DOMINGO -II- DE CUARESMA -B-



Lectura del libro del Génesis   22,1‑2.9‑13.15‑18

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole:  *(Abrahán­!+
Él respondió: *Aquí me tienes.+
Dios le dijo: *Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré.+
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrah­án tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: *(Abrahán! Abrahán!+
Él contestó: *Aquí me tienes.+
El ángel le ordenó: *No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo tu único hijo.+
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: *Juro por mí mismo Coráculo del SeñorC: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.+
 Palabra de Dios

REFLEXION

“FIARSE DE DIOS HASTA EL EXTREMO” 
            La biblia nos presenta a Abrahán como el modelo de hombre de fe que se fía de Dios y se pone en sus manos hasta el punto que se le ha llamado siempre el Padre de todos los creyentes.
            Sin embargo, el poder llevar este título no fue cosa fácil: Abrahán enfrentó muchos momentos durísimos en los que su fe se vio puesta contra las cuerdas y son estas situaciones extremas las que le hacen acreedor de este título.
Abrahán –un hombre que ha cimentado su vida en Dios- posee muchas riquezas y, un día, Dios le pide que lo deje todo y se marche. ¿A dónde? No lo sabe.
Después de pasar el trago, -pues supongo que no tuvo que ser nada fácil, le costaría lo suyo- se marchó sin vacilar. Cambia su sistema de vida y se hace un  nómada lanzado a la inseguridad.
Un día, Dios, parece que está dispuesto a burlarse de él: le promete que va a ser padre de un gran pueblo, cuando él es viejo y su mujer lo mismo, pero además estéril. Humanamente suena a tomadura de pelo y entran ganas de reír, como le ocurrió a Sara.
Abrahán, no obstante, solo hace una cosa: reconocer que no entiende nada, pero asume su puesto, él no es más que un simple mortal que está en manos de Dios y que no puede hacer más que lo que un hombre alcanza a hacer. Reconoce, en cambio, que sería un absurdo ponerse frente a Dios a discutir, Él es el dueño de la vida y señor del universo, por tanto, puede hacer lo que quiera, sin necesidad de nadie, de ahí que no le extraña nada: si Él lo dice, Él sabrá, aunque él no lo entienda ni lo vea y confía en su palabra y lo deja actuar en su persona. Es la actitud más clara y auténtica de la verdadera fe.
La Palabra de Dios se cumple y Abrahán recibe el mayor gozo de su vida. En Isaac empieza a ver nacer ese gran pueblo que Dios le ha prometido, pero otro buen día, Dios, adaptándose, incluso, a la horrenda práctica cananea de sacrificar hombres, le pide que le sacrifique a su hijo. Cada uno puede ahora imaginar todas las posibles reacciones que un hombre puede tener ante semejante disparate, si es que le pidiese Dios que hiciera esto. Estoy seguro que la respuesta de Abrahán se sale de todas nuestras posibles respuestas y cálculos.
Sin embargo, él sigue su línea de confianza y obediencia al Dios que siente cercano y al que le ha dado su palabra. Abrahán ha comprendido que lo que está ocurriendo no es obra suya, sino que es Dios quien lleva la trama de todo, Él sabrá qué es lo que va a hacer y cómo; se pone en sus manos y obedece ciegamente.
Cuando el hombre quiere coger el timón, hacerse el protagonista, vienen las épocas del silencio de Dios y, solo cuando el hombre no tiene nada qué decir, cuando reconoce su impotencia, su limitación y está al borde del abismo, es cuando Dios aparece actuando.
            Es ese el camino de la fe, el riesgo de creer y de fiarse de Dios: nos obliga a llegar al extremo. Ciertamente hay algo seguro que no falla: es la palabra de Dios en la que el beneficiado es siempre el hombre, a cambio de fiarse de Dios y prestarse a que Él pueda manifestarse.
            Estas son las exigencias de nuestra fe. Es bueno y conveniente que nos revisemos a cada momento para ver si realmente es a Dios a quien creemos y de quien nos fiamos o, por el contrario, no es sino una creencia vacía lo que estamos sosteniendo y alimentando.


