DOMINGO IV DEL T. O. –C-


PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro de Jeremías. Jer 1, 4-5. 17-19

Te constituí profeta de las naciones

EN los días de Josías, el Señor me dirigió la palabra:
«Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones.
Tú cíñete los lomos:
     prepárate para decirles todo lo que yo te mande.
     No les tengas miedo,
     o seré yo quien te intimide.
Desde ahora te convierto en plaza fuerte,
     en columna de hierro y muralla de bronce,
     frente a todo el país:
     frente a los reyes y príncipes de Judá,
     frente a los sacerdotes y al pueblo de la tierra.
Lucharán contra ti, pero no te podrán,
     porque yo estoy contigo para librarte
     —oráculo del Señor—».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN     

 

SER FIEL O MORIR    

            La persona y la misión de Jeremías es algo que a cualquiera lo pone con los nervios alterados y en actitud de guardia:

            Jeremías es de un pueblo cercano a Jerusalén, Anatot; su padre es Jilquías, sacerdote, de la familia de Abiatar, que fue el culpable del complot que se hizo contra Salomón (1 Rg2, 26-26) y como castigo fue expulsado de Jerusalén y enviado a Anatot habiéndole quitado la autorización para ejercer como sacerdote.

            Esta especie de “maldición social” caía sobre la familia de Jeremías que no era bien vista ni querida en Anatot. Es una familia “marcada” como “maldita”.

            En esta situación y en este ambiente, Dios llama a Jeremías, pero no para que vaya y le endulce el oído a sus paisanos, sino para que vaya, denuncie, arranque, derribe, plante… y sea el profeta de las desgracias, ¡por si no tenía bastante dificultad!

            Dios lo consagra para sí y tiene una relación íntima con él, hasta el punto que a partir de ahora dependerá totalmente de Dios, de su palabra.

            Jeremías va a ser separado de su gente, de su pueblo, pero no como su familia, sino todo lo contrario: Dios lo hace suyo para realizar una misión muy especial y su acción en Anatot será muy distinta a la de todos sus vecinos, de forma que, cuando empieza a actuar, es ignorado, aislado, insultado, criticado… y cuando empieza a tomar actitudes de compromiso es denunciado, amenazado, golpeado, aislado e insultado incluso por sus mismos familiares y amigos más cercanos que terminan por hacerlo desaparecer.

            ¿Y cuál es la causa de toda esta oposición? Simplemente: no aprueba lo que están haciendo, no les da la razón, ni dice lo que les gustaría escuchar, sino que cuando habla, los deja inquietos e intranquilos.

            Ellos quisieran encontrar en Jeremías un apoyo en su pecado, pero Jeremías no cesa en su denuncia y en su anuncio de catástrofe, como respuesta al mal que están haciendo, a pesar del amor entrañable que tiene a su pueblo y a su tierra y, a pesar de lo que le cuesta tener que decir lo que dice, porque siente como suyo el dolor de su pueblo.

 

Salmo responsorial

Sal 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17 (R/.: cf. 15ab)


R/.
   Mi boca contará tu salvación, Señor.

 

        V/.   A ti, Señor, me acojo:
                no quede yo derrotado para siempre.
                Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, 

                inclina a mí tu oído y sálvame.   R/.

R/.   Mi boca contará tu salvación, Señor.

 

        V/.   Sé tú mi roca de refugio,
                el alcázar donde me salve,
                porque mi peña y mi alcázar eres tú.
                Dios mío, líbrame de la mano perversa.   
R/.

R/.   Mi boca contará tu salvación, Señor.

 

        V/.   Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
                y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
                En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
                en el seno tú me sostenías.   
R/.

R/.   Mi boca contará tu salvación, Señor.


        V/.   Mi boca contará tu justicia,
                y todo el día tu salvación,
                Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
                y hasta hoy relato tus maravillas.   
R/.
R/.   Mi boca contará tu salvación, Señor.

