

            Pablo reconoce la acción directa de Dios sobre él para anunciar el evangelio, que le ha trastornado todos sus planes y su vida entera; esa experiencia que él ha tenido no se la puede contradecir nadie.

            Pablo vuelve a Jerusalén para exponer a Pedro y a Santiago el mensaje que ha recibido y contrastar con ellos, para ver si lo que ha escuchado coincide con lo que ellos han vivido y han escuchado a Jesús para que haya constancia y no haya división de ningún tipo.

 

 

Aleluya Lc 7, 16

Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.

Dios ha visitado a su pueblo. 

 

EVANGELIO


 

U Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 11‑17

¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!

 

            En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío. 

            Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. 

            Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: 

            -“No llores.” 

            Se acercó al ataúd, lo toco (los que lo llevaban se pararon) y dijo: 

            -“¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!” 

            El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. 

            Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: 

            -“Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.” 

La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera. 

Palabra del Señor.



DIOS, EL ÚNICO HORIZONTE DE ESPERANZA   

 

El pasaje del evangelio nos muestra de una forma maravillosa, la actitud de Jesús frente a una de las realidades más fuertes y dolorosas de la vida: la pérdida de un ser querido: de una madre, de un padre, de un amigo… pero sobre todo la pérdida de un hijo para una madre, es una realidad especial de dolor.

Esta realidad del dolor es algo a lo que vamos constantemente dándole de lado, sin darnos cuenta que es un error huir de aquello que nos acompaña día y noche, pues la muerte es la otra cara de la vida y de eso nadie se puede zafar, por más rodeos que le demos.

No obstante, con ser algo tan natural y evidente como el vivir, sin embargo no deja de ser algo que rompe todos los esquemas de la vida y del ser humano, que abiertamente nos indica con esa reacción natural que tiene contra ella, que el hombre no nació para la muerte, sino para la vida y Cristo vino para recuperar este sentido que teníamos perdido, con lo que nos da una fortaleza enorme para hacer frente a esta realidad.

Frente a la muerte no nos podemos hundir en la pena y caer en la desesperación, como quien pierde el sentido de la vida, por el hecho que desaparezca de nuestra vista la persona que queríamos y que nos llenaba de alegría, de cariño o de seguridad y compañía.

Su vida, fue un regalo que recibimos no para apropiárnoslo, sino para sentir la presencia viva del amor a nuestro lado y, todo lo bueno que nos dejó, debe perdurar y ayudarnos a retomar el camino; los recuerdos y los sentimientos que a cada momento nos afloran sobre esa persona, no han de ser para hundirnos, sino para convencernos de que es posible vivir y seguir haciendo el bien sirviéndonos como un referente.

            Cuando Jesús se acerca a la madre viuda que ha perdido lo único valioso que tiene y le pide que no llore, es para indicarle que más allá del dolor y del regalo que ha perdido con la muerte de su hijo, está Dios que se le hace presente, devolviéndole la vida a su hijo, indicándole que Él es el Dios de la vida, de la esperanza y de la única felicidad y seguridad que existen y que el hombre necesita para vivir.

 

CORPUS CHRISTI -C-

PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro del Génesis 14, 18‑20

Sacó pan y vino

 

            En aquellos días, Melquisedec, rey de Salen, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a Abrán, diciendo: 

—«Bendito sea Abrán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos.» 

Y Abrán le dio un décimo de cada cosa. 

Palabra de Dios. 

 

REFLEXIÓN

 

EL GESTO DE MELQUISEDEC  

           

            El texto recoge un momento (Gen 14,18-20) que probablemente no tiene que ver nada con un contexto religioso, sino que es un simple gesto de solidaridad que el sacerdote Melquisedec, rey de Salem, tiene con Abraham y con sus hombres al ofrecerle un poco de pan y de vino para que se repusieran después de la batalla que venían de librar contra cuatro reyes, pero al tratarse de un gesto que hace el sacerdote, podría tener un matiz de acción de gracias por la victoria obtenida, de hecho tiene una expresión de bendición: «Bendito sea Abrán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos.» 