SALMO 115

R -Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida

Tenía fe, aun cuando dije:
*(Qué desgraciado soy!+
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
R -Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
R -Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Romanos 8, 31B‑34

Hermanos:
Si Dios está con nosotros, )quién estará contra nosotros?
El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, )cómo no nos dará todo con él? )Quién acusará a los elegidos de Dios? )Dios, el que justifica? )Qui­én condenará? )Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“DIOS APUESTA POR EL HOMBRE”  
                S. Pablo confiesa a la comunidad de Roma algo que es fundamental y que se convierte en la base de toda nuestra esperanza  y nuestra alegría: Dios ha apostado por nosotros, ha roto todos los obstáculos que había para que el hombre pudiera tener acceso a Él: ha cogido la naturaleza humana y la ha transformado haciéndola suya, ha entregado a su propio Hijo para que pague toda la deuda de los hombres.
            El hombre había roto con Dios  y solo Él podría perdonarlo; Pablo hace un canto a la esperanza y a la gran alegría de saber que el único que nos podría castigar por nuestro pecado se ha puesto de nuestra parte y se ha convertido en nuestro abogado defensor hasta el punto que ha dado su vida por nosotros. Si esto es así quién o qué podrá acusar o castigar al hombre; se han puesto todas las cosas de nuestra parte, no hay en el mundo motivo más grande de alegría, es como darnos la seguridad y la garantía de nuestra salvación.
            No obstante, aunque todo se haya puesto a nuestro favor, aunque tengamos la seguridad de que no hay nada ni nadie que pueda acusarnos ni que pueda hacer que cambie Dios su decisión, sin embargo hay algo que es el peor de los enemigos del hombre: el mismo hombre, que con su orgullo, su soberbia y su estupidez, es capaz de convertirse en  enemigo de si mismo despreciando el amor y el gran regalo de Dios.

Lectura del santo evangelio según S. Marcos   9, 2‑10

            En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blan­co deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
            Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:  *Maestro, (qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Ellas.+
            Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
            Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: *Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.+
            De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
            Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: *No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.+
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de *resucitar de entre los muertos+. 
Palabra del Señor

REFLEXIÓN

“LA TRANSFIGURACIÓN” 

            Nos cuenta el pasaje de S. Marcos el momento en que Jesús, invitando a Pedro, Santiago y Juan, se los llevó a un monte y delante de ellos se transfiguró.
            El hecho no es más que una demostración visible y un anticipo del cambio total al que un hombre que camina de cara a Dios está llamado.
            Cuando Pedro puede contemplar la grandeza del hombre transformado, no pudo contener su admiración y sus ganas de constituirse en aquel estado: “Maestro, ¡qué bien se está aquí! Hagamos tres chozas”
            Sin embargo Jesús les corta la contemplación para que no se vayan a instalar en algo sin fundamento.
            A la transfiguración no se llega sin haber transformado la realidad. La resurrección no viene sino después de haber pasado por la cruz, es condición indispensable, hay que morir primero. Este es el sabor amargo de la felicidad, que hay que probarlo, para saber su grandeza y poder distinguir entre una cosa y otra.
            Esta transfiguración se está viendo a cada momento, lo que ocurre es que no es un hecho constatable físicamente, pues esto supera todas las capacidades.
            Sin embargo,  un hombre, una persona que ha conocido a Cristo,  que ha encauzado su vida según el modelo que Cristo  ha traído, pronto puede constatarse el cambio, la transfiguración, y podemos ver a la persona que se convierte en un ser de luz, un hombre nuevo, que mira la vida y se encarna en ella,  leyendo la historia con una visión transcendente.
            Será el hombre que se ha comprendido a sí mismo y al mundo en el que vive. Será el hombre arraigado a la vida, pero levantando la mirada muy por encima de ella.
            Solo estos hombres son los que hacen historia, los que transcienden y transforman el mundo. Un ejemplo extraordinario es Abrahán: Se deja en manos de Dios y se convierte en bendición para el mundo. La transformación se da en él, no sin dolor y amargura y sin lucha, pero por esa actitud es proclamado como el Padre de la humanidad creyente.
            Otro ejemplo genial es S. Pablo: conoce a Cristo y comienza la subida a su Tabor; será el hombre nuevo dentro de las situaciones más difíciles que vive.
            Actualmente  podemos ver cómo todos los hombres grandes que existen, tienen su signo en la cruz, pero su presencia es deslumbrante. No suelen ser los bien acomodados llenos de dinero y de poder.