 

SEGUNDA LECTURA (forma larga)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 12, 31 — 13, 13

Quedan la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor

HERMANOS:
            Ambicionad los carismas mayores. Y aún os voy a mostrar un camino más excelente.
Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde.
            Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada.
            Si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría.
            El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
            Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca.
Las profecías, por el contrario, se acabarán; las lenguas cesarán; el conocimiento se acabará.
Porque conocemos imperfectamente e imperfectamente profetizamos; mas, cuando venga lo perfecto, lo imperfecto se acabará.
            Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño.
            Ahora vemos como en un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es ahora limitado; entonces conoceré como he sido conocido por Dios.
            En una palabra, quedan estas tres: la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor.
Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA (forma breve)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 13, 4-13

Quedan la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor

HERMANOS:
            El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
            Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca.
            Las profecías, por el contrario, se acabarán; las lenguas cesarán; el conocimiento se acabará.
            Porque conocemos imperfectamente e imperfectamente profetizamos; mas, cuando venga lo perfecto, lo imperfecto se acabará.
            Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño.
            Ahora vemos como en un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es ahora limitado; entonces conoceré como he sido conocido por Dios.
            En una palabra, quedan estas tres: la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor.
Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN     

 

PARA UNA REVISIÓN DE VIDA   

            S. Pablo se hace un planteamiento respecto a aquellas aspiraciones o ilusiones que podemos hacernos en la vida y que realmente valga la pena poner toda la fuerza y jugarse la vida por ellas.

            Concluye diciendo que nada de lo que tenemos o conseguimos tiene sentido, si es que no está marcado por el amor: todo lo referente al ámbito material, religioso: dinero, riquezas, puestos de honor, dones de sabiduría, de lenguas… hasta el mismo martirio, si es que no está movido por el amor, no cuentan para anda, ni tienen consistencia alguna, si es que no están basados en el amor y movidos por él.

            De todo eso grande que podemos tener y hacer, lo que da fuerza, sentido y consistencia es el amor, porque incluso, de cara al final, lo único que va a quedar es el amor que lo viviremos en plenitud; el resto de cosas desaparecerán por completo, como algo sin consistencia.

            Ante la lectura de este texto, es bueno que nos planteemos si merece la pena estar empecinados en las cosas en las que ponemos nuestra vida y tenerla hipotecada pensando que el dinero es la solución de todos los problemas que nos podemos encontrar.

 

Aleluya

Lc 4, 18

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   El Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres,
        a proclamar a los cautivos la libertad.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 4, 21-30

Jesús, como Elías y Eliseo, no solo es enviado a los judíos

EN aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga:
    «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca.
Y decían:
    «¿No es este el hijo de José?».
Pero Jesús les dijo:
    «Sin duda me diréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”, haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm».
Y añadió:
    «En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN     

 

MANIPULAR A JESÚS       

 

                Jesús llega a su pueblo y va el sábado, como tenía por costumbre, con todos sus paisanos a escuchar la Palabra de Dios en la sinagoga; le piden que haga un comentario del texto que se ha leído y cuando lo oyen echarles en cara que no están cumpliendo lo que el profeta está diciendo, le ocurre exactamente igual que a Jeremías: ellos le piden que les diga lo que les agrada, que les justifique sus desvaríos, que apruebe la pasividad, el conformismo y el anquilosamiento en el que han entrado… y entonces empiezan a pedirle signos que demuestren que tiene autoridad para decir lo que está diciendo que indique que es la verdad lo que sostiene: “Haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm».

            Es decir: los vecinos de Nazaret quieren que se les dé la razón y, además, gestionar ellos la vida de su paisano Jesús y ser ellos los que indiquen lo que tiene que decir y lo que tiene que hacer; ellos quieren montar un show a costa de Jesús y, de esa forma, reducir la fe a gestos mágicos, a montajes. Cuando no lo pueden conseguir se revuelven contra Jesús e intentan despeñarlo por un barranco.

            Jesús tiene que salir huyendo de su pueblo al no hacer ni decir lo que los nazarenos quieren ver y escuchar.

