PRIMERA LECTURA
«¿No es acaso milicia la vida del hombre sobre la tierra,
y sus días como los de un jornalero?;
como el esclavo, suspira por la sombra;
como el jornalero, aguarda su salario.
Mi herencia han sido meses baldíos,
me han asignado noches de fatiga.
Al acostarme pienso: ¿Cuándo me levantaré?
Se me hace eterna la noche
y me harto de dar vueltas hasta el alba.
Corren mis días más que la lanzadera,
se van consumiendo faltos de esperanza.
Recuerda que mi vida es un soplo,
que mis ojos no verán más la dicha».
Palabra de Dios.
nuestro Dios merece una
alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye
Jerusalén,
reúne a los deportados
de Israel. R/.
venda sus heridas.
Cuenta el número de las
estrellas,
a cada una la llama por
su nombre. R/.
su sabiduría no tiene
medida.
El Señor sostiene a los
humildes,
humilla hasta el polvo
a los malvados. R/.
El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo.
No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!
Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga.
Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio.
Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio,
anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del
Evangelio.
Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los
más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me
he hecho todo para todos, para ganar, sea como sea, a algunos.
Y todo lo hago por causa del Evangelio, para participar yo también de sus
bienes.
y cargó con nuestras enfermedades. R/.
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y
endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos
enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo
conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar
solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y,
al encontrarlo, le dijeron:
«Todo el mundo te busca».
Él les responde:
«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que
para eso he salido».
Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los
demonios.
Palabra del Señor.
DOMINGO V DEL T.O. –B-
Lectura del libro de Job. Job 7, 1-4. 6-7
Me harto de dar vueltas hasta el alba
JOB habló diciendo:
DIOS NO ES
CASTIGADOR
Job
viene a representar la imagen de la persona a la que la vida se le tuerce y
parece que todo se confabula para hundirla. El autor describe la situación de
la vida comparándola a un esclavo que cumple la condena del servicio militar o
a la situación del jornalero que da su jornada de trabajo esperando que le den
su salario.
Su
vida ha transcurrido a base de desengaños y de sufrimiento hasta el punto que
se hace insoportable, pues cada mañana se levanta angustiado pensando qué se
encontrará a lo largo del día y termina cuando llega la noche angustiado y
viendo que nada cambia, ni le da esperanzas de una perspectiva mejor.
Cuando
se encuentra con los amigos, le dan una palmadita diciéndole: “¡Animo, cuídate mucho”! y le dan unos
cuantos consejos diciéndole lo que tiene que hacer, de forma que llega a sentirse
hasta culpable al ver que no hace lo que
le dicen porque no puede, pero sobre todo, ve cómo cada uno se va a su casa y
se duerme tan tranquilo, mientras él se siente solo e indefenso ante todo lo
que tiene encima, hasta el punto que llega a sentir ganas de morir, ya que la
vida se le ha convertido en un verdadero tormento.
Este
es justamente el problema del mal que se ceba con el más débil e inocente, pues
no tiene fuerzas para combatirlo, convirtiéndose en una prueba fortísima para
la fe pues, en una mentalidad como la de Israel que sostiene que Dios paga con
la bendición al que actúa bien y maldice al pecador dándole desgracias, en
cambio aquí el problema es que una persona buena e inocente, la vida se le
revuelve de tal manera, que parecería un castigo como repuesta al bien que se
ha hecho, entonces la respuesta es lógica al pensar que Dios no es justo. Pero Job responde al contrario de lo que
sostiene la mentalidad: el mal está ahí como una fuerza destructora, pero Dios
está a nuestro lado para darnos la fuerza que necesitamos para enfrentarlo
Salmo responsorial
Sal 146, 1bc-2. 3-4. 5-6 (R/.: cf. 3a)
R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.
V/. Alabad al Señor,
que la música es buena;
R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.
V/. Él sana los
corazones destrozados,
R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.
V/. Nuestro Señor es
grande y poderoso,
R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a los Corintios.