DOMINGO -I- DE CUARESMA -B-



PRIMERA LECTURA

Lectura del Libro del Génesis       9, 8‑15
Creación y pecado de los primeros padres
            Dios dijo a Noé y a sus hijos: AYo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron, aves, ganado y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: El diluvio no volverá a destruir la vida ni habrá otro diluvio que devaste la tierra.
Y añadió Dios: Esta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: Pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes.     
 Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“DIOS SE COMPROMETE CON LA VIDA” 

            Nos cuenta la biblia que cuando el hombre se había degradado tanto y se había pervertido de tal forma  que ya no se reconocía la imagen de Dios en él,  dice que “Dios se arrepintió de haber hecho al hombre” y haberle dado todo el poder que tenía sobre la creación, pues podía destruirlo todo. Entonces Dios decidió borrarlo del orbe de la tierra, pero ocurre lo de siempre, que no todos entran en la misma situación, y Dios, que es justo y es amor, no puede tolerar que paguen justos por pecadores y el autor del Génesis monta el escenario para que quede claro que el amor y la justicia de Dios no se deja tocar por la estupidez humana. Dios hace una Alianza con Noé y este compromiso que hace con él, se extiende a toda la creación: Dios se compromete a cuidar de la vida de todos los hombres y animales que hay sobre la tierra y la vida de toda carne viviente. Él es la VIDA, no puede tolerar el que se la atropelle ni que el hombre siga manteniendo lo que está haciendo.
            Pasados muchos años, volverá a renovar la misma alianza con Abrahán y, siglos después, volverá de nuevo a renovar con Moisés. Son como los tres pilares en los que se fundamentará la actitud del pueblo de Israel en torno a la vida; los mismos que recoge Jesús y que sostendrá y proclamará íntegramente
            Es interesante la connotación que aparece en el texto y que no debemos dejar pasar por alto: esta Alianza de la vida, tiene un signo especial que no pertenece a la tierra: el DILUVIO, es fruto de un agua venida del cielo y la señal que quedará como compromiso, también quedará expuesta en el cielo: el ARCO IRIS. Esto significa para Israel que Yahvé es el único Dios y Señor del universo y de la  vida.
            Además, hay otra nota interesante que debemos tener en cuenta: la iniciativa parte de Dios y el compromiso es solo suyo; a Noé no le pide nada, el hombre no se comprometa a nada. La palabra es sola y exclusivamente de Dios, con lo que su sentencia se cumplirá inexorablemente y está por encima de cualquier consideración humana sobre la VIDA. Esto es bueno que lo recordemos en tiempos en donde nos levantamos exigiendo “derechos” a disponer de la vida como si fuéramos dueños de ella.

Salmo responsorial       Sal24,4bc-5ab. 6-7bc. 89

V/.  Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
.R/.  Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza
Recuerda, Señor que tu ternura
y tu misericordia son eternas.
Acuérdate de mi con misericordia,
por tu bondad, Señor.
.R/.  Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza
El Señor es bueno, es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
.R/.  Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardan tu alianza


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la 1ª carta del Apóstol San Pedro 3,18-22

            Queridos hermanos: Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios.
Como era hombre, lo mataron; pero como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.
Con este Espíritu fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos -ocho personas- se salvaron cruzando las aguas.
Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva: que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Cristo Jesús Señor nuestro, que está a la derecha de Dios. 
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

“INSTRUMENTOS DEL REINO”    
            Pedro hace tomar conciencia a la comunidad de algo que con frecuencia  puede olvidar: Cristo “murió por los pecados una vez para siempre” Él ha pagado ya la culpa de nuestros pecados, no vale la pena que andemos todavía volviendo sobre ellos e incapacitándonos para seguir adelante.
            Él ha reconstruido el orden que estaba roto y cada bautizado, se ha convertido en piedra viva del nuevo templo donde habita la divinidad.
            La reconstrucción que ha realizado Cristo, no es como el arca de Noé, donde solo unos cuantos pudieron salvarse, Él ha asumido la  “naturaleza humana” y la ha transformado, la ha “recreado”, ya no se necesitan más sacrificios expiatorios ni pago de “deudas”, Él pagó por todos y por Él han sido rescatados todos los hombres, de todos los tiempos, de todas las razas, de todas las culturas… se trata únicamente de aceptar el gran regalo que nos ha hecho, pues es algo que no se impone para nadie.
            Lógicamente, al plantearnos seriamente esto, no queda más remedio que contrastar nuestra práctica religiosa con la verdad que Cristo nos dejó, pues Él no estableció ningún sistema religioso, sino una forma nueva de existencia, un orden nuevo del que yo participo y me convierto en pieza de su estructura, que posibilita el que se haga visible.
            El día que los cristianos tengamos esto claro y nos convirtamos de verdad, la iglesia aparecerá, con todo su esplendor, como el signo vivo y verdadero del reino que Cristo inauguró y que le dejó como misión en la tierra; mientras no sea así, no dejará de ser un sistema religioso más, sometido a todas las limitaciones y, en consecuencia, a las críticas propias de cualquier establecimiento humano.