            De la misma manera que Elías y Eliseo, tiene que salir de su tierra e irse en busca de otras personas que quieran escuchar el mensaje, pues sus paisanos no tienen fe ni están dispuestos a cambiar de actitud en la vida.

            El problema sigue estando de pie con una actualidad enorme, no solo entre la gente de fuera, sino en el seno de la iglesia, entre aquellos que se encuentran muy a gusto y seguros, instalados en sus esquemas y posiciones, que no están dispuestos a abandonar por nada y quieren obligar a Jesús a decir lo que les conviene e interesa y a entrar por el aro que ellos han puesto


 

 

 

 

 

 

 

DOMINGO III DEL T.O. -C-


PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro de Nehemías. Neh 8, 2-4a. 5-6. 8-10

Leyeron el libro de la Ley, explicando el sentido

EN aquellos días, el día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras trajo el libro de la ley ante la comunidad: hombres, mujeres y cuantos tenían uso de razón. Leyó el libro en la plaza que está delante de la Puerta del Agua, desde la mañana hasta el mediodía, ante los hombres, las mujeres y los que tenían uso de razón. Todo el pueblo escuchaba con atención la lectura de la ley.
El escriba Esdras se puso en pie sobre una tribuna de madera levantada para la ocasión.
Esdras abrió el libro en presencia de todo el pueblo, de modo que toda la multitud podía verlo; al abrirlo, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo respondió con las manos levantadas:
    «Amén, amén».
Luego se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.
Los levitas leyeron el libro de la ley de Dios con claridad y explicando su sentido, de modo que entendieran la lectura.
Entonces, el gobernador Nehemías, el sacerdote y escriba Esdras, y los levitas que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea:
    «Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios: No estéis tristes ni lloréis» (y es que todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley).
Y añadieron:
    «Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN      

 

LA PALABRA DE DIOS ES FUERZA Y VIDA       

            El momento que nos narra la palabra de Dios tiene una fuerza enorme, pues nos expresa de una forma genial lo que es la Palabra de Dios: no es una palabra vacía en abstracto sin contenido y sin objetivo; es la palabra de Dios al pueblo, el mensaje que Dios lanza a su pueblo y no a un particular que va a indagar lo que le gusta o lo que le interesa… La Biblia es la carta, el mensaje de Dios a su pueblo que luego cada uno tendrá que ver cómo lo acoge y lo aplica en su vida, por eso, no podemos levantarnos cada uno con sus conclusiones particulares.

            Hay cuatro grandes momentos en los que Dios habla al pueblo y le da las pautas para poder dirigirse en la vida:

                        1º -En el Sinaí: Dios le pide a Moisés que vaya y hable a su pueblo.

                        2º -En Siquén (1200 a.C.) en donde Josué reúne al pueblo y le expone lo que Dios le ha indicado obligando al pueblo a dar una respuesta: deberá elegir entre Dios y los ídolos.

                        3º -En el 622 Josías reúne al pueblo para mostrarle el libro de la ley que ha encontrado y después de leerlo al pueblo ofreció un sacrificio.

                        4º -Es el momento que nos muestra la lectura de hoy (año 398) donde aparece la nueva asamblea después del exilio que se encuentra que no tiene nada a su vuelta a Israel y solo les queda la palabra de Dios que será la que los guíe y les dé la fuerza que necesitan para reconstruir de nuevo Jerusalén y retomar el c amino.

            La palabra llama a un arrepentimiento de los fallos cometidos que el pueblo expresa con el llanto y el profeta invita a la alegría porque el Señor ha perdonado el pecado, por eso invita a que festejen comiendo y bebiendo.

 

Salmo responsorial

Sal 18, 8. 9. 10. 15. (R/.: cf. Jn 6, 63c)


R/.
   Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

 

        V/.   La ley del Señor es perfecta
                y es descanso del alma;
                el precepto del Señor es fiel

                e instruye al ignorante.   R/.