1 Cor 9, 16-19. 22-23
Ay de mí si no anuncio el Evangelio
HERMANOS:
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
EL SALARIO DEL
APÓSTOL
Pablo se encuentra
con el problema de la carne sacrificada a los ídolos que después se vende en la
plaza y la gente la come, cosa que para los judíos era algo así como un
reconocimiento de los ídolos como verdaderos dioses, bajo cuya protección se
ponían; S. Pablo parte de un principio evidente: los ídolos no son nada, porque
solo hay un Dios supremo, creador y señor de todo lo que existe; lo que se hace
con los ídolos es una tontería que no conduce a nada ni obra nada, es un cuento;
por tanto, comer o no comer es una cosa que no tiene la más mínima importancia;
lo que realmente tiene importancia es la postura que tomemos frente a Dios.
Él
tiene muy claro que su vida gira en torno a un absoluto: ha sido redimido por
Cristo, ha sido transformado por Él y le ha dejado una misión: ser transmisor
del evangelio y esto le lleva a tener en cuenta que por encima de la ley está
el amor y el respeto a sus hermanos, por eso, él prefiere respetar la
conciencia de cada uno, para que no se sienta atormentado creyendo que ha
cometido una infidelidad a Dios.
Para
él no es la ley la que rige su vida, sino la realidad nueva que vive; él salta
por encima de las normas y actúa de acuerdo al amor que ha invadido hasta el
punto, que lo siente como una necesidad vital que no puede desechar. Su
recompensa está en la satisfacción que siente al haber hecho lo que es una
necesidad imperiosa: predicar el evangelio de Jesús que se ha convertido en una
necesidad, como cuando alguien está hambriento y siente la satisfacción de
haber calmado el hambre o la sed; el no actúa como un asalariado que trabaja
`por el interés, sino que la buena noticia que ha recibido, se convierte en una
necesidad el entregarla.
Aleluya
Mt 8, 17b
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Cristo tomó nuestras dolencias
EVANGELIO
✠ Lectura del santo Evangelio
según san Marcos.
Mc 1,
29-39
Curó a muchos enfermos de diversos males
EN aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y
Juan a la casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre,
e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la
levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
REFLEXIÓN
PALABRA Y VIDA
En unos versículos anteriores del
capítulo 1º de Marcos se nos cuenta que Jesús entró en la sinagoga de su pueblo
y entre la gente se encontraba un endemoniado a quien le expulsó el espíritu
malo y el enfermo quedó curado; la gente –dice el evangelio- “quedó maravillada
de la forma de enseñar que tenía Jesús; lo lógico sería que se quedaran
maravillados de los que había hecho, pero es curioso que una la enseñanza con
la expulsión del demonio y es que Jesús dice y hace al mismo tiempo, lo que
habla lo ratifica con los hechos, no es un intelectual que se dedica a lanzar
ideas al aire; los hechos acompañan a las palabras que es la mejor forma de
entender lo que se dice; de hecho entre nosotros ha quedado el dicho popular:
“Obras son amores y no buenas razones”. Esta era la razón por la que todo el mundo
entendía a Jesús, pues sus obras evidenciaban lo que decía.
De nuevo, en este pasaje aparece
Jesús en esa misma onda: “La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo
dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre
y se puso a servirles”. Jesús no se queda conforme con acercarse, consolarla
con unas palabras bonitas deseándole que se mejore pronto, sino que se acerca,
le da la mano y la levanta de la postración en la que se encuentra.
La presencia de Jesús
restablece la salud física y espiritual, esta es la tónica que le vemos siempre:
sus palabras van siempre acompañadas de sus acciones, de sus gestos que son los
que hacen que su palabra cobre toda la fuerza y credibilidad.
Esta actitud que
caracteriza a Jesús de ser palabra y vida al mismo tiempo, es la nota que ha de
identificar también a la iglesia y a todo cristiano, para que nuestro
testimonio sea creíble e inteligible para este mundo.