Versículo antes del Evangelio       Mt  4,  4b

No sólo de pan vive el hombre,
sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.


EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Marcos      1, 12-15

            En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas y los ángeles le servían.
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed la Buena Noticia.
Palabra del Señor

REFLEXIÓN

“SE PODÍA HABER AHORRADO EL VIAJE”

            Nos adentramos en este tiempo de cuaresma al que hemos  rodeado de una aureola de “sacrificio”, de practicas de ayunos, de rituales especiales… que la mayoría de las veces no entendemos ni le encontramos sentido, pero que siempre nos lo han dicho y, cuando nos encontramos con gestos como el que hicimos el miércoles pasado, se llenan las iglesias de gente, que viene a ponerse ceniza y se va a su casa llevándose  para su abuela que la tiene enferma y no ha podido venir… y uno se queda con la sensación de que algo raro y mágico funciona por ahí debajop que no tiene que ver nada con lo que trajo Jesús.
            Jesús vino y proclamó la gran noticia: “se ha cumplido el plazo. Está cerca el reino de Dios. Convertios y creed la Buena Noticia+.
            Es decir: lo que siempre había venido Dios anunciando y prometiendo, ha llegado la hora de su llegada, ya está aquí, Dios se ha bajado, se ha introducido en nuestra historia, se ha venido con nosotros, ha presentado su proyecto e invita a seguirlo… ¿quién se viene?
            Convertirse no es sino dejar la situación en la que hemos venido viviendo y empezar en la nueva onda que ha establecido Dios con Cristo, es un tiempo nuevo, es la alternativa que Dios ha dado al mundo, toca definirse, ya no hay excusas.
Y eso ¿cómo es? Jesús no dice lo que es, sino que va poniendo una serie de comparaciones para indicar cómo viviríamos, si es que nos pusieramos en la onda de Dios, es decir: se trata de vivir como Dios quiere que vivamos: en los tiempos que vive Jesús, lo que domina y está establecido es el sistema que sostiene Tiberio, pues se trata de vivir como Dios quiere: practicando la justicia y estando al lado de los desamparados y no atropellando y buscando el poder, la riqueza, el placer…
En los tiempos de Jesús, había varias castas que tenían divida a la gente y unos despreciaban a otros; estaba la gente del campo que no pintaba para nada y a la que se le explotaba sin consideración… vivir según el plan que Dios ha establecido, hace que todos sean considerados y tratados como iguales, respetando sus derechos y cumpliendo todo el mundo con su obligación.
No, no se trata de un sueño ni de una ilusión de lo que viene hablando y lo que anuncia, es algo absolutamente real y posible. Dios se compromete a vivir junto a todo el que acepte esta dimensión y a llevarla adelante. Este es su proyecto. Vivir en esta dimensión, es establecerse en el camino recto que lleva a la salvación y a la felicidad.
La iglesia no tiene otro objetivo en el mundo que ser un signo visible, que vive en estos parámetros y, todo el mundo la puede ver y constatar, es la mejor predicación que puede hacer y es lo que todos tienen que ver en ella, antes que los ritos, las normas, los tabúes, los vestidos, los cargos, los títulos, las formas…
            Cuando vemos algunas cosas y constatamos en lo que nos complicamos la vida, uno piensa: si yo estuviera fuera y sin tener idea de todo esto, y viera lo que están haciendo… me preguntaría: ¿Esto es la gran noticia que trajo Jesús? ¿Y por esto entregó su vida? ¿Para esto vino Dios y se quedó con nosotros?

DOMINGO -VII- DEL TIEMPO ORDINARIO -B-



PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 43, 18‑19. 21‑22. 24b‑25
Por mi cuenta borraba tus crímenes

Así dice el Señor:
—«No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo;
mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?
Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo,
para apagar la sed del pueblo que yo formé, para que proclamara mi alabanza.
Pero tú no me invocabas, Jacob, ni te esforzabas por mi, Israel; me avasallabas con tus pecados y  me cansabas con tus culpas.
Yo, yo era quien por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados.»
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

