DOMINGO XXV DEL T. O. –C-

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Amós 8, 4‑7

Contra los que «compran por dinero al pobre»
            Escuchad esto, los que exprimís al pobre, despojáis a los miserables, diciendo: 
«¿Cuándo pasará la luna nueva, para vender el trigo, y el sábado, para ofrecer el grano?» 
Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa,  
compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo. 
Jura el Señor por la gloria de Jacob que no olvidará jamás vuestras acciones. 
Palabra de Dios 

REFLEXIÓN

CAPACIDAD DE ANALISIS      
            El profeta Amos se enfrenta a la realidad que vive el país: se da cuenta que los ricos han puesto como único objetivo de sus vidas el ganar dinero: su único horizonte es amasar una gran fortuna, sin importarles cómo ni a consecuencia de lo que pueda ocurrir. El único móvil que los mueve es la avaricia y la fuerza que los mantiene es la codicia desenfrenada; cuanto más tienen, más desean y, para ello aplastan al pobre y se aprovechan de los indefensos; al que le urge trabajar para poder vivir, se aprovechan de él  y lo tienen trabajando por un par de sandalias, por un mísero salario a cambio de un montón de horas de trabajo y con la amenaza de que si no entras por ahí, hay 20 personas que esperan el puesto y hacen el trabajo más barato.
            Tampoco tienen escrúpulos en hacer chanchullos: trucar balanzas, robar en el peso, dar un producto por otro, falsificar las cosas etc.
            El profeta ve todo esto y termina diciendo: “El Señor lo ha jurado por su honor; nunca olvidara lo que están haciendo”
            La estampa que pinta el profeta de los tiempos de Jeroboán II en Samaría, la podemos trasplantar a nuestros días sin ninguna dificultad y traducir su denuncia para el tiempo que vivimos, donde no hay otro objetivo  más que vender y amontonar riqueza a costa de lo que sea y como venga, mientras el pueblo anda alcanzado por todas partes, pues el sueldo apenas le da para una supervivencia indigna de una persona, cosa que le toca hacer recortes en lo fundamental: comida, salud, educación, vivienda para poder satisfacer la codicia de los avaros que ya no saben en qué emplear el dinero que han robado y viven como parásitos, enganchados del biberón del pueblo al que le obligan a buscar como sea el dinero que ellos han de chupar.
            Hoy, (27-07-16) han estado dando un informe del volumen de dinero que mueve el comercio pirata: 370.000 millones de euros al año en productos falsificados, con los que se alimenta entre otras cosas el terrorismo islámico y la mafia internacional.
            Mientras tanto, los políticos están discutiéndose los sillones del poder desde donde se dirige esta mafia.
            Las palabras del profeta resuenan hoy con una fuerza impresionante: “El Señor lo ha jurado: nunca me olvidaré de lo que estáis haciendo”

Salmo responsorial Sal 112, 1‑2.  4‑6.  7‑8 (R.: cf. la y 7b)

R. Alabad al Señor, que alza al pobre. 

 Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor, 
ahora y por siempre. R.
R. Alabad al Señor, que alza al pobre. 

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono y se abaja
para mirar al cielo y a la tierra? R.
R. Alabad al Señor, que alza al pobre. 

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo. R. 
R. Alabad al Señor, que alza al pobre. 

SEGUNDA LECTURA

 Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 2, 1‑8
Que se hagan oraciones por todos los hombres a Dios, que quiere que todos se salven

Querido hermano: 
Te ruego, lo primero de todo, que hagáis oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que ocupan cargos, para que podamos llevar una vida tranquila y apacible, con toda piedad y decoro. 
Eso es bueno y grato ante los ojos de nuestro Salvador, Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. 
Pues Dios es uno, y uno solo es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos: éste es el testimonio en el tiempo apropiado: para él estoy puesto como anunciador y apóstol -digo la verdad, no miento- maestro de los gentiles en fe y verdad. 
Quiero que sean los hombres los que recen en cualquier lugar, alzando las manos limpias de ira y divisiones. 
Palabra de Dios