DOMINGO IV DEL T. O. –B-
PRIMERA LECTURA
Lectura del
libro del Deuteronomio. Dt 18, 15-20
Suscitaré un profeta y pondré mis palabras en
su boca
MOISÉS habló al pueblo diciendo:
«El Señor, tu Dios, te suscitará de entre los tuyos, de entre tus hermanos, un profeta como yo. A él lo escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb el día de la asamblea: “No quiero volver a escuchar la voz del Señor mi Dios, ni quiero ver más ese gran fuego, para no morir”.
El Señor me respondió: “Está bien lo que han dicho. Suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá todo lo que yo le mande. Yo mismo pediré cuentas a quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá”».
«El Señor, tu Dios, te suscitará de entre los tuyos, de entre tus hermanos, un profeta como yo. A él lo escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb el día de la asamblea: “No quiero volver a escuchar la voz del Señor mi Dios, ni quiero ver más ese gran fuego, para no morir”.
El Señor me respondió: “Está bien lo que han dicho. Suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá todo lo que yo le mande. Yo mismo pediré cuentas a quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá”».
Palabra de
Dios.
EL
PROFETISMO
El pueblo teme encontrarse con Dios y pide a Moisés que
sea su mediador, cosa que le parece muy bien a Dios y acepta la propuesta, pero
será siempre Él quien escoja a su mediador y haga que surja el que Él quiera,
para que transmita sus palabras y sus proyectos al pueblo.
De este acontecimiento nace la figura del profeta que no
será una persona puesta por el pueblo, ni un especialista que conoce muchas
cosas sobre Dios y habla al pueblo, sino que será alguien que tiene una relación
especial de amistad y de cercanía con Dios, del que recibe su encargo y expresa
al pueblo su voluntad y sus mandatos.
El PROFETA, por tanto, no será la persona que predice el
futuro ni anuncia cosas raras, sino el amigo de Dios que transmite al pueblo,
con su palabra y con su vida la voluntad de Dios. Será el hombre que en muchos
momentos se hará odioso, pues tiene que denunciar aquello que está en contra de
la voluntad de Dios y está pidiendo su desaparición; al mismo tiempo proclamará
las consecuencias de la postura que el pueblo está tomando, tanto en el sentido
positivo como negativo.
Esta figura que nace con Moisés tendrá su culmen en
Jesús; Él será la máxima expresión del profetismo, Él es “EL PROFETA”. Esta
misión la deja en herencia a la iglesia que debe ser ella voz profética para el
mundo, pues ella es sacramento vivo de Cristo en la tierra
Salmo
responsorial
Sal 94, 1-2. 6-7c. 7d-9 (R/.: cf. 7d-8a)
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón».
«No endurezcáis vuestro corazón».
V/. Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón».
«No endurezcáis vuestro corazón».
V/. Entrad,
postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R/.
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R/.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón».
«No endurezcáis vuestro corazón».
V/. Ojalá escuchéis
hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras». R/.
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras». R/.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón».
«No endurezcáis vuestro corazón».
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la
primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 7, 32-35
La soltera se preocupa de los asuntos del
Señor, de ser santa
HERMANOS:
Quiero que os ahorréis preocupaciones: el no casado se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido. También la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, de ser santa en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido.
Os digo todo esto para vuestro bien; no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones.
Quiero que os ahorréis preocupaciones: el no casado se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido. También la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, de ser santa en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido.
Os digo todo esto para vuestro bien; no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones.
Palabra de
Dios.
EL
REINO COMO VALOR ABSOLUTO
Para Pablo, hay algo que es básico y fundamental: con
Cristo ha comenzado un tiempo nuevo que está orientado a lo que será
definitivo: instauración del reino de Dios. Si esto es el gran absoluto y lo definitivo,
no vale la pena perder el tiempo, el esfuerzo y la vida en algo que no esté
dirigido a este fin que es ya definitivo e irreversible.
Por lo tanto, invita a quitar obstáculos que nos puedan
impedir la plena dedicación a la construcción del reino que va a ser lo único
que queda,
Pablo no hace ningún alegato a favor del celibato o en
contra de la vida matrimonial, simplemente sostiene que las situaciones en la
vida que te pueden quitar fuerza y dedicación para la construcción del reino,
es preferible evitarlas, pero eso no quiere decir que sean buenas o malas o que
estén en contra del reino.