¿DÓNDE ESTÁ EL NUEVO ISAÍAS?  
            El 2º libro de Isaías está escrito durante el exilio en Babilonia a donde el mismo Isaías ha sido deportado sintiéndose  arrancado de su tierra y de su gente y ha visto cómo ha sido destruida Jerusalén,  símbolo de la dignidad nacional.
            Estamos en el s. VI a.C. y es interesante tener en cuenta la situación sicológica de este pueblo que ha sido deportado y tiene muy claras las causas de esta situación; están indignados contra ellos mismos por haber llegado a esta situación; recuerdan como un eco en el tiempo que no se borra, la voz de Jeremías que insistentemente les advertía de lo que iba a ocurrir y no quisieron hacerle caso , antes bien, se lo quitaron de en medio.
            Ahora todas estas cosas les están generando un sentimiento de culpa que los oprime lejos de su tierra y se sienten traicionados, vendidos, frustrados por sus dirigentes corruptos  que los han llevado a esta situación y ellos se han dejado llevar con lo que el odio a los opresores es mortal
            En esta situación, desde el dolor más profundo, lanza Isaías su grito de esperanza que rompe esta sensación de hundimiento y postración en la que han caído: “Dejad ya de mirar el pasado, vamos a mirar el futuro, volvamos de nuevo a Dios que nos está esperando y está decidido a repetir todo lo que hizo en tiempos pasados y nuestra realidad será transformada de nuevo”
            El profeta anuncia un nuevo Éxodo, esta vez más grandioso que el anterior.
            Ante la lectura del texto no puedo evitar el traer a la memoria las palabra de uno del grupo de reflexión de la Palabra de Dios cuando analizábamos la situación a la que hemos llegado, en donde reina el caos y el desconcierto: por un lado los que no saben por dónde coger la situación a la que se han comprometido dar una solución y engordarse de paso, pero tienen la espada de Damocles siempre encima amenazándonos; por otro lado, están los que no se resignan a dejar de vivir como parásitos… y en medio están los de siempre: el pueblo pobre y explotado al que todos intentan desvalijarlo que dice suspirando: “Tenemos que olvidarnos de los tiempos que vivimos, pues esa situación ya no volverá jamás”.
            Pero es que no debe volver; no podemos volver a acomodarnos en un sistema de muerte como en el que nos hemos asentado que desconoce el amor, la verdad, la justicia, la solidaridad… eso solo puede llevar a la destrucción y a la muerte.
            Este “suspirar” desolado se lanza desde la sociedad, pero desde la iglesia hacemos lo mismo y nos debatimos queriendo mantener lo que no tiene sustentación alguna: una “cristiandad” que medimos por números para la estadística. ¿Dónde está el nuevo Isaías del s XXI que lance un grito de esperanza y descubra de nuevo el camino que Cristo dejó tan claro?


Salmo responsorial Sal 40, 2‑3. 4‑5. 13‑14       (R/: 5b)
R/.  Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo  guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos. R/.
R/.  Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije:  «Señor, ten misericordia, sáname,
porque he pecado contra ti.» R/.
R/.  Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén. Amén. R/.
R/.  Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 18‑22
Jesús no fue primero «sí» y luego «no»; en él todo se ha convertido en un «si»

Hermanos:
¡Dios me es testigo!
La palabra que os dirigimos no fue primero «sí» y luego «no».
Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el que Silvano, Timoteo y yo os hemos anunciado, no fue primero  «sí» y luego «no»; en él todo se ha convertido en un «sí»; en él todas las promesas han recibido  un «sí». Y por él podemos responder: «Amén» a Dios, para gloria suya.
Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros.
Él nos ha ungido, él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el  Espíritu.
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

