PRIMERA LECTURA
Lectura del
libro de Isaías. Is 61,1-2a.10-11
Desbordo de gozo en el Señor
EL Espíritu del Señor, Dios, está sobre mí,
porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres,
para curar los corazones desgarrados,
proclamar la amnistía a los cautivos,
y a los prisioneros la libertad;
para proclamar un año de gracia del Señor.
Desbordo de gozo en el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha puesto un traje de salvación,
y me ha envuelto con un manto de justicia,
como novio que se pone la corona,
o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos ante todos los pueblos.
porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres,
para curar los corazones desgarrados,
proclamar la amnistía a los cautivos,
y a los prisioneros la libertad;
para proclamar un año de gracia del Señor.
Desbordo de gozo en el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha puesto un traje de salvación,
y me ha envuelto con un manto de justicia,
como novio que se pone la corona,
o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos ante todos los pueblos.
Palabra de
Dios.
REFLEXIÓN
APELACIÓN
AL DIOS SUPREMO
El profeta Isaías se presenta
confesando su situación personal: siente que Dios le está llamando a dar la
respuesta a la situación en la que se encuentra el pueblo: se ha apartado del
camino y los dirigentes lo están llevando al caos y al abismo; el pueblo se
encuentra impotente para reaccionar.
Isaías siente que ha sido ungido por
el Señor y enviado a proclamar un año de gracia: frente al caos y a la
impotencia que existen, recurre al Señor como última instancia; Él es el juez
supremo, el único que puede dar solución al problema.
El profeta declara los fines para
los que ha sido enviado:
1º- Para dar la “Buena noticia a los pobres”: a los
desvalidos, a los esclavos, a los marginados, a los que sufren y ven que se les
ha cerrado el horizonte de la vida.
2º- A “proclamar un año de gracia”: que todos vean que Dios está a su
lado y no los olvida ni los abandona.
Aterrizando el mensaje en el momento
que vivimos, sentimos la necesidad de que alguien nos dibuje un horizonte nuevo,
parecido a éste, en el que se recupere la esperanza, la alegría de vivir y la
confianza en quien nos dirige, pues estamos angustiados y hastiados al ver la
desidia, la corrupción y la burla que se traen los dirigentes con el pueblo,
pues se han olvidado por completo del sufrimiento y del desconcierto al que lo
han inducido, mientras ellos viven muy ocupados en asegurarse sus puestos para
seguir robando.
Anhelamos un pastor que proclame el
progreso y la paz, pero que lo veamos que actúe con justicia y con verdad y
vuelva a restablecer la confianza y la PAZ.
Salmo responsorial
Lc 1,
46b-48. 49-50. 53-54 (R/.: Is 61, 10b)
R/.
Me alegro
con mi Dios.
V/. Proclama mi alma la
grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava.
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones. R/.
R/. Me alegro con mi Dios.
R/. Me alegro con mi Dios.
V/. Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación. R/.
R/. Me alegro con mi Dios.
V/. A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia. R/.
R/. Me alegro con mi Dios.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses. 1 Tes 5, 16-24
Que vuestro espíritu, alma y
cuerpo se mantenga hasta la venida del Señor
HERMANOS:
Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.
No apaguéis el espíritu, no despreciéis las profecías. Examinadlo todo; quedaos con lo bueno.
Guardaos de toda clase de mal. Que el mismo Dios de la paz os santifique totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, se mantenga sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
El que os llama es fiel, y él lo realizará.
Palabra de Dios.
HERMANOS:
Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.
No apaguéis el espíritu, no despreciéis las profecías. Examinadlo todo; quedaos con lo bueno.
Guardaos de toda clase de mal. Que el mismo Dios de la paz os santifique totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, se mantenga sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
El que os llama es fiel, y él lo realizará.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
LA LEY COMO REFERENTE
S.
Pablo escribe a la comunidad de los tesalonicenses invitándoles a centrarse en
lo que es fundamental para la vida y hacer frente de esa manera a todo el
ambiente que les rodea y que lucha por apartarlos del camino: “No apaguéis la fuerza del Espíritu Santo”,
sino que pongan en práctica los dones que Él les ha dado, estando atentos para
descubrir lo que es bueno y desechar todo aquello que les aparta del camino.
