DOMINGO III DESPUÉS DE
NAVIDAD -C-
Domingo después del 6 de
enero
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de (Isaías 42, 1‑4.
6‑7
Mirad a mi siervo, a quien prefiero
Así dice el Señor:
*Mirad a mi siervo, a
quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero.
Sobre él he puesto mi espíritu, para
que traiga el derecho a las naciones.
No gritará, no clamará, no voceará
por las calles.
La caña cascada no la quebrará, el
pábilo vacilante no lo apagará.
Promoverá fielmente el derecho, no
vacilará ni se quebrará,
hasta implantar el derecho en la
tierra, y sus leyes que esperan las islas.
Yo, el Señor, te he llamado con
justicia, te he cogido de la mano,
te he formado, y te he hecho alianza
de un pueblo, luz de las naciones.
Para que abras los ojos de los
ciegos, saques a los cautivos de la prisión,
y de la mazmorra a los que habitan
las tinieblas.+
Palabra de Dios.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
“NOSOTROS
VAMOS EN OTRA DIRECCIÓN”
Las palabra de Dios nos hace hoy una
invitación un tanto desconcertante: nos invita a que le pongamos atención a
algo que jamás se nos ocurriría prestarsela: Dios nos presenta al libertador de
la humanidad, a quien Él ha elegido y sostiene; además nos advierte: no va a
funcionar según nuestros esquemas: no viene con poder económico, ni guerrero,
no tiene bombas atómicas, ni ejercito, ni tiene en sus manos los medios de
comunicación para lavar el cerebro a la
humanidad… ¡No! “Él no gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo
vacilante no lo apagará...” y es así como va a establecer el derecho, la
justicia y la verdad en la tierra, va a traer la recuperación a todos los
desvalidos y va a ser reconocido por
todas las naciones.
La verdad es que nos quedamos a cuadros
-como se suele decir- pues nosotros vamos por otros caminos completamente
distintos: nos peleamos y nos disputamos a un señor que va a venir a hacer una
gran inversión en una zona y, estamos dispuestos a cambiar hasta las leyes para
que se sienta a gusto y seguro. Esperamos y apoyamos a un partido para que siga
haciendo lo mismo que los demás, seguimos pensando que la banca es la base y
fundamento de la paz y la estabilidad de un país… y ahora viene Dios diciendo
que la salvación no viene por ahí, sino por la sencillez, por la debilidad, por
la humildad… sin romper nada, sin gritar ni andar con demagogias, respetando al
débil, alentando a los que han perdido la esperanza y la ilusión por vivir…
Y cuando lo pensamos despacio, nos
damos cuenta que realmente es por ahí por donde va la salvación, pues por donde
nosotros creemos, ya tenemos archicomprobado que siemre lleva a la destrucción
y a la angustia:
No obstante, seguimos pensando y
confiando que solo esos que poseen el poder de las armas, del dinero, de la
convicción y manipulación de la sociedad, son los únicos que pueden arreglar
todo esto.
Los cristianos tenemos una grave
obligación: dar testimonio con nuestras palabras y con nuestra vida de que Dios
está presente entre nosotros, actuando y haciendo que nos sintamos felices
viviendo de una forma distinta a como propone el mundo; de todas formas, el
gran testimonio que estamos obligados a dar está basado en una forma solidaria
y de justicia con lo smás débiles, pues es desde ellos, donde Dios se hace
presente y salva.
Salmo responsorial 28, la y 2. 3ac4. 3b y 9b‑10 (R.:
11b)
R. El Señor bendice a su pueblo con
la paz.
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del
Señor,
postraos ante el Señor en el atrio
sagrado.
R. El Señor bendice a su pueblo con
la paz.
La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas
torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica.
R. El Señor bendice a su pueblo con
la paz. .
El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: *(Gloria!+
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno.
R. El Señor bendice a su pueblo con la paz.
SEGUNDA LECTURA
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10,
34‑38
Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
-“Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al
que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra
a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de
todos.
Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos,
cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero
a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó
haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba
con él.” Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
“PASAR
HACIENDO EL BIEN”
El anuncio de Pedro es claro: Dios ha venido
para salvación de todos y no hace distinción de
lengua, raza, cultura, nación… El esquema cerrado del antiguo pueblo se
ha terminado, no se puede seguir en esa tesitura, creyéndose el centro del
mundo.
Esta lección debemos cogerla todos, pues nos viene como
anillo al dedo en tiempos y en momentos en los que cada uno suele sentirse
dueño de la verdad y se convierte en referente absoluto para si mismo
Lo
único que delante de Dios va a tener fuerza, va a ser la postura que hayamos
cogido de aceptación de SU proyecto practicando la justicia, que consiste,
precisamente, en abrirse a Dios y abandonar toda clase de egoísmo, y cerrazón
que impida el que nos podamos encontrar con el otro que nos necesita.
Jesús se presenta como el gran referente para la vida:
“Pasó haciendo el bien”, que es el esquema y el programa de vida de todo
cristiano y de toda persona que siente dentro de si la dignidad de ser humano.
Aleluya . Mc 9, 7
Se abrió el cielo, y se oyó la voz del Padre:
*Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.+
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 3, 15‑16.
21‑22
Jesús se bautizó. Mientras oraba, se abrió el cielo
En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y
todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a
todos:
-“Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más
que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con
Espíritu Santo y fuego.”
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y,
mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de
paloma, y vino una voz del cielo:
C*Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.+
Palabra del
Señor.
“JESÚS REALIZA LO QUE JUAN
ANUNCIA”
Cuando
oimos gritar a Juan diciendo que hay que preparar el camino al que viene detrás
y, para ello hay que convertirse: que hay que hacer un cambio en la vida… y lo
vemos cómo arremete contra los
publicanos, contra los fariseos, contra los soldados y contra el pueblo…
pero el cambio que pide, es a una naturaleza dañada que le faltan todas las
fuerzas para realizarlo.
Juan exige
la JUSTICIA, pero le falta la misericordia: la fuerza para ese cambio ha de
venir de arriba, la ha de dar el Espíritu, ese que él reconoce que trae el que
viene detrás de él y al que él no es digno de desatar la correa de su sandalia.
De
hecho Jesús lo escucha y, aunque no lo dice, sin embargo abandona las formas y
su discurso no se hace hiriende, ni punzante, sino entrañable, que lleva al
convencimiento desde la misericordia y el amor y, Jesús se vuelve del desierto
y en lugar de irse con Juan, se une a la gente: se va a vivir a Galilea, al
lado de los que sufren y es desde ahí, al lado de los que sufren, donde muestra
cómo se siente a Dios como el Padre Bueno que acoge, que no condena, que no
habla de castigos, que no rompe lo que está machacado, sino que lo anima a
levantarse; no apaga el fuego que está a punto de extinguirse, sino que se
acerca a alentarlo…
Jesús
no grita, sino que se une a los marginados y, desde ahí, procura hacer la vida
más humana y fraterna y empieza a hacerle entender a la gente, con palabras
sencillas, que Dios es el Padre, que solo busca la felicidad y la salvación de
sus hijos… Este es el lenguaje, la forma y el mensaje de la nueva
evangelización y no otro ni desde otro sitio.
Jesús
abandona, no solo el elnguaje de Juan, sino también la forma de vivir, haciéndole
ver al mundo la bondad de Dios y se dedica a hacer gestos de bondad: Cura
enfermos, abraza a niños de la calle, acoge a su mesa a pecadores y
prostitutas, defiende a los pobres, toca a los leprosos. Jesús tiene claro que
han de cambiar las cosas, pero el cambio empieza a realizarlo Él, pues la gente
tiene que ver, sentir que eso es posible, que es real, que es una verdad
palpable en su propia carne. Quien habla de un Dios bueno y no hace los gestos
de bondad que hacía Jesús, sus palabras se quedan en el vacío, y su mensaje no
es creíble.