DOMINGO XIII DEL T. O. –C-


PRIMERA LECTURA


 

Lectura del primer libro de los Reyes 19, 16b. 19‑21

Eliseo se levantó y marcho tras Elías

 

En aquellos días, el Señor dijo a Elías:

—«Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén.» Elías se marchó y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto.

Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió:

—«Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.»

Elías le dijo:

—«Ve y vuelve; ¿Quién te lo impide?»

Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.

Palabra de Dios. 

 

REFLEXIÓN

 

RADICALIDAD EN LA RESPUESTA              

            Elías acaba de tener una experiencia muy fuerte de Dios en el monte Oreb, donde Dios le pide una absoluta e incondicional entrega a Él y Elías, que es un sacerdote y profeta en Galaad, en el reino del norte, siendo rey Ajab (s. IX a.C.) llevado de su pasión por Dios y por su pueblo, no duda un instante.

            Elías será tenido por el pueblo como el hombre que encarna toda la fuerza y la pasión de Dios por su pueblo, hasta el punto que será “El profeta”, el hombre que todo el pueblo reconoce como el “amigo de Dios”.

            El gesto que nos presenta el texto, muestra la costumbre que existe de pasar la misión que se tiene a otra persona: imponer el manto es como transmitirle el espíritu y la misión a la persona. Elías le coloca su manto a Eliseo ante el mandato de Dios, con lo que le traspasa todos sus “poderes”.

            Pero es interesante y, no debemos dejar pasar por alto, la actitud de Eliseo: él conoce al profeta, y sentir que le ha traspasado su misión y funciones, trastorna por completo a Eliseo que entiende que ante Dios, no es lícito ni posible poner condiciones y lo expresa de la forma más radical: “cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio”.

            No puedo evitar el recuerdo de un amigo: campesino, un hombre fuerte y bravo, perdido por completo y, en plan de burla, fue elegido por la comunidad para que fuera su dirigente espiritual… cuando le dije que Dios tenía muchas formas de hacer las cosas, me respondió: “Si usted cree que Dios me está pidiendo que acepte la responsabilidad que esto lleva consigo, yo no soy quién para oponerme a Diosito”. Y dio un cambio tan radical a su vida que la misma gente que lo había elegido, después lo sintieron como una denuncia a sus propias vidas.

 

Salmo responsorial Sal 15, 1‑2a y 5. 7‑8. 9‑10. 11 (R.: cf. 5a)


 

R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad. 

 

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;

yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;

mi suerte está en tu mano. R.

R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad. 

 

Bendeciré al Señor, que me aconseja,

hasta de noche me instruye internamente.

Tengo siempre presente al Señor,

con él a mi derecha no vacilaré. R.

R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad. 

 

Por eso se me alegra el corazón,

se gozan mis entrañas,

y mi carne descansa serena.

Porque no me entregarás a la muerte,

ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.

R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad. 

 

Me enseñarás el sendero de la vida,

me saciarás de gozo en tu presencia,

de alegría perpetua a tu derecha. R.

R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad. 

   

SEGUNDA LECTURA


 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 5, 1. 13‑18

Vuestra vocación es la libertad

 

Hermanos: 

Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. 

Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud. 

Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche la carne; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor. 

Porque toda la Ley se concentra en esta frase: «Amarás al prójimo como a ti mismo.» 

Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente. 

Yo os lo digo: andad según el Espíritu y no realicéis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Hay entre ellos un antagonismo tal que no hacéis lo que quisierais. 

En cambio, si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la Ley.

Palabra de Dios. 

 

REFLEXIÓN

 

LA FUERZA DEL AMOR  

            Pablo parte siempre del hecho fundamental: Cristo ha venido y ha superado todo el Antiguo Testamento que ha sido la preparación del acontecimiento definitivo: ahora, toda la ley con la que se ha venido dirigiendo el pueblo ya no tiene sentido, puesto que el pueblo ha sido liberado y ya no funciona bajo la presión de nada ni de nadie; el hombre ha sido liberado y actúa por iniciativa propia y no por imperativo legal.

            Sin embargo, aunque haya sido liberado de la presión impositiva de le ley, no ha dejado de sufrir la presión interna de las pasiones que le arrastran con fuerza; contra estas pasiones tendrá que seguir luchando, pero no coaccionado por la ley, sino que lo ha de hacer llevado por su propia libertad que está marcada por la única ley que libera que es el AMOR.        