Es justamente, en la postura que tomen en
la vida, lo que va a distinguirlos del resto de los hombres; ellos no pueden
seguir las invitaciones que el mundo les hace, por eso les invita a que estén
atentos, que lo examinen todo y distingan entre el bien y el mal y sean
honrados y valientes, separándose de todo aquello que les lleva a unirse al
mal.
El mensaje de Pablo a los tesalonicenses
tiene una actualidad enorme en nuestros días, pues estamos sometidos a una presión
extraordinaria en la que el mal se nos impone como ley, hasta el punto que
entendemos como bueno y correcto lo que
es legal; la fuerza y el referente para actuar no es Dios, sino la ley.
Aleluya
Cf. Is 61, 1 (Lc 4, 18ac)
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. El Espíritu del Señor está sobre mí:
me ha enviado a evangelizar a los pobres. R/.
EVANGELIO
V/. El Espíritu del Señor está sobre mí:
me ha enviado a evangelizar a los pobres. R/.
EVANGELIO
✠ Lectura del santo Evangelio
según san Juan. Jn 1, 6-8. 19-28
En medio de vosotros hay uno que no conocéis
SURGIÓ un hombre enviado por Dios, que se
llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que
todos creyeran por medio de él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran:
«¿Tú quién eres?».
El confesó y no negó; confesó:
«Yo no soy el Mesías».
Le preguntaron:
«¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?».
Él dijo:
«No lo soy».
«¿Eres tú el Profeta?».
Respondió:
«No».
Y le dijeron:
«¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?».
Él contestó:
«Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías».
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
«Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?».
Juan les respondió:
«Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia».
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Palabra del Señor.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran:
«¿Tú quién eres?».
El confesó y no negó; confesó:
«Yo no soy el Mesías».
Le preguntaron:
«¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?».
Él dijo:
«No lo soy».
«¿Eres tú el Profeta?».
Respondió:
«No».
Y le dijeron:
«¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?».
Él contestó:
«Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías».
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
«Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?».
Juan les respondió:
«Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia».
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
LA CEGUERA ANTE LA LUZ
El texto que nos presenta el
evangelio de Juan saca a la luz el ambiente que se respira en el momento: la
gente espera la venida del Mesías en torno a la que giran muchas leyendas, como
es la venida de Elías como antecesor que vendrá a restaurar y a unificar las
tribus de Israel (Eclo. 48, 1-11) y ante la presencia extraña de Juan Bautista
que ha aparecido en el desierto como uno de los antiguos profetas, la gente
empieza a atar cabos y lo confunden, pues entre las promesas que se van
recordando, una de ellas es la de “levantar
un profeta que será un nuevo Moisés” (Dt. 18,15-18) por eso se acercan a
preguntarle para tomar posiciones: tienen que aclararse frente a Jesús; o lo
aceptan como el “enviado de Dios” o como un “impostor”; esto lo han de hacer
las autoridades sagradas; le preguntan a Juan y él responde que no lo es, pero
da testimonio de Jesús y, Jesús a su vez, dirá de Juan que es el hombre más
grande nacido de mujer, que ha sido enviado como testigo de la luz, y en cuanto
a Él, no da sus datos personales, sino que remite a lo que hace, para que ellos
interpreten por lo que están viendo, pues la luz la tienen ante sus ojos, de la
misma manera que tienen la oscuridad.
Sin embargo, el miedo a perder la
posición, la comodidad en la que estamos instalados, a tener que comprometerse
con la vida, con la verdad: … hace que los hombres se retraigan y, para
justificarse, hasta distorsionan el mensaje y lo hacen aparecer como algo
contrario a la ley y a la verdad.
El problema sigue patente en el
momento actual: han logrado encuadrar el evangelio, con la quiescencia de los
creyentes, como una ideología, que en el momento que vivimos es políticamente
incorrecta y está prohibido pronunciarla porque desestabiliza el sistema y pone
en tela de juicio todos los principios que se están queriendo establecer y que
están en desacuerdo con la JUSTICIA y la VERDAD