 La tradición recogió el gesto y lo unió al sentido que recoge el salmo 110 que se dirige al Mesías salvador en el que dice: “Tú eres sacerdote eterno, según el orden de Melquisedec” indicando así, que este rey de Salen sea una figura que apuntaba al Mesías que vendría en la persona de Cristo. Es este el sentido que le ha dado el autor de la carta a los hebreos

  

Salmo responsorial Sal 109, 1. 2. 3. 4 (R.: 4bc)


 

R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec. 

 

Oráculo del Señor a mi Señor:

«Siéntate a mi derecha,

y haré de tus enemigos estrado de tus pies.» R.

R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec. 

 

Desde Sión extenderá el Señor

el poder de tu cetro:

somete en la batalla a tus enemigos. R.

R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec. 

 

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,

entre esplendores sagrados;

yo mismo te engendré,

como rocío, antes de la aurora.» R

R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec. 

 

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:

«Tú eres sacerdote eterno,

según el rito de Melquisedec.» R

R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec. 

. 

 

SEGUNDA LECTURA


 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23‑26

Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor

 

            Hermanos: 

            Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: 

Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: 

            —«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» 

            Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: 

            —«Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» 

            Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva. 

Palabra de Dios. 

  

REFLEXIÓN

 

RECORDAR LO IMPORTANTE   

 

Pablo se dirige a los componentes de la comunidad de Corinto para reprenderles por lo que está ocurriendo y por la desviación que están haciendo de la celebración de la Eucaristía en las asambleas en las que los ricos humillan y desprecian a los pobres, entonces aprovecha para recordarles lo que él ha recibido como tradición verdadera y que nadie tiene autoridad para cambiar, hasta el punto que, hacer esto es destruir el sentido más profundo de la cena del Señor.

De esta forma, S. Pablo se coloca en la misma línea de todos los profetas del AT. que denunciaron constantemente el culto vacío, consistente en la práctica de unos ritos desligados completamente de la vida: (Am 5,21-25; Is 1,10-20); denuncia que también hizo Jesús:(Mt 5,23-24; Mc 7,9-13).

Pablo recuerda que la Eucaristía es el memorial de la Alianza de Amor que hizo Jesús y debe ser vivida por los creyentes con el mismo espíritu que la vivió Jesús, en la que “entregó” su cuerpo y su sangre por todos. Jesús mismo dijo que cada vez que coman y beban este pan y este cáliz, están proclamando la muerte del Señor hasta que vuelva (1 Cor 11,26).

Perder esta dimensión y este sentido de la celebración, es “no reconocer lo que está ocurriendo y esto, es hacerse culpable de la destrucción de la alianza.

Esta llamada de atención que Pablo hace a la comunidad de Corinto es muy necesario que la iglesia y las comunidades la escuchen y la hagan presente en la práctica que estamos llevando de lo que es la base, el fundamento y el referente de nuestra vida de cristianos, pues no se puede tolerar que lo que es el principio y fundamento de toda nuestra vida cristiana, se utilice a la ligera para cualquier cosa… que , incluso no tiene que ver nada con el proyecto de Cristo.

 

 

Aleluya Jn 6, 51

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo —dice el Señor—;

el que coma de este pan vivirá para siempre.

 

EVANGELIO


  

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 11b‑17

Comieron todos y se saciaron

 

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban. 

Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: 

—«Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.» 

Él les contestó: 

—«Dadles vosotros de comer.» 

Ellos replicaron: 

—«No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.» 

Porque eran unos cinco mil hombres. 

Jesús dijo a sus discípulos: 

—«Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.» 

Lo hicieron así, y todos se echaron. 

Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos. 

Palabra del Señor.

  

REFLEXIÓN

 

PREDICAR EL REINO 

 

Lucas presenta un marco del momento: se encuentran cerca de Betsaida; hay un grupo enorme de gente pobre, enferma, hambrienta, marginada y oprimida, gente que no tiene horizonte alguno, puesto que las mismas leyes los tienen excluidos… es a esa gente a la que se dirige Jesús y les habla del “Reino de los cielos” que va a dar respuesta a toda esa situación en la que se encuentran.