Pablo, lo único que pretende es que los creyentes
recuperen completamente la paz y la serenidad en sus vidas y no pierdan el
horizonte verdadero: “Os digo esto no para tenderos una trampa, sino para
vuestra utilidad”.
La única finalidad que a Pablo le preocupa es que en todo
momento los creyentes agraden a Dios.
Aleluya
Mt 4, 16
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. El pueblo que habitaba en
tinieblas vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló. R/.
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló. R/.
EVANGELIO
✠ Lectura del santo Evangelio según san
Marcos. Mc 1, 21b-28
Les enseñaba con autoridad
EN la ciudad de Cafarnaúm, el sábado entró
Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les
enseñaba con autoridad y no como
los escribas.
Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar:
«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Jesús lo increpó:
«¡Cállate y sal de él!».
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos:
«¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen».
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Palabra del Señor.
los escribas.
Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar:
«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Jesús lo increpó:
«¡Cállate y sal de él!».
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos:
«¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen».
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Palabra del Señor.
COHERENCIA
CON LA PALABRA
Es interesante poner un poco de atención a los
detalles que anota S. Marcos en el evangelio, pues son datos muy curiosos: nos
cuenta que un sábado se va Jesús a la sinagoga de su pueblo, como ya tiene por
costumbre, pero esta vez parece que es la primera que coge la palabra y empieza
a hablar a su gente haciendo un comentario de la lectura que se ha hecho de la
escritura.
Jesús no es ningún letrado, ni un especialista ni ningún maestro
de leyes, acostumbrado a dar discursos ni nada, simplemente es un ciudadano
sencillo a quien todos conocen porque ha vivido entre ellos como un pobre más.
Cuando empieza a hablar, todos se quedan maravillados y
sorprendidos “porque no enseña como los
letrados, sino con autoridad”, es decir: lo que habla lo entienden todos,
lo que dice no es repetición de lo que otros han dicho, sino que es lo que él
dice, piensa y vive; la fuerza de su palabra está en su persona, en su espíritu,
en su libertad.
Jesús no es un “predicador charlatán” sino un maestro de
vida; no es un vendedor de ideologías políticas; su vida, su actitud es lo que
le da la fuerza a su palabra.
Cuando miramos su figura e intentamos proyectarla en
nuestra realidad con la imagen de los “maestros” actuales que van proclamándose
guías, con discursos llenos de mentiras, repitiendo en cada sitio lo que la
gente quiere escuchar y pidiendo el apoyo de los oyentes a base de promesas que
luego no cumplen, pues son mentiras flagrantes e hirientes… uno desea
encontrarse con esta imagen que maravilló a los paisanos de Jesús.
Cuando nos encontramos a los especialistas de las cosas
de Dios, manteniendo discursos desconectados de la realidad y sin conexión
alguna con la vida, pues cuando te acercas a ellos y ves que ese discurso no
tiene que ver nada con su vida, ni es luz para nadie, automáticamente te quedas
en el vacío, porque a la hora de la verdad te das cuenta que todo converge en
la nada y esto va haciendo que se pierda
la fe, la razón, la verdad, la esperanza y hasta el sentido común, pues todo
son palabras huecas en las que no cree ni el mismo que las pronuncia.
DOMINGO III DEL T. O. –B-
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de
Jonás. Jon 3, 1-5. 10
Los ninivitas habían abandonado el mal camino
EL Señor dirigió la palabra a Jonás:
«Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive; allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré».
Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad inmensa; hacían falta tres días para recorrerla. Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando:
«Dentro de cuarenta días, Nínive será arrasada».
Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante al menor.
Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó.
«Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive; allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré».
Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad inmensa; hacían falta tres días para recorrerla. Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando:
«Dentro de cuarenta días, Nínive será arrasada».
Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante al menor.
Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
PASAR DE TODO
Es interesante el
detalle que apunta la lectura que nos trae la liturgia sobre el profeta Jonás: “El Señor dirigió la palabra por segunda vez
a Jonás”, es decir: que yo lo había llamado antes y no había querido
hacerle caso; Dios quiere darle un encargo a Jonás y él echa balones fuera, se hace
el sordo, como que la cosa no va con él. Le está pidiendo que vaya a Nínive y
advierta a los ninivitas que el camino que llevan los aboca a la destrucción,
que deben convertirse y cambiar.
El
pueblo de Nínive es enemigo de Israel y, lógicamente a los israelitas incluso
les alegraría que se destruyera, pero Dios no quiere la muerte de nadie y envía
a Jonás, pero él se hace el sordo y persiste en su desinterés y sordera. Dios
tiene que repetirle la llamada e incluso se hace el huidizo: ya conocemos la historia:
se cerró en banda, le dice a Dios que no es problema suyo y por fin, incluso le
dice que es inútil que vaya, puesto que los va a perdonar de todas formas.
Al
final tiene que intervenir Dios de forma especial. Jonás acepta la misión que
se le encomienda, aunque de mala gana, de ir a Nínive y llamar a la conversión
a los ninivitas. No obstante, será él el primero que se aplique el cuento, que
cambie y se convierta; debe abandonar su actitud de desconfianza en la gente y
de creerse con la exclusiva de la salvación; debe aprender a perdonar como lo
hace Dios. Como recompensa tendrá la conversión de Nínive mientras Israel sigue
encastillado en sus errores.
La
postura de Jonás tiene hoy entre nosotros un eco impresionante: lo vemos
reflejado en las actitudes de pasotismo que tenemos, de desinterés por el
futuro de nuestro país, de nuestra juventud y de nuestros valores que estamos
viendo cómo son arrasados impunemente y nadie quiere saber nada de nada.
Salmo responsorial
Sal 24, 4-5a. 6-7cd. 8-9 (R/.: 4a)
R/. Señor, enséñame tus caminos.
V/. Señor, enséñame
tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.
R/. Señor, enséñame tus caminos.
V/. Recuerda, Señor,
que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.
R/. Señor, enséñame tus caminos.
V/. El Señor es
bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.
R/. Señor, enséñame tus caminos.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 7, 29-31
La representación de este mundo se termina
DIGO esto, hermanos, que el momento es apremiante.
Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Palabra de Dios.
LA POSTURA DEL
AVESTRUZ
S. Pablo hace una
llamada muy fuerte a la comunidad de Corinto para que tome conciencia de la
situación en la que se encuentran: No pueden quedarse impasibles ante lo que
está ocurriendo, pues todos son responsables por acción u omisión y los
resultados son irreversibles: “El tiempo
se acaba”, cada día que dejamos pasar, es una posibilidad que no vuelve.
S.
Pablo no está pensando en el tiempo cronológico que va transcurriendo
implacablemente, sino en las oportunidades que se nos van presentando de hacer
el bien y de acogerlo.
De la
misma manera hace tomar conciencia de otro aspecto de la vida: “La apariencia de este mundo cambia y se
acaba” con el fin de evitar que cometamos el error de quedarnos
anquilosados en cosas superficiales que a la vuelta de un tiempo ya no existen
o han cambiado y ya no tienen atractivo.
Ambas
llamadas tienen una actualidad enorme y es conveniente recordarlas: por ejemplo:
-
los niños piensan que la situación que viven, que es una especie de sueño del
que se van a despertar antes de lo que pueden imaginar, es algo que va a durar
por siempre.
-Los
jóvenes, que creen que toda su vida será un éxito y hasta se atreven a
menospreciar a los adultos o despreciar a los ancianos… y no se dan cuenta que
su figura cambiará antes de lo que imaginan y dentro de muy poco tiempo serán considerados dentro del grupo que ellos
desprecian.
-Y
a los adultos… ya no les valdrá intentar retener el tiempo y querer recuperar las oportunidades perdidas
ni las posibilidades que tuvieron porque ya todo eso es irrecuperable, tanto el
mal que hicieron, como el bien que dejaron de hacer.
Es
una llamada fuerte a ser dueños de la situación presente de forma que saquemos
de ella todo el bien que Dios nos está ofreciendo.