R/.   Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

 

        V/.   Los mandatos del Señor son rectos
                y alegran el corazón;
                la norma del Señor es límpida
                y da luz a los ojos.   
R/.

R/.   Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

 

        V/.   La voluntad del Señor es pura
                y eternamente estable;
                los mandamientos del Señor son verdaderos
                y enteramente justos.   
R/.

R/.   Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.


        V/.   Que te agraden las palabras de mi boca,
                y llegue a tu presencia
                el meditar de mi corazón,
                Señor, roca mía, redentor mío.   
R/.
R/.   Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

SEGUNDA LECTURA (forma larga)

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 12, 12-30

Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro

HERMANOS:
            Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
            Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Pues el cuerpo no lo forma un solo miembro sino muchos.
            Si el pie dijera: «No soy mano, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el oído dijera: «No soy ojo, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería? Pues bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso.
            Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
            Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo.
            El ojo no puede decir a la mano: «No te necesito»; y la cabeza no puede decir a los pies: «No os necesito». Más aún, los miembros que parecen más débiles son más necesarios. Los que nos parecen despreciables, los apreciamos más. Los menos decentes, los tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan.
            Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los que menos valían.
            Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros.
            Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan.
            Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.
            Y Dios os ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas.
            ¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan?
Palabra de Dios.

SEGUNDA LECTURA (forma breve)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 12, 12-14. 27

Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro
HERMANOS:
Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Pues el cuerpo no lo forma un solo miembro sino muchos.
Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.

Palabra de Dios.


REFLEXIÓN   

 

SOMOS UN CUERPO         

            S. Pablo vuelve a retomar la imagen del cuerpo para explicar a la comunidad lo que es la iglesia: un cuerpo con muchos miembros, con una misma vida: el Espíritu Santo vivifica a todo el cuerpo.

            Ningún miembro puede decir que no necesita a los demás; todos dependen de todos, cuando uno se enferma por algo, todo el cuerpo sufre; cuando un miembro triunfa, todo el cuerpo se alegra; el triunfo o el fracaso de uno de los miembros repercute en el resto de forma positiva o negativa: “Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan. Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.” Todos comparten la alegría. Es decir: nuestra fe no se vive en solitario. Mi relación con la cabeza está en conexión con el resto de los miembros que componen el cuerpo.

            Este cuerpo vivificado por el Espíritu Santo es la nueva imagen visible de Cristo resucitado. No se trata de una imagen: la comunidad: la iglesia es “como un cuerpo”. No, la verdadera comunidad es un cuerpo en el que todos estamos unidos a todos y todos dependemos de todos.

            Las diferencias que puede haber en una comunidad son los diferentes carismas para realizar los diferentes servicios que el cuerpo necesita y nadie actúa en beneficio propio, sino en beneficio de los demás y cada uno tiene una misión insustituible.

            La amenaza de la iglesia no viene de los dones que da el Espíritu Santo a cada uno, sino del intento o tentación que nos puede asaltar de creernos superiores o mejores que los otros y a prescindir de ellos o impedirles su acción.

 

Aleluya

Lc 4, 18cd

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   El Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres,
        a proclamar a los cautivos la libertad.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 1, 1-4; 4, 14-21
Hoy se cumple esta Escritura

ILUSTRE Teófilo:
Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
    «El Espíritu del Señor está sobre mí,
    porque él me ha ungido.
    Me ha enviado a evangelizar a los pobres,
    a proclamar a los cautivos la libertad,
    y a los ciegos, la vista;
    a poner en libertad a los oprimidos;
    a proclamar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él.
Y él comenzó a decirles:
    «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN 

   

LA PALABRA DE DIOS VA DIRIGIDA AL PUEBLO     

      La Palabra de Dios va dirigida fundamentalmente al pueblo y no tanto a una persona particular.

      La biblia no es un libro de oráculos ni máximas de la sabiduría del pueblo a la que podemos acercarnos para buscar argumentos para rebatir o discutir sobre verdades, justificando de esa manera aquello que queremos defender o demostrar.