Jesús siente dolor de esta gente y se dirige a los apóstoles que están en otra onda: ellos quieren enviarlos a los pueblos cercanos para que se compren comida y arreglen cada uno su situación, pues ya bastante han tenido con soportarlos todo el día, es la respuesta realista y lógica de cualquiera.

Sin embargo, no es esa la actitud de Jesús que ve que no tienen fuerza para responder a su situación, creada por agentes externos y que a ellos les ha tocado sufrir las consecuencias; el anuncio del reino lleva consigo la ayuda a salir de la situación en la que se encuentran

Al final del v. 12 Lucas hace caer en la cuenta de que se encuentran en un descampado, en un lugar desértico, donde no hay posibilidades de nada, lo tienen todo en contra. Esto le hace recordar a la comunidad el momento en que el pueblo se encuentra en el desierto huyendo de Egipto y necesita de la ayuda de Dios para salir a flote; en cambio los discípulos están en el papel de aquellos que se resisten y no creen que sea posible la salida de Israel, ni siquiera viendo la mano de Dios (Ex 16,3-4).

Ante esta situación y ante estas dos formas tan distintas de ver la realidad: la de Jesús y la de los discípulos, Jesús deja bien clara la postura a tomar: “dadles vosotros de comer”, es decir: no solo están llamados a predicar, sino a ayudar a abrirse camino: buscar los medios que hay para solucionar el problema, la gente que puede colaborar, y automáticamente se ponen a acomodar a la gente y, hecho todo lo que está en sus manos, Jesús “tomó los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, los partió y se los iba dando a los discípulos para que los distribuyeran entre la gente”

Jesús realiza el gran milagro de la solidaridad: quedaron todos saciados y sobró comida

 

 

 

LA SANTÍSIMA TRINIDAD

PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro de los Proverbios 8, 22‑31

Antes de comenzar la tierra, la sabiduría fue engendrada

 

Así dice la sabiduría de Dios: 

«El Señor me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas. 

En un tiempo remotísimo fui formada, antes de comenzar la tierra. 

Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas. 

Todavía no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui engendrada. 

No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe. 

Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las fuentes abismales. 

Cuando ponía un límite al mar, cuyas aguas no traspasan su mandato; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres. 

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA SABIDURÍA DE DIOS LLENA EL COSMOS  

El pasaje del libro de los Proverbios que nos presenta la liturgia de hoy es un canto a la “sabiduría” divina que es una cualidad connatural a Dios y que se expresa en toda la creación, en el orden existente y en todo aquello que pertenece al orden natural que rebasa todos los límites de la grandeza y la potencia humana.

Esta sabiduría es la que ha hecho todo lo que existe y la que hace que la historia camine de acuerdo a la voluntad de Dios y se desarrollen sus planes

El texto intenta situarnos y nos indica que esta sabiduría está en Dios desde siempre, pues es connatural a Él, por tanto, anterior a todas las realidades existentes en el cosmos. Esta sabiduría tiene también su reflejo divino en el ser humano en su inteligencia.

En la tradición cristiana se ha mirado este himno como un anuncio de la encarnación de la Palabra de Dios hecha carne en Jesucristo, pues la palabra es la expresión de la sabiduría (Jn 1), “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros y hemos visto su gloria, la gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,14).

 

Salmo responsorial Sal 8, 4‑5. 6‑7a. 7b‑9. (R.: 2a)


 

R. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

 

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,

la luna y las estrellas que has creado,

¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,

el ser humano, para darle poder? R.

R. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

 

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,

lo coronaste de gloria y dignidad,

le diste el mando sobre las obras de tus manos. R.

R. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! 

 

Todo lo sometiste bajo sus pies:

rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo,

las aves del cielo, los peces del mar,

que trazan sendas por el mar. R.

R. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! 

 

 

SEGUNDA LECTURA



Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 1‑5

A Dios, por medio de Cristo, en el amor derramado con el Espíritu

 

Hermanos: 

Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. 

Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos; y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. 

Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. 

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA TRINIDAD FUENTE DE VIDA Y ESPERANZA

S. Pablo hace una especie de confesión de fe en la Trinidad al indicar que hemos adquirido la reconciliación con Dios Padre por medio de Jesucristo, Señor nuestro que nos ha conseguido la justificación, con lo que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado”.

Abiertamente proclama que Dios ha sido derramado en nuestras vidas y nos ha puesto en contacto con Él mismo, para llevar adelante su plan de salvación, con lo que ha cambiado completamente nuestra relación con el mundo y con las cosas; es una manera absolutamente diferente de comprenderlo todo: los problemas nos hacen fuertes y nos curten para enfrentarnos a la lucha por la vida; el mantenernos firmes en la lucha contra los problemas, nos hace dignos de confianza y auténticos, de tal manera que nos convertimos en signos de apoyo y fuerza para la esperanza.

Una persona que camina con esta visión y esta actitud en la vida, produce seguridad y confianza y se convierte en una bendición por donde quiera que pasa.

Por tanto, gracias a Jesucristo estamos en una situación de paz y esperanza con Dios que está siendo mantenida por medio del Espíritu Santo y, esto nos hace fieles a nosotros mismos, a los demás y nos colma de felicidad y de sentido para nuestras vidas.

  

Aleluya Ap 1, 8

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,

al Dios que es, que era y que viene. 

 

EVANGELIO


 

Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 12‑15

Todo lo que tiene el Padre es mío; el Espíritu tomará de lo mío y os lo anunciará

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

—«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. 

É1 me glorificará, porque recibirá de mi lo que os irá comunicando. 

Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará.» 

Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

LA ACCION SALVADORA DE DIOS TRINO  

Uno de los grandes aspectos que nos revela Jesús en su mensaje es el nuevo rostro de Dios, pero en ningún momento nos da un discurso o hace un tratado sobre la TRINIDAD para esclarecer lo que es Dios, sino que en todo momento muestra con su vida su relación amorosa con su Padre, hasta el punto que la gente entiende perfectamente que entre Jesús y su Padre hay una total unidad y afinidad, hasta el punto que entienden, aunque no sepan explicarlo, que entre Jesús y el Padre hay un mismo Espíritu que los tiene unidos.

El evangelio nos presenta el cumplimiento de la quinta promesa que hace Jesús de enviar su Espíritu que va a ser el que los defienda (paráclito) y el que los enseñe y les haga entender todo lo que les ha venido diciendo, para que lleguen a tener la verdad completa y puedan comprender el sentido de todo lo que han escuchado y vivido.

El Espíritu tiene una función didáctica y, al mismo tiempo, les va a dar una capacidad para interpretar las escrituras y el sentido de todo lo que se dice; por tanto, no es que el Espíritu vaya a revelar nada nuevo, sino a llenar de luz todo lo que se ha hecho hasta ahora, para que tengan una comprensión total de todo lo que ha ocurrido, lo que ha hecho y dicho Jesús; por tanto, el Espíritu Santo va a ser el que guie  a la iglesia hacia la verdad total que es Jesús.

Por tanto, el “misterio” de la TRINIDAD más que consistir en una idea cerrada e inalcanzable, se convierte en algo completamente dinámico que se hace vida.

El NT. Más que darnos una doctrina elaborada sobre la Trinidad, lo que nos presenta es una estructura trinitaria de salvación, es decir: una acción salvadora entre TRES: el proyecto de Dios Padre y su revelación, nace en su sabiduría; es realizado por Jesucristo, su Hijo, y se lleva adelante y se perfecciona en la iglesia a través del Espíritu Santo. Es por eso por lo que dice Jesús: “el Espíritu no hablará por su cuenta, sino que dirá únicamente lo que ha oído... todo lo que les dé a conocer, lo recibirá de mí”. Jesús es el Revelador del Padre; el Espíritu, en cambio, hace posible que la revelación de Cristo penetre con profundidad en el corazón del creyente, la entienda y la acepte.