Domingo 5 de Pascua -A-


De andar por casa…

         “Solo yo sé cómo es mi interior y Dios lo conoce y sabe que mi corazón no quiere el daño para nadie…”
         Esta suele ser una frase muy oída con la que mucha gente argumenta lo buena que es y su grandeza de alma, pero lo que deja ver por fuera, deja tanto que desear a la hora de actuar…
         Efectivamente, el interior de la gente no lo conocemos y, por eso, no podemos juzgar a nadie, pero el exterior se hace evidente y no puedes hacer blanco lo que es negro.


Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 14, 1-12
Yo soy el camino y la verdad y la vida

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre».
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

            Jesús proclama: “Quien me ve a mí, está viendo al Padre” Él es un reflejo en la tierra del Padre y por eso, no puede actuar de otra manera, porque el Padre es así, por eso dice:  “Si no queréis creerme a mí, no lo hagáis, pero creed en las obras que hago que no son mías, sino del Padre…” Por eso, Él se proclama EL CAMINO, LA VERDAD y LA VIDA, porque en Él se retrata el Padre y Él es la única puerta de entrada y el único camino de acceso para entrar o para llegar al Padre.
            Y yo, bautizado y creyente en Jesús, debería ser un reflejo de Él, pues me deja hasta su Espíritu que es mi fuerza y mi vida de tal forma que “Quien me vea a mí, lo vea a Él”.
            Por eso, tenemos que afirmar sin miedo a equivocarnos: “Somos lo que hacemos y cómo lo hacemos y no tanto lo que decimos”, pues eso que hacemos es lo que se ve y lo que dice quiénes somos. De tal forma que pudiéramos decir como él decía: “Si no creéis en mí, creed en las obras que hago”
            El gran referente que tenemos es Jesús: Él hace, actúa y habla para dar razón de lo que ha hecho; en cambio nosotros hablamos y después tenemos que buscar razones para que convenzan de lo que hemos dicho y buscamos justificaciones del por qué no actuamos en consonancia con lo que decimos.