      La biblia es la palabra que Dios ha venido lanzando a través de la historia a su pueblo y cada uno de sus miembros ha ido haciéndola suya y dando su respuesta.

      Cuando llega el momento cumbre, “La Palabra toma carne” y se deja escuchar físicamente; lo vemos con toda claridad en la sinagoga de Nazaret donde Jesús hace suya la lectura del profeta Isaías y esa palabra que allí se está anunciando está ahora presente en medio de ellos: “Hoy se cumple esta escritura”, invitando al pueblo a despertarse y crear una realidad completamente nueva.

      Ante la llamada que el Señor hace al pueblo, cada uno la hace suya y le dará la respuesta que crea conveniente. Las palabra de Dios no deja indiferente a quien se le dirige ni tampoco puede decir que no es para él

 

DOMINGO II DEL T. O. –C-


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías. Is 62, 1-5

Se regocija el marido con su esposa

POR amor a Sion no callaré,
     por amor de Jerusalén no descansaré,
     hasta que rompa la aurora de su justicia,
     y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
     y los reyes tu gloria;
     te pondrán un nombre nuevo,
     pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
     y diadema real en la palma de tu Dios.
Ya no te llamarán «Abandonada»,
     ni a tu tierra «Devastada»;
     a ti te llamarán «Mi predilecta»,
     y a tu tierra «Desposada»,
     porque el Señor te prefiere a ti,
     y tu tierra tendrá un esposo.
Como un joven se desposa con una doncella,
     así te desposan tus constructores.
     Como se regocija el marido con su esposa,
     se regocija tu Dios contigo.
Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

VIVIR EN DIOS, FUENTE DE ALEGRÍA     

            El profeta Isaías piensa en el futuro de su pueblo y lo siente como el que ha encontrado el amor de su vida: “La alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará Dios contigo”: Dios se encuentra así con su pueblo y, para el pueblo, el encuentro con Dios es un acontecimiento gozoso, una fiesta, porque todo ha encontrado su sentido y, sobre todo, porque el pueblo se ha sentido amado, perdonado y apoyado por Dios que está dispuesto a pasar la página de nuestros errores.

            El problema del pueblo de la Antigua Alianza, como el de la Nueva, es que no estamos dispuestos a pasar la página y a mirar hacia el futuro con la alegría y la seguridad de sentir a Dios a nuestro lado y esto no tiene más que una explicación: falla la fe y, lógicamente, la confianza en Dios se pierde y entendemos que seguir sus caminos no nos lleva a ningún sitio.

            Nos ofrece más seguridad y confianza los poderes del mundo: el dinero, el poder, las alianzas con los poderes del mundo que dejarnos guiar por Dios y confiar en Él.

            Por otro lado, hay imágenes que tenemos ya prefabricadas y que utilizamos como autoexculpación, como pueden ser el pensar que vivir en Dios es instalarse en una quietud algo así como el “nirvana” que ni sientes ni padeces, mientras que la realidad es completamente otra: vivir en Dios es vivir en la alegría de una fiesta implicado en la marcha de la historia del mundo

 

Salmo responsorial

Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 9-10a y c (R/.: 3)

R/.   Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

 

        V/.   Cantad al Señor un cántico nuevo,
                cantad al Señor, toda la tierra;

                cantad al Señor, bendecid su nombre.   R/.

R/.   Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

 

        V/.   Proclamad día tras día su victoria.
                Contad a los pueblos su gloria,
                sus maravillas a todas las naciones.   
R/.

R/.   Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

 

        V/.   Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
                aclamad la gloria y el poder del Señor,
                aclamad la gloria del nombre del Señor.   
R/.

R/.   Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.


        V/.
   Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
                tiemble en su presencia la tierra toda.
                Decid a los pueblos: «El Señor es rey:
                él gobierna a los pueblos rectamente».   
R/.
R/.   Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 12, 4-11 

El mismo y único Espíritu reparte en particular como él quiere

HERMANOS:
Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.
Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A este le ha concedido hacer milagros; a aquel, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas.
El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

Palabra de Dios.