Aleluya
Mc 1, 15
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Está cerca el reino de Dios;
convertíos y creed en el Evangelio. R/.
convertíos y creed en el Evangelio. R/.
EVANGELIO
✠ Lectura del santo Evangelio
según san Marcos. Mc 1, 14-20
Convertíos y creed en el Evangelio
DESPUÉS de que Juan fue
entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.
Palabra del Señor
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.
Palabra del Señor
SER
CRISTIANO
Nos cuenta el evangelio que después que mataron a Juan,
Jesús cogió el testigo y continuó hablando lo mismo que lo había hecho Juan: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios.
Convertíos y creed en el Evangelio». No se dedicó a dictar conferencias de una
ideología nueva o a sistematizar en qué consistía el reino de Dios o a dar una
serie de códigos de normas o una teoría sobre la implicación del hidrógeno en
las células madres…
No, Jesús, recoge el acontecimiento que ha ocurrido con
Juan y empieza a proclamar una experiencia de vida: Dios no quiere esta
situación, esto se ha terminado, Él se ha implicado con nosotros y la justicia,
la verdad, el amor, la paz han comenzado en el mundo y todos tenemos que
implicarnos en su construcción porque es lo único que tiene salida y sentido,
esta realidad es ya irreversible y Él es el signo de su evidencia entre
nosotros.
No se dedica a crear una especie de partido político
invitando a la gente a que se una a Él para hacer la revolución, sino que
invita a que cada uno acepte que su vida ha de ponerse en relación con el
proyecto de Dios; su vida, sus palabras, sus actitudes son las de un hombre
nuevo que asume una vida completamente nueva, en consonancia con lo que Dios
quiere e invita a que se una a Él.
Cristo no viene a traernos una nueva religión, sino una
forma nueva de vivir en la verdad, en la justicia y en el amor y esto se
convierte en un valor absoluto para Él y para todo hombre, de forma que todo lo
que hacemos, pensamos, o vivimos ha de estar en función de este valor.
El reino se convierte en el canon de referencia para la
vida del ser humano. El reino será el proyecto de todo hombre para su vida que
será concluido en la resurrección final. Ser cristiano, en definitiva será
luchar por ir haciendo que en este mundo, cada día sea más presente el reino de
Dios y la vida de cada creyente se adecue más a dichos valores.
DOMINGO II DEL T. O. –B-
Lectura del primer libro de Samuel. 1 Sam 3, 3b-10. 19
Habla,
Señor, que tu siervo te escucha
EN aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor,
donde se encontraba el Arca de Dios. Entonces el Señor llamó a Samuel. Este
respondió:
«Aquí estoy».
Corrió adonde estaba Elí y dijo:
«Aquí estoy, porque me has llamado».
Respondió:
«No te he llamado. Vuelve a acostarte».
Fue y se acostó.
El Señor volvió a llamar a Samuel.
Se levantó Samuel, fue adonde estaba Elí y dijo:
«Aquí estoy, porque me has llamado».
Respondió:
«No te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte».
Samuel no conocía aún al Señor, ni se le había manifestado todavía la palabra del Señor.
El Señor llamó a Samuel, por tercera vez. Se levantó, fue adonde estaba Elí y dijo:
«Aquí estoy, porque me has llamado».
Comprendió entonces Elí que era el Señor el que llamaba al joven. Y dijo a Samuel:
«Ve a acostarte. Y site llama de nuevo, di: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”».
Samuel fue a acostarse en su sitio.
El Señor se presentó y llamó como las veces anteriores:
«Samuel, Samuel».
Respondió Samuel:
«Habla, que tu siervo escucha».
Samuel creció. El Señor estaba con él, y no dejó que se frustrara ninguna de sus palabras.
«Aquí estoy».
Corrió adonde estaba Elí y dijo:
«Aquí estoy, porque me has llamado».
Respondió:
«No te he llamado. Vuelve a acostarte».
Fue y se acostó.
El Señor volvió a llamar a Samuel.
Se levantó Samuel, fue adonde estaba Elí y dijo:
«Aquí estoy, porque me has llamado».
