1
de Enero 2014
Comenzamos
el año de la mano de la Virgen María; ella ha sido el gran referente al que
hemos podido ir mirando durante todo este tiempo pasado de adviento, pues ella se presenta como el modelo del que prepara una calzada libre
para que entre Dios en el mundo y en
todas sus estructuras, un mundo que está lleno de dificultades: ella, como nadie, fue capaz de
derribar barreras, de allanar barrancos que separan, acercando distancias y
puso su persona a disposición de Dios para que llevase adelante su proyecto de
encarnarse en la historia de la humanidad.
María
será la primera discípula de Jesús que sigue sus huellas y lo pone como centro,
como eje, y como horizonte de su vida; ella hace posible que se rompan barreras
de instituciones tan fuertes como la familia, anclada en la ley y la tradición
y conforma la familia nueva en los esquemas del reino, mostrándonos su hogar
como el prototipo del hogar del futuro, en consonancia con el proyecto de Dios.
María
permanece fiel, al lado de Jesús hasta la cruz y, allí lo recibe en sus brazos,
después de muerto, como lo hizo en el establo a su llegada al mundo. Allí, al
pie de la cruz, recibe y acoge el encargo de seguir siendo ahora la madre del
nuevo cuerpo de Cristo resucitado: la iglesia y allí mismo recibe, acepta y
asume, la misión que Cristo va a ejercer en el mundo: ser signo de LA PAZ y de
la RECONCILIACIÓN de todos los hombres
con Dios.
María
es MADRE DE DIOS a cuya disposición se pone, como la esclava en manos de su
dueño y, por tanto, se convierte en
MADRE, pues de ella nace para el mundo,
el proyecto del Reino que trae Jesús.
En
ella, Dios nos transmite hoy la bendición que quiso para su pueblo y que
transmitió a Moisés y que ella asumió y transmitió, para que nosotros hagamos
lo mismo y lo llevemos adelante en nuestras vidas:
Que el Señor nos bendiga y nos guarde,
que haga brillar su rostro sobre nosotros,
nos conceda su favor,
nos muestre su rostro
y nos conceda la paz.
Que el Señor nos bendiga y nos guarde,
que haga brillar su rostro sobre nosotros,
nos conceda su favor,
nos muestre su rostro
y nos conceda la paz.