DOMINGO XXVII DEL T.O. -A-


PRIMERA LECTURA

 Lectura del libro de Isaías. Is 5, 1-7

La viña del Señor del universo es la casa de Israel

VOY a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña.
Voy a cantar a mi amigo
el canto de mi amado por su viña.
Mi amigo tenía una viña en un fértil collado.
La entrecavó, quitó las piedras y plantó buenas cepas; construyó en medio una torre y cayó un lagar.
Esperaba que diese uvas, pero dio agrazones. Ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña.
¿Qué más podía hacer yo por mi viña que no hubiera hecho? ¿Por qué, cuando yo esperaba que diera uvas, dio agrazones? Pues os hago saber lo que haré con mi viña: quitar su valla y que sirva de leña, derruir su tapia y que sea pisoteada.
La convertiré en un erial: no la podarán ni la escardarán, allí crecerán zarzas y cardos,
prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.
La viña del Señor del universo es la casa de Israel y los hombres de Judá su plantel preferido.
Esperaba de ellos derecho, y ahí tenéis: sangre derramada; esperaba justicia, y ahí tenéis: lamentos.
Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

LA VERDAD SIN RODEOS    

Cuando nos detenemos a mirar la actitud que tenemos hoy frente a la injusticia, a la mentira, a la violencia, a la corrupción que caracteriza al sistema que vivimos y vemos cómo se ha aceptado como norma el hablar lo políticamente correcto, de forma que hay unos que pueden decir lo que quieran y los demás tienen que callarse, mientras que es aceptable y lícito para unos y la misma cosa es intolerable para otros y, así hemos aceptado un sistema en el que unos tienen la palabra y el resto solo le queda decir amén. Y a esto le llaman democracia y libertad de expresión.

Ni los profetas ni Jesucristo entraron en esa onda y, la verdad entendían que tenía que ser entendida por todo el mundo para que iluminara sus vidas y lo hacían de la manera más sencilla: En la lectura que nos presenta la liturgia, vemos al profeta Isaías que coge una canción en la que se describe el amor de alguien por su ser querido y lo describe con los mimos que le hace el agricultor a su viña y ésta le responde con agrazones. Isaías no duda en describir lo que está ocurriendo en el pueblo de Israel y para ello utiliza la canción que todos conocen y que están viviendo los resultados. Al final, el profeta no tiene miedo, ni se limita a hablar lo políticamente correcto y termina diciendo: La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel; son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos”

            Hoy podemos trasladar el mensaje a nuestra situación actual: tantos años predicando la unidad, la solidaridad, la fraternidad… y el resultado que estamos constatando es odio, resentimiento, racismo, violencia, corrupción, desprecio y división.

 

Salmo responsorial

Sal 79, 9 y 12. 13-14. 15-16. 19-20 (R/.: Is 5, 7a)

R/.   La viña del Señor es la casa de Israel.

 

        V/.   Sacaste una vid de Egipto,
                expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
                Extendió sus sarmientos hasta el mar,
                y sus brotes hasta el Gran Río.   
R/.

R/.   La viña del Señor es la casa de Israel.

 

        V/.   ¿Por qué has derribado su cerca
                para que la saqueen los viandantes,
                la pisoteen los jabalíes
                y se la coman las alimañas?   
R/.

R/.   La viña del Señor es la casa de Israel.

 

        V/.   Dios del universo, vuélvete:
                mira desde el cielo, fíjate,
                ven a visitar tu viña.
                Cuida la cepa que tu diestra plantó.
                y al hijo del hombre que tú has fortalecido.   
R/.

R/.   La viña del Señor es la casa de Israel.


        V/.   No nos alejaremos de ti:
                danos vida, para que invoquemos tu nombre.
                Señor, Dios del universo, restáuranos,
                que brille tu rostro y nos salve.   
R/.
R/.   La viña del Señor es la casa de Israel.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses. Fil 4, 6-9

Ponedlo por obra, y el Dios de la paz estará con vosotros

HERMANOS:
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta.
Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.

Palabra de Dios.