 

 REFLEXIÓN

 

VIVIR PARA LOS DEMÁS      

                S. Pablo quiere dejar bien claro a la comunidad de Corinto que la fe en Jesucristo no es una vivencia en solitario, sino que la fe en Cristo nos lleva a vivir en comunión con el resto de los miembros del cuerpo que es la iglesia, donde ponemos en función los dones que el Espíritu nos da a cada uno, para que realicemos nuestro ministerio a favor del resto  del cuerpo: como en un cuerpo humano, la iglesia concretizada en la comunidad, hay una misma vida que alienta y vivifica a todos los miembros que es el Espíritu Santo, que hace que cada miembro actúe en beneficio del resto.

            La iglesia es carismática y no tiene sentido una fe vivida en solitario y en función de sí mismo; no hemos nacido para vivir cuidándonos y mirándonos a nosotros mismos, sino para ser felices haciendo felices a todos los que nos rodean; nos salvamos salvando.

            El gran peligro que nos puede acechar es el empezar a compararnos con los demás y creernos que somos superiores porque yo tengo un carisma que lo considero más importante que el de mi hermano y desprecio a aquellos que realizan otra función que considero inútil o sin importancia; el momento que ocurre esto, nos estamos descalificando, pues estaríamos actuando para nosotros y no para el cuerpo.

            En la diversidad de carismas y en su ejecución desde la comunión, está la riqueza y la belleza de la iglesia, ya que nadie busca su gloria, sino la del cuerpo completo, guiados siempre por el amor que se hace solidaridad entre todos.    
                                                                                                

Aleluya

Cf. 2 Tes 2, 14

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Dios nos llamó por medio del Evangelio,
        para que sea nuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 2, 1-11

Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea

EN aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice:
    «No tienen vino».
Jesús le dice:
    «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora».
Su madre dice a los sirvientes:
    «Haced lo que él os diga».
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dice:
    «Llenad las tinajas de agua».
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les dice:
    «Sacad ahora y llevadlo al mayordomo».
Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice:
    «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».
Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

CRISTO, ALEGRÍA DE LA VIDA   

             Nos dice escuetamente S. Juan: “Este fue el primer signo realizado por Jesús con el que manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él” es decir: Jesús ha venido a inaugurar el proyecto definitivo y supremos de Dios para el hombre y para la creación entera: establecer el reinado del amor, de la verdad, de la justicia y de la paz…Y el primer signo que nos indica que todo esto es real, que ya está aquí, que es algo que no tiene vuelta atrás, lo hace en una boda en la que participa como invitado, bendiciéndola y apoyando la fiesta y la alegría por el acontecimiento, indicando que nada ni nadie en este mundo va a opacar la alegría que supone saber que Dios está presente, solidarizándose con nuestras alegrías, nuestras penas, nuestras luchas y nuestras ilusiones. Dios no ha venido a truncar los proyectos ni las aspiraciones del hombre, sino a ponerse a su lado para que las consiga.

            Son importantes todos los detalles en los que Juan se detiene a la hora de narrar el acontecimiento, pues para él va a ser el modelo de todos los signos que hará Jesús, con los que incita a la fe, no solo a sus discípulos, sino a todos aquellos que se encuentran con él:

                        1 –Jesús sale al paso para afrontar una necesidad; no actúa para montar un show o para aprovecharse de una situación y sacar sus ventajas.

                        2 – Lo hace por petición expresa de la persona o a través de otra que le ha expuesto la necesidad.

                        3 – Con el signo, Jesús incita a la fe, de forma que cuando es percibido así, el signo realiza en plenitud su sentido.

                        4 – Con el signo manifiesta la gloria de Dios y no tanto una exhibición de poderes que deje atónitos a los que le rodean.

                        5 – El signo llena de alegría y de paz a quien lo recibe con fe. Con frecuencia suele ocurrir que también produce el desprecio y el rechazo a quien no tiene fe.

