DOMINGO -XXVI- T.O. -A-

Lectura del profeta Ezequiel 18,25‑28

Cuando el malvado se convierte de su maldad, salva su vida  

Así dice el Señor: "Comentáis: "No es justo el proceder del Señor." Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá."
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN 

RESPONSABILIDAD Y LIBERTAD    

            Hay un tema que es transversal en toda la  Sagrada Escritura: la responsabilidad personal y la colectiva, es decir: Dios ha elegido a un pueblo y no a una persona concreta e individual; la persona, por tanto, fundamenta su ser y su existencia en, por y con el pueblo.

            Nada de lo que hace o dice o le ocurra queda en la intimidad, sino que todo tiene su proyección en el pueblo del que forma parte.

            En el antiguo Israel, cualquier persona que nace queda vinculada irremediablemente a la familia, al grupo étnico, al clan, a la tribu y ha de amoldarse a las normas, tradiciones… La libertad individual casi no se entiende.

            Cuando Dios habla, lo hace al jefe, al cabeza de familia, al responsable, al rey del grupo; cuando felicita o castiga, también lo hace a la cabeza, aunque la repercusión llegue hasta el último de los miembros

            La autoridad del jefe del grupo consistirá en  hacer que se cumplan todas las normas que hay establecidas para la convivencia. Pero estas normas son externas, no tocan al interior de la persona, a su libertad interior que va a ser la que determine  el sentido y el valor de lo que hace.

            De ahí que los jueces, a la hora de juzgar, solo miran el acto, la culpa y no  al autor, al culpable; no juzgan la intención con la que se ha dado el hecho

            El profeta Ezequiel se presenta como el defensor de la responsabilidad personal: el hombre no es una máquina. El profeta sostiene que el hombre puede dar un giro a la vida y a las cosas y eso va a depender de la actitud que él tome: puede apartarse del mal y reconducir su vida, de la misma manera que puede apartarse del bien y meterse en el mal, por tanto, es responsable de lo que hace y dice. Sería lo que muchos años después proclamará Jesús, indicando que cada uno somos responsables, no solo de la vida de los demás, sino también de la nuestra. 

Salmo responsorial: 24

Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

Señor, enséñame tus caminos, /
instrúyeme en tus sendas: /
 haz que camine con lealtad; /
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, /
y todo el día te estoy esperando.
Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

Recuerda, Señor, que tu ternura /
y tu misericordia son eternas; /
 no te acuerdes de los pecados /
ni de las maldades de mi juventud; /
acuérdate de mí con misericordia, /
por tu bondad, Señor.
Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

El Señor es bueno y es recto, /
y enseña el camino a los pecadores; /
hace caminar a los humildes con rectitud, /
enseña su camino a los humildes.
Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Filipenses 2,1‑11
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús  

Hermanos: Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todo el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
[Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre‑sobre‑todo‑nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.]
Palabra de Dios
 

REFLEXIÓN
 

VIVIR EN “PRO” DE LOS DEMÁS   

            S. Pablo se dirige a los  filipenses y apela a la gran  realidad que nos acoge: somos hombres nuevos, nacidos del Espíritu de unidad, de amor y de fraternidad que vive en Dios; si somos conscientes de esta realidad y nos la creemos, de verdad, no nos queda más remedio que responder a ella, por eso les pide que, basados en esta realidad, respondan en coherencia: “Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.”

            Basado en este principio, Pablo da toda una serie de consejos a la comunidad que llevan a la fortificación del grupo y de cada uno de sus componentes en particular; como modelo y referente de esta actitud de entrega pone a Jesús que ha sido capaz de entregar su vida por esta causa.

            Jesús ha planteado, al estilo de Ezequiel, el tema de la responsabilidad personal: Dios ha dado a cada uno unos dones para que los ponga en función del resto; cada uno de nosotros debemos hacerlo a su estilo, con los mismos sentimientos de Cristo, empezando por los más débiles, los que más necesitan.

S. Pablo pide que tengan cuidado en no caer, como cristianos, en el mismo pecado que han caído los dirigentes de su pueblo, que por ocupar cargos de alta responsabilidad, se creen los salvados y los que tienen la llave para que los demás se salven, considerándose ellos los salvadores de los demás, pero esto pueden ser ellos mismos los que fomenten esta mentalidad

El criterio o la norma de discernimiento que establece es el actuar, no tanto en conformidad con la ley escrita, sino con tener “entrañas de misericordia”, es decir: actuar con un amor incondicional hacia aquellas personas que sufren la explotación, la exclusión y el arrinconamiento en la sociedad. Los criterios de discernimiento no pueden ser jamás las prácticas piadosas de ritos vacíos, sino el mismo que tuvo Jesús: actuar con entrañas de misericordia.

            Para Pablo, Jesús se convierte en el gran referente de entrega total en beneficio de todos.

Lectura del santo evangelio según S. Mateo  21,28‑32
Recapacitó y fue  

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acerco al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?" Contestaron: "El primero." Jesús les dijo: "Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis."
Palabra del Señor
 

REFLEXIÓN
 

OBRAS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES  

En esta parábola presenta Jesús algo que la gente y la mentalidad de la época no tiene muy claro: la distancia que hay entre la palabra y el hecho: la primera responde a la acción fría de la razón y la segunda a la moción del corazón. La distancia entre palabra y obra es el sentimiento que habita en el corazón.

            La mentalidad religiosa que existe es nefasta y Jesús quiere dejarla en evidencia: la respuesta bonita que tiene el hijo segundo es la que cuenta delante de la ley y, es el que, de acuerdo a la ley, está justificado; en cambio, la acción del primero que ha tenido una respuesta desagradable e incorrecta no sirve para nada.

            Jesús les hace ver que no son las palabras las que cumplen la voluntad del Padre, sino los hechos, ¡Ojalá seamos capaces de establecer coherencia  entre lo que decimos y lo que hacemos! Ese es el ideal, pero lo que no se puede tolerar es que la ley ampare la incoherencia.

            De esta manera, Jesús denuncia a los dirigentes del pueblo que tienen unas palabras bonitas y amables con la gente, pero que no responden a nada. Es la mentira legalizada y establecida como norma, con la que vemos a cada momento cómo se juega con el pueblo, se le llena de expectativas y esperanzas y después se olvidan de todo lo dicho, diciendo que “Las palabras se las lleva el viento”

Con esta parábola, Jesús deja en evidencia muchas formas, estructuras, leyes y formas de  ver, hacer y pensar que era una constante contradicción con lo que confesaban: deja al descubierto cómo los que eran considerados pecadores por el aparato religioso y político, en realidad, eran los únicos que cumplen la voluntad del Padre, hasta el punto que llega el momento en que tiene que decirles que las prostitutas y los publicanos llevan delantera en el reino de los cielos.

            La conversión no es cosa de palabras muy bonitas, ni de gestos piadosos, sino de un cambio radical de vida que se pone en conexión con la justicia, con la verdad y con la paz.

            Lógicamente, cuando Jesús se pone a hablar de esta manera y a decir las cosas así, esto hiere la sensibilidad de aquellos que se sienten los buenos oficiales, los modelos a los que todo el pueblo venera, pues se sienten al mismo nivel que  aquellos que consideraban, según lo que la ley establecía, una lacra social.

            De esta manera, Jesús los deja al descubierto con un argumento tan simple, pero les denuncia la actitud tan negativa que ha echado raíces en sus corazones, hasta el punto que, ni un profeta como Juan Bautista ha podido hacerles que cambien su manera de pensar.

            Jesús deja bien claro un principio inapelable: “Obras son amores y no buenas razones”