REFLEXIÓN

 

FORTALEZA ANTE LA DIFICULTAD     

Uno de los grandes problemas que muchas veces nos impiden sentirnos tranquilos, es la  división que encontramos entre lo que sabemos que tenía que ser y lo que, a la hora de la verdad, vemos que en la vida se nos presenta y que nos impide vivirlo y estar en paz con nosotros mismos y con los demás; cuando nos encontramos con esta situación, lo más normal es que lleguemos a sentirnos culpables y pensar que las cosas no salen bien porque nosotros no acabamos de vivir en coherencia y entonces, la tentación que asalta es la de tirar la toalla y pensar que nunca podremos llegar a ningún sitio.

Pablo sale al paso de esta situación-tentación para decirle a los filipenses que “no se preocupen”, que sigan manteniendo la lucha con fuerza, que a Dios lo tienen de su parte y que, lo que no deben es perderlo de su horizonte, pues todo lo que es bueno y verdadero, eso no va a dejar Dios que sea destruido:  “Y el Dios de la paz estará con vosotros”.

Este grito de aliento de Pablo a la comunidad de los filipenses, estamos necesitándolo en nuestro tiempo a cada momento, pues al ver cómo todo se deteriora, se tergiversa, se manipula… a cada momento nos asalta la desesperanza y las ganas de tirar la toalla.

 

Aleluya

Cf. Jn 15, 16

R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Yo os he elegido del mundo —dice el Señor—
        para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.   
R/.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 21, 33-43

Arrendará la viña a otros labradores

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchad otra parábola: “Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cayó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos. Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».
Le contestan:
«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo».
Y Jesús les dice:
«No habéis leído nunca en la Escritura:
“La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente”
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».
Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

CONTRA EL BUENISMO DESTRUCTOR    

Jesús, recordando a los profetas, viendo la realidad en la que se ha metido su pueblo y en la que se está acomodando, denuncia el error que está cometiendo:

Habían llegado a pensar que eran el ombligo del mundo y que el final de la historia era la salvación de Israel y el resto de pueblos y de situaciones era algo que no les competía, pues estaba llamado a la destrucción; por eso, cuando Jesús empieza a decirles que el dueño de la viña la va a abandonar y no la va a salvar por la actitud que están teniendo, se molestan y lo consideran un peligro para la tranquilidad del pueblo.

Jesús no está pensando en un nacionalismo excluyente, basado en unas fronteras; para Él no hay otra frontera que el reino de Del amor de la verdad de la justicia, de la paz, de la libertad, de la fraternidad… Y todo el que luche por esto y dé frutos de reino, es partícipe en la salvación que Dios trae, unas fronteras no van a ser las que delimiten el proyecto de Dios.

Todas las personas de buena voluntad que están dispuestas a vivir en la verdad, en la justicia, en el amor en la paz, en solidaridad, son partícipes del reino, independientemente de su raza, lengua cultura, ubicación en la tierra y religión.

Lógicamente, esta manera de pensar y de vivir, le trajo muchos problemas y conflictos con todos los grupos religiosos y políticos de su época, los cuales estaban anclados en unos esquemas racistas, nacionalistas, excluyentes… Esta apertura del reino de Dios a los extranjeros, a los enfermos, a los pecadores… era intolerable y escandalosa, sobre todo para una mentalidad que se consideraba elegida y mimada por Dios, poseedora de la verdad, de la salvación y del reino de Dios.

Con la canción de la viña, Jesús los deja al descubierto y los pone contra la pared, haciéndoles ver que la respuesta que están teniendo a Dios que los ha tratado con cariño, está siendo despreciable e indigna, creyéndose que por pertenecer al pueblo de la promesa, ya eso lo consideran un seguro de vida.

La denuncia de la actitud equivocada del pueblo nos pone en actitud de aviso también a nosotros, que no nos podemos quedar con los brazos cruzados, en una actitud buenista dejando hacer y dejando pasar todo aquello que va en contra del reino, con la justificación de la tolerancia y del respeto, que no es sino el encubrimiento de una cobardía permisiva.