                        6 –El signo cumple las promesas hechas al pueblo y presenta a Jesús como el Mesías esperado que da cumplimiento a todo lo que se dijo en la antigüedad.

                        7 – El marco del signo ha expresado la realidad de Cristo con su iglesia, a la que se entrega y se hace uno con ella, como en la alianza esponsal.

            Es interesante ver cómo la intervención de María y de Jesús en la fiesta no es para aguarla, sino para apoyar la alegría en abundancia. Tener a Cristo es tener la alegría y el sentido de la vida.

 

 

 

D. -I- DEL T.O. -c- BAUTISMO DEL SEÑOR


               BAUTISMO DEL SEÑOR

 PRIMERA LECTURA

 

Lectura del libro de Isaías. Is 42, 1-4. 6-7

Mirad a mi siervo, en quien me complazco


ESTO dice el Señor:
«Mirad a mi siervo, a quien sostengo;
     mi elegido, en quien me complazco.
He puesto mi espíritu sobre él,
     manifestará la justicia a las naciones.
No gritará, no clamará,
     no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará,
     la mecha vacilante no la apagará.
Manifestará la justicia con verdad.
No vacilará ni se quebrará,
     hasta implantar la justicia en el país.
En su ley esperan las islas.
Yo, el Señor,
     te he llamado en mi justicia,
     te cogí de la mano, te formé
     e hice de ti alianza de un pueblo
     y luz de las naciones,
     para que abras los ojos de los ciegos,
     saques a los cautivos de la cárcel,
     de la prisión a los que habitan en tinieblas».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

PROYECTOS ENCONTRADOS     

            Algo que a todos nos choca es la forma que Dios tiene de hacer las cosas pues contrasta frontalmente con la nuestra:  para nosotros la presentación de un proyecto ha de hacerse con fuerza y agresividad, aplastando al contrario al que se le considera enemigo, utilizando todos los medios y derrochando poder que es lo que demuestra la capacidad que tenemos, sacando a relucir todos los defectos y debilidades del otro, insultando, calumniando, mintiendo y burlándose del pueblo  al que se le engaña sin respeto.    

            La forma de hacer Dios las cosas es completamente al contrario: Él se basa en el amor, en la verdad, en la justicia…  No hace nunca campaña de publicidad; no ofende a nadie, no insulta, ni calumnia ni saca a relucir los defectos de nadie; más bien, se pone al lado de los débiles anima, sostiene y fomenta la esperanza, potencia lo positivo que existe y los gérmenes de bondad y fraternidad que encuentra.

            No se apoya en los bancos ni en los poderosos, sino que se pone del lado de los pobres y marginados. Él no compite con discursos, sino con hechos. No actúa ni hace cálculos según indican las encuestas, sino que hace suyos los sufrimientos y problemas del pueblo.

            Su misión no es el poder, sino librar de todo mal al hombre y levantarlo para que pueda caminar.

            Este es el proyecto de Dios para los hombres, pero lo que está por ver es hasta qué punto coincide el proyecto del hombre con el de Dios.

 

Salmo responsorial

Sal 28, 1b y 2. 3ac-4. 3b y 9c-10 (R/.: 11b)

R/.   El Señor bendice a su pueblo con la paz.

 

        V/.   Hijos de Dios, aclamad al Señor,
                aclamad la gloria del nombre del Señor,
                postraos ante el Señor en el atrio sagrado.   
R/.

R/.   El Señor bendice a su pueblo con la paz.

 

        V/.   La voz del Señor sobre las aguas,
                el Señor sobre las aguas torrenciales.
                La voz del Señor es potente,
                la voz del Señor es magnífica.   
R/.

R/.   El Señor bendice a su pueblo con la paz.

 

        V/.   El Dios de la gloria ha tronado.
                En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
                El Señor se sienta sobre las aguas del diluvio,
                el Señor se sienta como rey eterno.   
R/.

R/.   El Señor bendice a su pueblo con la paz.

 

EGUNDA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles. Hch 10, 34-38 

Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo

EN aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
     «Ahora comprendo con toda verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la Buena Nueva de la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él».