            Pablo hace una aclaración de lo que es la LIBERTAD, que es el gran don que han recibido de Dios: “Cristo nos ha liberado para vivir en libertad” y no en libertinaje, que es otra forma de vivir esclavos, pues la esclavitud no solo está en llevar cadenas en los pies y en las manos, las podemos llevar en el corazón y en la mente, que son mucho más peligrosas y dañinas que las cadenas físicas. Y lo deja bien claro: LIBERTAD no es dar rienda suelta a los apetitos desordenados y quedar a merced de los impulsos de los instintos ciegos de la naturaleza. Sobre estos instintos se impone la ley suprema del AMOR que lo ha de regular todo y hará que esos instintos se conviertan en fuerza salvadora, cuando es el Espíritu quien los domina y los orienta.

 

Aleluya  1 S  3, 9; Jn 6, 68c

Habla, Señor, que tu siervo te escucha; tú tienes palabras de vida eterna.

  

EVANGELIO


 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 51‑62

Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Te seguiré adonde vayas

 

            Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. 

            De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. 

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: 

—«Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?» 

É1 se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea. 

Mientras iban de camino, le dijo uno: 

-“Te seguiré adonde vayas.” 

Jesús le respondió: 

-“Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.” 

A otro le dijo: 

-“Sígueme.” 

É1 respondió: 

-“Déjame primero ir a enterrar a mi padre.” 

Le contestó: 

-“Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.” 

Otro le dijo: 

-“Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.” 

Jesús le contestó: 

-“El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.” 

Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

EL REINO DE DIOS ES VALOR ABSOLUTO  

            Cuando lees este texto te quedas medio desconcertado, pues no entiendes cómo se puede tener esta radicalidad en momentos en los que es necesario reclutar a gente y fortificar el proyecto. Parece que S. Lucas quiere dejar muy claro a la comunidad que los esquemas que se usan no valen: estar preocupados por la cantidad para quitar la sensación de que estamos solos o de que esto se viene abajo, no es razón para nada y Lucas deja bien claro que no es la cantidad lo que pesa, sino la calidad de los que se comprometen con Jesús y su proyecto.

            La primera cosa que quiere dejar clara es que delante del proyecto de Jesús: el  reino de Dios, no puede ponerse ningún otro interés, ningún otro proyecto y ninguna otra opción; el reino de Dios es valor absoluto y todos los demás intereses o valores, han de estar supeditados a él, de forma que su valor de todo lo que existe está en función del apoyo que pueda prestar a la causa: las riquezas, los negocios, los afectos, los intereses particulares…todos son importantes, si es que ayudan a potenciar el reino de Dios; si alguno se antepone, o estorba al desarrollo, queda automáticamente excluido. El valor de las cosas y de la vida entera se miden en relación al reino, que se queda como único canon de valor.

            Y esto no es un capricho de Jesús, es que si todo camina hacia la instauración definitiva y plena del reino, no tiene sentido perder el tiempo y el esfuerzo en otra cosa, ya que, al final, lo que nos vamos a encontrar es lo que ha establecido Jesús, todo lo demás no tendrá ni sentido ni valor.

            S. Lucas pone 3 situaciones de personas que no han entendido y pierden su vida:          1º- Aquellos que se entusiasman con el proyecto de Jesús y toman la decisión de seguirlo y, cuando se dan cuenta de lo que eso significa: vivir en la “inseguridad” del mundo, dejando a un lado el dinero y el poder, no instalarse en seguridades de ningún tipo… Cuando se dan cuenta de todo esto, se desinflan.

            2º- Aparece otro que está dispuesto a seguirlo, pero primero tiene que dejar arreglado todo lo que tiene. Para Jesús es todo secundario y no puede haber nada que retrase o entorpezca la puesta en marcha.

            3º- Quiere dejar contenta a su familia, pues no quiere que sufran con su decisión y Jesús le dice que no puede estar mirando atrás y teniendo contento a todo el mundo. Ponerse a trabajar en la construcción del Reino significa entregarse sin reservas de ningún tipo, con la confianza puesta absolutamente en Dios y con la vista puesta en el horizonte que ha abierto Jesucristo.

            Esta radicalidad sorprende cuando vemos que se está comenzando el camino y es necesario contar con un buen grupo que lo inicia, pero es mucho más importante tener bien claras las reglas de juego y saber con claridad lo que no se puede permitir porque lo único que hace es entorpecer el camino.