DOMINGO 4º DE PASCUA


De andar por casa…

         En mi pueblo hay un dicho popular: “La vida es un fandango y quien no lo baila es tonto”, para decir que hay que aprovechar la oportunidad que se presenta en la vida, venga como venga y a costa de lo que cueste, sin mirar la cara a nadie…


Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 10, 1-10
Yo soy la puerta de las ovejas

EN aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».
Palabra del Señor.


REFLEXIÓN

            Lo más grave que puede ocurrir en la vida es aplicar la filosofía de aprovechar la oportunidad sin condiciones, pues nos convertimos en unos oportunistas y no en “pastores”, aprovechándonos de lo que sea necesario para entrar por donde sea al establo y aprovecharnos de las ovejas, pero no para servirlas, guiarlas y buscar su felicidad, sino todo lo contrario.
            Cuando esta actitud es la que se tiene en la vida y se va aplicando a las diferentes circunstancias que se presentan, los estragos que se van siguiendo tienen todo el olor a muerte.
            La lección que nos da Jesús no deja espacio a la duda en ninguno de los terrenos que la apliques: en el político, en el social, en el religioso, económico… y en todos ellos el resultado es siempre el atropello, el odio, la envidia, la avaricia… la muerte