IV DOMINGO TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

Les enseñaba con autoridad.
Del evangelio según san Marcos.
En la ciudad de Cafarnaún, el sábado entra Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar:
«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Jesús lo increpó:
«¡Cállate y sal de él!»
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen». 
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea. Palabra del Señor.       

     En este domingo, Jesús se presenta como el Maestro que enseña con autoridad. La autoridad de Cristo es lo que movió a marcharse a los espíritus inmundos .

    En Él se manifiestan unidos el testimonio, el hablar, y las obras. El leguaje que nos trae Cristo es un lenguaje liberador, sanador, que no esclaviza y es más, que es entendible para todos. Los espíritus inmundos lo reconocen y el pueblo que esperaba al Mesías lo mismo. Los primeros, para señalarlo "sé quién eres, el Santo de Dios" y los segundos, para quedar admirados por su persona.

    Hoy  Jesús también se nos acerca con autoridad para expulsar de nosotros todo aquello que no nos deja reconocerlo interiormente, y nos invita a admirarnos por todo lo nos muestra, que no es otra cosa sino el amor del Padre. Dejémonos tocar y sanar por su palabra para convertirnos en testigos suyos en medio de nuestro mundo.