DOMINGO X DEL T. O. –B-


PRIMERA LECTURA


Lectura del libro del Génesis.  Gén 39-15

Pongo hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujer

CUANDO Adán comió del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo:
«¿Dónde estás?».
Él contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».
El Señor Dios le replicó:
«¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».
Adán respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».
El Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Qué has hecho?».
La mujer respondió:
«La serpiente me sedujo y comí».
El Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso, maldita tú
entre todo el ganado y todas las fieras del campo;
te arrastrarás sobre el vientre
y comerás polvo toda tu vida;
pongo hostilidad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y su descendencia;
esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».

Palabra de Dios.

 

EL PLAN DE DIOS ES INQUEBRANTABLE    

 

            Dios ha creado el mundo y cuando vio su obra nacida como una expresión de amor, “vio que era muy bueno” todo lo que había hecho y sintió la alegría y la satisfacción de lo bien hecho, pero toda esta maravilla no tenía sentido si es que no es disfrutada y compartida por alguien, por eso hace un ser con capacidad de gozar, disfrutar y compartir y hace al hombre a su imagen y semejanza, para regalarle todo lo que ha hecho y convertirlo en dueño y señor de todo lo creado.

            Y al hombre se le suben los humos a la cabeza al sentirse tan grande, hasta el punto que siente la tentación de echarle un pulso a Dios y demostrarle que él es capaz de hacer las cosas mejor, incluso, que Dios.

            Efectivamente: la armonía, la verdad, la justicia, la alegría, el amor, la comprensión, el respeto… que Dios ha creado y que convierte el mundo en un paraíso, el hombre lo estructura de otra forma, a su manera: y así:

                        -Donde Dios había puesto verdad, claridad, limpieza… el hombre pone mentira, engaño, corrupción.

                        -Donde Dios había puesto justicia, igualdad, honradez… El hombre pone envidia, atropello, explotación…

                        -donde Dios había puesto comprensión, amor, respeto, cariño… el hombre pone odio, violencia, desprecio. Orgullo…

                        -Donde Dios había puesto paz, alegría, entendimiento, amistad… El hombre establece la división, la violencia, la guerra, el atropello…

            El resultado final: el hombre huye de Dios, se esconde; rompe con la mujer, se avergüenzan el uno del otro, se culpan del daño, se rompe la armonía y el orden con la naturaleza y con todo hasta convertirse en la peor maldición para la tierra.

            Pero aunque el hombre haya roto el plan pensado por Dios, para el hombre, Dios no se echa atrás y sigue manteniéndolo en pie hasta que llegue el momento cumbre de los tiempos con Jesucristo en que se establece definitivamente su proyecto y Dios hace su Alianza definitiva

 

Salmo responsorial

Sal 129, 1b-2. 3-4. 5-7ab. 7cd-8 (R/.: 7cd)

R/.   Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

 

        V/.   Desde lo hondo a ti grito, Señor;
                Señor, escucha mi Voz;
                estén tus oídos atentos
                a la voz de mi súplica.   
R/.

R/.   Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

 

        V/.   Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
                ¿quién podrá resistir?
                Pero de ti procede el perdón,
                y así infundes temor.   
R/.

R/.   Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

 

        V/.   Mi alma espera en el Señor,
                espera en su palabra;
                mi alma aguarda al Señor,
                más que el centinela la aurora.
                Aguarde Israel al Señor,
                como el centinela la aurora.   
R/.

R/.   Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.


        V/.   Porque del Señor viene la misericordia,
                la redención copiosa;
                y él redimirá a Israel
                de todos sus delitos.   
R/.
R/.   Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

 
SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 2 Cor 4, 13 — 5, 1

Creemos y por eso hablamos

HERMANOS:
            Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará con vosotros ante él.
            Pues todo esto es para vuestro bien, a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios.
            Por eso, no nos acobardamos, sino que, aun cuando nuestro hombre exterior se vaya desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día a día.
            Pues la leve tribulación presente nos proporciona una inmensa e incalculable carga de gloria, ya que no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve; en efecto, lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno.
            Porque sabemos que si se destruye esta nuestra morada terrena, tenemos un sólido edificio que viene de Dios, una morada que no ha sido construida por manos humanas, es eterna y está en los cielos.

Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

FACILITAR LA ACCION DEL ESPÍRITU     

            Frente al ambiente materialista y efímero de Corinto, Pablo quiere dejar bien claro a los cristianos que la fe no es el seguimiento a unas ideas que se pueden demostrar, no es una ciencia experimental, ni la acción de Dios es algo que se puede controlar por la sabiduría o la experiencia del hombre.

            La fe se fundamenta en la confianza que pones en Jesucristo y en la disponibilidad de la vida a la acción del Espíritu, de forma que es tanto más evidente, cuanto menor es nuestro protagonismo y, en cambio, vamos dejando que la acción del Espíritu se vaya desarrollando sin trabas a través nuestro.

            Pero la acción de Dios es imprevisible, porque Él trabaje el corazón de cada uno y va respetando su libertad, para que cada uno le responda desde sus esquemas y no desde lo que ha establecido una ley o una costumbre.

            Esta convicción le hará recuperar a Pablo toda la alegría y la esperanza, pues sabe que Dios sigue su trama y no cesa, lo único que pide es que colaboremos y, a veces, la mejor colaboración que podemos hacer es el no estorbar: “Por eso, no nos desanimamos. Aunque nuestro hombre exterior se vaya deshaciendo, nuestro interior se renueva día a día.”

  

Aleluya

Jn 12, 31b-32

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera —dice el Señor—.
        Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 3, 20-35
Satanás está perdido

EN aquel tiempo, Jesús llegó a casa con sus discípulos y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí.
Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios».
El los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».

Palabra del Señor.

 

LA VERDADERA FAMILIA       

            La imagen no puede ser más triste y desoladora; es cuestión de que rebobinemos un poco en la imaginación y recreemos el momento: Jesús ha salido de Nazaret, allí no hay universidad ni institutos de enseñanza superior que capaciten a una persona para salir como un maestro en leyes o en doctrinas; Jesús es un ciudadano sencillo de la aldea, que lo máximo que ha recibido de instrucción es ir los sábados a la sinagoga para escuchar al rabino que explica las escrituras y da la catequesis…

            Se sale de Nazaret y se instala en Cafarnaúm en casa de uno de sus amigos, probablemente en casa de Pedro y allí se encuentra hablando a un grupo de gente que goza escuchándolo hablar de su experiencia de Dios Padre que nos ama a todos, que desea que seamos felices, que no puede soportar el que unos atropellen y exploten a otros, que no tolera el que las leyes hayan dividido a los hombres en clases: unos de una clase  y otros de otra, cuando todos somos sus hijos y que esté justificado y sea legal el que una persona sea esclava y pueda ser vendida y hasta matada… todos los pobres que viven en estas condiciones sienten un gran consuelo cuando escuchan a Jesús hablar de esta forma y experimentar que Él vive de acuerdo a todo esto que dice.

            Lógicamente, este discurso y esta manera de pensar, molesta a los que viven anclados en esta sociedad injusta a costillas de esta realidad y andan diciendo de Él toda clase de calumnias y chismes.

            Todo esto que se dice de Jesús ha llegado a Nazaret y su familia está avergonzada de Él y quieren recogerlo y esconderlo para que paren las habladurías: “Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales”

            De la misma manera, los escribas, los letrados y todos los componentes de la nobleza judía consideraban que era un poseído del diablo que estaba intentando desestabilizar el orden: “los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: -“Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios.”

            Este es el marco en el que se encuadra el momento en que su propia familia lo toma por loco, por un desestabilizador, por un individuo peligroso y se lo quieren llevar para hacerlo desaparecer.

            No es extraño que en otro momento diga Jesús que encontrarás enemigos dentro de tu misma familia y, por tanto, no es la sangre la que hace la familia, sino el amor de Dios que Él viene proclamando en el reino de Dios.