REFLEXIÓN

EL ENGAÑO DE LA RIQUEZA  

            S. Pablo entiende que entrar en el mundo de la avaricia, de la codicia, del engaño y de la corrupción, es tanto como meterse en una hoguera y pretender no arder; se necesita una fuerza especial para mantenerse limpio y, por eso pide a Timoteo que recen por las autoridades, para que no se dejen aprisionar por el ambiente y por los intereses de los avaros y corruptos, pero sobre todo, para que esa actitud no infecte a la iglesia y ninguno de sus dirigentes se sienta tocado por este mal que lo corrompe todo.
            La iglesia está llamada a ser luz ante un mundo que vive en la oscuridad, por eso invita a la oración, pero haciéndolo con las manos limpias de toda corrupción: “alzando las manos limpias de ira y divisiones”. 
            Para Pablo, la iglesia debe ser luz que ilumine al resto; es por lo que sostiene que la oración es la fuente y la fuerza de esa luz.
            Es interesante tener presente que Pablo, en este momento, pide a Timoteo que ore, nada menos que por Nerón, que está destruyendo a la iglesia y, es que estamos llamados a hacer que la voluntad de Dios se realice en todos los ámbitos, tiempos, lugares y circunstancias.

Aleluya  2 Co 8, 9
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriqueceros con su pobreza.

EVANGELIO


Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 1‑13
No podéis servir a Dios y al dinero

            En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 
            -“Un hombre rico tenía un administrador, y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. 
            Entonces lo llamó y le dijo: 
            “¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido.” 
            El administrador se puso a echar sus cálculos: 
            “¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa.” 
            Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: “¿Cuánto debes a mi amo?” 
            Éste respondió: 
            “Cien barriles de aceite.” 
            É1 le dijo: 
            “Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta.” 
            Luego dijo a otro: 
            “Y tú, ¿cuánto debes?” 
            É1 contestó:
            “Cien fanegas de trigo.” 
            Le dijo: 
            “Aquí está tu recibo, escribe ochenta.” 
            Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz. 
            Y yo os digo: Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. 
            El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. 
            Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
            Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.”  
Palabra del Señor. 

O bien más breve:

Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 10‑13

            En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 
            -“El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. 
            Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará? 
            Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.” 
Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

USAR CORRECTAMENTE LA RIQUEZA   
            S. Lucas invita a la comunidad a que aprenda a hacer un uso correcto de los bienes y, además, a hacerlo con criterio práctico, de modo que podamos sacar utilidad de él, pero en función del reino
            Aparentemente puede parecer un contrasentido lo que expone el evangelio, pues parece que nos está invitando a hacer lo mismo que el administrador corrompido y ladrón; pero muy lejos de invitar a hacer lo mismo, en cambio sí invita a tener la misma actitud inteligente, no para hacer el mal, sino para hacer el bien, como el hombre injusto y malvado la tiene para hacer el mal.
            En este sentido, la llamada que hace Lucas a la comunidad de su tiempo, tiene una fuerza y una actualidad enorme en el momento y en la situación que vivimos, en donde el mal, la violencia, el odio, la codicia… despliegan todos sus medios y su fuerza para poner la mentalidad de la gente a su favor: podemos ver cómo están logrando que ciertos temas como: la vida, la persona, la economía… todo se ponga a su favor y, en cambio, el BIEN lo vemos acomplejado, recluido, asustado, comedido a la hora de plantarse y expresarse.
            Podemos poner un ejemplo: la facilidad, la ligereza, y la alegría con que hablamos mal de la gente y destruimos cualquier iniciativa, mientras vemos lo “prudentes”, cuidadosos y comedidos  que nos comportamos a la hora de defender el bien, poner nuestra firma o apoyar una buena causa…