Respondió:
«No te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte».
Samuel no conocía aún al Señor, ni se le había manifestado todavía la palabra del Señor.
El Señor llamó a Samuel, por tercera vez. Se levantó, fue adonde estaba Elí y dijo:
«Aquí estoy, porque me has llamado».
Comprendió entonces Elí que era el Señor el que llamaba al joven. Y dijo a Samuel:
«Ve a acostarte. Y site llama de nuevo, di: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”».
Samuel fue a acostarse en su sitio.
El Señor se presentó y llamó como las veces anteriores:
«Samuel, Samuel».
Respondió Samuel:
«Habla, que tu siervo escucha».
Samuel creció. El Señor estaba con él, y no dejó que se frustrara ninguna de sus palabras.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
SATURADOS DE RUIDOS
Hay algo interesante en lo que vale la pena detenerse un momento:
La figura de Samuel, un personaje en el que actúa Dios de forma muy concreta
sin que él sea consciente: su madre Ana era estéril y consigue el favor de Dios
de tener un hijo a quien entrega como fruto de la promesa que ha hecho. Samuel
está sirviendo en el templo, pero no conoce a Yahvé, y en su inocencia escucha
una voz que le llama y él confunde con su maestro Elí y, siguiendo los
principios de obediencia que hay establecidos, se levanta a media noche para
ver qué es lo que quiere. Elí comprende que algo raro está ocurriendo y le
indica a Samuel que responda a la llamada que está escuchando: “Habla señor, que tu siervo escucha”.
Dios actúa libremente en el
corazón de Samuel sin que él haya tenido experiencia alguna de Dios,
simplemente se ha necesitado la posibilidad de escuchar la llamada que ha sido
en el silencio de la noche.
El gran problema de la actualidad es la saturación que existe de
ruidos, de palabras huecas, de mensajes interesados que se cruzan por todas
partes, el estrés de ruidos, de sensaciones, de llamadas… en donde somos
incapaces de encajar algo que pueda ser interesante para la vida. Con todo este
estrés quedamos incapacitados para interiorizar algo y, menos aún, para
escuchar la voz de Dios que habita en nuestro corazón, hasta el punto que Dios
resulta ser el gran desconocido con el que jamás hemos tenido una experiencia
de encuentro.
Este texto ha sido siempre el referente más a mano que se ha
encontrado para tratar el tema de la vocación, pues la gran mayoría de las
personas sienten en su vida la necesidad de responder a aquello para lo que
están preparadas o para lo que tienen cualidades; saber cuál es su misión y su
llamada sería lo que les hace sentirse felices y útiles en la vida; en definitiva,
encontrarle el sentido a la existencia, de tal manera que tener claro esto, es
uno de los descubrimientos más grandes y deseados de toda persona.
Salmo responsorial
Sal 39, 2 y 4ab. 7-8a. 8b-9. 10 (R/.: cf. 8a y 9a)
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. Yo esperaba con
ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito.
Me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.
él se inclinó y escuchó mi grito.
Me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. Tú no quieres
sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios;
entonces yo digo: «Aquí estoy». R/.
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios;
entonces yo digo: «Aquí estoy». R/.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. «-Como está
escrito en mi libro-
para hacer tu voluntad.
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas». R/.
para hacer tu voluntad.
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas». R/.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios, Señor, tú lo sabes. R/.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 6, 13c-15a. 17-20
¡Vuestros cuerpos son miembros de Cristo!
HERMANOS:
El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el cuerpo. Y Dios resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros con su poder.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor es un espíritu con él.
Huid de la inmoralidad. Cualquier pecado que corneta el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca contra su propio cuerpo. ¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros y habéis recibido de Dios?
Y no os pertenecéis, pues habéis sido comprados a buen precio. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!
El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el cuerpo. Y Dios resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros con su poder.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor es un espíritu con él.
Huid de la inmoralidad. Cualquier pecado que corneta el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca contra su propio cuerpo. ¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros y habéis recibido de Dios?
