De andar por
casa…
“Solo yo sé cómo es mi
interior y Dios lo conoce y sabe que mi corazón no quiere el daño para nadie…”
Esta suele ser una frase
muy oída con la que mucha gente argumenta lo buena que es y su grandeza de
alma, pero lo que deja ver por fuera, deja tanto que desear a la hora de
actuar…
Efectivamente, el interior
de la gente no lo conocemos y, por eso, no podemos juzgar a nadie, pero el
exterior se hace evidente y no puedes hacer blanco lo que es negro.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Juan.
Jn 14, 1-12
Yo soy el camino y la verdad y la vida
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre».
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre».
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Jesús proclama: “Quien
me ve a mí, está viendo al Padre” Él es un reflejo en la tierra del Padre y por
eso, no puede actuar de otra manera, porque el Padre es así, por eso dice: “Si no queréis creerme a mí, no lo hagáis,
pero creed en las obras que hago que no son mías, sino del Padre…” Por eso, Él
se proclama EL CAMINO, LA VERDAD y LA VIDA, porque en Él se retrata el Padre y
Él es la única puerta de entrada y el único camino de acceso para entrar o para
llegar al Padre.
Y
yo, bautizado y creyente en Jesús, debería ser un reflejo de Él, pues me deja
hasta su Espíritu que es mi fuerza y mi vida de tal forma que “Quien me vea a
mí, lo vea a Él”.
Por
eso, tenemos que afirmar sin miedo a equivocarnos: “Somos lo que hacemos y cómo
lo hacemos y no tanto lo que decimos”, pues eso que hacemos es lo que se ve y
lo que dice quiénes somos. De tal forma que pudiéramos decir como él decía: “Si
no creéis en mí, creed en las obras que hago”
El
gran referente que tenemos es Jesús: Él hace, actúa y habla para dar razón de
lo que ha hecho; en cambio nosotros hablamos y después tenemos que buscar
razones para que convenzan de lo que hemos dicho y buscamos justificaciones del
por qué no actuamos en consonancia con lo que decimos.