“PERDERSE EN SIMPLECES”  
Parece que S. Pablo tuvo algún problema con la comunidad de Corinto, pues parece ser que les había prometido una visita y los dejó esperando; por eso, le reprochan de no ser serio en sus decisiones. Ante esta acusación, Pablo se defiende y da argumentos serios en los que deben centrarse: “¡Dios me es testigo! La palabra que os dirigimos no fue primero «sí» y luego «no».
            El no haber cumplido el plan establecido, ha sido por motivos pastorales serios, y no por actuar a la ligera sin tener en cuenta a la gente.
            Entonces aprovecha para acentuarles algo que tienen el peligro de perder con estas cosas sin importancia, como puede ser el haber fallado en el viaje planificado: “Lo mismo que Jesús fue el “SÏ” definitivo al Padre,  de la misma manera su “sí” y el de sus compañeros Silvano y Timoteo ha sido total a Jesucristo, por tanto, ellos no andan jugando a ambigüedades y es un “sí” cuando conviene una cosa y un “no” cuando las cosas no salen como esperaban.
            Para ellos, la doctrina y el mensaje que están llevando, no es algo que cambia según las conveniencias y puede dejar a todos en la duda, porque Dios no es “sí” y  “no” al mismo tiempo.
            Si esta actitud fuera así, como los corintios están pensando, y como muchas veces también pensamos nosotros,  andaríamos a la deriva y no sabríamos a qué atenernos. Pero Dios no actúa así,  Cristo fue el SÍ definitivo que Dios dio al mundo y en Él, ha sido restablecida para siempre la naturalezas humana, pasando a ser hijos de Dios. En Cristo hemos recibido el Espíritu Santo que nos identifica con Él, consagrándonos y marcándonos con su sello. Esto es inamovible y esto es lo fundamental que no cambiará, aunque el mundo se ponga boca abajo.
            Lo triste es que, de la misma manera que le ocurrió a los corintios, muchas veces también nos ocurre a nosotros, que perdemos la visión del horizonte  detenidos en cosas sin importancia, como pudo ser aquella visita fallida o, como puede que sea una decepción que nos llevamos por el comportamiento inesperado de alguien a quien considerábamos  más responsable.

Aleluya Lc 4, 18
El Señor me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres,
para anunciar a los cautivos la  libertad.

 EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 2, 1‑12
El Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados

Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa.
Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra.
Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas  tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el  paralítico.
Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico:
—«Hijo, tus pecados quedan perdonados.»
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:
—« ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?»
Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:
—« ¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados,” o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados...»
Entonces le dijo al paralítico:
—«Contigo hablo: Levántate, coge ‑tu camilla y vete a tu casa.»
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y  daban gloria a Dios, diciendo:
—«Nunca hemos visto una cosa igual.»
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“LA FUERZA DE LA FE”   
            Uno de los grandes problemas de la sociedad actual es la gran capacidad que tenemos para desanimarnos en cuanto encontramos la más mínima dificultad, o cuando vemos que alguien pone en tela de juicio lo que decimos o lo que hacemos: basta que a alguien no le guste algo que hemos propuesto, para que automáticamente nos desanimemos y tiramos la toalla diciendo que no vale la pena, que no se puede hacer nada con esta gente, o que no nos complicamos la vida. 
            Otra forma de postración es el creernos que lo sabemos todo, que no necesitamos de nada ni de nadie y nos anclamos en la situación económica y social que nos da seguridad y nos convertimos en jueces de los demás y sintiéndonos por encima del bien y del mal,  perdiendo toda la capacidad de comprender a los que sufren, como le ocurría a los doctores de la ley del tiempo de Jesús: el “estatus” estaba por encima de la persona y no permitían que nadie les tocase o pusiera en tela de juicio  su situación. 
            Lo malo de todas estas situaciones de postración es que no las reconocemos y nos sentimos muy a gusto en ellas, con lo que quedamos incapacitados para ver a Dios  que sigue actuando con la misma fuerza de siempre, pero los que se habían encerrado en si mismos, ahora están decepcionados y no ven nada, es que sacaron a Dios de sus vidas y no contaron con Él para nada, entonces, ahora no podrán mirar para atrás, pues no encontrarán más que podredumbre y, mirar al pasado, no será sino revolverse en un fango, pero menos aún podrán mirar hacia adelante y ver que lo que Dios hizo,  hoy se multiplica, pues con Cristo, Dios ha hecho lo máximo que pudo hacer por nosotros, en Él está su “Sí” definitivo, pero estos, también estarán incapacitados para verlo y, más bien, les resultará hasta un personaje aburrido y molesto, al que critican y desacreditan, demostrando de esa forma su miseria y su incapacidad para algo positivo en la vida.
            El contraste nos lo presenta el evangelio: había una dificultad muy grande: la gente. Podían haberse puesto a criticar la situación de aquellos que no son capaces de apiadarse del desvalido y dejarle un espacio… pero en lugar de quedarse en contemplaciones derrotistas, hacen lo más inverosímil: se suben al tejado, quitan las tejas y, por el agujero, descuelgan al enfermo.
Con toda seguridad que hoy, alguien hubiera tachado de fanáticos, delincuentes o quién sabe qué cosas a aquellos atrevidos. Jesús, en cambio, no lo vio así: se maravilló de la fe de aquellos hombres y curó al enfermo.
            Es imposible reprimir la pregunta ¿Qué hacemos nosotros aquí en la iglesia? Nos reúne el mismo ímpetu de aquellos que descolgaron al paralítico o venimos a quejarnos ante el Señor?