Y no os pertenecéis, pues habéis sido comprados a buen precio. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
PRINCIPIO
DE COHERENCIA
S. Pablo sigue partiendo del principio fundamental que
contextualiza todo: hemos sido bautizados, somos hombres nuevos, tenemos una
naturaleza nueva, somos hijos de Dios, hemos sido constituidos templos del Espíritu
Santo… No es posible vivir de espaldas a toda esta realidad. Nuestra vida está
llamada a identificarse con Cristo, por lo que es necesario discernir a cada
momento qué es lo que está en consonancia con Cristo y qué es lo que está en
contra y fuera de nuestra realidad, es decir, apela al principio de coherencia:
no podemos ir en contra de lo que somos y confesamos. No podemos estar
confesando una cosa y siendo otra, no podemos diferenciar entre nuestra vida
espiritual y nuestra vida social y material, tenemos que ser uno y el mismo en
todo momento y en toda situación.
Este principio al que apela Pablo está en total contradicción con
la división que en la actualidad se hace del ser humano, en compartimentos
independientes, en donde no hay unidad de ningún tipo: se es lo que conviene en
un determinado momento, independientemente de lo que se sienta o se piense,
lógicamente este esquema mental y forma de vida, no está en consonancia con la
vida cristiana desde ningún punto de vista.
Aleluya
Jn 1, 41. 17b
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Hemos encontrado al Mesías, que es Cristo;
la gracia y la verdad nos han llegado por medio de él. R/.
la gracia y la verdad nos han llegado por medio de él. R/.
EVANGELIO
✠ Lectura del santo Evangelio
según san Juan. Jn 1, 35-42
Vieron dónde vivía y se quedaron con él
EN aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose
en Jesús que pasaba, dice:
«Este es el Cordero de Dios».
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:
«Qué buscáis?».
Ellos le contestaron:
«Rabí (que significa Maestro), ¿Dónde vives?».
Él les dijo:
«Venid y veréis».
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
«Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)».
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
«Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)».
Palabra del Señor.
«Este es el Cordero de Dios».
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:
«Qué buscáis?».
Ellos le contestaron:
«Rabí (que significa Maestro), ¿Dónde vives?».
Él les dijo:
«Venid y veréis».
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
«Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)».
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
«Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)».
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
LA LLAMADA Y LA RESPUESTA
El relato de la llamada que nos
presenta S. Juan está lleno de símbolos que
a veces no alcanzamos a saber qué es lo que quería expresar, como el hecho de
que diga que eran las cuatro de la tarde.
Presenta a dos discípulos de Juan
Bautista que están escuchando a su maestro que les habla del “cordero que quita los pecados”; aparece
por allí Jesús y lo identifica con ese cordero y, al estilo de Samuel, sin más
preguntas, se van detrás de Jesús, con lo que eso llevaba consigo, pues dejan
el camino que llevaban y cambian radicalmente, nunca más se les vuelve a ver
con Juan Bautista.
El dialogo que mantienen con Jesús
es breve: “¿Qué buscáis?, “Maestro,
¿Dónde vives?, “Venid y veréis”… Jesús les invita a entrar en su casa y a
quedarse con Él. No sabemos lo que hablarían, pero lo único que aparece después
es que quedaron transformados.
Este gesto por parte de Jesús y por
parte de los dos discípulos se ha tomado siempre como el gran referente de
llamada y de respuesta: no bastan las palabras, se necesitan los hechos, la
vivencia; no se trata de lanzar una teoría sobre la vivencia del reino, es
necesario tener la experiencia de vivirlo; eso no es algo que se aprende con un
WhatsApp o con twitter. La evangelización no es una teoría ni una lección que
da un profesor y ya lo tenemos todo entendido; se trata de un testimonio de
vida que deja tocado al que se encuentra con él, de forma que queda conmovido,
transformado.
A Jesús solo se le sigue después que
hemos tenido un encuentro con Él y no solo una idea más o menos clara. Las
teorías no convencen, sino la vida, el testimonio personal. La llamada del
Señor es la llamada de la vida que invita a vivirla en plenitud, con dignidad y
con un sentido trascendente.
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