DOMINGO VIII DEL T.O. -C-

PRIMERA LECTURA

Lectura del primer libro de Samuel. Eclo 27, 4-7
No elogies a nadie antes de oírlo hablar

CUANDO se agita la criba, quedan los desechos;
     así, cuando la persona habla, se descubren sus defectos.
El horno prueba las vasijas del alfarero,
     y la persona es probada en su conversación.
El fruto revela el cultivo del árbol,
     así la palabra revela el corazón de la persona.
No elogies a nadie antes de oírlo hablar,
     porque ahí es donde se prueba una persona.
Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
LA PALABRA, RETRATO DE LA PERSONA     
            El texto del eclesiástico que nos presenta la liturgia de este domingo, muestra la imagen del hombre vacío que su vida y sus palabras no tienen consistencia alguna y, en consecuencia, su persona se retrata en cuanto abre la boca: la palabra del hombre vacío queda dibujada con las imágenes que el autor del libro del Eclesiástico emplea: son la paja que queda en la criba después que se le ha sacado el grano. Para el autor del libro, la palabra y las obras de la persona son la expresión externa del vacío interior o de la bondad que lleva dentro, lo mismo que de la maldad que lo invade.
            Compara al hombre con el árbol: sus frutos son sus palabras y su modo de plantearse frente a la vida; lo mismo que el árbol se define por sus frutos, el hombre manifiesta su bondad o su maldad a través de sus palabras y de sus obras que son las formas por las que se define.
            Esta es una llamada muy fuerte que hoy nos hace Dios a toda la iglesia y a cada uno de nosotros en particular, pera que examinemos nuestra forma de presentarnos, sobre todo en un tiempo como el nuestro en el que se propicia la superficialidad y se desprecia la profundidad de la persona; lo importante son las formas, la imagen, el cuerpo, el dar la talla en el canon de belleza establecido y se desprecia en cambio la profundidad de la persona.

Salmo responsorial

Sal 91, 2-3. 13-14. 15-16 (R/.: cf. 2a)
R/.   Es bueno darte gracias, Señor.

        V/.   Es bueno dar gracias al Señor
                y tocar para tu nombre, oh Altísimo;
                proclamar por la mañana tu misericordia
                y de noche tu fidelidad.   R/.
R/.   Es bueno darte gracias, Señor.

        V/.   El justo crecerá como una palmera,
                se alzará como un cedro del Líbano:
                plantado en la casa del Señor,
                crecerá en los atrios de nuestro Dios.   
R/.
R/.   Es bueno darte gracias, Señor.

        V/.   En la vejez seguirá dando fruto
                y estará lozano y frondoso,
                para proclamar que el Señor es justo,
                mi Roca, en quien no existe la maldad.   
R/.
R/.   Es bueno darte gracias, Señor.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 1 Cor 15, 54-58
Nos da la victoria por medio de Jesucristo

HERMANOS:
Cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita:
«La muerte ha sido absorbida en la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?».
El aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del pecado, la ley.
¡Gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
De modo que, hermanos míos queridos, manteneos firmes e inconmovibles.
Entregaos siempre sin reservas a la obra del Señor, convencidos de que vuestro esfuerzo no será vano en el Señor.
Palabra de Dios. 


REFLEXIÓN 

VIVIR LA VIDA    
            S. Pablo advierte a los corintios de algo que es irreversible: hemos de morir, esto es algo de lo que no nos podemos librar, pero nosotros hemos superado en Cristo la tragedia de la muerte; nosotros estamos llamados a la resurrección, a resucitar, por tanto, si ese es nuestro destino, no tiene sentido que vivamos mezclados en la corrupción, pues nuestro final no significaría el triunfo de una vida de lucha, sino que sería la derrota y la destrucción de aquello en lo que hemos venido empleando nuestra vida, sería nuestra propia derrota.
            Por eso invita a que se mantengan firmes e inamovibles a favor de la obra de Dios, pues está seguro que cualquier esfuerzo que no esté realizado a favor del reino, quedará vacío e inútil.
            Es importante tener claro que dedicarse en la vida al placer. Al lujo, al robo, a la corrupción… no es vivir la vida y gozarla” como ocurre con frecuencia, que deseamos y aconsejamos a las personas que queremos que “vivan la vida” dedicándose a gozar del placer.

Aleluya
Flp 2, 15d-16a
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.   Brilláis como lumbreras del mundo,
        manteniendo firme la palabra de la vida.   
R/.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 6, 39-45
De lo que rebosa el corazón habla la boca

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
    «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca».
Palabra del Señor. 

REFLEXIÓN 

NO SEÁIS COMO ELLOS    
            S. Lucas hace un retrato de aquellos que se erigen como guías del pueblo faltándoles la luz, el sentido común, los valores elementales, la dignidad y la autoridad moral elemental para merecer un mínimo de confianza en aquel que se pone en sus manos y se deja conducir.
            La imagen que denuncia S. Lucas es la de los fariseos y letrados que se presentan como referentes para el pueblo, advirtiendo a los apóstoles que no los sigan ni los cojan como modelos de vida y de actuación: ellos no son jueces de sus hermanos, sino que, en caso de tener que corregir a alguien, lo harán siempre de forma fraterna.
            Un guía ha de ser siempre alguien que conduzca a vivir de forma comunitaria y él ha de ir a la cabeza con su vida y sus hechos que han de ser la palabra más eficaz que pronuncie.
            Por eso Jesús se presenta como guía, como el pastor que va delante de sus ovejas, que las conoce a cada una y que busca lo mejor para ellas.