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

RUPTURA DEL EXCLUSIVISMO     

            En el pasaje de los Hechos de los Apóstoles que nos presenta hoy la liturgia aparece Pedro casi desconcertado ante la persona de Jesús que ha venido a derribar por completo los esquemas que se tenían fabricados los judíos, los cuales se creían el centro del mundo y los poseedores de la verdad y de la salvación; según ellos no había otro camino de salvación que el marcado por las leyes de Moisés y por todos los códigos que tenía el pueblo. Frente a esta cerrazón aparece Jesús diciendo que no es la ley ni las costumbres los que salvan sino la fe en Él y la manifestación de ella con la práctica de las obras: -“Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea” y no hay otro camino.

            Se eliminan, por tanto todos los grupos cerrados y exclusivistas sean religiosos o del tipo que sean condenando cualquier tipo de discriminación que se hace ya que delante de Dios somos todos iguales y nadie puede arrogarse la autoridad de discriminar a nadie.

            Deja al descubierto la ridiculez que muchas veces tenemos montada con nuestros esquemas cerrados pensando que somos poseedores de la verdad y creyéndonos con la autoridad de condenar a los que no pertenecen a nuestro grupo. Para Pedro, el resumen de la grandeza del hombre no está en el grupo o el club al que perteneces, sino en lo mismo que hizo Jesús: “pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” 

            Éste es el único camino por el que el hombre demuestra su grandeza y quién es: no se trata de palabras bonitas, de apuntarse a salir en la foto… sino en ayudar a la gente, en mantener la dignidad de la persona, en no aliarse con el mal, sino oponerse abiertamente a él. Para esto fue ungido Jesús y para esto invita a los suyos

 

Aleluya

Cf. Mc 9, 7

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

 

V/.   Se abrió el cielo, y se oyó la voz del Padre:
        «Éste es mi Hijo amado; escuchadlo».   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Mc. 1, 7-11

Jesús se bautizó. El Espíritu bajó hacia él

        EN aquel tiempo, Juan proclamaba: << Detrás de mi viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo>>.

            Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia él como una paloma. Se oyó una voz desde los cielos: <<Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco>>

Palabra de del Señor

 

BAUTIZADOS EN CRISTO    

            El bautismo de Jesús, aunque no es como el nuestro, porque el bautismo del Jordán no era más que un gesto de conversión y arrepentimiento de los pecados, mientras que el bautismo de Jesús, el nuestro significa la muerte a la vida vieja marcada por el pecado y la resurrección a la vida del Espíritu Santo como una persona nueva convertida en Hija de Dios.

            Pero aunque sea diferente, sí existen elementos que vale la pena tener en cuenta ya que son las actitudes que tuvo Jesús al entrar en el agua ante una situación completamente nueva:     1º) Si el bautismo significa un cambio radical de vida, esto es algo que ha de notarse y Jesús lo vemos que cambió radicalmente su existencia y fue manifestado por Dios: “Este es mi elegido, escuchadle”.

            2º) El bautismo no es solo un rito que hacemos para montar una fiesta, sino que ha de ser la expresión de una fe madura y consciente que nos hace tomar una disposición en la vida.

            3º) El Bautismo no es algo que se impone, sino que es el resultado de una elección que hacemos en la vida; de ahí el grave compromiso que contraemos al bautizar a un niño, de ayudarle a que él llegue a entender, valorar y asumir libre y voluntariamente lo que hemos hecho en su nombre.

            4º) La fe y el bautismo son un regalo que necesita una respuesta y no un abandono y devaluación.

            5º) El bautismo es también un signo de pertenencia a una familia concreta, la iglesia; es incomprensible estar bautizado y sentirse fuera de la iglesia o tener perdida su confianza en ella.

            El bautismo es nuestra carta de identidad que nos configura con Cristo y nos da una forma de vida y una forma de pensar y de sentir parecidas a las de Cristo ya que nos anima el mismo Espíritu que Él tiene.